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07 mayo 2018

El mundano Daniel

Taro Daniel avanza lentamente en su carrera tenística, pero avanza. Desde que fuera 20° ITF junior en 2010 hasta su reciente título en Estambul 2018 pasaron varias temporadas entre Futures, Challengers, clasificaciones ATP y cuadros principales. Top130 desde 2015, tres fueron los momentos de gran exposición antes de debutar como campeón ATP en Turquía. El primero fue en los Juegos Olímpicos de Río 2016, cuando enfrentó a Juan Martín Del Potro en octavos de final; el segundo en la segunda ronda del US Open 2017 ante Rafael Nadal; y el tercero en Indian Wells 2018 cuando derrotó a Novak Djokovic segunda ronda.

"Si tengo que elegir la mejor experiencia de mi carrera, elijo los JJOO. El ambiente era muy diferente a un torneo de tenis normal. Contra Del Potro, del partido en sí no me acuerdo demasiado, sí que los argentinos cantaban contra mí, pero era divertido. En un momento sentí que podía ganar y eso nunca me había pasado contra un jugador de ese nivel. Fue una muy buena experiencia. Ya conocía al público argentino, los había visto en la Copa Davis por TV, son muy ruidosos, mucho canto, pero me gusta eso porque da mucho más ambiente. En japón son muy calladitos y educados, que es bueno también, pero en un deporte me gusta mas lo otro", rememorada Taro.


Rafael Nadal, en el 'Arthur Ashe' y en la ciudad donde nació. Mejor plan imposible. Y para que sea más inolvidable aun, estuvo set arriba y quiebre a favor antes de caer ante el, a la postre, campeón del Grand Slam neoyorquino. Hoy, a la distancia, recuerda ese partido como único: "Durante aquel partido fue la vez que mejor me sentí en una cancha de tenis, fue una lástima no poder mantener el nivel de los dos primeros set, pero Rafa te pone las cosas muy complicadas". Su tercer momento y el más feliz, fue la victoria ante Novak Djokovic en Indian Wells 2018, su Masters1000 favorito.

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Japonés nacido en Nueva York y formado tenísticamente en Valencia, Daniel es un caso diferente al resto de los tenistas profesionales. Hijo de Paul Daniel, un banquero norteamericano, y de Yasue, japonesa que trabajaba en Nueva York, se crió de bebé en Estados Unidos, de niño en Japón y de adolescente en España. 13 años y un futuro promisorio como tenista profesional generó que la familia dejara Nagoya (Japón) y buscara un mejor lugar para su desarrollo tenístico. Ese sitio fue Valencia, la Academia "TenisVal" de José Francisco Altur, donde entrenaban Safin, Ferrer y Andreev, aunque antes probaron en la Academia "Sanchez-Casal" pero "no nos gustó".
Su vida vertiginosa entre tres países alejados en tres continentes diferentes le posibilitó dominar con fluidez tres idiomas muy diversos entre sí, como lo son el japonés, el español y el inglés, para sorpresa de los espectadores de cada torneo al que asiste en América o Europa. En una entrevista de El Tenis Que No Vemos, Taro cuenta cuan importante es cada país en su vida: "Estados Unidos es donde nací. A California voy todos los años porque es la casa de mi padre y me encanta, tengo mi familia más cercana. Japón es donde tengo más amigos y a mi novia, es el sitio más divertido. España es muy tranquilo. Europa me encanta para vivir, un poquito aburrido pero muy bueno para este deporte".
"Paparra", como le decían en su etapa de juveniles, mide 191cm de altura y tiene un estilo de juego poco convencional para su altura y su nacionalidad. Sólido de fondo, buenos movimientos y aguerrido, producto de sus años con José Altur (característico de sus pupilos). El jugador que representa a Japón en la Copa Davis será 82° ATP, su mejor posición. “Estoy sorprendido de que haya ganado mi primer ATP, pero cosas como estas pueden pasar y ahora yo soy uno de ellos”, reconocía Taro ante los medios luego de estar entrenando en Amsterdam listo para la qualy de Estoril, torneo que nunca disputó por haber ingresado al cuadro principal de Estambul a último momento.

Daniel Vitale Pizarro

09 mayo 2017

Irregular pero efectivo


 
Marin Cilic es un caso especial dentro del circuito ATP. Dotado de un tenis excelso, de golpes ampulosos y potentes, ha logrado tanto grandes triunfos y como grandes derrotas. Irregular, el croata fue campeón del US Open 2014 sin haber siquiera ganado un ATP500. Tres años después triunfó en un Masters1000 y a fin de 2017 completó su palmares al ganar un ATP500. Esta temporada no había encadenado tres partidos ganados de forma consecutiva en los ocho torneos que disputó con apenas una semifinal ATP en Acapulco (WO en cuartos de final). Pero en Estambul ordenó su juego y apabulló a sus rivales ronda tras ronda.

