06 agosto 2024

GOAT

Beijing 2008, Londres 2012, Rio 2016, Tokio 2021... Cuatro ciclos olímpicos tuvieron que pasar para que Novak Djokovic pudiera colgarse la medalla dorada en París 2024. Dieciséis años de éxitos en el circuito no se reflejaban en las citas olímpicas, por méritos ajenos o deméritos propios. A los treinta y siete años y en una temporada en la que por primera vez llegaba al Juego Olímpico sin títulos ATP, el serbio aterrizó en Francia con el objetivo de ganar el única galardón que le faltaba en su excelso palmarés. El destino quiso que se enfrentara ante el rival de su vida (Rafael Nadal) y contra el adversario que lo vapuleo tres semanas atrás (Carlos Alcaraz), escollos que superó para romper en llanto y soñar despierto.

China fue el inicio de una serie de semifinales olímpicas dolorosas. Campeón primerizo de Grand Slam en Australia 2008, Nadal no le permitió luchar por la medalla dorada en Pekin 2008, a lo que reaccionó ganando el bronce en su primera experiencia olímpica ante James Blake. Wimbledon fue la sede elegida para albergar los Juegos de Londres 2012. Campeón del Australian Open 2012 en la final más larga de la historia, en el All England el encargado de impedirle clasificar a la final fue Andy Murray y Juan Martin Del Potro el verdugo por la de bronce.


Rio de Janeiro 2016 fue una de las peores derrotas de su carrera. Campeón en Australia y Roland Garros, llegaba a Brasil como número uno del mundo pero nuevamente lo eliminaba Del Potro, esta vez en el debut del torneo. Las lágrimas del serbio al abandonar la cancha fue unas de las postales de la olimpiada: "Es una de las derrotas más duras de mi vida, de mi carrera. Del Potro fue mejor que yo. En los puntos importantes jugó de forma extraordinaria. Hay que felicitarlo. Es una decepción para mí. Pero como amigo y por todo lo que ha pasado por las lesiones, me alegro por él. Esta derrota es dura. No es fácil de asimilar. No es la primera vez que pierdo un partido pero este torneo es especial".

La ultima experiencia trunca fue Tokio 2021. Campeón de Australian Open, Roland Garros y Wimbledon, en Japón tenía la oportunidad de ganar el Golden Slam (los cuatro Grand Slams más la medalla dorada olímpica), algo que solo pudo conseguir Steffi Graf en 1988. El enemigo de la historia en esta ocasión fue Alexander Zverev en semifinales. Dolido por la oportunidad perdida, Pablo Carreño Busta aprovechó la frustración del serbio y lo derrotó en el partido por la medalla de bronce. A sus treinta y tres años, el balcánico enfrentaba un nuevo ciclo olímpico con la incertidumbre de si volvería a disputar un Juego Olímpico.
2024 no empezó como siempre. La aventura en sus quintos Juegos Olímpicos iniciaba en Francia sin títulos ATP y con una reciente operación en su rodilla (junio). Defensor a ultranza de la bandera serbia, el objetivo principal de la temporada era la medalla de Oro en París, meta que veía lejos dos meses atrás. Pasaron los días, el dolor desaparecía y el sueño era cada vez más posible: "Me preparé para Roland Garros, Wimbledon y los Juegos Olímpicos para ofrecer mi mejor versión. La lesión en Paris trastocó mis planes, pero disputar la final en Londres me hizo ver que había recuperado mi nivel. Por muy fácil que me ganara Carlos esa final, tenía claro que iba a ser un tenista diferente en las olimpiadas".

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Candidato pero no el principal favorito, Djokovic sorteaba a los rivales de turno con un nivel de tenis que siempre fue a más. Rafael Nadal en segunda ronda, Stefanos Tsitsipas en cuartos de final y Carlos Alcaraz en la final fueron los tres rivales contra los que el serbio tuvo que elevar su tenis, especialmente en la pelea por la presea dorada ante el jugador del momento. Enfocado y concentrado como hace mucho no se lo veía, Novak desesperó a 'Carlitos' para lograr el objetivo que llevaba persiguiendo desde aquel remate fallado en Beijing 2008 ante 'Rafa' en semifinales.

Desbordado de felicidad en el suelo de la Philippe Chatrier, temblando de los nervios acumulados durante tanto tiempo, Djokovic no pudo controlar sus emociones tras el punto de partido que lo proclamó campeón olímpico, un momento único en la carrera de cualquier deportista de elite: "Tenía claro que era mi última oportunidad de ganar un oro olímpico por lo que debía concentrarme al máximo en mi meta. No hay mayor motivación que luchar por tu país. Nada podrá superar el verme en el podio escuchando el himno de Serbia con la bandera izada. No puedo estar más feliz. La sensación que he experimentado al ganar el partido no se parece a ninguna otra de las que he vivido en mi carrera".

