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04 septiembre 2022

Simply the Best

Tan espectacular fue la carrera de Serena Williams que a semanas de cumplir cuarenta y un años y con un puñado de partidos durante las últimas dos temporadas, se dio el gusto de derrotar a la número dos del mundo en el US Open, su último torneo como profesional. Vestida para la ocasión, una vanguardista de la moda, la menor de las Williams luchó durante casi tres horas en el 'Arthur Ashe' para decirle adiós al deporte que la vio convertirse en una estrella mundial a lo largo de sus veinticinco años de trayectoria tenística. Campeona de absolutamente todo lo que alguna vez jugó, nadie en la historia dominó por completo el circuito femenino tanto como ella durante tres largos lustros.

“Fue el viaje más maravilloso que he hecho nunca. Ha sido el paseo más divertido de mi vida. Estoy muy agradecida a todas y cada una de las personas que en algún momento han dicho: ¡Vamos, Serena! Vosotros me habéis traído hasta aquí. A todos los que han estado a mi lado durante tantos años, décadas. ¡Literalmente décadas! Ha sido divertido. Tranquilos que estas que ven son lágrimas de felicidad, supongo…”, dijo entre lágrimas agridulces la protagonista de la noche en el centro de un 'Arthur Ashe' colmado de fanáticos que no la dejaban hablar tras escuchar el hit noventoso "Simply the Best" de Tina Turner en los altavoces del estadio.

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Victorias memorables y récords inalcanzables, las grandes jugadoras son recordadas por haber marcado una época y Serena Williams es una de ellas. Su irrupción en 1999 a pura potencia, arrasando con las rivales de turno, daba inicio a un cambio de Era. El juego vertiginoso de saques y voleas, de cortados rasantes o de cambio de alturas gracias al liftado, predominante en los ochentas y noventas, fue reemplazado por la potencia, los tiros rectilíneos y la agresividad desde el fondo de la pista, imponiéndose, incluso más que en el circuito masculino, la condición física. Y Serena fue la líder natural de la nueva camada de pegadoras.

La década del dos mil inició la transición de un estilo de juego más vistoso a otro más potente. Justine Henin, Kim Clijters, Amelie Mauresmo o Li Na fueron los últimos exponentes de grandes jugadoras en las que predominaba la técnica y la táctica por sobre la fuerza. Junto a ellas, el nuevo prototipo de jugadoras altas y de gran envergadura empezaban a sobresalir a fuerza de tiros ganadores desde cualquier sitio de la pista como Venus y Serena Williams, Maria Sharapova o Viktoria Azarenka, todas ellas múltiples ganadoras de Grand Slams y números uno del mundo.

Desde que fuera número uno WTA por primera vez en 2002 hasta su último mandato en 2017, fueron 319 semanas en lo más alto, de las cuales 186 de ellas han sido de forma consecutiva entre 2013-2016 (récord compartido con Stefi Graf). Durante ese periodo de quince años de dominio pasaron once líderes del ranking WTA y dieciséis campeonas de Grand Slam entre las que destacaron Justine Henin, Maria Sharapova y su hermana Venus, como las más ganadoras de la época. Y precisamente fue la mayor de las Williams la rival que más veces pudo derrotarla (H2H 19-12) y la jugadora a vencer desde que Serena se inició en el profesionalismo.


Criada en el seno de una familia humilde en Compton, un barrio peligroso de Los Ángeles, la menor de cinco hermanas fue entrenada por su padre Richard en pistas públicas californianas con un método de aprendizaje tan controversial como efectivoSerena siempre se destacó por su temperamento, forjado durante su formación como jugadora de tenis, muchas veces representado en su peculiar vestimenta. Ícono de la moda, la tenista no quiso quedarse solo en lo deportivo. Su ambición como empresaria la llevó a crear en 2014 'Serena Ventures', una firma de capital de riesgo que invierte en una amplia gama de sectores como el de tecnología y empresas del sector de la salud, el deporte, la alimentación, la moda y el entretenimiento.


