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06 junio 2016

El puto amo



El día llegó...

El cinco de junio de dos mil dieciséis será recordado por todos. Quizá no se haya tomado conciencia plena de lo que sucedió en Francia durante el fin de la primavera europea. Desde 1905 que se disputan Australian Open, Roland Garros, Wimbledon y US Open (los cuatro Grand Slams en una temporada), este año fue la cuarta vez que un jugador ganó los cuatro de forma consecutiva. De Inglaterra a Francia, el cuarteto de certámenes en poder de una misma persona: Novak Djokovic. Donald Budge en 1938, Rod Laver en 1962 y 1969, y Novak Djokovic en 2015-2016. Solo TRES tenistas en TODA la historia del tenis. Dale, tuitealo (?)

Junio de 1938. John Donald Budge se proclamaba campeón de Roland Garros y conseguía ser campeón vigente de los cuatro torneos más importantes de aquella época, de manera consecutiva (Wimbledon y US Open 1937, Australian Open y Roland Garros 1938). Fue el primero que lo logró en aquellos años en los que el tenis no era un deporte popular. No conforme con sus resultados, fue campeón en Wimbledon y US Open de 1938, lo que le valió ser el primer jugador ganador del "Grand Slam", algo tan inédito como dificultoso. Hasta el día de hoy, "Don" ostenta el récord de más partidos ganados en Grand Slam seguidos de forma consecutiva (37).

Don Budge y Rod Laver

Septiembre de 1962. Rodney George Laver emulaba a Budge y se convertía en el segundo jugador en ganar el "Grand Slam". Un año después, la estrella del momento decidió hacerse profesional y cobrar por jugar. El tenis no repartía dinero y era un deporte Amateur. Los que cobraban no podían disputar los Grand Slams por lo que Rod Laver (25 años) no pudo participar entre 1963-1967. En 1968 nació la "Era Abierta", que le permitía disputar a cualquier jugador los Grand Slams. Rod (30 años) volvió al circuito y una vez más logró el "Grand Slam" en 1969, como si el tiempo no hubiera pasado. Era el mejor tenista de la historia (aun muchos lo siguen considerando como tal...).

Junio de 2016. Novak Djokovic ganó Roland Garros, completó el "Grand Slam de carrera", lo hizo de manera consecutiva (tercero en la historia) y sigue en carrera para el "Golden Slam" gracias a que este año se disputarán los JJOO en Río de Janeiro. El Golden Slam significa ganar los cuatro Grand Slam en una misma temporada más la medalla de Oro de los JJOO pertinentes, presea que Novak aun no consiguió (Bronce en Beijing 2008). El "Golden Slam" anual solo lo consiguió Steffi Graf en toda la historia del deporte. Andre Agassi y Rafael Nadal ganaron el "Golden Slam de carrera", los cinco títulos distintos pero no en una mismo año calendario. Únicos dos hombres en la historia.

Equipo de trabajo completo

Roland Garros era el título que le faltaba al serbio para definitivamente ingresar en la discusión de los mejores tenistas de la historia. Completar los cuatro Grandes y de manera consecutiva lo colocaron varios peldaños más arriba de lo que estaba. Lo consiguió en su cuarta final en la Philippe Chatrier y su decimosegunda participación en el certamen. A eso hay que sumarle los 65 trofeos ATP (doce de ellos de Grand Slam), el récord de 29 Masters1000, los cinco Masters ganados, las 202 semanas como número uno del mundo, los cuatro años finalizando en esa posición, el récord de puntos ATP (16950), la Copa Davis lograda en 2010, etc., etc., etc.

Así analizó Novak el partido: "Entré en la pista muy bien preparado pero me entraron un poco los nervios y me costó encontrar el ritmo. Eso cambió a partir del segundo set. Cuando me puse 5-2 en el cuarto, comencé a reír, no sé, no sentí mucha presión, pero me tomé las cosas de manera que perdí aquél juego. Con 5-4 y 40-15, dos puntos muy igualados... estaba más cerca que nunca de ganar este título y sentí tensión y excitación. En los últimos intercambios del partido, ni siquiera recuerdo lo que ocurrió. Ha sido como si mi alma saliera de mi cuerpo y me observara golpeando la pelota de derecha a izquierda". Djokovic y una frase final de literatura para explicar como ganó.

Cruzó la red para felicitarlo...

Andy Murray también hizo historia. Primer británico en la Era Abierta en llegar a la final de Roland Garros y décimo jugador en la Era Abierta en alcanzar las cuatro finales de Grand Slam. Su baja efectividad en finales de Grand Slam (2-8) no le permite estar entre los mejores de la historia pero sus números están a la altura de grandes campeones. Diez finales de Grand Slam, 19 semifinales y 26 cuartos de final. Número dos del mundo, campeón de Copa Davis y 36 títulos ATP, son algunos números del escocés. Miembro del 'Big4', aunque lejos de Federer, Nadal y Djokovic en la consideración mundial, siempre está presente en la discusión de los torneos importantes.

Molesto por la derrota pero consciente del logro de su rival, Murray elogió sin reparo al campeón: "Estoy orgulloso de ser partícipe de este día, así que felicitaciones Novak, buen trabajo. Lo que conseguiste en los últimos 18 meses es espectacular, ganando los cuatro Grand Slams de forma consecutiva, es un gran logro. Esto es algo muy raro en el tenis, no ha pasado en un largo período de tiempo y pasará mucho tiempo hasta que alguien lo consiga nuevamente”. De gran rendimiento en arcilla en las últimas dos temporadas, Andy pasó de no pisar una final en tierra batida en su carrera a disputar cinco finales y ganar tres de ellas (dos M1000) entre 2015 y 2016. Brillante.

Daniel Vitale Pizarro

01 febrero 2016

No tiene rivales



Una y otra vez, la misma imagen en el mismo lugar

Cada vez que Novak Djokovic expresa que jugó el mejor tenis de su vida, parece que lo dice para quedar bien con el adversario y no dejarlo humillado por su juego arrollador, el que expone en cada lugar que pisa hace un largo rato. Pero la realidad es que no miente cuando ante la prensa manifiesta sus sensaciones dentro de una cancha. Los dos primeros sets ante Roger Federer en la semifinal del Australian Open fueron la perfección tenística. La final ante Andy Murray fue de menor nivel pero de igual superioridad. El primer set fue un monólogo de "Nole", no brilló pero dejó en claro quien era el dueño del partido, el mismo que domina el tenis hace dos años por escándalo.

El propio campeón dio su visión sobre el último partido, el que decidió quien levantó el trofeo: “Empecé el partido muy bien, como ante Federer, con pocas cosas mal hechas. He sido muy agresivo y he jugado de la manera que quería jugar contra él. Ejecuté el plan perfectamente durante un set y medio. Luego Murray empezó a servir mejor. Se metió de nuevo en el partido. El segundo set se decidió por pocos puntos, así como el tercero. Creo que lo podía haber hecho mejor en mis juegos al saque cuando fui quebrado en ambos sets, pero todo el mérito para él por luchar y demostrar por qué es uno de los mejores del mundo". Ni hace falta crónica de la final, ¿no?

