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24 junio 2019

¿Veterano?


La gira sobre césped es la más especial de la temporada. Desde 2015, la cantidad de torneos fue en aumento y por ende empezó a ocupar algo más de protagonismo en el calendario ATP. Hoy son ocho los certámenes sobre hierba a lo largo de seis semanas consecutivas y en cinco países diferentes. En esa superficie nació el tenis y como todo lo que escasea, tiene mayor valor, más aun si allí empezó todo hace más de 150 años. De ese escueto calendario verde, sobresale Wimbledon y el ATP500 Queen's, el pintoresco torneo de la reina, repleto de historia y de grandes campeones, con un estadio principal de los más bonitos del mundo del deporte. La edición 2019 no iba a ser una más para los organizadores porque representaba la vuelta al circuito profesional de Andy Murray. 

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A pesar de no disputar el singles, Andy era el jugador estrella del certamen. Campeón cinco veces en Queen's (récord), volvía al ruedo cinco meses después de la operación de su cadera derecha, una cirugía delicada por la que aun no se sabe si podrá volver a disputar un torneo de singles sin dolor y a buen nivel. Murray decidió probar cómo respondía su prótesis de metal en dobles junto a Feliciano Lopez en el torneo que más veces fue campeón. Y mal no le fue. En su primer contacto con el tenis profesional, logró el título y algo aun más importante, no sentir dolor al disputar los partidos, sin lugar a dudas el premio mayor.


"Me encuentro genial. Esta mañana estaba algo rígido, quizá por la tensión acumulada ayer. Lo más positivo para mí es que siento que he perdido el miedo. Empecé la semana con algo de precaución en los desplazamientos, pero al ver que no sentía molestias he podido moverme con velocidad e ir a por pelotas que no pensé que podría volver a alcanzar. He podido jugar sin pensar nada en mi cadera y el hecho de haberme tirado por el suelo y hacer movimientos bruscos y no haber sentido dolor, supone una excelente noticia para mí", declaraba en conferencia de prensa el escocés, muy contento por lo vivido en la semana y por la victoria de su compañero y amigo.
A pesar de ser Murray la atracción principal, un zurdo español con un tenis de otra época se robó el protagonismo. Feliciano Lopez logró lo impensado por muchos, incluso por él mismo: ser campeón en singles y en dobles. Seis veces campeón en el tour principal (tres en hierba), nadie dudaba de su calidad ni de su gran adaptabilidad al pasto, pero sus resultados en 2019 (3-8) y su actual ranking (113º) no auguraban ni por asomo esas victorias. De los ocho partidos que disputó entre ambas modalidades, batió a cuatro preclasificados, finalizó cinco encuentros el fin de semana, definió seis en el tercer set y los cuatro singles se extendieron por más de dos horas cada uno, una verdadera maratón tenistica para un "joven" que cumplirá 38 años en septiembre.
"Deliciano", como lo llamó Judy Murray al confesarse una fan de su juego, se mostró tan alegre como sorprendido: "Pensaba que el mejor momento de mi carrera fue cuando gané la final aquí, en el año 2017, pero no, el mejor momento de mi carrera es este. La vida te da sorpresas como ésta y hoy toca disfrutar al máximo porque no me lo esperaba para nada, con casi 38 años. Tengo muchos sentimientos acumulados por el año que llevaba, pero esta semana no ha habido ningún pero. He jugado muy bien, he aguantado físicamente partidos durísimos tanto en individuales como en dobles. Hay veces que hay cosas que están destinadas para tí y tú haces todo para que eso se haga posible. Ningún guionista hubiera pronosticado lo que me ha ocurrido esta semana"
Director del Masters1000 Madrid desde 2019, Feliciano no iba a resistir, con 38 años, otra temporada como la actual en 2020, por lo que la prensa y sus allegados ya miraban a "Feli" más como Director de tenis que como jugador para el año siguiente. Pero nunca está dicha la última palabra cuando se trata de jugadores con tanta calidad y tan diferentes al resto. Dueño de un juego casi extinto basado en el saque, la volea y el slice, un combo de golpes que domina como ningún otro Top100, el toledano de treinta y siete años y nueve meses vivió la mejor semana de su carrera en su torneo preferido sobre la superficie que más alegrías le dio


