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16 marzo 2021

Doblista que no se resigna

Ha sido una semana movida en el circuito ATP: la vuelta de Roger Federer luego de trece meses de inactividad en Doha (Catar), el título de Daniil Medvedev en Marsella (Francia) más el ascenso al número dos ATP tras dieciséis años de hegemonía del Big4 en el Top2 y la presencia argentina en las tres finales de la gira sudamericana de tierra batida que finalizó en Santiago de Chile. Entre todo esto, poco se ha hablado del finalista de Marsella, el multicampeón en dobles y el de mejor coeficiente de ranking si mezclamos individuales (73°) y dobles (22°). Nos referimos al francés de veintinueve años, Pierre-Hugues Herbert.

Herbert inició como la mayoría de los jugadores en el circuito ATP, disputando cada torneo tanto en individuales como en dobles para ganar dinero, subir en el ranking y foguearse contra rivales de gran nivel. Enfocado en el individuales pero con un tipo de juego más propio de un doblista, los resultados en la modalidad por parejas llegaron más rápido y de repente su carrera viró hacia los duetos. Ya desde su etapa como Junior, gran parte de los puntos que lo ubicaron como 9° ITF Junior fueron conseguidos por su desempeño en dobles: campeón de Wimbledon y finalista del Orange Bowl (USA) y del Eddie Herr (USA), siempre junto al alemán Kevin Krawietz


Su ingreso al Top100 en duplas se efectuó en 2012 mientras que en singles recién pudo romper esa barrera en 2015 (una semana) pero su estabilización fue a partir de 2016, saliendo del Top100 solo seis semanas hasta hoy. El ascenso en ambos rankings se debió a sus resultados dispares en ambas espacialidades. Mientras que en individuales ganó diez títulos como profesional (seis Futures y cuatro Challengers), en dobles su carrera es excepcional ganando prácticamente todo lo posible en el circuito. En su palmarés figuran trece Futures, quince Challengers y diecinueve ATP, entre ellos los cuatro Grand Slams, el Masters y siete de los nueve Masters1000 diferentes. ¿Sorprendido?


Sus logros en pareja iniciaron en 2015 de la mano de Nicolas Mahut, su compañero de ruta de los últimos seis años, con el que ganó diecisiete ATP. La dupla francesa finalizó como número dos del mundo en 2016. Una de las parejas más longevas del circuito, como toda relación duradera, pasó por momentos difíciles. Acostumbrados a planificar una temporada en conjunto, en 2019 disputaron apenas un puñado de certámenes: "Quise centrarme más en mi carera individual después de ganar el Australian Open. Tenía mis razones y tomé esa decisión, pero no fue fácil. Esos momentos fueron muy duros, pero guardo un buen recuerdo de ese año después de ganar un Grand Slam en enero y el título en Bercy y Londres en noviembre”.

Pero no todo es dobles en la vida de Herbert. Mientras disfruta de ser una estrella del circuito, el francés despunta el vicio del individuales siendo siempre competitivo al más alto nivel. Esta semana en Marsella alcanzó su cuarta final ATP (0-4), afianzándose en el Top100 (73°) con victorias resonantes ante Kei Nishikori o Stefanos Tsitsipas (5°), cuarta ante un miembro del Top10. "Ha sido una semana increíble. He jugado cinco partidos de alto nivel y estoy orgulloso de ello. He perdido ante alguien (Medvedev) que ha sido superior durante todo el partido. Fui capaz de resistir y tener una oportunidad de ganar en el tercer set, pero ha sido demasiado bueno", declaraba un triste pero satisfecho finalista.

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Herbert es de esos jugadores que le hacen bien al circuito. Técnico, sacador y voleador y con el slice como arma y no como recurso, el francés toma riesgos e intenta siempre cerrar espacios adelantándose en la pista. Veloz y flexible a pesar de su altura (188cm), Pierre Hugues es de los pocos, quizás el único en la elite, que golpea el revés a dos manos pero maneja el cortado a la perfección, tanto en defensa, transición o ataque, algo propio de los jugadores con revés a una mano. Distinto hasta en la elección de su golpe favorito (volea de revés), sus ídolos de pequeño fueron Pete Sampras, Roger Federer y Guillermo Coria, jugadores de los que intentó absorber cosas para aplicar a su juego. 