Djokovic, Becker y su equipo. Boris, te debo tanto...

Federer en el US Open 2011, Murray Nadal en el Australian Open 2012, Wawrinka en el Australian Open 2013, Cilic Federer en Wimbledon 2014, Wawrinka en el Australian Open 2015 y Anderson en Wimbledon 2015. En seis de sus diez Grand Slams obtenidos disputó al menos un partido que se definió en el quinto set y este Australian Open 2016 no iba a ser la excepción. Gilles Simon lo exigió al máximo en octavos de final. 100 errores no forzados cometió el a la postre campeón, un número nunca visto en sus estadísticas. Su rendimiento antes de las rondas finales hizo que los aficionados pusieran en duda su candidatura al trofeo por sexta vez, algo que se encargó de difuminar...

16790 puntos son los que acumula "Nole" durante los últimos doce meses de competencia, casi el doble que el número dos del mundo Andy Murray (8945), su rival en la final del Abierto de Australia 2016. Dividiendo su puntaje a la mitad sería el tres del planeta, una diferencia pocas veces vista en la historia de cualquier deporte. Esa distancia en el ranking ATP lo logró y solventó con resultados porque en primer Grand Slam del año alcanzó su 18° final ATP consecutiva entre 2015 y 2016. De esas ganó las últimas siete. Su último torneo sin acceder al partido definitivo fue Doha 2015 cuando lo derrotó Ivo Karlovic hace más de un año, certamen que ganó este curso.
El mejor punto del torneo y del año

Novak aumenta sus estadísticas personales a la velocidad de la luz. Repasemos. Seis títulos en el Australian Open, misma cantidad que Roy Emerson, ambos máximos ganadores del certamen; 19 finales de Grand Slam (11-8), igualó a Lendl (19) y a Borg (11); 61 títulos ATP en 87 finales (10° en la historia); 214 partidos ganados en Grand Slam (5° en la historia) y 184 semanas como número uno del mundo, sin fecha de caducidad (5° en la historia). 28 años de edad, en la cúspide de su carrera, cumplirá 29 el 22 de mayo y ya es una realidad el lugar en la historia que ocupa y los récords que le peleará a Federer y Nadal. "Creo que me encuentro en una buena posición para alcanzarles, pero ya veremos, el tiempo lo dirá.". Hambre no le falta al balcánico...

Andy Murray sucumbió una vez más ante Novak Djokovic en la final del Australian Open. Es la cuarta en tierras oceánicas ante el serbio y la quinta en su carrera (2010 vs Federer). Nunca pudo levantar el trofeo. Superó a Bjorn Borg (cuatro finales de US Open) con más finales en un Grand Slam sin coronarse. No disputó torneos de preparación y llegó a Melbourne a ser campeón de una vez por todas. Los cuatro intensos sets con David Ferrer en cuartos de final y los cinco sets ante Milos Raonic en semifinales mermaron el físico del escocés que luchó en la final contra Djokovic pero que no le alcanzó ni exigió al número uno del mundo a lo largo del encuentro.

Tan lejos y a la vez tan cerca

Número dos del mundo, Andy disputó su 53° final ATP (35-18), la novena de Grand Slam (2-7), su déficit en comparación con su efectividad en finales ATP en general. Emocionado y con la voz quebrada en plena conferencia pospartido, Murray felicitó a su rival y mandó un saludo a su mujer que está internada a punto de dar a luz: "Kim, te amo, tomaré el primer vuelo para estar a tu lado en este momento tan importante para nosotros". El escocés estuvo en duda en cada duelo ya que había anunciado que apenas su mujer entrara en trabajo de parto, no se presentaría a jugar su partido para estar presente en el nacimiento de su primer hijo. Por suerte para el torneo, fue todo normal.

Daniel Vitale Pizarro

14 septiembre 2015

El gran escapista


Djokovic debajo de los papelitos y Federer detrás

La final del US Open 2015 fue una muestra más de superación ante las adversidades, una constante en la vida de Novak Djokovic. Un amor propio envidiable, una garra suprema, una mentalidad que roza lo "Nadalesco" y una consistencia e intensidad que casi nadie resiste. Esos son los pilares de actual número uno del mundo, uno de los mejores tenistas de todos los tiempos en una época brillante del tenis que reúne a tres de los cinco más ganadores de la historia en Grand Slams. Desde Belgrado a Estados Unidos, pasando por Australia e Inglaterra y tropezando una y otra vez en Francia, "Nole" fue construyendo su propia leyenda. Una leyenda de diez... de diez títulos "Grandes".
La primera experiencia en una final de Grand Slam la tuvo en 2007, precisamente en donde se coronó este domingo. El rival fue también el mismo del fin de semana, el vigente tricampeón del torneo (¿destino?). Fue victoria de Roger Federer en sets corridos pero algo cambió a partir de ese partido. El circuito dejó de polarizarse entre Federer y Nadal y se formó una terceto con Djokovic como principal enemigo de ambos. Al siguiente "Major", Novak dio la campanada y debutó como campeón en el Australian Open ante Tsonga, otro que prometía. Pasaron casi tres años para que "ND" volviera a una final de esta envergadura. En el medio intentos de cambios de saque y demás, fallidos.

En el US Open 2010 perdió la final contra Nadal. Pero a fin de esa temporada sucedió algo que lo catapultó a la cima hasta hoy. Fue campeón de Copa Davis. Además le descubrieron un porcentaje de celiaquía por lo que tuvo que cambiar su dieta. Más fibroso y atlético, sumado a la confianza del final del 2010, el año siguiente fue cuando explotó. 41 partidos consecutivos sin conocer la derrota, campeón en tres Grand Slams y número uno del mundo por primera vez. Novak Djokovic derrotó a Murray en la final del Australian Open y a Nadal en las definiciones de Wimbledon y el US Open. Cuatro títulos de GS en seis finales a los 24 años. Estábamos en presencia de un gran campeón.
2007 y 2015, las finales entre sí en el US Open

El 2012 empezó a tono con el año anterior. Campeón en el Australian Open, una vez más ante Nadal en una final de Grand Slam, la más larga de la historia. Pero su efectividad en las grandes citas cayó un poco, aunque no dejaron de ser grandes producciones. Final en Roland Garros y US Open, ambas derrotas ante el nacido en Manacor. El nivel del serbio no decayó y su confianza tampoco. Una vez más, inició una nueva temporada como campeón del Australian Open, por segunda vez derrotaba a Murray en la lucha por el trofeo. La extenuante semifinal ante Del Potro en Wimbledon 2013 le impidió estar a pleno contra Murray que lo derrotó en Wimbledon, y un Nadal inexpugnable lo venció en US Open, el mejor "Rafa" en cemento que hubo.