“Todo empezó por mis padres, ellos merecen todo, soy una afortunada. Y por supuesto mi hermana. No sería Serena si no existiera Venus, gracias. Ella es la única razón por la que Serena existe", se sinceraba la menor de las Williams sin poder contener las lágrimas de la emoción. La nueva extenista también habló sin tapujos sobre su legado en el tenis femenino, algo que consciente o inconscientemente fue construyendo con el tiempo: "Hay muchas cosas por las que ser recordado, pero si tengo que decir una es la lucha. Soy una luchadora. También creo que he aportado algo al tenis, como la vestimenta, los puños apretados en mis celebraciones y una intensidad loca. Pasión, creo que es la palabra”.

Daniel Vitale Pizarro

01 diciembre 2013

Inoxidables


¿A ver que nos dieron?

Australian Open 1998, segunda ronda. Las hermanas Williams, por aquellos años adolescentes en el circuito WTA, se enfrentaron por primera vez como profesionales. La mayor de las morenas, Venus, derrotaba a Serena y dio el puntapié inicial a un duelo que marcaría una época dentro del circuito femenino y que sigue vigente, aunque menos predominante en la actualidad. Esa rivalidad, que ostenta 24 enfrentamientos con dominación de Serena 14-10, estuvo en el Buenos Aires Lawn Tennis el sábado, por primera vez, para deleitar al público argentino.
En un BALTC casi lleno, las hijas de Richard Williams divirtieron al público que desde las gradas, vitorearon y aplaudieron los bailes de Venus y la potencia de Serena en una tarde muy agradable en Palermo. El show finalizó con los Auténticos Decadentes en pleno Court Central y con las hermanas bailando al ritmo de la música de "Cucho" y su banda. Mucha onda por parte de las jugadoras, buen clima meteorológico, la gente respetuosa y un estadio en condiciones, pese a los baños que dejan aun muchísimo que desear y que tendrán que mejorar, de cara a un ATP de Buenos Aires con jugadores de la talla de David FerrerFernando VerdascoTommy Robredo, los argentinos y quizás, porque no, Rafael Nadal.

Bailando al ritmo de "Los Auténticos Decadentes"

Las entrenadas por su padre Richard, desde su irrupción en la WTA en 1997 y 1998 respectivamente, impusieron una nueva forma y manera de jugar al tenis. Pura potencia y tiros que superan ampliamente la velocidad media de cualquiera de sus rivales, dominaron y dominan el tenis hace más de quince años, con altas y bajas, pero siempre con alguna de las dos en la cima del tenis femenino o luchando por la cúspide. Hoy podemos decir que el trabajo que hizo su padre/entrenador con sus hijas fue excelente. El acompañamiento de su familia, a pesar de que Richard y Oracene actualmente están separados, demostró siempre la unidad y el vinculo que los une. Aun hoy vemos a sus padres y hermanas acompañándolas por el mundo, ya sea en las tribunas o en los boxs de fotografía, al borde de las estadios más importantes de la orbe.
Coloridas, vanguardistas de la moda, desafiantes y religiosas (Testigos de Jehová), las hermanas Williams son dos exponentes de la historia del tenis femenino. Sus triunfos, sus batallas, sus duelos y sus declaraciones, no pasaron ni pasarán desapercibidos en las crónicas de los partidos, luego de que cuelguen sus raquetas. Pero eso parece no estar cerca en el tiempo. En un tenis femenino que carece de rivales de fuste para hacerle sombra a Serena Williams y también a Venus, si vuelve a su plenitud física, se las va a extrañar, y mucho, cuando se retiren. Por eso, esta visita a la capital de la República Argentina era un espectáculo digno de aprovechar y disfrutar, visita que quizá no se vuelva a repetir.


Serena Williams, número uno en todos los aspectos

Algunos datos para dimensionar la magnitud de la visita de las hermanas Williams, a pesar de que vinieron para participar de una exhibición. Entre las dos, suman 101 títulos WTA y 24 Grand Slams. Ambas número uno a la largo de su carrera, Serena actualmente le lleva más de cinco mil puntos a Azarenka, su inmediata perseguidora, aunque "inmediata" es una manera de decir... A pesar de que superan los 30 años (32 Serena y 33 Venus), demuestran que siguen dando batalla y más aun la menor de ellas. Desde su vuelta al circuito luego de la embolia pulmonar sufrida en 2011 por un corte en la planta de su pie, que derivó en una lesión que no se sabía si iba a volver a jugar al tenis, Serena no solo volvió sino que arrasó prácticamente con casi todo torneo que se le puso en su camino.
Esta temporada, la auspiciada por Nike volvió a la posición número uno del ranking WTA, logró once títulos, entre ellos dos de Grand Slam (17 en total, la cifra de Roger Federer) y 78 victorias, número que nunca había logrado en un año calendario. Además consiguió la medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Si contamos los Majors que consiguió con su hermana y Max Mirnyi, llegamos a la suma de 32. Sí, 32 Grand Slams en su haber, más tres medallas de oro en esa disciplina, también junto a Venus. En relación a las máximas ganadoras de Grand Slam, Serena Williams se ubica cuarta, detrás de Navratilova y Evert (18) y lejos aun de Graf (22). Y todo lo consiguió a sus jóvenes 32 añitos. Nada mal.

