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15 abril 2019

Cambiar para ganar

El tenis chileno vive su momento álgido. Las irrupciones tan esperadas de los jóvenes chilenos nacidos en 1995/1996 se hicieron realidad en estas últimas dos temporadas. Nicolás Jarry y Christian Garín dieron varios pasos adelante en sus carreras para volverse protagonistas del circuito ATP. El año pasado, el nieto de Jaime Fillol (14° ATP 1974) logró sus primeros cuartos de final, semifinal y final en tres torneos consecutivos durante la gira sudamericana para finalizar el año Top50 (39° ATP en noviembre). El otro chileno en cuestión, Garín, durante los primeros meses del año en curso cosechó solo éxitos, fruto del proceso de reconstrucción que empezó en agosto de 2018.
Christian Garín estaba estancado. A los 21 años y con un palmarés como juvenil que pocos tenistas pueden ostentar, no encontraba el camino correcto para insertarse en el circuito ATP. Campeón de Roland Garros (finalista en dobles) y del prestigioso Eddie Herr en singles y dobles; finalista del Orange Bowl y del Banana Bowl, siempre con Nicolás Jarry como compañero, alcanzó el N°4 ITF Junior y nadie dudaba de su próxima explosión como profesional. Su primera victoria ATP fue en 2013 aun siendo juvenil en Viña del Mar. Todo iba viento en popa, pero su segundo triunfo ATP tardó en llegar. Tanto tardó que los mismos que auguraban una carrera exitosa ya no pensaban lo mismo.
Pero Cristian tenía una ventaja con respecto a sus detractores: aun era muy joven. No todos los jugadores maduran al mismo tiempo. Algunos nunca logran dar el salto de calidad hacia el Top100, ese lugar que les garantiza tranquilidad económica y poder disputar casi todos lo torneos ATP. Agosto 2018. Garin decide sumar a su equipo de trabajo al argentino Andrés Schneiter, entrenador de Juan Ignacio Londero y de tantos otros en el pasado, entre ellos Mariano Puerta en 2005. En pocos meses la mejoría fue notoria: tres títulos Challengers ganados y 84° ATP en diciembre. El "Tanque" (312° en enero) había superado todas las expectativas.
El "gringo" Schneiter daba su parecer sobre el 2018 de su pupilo, luego de trabajar juntos cuatro meses: “Está muy contento. Vengo trabajando con él para que mejorase su solidez y acercarse a su mejor nivel tenístico y mantenerlo durante todo un torneo. Esa es la idea de todo lo que estamos trabajando. Todo esta racha de buenos resultados viene enganchado mucho con un tema mental. Se está trabajando mucho la cabeza, aceptando más, bancar, estar en los partidos, intentar estar siempre con la misma actitud y ganas todos los encuentros. Poco a poco los resultados nos están acompañando. A la larga será una cosa de tiempo”.
Comprometido con la causa, a Garín hoy se lo escucha y nota más maduro: "Me ha llevado cuatro años dar el salto y asentarme en el Challenger Tour, pero ahora me siento seguro de mí mismo. He mejorado mucho en el autocontrol, ha sido un trabajo silencioso junto a un psicólogo, que va más allá del tenis. Estoy recuperando la pasión por este deporte, una que no sentía desde que tenía 15-17 años. Ha habido años en los que me costaba competir, no aceptaba que hubiera jugadores mejores que yo, pero ahora vuelvo a ser el que era. A inicios de 2018 me di cuenta de que el tenis es lo que me apasiona en esta vida, y que tenía claro que quería alcanzar mis objetivos".




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Y muchos de esos objetivos los alcanzó en unos meses. El primero fue el quinto punto ganado en Austria para que Chile clasificara a las Finales de la Copa Davis en Madrid. Si había una competición en la que Garín fue denostado por la prensa chilena era en Copa Davis y allí fue donde empezó a torcer la opinión de los especialistas y del público en general. "Me han hecho mierda en cada partido que perdía, aunque también hay gente que me ha apoyado muchísimo y gracias a ellos estoy ahora jugando a este nivel", declaraba luego de quitarse la presión de rendir en la competición por equipos más importante del mundo del tenis con una mezcla de revanchismo y satisfacción por lo conseguido.