Daniel Vitale Pizarro

10 junio 2024

Un chaval veterano

US Open 2022 a los diecinueve años, Wimbledon 2023 con veinte años y Roland Garros 2024 un mes después de cumplir veintiún años. Carlos Alcaraz sigue sin conocer la derrota en finales de Grand Slam, ganando en tres superficies diferentes y ante rivales distintos. Cinco sets en semifinales ante Jannik Sinner y cinco mangas contra Alexander Zverev tuvo que batallar para levantar la 'Copa de los Mosqueteros', el trofeo más español del mundo. Despejadas las dudas sobre su físico, al que lleva al límite en cada torneo, el nuevamente número dos del mundo casi no pierde finales ATP, con un récord muy positivo (14-4) si se tiene en cuenta su corta edad y sus pocos años como profesional.

"Ha sido un trabajo increíble. Durante el último mes hemos sufrido mucho con la lesión. Cuando jugamos en Madrid no me sentía bien. La semana siguiente hubo muchas dudas y al venir aquí no pudimos entrenar demasiado. Estoy muy agradecido al equipo y a las personas que tengo alrededor. Todos los miembros de mi equipo se han dejado la piel para que mejore como jugador y como persona. Para que crezca. me siento muy agradecido, os llamo equipo pero somos una familia", fueron las palabras de un siempre agradecido campeón apenas terminado el maratónico encuentro, recordando las semanas complicadas vividas por su lesión en el antebrazo derecho durante la gira sobre arcilla.

El nacido en El Palmar (Murcia) alcanzó la línea de Andy MurrayStanislas WawrinkaGustavo KuertenJan Kodes y Arthur Ashe al ganar tres Grand Slams, con el aliciente de ser el más joven de todos en conseguir el tercero diferente (21 años, 1 mes y 4 días). Invicto en finales al igual que el brasileño Kuerten (tres Roland Garros), se convirtió en el séptimo jugador que ganó sus primeras tres finales en Grand Slams aunque cuatro de ellos (Stefan EdbergBjorn BorgStan Wawrinka y Jimmy Connors) perdieron la cuarta que disputaron. ¿La excepción a regla? Como pasa con muchas estadísticas, es Roger Federer que cayó recién en su octava final Major.

Alcaraz sorprende tanto por sus estadísticas como por su forma de jugar. En un circuito en el que abundan los jugadores que superan el metro noventa y que, con sus matices, solo golpean fuerte la pelota desde el fondo de la cancha, el murciano es una bocanada de aire fresco ante la monotonía del profesionalismo actual. A su potencia física innata y sus golpes de fondo punzantes le agrega una velocidad de piernas superior a la media, cambios de velocidad desde el fondo de pista (bolas altas y pesadas) y su tiro fetiche, las dejadas, un golpe que rompe el ritmo del punto y que lo ejecuta con una naturalidad que recuerda al tenis de décadas pasadas, cuando la velocidad del juego era notoriamente inferior a la actual.


A todo ese reportorio táctico le agrega el técnico. Sin fisuras en su revés, dominando a todos con su derecha (¿la mejor?) y subiendo a volear más que el promedio de jugadores, el actual campeón de Roland Garros impone casi siempre su ritmo de bola, con una velocidad más que la mayoría de los tenistas actuales, con todo lo que eso significa en un tenis que se ha vuelto rapidísimo. A pesar de superar los 200km/h, su primer saque no es de los mejores del mundo pero sí lo es su segundo, sobre todo el liftado. Los más observadores habrán notado algún cambio en la mecánica del servicio de Carlitos durante estas semanas, producto de esa búsqueda de mejora constante que se necesita para mantenerse entre los mejores del mundo.
"Te has fijado, eh. Se nota que tienes buen ojo. Ahora no hago dos paradas en la mecánica de mi saque, solo paro una vez, lo que me permite ir un poco más arriba. Tanto de piernas como de brazos todo es más dinámico. Es un cambio que me viene bien para impactar la bola más arriba y así ganar dirección y potencia. Me permite mejorar todo un poquito", respondía Alcaraz a la pregunta de la leyenda Mats Wilander sobre la mejora de su servicio durante su estadía en París. Los cambios técnicos necesitan un tiempo para que el cuerpo los asimile y el equipo de trabajo del ibérico, con Juan Carlos Ferrero a la cabeza, aprovecharon las semanas de inactividad previas a Roland Garros para 'retocar' ese golpe.