Relajada y divertida, Venus Williams en el BALTC

La mayor de las hermanas no está pasando su mejor momento en el circuito. Sin títulos en 2013 y ubicada 47° en el ranking WTA, pareciera que su físico no la trata igual que a Serena. Ya no mantiene la misma intensidad y explosión en sus golpes como lo supo hacer durante más de una década. Su último Grand Slam ganado fue allá por 2008 en Wimbledon, precisamente ante su hermana en la final. Y su última definición fue al año siguiente, también en el All England y curiosamente ante su hermana menor, pero esa vez no pudo doblegarla. Venus acumula siete Majors y 44 títulos WTA en su carrera. Si sumamos los trece "Grandes" que conquistó junto a Serena y otros dos de compañera con Justin Gimelstob, suma la nada despreciable cantidad de 22 GS entre singles y dobles. Las dueñas de la WTA, aun le sacan sonrisas a sus fans y esperemos que por mucho tiempo más. Y estuvieron en el Buenos Aires Lawn Tennis. Un lujo.

Daniel Vitale Pizarro desde el 'Buenos Aires Lawn Tennis Club'

06 agosto 2012

Medallas históricas



Medalla, bandera y sonrisa británica.

Andy Murray lo hizo. Pudo derrotar a Roger Federer en una final de un torneo importante, no en puntos porque da 750 ni en dinero porque esta competición no premia con plata, pero si en prestigio. Se sacó la "mufa", venció a su verdugo de tres finales de Grand Slam, el rival que le había ganado unas semanas antes en el mismo escenario y que quería llevarse el oro, señalado por él como uno de los objetivos principales a comienzo de año. Sin dudas el escocés, en su segunda casa (Wimbledon), el mismo estadio que lo vio llorar días atrás, esta vez lo vio disfrutar cuando se colgó la presea dorada. Lo logró.

La consagración en el All England no fue casualidad. El cambio comenzó exactamente el 31 de diciembre del 2011 cuando Murray decidió dar un salto de calidad y contrató como coach a Ivan Lendl. ¡Vaya jugador! Con el objetivo de enfocarse más en los Grand Slams, mejorar la parte mental y sobre todo, que le aporte la experiencia necesaria de un ganador de ocho Grand Slams sobre 19 finales disputadas. A menos de un mes de trabajar juntos, Andy levantó el trofeo en Brisbane (Australia)
 en la antesala del primer "Major" del año. Todo iba, aunque con muy poco trabajo, viento en popa. En el Australian Open el escocés perdió la semifinal contra Novak Djokovic, torneo en el que el año pasado había perdido la final, justamente frente al serbio. En Dubai, Federer fue su rival en la final, obstáculo que no pudo sortear. Luego cayó derrotado sorpresivamente en la segunda ronda de Indian Wells ante García Lopez y perdió la final de Miami otra vez ante Djokovic.

El podio en Wimbledon...

La gira sobre polvo de ladrillo nunca fue su fuerte. Disputó cuatro torneos y en ninguno pasó los cuartos de final. Para colmo, debut y despedida en Queen´s frente a Nicolás Mahut, torneo que lo vio ganador en 2009 y 2011. A esta altura de la temporada, el balance con Lendl en el banco, no era muy diferente a años anteriores, con resultados aún peores que la temporada pasada en cuanto a Grand Slams y Masters 1000. El mundo del tenis se preguntaba si fue acertada la contratación del 94 veces ganador a nivel ATP, si podrían convivir dos estrellas, teniendo que ser solo una la protagonista.

