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25 febrero 2019

Djere y otras yerbas


"Aprendí desde joven que la vida no es justa". Laslo Djere se desahoga tras ganar su primer título ATP en su primera final, nada menos que en un ATP500. El serbio sigue: “Cuando tenía 15 años, mi mamá fue diagnosticada con cáncer, fue duro para mí. Ella murió dos años después. Y perdí a mi papá en diciembre pasado también por un cáncer. Así que, estar sentado aquí con 23 años y sin papás no es fácil. Tengo una hermana menor (Judit), trato de cuidarla. También tengo una novia que ha sido muy importante. Ha estado conmigo en los momentos más duros. No puedo estar más agradecido con ella por eso. Todo esto ha sido mi mayor motivación e inspiración”.
El estadio lo ovacionó y la prensa lo respetó. La historia de vida del serbio es de las más fuertes de los últimos años. A los diecisiete años perdió a su mamá y a los veintitrés a su papá, en ambos casos el culpable fue el cáncer. Sin llorar pero con la voz entrecortada, Djere contó su historia de vida en un par de minutos ante el público presente en el estadio y ante las cámaras del mundo. Su título quedó relegado a un costado por su vida personal. Valiente y sin dejar que las pérdidas interrumpan su carrera como profesional y lo enviaran a un pozo depresivo, Laslo eligió el camino más difícil pero el más saludable y el mejor para su vida: el tenis como modo de vida para superar las adversidades.
"Mis padres estarían muy felices, es una pena que no puedan disfrutar este éxito porque ellos dedicaron su vida a mí y a este deporte. Espero que lo hayan visto desde donde estén y que se sientan orgullosos de mí. Quiero dedicarle este título a ellos, debido a ellos soy lo que soy. Empecé a los cinco años a jugar. Mi papá quería que aprendiera tenis y fui a las canchas con él. Me dieron una raqueta y empecé a jugar en el frontón. Luego practiqué en una cancha y dos años después ya estaba jugando torneos locales en Serbia. Vi que era bueno y que me gustaba este deporte, entonces intenté convertirme en jugador profesional", respondía el 90° ATP sobre el rol de sus padres en su vida.
37° ATP luego de ser campeón del Rio Open, el nacido en Senta (Serbia) no tenía mucho rodaje ATP antes de llegar a Brasil. Campeón de nueve Futures y dos Challengers entre 2013-2018, en el circuito principal acumulaba un récord de 20-29 ATP. Su mejor resultado había sido semifinales, instancia que alcanzó tres veces. En Rio de Janeiro venció en el debut a Dominic Thiem (8°), primera victoria ante un Top10, y en la final a Felix Auger Aliassime (104°). Los cinco partidos sin ceder sets ni disputar tiebreaks (Daniel, Ruud y Bedene). Un triunfo de punta a punta en el cual exhibió un tenis muy parejo en todos sus golpes, sin grandes tiros pero con una regularidad altísima.
Laslo Djere fue 3° ITF junior, campeón del Orange Bowl y finalista de la Copa Bonfiglio (ambos en arcilla), los dos torneos más importantes del mundo junior detrás de los Grand Slams. A pesar de disfrutar jugar sobre polvo de ladrillo más que sobre cualquier otra superficie, sus ídolos durante su infancia eran Andy Roddick y Lleyton Hewitt, dos jugadores a los que les costaba la adaptación a las canchas lentas. En arcilla, Djere obtuvo sus mejores resultados tanto en junior como en profesionales. Las tres semifinales y el reciente título ATP fueron todos en tierra batida.




