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06 mayo 2019

El futuro es griego


"Me he criado en la arcilla y es mi superficie favorita, me salen muchos movimientos naturales y creo que puedo desenvolverme realmente bien. El tenis en polvo de ladrillo me resulta parecido a una partida de ajedrez. Tienes que ser mucho más paciente, jugar con ángulos y ser impredecible para el rival. Hay que construir el punto porque todo va algo más lento. Tengo plena confianza en mis posibilidades en esta gira", anunciaba confiado Stefanos Tsitsipas previo a debutar en Monte Carlo. Campeón solo sobre superficie dura bajo techo, el griego aterrizaba en Estoril luego de tropezar en Mónaco y Barcelona en las primeras rondas.
La maduración de Tsitsipas es alucinante. A los veinte años ya fue campeón ATP, finalista de M1000, de ATP500 y semifinalista de Grand Slam. Nueve del mundo (8° en abril), Stefanos ya se planta en la cancha como tal y es favorito por juego, ranking y juventud. Difícilmente lo veamos en 2020 disputando muchos ATP250, eso quedará para el mejor postor. Pero este año cumplió con Portugal y le dio una satisfacción a los suyos, al director del torneo y a los aficionados. En un cuadro con ocho Top30, se abrió paso para llegar a la final y levantar el trofeo de campeón en Estoril, el tercero de su corta pero explosiva carrera como profesional, el primero en su predilecta tierra batida.
El rival de la final fue Pablo Cuevas (67°). El uruguayo exTop20 (19°) tuvo una semana tan atípica como positiva. Ingresó al cuadro principal como Lucky Loser tras perder ante Salvatore Caruso (152°) y en primera ronda volvió a enfrentarse al italiano al cual venció en sets corridos. En segunda ronda su rival debería haber sido Fabio Fognini (12°) pero una lesión no le permitió jugar y en su lugar ingresó otro italiano, Filippo Baldi (155°). En semifinales su rival no fue Carreño Busta ni Monfils (preclasificados) sino la sorpresa del certamen, el joven español Davidovich Fokina (167°). Frente a Tsitsipas en la final tuvo un set point para estirar el encuentro a un tercer set pero cayó 6/3 7/6, como casi siempre con espectáculo incluido.

Consciente de que no es normal todo lo que le está pasando en un período tan corto de tiempo y siendo tan joven, "Stef" mantiene los pies sobre la tierra cuando declara: "Por un lado, quería que esto ocurriera pero por otro, me parece algo muy extraordinario y loco estar en la posición en la que estoy ahora. Creo que mentalmente estoy en el sitio correcto y luchando por lo que quiero, por eso merezco estar donde estoy ahora mismo. Es bueno tener títulos en canchas de arcilla y dura. Era algo por lo que había estado luchando. El siguiente reto será ganar en césped o tal vez obtener más títulos en tierra batida este año, eso sería maravilloso".
Si 2018 fue el año del salto cualitativo, 2019 es la temporada de la confirmación: Tsitsipas será seguramente por mucho tiempo Top10 y peleará por muchos títulos importantes. Augurar cuantos Grand Slams ganará o cual será el primero, es contraproducente para todos, sobretodo para el propio jugador, sino miremos el caso Zverev. Alexander no puede concretar en los Grand Slams todo lo excepcional que muestra en el circuito ATP, producto, en parte, de la presión extra de los medios especializados y del público que desde muy joven lo mencionan como múltiple campeón de Majors y N°1 ATP. Pero nadie se pone a pensar que apenas tiene 22 años y que ya ganó muchísimo.

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Entrenado por su padre Apostolos pero asesorado por Patrick Mouratoglou, los objetivos del nacido en Atenas cambiaron desde su semifinal en el Australian Open a principio de temporada. El Top10 es una realidad y para mantenerse en la elite absoluta del tenis debe tener buenas actuaciones en los Masters1000 y los Grand Slams. Stefanos divide su tiempo entre la Academia Mouratoglou en Francia durante aproximadamente unas quince semanas al año, sus viajes a Grecia para estar con su familia y amigos, y el circuito internacional, que le demanda aproximadamente treinta semanas alrededor del mundo.


Mouratoglou tiene una opinión formada sobre la mejoría del griego gracias al trabajo realizado en su Academia y debido a la realidad griega en relación al tenis: “El progreso de Tsitsipas desde que se unió a nosotros a sido excelente. Su padre Apostolos, quién aún lo entrena, claramente ha hecho un trabajo magnífico. Él mismo y su hijo me han reconocido que acertaron de lleno marchándose de Grecia, ya que allí la probabilidad de triunfar en el tenis es mínima, ya que el tenis en el país heleno no es un deporte prioritario para los aficionados. No había suficientes jugadores con los que podía jugar y entrenar”.
“Lo que más me gustó de Tsitsipas cuando lo vi por primera vez, en el Orange Bowl, fue su concentración en lo que estaba haciendo. Podías ver en sus ojos la voluntad de ganar y de estar enchufado en un partido desde el primer minuto. Me gustó también mucho su estilo de juego en general, así que rápidamente me puse en contacto con su padre para que vinieran a mi Academia durante unos días. Ellos vinieron y a partir de ahí nunca se han ido", rememoraba el entrenador de Serena Williams, que dirige una de las Academias de tenis más importantes de Europa y que no escatima en elogios para con Stefanos Tsitsipas.