Pero llegó Wimbledon, torneo que se le negó dos veces en su carrera al actual entrenador del británico. Con la prematura derrota de Nadal en segunda ronda, Murray no podía desaprovechar la oportunidad de ubicar a un británico en una final, algo que no sucedía desde 1938. En la final estaba Federer, que lo venció en cuatro sets, luego de que Andy dominara el primer set y gran parte del segundo (post sobre Wimbledon pasado). Ese día, Murray supo que ya no quería pasar otra vez por esa situación de angustia, llanto, desilusión, etc.,etc., etc.
Espíritu Amateur

El próximo objetivo eran los Juegos Olímpicos, que por primera vez se jugarían en Wimbledon, sin obligación de vestir de blanco, un detalle menor pero llamativo por lo que representa la institución. Para Andy Murray, la deserción de Nadal por lesión no le afectó, porque cayó del lado de Djokovic, en una supuesta semifinal con su verdugo de Australia y Miami este año y al que superó en Dubai. Y se dio la lógica. Pero como en los Emiratos Arabes, lo venció y llegó a otra final en el All England, más local que nunca, por ser británico y por defender a su país nada más ni nada menos que en un juego olímpico. Del otro lado, el mismo rival de semanas atrás, el mismo que lo venció en Dubai y el que además lo derrotó en tres finales de Grand Slam, Roger Federer.

Pero esta vez todo iba a ser diferente. Prácticamente sin errores, jugó como tenía que jugar. Firme, agresivo, aprovechó las oportunidades en los momentos importantes y se llevó el partido por un abultado 6/2 6/1 6/4 para colgarse la medalla dorada. Es verdad que Federer (31 años el ocho de agosto), el favorito, venía de disputar "el partido" del torneo ante Del Potro, por lo emotivo, por las más de cuatro horas y por el nivel de juego demostrado por ambos. Junto con la final de Australia, lo mejor del año. Juan Martín, que no pudo acceder a la disputa por el oro, obtuvo la medalla de bronce al derrotar a Novak Djokovic en un partidazo, con todos los condimentos.
El abrazo sentido con su novia en el box de su equipo de trabajo

"Este es el triunfo más importante de mi vida", manifestó a la cadena BBC. "Es la mejor manera de recuperarme tras la final en Wimbledon (...) Me siento renovado", agregó el escocés luego de recibir la medalla de oro. Este triunfo le permite a Murray acercarse a Nadal en el ranking, sumar su título número 23, adelantarse en los enfrentamientos personales a Federer 9-8 y sobre todo, creer que está capacitado para vencer a los tres de arriba, incluso en torneos importantes y cumplir con su objetivo de levantar un Grand Slam. El viaje junto a Lendl recién empieza y este es el camino a seguir. El US Open tiene ahora no solo un candidato al título, sino una amenaza.
Las hermanas Williams, leyendas.

Serena Williams sigue haciendo historia y completando los espacios vacíos de su palmarés. No solo "barrió" literalmente de la cancha en la final femenina a María Sharapova 6/1 6/0 para lograr el oro que tiene en sus vitrinas Venus Williams, sino que logró junto a Venus el tricampeonato 2000, 2008 y 2012 (2004 no jugaron por lesión de Serena). Con la victoria, iguala a la pareja fuera del circuito Agassi-Graf al lograr el Golden Slam, los cuatro Grand Slams y la medalla de oro, aunque Steffi lo haya logrado todos en una misma temporada. Además, Serena viene de consagrarse también en Wimbledon en singles y junto a su hermana en dobles. Las Williams se suman a la lista de las mejores tenistas de la historia y aun siguen dando batalla. Fantástico.

Daniel Vitale Pizarro

09 julio 2012

Roger Federer se escribe peRFect


Sole él y Sampras sintieron esa sensación siete veces...

Hace nueve años, en Wimbledon 2003, un tal Roger Federer, con un talento proporcional a la cantidad de raquetas que rompía, vencía en la final a Mark Phillippousis y se quedaba con su primer Grand Slam. Comenzaba un nuevo reinado. Sampras dejaba vacante su trono al nuevo dominador del césped londinense, que se adueñaría de siete títulos en diez presentaciones, incluida una final perdida ante Nadal en 2008. Por aquellos años, nadie imaginaba lo que vendría después. Aquel chico de pelo largo, colita y vincha, se convertiría en el máximo ganador de Grand Slam (17) de toda la historia, y contando...