Su segundo "hito" fue volver a ganar un partido ATP después de seis años. La noche del ATP de Buenos Aires ante Felix Auger Aliassime fue el escenario perfecto. Dos semanas más tarde, en San Pablo, rompió los esquemas al alcanzar la final del torneo ATP250 ante Guido Pella, el argentino que ganó su primer torneo ATP luego de perder cuatro finales. Llegar al último partido por primera vez le cambió la mentalidad y empezó a darse cuenta de que podía pelear por cosas importantes. Un paso en falso por Miami no hizo mella en la confianza de cara a Houston, lugar elegido por el chileno para iniciar la gira sobre polvo de ladrillo. Mejor lugar, imposible.


El tercer gran momento fue en Houston (USA). En el torneo de la antigua arcilla verde, derrotó a Pablo Cuevas, Jeremy Chardy, Henri Laaksonen, Sam Querrey y Casper Ruud para ser campeón por primera vez en su carrera, ingresar al Top50 (47°) y lograr el positivo en victorias/derrotas ATP (22/21). El nacido en Santiago fue una estrella juvenil, le costó mucho la transición al profesionalismo, cayó en un pozo, la prensa lo denostó, cambió de entrenador varias veces, modificó su carrera y hoy disfruta de un presente excepcional gracias a su perseverancia y a confiar en él, en su círculo íntimo y en su tenis. Veremos hasta donde es capaz de llegar.

Daniel Vitale Pizarro

11 abril 2016

Argentina es noticia

Veintidós meses pasaron desde el último título argentino ATP en singles. En aquella oportunidad, Leonardo Mayer se había consagrado en Hamburgo. A falta de festejos, no solo se cortó la sequía, sino que se festejó por triplicado. Máximo González y Guillermo Duran rompieron el hielo el sábado cuando se consagraron campeones del dobles en Marrakech. El domingo en Marruecos, Federico Delbonis derrotó a Borna Coric 6/2 6/4. Unas horas más tarde, del otro lado del Atlántico, Juan Mónaco venció a Jack Sock 3/6 6/3 7/5 y triunfó en Houston por segunda vez en su carrera (2012 a Jhon Isner). Tres títulos en la misma semana de competencia, como en los viejos tiempos...

La última vez que dos singlistas argentinos fueron campeones en la misma semana fue en 2009, hace 2639 días (18/1/09 al 10/4/16). En aquella oportunidad, Juan Martín Del Potro fue el mejor en Auckland y David Nalbandian hizo lo propio en Sydney. A lo largo de la historia argentina, seis veces coincidieron campeones durante el mismo fin de semana. La primera vez fue en 1978 cuando Guillermo Vilas se consagró en Hamburgo y José Luis Clerc en Florencia. Cinco años más tarde, en 1983, nuevamente Vilas y Clerc fueron campeones al unísono. Gillermo triunfó en Kitzbuhel y José Luis en Washington.

Las otras dos victorias en conjunto fueron ambas en 2005. Primero lo hicieron David Nalbandian en Munich y Gaston Gaudio en Estoril y tres meses después, Gaudio repitió 'tandem' siendo campeón en Kitzbuhel junto a Coria en Umag. Sin la calidad de "La Legión" ni la jerarquía de Vilas-Clerc, Mónaco y Delbonis volvieron a poner a Argentina en la tapa de todos los medios especializados en tenis del mundo. El triunfo del dobles González-Duran decoró mucho mejor la postal argenta. 75% de los trofeos masculinos ATP en juego fueron obtenidos por argentinos, algo poco común, para destacar en un momento oscilante del tenis argentino.
Marruecos fue copado por argentinos. Máximo Gonazález obtuvo su tercer título en la especialidad (Valencia 2008 y Umag 2015) y Guillermo Duran el segundo (Quito 2016). Federico Delbonis, en singles, conquistó el segundo ATP de su carrera (San Pablo 2014) en su cuarta final en esta categoría (Hamburgo 2013 y Niza 2014). 100% de efectividad. Marrakech, nueva sede del Abierto de Marruecos tras años en Casablanca, volvió a tener campeones argentinos. Guillermo Perez Roldan lo ganó en 1992-1993, Guillermo Cañas en 2001 y Mariano Puerta en 2005. En dobles Horacio de la Peña fue campeón junto al mexicano Jorge Lozano en 1992
Para Delbonis significó ser el número uno argentino en el ranking mundial (36°) muy cerca de su mejor posición histórica (34° en 2014), al borde de quedar preclasificado en Roland Garros, meta a corto plazo que le permitirá sortear grandes rivales en las primera rondas. Para Mónaco es la vuelta al Top100 (86°). 148° ATP la semana pasada, subió 62 puestos, lo que le permitió ingresar al cuadro principal de Roland Garros y probablemente al de Wimbledon, algo fundamental para un jugador laureado como "Pico", a sus 32 años de edad. Recordemos que las lista de entradas (entry list) de los certámenes ATP cierran seis semanas antes de su inicio.