Los dos Top10 del certamen alcanzaron la final. Milos Raonic (6°) y Marin Cilic (8°) animaron y jerarquizaron la final del ATP250 turco. En muchos torneos de esta categoría no se inscriben siquiera un Top10 y en Estambul ambos llegaron al partido final. Es apenas la cuarta final ATP de 2017 en la que se enfrentan dos Top10. Los organizadores y el público, infinitamente agradecidos. El primer set fue parejo y se decidió en el tiebreak en el cual salió airoso el campeón de Grand Slam. El segundo set lo dominó Cilic a su gusto para cerrar el encuentro 7/6 6/3 y levantar su 17° trofeo, al menos uno por año desde 2008. Regular en su irregularidad.

"Estoy en buena carrera y me siento muy bien. En estas últimas tres o cuatro semanas en arcilla, nunca es fácil, pero estoy tratando de mejorar con cada partido. Esta semana es una buena señal para lo que sigue en polvo de ladrillo. Espero poder mejorar en estos próximos tres torneos, dos Masters1000 y Roland Garros”, fueron las palabras realistas del campeón que espera que el triunfo en Turquía le sirva para alimentar su confianza y encarar la parte más importante e intensa de la gira de tierra batida de la mejor manera posible. Estambul fue su segunda copa obtenida en arcilla tras la conseguida en Umag 2012.

El canadiense transita un año diferente. Aquejado por las lesiones, solo disputó cinco torneos en 2017 y en dos de ellos no se presentó a disputar el encuentro. El más resonante fue la final de Delray Beach tras vencer a Del Potro en semifinales; el otro fue la segunda ronda de Miami. En los demás certámenes disputados antes de la final en Estambul cayó en semifinales de Brisbane (venció a Nadal en cuartos de final) ante el a la postre campeón Grigor Dimitrov y en cuartos de final del Australian Open ante Rafael Nadal (finalista). Milos necesita acumular unidades en la superficie naranja porque defiende finales de Queen's y Wimbledon apenas termine Roland Garros.

La vuelta al circuito de Raonic fue más que positiva. Sin jugar desde febrero por un desgarro en el isquiotibial de su pierna derecha, volvió en plena gira de arcilla, la que menos beneficia a su estilo de juego y llegó a la final, su primera en la superficie más lenta del mundo. 21° final ATP para el nacido en serbia (8-13) y segunda del año (0-2). Alejado de Ljubicic hace un par de temporadas eligió seguir ligado a la Academia de Ricciardo Piatti pero en compañía este año de Richard Krajicek, campeón de Wimbledon 1996 y N°4 del mundo. El fruto del trabajo mancomunado entre ambos podrá ser evaluado cuando las lesiones del jugador no le impidan jugar con normalidad.

Fue una semana especial para Marin Cilic porque el viernes llegó a la victoria ATP N°400 en su carrera, el 78° jugador en la Era Abierta en lograr esa suma y tercer croata en conseguirlo detrás de Ivan Ljubicic (429) y Goran Ivanisevic (599). La final significó la 28° como profesional (17-11) y la sexta en arcilla (2-4). El título le permitió subir un puesto en el ranking ATP y volver al 7° lugar, debajo de su mejor posición alcanzada hace unos meses atrás (6°), en noviembre del 2016. A pesar de haber vencido a un Top10 en la final, su récord frente al selecto grupo sigue siendo negativo (27-64).

Daniel Vitale Pizarro

02 mayo 2016

Pequeño gigante



La alegría de debutar como campeón ATP

Houston 2016. Diego Shwartzman perdía 6/0 6/0 en primera ronda contra Marcos Baghdatis. Minutos más tarde el argentino expresaba sus sentimientos en Twitter: "Tocando fondo". Tres partidos ganados en el año, ocho victorias a nivel ATP y cinco triunfos a nivel Challenger. Sin confianza, estuvo a punto de abandonar por unas semanas la gira europea de arcilla: "Antes de este torneo pensé en no venir y descansar en casa. Finalmente, junto a mi equipo, decidí venir". Apostó al tenis, a recuperar nivel y confianza jugando y acertó. Acompañado por un grupo de argentinos en Estambul (Turquía), fue la semana casi perfecta.