"Su Majestad" comenzó el torneo con expectativas más que ambiciosas. Si se coronaba en la Catedral, superaría a Sampras en semanas como número uno al alcanzar ese puesto por tercera vez en su carrera, levantaría su copa número 75 (McEnroe 77, tercero en la lista de los más ganadores de la historia) e igualaría a Pete Sampras con siete Wimbledon en su haber. Semejantes números en la previa del partido hubieran asustado a cualquier mortal, algo que al suizo no le sucedió. Tardó poco más de un set y medio para ajustar su juego y dar vuelta un partido que parecía que se le iba de las manos. Tomó el control y venció en cuatro sets al británico Andy Murray, ante la mirada de sus mellizas, que aplaudieron y sonrieron el logro de su papá durante la ceremonia de premiación. "He jugado, probablemente, mi mejor tenis del torneo. Siempre dije que rendía mejor en semifinales y finales. Es impresionante volver a ganar aquí después de tres años, el sentimiento es familiar. Nunca dejé de creer. Es un momento mágico para mí", declaraba el "expreso suizo" luego de la victoria.

El emotivo momento de los 17

Roger Federer sigue haciendo historia, como dijo él mismo: "Todavía no lo creo". Ganar un Major con casi 31 años, después de tres temporadas, siendo padre, desplegando el tenis que desplegó y con dolores en la zona baja de su espalda, no es poca cosa, es sencillamente único. Único como su revés a una mano en una época en la cual está "en peligro de extinción"; único por su estilo de juego clásico, "a la antigua"; único como la raqueta que utiliza (muy pesada, rígida y de aro chico -90-) y tantas otras cosas más, que lo convierten en un jugador que despierta admiración en cada estadio donde se presenta. Un "señor" dentro y fuera de la cancha. Federer no gesticula al golpear la pelota y pareciera que no transpira, ideal para los fotógrafos. Atributos que enaltecen aun más su figura de "caballero". Impecable.

Durante el año, de los once torneos que disputó, ganó cinco, perdió una final, cuatro semifinales y solo una vez cayó antes de esa instancia, ante Andy Roddick en segunda ronda de Miami luego de ser campeón en Indian Wells. Su siguiente torneo serán los Juegos Olímpicos y conservará el primer lugar del ranking si termina por delante de Djokovic y Nadal en el certamen. Si termina el año en esa posición, igualaría a Sampras al concluir seis años como número uno del mundo, pero para eso falta mucho. En Wimbledon, obtuvo 66 victorias y 244 partidos ganados en torneos de Grand Slam, este último es récord. Además, cuenta con 54 victorias o más en cada Grand Slam. Nadie logró 50. Un desubicado.

Para enmarcar...

Obtuvo 17 Grand Slams -  4 Australian Open, 1 Roland Garros, 7 Wimbledon y 5 US Open en 24 finales, ambos récords. Para dimensionar lo que representa, debería hacer un post interminable, solo de halagos para Rogelio. El "increíble" le queda muy chico.

"¿De qué me enorgullezco más? De mi carrera, porque nunca pensé que sería tan bueno", reconoció ayer Roger.

Los mejores, de gala.

Serena Williams también hizo historia en el All England, al conseguir su quinto título tanto en singles como en dobles, llegando a la suma de 14 Grand Slams en 18 finales disputadas. Tiene 30 años como Roger. La menor de las Williams, que fue derrotada en Roland Garros en primera ronda, a fuerza de aces (superó dos veces el récord de cantidad en Wimbledon al concretar 23 en tercera ronda y 24 en semifinales) conquistó el trofeo en su séptima final. Y si hablamos de saques directos, realizó en sus siete partidos, la suma de... lea bien: 102 aces. Para agregarle más merito a lo conseguido por la norteamericana, superó al alemán Kohlschreiber, que logró 98. Impresionante. En la entrega de premios dijo: "Mi servicio me ayudó mucho para ganar el torneo. No se realmente por qué me salió tan bien".

Serena subió dos puestos en el ranking WTA para ubicarse cuarta y consolidarse como la máxima favorita para obtener los Juegos Olímpicos en Londres. La menor de las Williams amenaza una vez más los récords del circuito femenino.

