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14 diciembre 2023

La otra pareja

La regularidad en la elite del dobles de Horacio Zeballos en el último lustro no tiene porqué opacar la brillante temporada de una pareja argentina que, en silencio, fue tomando notoriedad a medida que avanzaba el año hasta coronar la temporada clasificándose al Masters como el premio a una vida dedicada por y para el tenis. Andrés Molteni (35 años) y Máximo González (40 años), dos trotamundos del tenis abocados al dobles al haber cumplido ambos la treintena y verse lejos de ser competitivos en la especialidad, se dieron un gustazo en este 2023 alcanzando el Top10 individual y como pareja y ganando títulos ATP250, ATP500 y Masters1000.


Compañeros de entrenamientos en Argentina en muchas ocasiones, a finales de 2022 decidieron juntarse pero esta vez con un proyecto, al menos a mediano plazo. “Nos llevamos bien, trabajamos mucho, acá en Argentina, todo eso dio resultado este año”, declaraba a Ámbito Deportivo Máximo González. Campeones en el ATP250 Gijón (España) en su segundo torneo de la temporada como pareja tras la ATP Cup en enero, se dieron cuenta desde el inicio que la cosa podía funcionar. Andrés Molteni cumplió con su compromiso con el mexicano Santiago González en 2022 con la cabeza en la pretemporada junto al otro González de cara al 2023.


Y los resultados no se hicieron esperar. Títulos en el ATP250 Córdoba (Argentina), ATP500 Río de Janeiro (Brasil), Barcelona (España) y Washington (USA) para completar el currículum ganando el Masters1000 Cincinnati. La pareja argentina no paraba de subir en el ranking ingresando ambos al Top10 de la especialidad. Molteni fue siete del mundo y González diez, acompañando a Zeballos (3°) como los únicos tres argentinos entre los diez mejores del mundo desde que se instaurara el ranking ATP de parejas (1976). Turín, sede de la Copa de Maestros, recibió esta temporada a los tres argentinos: 'Cebolla', 'Machi' y 'Molto'.

“Es una alegría muy linda. A mí me toca recién estar hoy, con 40 años, después de tanto sacrificio y de tantos torneos jugados. Estar acá (Finales ATP) es un sueño, es algo que siempre busqué, que siempre quise y que se me dio este año. Uno arranca el año y no dice “me pongo el objetivo de jugar el Masters”, pero sí jugar con la misma pareja, eso te lleva a cumplir el objetivo, porque si no la irías cambiando. Entonces, es como un objetivo que uno lo ve allá adelante pero, cuando ya se acerca, es como que ya lo tenés mucho más presente. Ahí se nota los que clasifican al Masters más seguido, porque lo manejan mejor que nosotros", eran las sensaciones del tandilense, el nuevo 'pibe de 40'.

La dupla argentina finalizó la temporada como la pareja con más títulos del 2023 con cinco trofeos cosechados. En el plano personal escalaron en la lista de los más ganadores de su país. Horacio Zeballos (20), Máximo González (17), Guillermo Vilas (16) y Andrés Molteni (16) son los cuatro máximos ganadores ATP en la historia de la especialidad. También establecieron un récord de representantes argentinos en las ATP Finals 2023 siendo tres los albicelestes entre las mejores ocho parejas del año (Zeballos-Granollers y Molteni-González) enfrentándose en el grupo verde y clasificando la pareja hispano-argentina a la final del torneo en su cuarta participación consecutiva.

Daniel Vitale Pizarro

23 noviembre 2021

Maestro de los maestros

La edición número cincuenta y dos de la Copa de Maestros cambiaba de sede. Luego de doce años en Londres, Italia tomaba la posta dejada por Gran Bretaña para albergar el torneo durante al menos cinco temporadas en Turín, en el lujoso Pala Alpitour. La Federación Italiana de Tenis no podrá reprocharse nada cuando finalice 2021 tras haber organizado once M15/M25, veinticinco Challengers, dos ATP250, un M1000, ambos Masters y las Finales de Copa Davis, con las cuentas pendientes de poder tener un ATP500 y de reflotar la serie de ITF M15/25 en Santa Margherita di Pula, sede que en 2019 organizó once eventos.
De los cuarenta eventos en suelo italiano, el más importante de todos era el Masters en Turín. Exclusivo para los ocho mejores jugadores de la temporada, el gran presente del tenis italiano en lo organizacional también se vio reflejado en las pista con Matteo Berrettini clasificando como siete del mundo, sexto en los últimos doce meses de competencia debido al desfasaje por el congelamiento de puntos pospandemia. Tener un representante local que se ha ganado su lugar por resultados y no por invitación es un privilegio y que el primer suplente también sea italiano y que pudiera debutar, era demasiado pedir para el país organizador.