La vuelta de Juan Mónaco al Top100 agrega a un tenista argentino más a la lista. Este lunes figuran siete en el ranking mundial. Federico Delbonis (36°), Leonardo Mayer (45°), Guido Pella (47°), Juan Mónaco (86°), Diego Schwartzman (87°), Facundo Bagnis (89°) y Horacio Zeballos (93°). En cantidad de jugadores Top100, Argentina se encuentra cuarto detrás de España (14), Francia (11) y Estados Unidos (8), potencia mundial en generación de jugadores de elite sin contar con los millonarios presupuestos de los países en cuestión ni la infraestructura tenística pertinente, la lejanía del grueso del circuito, la situación económica y demás vicisitudes...

Estoy muy contento de volver a levantar una copa y agradecido de que mi vuelta al circuito se haya dado...
Posted by Juan Monaco on domingo, 10 de abril de 2016


El título ATP de Juan Mónaco en Houston es el 213 para el tenis argentino y el noveno en su cuenta personal, misma suma que Guillermo Coria y Guillermo Perez Roldan, con el aliciente de que "Pico" alcanzó una final más que ambos coterráneos (21). Superan al oriundo de Tandil en cetros ATPVilas (62), Clerc (25), Del Potro (18), Jaite (12) y Nalbandian (11). Gaudio (8) y Cañas (7) completan el Top10 de los argentinos más ganadores en este nivel de competencia. Además, Juan superó en Estados Unidos a Juan Ignacio Chela en cantidad de victorias ATP (332), cuarto en la historia argentina, detrás de Vilas (929), Nalbandian (383) y Clerc (375).

Durante la semana el tandilense arrastró una molestia en su espalda por la cual fue atendido en medio de la final. “Lo veníamos controlando con pastillas, pero por ahí, los nervios de jugar una final fueron más fuertes y por eso llamé al trainer cuando perdí el primer set, me hizo un tratamiento de dos o tres minutos, tome un par de pastillas más para tratar de calmar el dolor y aguante todo lo que pude", el campeón contó su versión de los hechos. Mónaco viajará a Argentina para descansar y tratar su lesión: "Trataré de ver como está mi espalda, que siento que tengo una pequeña lesión, porque es bastante intenso el dolor. Cuando esté bien de salud, partiré para Europa y competiré".

Daniel Vitale Pizarro

13 abril 2015

Esperanza estadounidense

La retirada de Andy Roddick del circuito ATP dejó acéfalo al tenis estadounidense en 2012. Ganador de un Grand Slam, número uno del mundo y demás logros, fue el último que puso al tenis de Norteamérica en lo más alto. Desde su adiós, John Isner fue y es la carta fuerte. Mardy Fish parecía mantener la presencia en el Top20 pero sus problemas físicos se lo impidieron. Isner, Querrey, Johnson, Sock y Young fueron los que terminaron en el Top100 en 2014, poco caudal para el país más laureado de la historia de este deporte, con estrellas en todas las épocas. La transición está costando. Los millones de dólares dedicados al deporte blanco aportados por la USTA no están reflejándose en el circuito, pero esta semana algo cambió.

Jack Sock y Sam Querrey, dos tenistas nacidos en Estados Unidos, alcanzaron la final en Houston (USA), algo que no pasaba desde que Roddick y Fish disputaran la final de Atlanta en 2011, lo que refleja la "crisis" del país de las barras y las estrellas. Crisis, entre comillas, por la comparación con su historia. El ganador del encuentro fue, para bien del país, el más joven. Jack Sock (22 años y 46° ATP) debutó en una final, fue campeón en su país (7/6 7/6 a Querrey), ante un compatriota y además alcanzó el mejor ranking de su carrera (36°). Una semana redonda.

Conferencia de prensa de su debut en un Grand Slam: US Open 2011

"Showtime" o "J-Sizzle", como apodan al joven, en primera ronda derrotó a Souza (69°) en tres sets para luego no ceder nunca más un parcial. Victorias en sets corridos ante Bautista Agut (15°), Giraldo (32°), Anderson (16°) y Querrey (42°), todos rivales con ranking superiores al suyo. Decidido a atacar en todo momento, su juego se basa en una derecha descomunal que acelera con mucha facilidad y un potente saque, tiro que arriesgó tanto que finalizó el certamen con 34 doble faltas, demasiados errores pero que terminaron con final feliz.