El sabor amargo de finalizar número dos del mundo tras ganar un Grand Slam más dos finales y una semifinal en los restantes, lo motivaron para recuperar el trono en 2014. A pesar de tropezar ante Stan Wawrinka en cuartos de final del Australian Open y de perder una nueva final de Roland Garros contra el mismo de siempre, Rafael Nadal, en Wimbledon se redimió y conquistó su séptima corona "Grande". Cómodo número uno del mundo, el 2015 lo vio por quinta vez campeón del Australian Open y finalista por tercera vez en Roland Garros, aunque Nadal no fue su verdugo sino Wawrinka, el otro suizo en cuestión.
"¿Soy yo? Ah, ok, está bien"

El noveno Grand Slam en el palmarés de Djokovic fue Wimbledon. Igual que en 2014, Federer estuvo del otro lado de la red. Esa misma final se reeditó por cuarta vez en "Majors" en el US Open
2015, hace algunas horas atrás. Demorada por lluvia, el encuentro se trasladó a la sesión nocturna, horario en el que Roger solo había perdido en una oportunidad. Sin ceder sets, invicto en el verano norteamericano con una postura más agresiva de lo habitual, era el rival ideal para poner en problemas al dominador de los últimos años e inalcanzable número uno del mundo. Djokovic afrontaba esta final en quizás su mejor año como profesional, incluso superior al 2011.

Los constantes ataques y subidas a la red, las 23 opciones de quiebre, los 56 tiros ganadores y el apoyo de 23000 personas no fueron suficientes para romper la imperturbable defensa e intensidad del serbio que resistió los embates del suizo, contragolpeó y sobre todo, acertó en los momentos claves del partido. No titubeó. Las innumerables ocasiones para adelantarse en el marcador que tuvo Federer fueron maniatadas por "Nole", mental y físicamente superior. Esas oportunidades, ante otro rival, difícilmente se le hubieran escapado. Pero cada rival supone niveles distintos de exigencia y Novak Djokovic, ante la menor duda, no te perdona. Mientras más apretado el marcador, mejor juega.
“Ganar ante el jugador más laureado, alguien que siempre sigue peleando hasta el final, que te hace buscar esa pelota extra, son cosas muy especiales para mí. Poder revivir estos momentos como en 2011 es algo increíble. Creo que es más complicado repetir algo que hacerlo por primera vez. Soy una persona y un jugador distinto a lo que era en 2011. Soy un hombre casado, padre y con distintas experiencias en la vida. Enfoco el tenis de una forma completamente distinta. Me siento más completo, físicamente más fuerte y mentalmente más experimentado y resistente. Haber estado en esa situación con anterioridad me ha ayudado a comprender distintos obstáculos y sé lo que necesito para superarlos”, las palabras de un maduro y aplomado Djokovic, con los pies sobre la tierra.

Federer fue modesto y educado en conferencia pospartido en pleno Arthur Ashe (incluso jugó con la frase de Pennetta "one last thing") pero cuando se sentó ante los micrófonos en la sala de conferencias, mostró su lado más humano: “Estoy muy decepcionado. He tenido muchas oportunidades en mi raqueta. Nunca debí ir por debajo en el marcador de la manera en la que estuve. Es bastante simple. Perdí debido a los errores que he cometido. Tengo que mejorar en eso. Así que ahora voy a trabajar y seguir adelante. No es ningún problema para mí”. 27 finales de Grand Slam (17-10), las últimas tres perdidas y con la pasión intacta. #BEL18VE

Daniel Vitale Pizarro

13 julio 2015

El pasto no es solo para las vacas


"El césped no tiene gluten, no está procesado, es completamente orgánico y natural. No me dio ninguna reacción"

Novak Djokovic (1°) y Roger Federer (2°), los dos mejores tenistas de la actualidad, llegaron a la final de Wimbledon al igual que la temporada pasada. Los niveles de ambos durante las dos semanas prometían un partido de altísimo vuelo. En las semifinales, Djokovic destrabó un primer set muy parejo ante Gasquet, que luego terminó resolviendo con comodidad, y Federer disputó uno de los mejores partidos de su carrera, según sus palabras, contra Murray. La final de Grand Slam con más "Majors" de la historia (25), dos más que la disputada el año pasado entre ellos en el "All England" (anterior récord), no iba a defraudar.

Roger empezó muy agresivo, decidido a acortar los puntos y cerrarlos en la red. Eso se trasladó al primer quiebre del partido para el suizo. Inmediatamente Novak lo recuperó. Tuvo que salvar dos bolas de set en el 5-6, momentos en los que el primer servicio fue vital. El tiebreak fue todo para el campeón defensor. El segundo set fue el más parejo. Esta vez el que tuvo set point en el 4-5 fue "Nole". Llegó el tiebreak. Federer caminó por la cornisa, salvó siete sets points y se llevó el parcial. La Cancha Central explotaba. El serbio, enfadado, rompía su remera en el cambio de lado, ofuscado por las chances desperdicias. El encuentro se convertía en uno al mejor de tres sets, atrapante.

Su saque, menos dotado, funcionó mejor que el de su rival

La paridad del tercero duró poco. El nacido en Belgrado rompió el saque de su rival en el 1-1. La intensidad del partido había bajado. Federer sintió el peso del partido, sus piernas lo evidenciaron y en semejante definición, esas pequeñas cosas terminan inclinando la balanza. Administrado el quiebre, los últimos esfuerzos del helvéticos fueron en vano. 7/6 6/7 6/4 y al descanso. Djokovic sabía que salvo la heroica, el partido estaba en sus manos. Nuevamente un quiebre tempranero de servicio dilapidó las pocas chances que le quedaban al nueve veces finalista aquí, que cayó 7/6 6/7 6/4 6/3 ante un inexpugnable campeón, una roca sólida en todos los aspectos que involucran al tenis.

Los números de Djokovic esta temporada son un escándalo. Salvo el traspié a principio de temporada en cuartos de final de Doha ante Karlovic y su saque, no bajó de la final en todos los torneos en lo que jugó. Campeón del Australian Open, Indian Wells, Miami, Monte Carlo, Roma y Wimbledon más las finales de Dubai (Federer) y Roland Garros (Wawrinka). 48-3 su récord en 2015, seis títulos sobre nueve jugados y más de cuatro mil puntos por encima de Federer en el ranking ATP. Pero por sobre todas las cosas, muy superior a todos, similar a lo que ocurre con Serena Williams en la WTA, pero con más jerarquía de los rivales.

Frustrado pero feliz, la cara de Federer, una mezcla agridulce contra la sonrisa de oreja a oreja de Djokovic.

En un breve análisis, con humor y sinceridad, Federer dijo cosas como estas: “Novak estuvo brillante en los puntos importantes y al final se convirtió en una roca sólida. He tenido mis oportunidades de ganar y por eso estoy decepcionado. Supongo que el primer set ha sido clave, si lo hubiese ganado es posible que las cosas hubieran sido diferentes. Tampoco me hubiera venido mal sacar un poquito mejor, conseguir más puntos gratis. Él ha jugado muy bien a lo largo de todo el torneo, de todo el año, también de la temporada pasada y de la temporada anterior, es decir, siempre. Este año se merecía el título”.