Las lesiones de Matteo Berrettini y Stefanos Tsitsipas permitieron que debutaran dos jugadores más además de Hubert Hurkacz y Casper Ruud: Jannik Sinner y Cameron Norrie. Una de las sensaciones de la temporada tuvo su recompensa en su país natal. Sinner, predestinado a ganarlo todo en el mediano plazo, hizo delirar a la grada ganando un partido y teniendo dos 'match points' ante Daniil Medvedev. El fervoroso público italiano, agradecido de recibir a las mejores raquetas del tenis mundial con el agregado de que dos nacieron en su territorio, le puso color y calor a los diferentes encuentros durante los ocho días de competición, una experiencia diferente tanto para jugadores como para aficionados.


Llegaban las semifinales y con ellas el favoritismo de Novak Djokovic para llevarse el trofeo que ganó cinco veces pero que no levanta desde 2015. El serbio, como en los Juegos Olímpicos, no pudo derrotar a Alexander Zverev que lo privó, como en Tokio, de disputar una final importante. Del otro lado del cuadro, la sorpresa Casper Ruud enfrentaba a Daniil Medvedev. El ruso sorteó al noruego con facilidad en un torneo al que llegó como vigente campeón y con un invicto de 9-0 antes de la final. La definición por el título sería entre el número dos y el número tres del mundo.


Zverev acumulaba cinco derrotas consecutivas ante Medvedev, incluyendo la sufrida días atrás en la fase de grupos del Masters. Sin margen de error, el alemán salió a pista con un plan diferente y su estrategia funcionó a la perfección: "Se vio que había un plan de juego, ¿verdad? Creo que, cuando te mides a Daniil, si le dejas entrar en pista en muchos intercambios, lo vas a tener muy difícil, porque es uno de los mejores jugadores del mundo desde el fondo de la pista. Cuando te enfrentas contra él necesitas tomar el control de los puntos. Hoy lo conseguí, y está claro que por eso todo funcionó muy bien para mí". ¿El premio? Ser campeón de las Finales ATP por segunda vez en su carrera.
Líder en títulos (6) y victorias (59) en 2021, Zverev concluyó una temporada fantástica. Campeón en Acapulco, Madrid, Juegos Olímpicos, Cincinnati, Viena y el Masters (invicto en finales), "Sascha" terminará el año como número tres del mundo con un solo objetivo por delante para 2022: ganar un Grand Slam. A un puñado de puntos estuvo de ganar el US Open 2020 y a dos partidos ésta temporada en Roland Garros y el US Open, Alexander tiene claro en lo que enfocarse la temporada siguiente: "En cierto modo he triunfado en prácticamente cada nivel en el circuito. Solo me falta uno. Espero que pueda triunfar en él el próximo año".

Daniel Vitale Pizarro

23 noviembre 2020

Londres dice adiós en ruso

El torneo de fin de año que reúne a los mejores ocho jugadores de la temporada está dejando de ser el bastión de los ganadores de Grand Slam. Veinticuatro tenistas han podido levantar el trofeo entre 1970-2020 y apenas siete no ganaron un título de Grand Slam a lo largo de sus carreras y, casualmente, cuatro de ellos son los últimos ganadores de la Copa de Maestros. Alex Corretja 1998, David Nalbandian 2005, Nikolay Davydenko 2009, Grigor Dimitrov 2017, Alexander Zverev 2018, Stefanos Tsitsipas 2019 y Daniil Medvedev 2020 son los 'maestros' sin corona de Grand Slam. Lo exigente del calendario, la maduración de los jóvenes y la creciente edad del Big3 son algunos de los factores determinantes para que el trío ganador de prácticamente todo, no domine este certamen desde 2015.