Daniel Vitale Pizarro

05 mayo 2014

Hay "Gladiador" para rato


Uno mira el suelo, el otro el piso...

Carlos Berlocq tuvo un comienzo de año para el olvido. Salvo por la heroica victoria ante Andreas Seppi en Mar del Plata por Copa Davis, que le daba esperanza al equipo argentino, la temporada del nacido en Chascomús venía en negativo. Cuatro partidos ganados en siete torneos disputados, llegaba a Portugal sin haber alcanzado siquiera un cuartos de final en 2014 y con un integrante nuevo en la familia, Agustín, que por razones lógicas, alejó a "Charly" del circuito por un mes, período en el cual se perdió tres torneos ATP entre febrero y marzo. En el puesto 62 del ranking ATP, aterrizaba a Oeiras con muchas dudas y con poca confianza, esperando reencontrarse con su tenis para llegar bien a Roland Garros, el evento sobre arcilla por antonomasia.

Pasaron Taro DanielLukasz Kubot sin mayores complicaciones y en cuartos de final se enfrentaría por vigésima vez en su carrera a un Top10, esta vez el duro escollo sería el canadiense (9°) Milos Raonic. Contra todos los pronósticos, aunque no es la superficie predilecta del gigante nacido en Montenegro, el "Gladiadior" entró con una táctica que nunca abandonó para acceder a semifinales. En esa instancia sorteaba a Gimeno Traver luego de un parejo primer set y así acumulaba cuatro partidos ganados al hilo, los mismos que había logrado en los siete torneos anteriores en los que había participado. En la final, el rival sería el checo, número seis del mundo, Tomas Berdych. La vara era cada vez más alta.
Besando un trofeo más que pintoresco

El historial entre ellos estaba a favor del bicampeón de Copa Davis 3-0 (dos en arcilla y una en cemento). Todo un reto. "Charly" salió al encuentro decisivo muy agresivo pero a la vez errático, y el primer set se esfumaba con un lapidario 6/0 que mostraba una superioridad llamativa por la superficie y la instancia. El argentino encontró un quiebre de servicio clave para su confianza en el primer juego del segundo parcial lo que le permitió cambiar su mentalidad y también su patrón de juego, más acorde a sus habituales características. Pelotas altas, con mucho peso, de un lado al otro de la cancha, variando velocidades y ángulos para sacar a su rival de la comodidad de golpear la pelota bien plantado, situación de juego en la cual el checo marca la diferencia en el circuito.

Luchado, luchadísimo segundo set que pudo ganar Berlocq para que el partido diera la vuelta, sobre todo mentalmente, lo que permitió que el campeón de Bastad 2013 impusiera su juego y dominara durante todo el set final para arrojarse al suelo tras el match point. Carlos Berlocq, una vez más, dio muestras de que darse por vencido no está en su diccionario y se dio el gusto de a los 31 años, levantar su segundo trofeo ATP en su tercera final. Stefanía y Agustín no sentirán celos y cada uno podrá elegir un trofeo de los que ganó su padre y quizás, porque no, poder elegir entre alguno más en un futuro cercano, en un circuito cada vez más longevo y más complicado para los tenistas jóvenes.

Puño apretado de Berlocq, pura garra y corazón

Berlocq, amigo del micrófono en conferencias de prensa, explicó con una síntesis, el desarrollo del partido: "El primer juego del segundo set fue la clave y el cambio del partido. En el primer set no me sentía pegándole mal a la pelota, pero estaba incómodo porque no encontraba tiros ganadores y eso me desmotivó. No le encontraba solución a eso y no estaba disfrutando en la cancha. Y si llegaba a perder 6-0 y 6-0 habría sido un golpe duro para mi. Entonces en el segundo juego cambié mi táctica, comencé a pegar tiros con variedad de altura y potencia. Él cometió errores, se abrió una puerta y de ahí en más cambió mucho el partido. Después lo vi cansado y eso me dio confianza de que había un camino para ganar el partido". Un análisis perfecto de lo que fue el encuentro.