El mejor deportista suizo de la historia tomó el plato, lo exhibió por todo el estadio, lo enseño con orgullo y aceptó la derrota: "Jugué un buen tenis pero Novak lo hizo mejor. Tuve dos grandes semanas, un partido no opaca los anteriores seis". Brillante. Una lección para todos los tenistas que ponen excusas a la hora de las derrotas y magnifican lo que en realidad es: un partido perdido más. Lo único real es la realidad y el balcánico está por encima de sus rivales. No queda otra que aceptarlo y seguir intentandolo, pero tranquilo con lo hecho dentro de una cancha, y más aun, orgulloso de ser el segundo en un torneo en el que empiezan 128, todos con la misma ilusión.

Orgulloso pero con un sabor amargo, Federer caminó toda la Cancha Central con el plato de segundo puesto.

“Teniendo en cuenta mi estado anímico hace tres o cuatro semanas, es increíble estar aquí como campeón de Wimbledon, porque he conseguido superar ese gran reto otra vez”, las palabras del campeón tras su consagración por tercera vez de Wimbledon en su cuarta final en las últimas cinco ediciones. “Obviamente, soy mucho más fuerte mentalmente y más maduro como jugador y persona para ser capaz de mantener constantemente este nivel de profesionalidad y competir con estos jugadores", único jugador en haberle ganado a Nadal en Roland Garros y a Federer en Wimbledon en una misma temporada.

Novak persigue la historia. Su campeonato en Wimbledon le permitió pasar a Andre Agassi, Jimmy Connors, Ivan Lendl, Fred Perry, Max Décugis y Ken Rosewall (8) en cantidad de Grand Slams para ubicarse octavo en la historia y quinto en la Era Abierta. Roger Federer (17), Rafael Nadal y Pete Sampras (14), Roy Emerson (12), Bjorn Borg y Rod Laver (11), Bill Tilden (10) y Novak Djokovic (9), así es la lista de los máximos ganadores, en la que el serbio no para de escalar posiciones.

Daniel Vitale Pizarro

09 junio 2015

"El partido de mi vida"

Genial el medio suizo

Exactamente doce años atrás, el ocho de junio de dos mil tres, Stanislas Wawrinka se consagraba campeón de Roland Garros junior. Por aquellos años derrotaba a Brian Backer. El mismo día pero de dos mil quince, "Stan" repitió el título en París ante Novak Djokovic (1°), a sus 30 años. El suizo se convirtió en el sexto jugador en la historia en ser campeón en la arcilla parisina más importante, como junior y como profesional, igual que Ken Rosewall, Roy Emerson, Andres GimenoIvan Lendl Mats Wilander. Antes de los 18 años fue número siete del mundo, y como mayor de edad, tocó el tercer puesto del ranking mundial. Hoy es cuarto y con dos Grand Slams en su haber, la misma cantidad que suma Andy Murray...
El año pasado llegó a Roland Garros como firme candidato, por ser el vigente campeón del Australian Open y por buenos desempeños en arcilla (finalista en los tres Masters1000 de ladrillo en su carrera). Pero la presión le jugó una mala pasada. Cayó en primera ronda ante Guillermo García Lopez. Cuartofinalista en Wimbledon y US Open, empezó 2015 con la defensa de su título de Grand Slam y llegó hasta las semifinales. Lo frenó Djokovic en cinco sets. Problemas con su pareja desembocaron en una separación mediática, con comunicados de ambos a los medios. Los inconvenientes personales le afectaron dentro de las canchas y se hizo notorio tras ser campeón en Rotterdam

Cada uno cumplió su rol a la perfección

No pasó de octavos de final en los primeros cuatro Masters1000 del año. Recién en Roma mostró buen nivel con victoria sobre Nadal y derrota en semifinales ante Federer. Un traspié en cuartos de final de Ginebra, días antes de Roland Garros, le quitaron completamente el mote de favorito. Beneficiado por la baja de Raonic (6°), Stan (9°) fue preclasificado octavo, lo que evitaba un futuro enfrentamiento ante los ocho mejores antes de cuartos de final. Vestimenta llamativa de la marca japonesa (remera a rayas y pantalón a cuadros), Wawrinka y Yonex iniciaban un nuevo Roland Garros, que quedará en el recuerdo...

El primer compromiso complejo en los papeles llegó en octavos de final ante Gilles Simon, rival al que pasó por arriba. Sin perder sets en el torneo, en cuartos de final lo esperaba Roger Federer, de gran nivel tenístico durante la semana. El menor de los suizos jugó a otra velocidad, no tuvo inconvenientes con Roger y lo derrotó en sets corridos. En semifinales, el local y 15° ATP Jo-Wilfried Tsonga, era el escollo para acceder a la final. Fue el primero que lo exigió y le arrebató un set. Pero quedó en eso. "Stan The Man" se llevó el encuentro y accedió a su primera final en Roland Garros, segunda de Grand Slam, en su 11° participación en el "Bois de Boulogne".
"Es una lástima que no pueda usar estos pantalones en Wimbledon"

Novak Djokovic, el candidato de todos, era el otro finalista, que había batallado cinco sets en dos días para sacar del camino a Andy Murray en semifinales. El serbio estaba invicto en arcilla durante 2015 (16-0, campeón en Monte Carlo y Roma) y todos los flashes apuntaban hacia él. Ocho Grand Slams en quince finales disputadas (dos perdidas en Francia). Este era el momento. Donald BudgeFred PerryRoy EmersonRod LaverAndre AgassiRoger Federer Rafael Nadal, únicos vencedores en los cuatro "Majors", eran su horizonte y estaba a solo un partido de alcanzarlos. Pero...

Stanislas Wawrinka le tomó un set y medio acomodarse en el partido. A partir del quiebre en el segundo set, que luego respaldó con el suyo para igualar el encuentro, todo fue para el suizo. Un concierto de golpes de fondo. Derechas, servicios y principalmente reveses que herían al número uno cada vez que los ejecutaba con buenos apoyos. Cruzado o paralelo, el revés de Stan golpeaba como un boxeador, hasta el knock out. Novak, sorprendido más de una vez por los winners de su rival, aguantaba y luchaba, a la espera de que el helvético bajara la intensidad, algo que nunca sucedió. 4/6 6/4 6/3 6/4 fue el marcador final, con un winner de revés paralelo, como lo hizo durante todo el partido, lanzado, enfocado y calibrado a la perfección.

El mejor reves del momento... ¿y de la historia?

"Nole", con lágrimas en los ojos, humanizado, analizó rápidamente el porqué de su derrota: "Estuve más nervioso que en cualquier otro partido. No quiero poner excusas afirmando que esos dos partidos (Nadal y Murray) me restaron mucha energía física, mental y emocional. Me sentía tan fresco como era posible. Estoy orgulloso por el coraje que puse en el partido, di lo mejor de mí. No era el día. Quizá en momentos claves no sentí esa explosividad en las piernas, pero al final, él fue el mejor jugador. Esto es deporte. Es lo que sucede a este nivel. Tengo que aceptar la derrota". Un ejemplo en las victorias y en las derrotas, sin excusas.