Daniel Vitale Pizarro

02 julio 2012

Esto es Wimbledon

Rufus, el halcón que cuida el césped de Wimbledon

Wimbledon habla por sí solo, no hace falta que lo ensalcen con crónicas fabulosas sobre su tradición, su estilo, su categoría. Con el simple hecho de nombrar la palabra de la ciudad donde se encuentra el torneo, alcanza y sobra. El estricto régimen de la vestimenta de presentarse con más del 90% de color blanco; el "Middle Sunday"; su propia preclasificación (que cada año, por la presión que ejerce la ATP, el torneo respeta cada vez menos); la hierba (más lenta que la de antaño); los escasos sponsors; las frutillas con crema; llamar Mr. y Mrs. a los participantes; la estatua de Fred Perry (último campeón británico aquí en 1936); 'Rufus', el Halcón que cuida del césped y la cordialidad y respeto reinante, hacen de un torneo único en su especie. Acá nació el tenis. Acá empezó todo.

El domingo del medio o "Middle Sunday" es día de descanso en Wimbledon, no hay actividad. Solo fue utilizado por las copiosas lluvias tres veces en toda su historia: 1991, 1997 y 2004. Los domingos, en Inglaterra, tampoco se juega la 'Premier League', aunque sí lo hace en Navidad y Año Nuevo. Para no desentonar, únicos en todo. Esta es una de las tantas tradiciones del particular certamen londinense de fútbol.

Hoy se disputarán los octavos de final, tanto de hombres como mujeres, lo que denominan los británicos como "Super Lunes" o "Manic Monday". Pero durante toda la primera semana ocurrieron varios hechos llamativos, curiosidades. El primer golpe lo dio Ernest Gulbis, el letón hijo de un empresario multimillonario jugó tres sets magníficos, como "falso" Top10, y despachó en primera ronda al número siete del mundo y finalista en 2010 (ese año venció a Federer en cuartos) Tomas Berdych 7/6 7/6 7/6.

Las dos caras de la moneda


En segunda ronda la sorpresa (vaya sorpresa) la dio el actual número 100 del ranking ATP Lukas Rosol, al vencer luego de cinco sets y a fuerza de misiles que salían de su raqueta, al dos veces campeón y tres veces finalista aquí, Rafael Nadal. El checo nunca había ingresado al cuadro principal del All England, en las cinco ocasiones anteriores había perdido en la primera ronda de la clasificación. Increíble. Además, Nadal no caía en una segunda ronda de un Grand Slam desde el 2005, precisamente acá. Fue el jugador de más bajo ranking en derrotarlo en un Major. Ante las preguntas al finalizar el encuentro, Rosol dijo: "No estoy sólo sorprendido, esto es algo milagroso para mí". Tanto Gulbis como Rosol, en sus siguientes duelos, fueron derrotados.


Por el lado de las mujeres, Venus Williams, cinco veces campeona y tres veces finalista, fue derrotada fácilmente por Elena Vesnina, lo que demuestra que las Williams no son eternas, algo que se vio también en Roland Garros hace un par de semanas cuando Serena Williams, la menor, cayó por primera vez en su historia en una primera rueda de un Grand Slam. Justamente Serena también fue protagonista de la jornada en su duelo frente a la china Jie Zheng. Concretó 23 aces. Sí, 23 aces en solo tres sets y por una mujer, nuevo récord femenino. El de velocidad le corresponde a Samanta Stosur con 208 kilómetros por hora.


Shvedova y Serena, dos récords en una semana


Otra rareza fue la que le tocó vivir a Yaroslava Shvedova. Venció a la italiana Sara Errani 6-0 6-4. ¿Y lo curioso? Bueno, ganó 24 puntos consecutivos para adjudicarse el primer set, denominado "Golden set". Se convirtió en la primera jugadora en conseguirlo en la historia de la WTA, la segunda en la historia del tenis femenino (Pauline Betz en 1943) y la tercera en la historia del tenis (Bill Scanlon 1983). Y lo hizo en Wimbledon, tarea aún más difícil por el bote de la pelota y porque las posibilidades de fallar aumentan. La tenista de origen ruso, nacionalizada kazaja, es entrenada por el argentino Emiliano Redondi.



Daniel Vitale Pizarro