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"Laci", como lo llama su círculo familiar y sus amigos, habla tres idiomas (serbio, húngaro e inglés) y su coach es Boris Conkic (Top600 en singles y dobles en 2006-07). Y como todo buen serbio (?), toma mate. No sabemos porqué, si por la influencia de algún argentino o uruguayo en el circuito o por algún libanés (sí, en el Líbano se toma mate), pero toma la tradicional infusión argentina. Y tanto lo disfruta que publica fotos sobre su costumbre. ¿Quizás lo haya probado hace un año atrás cuando disputó el Challenger de Punta del Este, su primera incursión profesional en Sudamérica? Lo que sí sabemos es que ahora lo bancamos mucho más a Laslo.
Párrafo aparte para Máximo González, el doblista del mes. "Machi" encadenó tres finales ATP en dobles en semanas consecutivas siendo finalista en Córdoba, campeón en Buenos Aires y campeón en Rio. En Argentina fue compañero de Horacio Zeballos y en Brasil ganó el título junto a Nicolás Jarry. Nacido en Tandil hace 35 años, "Machi" hace varias temporadas que abandonó el singles para dedicarse 100% al dobles por una cuestión física, con el objetivo de alargar su carrera profesional y seguir compitiendo al más alto nivel. Semana a semana en 2019 supera su mejor ranking personal y tras el Rio Open será Top30 (28°). ¡Bravo!

Daniel Vitale Pizarro

29 octubre 2018

Doble premio


El año de Kevin Anderson es sobresaliente. Cinco finales ATP, dos títulos, N°5 ATP y clasificación al Masters. Lo más destacado, la final de Wimbledon y el reciente título ATP500 en Viena. N°6 ATP tras la consagración en Austria, el sudafricano vive el mejor momento de su carrera, por escándalo. A sus jóvenes 32 años se dio el lujo de vencer a Roger Federer en Wimbledon y a John Isner, ambos en cinco eternos sets. Djokovic, Del Potro y Simon fueron los rivales que le arrebataron tres finales en 2018, un jugador poco efectivo en definiciones por el título (5-13) que en 2015 cortó una racha de siete finales ATP perdidas de manera consecutiva.
Asiduo jugador de octavos de final de Grand Slam, en 2015 alcanzó por primera vez los cuartos de final en el US Open. El peso de haber pasado el umbral de la cuarta ronda ya era historia. Siete veces había caído en esa instancia hasta el US Open 2015, año en el que tocó el Top10 unos días, antes de lesionarse. 2016 pasó desapercibido: dos partidos ganados en Grand Slams y sin finales ATP. La crisis de los 30. La lesión hizo mella en la confianza del jugador sudafricano que ya no era un simple sacador y pegador de fondo, sino que se animaba a los rallies largos y subía a definir los puntos a la red con criterio y decisión. Era cuestión de tiempo y de volver a confiar en él.

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Todo cambió en 2017. O mejor dicho, volvió a la senda de 2015. La final del US Open cambió el curso de su carrera como profesional. 14° ATP en diciembre de 2017, tardó apenas dos meses en ser Top10 por segunda vez desde que es profesional, gracias a la final en el ATP250 Pune y el título en el ATP250 Nueva York. Su mejor ranking histórico (5°) lo consiguió previo al US Open 2018, apenas un puesto por delante del actual sexto lugar que ocupa en el escalafón mundial. Sus cuatro coronas ATP eran todas de nivel ATP250 y Viena era la oportunidad para subir la importancia del torneo a ganar y dejar atrás los malos resultados obtenidos en finales.
"Significa mucho para mí ganar este título. Sé lo que es perder finales y siempre es duro. He tenido que hacer mi mejor tenis para vencer a Kei Nishikori, un rival de entidad. Creo que he hecho un magnífico tenis y estuve muy concentrado en los momentos importantes. Además, es fantástico poder estar en Londres. Me han hablado mucho del ambiente que se crea en ese torneo y sentí que el año pasado estuve cerca y también en 2015. Sellar matemáticamente mi presencia ganando un torneo como el de Viena es un sueño hecho realidad", las sensaciones posvictoria de Anderson, el cuarto debutante más "viejo" en un Masters.
Anderson cuenta que luego de recuperarse de la lesión, junto a su equipo de trabajo cambiaron el grupo de WhatsApp y lo nombraron "Top-5 Kev", puesto que alcanzó tras la final de Wimbledon, dos años después de ese gracioso episodio. El cambio fue principalmente mental y gracias a un trabajo de equipo pudo sobrepasar esa barrera mental de los octavos de final de Grand Slam (dos finales), de los cuartos de final de los Masters1000 (dos semifinales) y de las finales en los ATP500 (un título). El responsable del gran cambio de Kevin fue su entrenador, Neville Godwin, hombre al que la ATP premió como coach del año en 2017.
Nacido en Johanesburgo (Sudáfrica) pero residente estadounidense en el Estado de Florida, el mejor jugador de la Universidad de Illinois 2007 no solo es tenista profesional. Por necesidad en su momento y por hobbie o inercia después, Kevin tiene una página de internet en la que ofrece sus servicios como "profesor virtual" de tenis. Sí, vende "sus secretos" al público en videos tutoriales con tarifas que van desde los $40 dólares hasta los $120, según la complejidad de los ejercicios y la profundidad de las explicaciones. La página se llama "Real Life Tennis" y el lema es: "Aprende los secretos del tour para descubrir tu verdadero potencial tenístico".

