09 julio 2012

Roger Federer se escribe peRFect


Sole él y Sampras sintieron esa sensación siete veces...

Hace nueve años, en Wimbledon 2003, un tal Roger Federer, con un talento proporcional a la cantidad de raquetas que rompía, vencía en la final a Mark Phillippousis y se quedaba con su primer Grand Slam. Comenzaba un nuevo reinado. Sampras dejaba vacante su trono al nuevo dominador del césped londinense, que se adueñaría de siete títulos en diez presentaciones, incluida una final perdida ante Nadal en 2008. Por aquellos años, nadie imaginaba lo que vendría después. Aquel chico de pelo largo, colita y vincha, se convertiría en el máximo ganador de Grand Slam (17) de toda la historia, y contando...

"Su Majestad" comenzó el torneo con expectativas más que ambiciosas. Si se coronaba en la Catedral, superaría a Sampras en semanas como número uno al alcanzar ese puesto por tercera vez en su carrera, levantaría su copa número 75 (McEnroe 77, tercero en la lista de los más ganadores de la historia) e igualaría a Pete Sampras con siete Wimbledon en su haber. Semejantes números en la previa del partido hubieran asustado a cualquier mortal, algo que al suizo no le sucedió. Tardó poco más de un set y medio para ajustar su juego y dar vuelta un partido que parecía que se le iba de las manos. Tomó el control y venció en cuatro sets al británico Andy Murray, ante la mirada de sus mellizas, que aplaudieron y sonrieron el logro de su papá durante la ceremonia de premiación. "He jugado, probablemente, mi mejor tenis del torneo. Siempre dije que rendía mejor en semifinales y finales. Es impresionante volver a ganar aquí después de tres años, el sentimiento es familiar. Nunca dejé de creer. Es un momento mágico para mí", declaraba el "expreso suizo" luego de la victoria.

El emotivo momento de los 17

Roger Federer sigue haciendo historia, como dijo él mismo: "Todavía no lo creo". Ganar un Major con casi 31 años, después de tres temporadas, siendo padre, desplegando el tenis que desplegó y con dolores en la zona baja de su espalda, no es poca cosa, es sencillamente único. Único como su revés a una mano en una época en la cual está "en peligro de extinción"; único por su estilo de juego clásico, "a la antigua"; único como la raqueta que utiliza (muy pesada, rígida y de aro chico -90-) y tantas otras cosas más, que lo convierten en un jugador que despierta admiración en cada estadio donde se presenta. Un "señor" dentro y fuera de la cancha. Federer no gesticula al golpear la pelota y pareciera que no transpira, ideal para los fotógrafos. Atributos que enaltecen aun más su figura de "caballero". Impecable.

Durante el año, de los once torneos que disputó, ganó cinco, perdió una final, cuatro semifinales y solo una vez cayó antes de esa instancia, ante Andy Roddick en segunda ronda de Miami luego de ser campeón en Indian Wells. Su siguiente torneo serán los Juegos Olímpicos y conservará el primer lugar del ranking si termina por delante de Djokovic y Nadal en el certamen. Si termina el año en esa posición, igualaría a Sampras al concluir seis años como número uno del mundo, pero para eso falta mucho. En Wimbledon, obtuvo 66 victorias y 244 partidos ganados en torneos de Grand Slam, este último es récord. Además, cuenta con 54 victorias o más en cada Grand Slam. Nadie logró 50. Un desubicado.

Para enmarcar...

Obtuvo 17 Grand Slams -  4 Australian Open, 1 Roland Garros, 7 Wimbledon y 5 US Open en 24 finales, ambos récords. Para dimensionar lo que representa, debería hacer un post interminable, solo de halagos para Rogelio. El "increíble" le queda muy chico.

"¿De qué me enorgullezco más? De mi carrera, porque nunca pensé que sería tan bueno", reconoció ayer Roger.

Los mejores, de gala.

Serena Williams también hizo historia en el All England, al conseguir su quinto título tanto en singles como en dobles, llegando a la suma de 14 Grand Slams en 18 finales disputadas. Tiene 30 años como Roger. La menor de las Williams, que fue derrotada en Roland Garros en primera ronda, a fuerza de aces (superó dos veces el récord de cantidad en Wimbledon al concretar 23 en tercera ronda y 24 en semifinales) conquistó el trofeo en su séptima final. Y si hablamos de saques directos, realizó en sus siete partidos, la suma de... lea bien: 102 aces. Para agregarle más merito a lo conseguido por la norteamericana, superó al alemán Kohlschreiber, que logró 98. Impresionante. En la entrega de premios dijo: "Mi servicio me ayudó mucho para ganar el torneo. No se realmente por qué me salió tan bien".

Serena subió dos puestos en el ranking WTA para ubicarse cuarta y consolidarse como la máxima favorita para obtener los Juegos Olímpicos en Londres. La menor de las Williams amenaza una vez más los récords del circuito femenino.

Daniel Vitale Pizarro

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