Campeón en París la semana pasada, Daniil Medvedev disputaba su segunda Masters Cup doce meses después dehaber perdido sus tres encuentros en la edición 2019. El ruso se erigía como candidato al título por su presente y lo confirmó cuando en su grupo derrotó en sets corridos a Novak Djokovic. Primero en su zona, las semifinales ante Rafael Nadal eran la segunda prueba de fuego que Medvedev debía superar. A fuerza de tiros inexplicables tanto técnica como tácticamente, desarboló al español que durante todo el partido se encontró incómodo con el juego indescifrable de su rival. A pesar de eso, el español sacó para partido 6/3 5-4...

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El último escollo era el otro jugador que también había derrotado en el certamen a Djokovic y Nadal: Dominic Thiem. El austriaco dominó la final hasta el 2-0 de la muerte súbita del segundo set. A partir de allí, la tendencia del partido cambió. El cansancio mental de Thiem por la exigencia de sus partidos previos repercutió en su físico lo que le impidió desplegar todo su arsenal de tiros agresivos durante la totalidad del partido, potencia que fue mermando al transcurrir el tercer set. Medvedev se adaptó al juego más pasivo del finalista de 2019, consiguió el quiebre y el partido terminó de inclinarse para él. Daniil administró sus energías y sus tiros para cerrar el encuentro 4/6 7/6 6/4 y ser campeón de la última edición del Masters en Londres, previo a su desembarco en Turín.

"Ha sido una de mis mejores victorias como tenista profesional. Dos horas y cuarenta y dos minutos ante un tenista increíble. Hay que felicitar a Dominic por su gran torneo y sobre todo por el fantástico año que ha hecho. Su nombre ya está en la historia del tenis. Él consiguió ganar su primer Grand Slam y a día de hoy es uno de los jugadores a batir dentro del circuito. Estoy seguro de que tendremos muchas más batallas en el futuro", declaraba el tenista invcito en noviembre, halagando a su contrincante y prolongando su invicto a diez partidos sin conocer la derrota entre París y Londres.

Pero el nivel del ruso no viene de estos último días. Sabida su mala relación con la tierra batida, sus malos resultados en Hamburgo y Roland Garros no hicieron mella en la confianza del número cuatro del mundo en su transición del polvo de ladrillo a la temporada bajo techo: "Los torneos que jugué antes de París-Bercy no fueron malos. Perdí en San Petersburgo ante Opelka, un jugador que en este tipo de superficies se desenvuelve a las mil maravillas, lo mismo me pasó en Viena con Anderson. Sabía que si mantenía ese nivel de juego podría tener mis opciones en los siguientes torneos. Finalmente llegó París, donde jugué bien desde el primer momento y merecí el título. La clave de todo está en la confianza que tiene uno en su juego".

Y es que la confianza en Medvedev lo es todo. Y la muestra de ello está en sus grandes rachas de partidos y títulos ganados entre agosto-octubre 2019 y noviembre 2020. En esos cuatro meses acumula cinco títulos y tres finales en diez torneos disputados, números de absoluto escándalo. Quizás le falte eso que solo tienen los grandes campeones: ganar jugando mal. Esa fortaleza mental que demuestra cuando su tenis fluye, sin importar el rival que tenga enfrente, no es la misma que cuando sus tiros planos y profundos dejan de serlo, teniendo rachas prolongadas de resultados negativos. Sin ir muy lejos en el tiempo, previo a sus títulos en Francia e Inglaterra acumulaba tres victorias y tres derrotas, y antes de la semifinal en el US Open su récord era de diez triunfos y cinco caídas.
Pero el paso adelante que ha dado Daniil durante estas dos semanas sin perder, ha sido mental más que tenístico. Ganarle a Djokovic como lo hizo (6/3 6/3), remontarle a Nadal al que no había podido derrotar en sus tres enfrentamientos previos y vencer a Thiem tras perder el primer set, habla de un jugador con el temple necesario ante las adversidades y la capacidad de dar vuelta resultados adversos, su 'talón de Aquiles' contra los mejores doce meses atrás. Pero el trabajo da sus frutos y su coach Gilles Cervara lo sabe: "Mentalmente no me sorprendió su desempeño porque conozco a Daniil y sé que es capaz de todo, para bien o para mal. Precisamente en eso trabajamos mucho, en cuando las cosas no salen y aparecen los enfados infantiles que le hacen perder partidos".