Daniel Vitale Pizarro

08 octubre 2018

Georgia bajo la lupa

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Nikoloz Basilashvili nació en Tbilisi (Georgia) en 1992, dos meses después de separarse de la URRSS por el fin de la guerra fría. Hijo de Nodar, bailarín del ballet nacional de Georgia "Sukhishvili", y de Natalia (doctora), "Basil" comenzó a jugar al tenis a los cinco años. En un ambiente poco propicio para practicar cualquier deporte por la fractura social del inicio de los años noventa, a los quince años decidió perfeccionarse en Estados Unidos y se mudó a Sacramento (California) entre 2007 y 2011. Como junior pasó desapercibido (59° ITF), por lo que nunca se imaginaba que veintiséis años después sería el mejor tenista de su país.
No fue fácil para el georgiano emigrar de su país por problemas políticos y sociales, pero sobre todo porque Georgia no disponía de una estructura adecuada para formar a jugadores con proyección para ser profesionales de la raqueta. Diez Futures y cinco Challengers después, llegó en 2018 su primer título ATP. A los 26 años y proveniente de la clasificación se proclamó campeón en el ATP500 Hamburgo (Alemania). Primer título ATP para un tenista representante de Georgia, que había logrado su primera victoria ATP en 2015. Pero Nikoloz no se quedó con eso. Dos meses después volvió a consagrarse en un ATP500 en Beijing (China) en la final ante Juan Martín Del Potro (4° ATP).
"He sido fuerte en los momentos clave y he sabido luchar hasta el final. Él también ha tenido sus opciones, pero lo hice correr mucho. Ganar dos ATP500 de esta manera es increíble, significa mucho para mí ser el único tenista de Georgia en ganar un título ATP. Ahora toca descansar para estar preparado para el próximo torneo. Estoy jugando mi mejor tenis, pero también estoy trabajando más que nunca. Estoy feliz, voy a dar un salto en el ranking y eso también me da confianza", decía el nuevo Top25 (23°) del escalafón mundial, su mejor posición histórica y la mejor para un tenista de su país. En ambas finales ATP500 derrotó a jugadores argentinos (Mayer y Del Potro).


Curioso el dato de Juan Martín Del Potro en 2018. Campeón de Indian Wells y Acapulco, finalista del US Open y tres del mundo, nunca había perdido cuatro finales en una misma temporada ni tres de manera consecutiva. También es cierto que lo aquejó un estado febril desde mitad de semana y que pensó en retirarse en semifinales ante Fabio Fognini, instancia en la que el italiano no se presentó por lesión en su tobillo. Juan Martín disputó seis finales este año, récord personal que también alcanzó en 2013 aunque con número inverso de efectividad (4-2).
Desconocido para el público general, de apellido difícil y con un auspiciante poco usual para el tenis (Hidrogen), en medio de sus títulos ATP500 alcanzó por primera vez la segunda semana de un Grand Slam (US Open) antes de caer contra Rafael Nadal, sin antes robarle un set. Basilashvili es de la primera generación de deportistas 100% de Georgia nacidos en territorio georgiano y no de la URRSS. Bajo la bandera de su país en 2016 clasificó para los JJOO de Rio de Janeiro y desde 2015 disputa la Copa Davis, competencia en la cual fue sorprendido este año por Marruecos al caer en ambos singles (récord 9-3), período en el que acumuló siete derrotas consecutivas en el circuito.