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Párrafo aparte para su mentalidad. Luchador incansable, imposible de quebrantar, se sobrepone a cualquier situación adversa corriendo y metiendo siempre una bolas más. Su puño apretado característico y su constante arenga personal agobian a los rivales que no aguantan su intensidad, quizás su talón de aquiles por su excesiva efusividad. El número uno más joven de la historia tiene todo para seguir rompiendo marcas de precocidad. Dependerá de sí mismo para lograr los objetivos que se proponga. La motivación y la salud, física y mental, serán las claves para ver en que lugar de la historia ubicaremos a Carlos Alcaraz, pero para eso queda mucho, esto recién comienza.

Daniel Vitale Pizarro

08 enero 2024

Un nuevo Dimitrov


Grigor Dimitrov empezó 2024 como terminó 2023, disputando finales ATP (París y Brisbane).  Al igual que en 2017, inició la temporada 2024 siendo campeón del ATP250 Brisbane. Tan bueno técnicamente como irregular, Dimitrov cortó una sequía de títulos que databa de noviembre 2017 cuando logró su trofeo más importante, el Masters de Londres. Finalista ATP en tres ocasiones en los últimos seis años aunque sin salir del Top30 en cada diciembre, parecía que el fuego interior de un Grigor de treinta y dos años se había apagado. Unido a Daniel Vallverdú (y Jamie Delgado) hace trece meses en una segunda etapa tras los buenos 2016-2019 juntos, el de Haskovo intentará seguir por esta senda de triunfos para volver a los primeros planos de un circuito que se va quedando sin referentes.


Uno de los jugadores más completos del circuito, sino el más, tras la retirada de Roger Federer, vuelve a ser noticia en el circuito ATP y no por cosas extratenísticas. Exnovio de Serena Williams y Maria Sharapova, al exnúmero tres del mundo no le queda mucho hilo en el carretel si no quiere pasar a la historia solo por sus golpes bonitos y sus escasas victorias resonantes. Sin Federer que tanto daño le hizo la prensa comparándolo hasta el hartazgo, Nadal dando sus últimos pasos y un Djokovic que selecciona sus apariciones en el calendario, Dimitrov se encuentra en una situación ideal para meterse en la pelea de los torneos importantes este 2024.

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Físicamente fuerte y veloz, técnicamente puro y mentalmente más tranquilo, Grigor Dimitrov se dará la oportunidad de hacer algo en el deporte que tanto le dio pero al que tanto le da desde que empuñó una raqueta cuando era un niño: "En los últimos cuatro o cinco meses, las cosas que he estado haciendo dentro y fuera de la cancha han dado sus frutos de una manera tremenda. Me hace sentir humilde al mismo tiempo porque siento que he estado jugando buen tenis y también siento que todavía puedo mejorar en algunas cosas más. Quién sabe, si esas cosas van bien, qué más podría venir en mi camino. Falta una semana para Melbourne y todo lo que necesito es seguir haciendo lo que he estado haciendo".
Parte de esta evolución mental y de enfoque es gracias a su segunda etapa con Daniel Vallverdú. El venezolano es quién sacó lo mejor del búlgaro en 2017 y es el encargado de ordenarlo para que vuelva a tener resultados de ese calibre. En abril de 2023 le contaba a Fernando Murciego el plan de trabajo que empezó a cumplirse a finales de la temporada: "El objetivo es encontrar la consistencia en los resultados y tratar de ganar torneos otra vez. En el plano táctico, Grigor cuenta con mucha variedad de golpes pero también puede pegarle a la bola con mucha fuerza y aceleración sin fallar, eso es increíble. Tiene que buscar esos fallos de los otros con su variedad, además de seguir evolucionando su tenis".
La madurez de Dimitrov en cuanto a las decisiones en pista también se palpa en las entrevistas: “Siento que tengo nuevas energías tanto en el tenis como en mi vida. Lo único que sé es que puedo controlar mi actitud de la mejor manera posible y disfrutar. Sólo porque estés jugando bien no significa que vayas a ganar. Hay veces que juegas increíble y, de repente, pierdes. Estoy muy concentrado en mi lado de la red. Me estoy centrando en lo que hago a diario, cómo practico, cómo duermo, cómo como, qué hago o qué tipo de trabajo hago en el gimnasio. Hay tantas cosas que hago a diario que no pienso (sé que suena raro) en que estoy jugando muy bien, no".


La emoción del búlgaro en medio del estadio con micrófono y trofeo en mano ratifica el trabajo duro de los últimos años y la excesiva presión que siente la mayoría de los jugadores cuando no logran los resultados que la prensa, los fanáticos y los sponsors pretenden. A pesar de llevar más de quince años como profesional, la voz entrecortada y los ojos brillosos al conseguir un objetivo son inevitables. En un deporte completamente mediatizado, controlar las emociones y canalizarlas para que no te hagan daño es uno de los desafíos más complicados del deporte profesional popular y Grigor está pudiendo con todo en los últimos meses, queda saber cuanto tiempo más podrá mantener este nivel de enfoque mental.

Daniel Vitale Pizarro