Lo promisorio del encuentro fue el mini renacer del tenis norteamericano, con un joven  de 22 años levantando el trofeo. La camada de juveniles comandada por Donaldson (18 años y 179°) no está aun preparada para dar el salto de calidad y los jugadores de la generación de Sock no están a la altura como Kudla (150°), Fratangelo (166°) y Novikov (194°), o están volviendo a retomar su nivel como Ryan Harrison (126° y 22 años), promesa que está en proceso de recuperación.

En Houston, Jack Sock disputó su tercer torneo de la temporada y ostenta en 2015 un récord de 10-2, derrotado solo por Federer y Thiem, en Indian Wells y Miami respectivamente. El comienzo tardío de Jack fue por una lesión que sufrió en enero en su pelvis por la que tuvo que ser operado y obligado a posponer el inicio de su año competitivo. Mientras se recuperaba en Kansas, le comunicaron que su hermano mayor Eric contrajo una enfermedad muy rara llamada "Síndrome de Lemierre", en ocasiones fatal. Recuperado, Eric lo acompañó en los Masters 1000 de Estados Unidos y Jack dijo: "Esto que ha ocurrido es un buen recordatorio de que hay que poner las cosas en perspectiva. En ocasiones juegas por algo más que solo el tenis", mientras llevaba esta frase en sus zapatillas: “For you, Eric”.

Lo curioso de Jack Sock fue su andar en el circuito desde que se convirtió en profesional. Ganó 18 torneos de la USTA National como junior para coronar todo eso siendo campeón del US Open 2010 en juveniles. Además marcó un récord en su Instituto al implantar un récord de 80-0 y campeón cuatro veces consecutivas del campeonato interestatal. Prometía por presente, potencia y determinación. Se convirtió en profesional en 2011 luego de graduarse en "Blue Valley North High School" (Kansas) en mayo.

Sock debutó en un Grand Slam gracias a una invitación al US Open y vaya si la aprovechó. En dobles mixtos junto a Melanie Oudin, derrotaron a la pareja argentina Schwank/Dulko y se adjudicó su primer "Major" en su debut. El dobles comenzaba a caerle bien. En 2013 pudo ingresar al Top100 tanto en en singles como en dobles por primera vez. Esa temporada alcanzó dos finales ATP en dobles masculino junto a James Blake con resultados opuestos: campeón en Delray Beach y finalista en Memphis.

El 2014 fue el año de la consolidación en el Top100, los torneos ATP y del despegue como tenista Top en dobles junto a Vasek Pospisil. Campeón en Wimbledon (primer torneo junto a Vasek y ante los hermanos Bryan) y Atlanta y finalista en Cincinnati y Estocolmo (jugó con Huey), junto a Pospisil no pudieron clasificar al Masters de Londres por escasos puntos tras terminar décimos con apenas siete torneos jugados. Pero la pareja seguiría cosechando logros. En 2015 fue campeona en Indian Wells y finalista en Miami, lo que los ubica actualmente novenos en el ranking de la especialidad, la mejor ubicación de su carrera, en sintonía con el puesto 36° que logró Sock en individuales tras coronarse en Houston. El mejor momento de su carrera.

Sam Austin Querrey, finalista en la edición 2010 y 2015 de Houston, sumó a su palmarés la 13° final ATP de su carrera (7-6). 27 años de edad y 41° ATP, no levanta un trofeo desde 2012 en Los Angeles. El chico de 198 centímetros de altura, que supo ser el 17° del ranking, recuperó en la arcilla de Texas algo de lo que mostró entre 2009 y 2010, años en los que alcanzó diez finales ATP. Su remontada comenzó en septiembre del 2014 cuando triunfó en tres Challengers consecutivos lo que le permitió disputar el Masters 1000 de París y todos certámenes ATP en este 2015. Los Estados Unidos de Norteamérica miran con buenos ojos esta final entre compatriotas de cara al repechaje que disputarán en la Copa Davis.

Daniel Vitale Pizarro

13 abril 2014

Entre singles y dobles

Amigos dentro y fuera de la cancha

Tuvieron que pasar cuatro años para que uno de los jugadores más talentosos del circuito levantara un nuevo título para su repisa en Madrid. El español Fernando Verdasco alzó su sexto trofeo como profesional, diez años después de su primero en Valencia (2004). Con al menos una final ATP desde 2004, a excepción del 2006, el español llegó a definir por el título 19 veces, aunque perdió la mayor parte de ellas (13). El exnúmero siete del mundo derrotó a Nicolás Almagro en la final de Houston 6/3 7/6 y terminó con la sequía de trofeos, desde su último en Barcelona 2010. Actual 26° en el ranking ATP, no empezó la gira de polvo de ladrillo...