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Pero eso es cuestión del pasado porque hoy vive un presente espectacular siendo el único ganador de dos ATP500 en la temporada, a pesar de que aun acumula más partidos perdidos que ganados en el tour (64-71). En el recuerdo también quedará la paliza que recibió ante Rafael Nadal en tercera ronda de Roland Garros 2017. En la Phillipe Chatrier el español le adosó un avasallante 6/0 6/1 6/0 (récord personal) luego de dos buenas victorias ante Simon (32°) y Troicki (35°). Pero volvamos al presente. Su victoria frente a Del Potro fue la tercera de su carrera ante un Top10: Dominic Thiem (8°) en Sofía 2017 y Tomas Berdych en Viena 2016.


Basilashvili menciona a su padre como la persona clave en su desarrollo como tenista: "Mi padre fue el que me metió en la cabeza que podía ser buen jugador. Y esa es la clave, creerme que podía ser buen jugador. Venía jugando bien, pero me faltaba algo. Ahora creo que lo tengo todo en orden, controlo mejor mis emociones, algo que antes era mi gran rémora. Estoy trabajando bien, tengo un gran equipo a mi alrededor y siento que estoy evolucionando continuamente, creo que lo más importante fue lograr una mayor estabilidad y regularidad en mis entrenamientos. Junto a mi entrenador, Jan de Witt, encontramos un gran equilibrio, pudiendo usar mis armas ante cualquier jugador".

Daniel Vitale Pizarro

25 junio 2018

Halle cambió de dueño

Ya lo había anunciado en marzo, en semifinales de Indian WellsBorna Coric había asustado a Roger Federer: set arriba y quiebre arriba; set iguales y quiebre arriba. Pero no dio la talla, quedó todo en un susto. Al croata le pesó el hecho de ganar y acceder a su primera final de Masters1000. Sin buenos resultados en la gira sobre arcilla, sin siquiera un cuartos de final (5-4), llegaba a Halle con la ilusión de mejorar su flojo récord histórico sobre la superficie madre del deporte de la raqueta (2-7) y dejar atrás los magros resultados en tierra batida. Y vaya si mejoró. El N°34 ATP fue campeón del ATP500 de Halle en su peor superficie ante el mejor jugador de la historia sobre hierba, ¿qué tal?

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Vencedor de Rafael Nadal en dos ocasiones (2013-14) y de Andy Murray en 2015, el croata llegó a la final de Halle demostrando un gran nivel tenístico, principalmente ante Zverev en primera ronda y contra Federer en la definición por el trofeo. El lunes será 21° ATP con 21 años de edad, su mejor posición como profesional. "Estoy muy sorprendido... Ni siquiera había soñado con esto. Batir a Federer es la sensación más extraordinaria. Lo admiraba cuando era más joven, veía sus partidos en casa con mi familia. Simplemente jugar ante él es muy especial. Ser capaz de ganarle hace todo mucho más grande para mí", reveló Coric ante la prensa mundial en Alemania.

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Top10 más temprano que tarde, su ascenso en el ranking mundial se vio interrumpido en septiembre de 2016 cuando tuvo que someterse a una operación de rodilla. La lesión lo marginó de la parte final de la temporada ATP pero principalmente (por decisión de su capitán) de la final de Copa Davis ante Argentina en Zagreb (Croacia), la serie de la épica de Del Potro y Delbonis para ser campeones por primera vez en 116 años de historia de la competición. Recuperado, no tuvo un 2017 como esperaba a pesar de buenos resultados esporádicos como el título en el ATP250 Marrakech (Marruecos), la semifinal en el Masters #NextGen o las victorias ante Murray (1°) en el M1000 Madrid y contra Thiem (8°) en el M1000 Miami.