Daniel Vitale Pizarro

18 noviembre 2019

Un gran paso


"Hacía mucho que no lloraba tras un partido. Nunca había experimentado una cosa así. Mi espíritu está vacío, ni siquiera puedo pensar. Es el peor sentimiento". Stefanos Tsitsipas estaba destruido. La derrota contra Stan Wawrinka en Roland Garros tras más de cinco horas fue la antesala de la debacle en primera ronda de Wimbledon frente a Thomas Fabbiano, también en cinco sets. En Londres el griego se terminó de derrumbar: "Me encerré en mi habitación durante tres días. Debía aislarme y olvidar lo ocurrido. Me puse a leer la novela 'El Alquimista' (de Paulo Coelho) y luego busqué otro libro que pudiera inspirarme. Elegí una biografía de Roger Federer y me pasé esos tres días entregado a la lectura y la meditación". Tsitsipas había tocado fondo.
Su depresión fue tal que acumuló seis derrotas consecutivas en torneos ATP entre julio y septiembre. Su tenis excelso no fluía y las dudas mentales aparecían en cada ciudad a la que asistía. La gira asiática también empezaba mal pero en Beijing encontró algo de lo que había perdido. Finalista en la capital china y semifinalista en Shanghai y Basilea, su confianza era otra totalmente diferente de la de mitad de temporada hasta esta parte. Triunfos ante Zverev y Djokovic no alcanzaban para ganar un título. Primer clasificado al Masters #NextGen y sexto al Masters Finals, el heleno decidió 'defender' su título de Maestro Sub21 pero en Mayores.
El torneo más importante del mundo detrás de los Grand Slams por puntos repartidos, dinero y dificultad para ganar el título ya que se debe, como mínimo, vencer a tres Top10, cumplía cincuenta ediciones. De Tokio 1970 a Londres 2019. En el medio, una veintena (23) de campeones que, en muchos casos, el Masters significó o significa su trofeo más importante hasta hoy. Nikolay Davydenko, Alex Corretja, David Nalbandian, Grigor Dimitrov, Alexander Zverev y Stefanos Tsitsipas son los seis 'Maestros' que no fueron campeones de Grand Slam, una tendencia de los años 2000, impensado décadas atrás. Quizás una de las respuestas sea el superprofesionalismo que exige tanto a los jugadores que no llegan al final de la temporada al 100%.


El año del griego terminó mejor de lo que empezó, con puntos altos durante el primer tercio y el último del calendario. Campeón en Marsella y Estoril, sumó victorias de gran calibre como ante Roger Federer en el Australian Open, contra Rafael Nadal en Madrid o frente a Novak Djokovic en Shanghai, curiosamente sin ser campeón en ninguno de esos eventos. Pero la 'Arena O2' de Londres presenciaría una nueva victoria del ateniense sobre el de Basilea en 2019 pero que esta vez sí aprovecharía para llevar el trofeo a su casa, en una final electrizante versus Dominic Thiem, su verdugo en la final de Beijing. Los problemas se profundizaron en Londres y en Londres fue donde desaparecieron. Cuentas claras.

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“Sé que no puedo predecir el futuro pero creo que estoy muy cerca de ser coronado campeón de Grand Slam. Sé que estas son palabras fuertes, pero siento que pertenezco a ese lugar. Estoy compitiendo contra los mejores jugadores del mundo y la cantidad de esfuerzo y trabajo que pongo todos los días merece tener un resultado como este”, declaraciones peligrosas de Stefanos luego de que varias generaciones se tuvieran que conformar con alguna que otra final esporádica de Grand Slam durante los últimos quince años. El monopolio del 'Big3' más temprano que tarde se terminará, entonces la pregunta es, ¿cuándo?

Daniel Vitale Pizarro

19 noviembre 2018

El efecto Lendl


Miami, julio de 2018. Alexander Zverev es N°3 del mundo, tres veces campeón de Masters1000 y dueño de ocho títulos ATP, todo eso con apenas 21 años. Instalado en el Top10 desde mediados de 2017, solo en Roland Garros había alcanzado los cuartos de final en un Grand Slam, curioso por el par de años exitosos. Entrenado por su padre, el alemán no se conforma con el Top3 sino que apunta a más. Sabe de su potencial y no quiere perder tiempo. En la Florida se lo vio entrenando junto a Iván Lendl, el supercoah que ayudó a Andy Murray a ganar tres Grand Slams y dos medallas de oro olímpicas luego de perder sus primeras cuatro definiciones en los Majors.

