25 julio 2022

El artista italiano


Enfrentar en 2022 a Carlos Alcaraz (6°) en su primera final ATP y en un ATP500 sobre arcilla no era poca cosa para un Lorenzo Musetti que venía de cinco derrotas consecutivas a nivel ATP con altibajos, más bajos que altos. El título en el Challenger de Forli (Italia) en mayo era su mejor actuación tenística en estos casi siete meses de competición oficial por lo que la confianza con la que llegaba a Hamburgo no era la mejor. Pero la diferencia entre ganar y perder un partido en el más alto nivel del tenis profesional es tan poca que un par de puntos decisivos mejor jugados que tu rival generan esa confianza extra necesaria para soltar el brazo y vencer a cualquier oponente que se coloque del otro lado de la red.
Musetti llegó a Alemania con récord negativo ATP en 2022 (13-16), sin alcanzar una semifinal y con una solo victoria destacada en la temporada ante Felix Auger-Aliassime (9°) en Monte Carlo. Sin triunfos en césped (0-3) y derrotado en primera ronda de Bastad, el italiano 62° del ranking ATP debutaba en Hamburgo con la esperanza de volver a tener sensaciones positivas en una pista de tenis. A medida que pasaban los partidos, la confianza de Lorenzo, por inercia, crecía. Dos match points en contra en primera ronda ante Dusan Lajovic y un saque por abajo perdido en el punto de partido de las semifinales ante Francisco Cerúndolo casi le impiden disputar su primera final ATP.


La definición por el título ante Carlos Alcaraz fue una montaña rusa de emociones y de tenis. Irregulares y espectaculares, "Carlitos" y "Lore" acumularon tantos fallos como aciertos con el italiano siempre por delante en el marcador. En el momento de cerrar el encuentro, el español se las ingenió para levantar cinco puntos de partido y forzar un tercer set. Cuando todos creían que el partido se lo llevaría Carlos, Lorenzo volvió a tomar las riendas del partido para cerrar una semana llena de obstáculos tanto dentro como fuera de la cancha (la aerolínea le perdió sus maletas y se las devolvió al día siguiente de aterrizar).


"No puedo expresar lo que estoy sintiendo. Aún pienso que estoy soñando. No tengo palabras porque el partido de hoy ha sido una montaña rusa, de principio a fin. Tuve muchísimas bolas de partido. Carlos jugó increíble en esos puntos, pero yo tuve demasiadas oportunidades. Creo que la clave del partido fue que me mantuve tranquilo y conservé la paciencia. No fue nada fácil encontrar la energía para volver a estar arriba. Estaba muy cabreado, pero intenté que mi rival no pudiese verlo. Intenté perdonarme por todas las bolas de partido y por todas las situaciones que no aproveché. Eso fue lo más importante, porque sinceramente no esperaba poder ganar después de semejante montaña rusa. Estoy increíblemente feliz de ser el campeón de Hamburgo", declaraba un emocionado primerizo campeón ATP.
Finalista del US Open 2018 y campeón del Australian Open 2019 como Junior, Lorenzo Musetti fue número uno del mundo ITF Junior hace menos de tres años. La transición al profesionalismo no le costó tanto como a otros solo que a los ojos de los analistas y fanáticos, un jugador tan vistoso y con tan buenos resultados como menor de edad "debería" haber explotado antes, un pensamiento equivocado que muchas veces, dicho, escrito y repetido hasta el hartazgo en los medios de comunicación especializados, solo carga de presión a las promesas del deporte de la raqueta y les impide desarrollarse con normalidad.

Dueño de un revés a una mano de otra época, sus cambios de ritmo utilizando cortados, dejadas y bolas altas hacen creer que no solo se le debe pegar fuerte a la pelota desde el fondo de la pista como el 90% de los jugadores profesionales actuales. La biomecánica y el análisis exhaustivo con videos ha mejorado el porcentaje de acierto de los jugadores pero ha creado un perfil de jugador cada vez más parecido. Nicola Pietrangeli lo describió a la perfección: "En mi opinión, es el jugador italiano de la actualidad que practica un tenis más bonito. Me encanta verle jugar, porque es muy técnico y no utiliza tanto la fuerza, lo que le hace diferente al resto y evoca a jugadores de mi época. Es fantástico".

Daniel Vitale Pizarro