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Algo decepcionado por no poder llegar a Wimbledon con la posibilidad de lograr su título N°100 ATP, Federer se mostró conforme por la mini gira de césped realizada y felicitó a su rival por el nivel demostrado en la final: "Sin lugar a dudas puedo marcharme con la cabeza bien alta. Pienso que he hecho un buen papel en Stuttgart y en Halle. La clave pudo estar en haber ganado el tiebreak del primer set. Tuve más opciones durante la manga y luego ese 6-4. Coric tuvo un nivel muy alto al final del primer set y en el tercero. Nunca ha bajado su intensidad. Ha sido desafortunado para mí pero le doy el mérito a Borna por salir y disputar un gran partido".
El suizo mega campeón volvió a ceder el N°1 del mundo ante Nadal por no defender los 500 puntos de Halle 2017, en una lucha mano a mano que tienen desde agosto de 2017. Entre dos de los mejores tenistas de todos los tiempos se alternaron la cúspide del tenis de manera consecutiva seis veces, misma cantidad de Grand Slams consecutivos ganados por ellos de manera alterna entre 2017-18, ambas rachas vigentes gracias a la "juventud" de los protagonistas (RF 36 y RN 32). Sí, estamos ante quizás los dos más grandes tenistas de la historia, de la Era Abierta, o del tenis moderno. Cuando se retiren se los juzgará mejor, pero ellos, junto a Djokovic, marcaron una época.


Pero no le quitemos protagonismo al campeón de Halle, en pasto y ante Federer (12 finales aquí). Es apenas el quinto jugador que logró ganarle una final en césped al helvético junto a Djokovic (2), Nadal, MurrayHewitt y Haas, una lista de privilegiados. Entrenado por Kristijan Schneider y Riccardo Piatti en la famosa Academia italiana "Piatti Tennis Center" en la que entrenaron un centenar de jugadores profesionales, dio un salto de calidad en Halle por nivel y rivales superados. Su mentalidad, el arma principal de su juego, se fusionó con su servicio y consistencia desde el fondo de la cancha para levantar su segundo título ATP en cuatro finales disputadas. El Pitbull volvió a morder y cada vez la presa es más grande.

Daniel Vitale Pizarro

19 febrero 2018

Las cosas en su lugar


Dicen que la historia la escriben los que ganan. En ocasiones se tergiversa, en otras tantas no. Roger Federer lleva quince años ganando y contando historias con su raqueta. Y cada vez que reescribe esa historia, llora. No lo hace a propósito, simplemente llora. Incapacitado de controlar sus emociones por lo impresionante de sus logros, llora, se deja levar por la situación. La voz se le quiebra cada vez que nombra a su equipo de trabajo y sobre todo a su familia. Pudoroso, deja de hablar cuando sabe que se le caerá una lágrima, pero a veces, esa táctica no surte efecto. La pasión genera eso y la sensibilidad se encarga del resto. La misma sensibilidad que tiene con su raqueta, la tiene en su corazón, un corazón gigante rebosante de pasión, esa que le permite seguir ganando sin importar el número que diga su edad.
Cinco años, tres meses y dieciséis días pasaron desde que Roger Federer le "cedió" el N°1 a Novak Djokovic. Durante esos años el liderazgo del ranking ATP alternó entre Djokovic, Nadal y Murray, mientras Federer intentaba seguir prendido en la lucha por la cima del tenis mundial. Lejos de ese puesto pero siempre Top10 (salvo lesión en 2016), el suizo transitó todos los estadios posibles entre 2013 y 2017. Bajo nivel, resultados atípicos, cambios de entrenadores, lesiones impredecibles, renacimiento tenístico, campeón de Grand Slam, pelea por el N°1...
Ante la incertidumbre de cuanto resistirá su físico a los treinta y seis años de edad (veinte años de profesional), reduce su calendario y elige minuciosamente, junto a su equipo, que torneos jugar y cuales no, con el riesgo de tropezar en algunas primeras rondas y derrumbarse en el ranking. Asumido ese peligro, afronta en 2017 su camino a ganar Grand Slams y recuperar el N°1 del mundo. Lejos de obsesionarse pero con el objetivo claro, no titubea ante la tentación de superar a Nadal en 2017 privilegiando el físico y no el puesto.