"Lo volveré a intentar el año siguiente"

Pero el momento clave y bisagra en la carrera de Wawrinka fue en mayo de 2013, cuando decidió contratar a Magnus Norman como su coach, jugador al que seguía cuando era profesional y durante su etapa como entrenador de Robin Soderling. Stan reveló que en su primera charla tras el primer entrenamiento, cuando debían ponerse de acuerdo a que torneos acudirían juntos, Magnus le dijo: "Yo estaré en el Masters", a lo que respondió: “¿Qué? ¿Estaré allí?". En noviembre debutó en el 'O2' de Londres y llegó hasta semifinales. Dos meses más tarde, levantaba su primer Grand Slam en Australia, ante Nadal en la final y con un tenis alucinante.

Mucho más que una dupla ganadora.

“Algunos entrenadores intentan darte confianza para motivarte todo el tiempo, te dicen que eres magnífico, que estás en un combate de boxeo y vas a golpear fuerte a tu rival. Él simplemente me dice pequeñas cosas que marcan una gran diferencia”, palabras de Wawrinka sobre Norman y su relación con él. El domingo tras la victoria, le dedicó el título: "Quiero dedicárselo especialmente a Magnus, que perdió la final como jugador y dos veces como entrenador. Al menos esta vez la ganaste".

Daniel Vitale Pizarro

02 febrero 2015

Su segunda casa


Cualquier epígrafe está de más

Novak Djokovic sigue marcando el camino del circuito ATP. Número uno del mundo en tres de las últimas cuatro temporadas y el mejor del Australian Open por quinta vez en su carrera, el serbio a sus 27 años no afloja y se aferra a la cima del ranking mundial con 3840 puntos más que Federer (2°). Un campeón con todas las letras, capaz de hacerle frente a Federer y Nadal, de ganarles y de amenazarlos con proezas que ellos, dos de los más grandes de la historia, quizá nunca alcanzarán. Padre de Stefan (tres meses) y casado con Jelena hace siete meses, "Nole" es un tipo íntegro, de buen humor, feliz y con hambre de más. De mucho más, en el deporte que lo hizo conocido, popular y querido.

El nivel de la final fue de mayor a menor. Un primer set antológico, para guardar y volver a ver fue 7/6 para Djokovic por la ineficacia de Murray para cerrar el parcial. El británico estuvo 5-2 en el tiebreak y falló una volea sencilla en el 5-5. Set para Novak. El segundo fue similar, pero "Andrés" pudo concretar las oportunidades que tuvo y se lo llevó 7/6. El tercero fue el más raro. Andy comenzó 2-0 pero "Nole" recuperó el quiebre. El escocés sacó 3-4 y ese fue el principio del fin para él. Dos errores y una doble falta sentenciaron el set, la confianza y casi el partido. A partir de allí fue todo para el serbio. Atrás las dudas y dolores, rebosante de confianza desplegó el nivel del primer set pero a esta altura del partido ya no tuvo resistencia del otro lado de la red y fue 7/6 6/7 6/3 6/0.

Los ball boys no quieren perderse la foto con el campeón

En el medio del partido pasó de todo. Aparentes fatigas de ambos, golpes desarticulados del serbio (hasta llegó a caerse tras un peloteo intenso), pedido de "trainer" y muestras de "calambres", cosas que no mermaron el rendimiento de los dos. Muchos vaivenes físicos, emocionales y tenísticos, todos en un mismo partido que se llevó el que mejor administró sus mejores momentos y aprovechó las pocas chances que dio cada uno. Una vez más, como en las finales del 2011 y 2013 en este escenario, el triunfo fue para la misma persona. Una nueva y dura derrota en Melbourne para Murray, eterno aspirante al título aquí (0-4 en oportunidades para levantar el trofeo oceánico), que se "ganó" su vuelta al número cuatro del mundo.

Algunas fotos de la Seguridad vs Manifestantes.

Durante el encuentro también sucedió un episodio extraño, similar al de la final de Roland Garros 2013. Manifestantes australianos colgaron banderas en una de las tribunas en forma de protesta y dos de ellos ingresaron al "Rod Laver Arena" con remeras y pancartas en alusión a Australia y su política de no ingreso a los refugiados. Exactamente el mensaje era: "Australia abierta para refugiados". Rápidamente fueron capturados y alejados del complejo. Los compañeros en las gradas también fueron escoltados fuera del predio, mientras los jugadores eran vallados por la seguridad del torneo para prevenir cualquier acercamiento peligroso, aunque en este caso no era el propósito de los intrusos tomar contacto con los protagonistas. Se pueden ver todas las fotos del ingreso de los manifestantes acá.

Así quedaron cercados los finalista luego de la irrupción de los manifestantes en la cancha.

Novak Djokovic y su huella en la historia. Se sumó a Connors, Agassi y Lendl con ocho Grand Slams obtenidos, solo superado por Federer (17), Nadal y Sampras (14) y Borg (11). El trofeo en el Australian Open significó su 49° título ATP en 71 finales disputadas y el quinto en Melbourne (el más ganador de la "Era Abierta" en ese Grand Slam), debajo de Roy Emerson que ganó seis trofeos en la "Era Amateur". En total acumula quince finales entre los cuatro torneos más importantes del tenis (8-7). El serbio se va metiendo en la historia grande, para ser protagonista y no un actor de reparto. ¡Y compartiendo "Era" con Roger y Rafa! Además, Djokovic logró ganar al menos un Grand Slam por año en las últimas cinco temporadas y por lo menos un título ATP desde 2006, diez años consecutivos.

Sonrisa en la cara y festejo con los suyos. El mejor del torneo expresó su alegría ante los más de 20,000 espectadores presentes: “Este título tiene un significado profundo. Un valor más intrínseco para mi vida porque ahora soy padre y esposo. Es el primer Grand Slam que gano en esta etapa de mi vida y me siento muy orgulloso. Me encanta estar aquí, haber ganado el octavo título de Grand Slam y ser mencionado en el grupo de élite entre leyendas de nuestro deporte es un gran privilegio. Va a servir de inspiración para el resto de la temporada”.

Puño y foto del equipo de trabajo pospartido. Objetivo cumplido

El paso del escocés por el certamen fue más positivo que negativo a pesar de la derrota. Recuperó el nivel perdido durante 2014, volvió al Top4 y llegó a una nueva final de Grand Slam. En el debe quedará el título australiano que se le negó una vez más (0-4 en definiciones por el campeonato) y ese puñado de puntos que inclinaron la balanza para el serbio. Distinto al Murray versión 2014, deberá seguir en esta senda durante 2015 si no quiere abultar su calendario en las últimas semanas de la temporada como le sucedió el año pasado, desesperado por conseguir puntos para no quedar afuera del Masters, torneo que lo tiene desde 2008 en sus filas (salvo ausencia por lesión en 2013).