"Charly" se convirtió en el sexto campeón en 2014 con treinta o más años. El año pasado fue temporada récord desde 1975, con dieciséis jugadores de esa edad en levantar al menos un trofeo, diecinueve coronas que se llevaron en total. Una muestra de ello es la cantidad de jugadores mayores de treinta años dentro del Top100 (36 en abril), récord en toda la historia del deporte blanco. Curioso es que se de en un época donde imperan las lesiones, un calendario muy apretado y que gracias a la tecnología, el juego se ha hecho muy veloz, lo que perjudica a la técnica y produce lesiones por no poder respetarla.
Junto a Nalbandian (2002 y 2006), Chela (2004), Gaudio (2005) y Del Potro (2011-12), Berlocq se unió como campeón del ATP250 de Oeiras, exEstoril. Además acumula una final ATP en los últimos tres años (Viña del Mar 2012, Bastad 2013 y Oeiras 2014). Este título significó el 210 para el tenis argentino en 402 finales, firme en el quinto puesto de los países más ganadores de la historia del tenis. En 2014 Carlos Berlocq tuvo se segundo hijo, su segundo título ATP y su segunda victoria ante un Top10 (las dos en este torneo). Cosa de casualidades con los números, todos positivos.

Daniel Vitale Pizaro

07 mayo 2012

En el camino

Cada vez que Juan Martín Del Potro entra a disputar un partido, el mundo del tenis se prepara para verlo ganar, algo que sabe hacer y muy bien. A su corta edad (23 años), logró cosas que la gran mayoría de los argentinos no pudieron conseguir en toda su historia. 11 títulos ATP, superado por Vilas (62), Clerc (25) y Jaite (12) e igualado con Nalbandian, un Grand Slam, superado por Vilas (4) e igualado con Gaudio, final de un Masters, igualado con Vilas (1) y Nalbandian (1) y número cuatro del mundo, superado por Vilas (2°), Nalbandian (3°) y Coria (3°) e igualado con Clerc. Todo esto lo convierte en el jugador argentino con mayor proyección del momento y predestinado a superar varias marcas argentinas más.

A pesar de estar ocho meses inactivo por una lesión en su muñeca izquierda más los problemas en su espalda que lo alejaron de las canchas en varias oportunidades, el argentino llegó a Portugal decidido a defender su corona. En el ATP250 de Estoril venció al francés Richard Gasquet por 6/4 6/2 y alargó su récord en finales sobre polvo de ladrillo a 4-0, en una superficie que no es su favorita y en la cual sus tiros no dañan como en cemento. Gracias a la victoria, Del Potro subió un puesto en el ranking ATP y se ubica 11° ATP, a solo 70 puntos del norteamericano John Isner. Fue su segundo título de la temporada, el anterior lo consiguió en el ATP250 de Marsella (Francia), sobre cemento bajo techo.
DelPotro vs Gasquet en plena final

"Delpo" llegaba a este torneo como preclasificado número uno y con la incertidumbre de ver como respondía en su primer torneo del año sobre arcilla, más allá de los dos encuentros disputados en la Copa Davis frente a Croacia. El tandilense venía de perder solo seis partidos en el año, con la particularidad de perder frente a tres rivales: Federer en cuatro ocasiones, Baghdatis en Sidney y Ferrer en Miami. Su respuesta fue formidable. A lo largo del torneo solo perdió 22 games y quebró 15 veces sobre 34 juegos el saque de sus rivales, para adjudicarse el torneo portugués con autoridad y solidez. Además no cedió ningún set y solo le quebraron dos veces. Implacable.

La Torre de Tandil desplegó su clásico juego de ataque y potencia y obligó a Gasquet a devolver lo que podía desde la línea de base para contrarrestar los misiles que venían del otro lado de la red. A eso le agregó la efectividad con su servicio, punto que mejoró con el tiempo para obtener puntos gratis, sobre todo en los partidos contra el Top5 para no sufrir tanto sus juegos de saque.  "Estoy trabajando mucho y siento los progresos, como en el saque. También es cierto que tengo que mejorar la movilidad y la volea", explicó Juan Martín en conferencia de prensa.

Una vez más, los portugueses tuvieron que ver levantar la copa de su torneo a un argentino, no solo por la defensa de Del Potro, sino porque es un torneo que también obtuvo Nalbandian en 2002 y 2006, Chela en 2004 y Gaudio en 2005.
Ahora los jugadores se preparan para disputar el cuarto Masters1000 de la temporada, en Madrid, con una particularidad llamativa: la superficie del polvo madrileño será azul, sí, leyó bien, no vaya a buscar sus lentes porque cree que la vejez le está distorsionando la vista. La "pista", como le llaman los españoles, se vestirá de azul para sumarle un condimento más a los 650 metros de altura sobre el nivel del mar. Atractivos que hacen del deporte un espectáculo imperdible para el espectador.

Daniel Vitale Pizarro