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Pero en 2018 las prioridades cambiaron. Campeón de tres Grand Slams en doce meses, los objetivos inmediatos, tan cerca pero tan lejos, sin quererlo, cambian. El título en el Australian Open modificó su forma de programar el calendario. A tan solo 155 puntos ATP del N°1 del mundo, telefoneó a Richard Krajicek, director del ATP500 Rotterdam, y le solicitó un wild card para disputar el certamen del cual fue campeón en 2005 y 2012. La meta era llegar a semifinales, lo que le permitiría ser el monarca del circuito una vez más.
Y vaya si fue acertada la decisión de jugar en Holanda. La derrota de Wawrinka allanaba el camino a semifinales, pero no por eso iba a ser sencillo. Kohlschreiber le trajo problemas en octavos de final, que supo sortear, y Haase lo complicó tanto que solo las molestias físicas del local en el tercer set le simplificaron la tarea al helvético de cara al objetivo. Emocionado, resistió el llanto frente a las cámaras (algunas se le escaparon) mientras el torneo emitía un video en homenaje a su retorno a la cúspide, para luego recibir un premio en honor al logro.
Más relajado, en conferencia de prensa, el flamante líder del escalafón mundial y campeón de Rotterdam, expresó sus sensaciones: "Creo que alcanzar el N°1 es la hazaña más importante en nuestro deporte. Quizá esta sea la vez que más signifique en mi carrera y lo disfruto con 36 años (y medio). Es un sueño hecho realidad, no puedo creerlo. Definitivamente voy a comprobar el nuevo ranking el lunes por la mañana para ver si realmente soy N°1 y asegurarme de que no se haya cometido ningún error. Será un momento especial, sin duda me hará sentir muy feliz".



Como en 2004, 2009 y 2012, el suizo volvía a dominar el tenis mundial. Campeón en Rotterdam, la semana 303 en la cima de la ATP era una realidad. Catorce años después de debutar como el mejor del mundo, el "viejito" de treinta y seis años y seis meses volvía a sentirse el mejor de todos y a demostrar que la edad no es un impedimento, es solo un obstáculo más. El más veterano en liderar el ranking en la Era Abierta superaba el récord de Andre Agassi, N°1 con treinta y tres años en 2003, un número que Federer dejó pequeño...
Australian Open 2004, Wimbledon 2009, Wimbledon 2012 y Rotterdam 2018 fueron los torneos privilegiados en disfrutar en carne propia el ascenso al número uno del mundo de Roger Federer. Catorce años entre la primera vez y la última como monarca; cinco años desde su última vez como líder del ranking ATP; treinta y seis años de edad; 303 semanas primero del mundo (306 como mínimo); 97 títulos ATP en 146 finales disputadas (superó las 145 de Lendl); 20° ATP500 (uno más que Nadal) y así podemos seguir enumerando plusmarcas que ostenta el, quizás, mejor jugador de tenis de todos los tiempos.

Daniel Vitale Pizarro

30 octubre 2017

Tenista del año

La primera vez que Roger Federer formó parte del torneo de Basilea (ciudad donde nació), que se disputa sobre superficie dura bajo techo, fue a los doce años como recogepelotas (ball boy) en 1993 en la final entre Michael Stich y Stefan Edberg. Roger recuerda como si fuera hoy aquellos días de su infancia: "Recuerdo todo sobre aquel día, sobre todo cuando recibí la medalla. Al torneo iba en bicicleta. Son recuerdos que nunca olvidaré". Como profesional debutó en su ciudad natal en 1998 gracias a una invitación. Andre Agassi se encargó de aguar su presentación oficial en Basilea, pero ese día empezó el apego por el torneo más importante de su país.