El nueve veces finalista de Grand Slam (2-7) tuvo sentimientos encontrados tras su cuarta frustración en Australia, pero no todo fue negativo: “El tercer set fue frustrante porque me distraje cuando él se cayó al suelo después de un par de golpes. Parecía que tenía calambres. Si fueron calambres, es difícil recuperarse y jugar tan bien como lo hizo al final. Estoy frustrado por dejar que eso me afectara". Abatido, Murray rescató lo positivo de jugar los siete partidos: “Estoy jugando y moviéndome muy bien. psicológicamente me siento fuerte, tengo más confianza. Estuve muy tranquilo antes de los partidos. Mentalmente me sentí mejor que al final de la temporada pasada. Veo muchos aspectos positivos".

Daniel Vitale Pizarro

09 septiembre 2014

El campeón capicúa


ENORME

Primer match point para Marin Cilic. 6/3 6/3 5/3 40-0 y saque. Doble falta larga, muy cerca de la línea de fondo. El croata demuestra que aun jugando casi a la perfección, se puede fallar. Los nervios lo traicionan. Pero fue solo un titubeo. Al siguiente punto, un revés cruzado le dio la victoria más importante de su carrera. Se tiró al piso por la emoción, saludó a su rival y se subió a las gradas del Arthur Ashe para abrazar a su grupo de trabajo, sin antes saludar a la gente que cruzaba a su paso. No sabía siquiera lo que era levantar un ATP500 y se dio el lujo de ganar un Grand Slam, en su primera final. Apabulló a Berdych, Federer y Nishikori en fila, sin ceder sets, con un tenis de ataque impecable. Y aunque las matemáticas aun no lo certifiquen, ya casi selló su participación al Masters.

París Bercy 2013 significó la vuelta al ruedo de "Chila" (apodo puesto por sus compañeros en el circuito) tras cumplir con la suspensión por dopping de 120 días (positivo de naketamida). Meses antes de volver, contrató a Goran Ivanisevic como coach y aprovechó ese tiempo de "descanso" para mejorara la parte física y mental. "Fue un buen periodo para mí. Aproveché ese tiempo para hacerme más fuerte. Maduré un poco y pude trabajar día a día, también relajarme y disfrutar de no hacer nada. Por eso creo que me ayudó para mejorar físicamente, tuve tiempo para trabajar en nuevas partes de mi juego, lo cual me está ayudando a jugar bien ahora”, le confesaba a la prensa el croata.

Abrazo sentido con su equipo

La relación con Ivanisevic viene de hace muchos años. Cuenta Goran que mientras se recuperaba de una lesión en 2002, el campeón de Wimbledon tomó su teléfono celular y llamó a un chico croata de 14 años que le pegaba muy fuerte a la pelota, con la intención de preparar su vuelta al circuito en Croacia. Ese chico era Marin Cilic, que venía de perder la semifinal del Orange Bowl ante Juan martín Del Potro. Hoy trabajan juntos y son los únicos croatas campeones de Grand Slam.
Aclaración: Era semifinal y no final como dice el video

Cilic le tira flores a su entrenador: “Goran es todo menos aburrido. Trajo un clima relajado más allá de su extremado conocimiento sobre tenis. Siempre es entretenido. Trabajamos mucho, con entrenamientos de tres horas y media y aún así la pasamos bien. Pienso que eso es muy importante. Diría que no puede ser mejor. Eso me ayudó a divertirme más cuando estoy en la cancha y creo que disfruté de mi mejor tenis acá (US Open) y jugué el mejor nivel de mi vida". Nishikori también habló luego del partido, con una mezcla de decepción, pero conforme con lo hecho: "No esperaba nada cuando vine acá. Antes estuve lesionado y tuve pocos entrenamientos. Hay muchas cosas positivas, derrotar a Stan y a Novak de nuevo por ejemplo. Yo estaba un poco nervioso. Fue mi primera final. Incluso en semis. Estoy decepcionado por hoy, pero fueron dos buenas semanas".

Marin Cilic sumó su 12° trofeo ATP en 21 finales disputadas. Todos sus títulos son ATP250, a excepción del reciente US Open. De las nueve finales perdidas, apenas tres son en ATP500, lo que marca un salto tremendo de calidad al haber ganado su primer Grand Slam con respecto a su trayectoria. En 2014 alcanzó cuatro finales, siendo este su tercer cetro, junto a las victorias en Zagreb (Haas) y Delray Beach (Anderson) más la derrota en Rotterdam (Berdych). Su registro del año quedó 47-16, solo superado en lo que va de la temporada por Roger Federer (54-10). Además ganó su partido número 300 en su carrera.

Sus caras lo dicen todo

Hubo un cambio en "Mrnja" y fue su forma de jugar. El lo cuenta así: "Cuando empezamos a trabajar, nos sentamos y Goran me dijo 'tu juego debe ser más agresivo', así que en eso estuvimos trabajando. Tomó algunos meses aprender nuevas tácticas y pensar en un nuevo juego, esa fue la parte más difícil. Sin embargo, todo esto me ha servido enormemente". Y dentro de la cancha se notó. Agresivo cada vez que puede, meterse dentro de la cancha y aprovechar espacios a partir de su potencia son algunos de los cambios visibles. El saque, su principal arma, junto a su derecha, fueron los tiros que pulió. Regularidad en ambos golpes le hicieron ganar más puntos gratis y cortos, para no desgastar su físico. Y en lo mental dio un salto cualitativo. Hoy es mucho más fuerte.

Al igual que Del Potro, ambos ganaron su primera y única final de Grand Slam en el US Open. Y no solo son comparados por eso con el argentino, sino que ambos miden 198cm, los ganadores de Grand Slam más altos de la historia. Marin Juan Martín nacieron en septiembre de 1988, con apenas cinco días de diferencia, tienen un juego muy similar, basado en un potente saque y una temible derecha, acompañados por un revés agresivo y una movilidad llamativa para sus casi dos metros. Y para completar el combo, son amigos tras compartir muchos años en el circuito junior.
Otra similitud más entre ellos

En su camino al título en Nueva York, Cilic derrotó a cinco preclasificados, dos de ellos Top10. Ante Simon, Berdych, Federer y Nishikori, ostentaba récord negativo en enfrentamientos personales y los pudo vencer a todos, cediendo apenas tres sets, ninguno a partir de cuartos de final. La final no tuvo presencia del Big Four (Federer, Nadal, Djokovic y Murray) por primera vez en un Grand Slam desde el Australian Open 2005 (Safin vs Hewitt), rompiendo muchos años de hegemonía por parte de esos jugadores. En ese mismo período, solo tres pudieron coronarse en un Grand Slam a excepción del 'Big Four', Del Potro, Wawrinka y el propio Cilic. ¿Nueva Era?

"Hace unos cinco días todo empezó a cambiar. Empecé a jugar increíble contra Simon en el quinto set (en octavos de final) y no paré hasta hoy, ganándole a jugadores muy buenos. Todo por lo que trabajé y soñé se dio hoy. Es una gran señal para todos los jugadores que están trabajando fuerte, una gran esperanza, que si estás trabajando duro, las cosas se darán", fue el mensaje del nuevo campeón para todos los aspirantes a un "Major", en una época en la que muy pocos tienen el privilegio de meterse en la pelea.

