31 enero 2022

Nadal es atemporal

La paridad se terminó. Los sesenta Grand Slams conseguidos por el terceto Federer, Djokovic y Nadal en partes iguales, se convirtieron en sesenta y uno. Y el encargado de superar esa barrera numérica y psicológica de los veinte no fue el suizo que tuvo su oportunidad en Wimbledon 2019 tras desperdiciar dos puntos de partido con su servicio; tampoco fue Novak Djokovic que en el US Open 2021 entre llantos y rabietas en pleno encuentro no pudo ganar el Grand Slam calendario. El que logró romper esa igualdad fue Rafael Nadal, casualmente en el Australian Open, Major que más se le resistía y donde más ha sufrido su cuerpo. La lucha maratónica por ser el más ganador de todos sigue sin tener fecha de caducidad.

Una imagen vale más que mil palabras y ver al español meter la cabeza en su raquetero para esconder las lágrimas de la emoción por acceder a una nueva final de Grand Slam dos meses después de no saber si iba a volver a competir sin dolor, habla de lo difíciles que fueron estos últimos meses desde aquella lesión en su pie izquierdo en septiembre que lo alejó de las pistas cinco meses. Acostumbrado a las lesiones prolongadas pero cansado de las mismas, 'Rafa' volvió a la competición con la misma ilusión e incertidumbre de siempre, como un joven de veinticinco años pero con la madurez de los treinta y cinco que dice su documento de identidad.

Si al principio del certamen no era candidato al título, tampoco lo era en la final contra Daniil Medvedev. Diez años menor, sin tiempo para preparar tenísticamente el torneo y ante el mejor jugador del momento, el desafío era mayúsculo aunque de Rafael Nadal se tratase. Peor aun cuando desperdició una bola de set para igualar el partido en el segundo parcial. Pero nada de eso perturbó al manacorí. Tampoco le tembló el pulso cuando tuvo que levantar tres bolas de quiebre en el tercer set, virtuales puntos de partido. Remontada en curso, quizás el peor mazazo fue perder su servicio en el quinto set para ganar el torneo. "Joder, otra vez voy a perder teniendo esta ventaja, como en 2012 y 2017", pensó en ese momento...

Pero su incasable espíritu de lucha le permitió volver a quebrar el saque de su rival y ganar el suyo con una volea de revés para el delirio de la 'Rod Laver Arena' y de todo un país que festejó el título como si fuera suyo: "La final ha tenido de todo. Hubo un momento crítico, total, ese 2-3 0-40, fue momento casi de match point. Pero también tuve muchas opciones en el segundo. Perderlo fue un mazazo. Ya estuve en esa posición varias veces en mi carrera, sobre todo aquí en Australia, con break a favor en el quinto y hoy me pasó lo mismo. Fue duro de aceptar. Lo que no podía hacer era no luchar hasta el final. Me mantuve con la cabeza fría hasta el final. La suerte también me ha acompañado en algunos momentos".

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Los cinco sets ante Shapovalov en cuartos de final (perdió cuatro kilos por la deshidratación) fueron la prueba de fuego para saber internamente que estaba listo para pelear por el trofeo. La final fue una muestra más del poder de la mente por sobre el físico, que los límites se los pone uno mismo y que lo mejor de uno surge ante la adversidad, siempre y cuando estés dispuesto a dar todo de ti para lograrlo. A veces la victoria está en intentarlo pero cuando ese 'intento' se refleja en un título, sabe mucho mejor. "Aguanta Rafael, aguanta", la frase de su tío que describe una carrera repleta de éxitos forjados en una palabra clave, 'aguantar'.

Aguanta una pelota más, aguanta mentalmente este tramo adverso del partido, aguanta físicamente un set más, aguanta media hora más de entrenamiento, aguanta los meses que sean necesarios para recuperarte de una lesión... A Rafael le han inculcado desde muy pequeño el sentido de la palabra aguantar y ha hecho de eso un arte: "Ha sido el título más inesperado de mi carrera. Tras lo que viví en los últimos meses, este trofeo significa mucho para mí y para los que estuvieron a mi lado en los últimos tiempos. A estas alturas de mi vida, después de todo lo que he tenido que pasar, siempre mantuve la ilusión de volver. Esa ilusión me ha llevado hasta aquí".

Ignacio Camacho describe a la perfección al Rafael Nadal competidor: "El secreto del mallorquín, lo que le hace especial en este tiempo de excusas, falta de compromiso y abuso de la autodispensa, consiste en la capacidad para encajar el sufrimiento y procesar la adversidad con inteligencia sin descargarla en culpas o circunstancias ajenas. Su éxito constituye una lección de control sobre sí mismo, de sentido del deber, de exigencia, de ética del trabajo y de responsabilidad sobre su carrera. Ha construido una leyenda de excelencia en dirección opuesta a la hegemónica cultura de la reclamación y de la queja". 