Inscripto en el ATP250 de Estambul en singles y en dobles junto a Andrés Molteni, Diego despachó al N°1 del torneo Bernard Tomic 6/2 6/2 en octavos de final y al campeón de Marrakech, Federico Delbonis, en semifinales. El rival en la final era Grigor Dimitrov (29°). El búlgaro (ex 8° ATP) no está en su mejor momento pero es un rival de respeto, que busca reencontrarse con su mejor tenis de la mano de Franco Davin. Para Schwartzman era su primera final ATP en el torneo en el cual un año atrás había alcanzado su primera semifinal ATP. Para Grigor era su octava final como profesional (4-3), segunda del año tras la perdida en Sydney.
El poco profesionalismo en carne propia

Un reñido primer set para Dimitrov volcó el partido para el búlgaro que llegó a liderar 7/6 5-2. Pero el partido recién empezaba para Schwartzman. Desde ese momento, el argentino ganó once games contra uno solo de su rival. Diego llegó al tiebreak y no perdió ningún game más. Aparentes problemas físicos de Grigor, enfados y roturas de raqueta, terminaron en la descalificación del mismo cuando iban 7/6 6/7 0-5 40-40 tras romper dos raquetas en un ataque de furia. Saludó al arbitro, a su rival y pidió disculpas en conferencia de prensa, pero nada hará olvidar el papelón que hizo el día de más público dentro y fuera de la cancha.

Ni tiempo de festejar tuvo el campeón porque junto a Molteni tenían que disputar la final del dobles frente a Dudi Sela y Flavio Cipolla. 2h 47m duró la final del singles y 1h 28m la del dobles. Casi cuatro horas y media estuvo en cancha el domingo. La derrota en la final de duplas 6/3 5/7 10/7 no impidió que sea una semana perfecta, histórica para el "Peque". Fue su tercera final ATP entre singles y dobles (1-2) luego de la perdida en 2015 junto a Paolo Lorenzi en San Pablo. Para Molteni fue el debut en una final ATP de la especialidad, puntos que le permitieron igualar su mejor posición histórica en el ranking de dobles (75°).
El título de Schwartzman en Estambul significó el 214° para el tenis argentino, el tercero del año tras los conseguidos por Juan Mónaco en Houston y Federico Delbonis en Marrakech hace unas semanas. La sequía de títulos argentinos ATP de 2015 no tiene nada que ver con lo que está sucediendo esta temporada, y recién pasó un tercio del calendario ATP... Diego es el 35° jugador argentino en alcanzar una definición ATP y el 30° campeón en la Era Abierta, una parte de la rica historia del tenis argentino. Entre singles y dobles, Argentina acumula en 2016 seis títulos ATP, solo detrás de España y Francia (7).

"Los calambres comenzaron al final del segundo set, pero desde el 5-2, todo el crédito de la remontada es de Diego. Nunca quise terminar así pero no pude controlar mis emociones por lo que le pedí perdón", fueron las palabras del subcampeón en conferencia de prensa. El campeón, emocionado y diplomático luego de lo sucedido, dijo estas palabras: "Perdón Grigor por lo de hoy, eres un gran jugador y jugaras muchas finales más, mis respetos hacia vos. Estoy muy contento, fue una semana asombrosa, no se lo que pasó, es un sueño. Gracias a todos por venir todos los días, seguro nos veremos el año que viene".

Imágenes del primer set y del tercer set...

Dimitrov, inestable e irregular desde hace dos temporadas, rompió relaciones con Roger Rasheed, quien lo había llevado al Top10, y contrató esta temporada al argentino Franco Davin para rearmar su carrera y volver al selecto grupo de los diez mejores del mundo. Finalista en dos ATP250, los resultados llegaron a medias. El potencial del nacido en Haskovo no condice con su nivel actual y la tarea de Davin no es para nada fácil. La presión nunca dejó en paz a Grigor que cargó y carga en sus espaldas con el mote de "futuro gran campeón". Física y tenísticamente lo tiene todo, pero su mentalidad, lo más importante entre los mejores, no está a la altura de las circunstancias.

Daniel Vitale Pizarro

04 mayo 2015

No se olvida de la arcilla

La alegría se contagia

Desde los comienzos de su carrera que el polvo de ladrillo no es la superficie predilecta de Roger Federer. Sin problemas para desenvolverse, cuando diagrama su calendario trata de evitar los torneos en arcilla salvo la gira europea previa a Roland Garros, cita obligada que desemboca en el segundo Grand Slam de la temporada. Incluso hace varios años que ni siquiera juega los tres Masters 1000 obligatorios para llegar más descansado a París. La desgastante superficie naranja es la que más exige al cuerpo por los largos peloteos desde el fondo de la cancha y Roger ya no es un adolescente. Pero esta temporada el helvético decidió desembarcar en el ATP 250 de Estambul (Turquía), certamen que debutaba en el circuito y que "convenció" al suizo para que jugara.

Los millones por su presencia, un nuevo país al que nunca había visitado y la recategorización de Halle esta temporada, abrieron un hueco en su calendario que le permitió visitar Turquía. Sin Dimitrov en su camino (2° preclasificado del torneo), de no suceder un batacazo, el torneo no presentaba grandes contendientes al título y el favorito de todos hizo lo que mejor sabe hacer: ganar. El uruguayo Pablo Cuevas fue el digno rival que luchó en la final pero al que no le alcanzó. 6/3 7/6 fue el resultado en favor de Federer que tuvo que arremangarse para destrabar un complicado tiebreak (13-11) y coronarse en un país nuevo para él.