"Me parece completamente irreal que me llamen campeón de Grand Slam"

Cuando se le preguntó por los festejos por semejante triunfo, el nacido en Bosnia-Herzegovina, con mucho humor, dijo esto: "No sé qué preparó el equipo, supongo que iremos por todo Manhattan. Lo único que espero es que no terminemos haciendo la parte 4 de Hangover”. Crack.

Daniel Vitale Pizarro

07 julio 2014

Hoy Djokovic, siempre Federer...


Así ganó Wimbledon, con el último esfuerzo

Basado en una formidable devolución, un alto porcentaje de primeros servicios y constantes passings shots, Novak Djokovic arruinó el sueño de gran parte del All England de ver campeón por octava vez en Wimbledon a Roger Federer. En la superficie preferida de Roger, el serbio le arrebató el título al suizo que luchó y peleó hasta el final pero que no resistió ante la consistencia de "Nole" que se llevó su segundo trofeo sobre el césped londinense, que de césped le quedaba muy poco en la final. Gracias al triunfo recuperó el N°1 del mundo, puesto que acechaba hace varios meses.

Siempre mejor plantado que su rival desde el fondo de la cancha, Djokovic achacaba a un Federer que cada vez que pudo, tomó riesgos con su derecha e intentó cerrar los puntos en la red con tiros de aproximación no siempre efectivos. Derechas profundas y slices fueron las armas suizas elegidas para desestabilizar el poderío desde la base serbia para luego terminar los puntos en la red y forzar los errores. El campeón del 2011 falló un par de puntos claves en el tiebreak del primer set y Roger aprovechó, gracias a su servicio, para llevarse el set inicial.

La mejor devolución del momento hizo la diferencia

El primer quiebre del partido lo propició Djokovic (el segundo que sufría Federer en todo el torneo) y eso le alcanzó para igualar el partido. Otro tiebreak se vislumbraba en el tercer set por la paridad en los juegos de saque de ambos y eso sucedió. Un mini quiebre fue suficiente para que "Nole" tomara las riendas del partido y se adelantara dos sets a uno. El envión anímico le permitió al nacido en Belgrado adelantarse en el set final y sacar para llevarse el título. Pero no estaba nada dicho. Pequeñas dudas de Djokovic para cerrar el encuentro le permitieron a Roger soltarse y jugar más cómodo. Del 2-5 y saque de "RF" pasó al 7/5 y quinto set. Cinco games seguidos le devolvieron la emoción a la final de Wimbledon y las tribunas explotaron. Una vez más, el siete veces campeón aquí disputaba un quinto set, igual que en 2007, 2008 y 2009.

La mejoró con Becker pero aun no la domina

El set final fue equilibrado y con escasas chances de quiebre, hasta que Djokovic sacó 4/4 15-15 cuando Federer estrelló un smash en la red. Novak mantuvo su servicio y al game siguiente, rompió el saque del suizo y se desplomó sobre el césped londinense, ese que lo vio llorar de emoción en 2011 contra Nadal y que en 2013, tras una batalla épica ante Juan Martín Del Potro en semifinales, no quiso que la final ante Andy Murray sea digna de un espectáculo. Djokovic, bicampeón de Wimbledon, y Federer, el campeón de siempre, en una final que quedará en la retina de los que pudieron disfrutarla y ver como el mejor del mundo venció al mejor de todos en el mejor torneo del mundo.

"Sabe como la mejor comida que he probado en mi vida"

El campeón Djokovic reflexionó tras la coronación: "Esta es la final de Grand Slam más especial que he jugado. Por el momento de mi carrera, por el trofeo de Grand Slam crucial, sobre todo después de perder varias finales de Grand Slam seguidas. Comencé a dudar un poco, por supuesto. Necesitaba esta victoria y mucho". Ya más tranquilo y luego de analizar el partido, agregó: "Sinceramente, la final de Australia 2012 ante Nadal fue más larga pero esta (Wimbledon) fue la final de Grand Slam con mayor calidad que jugué. Tampoco permití que mis emociones me desvanecieran, ya que era probablemente lo que me pasó en la final de Roland Garros. Me las arreglé para no sólo ganarle a mi rival, si no para ganarme a mí mismo".

Federer alcanzó su novena final en Wimbledon, la número 25 de Grand Slam (17-7). Junto a Nadal (Roland Garros), son únicos en la historia en llegar a nueve finales en un mismo Grand Slam, superados solo por Bill Tilden, que ostenta diez finales en el US Open. “Es hermoso estar en una final de Wimbledon, gane o pierda. Es aun más memorable cuando veo a mis hijas y a mi mujer allí. La decepción del partido se me fue muy rápido. Ver a mi familia y sentir la ovación del público me hizo sentir mucho mejor”, fueron las palabras del helvético luego caer en la definición. No todo en la vida es el tenis y sus declaraciones lo dejan más que claro.
La emoción y la decepción en una misma foto

Federer agiganta su figura como leyenda del tenis mundial y sobre todo en los Grand Slams. En Wimbledon 2014 superó algunas marcas importantes. A sus 17 Grand Slams, le agregó 25 finales, 35 semifinales, 42 cuartos de final y 274 partidos ganados, todos récords. Las 59 participaciones consecutivas en esta categoría son récord desde el Australian Open 2013 pero aquí empató a Agassi y Hewitt con 61 apariciones no consecutivas, lejos de las 70 de Santoro. También durante esta edición superó a Becker en el segundo lugar de más victorias en "La Catedral" (71) y llegó a las 73, aunque Connors siga lejos con 84 triunfos.

Novak Djokovic aumenta sus números y va escalando posiciones entre los mejores jugadores de todos los tiempos:  7 Grand Slams en 14 finales (alcanzó a McEnroe y Wilander); 45 títulos ATP en 67 finales; 175 partidos ganados en Grand Slams sobre 207 (8° en la historia) y a partir del lunes 102 semanas como N°1 y contando... (dejó atrás a Agassi con 101 y se acercó a Borg que tiene 109). Novak es cosa seria y con 27 años, en su esplendor físico, mental y tenístico, amenaza con romper cualquier récord y difícilmente pierda la cima del ranking de acá a fin de año, más aun con la inyección anímica de recuperar Wimbledon y el N°1 del mundo.

Daniel Vitale Pizarro

09 junio 2014

Otra Doble Falta


Tranquilo Bjorn, tu trofeo está en buenas manos

Novak Djokovic al servicio en el cuarto set, match point abajo. Segundo saque. Doble falta y un trofeo más para Rafael Nadal en París. Si, aunque parezca mentira, no describí la definición del domingo, sino la de 2012. Como si estuviera guionado, el desenlace fue el mismo, con la diferencia que el campeón sumaba hace dos años su séptima "Copa de los Mosqueteros". Y en 2014 fue la NOVENA. Un número que asusta y que pone al español no solo entre los mejores tenistas de todos los tiempos, sino entre los deportistas más destacados de la historia, sin discusión. Y no es para menos si revisamos su palmarés, con 28 años recién cumplidos y varios más por delante como profesional o hasta que él se lo proponga (o su físico).