*Nadal es atemporal, título de @matchtenis.

Daniel Vitale Pizarro

12 enero 2022

El dúo dinámico

Mientras Novak Djokovic 'resolvía' su problema con la justicia australiana; Rafael Nadal ganaba su 89° título ATP en Sidney; y Gael Monfils volvía de la cenizas por enésima vez en su carrera para ganar el 11° trofeo como profesional, Denis Shapovalov y Felix Auger-Aliassime comandaron a Canadá hacia su primer título como país en una competición oficial por equipos, la ATP Cup. A dos semanas del inicio del Australian Open, la mayoría de los mejores tenistas del mundo participan en alguno de estos tres certámenes a modo de preparación para el primer Grand Slam de la temporada.

Para nada sencilla fue la obtención de la tercera edición de la ATP Cup para Canadá. A punto estuvo el país norteamericano de no presentar equipo en la competición. Shapovalov positivo de coronavirus el veintiséis de diciembre y Steven Diez en Canadá a la espera de su resultado negativo de Covid-19, la delegación de 'Tennis Canadá' llegó con lo justo para el inicio del torneo. El capitán alistó a 'Shapo' para el dobles del primer encuentro, arriesgando al zurdo tras recuperarse del Covid, una jugada no funcionó: 3-0 de Estados Unidos. Ya con el equipo completo, el verdugo le tendió una mano. USA perdió sus siguientes encuentros y le abrió la puerta a Canadá para clasificar a semifinales.

Entre los cuatro mejores del torneo, lo más difícil estaba por venir. Rusia era el escollo en semifinales y España en la final. Felix y Denis se pusieron el equipo al hombro y derrotaron a Medvedev y compañía el sábado y a los españoles Carreño Busta y Bautista Agut el domingo, una especie de 'revancha' de la final de la Davis 2019. Una semana de locos para los canadienses que pasaron de estar al borde de no presentar equipo, a punto de quedar eliminados en la fase de grupos y a un par de puntos de caer en el supertiebreak del dobles decisivo ante Rusia, a campeones del certamen con una actuación sólida en la final contra España, despejando todas las dudas que tuvieron durante la semana.

"Tantas cosas tenían que salir a nuestro favor… Fue muy difícil para nosotros perder 3-0 el primer día, así que necesitábamos que Estados Unidos perdiera, y lo hicieron en un partido loco. Parecía como si las piezas estuvieran encajando. Realmente espero que se haya podido ver en Canadá, estoy seguro de que así fue. Y espero que haga creer a todos que también somos un país de deportes de verano. Solo espero que muchos niños comiencen a agarrar raquetas después de vernos competir", explicaba ante la prensa Denis Shapovalov, el sube y baja de emociones que vivieron desde el primer día hasta el último.


En sintonía con su amigo y compañero de equipo, Felix Auger-Aliassime destacó el espíritu de lucha de todos y espera haber podido darle una alegría a su país en este momento tan delicado para el mundo: “Al estar tan cerca de caer eliminados en la fase de grupos y luego salir adelante, conectas ese modo de supervivencia y creo que lo hemos mantenido hasta el día de hoy. A medida que avanzaba la semana, jugamos algunos partidos realmente buenos. La confianza y la fe nunca desaparecieron. Realmente, espero que esto inspire a los niños y a la gente en casa en estos tiempos difíciles. Muchas ciudades han vuelto a cerrarse. Espero que esto les ponga una sonrisa en la cara y les dé un poco de apoyo y esperanza, y luego inspire a la próxima generación”.


Milos Raonic, Vasek Pospisil, Eugenie Bouchard, Bianca Andreescu, Denis Shapovalov, Felix Auger-Aliassime, Leyla Fernández y la lista seguramente seguirá... Canadá se ha tomado en serio al deporte de la raqueta y los resultados están a la vista del mundo. Apoyados por una Federación seria, los dos proyectos más atractivos son Auger-Aliassime y Shapovalov. Consolidados entre los mejores del mundo, el rubio y el moreno forman una dupla explosiva. Mismo país, prácticamente la misma edad, gran relación personal entre ellos y miles de experiencias vividas juntos desembocaron en este gran presente y mejor futuro del dúo dinámico canadiense.

Compañeros desde muy pequeños en los circuitos para menores de edad, solo han mejorado con el paso de los años, casi siempre en tándem. Campeones de la Junior Davis Cup y del US Open Junior (dobles) en 2015; campeones de Wimbledon (Shapovalov) y el US Open (Auger-Aliassime) Junior en individuales y números dos del mundo Junior en 2016; finalistas de la Copa Davis 2019; y campeones de la ATP Cup 2022. En medio de todo eso y sin haber cumplido veintitrés años, ambos fueron Top10 ATP y semifinalistas de Grand Slam. Presente y futuro asegurado para un país que deberá acostumbrarse a escuchar más a menudo la palabra tenis en los medios de comunicación.

Daniel Vitale Pizarro