2014 empezó para Fernando con una incorporación en su cuerpo técnico. Se sumó como asesor el exnúmero cuatro del mundo, Thomas Enqvist, para intentar recuperar el terreno perdido y a los 30 años apuntar al Top10, lugar de privilegio que ambos conocen bien. El proceso de adaptación parecía no llegar. Magros resultados al comienzo de la temporada, a pesar de haber pedido en todos los torneos en el set final, era un indicio de que el déficit quizá no era tenístico. En Indian Wells derrotó a Gasquet (9°) siendo su mejor victoria del año y luego de un traspié en Miami, llegó a Houston con confianza para revertir su presente.

El cuadro se abrió y Verdasco aprovechó las caídas prematuras de Robredo, Feliciano López, Mónaco y el único Top10, Isner, para llegar a la final. Allí estaba su compatriota Nicolás Almagro. Fernando no tuvo problemas para doblegarlo y coronarse en la arcilla norteamericana, único torneo de esta superficie en USA. Curiosamente, desde 2009 se utiliza la arcilla roja tradicional, porque durante ocho años (2000-2008), primero en Orlando y luego en Houston, se utilizó la "arcilla verde", una superficie lenta pero algo más veloz que la actual anaranjada. A partir de la reorganización del calendario en 2009, se unificaron las pistas y los puntos y se eliminaron la carpeta conocida como "moqueta" y la "arcilla verde". Tómalo o déjalo, ATP resolvió eso...

"Estoy muy feliz y cansado a la vez, pero necesito disfrutar este momento. Hace ya unos años que no ganaba un torneo en individuales. Es un gran día para mí por haber ganado otro torneo, después de tantas finales y una operación que me mantuvo por algún tiempo sin estar a mi mejor nivel", un Verdasco muy contento y satisfecho por lo conseguido, agregaba: "Creo que tuve bajones durante el partido pero es normal, porque mantener un nivel durante mucho tiempo es muy cansador. La clave fue la mentalidad, porque disputé todos los puntos y corrí todas las bolas, sin importar lo cansado que estuviese".

El presente del finalista Nicolás Almagro (20°) no es el mejor. Sin poder recuperar su nivel luego de su lesión en el hombro izquierdo que lo obligó a renunciar al Australian Open, buscará volver al Top10 en la temporada de arcilla, su predilecta. El murciano volvió a caer en la final de Houston como en 2013 ante Isner. Su última final ATP había sido en Barcelona 2013 y no es campeón desde Niza 2012, un tiempo demasiado largo para el nivel y ranking de "Nico", que defenderá final en el Conde de Godó luego de su participación en Monte Carlo.

La alegría de Verdasco no pudo ser 100% completa porque en dobles no pudo festejar. Cayó en la final con su compañero David Marrero frente a los números uno del mundo, los hermanos Bryan 4/6 6/4 11/9, que obtuvieron su título N°97 como pareja. El dobles es una competencia aparte para el madrileño. Con una temporada de ensueño en 2013 siendo campeones frente a los Bryan en la Masters Cup, en 2014 no quieren ceder terreno y sin buenos resultados en la temporada, lograron alzarse con esta final que los acomoda en el ranking de la especialidad. "Hubiera sido una semana perfecta si ayer hubiésemos ganado la final de dobles. De todas maneras fue un gran semana por el nivel que exhibí", dijo el zurdo en conferencia de prensa.

La zambullida de Fernando tras su coronación en USA

Lejos está del nivel y del ranking de aquel 2009, temporada en la que accedió a semifinales en el Australian Open y cayó ante Nadal en cinco sets. En la previa había llegado a la final en Brisbane, su mejor comienzo de año luego de la inyección de confianza meses atrás de ser campeones de Copa Davis en Argentina (2008), sobre cemento indoor y sin Nadal. Eso apuntaló su carrera y lo depositó en abril de 2009 como el N°7 del mundo tras tres cuartos de final en Masters1000, racha que se estiró en esa instancia a dos torneos más des esa categoría. Fue su única temporada en la cual accedió a la segunda semana en los cuatro Grand Slams. Además clasificó al Masters de fin de año gracias a los cuartos de final en el US Open más el título en Winston Salem y la final en Kuala Lumpur.