Pasaban los partidos y el cuadro se iba abriendo. "Rafa", a su ritmo, avanzaba a paso firme. Sin mayores complicaciones, el duelo de cuartos de final ante David Ferrer, su verdugo en Monte Carlo semanas atrás, aparecía en el camino como el primero de peligro. Un set y algunos games duró la intensidad de "Ferru" que se desplomó tras perder el segundo set. Fue el primer parcial que perdía Nadal en el certamen. En semifinales, por la pronta eliminación de Wawrinka en primera ronda, su rival era Andy Murray. El escocés, que desde su vuelta al circuito tras su operación lumbar no accedió a ninguna final en 2014, en Roma había anunciado su "amistad" con el polvo de ladrillo al sacarle un set y poner contra las cuerdas al manacorí. Pero a cinco sets nada de eso sucedió. Fue una paliza tenística en sets corridos 6/3 6/2 6/1 y la novena final para el ocho veces campeón hasta ese momento.
Consuelo de campeón

La final soñada (y esperada) por todos, se hizo realidad cuando Djokovic selló su pase al derrotar a la sorpresa del torneo en semifinales, el letón Ernests Gulbis en cuatro sets, bajo un sol que lastimó los físicos de ambos. Djokovic-NadalNadal-Djokovic, el duelo más disputado de la historia, iba a sostener otra batalla, la número 42 y la sexta en Roland Garros (5-0 para Rafael). La incógnita era el presente entre ambos porque a pesar de no ser el favorito por la historia de cada uno aquí, Djokovic acumulaba cuatro victorias al hilo ante el campeón defensor, la última, semanas atrás en la final de Roma. Parecía que Novak tenía la fórmula para derrotarlo por primera vez en su carrera en el Bois de Boulogne, pero...

Primer set para el serbio. Dominó desde cualquier punto de la cancha y neutralizó el venenoso topspin del español con golpes firmes por encima de sus hombros con su revés. La final empezaba con buen gusto para Novak. El segundo set fue el más parejo y un quiebre de Rafael en el 5-6 igualó el partido. "La fiera" pasó a controlar el encuentro. Colorado por el calor y el agotamiento, ahogado por el intenso ritmo de los dos primeros sets, el número dos del mundo fue una sombra durante el tercer set y el marcador señaló un 6/2 en su contra. Lejos de rendirse, el cuarto set fue un tire y afloje. Quebró Nadal, recuperó Djokovic y el serbio sacó 4-5, match point abajo para no perder, misma situación que en 2012 y... otra doble falta. Game, set and match Nadal.
Su equipo lo es todo

"Rafa", llorando, se subió a la tribuna a saludar a los suyos. Ovación pie y aplausos prolongados para ambos. Por la interminable aclamación del público durante la entrega de premios y la decepción de caer una vez más ante el mismo rival, Djokovic también derramó alguna lágrima demostrando que aunque no parezca, son personas normales. El desahogo del campeón al ganar la copa una vez más, se evidenció cuando levantó la copa y comenzó a sonar el himno de su país, con los ojos empapados y vaya uno a saber las cosas que se la pasaban por la cabeza en ese momento. "Es la final de Roland Garros que más he sufrido", esbozó tras su triunfo el número uno del mundo.

La final no solo definía al campeón de Roland Garros 2014. Estaba en disputa el N°1 del mundo, la novena conquista para Nadal o la primera para Djokovic, trofeo que le permitía completar el "Grand Slam" de carrera, al tener en sus vitrinas al menos una copa de los tres "Majors" restantes. Los condimentos en la antesala del partido eran muchos, con la incertidumbre del nivel de "Rafa" tras una gira de arcilla con más dudas que certezas y con un "Nole" rebosante de confianza. Pero todo fue como siempre. Dominando o dominado, atacando o defendiendo, agotado o fresco, el ganador siempre es el mismo, siempre es Nadal.

Las lágrimas de alegría luego de la batalla

Luego del festejo, Nadal dejó en claro un par de conceptos tras su coronación: "Quiero disfrutar este momento porque sé del trabajo que se requiere para poder estar aquí. Ser capaz de ganar 10 años seguidos un Grand Slam tiene el mérito de ser mentalmente fuerte de cabeza y estado físico durante mucho tiempo. Me da satisfacción personal", y agregaba sobre la situación al final del partido: "Estaba muy cansado físicamente. En un quinto set no sabría lo que hubiese pasado". Más tarde se supo que sintió calambres en sus gemelos y que pidió suero al finalizar el encuentro. Su mentalidad está más allá de su físico y por eso consiguió el triunfo. No busquen adjetivos calificativos, no hay.

Decepcionado pero tranquilo porque dejó todo para llevarse la victoria, micrófono en mano, Djokovic se expresó: "Así es el deporte. Este tipo de partidos importantes sacan lo mejor de los jugadores. Y por supuesto que es un gran desafío. Intenté hacer lo mejor y no fue tan bueno como en Roma hace algunas semanas. Pero no es la primera vez que vivo esta experiencia. Hay que poner las cosas en perspectiva y ver de dónde vengo y qué estilo de vida tengo. Es una bendición. La apreciación de la gente al final del partido me da más fortaleza y motivación para volver e intentarlo hasta el final de mi carrera para lograr al menos un título". Sin tiempo para la angustia, al menos corporal y dialécticamente, parece no haberle afectado tanto la derrota, y como gran campeón que es, puso a Wimbledon como su próxima meta, certamen que lo vio campeón en aquel encumbrado 2011 frente a su rival aquí.
Los números de Nadal no dejan de asombrar y aumentan con el paso del tiempo de forma abrupta. Alcanzó a Sampras y a Borg con 64 títulos ATP (quinto puesto histótrico), 14 de ellos son Grand Slams (empata con Sampras en el segundo puesto, tres menos que Federer). Es el cuarto trofeo del año en seis finales, con un récord de 41-6 en el año y la corona N°45 sobre arcilla, a una del récord de Vilas sobre la superficie naranja.

Los nueve festejos de Rafa. Sin precedentes...

El noveno Roland Garros le permitió mantener el N°1 del mundo y sumar 139 semanas en esa posición (sexto puesto en la historia), lejos aun de las 170 de McEnroe. Además, quedó a una victoria de ingresar al "Club de las 700" (184 son en Grand Slam). 66 partidos ganó en Roland Garros, con solo una derrota, ante Robin Soderling. El sueco es el único verdugo en las diez presentaciones en París del campeón. Con dos finales consecutivas en la arcilla francesa, aun sigue con pronóstico reservado su vuelta al circuito, ausente por una mononucleosis desde 2011 tras ser campeón en Bastad en su país.

Daniel Vitale Pizarro