Daniel Vitale Pizarro

27 febrero 2017

Dominio francés

Jo-Wilfried Tsonga siempre está. Aunque la regularidad no sea su principal característica, el francés tiene algunas semanas de ensueño en casi cada año calendario. En 2015 lo dejó bien claro en Metz, hace tres años sin estar en los planes de nadie fue campeón en Toronto en la final a Roger Federer y así hay ejemplos cada año. O alcanza alguna semifinal en algún Grand Slam, o se corona en algún Masters1000 o descolla en uno o dos ATP500 o ATP250, sin importar el rival de enfrente. Su tipo de juego depende más de si mismo que de su contrincante. Explosivo y ofensivo, basado en su saque y su derecha, "Jo" puso contra las cuerdas a todo el que se puso frente a él en las últimas dos semanas.

Gran año está atravesando el galo que en todos los torneos que disputó en 2017 alcanzó al menos los cuartos de final. 14° ATP hace catorce días, Tsonga se coronó campeón en Rotterdam por primera vez en su carrera (finalista 2011) con victorias resonantes ante Berdych (13°), Cilic (7°) y Goffin (11°) en la final, el único que pudo arrebatarle un set en Holanda. El campeonato en Rotterdam le permitió avanzar tres puestos ATP, al borde del Top10 una vez más en su carrera. Inscrito en Marsella, el bicampeón del certamen (2009 y 2013) era el segundo preclasificado del torneo por lo que iniciaba desde octavos de final, un partido menos que los demás participantes (cuadro de 28 - 4 bye).
Duro cuadro por ser un ATP250. Tsonga tuvo que derrotar a Simon (23°), Kyrgios (16°) y Pouille (17°) para levantar el trofeo francés, tercero que obtiene en la ciudad en cuatro finales disputadas en Marsella. Al igual que en Rotterdam, solo cedió un set en todo el torneo y por primera vez en su carrera, acumula nueve partidos consecutivos sin conocer la derrota, un récord poco habitual en él que demuestra la madurez tenística de un jugador que roza los 32 años y que regresó al Top10 para quedarse (7°). Impecable físicamente como desde que irrumpió en aquella final del Australian Open 2008, el nacido en LeMans tiene mucho tenis para dar.

El título en Marsella es el número catorce en la carrera del francés que accedió a veinticinco
finales ATP desde 2008. Exnúmero cinco del mundo, solo una temporada terminó con tres títulos ATP y fue en 2009. Entre 2008 y 2017 solo un año no llegó a una definición ATP (2010), en todas las demás, alcanzó dos finales ATP (una en 2016). Siete de sus trofeos los obtuvo en Francia (más otras tres finales), lo que demuestra que se siente muy cómodo jugando de local, con familiares y amigos en las gradas. Seis veces semifinalista de Grand Slam, solo pudo cruzar ese umbral en una ocasión y lo hizo cuando tenía un puñado de partidos ATP, en Australia 2008.

"Estoy muy contento de ser el nuevo embajador...", fueron las primeras palabras de Jo Wilfried Tsonga apenas recibió el trofeo, conocido por él. Las dos semanas más regulares de su carrera lo depositan una vez más dentro del Top10 (7°) y con las expectativas altas de cara al doblete Indian Wells y Miami (ausente en Dubai para cuidar su físico), torneos en los que nunca tuvo buenos resultados sin llegar siquiera a semifinales en ambos, algo curioso tratándose de un jugador de su calibre y más aun siendo certámenes sobre cemento, su superficie predilecta.

Lucas Pouille fue el otro finalista francés en Marsella. 15° ATP tras la definición alcanzada (su mejor posición ATP histórica), apenas es su tercera final ATP (1-2 su récord). A sus 23 años recién cumplidos, muy rápida fue su irrupción a los primeros puestos del ranking ATP sin grandes títulos pero sí con grandes actuaciones en torneos importantes. Semifinal de Roma y cuartos de final en Wimbledon y US Open, más las finales antes explicadas edifican el 15° ATP, lo que mejorará en 2017 si encuentra regularidad en sus resultados y estabilidad, algo novedoso para él que recién en 2015 ingresó al Top100.

Daniel Vitale Pizarro
@DanielViPiTenis

22 febrero 2016

#FirstOfMany



"El campeón soy yo"

La historia de Nick Kyrgios en el circuito ATP es corta por sus viente años de edad pero intensa, tanto dentro como fuera de las canchas. Campeón del Australian Open junior en 2013 y de Roland Garros (2012) y Wimbledon (2012-13) en dobles como menor de edad, fue número uno del mundo en la categoría y poco le costó el traspaso al profesionalismo. En 2014 dio el primer gran impacto de su carrera al derrotar a Rafael Nadal (1°) en octavos de final de Wimbledon siendo el 144° ATP y a sus 19 años de edad. A partir de ese momento, la carrera del australiano fue en ascenso y su exposición mediática siguió el mismo curso. O peor.