Un mes después de esa "prueba" en Miami y de negar un trabajo mancomunado entre el checo y el alemán, Zverev anunció que Ivan Lendl se unirá a su equipo de trabajo. El inexpresivo pero efectivo Iván había rechazado una propuesta de Tomas Berdych en 2014 por una agenda "muy ocupada", agenda que "desocupó" en 2016 para volver a entrenar a Andy Murray. Lendl es selectivo y por algo aceptó trabajar con Alexander. Edad, proyección, tenis, potencial, todo eso y más es "Sascha" e Iván se dio cuenta de esos atributos y decidió involucrarse en el proyecto. En agosto, previo al US Open, la noticia era oficial y Zverev-Lendl era una realidad.
La ansiedad de los fans y de los medios hegemónicos por ver triunfar al tándem checoalemán ponían más presión sobre los hombros del jugador que pedía tiempo para ver resultados positivos. Nada es inmediato en la vida y menos cuando dos personas tienen que congeniar por un rendimiento en común. El último tramo de la temporada no estaba siendo acorde al 2018 con derrotas inesperadas ante Philipp Kohlschreiber (34°), Malek Jaziri (61°), Marius Copil (93°) y Karen Khachanov (18°). Número cinco del mundo en noviembre, el Masters era el último torneo de la temporada ya que la final de la Copa Davis era Francia vs Croacia.
Triunfo sobre Cilic, derrota contra Djokovic y victoria versus Isner lo depositaron en semifinales de Londres por primera vez en dos participaciones. Su rival en semifinales era Roger Federer. Zverev jugó un gran partido ante uno de sus ídolos y lo despachó 7/5 7/6 sin antes ser abucheado por el público en la entrevista posterior al partido por un episodio confuso que le podría haber dado un mini quiebre muy importante a Federer en el tiebreak, situación que el suizo minimizó aunque declaró que él hubiera hecho lo contrario. Más allá del pequeño altercado, el joven alemán pudo con el favorito del mundo y se instalaba en la final del Masters.


Novak Djokovic era el finalista. Un segundo semestre de locos le permitió finalizar el 2018 como N°1 ATP y en el torneo más difícil de la temporada estaba afirmando que era el verdadero N°1. Al partido final llegaba sin ceder sets ni su servicio, con apenas dos bolas de break (Zverev en RR), demoliendo a sus rivales. El candidato era el serbio por el pasado y sobretodo por el presente. Cinco veces campeón aquí y 39-4 desde Queen's, nadie pensaba que perdería en la final del Masters en sets corridos ante Zverev, luego de vencerlo en sets corridos en en round robin. Pero el tenis no es una ciencia exacta y la oportunidad de revancha, el Masters, se la proveyó cuatro días después.
Y no la desaprovechó. Alexander Zverev no le permitió a Novak Djokovic en ningún momento tomar las riendas del partido. "Nole" sufrió el partido y "Sascha" lo disfrutó. El resultado lo refleja: 6/4 6/3. Asediado el serbio, nunca encontró la solución para dar vuelta el partido. El alemán se paró unos centímetros más adentro de la cancha, fue más agresivo aun y cambió el porcentaje de servicios a la "T", en relación al partido perdido días atrás ante el mismo rival. Ahí se notó la mano de Iván Lendl en la táctica y la mentalidad. Concentrado y enfocado en lo que debía hacer para ganarle al mejor del mundo, nunca abandonó el plan y todo salió como fue planeado. Campeón del Masters de Londres.


Acostumbrado a los flashes a pesar de sus cortos veintiún años, entre bromas y análisis entró a la sala de prensa en medio de los aplausos: "Este es el peor aplauso que he recibido tras ganar un torneo, pero gracias (risas). No estoy preocupado por nada. Así que pueden preguntarme lo que quieran. Hoy traté de salir y disfrutar del partido, disfrutar del ambiente, disfrutar el momento. Eso fue lo que hice. Y mi servicio estuvo funcionando bien toda la semana. Tuve mucha confianza en ello. Todo funcionó bien. Solo perdí mi servicio una vez contra él hoy. Creo que esta es una muy buena estadística, especialmente considerando que es el mejor restador de nuestro juego”.

Daniel Vitale Pizarro