Ausente en 2016 por lesión, 2017 era el retorno del siete veces campeón y doce veces finalista del certamen, récord absoluto de la historia en cantidad de finales en un mismo torneo. No conforme con esos números despampanantes, el helvético alcanzó una nueva final en la ciudad que lo vio crecer. Los récords de más finales ATP en un mismo lugar los tienen Federer en Halle y Wimbledon y Nadal en Monte Carlo (11), pero trece finales en Basilea destruye cualquier posibilidad de igualar esa cantidad en el corto plazo. Eso si, los diez trofeos de "Rafa" en Roland Garros, Monte Carlo y Barcelona siguen siendo récord histórico, uno más que los nueve de Roger en Halle.

Pero volvamos a Basilea. La final era de lujo. Juan Martín Del Potro, campeón en 2012-2013 venciendo en la final a Federer, se enfrentaba por cuarta vez en el torneo (2-1) ante Roger. El argentino desde el US Open es otro jugador. 27° en la 'Carrera a Londres' en agosto, noviembre lo encuentra a 190 puntos del octavo clasificado al Masters en un sprint de fin de año memorable. Sin el karma del revés y las lesiones, y con un equipo de trabajo establecido desde la contratación de Sebastián Prieto, "La Torre de Tandil" apunta alto y por razones más que suficientes. El partido ponía muchas cosas en juego, de un lado y del otro de la red.

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Más allá de los récords que Federer se encarga de pulverizar a cada paso que da, el N°1 del mundo estaba en juego para el suizo y el ingreso al Masters para el argentino. Los 1960 puntos se reducirían a 1460 en relación a Nadal (1°) y Del Potro superaría a Carreño Busta (8° Carrera a Londres) por 10 puntos con vistas al torneo de fin de año. Todo eso en una final de un ATP500. Mucho en juego para un partido de tenis. El récord entre ellos en finales ATP no tiene nada que ver al que mantienen en cualquier otra instancia. Mientras que en finales Juan Martín lo domina 3-1, en el total "RF" supera ampliamente a "JMDP" 17-6, con el partido más importante entre ambos en US Open 2009.

A tono con el nivel de 2017 el ganador fue el local y favorito del público, Roger Federer. Dejó escapar el primer set pero se reivindicó con su tenis y sacó adelante un partido harto complicado ante un rival que le trae más problemas que soluciones. 6/7 6/4 6/3 fue el resultado final para el suizo más trascendente del deporte mundial, que emocionado como niño recibió su octava corona en Basilea, misma cantidad de trofeos que en Wimbledon, ambos récords logrados en este 2017 de ensueño. A los 36 años y sin disputar la gira de arcilla, Cincinnati ni París (semana entrante), "Su Majestad" es N°2 del mundo y máximo candidato para el Masters. De locos.
Los protagonistas del domingo tuvieron palabras de elogio entre ellos durante la entrega de premios, habitual en el tenis moderno de "amistades" fuera de la cancha pero que adentro de la misma distan de serlo. "Llevas jugando a un excelente nivel desde el US Open, incluso antes, así que estoy muy contento de verte jugando tan bien de nuevo y, sobre todo, de poder verte jugar todas las semanas. Eso es algo que a mí me gustaría poder hacer nuevamente pero que la edad ya no me permite", le expresó Federer al finalista, a lo que Del Potro le contestó: “Felicidades Roger. Simplemente, me encantaría jugar como tú cuando tenga tu edad, pero no creo que eso suceda”.

49-4 en 2017 es su récord antes de disputar el Masters, la última parada del año. Dentro de esas victorias se encuentran siete títulos y una final sobre doce torneos disputados, un barbaridad. Pero las cuatro derrotas dicen mucho más que las casi cincuenta victorias. Solo en 2005 llegó al Masters con tres partidos perdidos en el año, temporada que finalizó con la final perdida ante David Nalbandian (81-4). Ni siquiera en 2006, el mejor año de su carrera, llegó al "Torneo de Maestros" con cuatro partidos perdidos (92-5). 2017 es el cuarto año con +90% de victorias desde que es profesional, eso dice mucho del presente de Roger Federer, número dos del mundo pero "el tenista del año".

Daniel Vitale Pizarro