A Gasquet (14°) y Nadal (1°) en Wimbledon 2014, a Federer (2°) en Madrid 2015, a Raonic (8°) en Wimbledon 2015 y a Wawrinka (5°) en Montreal 2015, sus otras victorias resonantes siendo un adolescente. La final perdida ante Gasquet en Estoril 2015 había sido hasta su llegada a Marsella 2016, la única definición ATP que había jugado. Sin disputar torneos entre septiembre y diciembre de 2014 por "cansancio mental", más algunas lesiones menores que lo alejaron de algunos torneos esporádicos en 2015, esta temporada debería ser la de la consolidación del talento nacido en Camberra con orígenes griegos, una amenaza latente para cualquier jugador del circuito.

"Mi servicio es mi mejor golpe"

Tomas Berdych lo eliminó del Abierto de Australia en tercera ronda y una lesión en el hombro le impidió disputar los torneos siguientes, un flagelo que le impidió a Nick al menos haber tocado el Top20 desde que es profesional. Desde el año de su despegue (2014) se perdió al menos veinte certámenes por distintas lesiones en varios lugares de su cuerpo (hombro, codo, antebrazo, espalda, tobillo y pie). Antes del Australian Open se retiró del torneo exhibición de Kooyong en medio de un partido que iba ganando por "molestias en el pie". Su último problema físico, uno conocido, su codo derecho, no le permitió jugar Rotterdam.

Kyrgios llegó a Marsella sin jugar desde el Australian Open. Pospisil y Gabashvili le sirvieron para tomar ritmo de competencia. En cuartos de final derrotó a Gasquet (10°) y en semifinales a Berdych (8°). Por primera vez en su carrera había vencido a dos Top10 en una misma semana y encima de manera consecutiva. En la final lo esperaba Marin Cilic (12°). Poco le pesó a Nick enfrentar a un campeón de Grand Slam. Sin perder sets ni su servicio, al igual que durante todo el torneo, le ganó al croata 6/2 7/6 y levantó su primer cetro ATP a los veinte años y nueve meses, basándose en su incontestable servicio (95% de puntos ganados con su primer saque) y su tenis puro de ataque.

Cilic, lejos del nivel del US Open 2014, siempre está...

Su ranking subirá indefectiblemente y el puesto 25° que ocupó el año pasado le queda chico por el potencial del oceánico. El título en Marsella lo volvió a depositar en el Top40 (33°), posición que mejorará si se mantiene sano, algo que tiene muy claro en sus objetivos a corto plazo. "No quiero jugar muchos eventos este año. Mi objetivo probablemente sea estar en casa tanto tiempo como sea posible, disfrutar de mi familia y tratar de mantenerme sano para que cuando juegue los torneos pueda dar todo lo que tengo", Nick Kyrgios en declaraciones durante el torneo francés que obtuvo con total autoridad ante rivales de fuste. Buen presagio en el comienzo de la temporada.

Irreverente, rebelde, indescifrable, talentoso, explosivo, ganador, volátil... Nick Kyrgios. Tómalo o déjalo. Colores fosforescentes en sus atuendos, declaraciones fuera de lugar, poco amor al deporte y varios escándalos con colegas han formado el carácter de la nueva estrella adolescente del circuito. Enfrenta a los mejores jugadores con descaro, parece estar hecho para esas situaciones ("Juego para las grandes ocasiones", Kyrgios dixit 2015). Pendiente al "show" tenístico, dispuesto a entretener al público presente y a si mismo, Kyrgios es un personaje que el circuito, las marcas deportivas y la televisión se pelean por tener en sus filas, en un deporte marcado por la caballerosidad.

"Juego por y para el público"

Kyrgios también tuvo palabras sobre su desempeño en Francia: "Llegar aquí y ganar mi primer título es una buena sensación. Con suerte, hay muchos más por venir. No me sorprende que haya jugado bien tras un mes sin competir, si me sorprende al nivel que pude jugar. Serví, devolví y me moví muy bien, en especial mi saque. Entrené duro en casa y estaba haciendo todo lo que tenía que hacer". Estirpe de Top10, "Kygs" no tardará mucho en llegar al selecto grupo. Incluso muchos excampeones lo postulan como ganador de Grand Slams o futuro N°1 del mundo. Paso a paso. Recién ganó su primer título ATP, lo demás está por venir, como lo felicitó Hewitt en Twitter: "#firstofmany".