Cuevas mira sorprendido a Federer.

"Esta semana me enfrenté a jugadores que no tenían nada que perder y lo hicieron muy bien. Mientras encuentre una forma de ganar, entonces está todo perfecto", relativizó con humor Roger Federer tras su consagración, en alusión a los sets perdidos ante jugadores fuera del Top50. Incluso tiró una pelota fuera del estadio cuando desaprovechó un break point ante Diego Schwartzman, algo inusual en él, lo que le valió un 'warning'. Sobre ese episodio dijo: "No debería haberlo hecho, pero al menos desde allí empecé a jugar mejor". Te perdonamos Roger (?)

Pablo Cuevas había disputado tres finales en su carrera y nunca había perdido. Campeón en Bastad y Umag 2014 y en San Pablo esta temporada, el mejor sudamericano del momento (22°) atraviesa el mejor momento de su carrera. Tocó el 21° ATP hace un mes, su mejor ranking desde que es profesional y lo logró a las 29 años, acorde con este momento del tenis masculino en el que la longevidad está cada vez más presente. Recién este año logró las 100 victorias como profesional (109). Su cuenta pendiente siguen siendo los torneos importantes. En Grand Slams acumula cinco partidos ganados y siete en los Masters 1000, sumas verdaderamente escasas para el 22° del mundo.

Primer trofeo sobre arcilla (Hamburgo 2002)

La historia de Federer sobre tierra batida no es corta. Inauguró su palmarés naranja a lo grande en el Masters Series de Hamburgo en 2002 ante Marat Safin. Al año siguiente, también en Alemania, se coronó en Munich tras derrotar en la final a Jarko Nieminen. En 2004 fue la primera vez que ganó dos trofeos sobre arcilla en una temporada: Hamburgo y Gstaad. El Masters Series de Hamburgo se transformó en el único torneo sobre polvo de ladrillo en el que Federer pudo defender su corona cuando revalidó el título en 2005. En 2006 no pudo levantar ningún cetro sobre tierra batida pero una temporada después se desquitó por primera vez de Rafael Nadal en arcilla y fue justamente en Hamburgo, torneo que conquistó cuatro veces.
Hamburgo 2007, primera victoria sobre Nadal en arcilla.

Estoril 2008 fue su séptimo título en polvo de ladrillo. En Portugal venció a Nikolay Davydenko. El 2009 fue el mejor año de su carrera en la superficie. Fue campeón en Madrid ante Nadal y en Roland Garros contra Robin Soderling, Grand Slam que le faltaba para completar los cuatro diferentes y convertirse en leyenda del deporte blanco. Tuvieron que pasar tres años para que Federer fuera nuevamente campeón en arcilla y curiosamente lo logró nuevamente en Madrid, pero en la criticada arcilla azul que impuso el excéntrico Ion Tiriac, director del torneo español. Tomas Berdych fue su víctima en aquel recordado certamen de 2012.
Roma 2006. Quizá su derrota más dolorosa en arcilla. 6/7 7/6 6/4 2/6 7/6. Roger tuvo dos match points...

El título en Estambul es el número once sobre arcilla de su carrera en 25 finales disputadas. Perdió las definiciones de Roma 2003, 2006 y 2013; Gstaad 2003; Monte Carlo 2006, 2007, 2008 y 2014; Roland Garros 2006, 2007, 2008, 2011; Hamburgo 2008 y Madrid 2010. Rafael Nadal lo derrotó en once finales de las catorce que disputó en la superficie, su némesis. Solo pudo vencerlo en dos finales. Sus otros verdugos fueron Felix MantillaJiri Novak y Stan Wawrinka. Monte Carlo y Roma son los únicos Masters 1000 que nunca consiguió de los nueve que hay en el circuito, una cuenta pendiente de las pocas que tiene "Su Majestad".

La derrota más humillante. 6/1 6/3 6/0 en Roland Garros 2008.

Roger Federer lleva ganados 85 títulos ATP en su carrera en 128 finales. Locura. Tres trofeos en cuatro finales en 2015, igual que Ferrer y uno menos que Djokovic. En Estambul alcanzó las 200 victorias en tierra batida (203) y se ubicó tercero entre los mejores sacadores al superar a Andy Roddick, tercero en la lista. "RF" lleva acumulados 9083 aces en su carrera, solo detrás de Ivo Karlovic (9420) y Goran Ivanisevic (10183) desde que se llevan los datos de los saques directos (1991). "RF" también impuso otra marca en Turquía e igualó a Thomas Muster en ganar al menos un título en 19 países diferentes. Vilas y Nadal lo hicieron en 18 y Lendl en 17.

Daniel Vitale Pizarro