Fernando Verdasco se convirtió en el quinto jugador de 30 años o más en ser campeón esta temporada junto a Lleyton Hewitt (Brisbane), David Ferrer (Buenos Aires), Roger Federer (Dubai) y Guillermo Garcia Lopez (Casablanca). El año pasado hubo 16 campeones en ese rango de edad, un circuito cada vez más longevo.



Daniel Vitale Pizarro

16 abril 2012

Es solo una cuestión de actitud...


Hola a todos!!! Siento una alegría enorme!! Había llegado cansado después de Miami y la Copa Davis, pero partido a...
Posted by Juan Monaco on domingo, 15 de abril de 2012
Juan Mónaco empezó su "odisea Top10" en 2011. Comenzó a prepararse física y mentalmente para dar el salto de calidad que le faltaba y pasar de ser un deambulador Top40, para meterse en el Top20 y aspirar al Top10. Sabía el esfuerzo y sacrificio que significaba todo ese proceso, pero asumió los riesgos. Aunque quizás por diferentes razones podría no llegar a su meta, porque el tenis no es matemático, tendría la conciencia tranquila de al menos haberlo intentado. Y todos esos esfuerzos comenzaron a dar sus frutos a fin de año, con la final en el ATP500 de Valencia (bajo techo) y los cuartos de final del Masters1000 de París, también indoor.

Comenzó 2012 campeón en Viña del Mar. Meses después accedió a la semifinal en el Masters 1000 de Miami y disputó la serie de Copa Davis frente a Croacia, con un triunfo con la serie ya definida. Semejante envión anímico más las mejoras en su juego, concluyeron en el título que no se hizo esperar. Juan se alzó con un nuevo trofeo tras vencer a John Isner en la final del ATP250 de Houston, el segundo de 2012 y el quinto que tendrá en sus vitrinas, seguramente en Tandil. "Pico", con 28 años, en perfectas condiciones físicas y con la experiencia de casi diez temporadas completas en el circuito, levanta la mano y afirma que está más presente que nunca.

Photo Jim Rydell
Posted by Juan Monaco on martes, 7 de febrero de 2012


Campeón en Viña del Mar ante Berlocq

Gracias a la victoria, alcanzó el puesto 14° en el escalafón mundial, igualando su mejor ubicación conseguida en 2008. Y esta vez parece que no habrá silla de ningún estadio en su camino para impedir que llegue al Top10 y quien sabe, al selecto grupo de los ocho para aspirar por un lugar en el Masters de fin de año. En Viña del Mar 2008, durante la final del dobles, se tropezó con la silla de un juez de línea y se tuvo que bajar de la gira sudamericana y la Copa Davis.

"Pico" no solo maduró en la parte mental, sino también en su juego. Más consistente y agresivo desde el fondo de cancha, devoluciones más punzantes y la garra y convicción de siempre, hicieron de Mónaco un jugador temible no solo en polvo de ladrillo, aunque todos sus títulos fueron en arcilla. En los últimos años se volvió un jugador más versátil. Se dio el lujo de incursionar en las definiciones de los torneos más importantes del mundo en cemento, como las semifinales en Miami 2012 y en Shangai 2010 (ambos M1000), como las más destacadas actuaciones en asfalto. Definitivamente ya no es sólo un jugador de tierra batida y el ranking así lo refleja.
La desgracia de 2008
Con su grupo de trabajo definido, su coach Gustavo Marcaccio a la cabeza y su novia Zaira Nara en las gradas de muchos torneos del circuito, el tandilense apunta todos sus cañones al Top10 y en cada torneo demuestra que no es imposible acercarse a esos puestos. Sabe que este es el camino para llegar y definitivamente está decidido a intentar meterse en el lote de los mejores del mundo.

Esta temporada se presenta con los Juegos Olímpicos en Wimbledon, dos semanas después del Grand Slam londinense. Justamente el césped es una superficie con la que Mónaco nunca se llevó bien pero que tendrá que agachar la cabeza (y las rodillas) para golpear la pelotita lo mejor posible porque gracias a sus actuaciones en el circuito, su clasificación a los JJOO ya está asegurada. Deberá defender los colores argentinos en un certamen que reparte más puntos para el ranking que un ATP 500 (750 para el ganador y 450 para el finalista), con el plus de representar a su país e intentar alzarse con una medalla que todo tenista se quisiera colgar, mientras el himno argentino se eleva al unísono con la bandera celeste y blanca.

Daniel Vitale Pizarro