Daniel Vitale Pizarro

26 febrero 2013

Quieren más



La imagen del torneo

Berdych (6°) Tsonga (8°), entre ambos sumaban dos Masters1000 y dos finales, dos definiciones perdidas de Grand Slam y 17 títulos ATP. Promesa de gran tenis. Pergaminos suficientes para que Francia se sienta orgullosa del torneo que organizó esta temporada, con un campeón y semifinalista (Simon) locales. Pero eso solo fue la frutilla del postre. El torneo contó nada menos que con cinco Top10. Si, cinco Top10 en un ATP250. Lo llamativo fue que en Memphis se disputaba un ATP500 (hay solo once de esta categoría durante el año) y a dicho certamen no acudió ninguno de los diez mejores. En Buenos Aires (ATP250) asistieron el 4° y el 11° del mundo respectivamente, siendo el torneo norteamericano el perdedor de esta semana.

En el mejor ATP250 del año (hasta ahora) y quizá de todo 2013, Jo-Wilfried Tsonga se quedó con el trofeo de Marsella por segunda vez en su carrera (2009). Derrotó a Tomas Berdych 3/6 7/6 6/4 y salvó un match point en el tie-break con un ace. Mente fría o disparate, lo que haya sido le salió bien. Berdych ganó el primer set y controló a un Tsonga muy peligroso, decidido a no dar un paso atrás de la línea ni ceder el dominio del partido. El checo tuvo sus chances en el segundo set pero no pudo aprovecharlas. En el tercero, Jo-Wilfried quebró en el tercer game para nunca más perder su servicio. Su característico festejo, señalándose la espalda al compás de saltitos y gritos de felicidad, le decían al mundo que Tsonga era el campeón.
"Esta es una gran victoria. Me mantuve en el partido, incluso cuando era muy difícil, esperé mi oportunidad y cuando llegó, la tomé. Estoy muy feliz. Esto me demuestra que estoy en el camino correcto. El cuadro era muy fuerte acá", dijo Jo-Wilfried luego de su triunfo. "Ali", como le dicen por su parecido con el múltiple campeón de boxeo, con esta victoria aumentó su récord en finales a 10-7 y se acercó en los encuentros personales antes Tomas (3-4), que le había ganado los últimos tres enfrentamientos entre ellos.

Tsonga, nacido en la ciudad de Le Mans, hijo de Didier (exjugador de balonmano y profesor de química) y Evelyne (profesora escolar), se siente cómodo jugando de local, cerca de los suyos. Ganó cinco de sus diez títulos en esa condición, con récord de 5-1 en definiciones en su país. Marsella 2009 y 2013, Metz 2011-12 y el Masters1000 de París en 2008, más una final perdida allí en 2011 completan su palmarés más destacado. También en Francia obtuvo en 2007 su primera corona en dobles en Lyon, y entre 2011-12 perdió las finales de Marsella en duplas. Y si de Copa Davis hablamos, ostenta un récord de 11-3 en singles (un retiro) y 3-0 en dobles, además de la medalla de plata junto a Llodrá en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

La suerte del campeón: En su partido de cuartos de final ante Bernard Tomic, también estuvo a un punto de quedar eliminado del torneo y no una vez como en la final, sino ¡cinco veces! Premio a la mentalidad ganadora de "Le Mome" por salir airoso de un cuadro más que complicado para un ATP de esta categoría y derrotar a jugadores de la talla de Tomic, Simon y Berdych. El jugador "Revelación 2007" según la ATP, sigue firme en el Top10, a tres puestos de su mejor ubicación, lograda la temporada pasada (5°).
En Buenos Aires, David Ferrer revalidó su condición de campeón defensor y primer preclasificado del torneo. Alcanzó su tercera definición consecutiva en suelo argentino en tres presentaciones y cosechó su 20° título en 35 finales disputadas. Fue el segundo trofeo del año (Auckland) con diecisiete partidos ganados en lo que va de 2013 y solo dos derrotas. Durante el certamen, Ferrer solo se vio superado en el primer set ante Nalbandian (paliza 6/2) y en parte del segundo set de la final contra Stanislas. Ambos partidos los revirtió con su habitual solidez desde la línea de base para dejar sin chances a sus rivales, sin que puedan aguantar su ritmo de juego, tanto físico como mental.

Daniel Vitale Pizarro