Porque "Feli Lopez" es de esos jugadores que escasean en el circuito, con una velocidad de bola inferior a la media profesional pero una calidad superior. Su servicio, su volea y su slice recuerdan a los años setenta/ochenta, donde el slice en los tiros primaba por sobre el top spin, una época en la que los jugadores de saque-volea como el español, eran mayoría. Los años pasaron, el marketing creció a niveles impensados, la tecnología permitió golpear la pelota más fuerte con menos esfuerzo, las superficies comenzaron a ser más similares entre sí y por ende, los especialistas empezaron a desaparecer, dejando lugar solo a los jugadores fuertes desde el fondo de la cancha. En un tenis puramente físico, potente y monótono, "Deliciano" supo destacarse siendo totalmente diferente al resto.

Daniel Vitale Pizarro

03 marzo 2019

Admiración mundial


Milán (Italia), febrero de 2001. Roger Federer, un joven prometedor de diecinueve años ganaba su primer título ATP sobre la ya extinguida moqueta (carpeta) cubierta. Pelo largo atado, granos en la cara y enfados constantes que terminaban en raquetas destruidas o derrotas sin oponer resistencia era el perfil del helvético en sus primeros años como profesional. Durante 2001 comenzó a cambiar su actitud dentro de la cancha y de a poco fue convirtiéndose en lo que todos conocemos. Ni el más optimista de los optimistas hubiera imaginado que dieciocho años después, ese chico tan talentoso como rebelde ganaría CIEN títulos ATP y sería considerado uno de los tenistas más grandes de la historia, sino el más.




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Las tres cifras, que solo alcanzó Jimmy Connors (109), las consiguió esta semana en el ATP500 Dubai. Siete títulos acumulaba Federer en nueve finales disputadas en los Emiratos, torneo del que participa desde 2002 pero que las finales las disputó entre 2003-2015. Jiri Novak, Feliciano Lopez, Ivan Ljubicic, Mikhail Youzhny, Andy Murray, Tomas Berdych, Novak Djokovic y Stefanos Tsitsipas fueron los ocho rivales diferentes en las definiciones de Dubai ganadas por el hombre centenario. Sus dos caídas en el último partido fueron ante Rafael Nadal (2006) y Novak Djokovic (2011). En total tiene un registro de 53-6 entre 2002-2019, uno de sus torneos fetiche.
El suizo tiene varios torneos predilectos en los cuales ha sido muy exitoso a lo largo de su carrera. Un título más que en Dubai (8) logró en Halle (9) y en Basilea (9). Como en Dubai, también logró ocho veces ganar Wimbledon mientras que Cincinnati lo obtuvo siete veces y el Australian Open y el Masters en seis oportunidades cada uno. Entre esos ocho certámenes acumula 60 títulos ATP, más de la mitad total, una auténtica barbaridad. El desglose marca que 20 son Grand Slams, 6 Masters, 27 M1000, 22 ATP500 y 25 ATP250. En cuanto a la edad de obtención, consiguió títulos como adolescente (1), en sus veintes (66) y en sus treintas (33).

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Su faena de títulos entre 2001-2019 solo se vio interrumpida en 2016, en parte por una lesión que lo mantuvo alejado de las canchas durante siete meses. Antes y después de 2016 fue el mejor de la/s semana/s en 30 ciudades de 19 países diferentes, un trotamundos que no siente presión al pisar una cancha de tenis, sea el lugar que fuere. Los 100 trofeos fueron sobre canchas duras (69), césped (18), arcilla (11) y carpeta o moqueta (2), de los cuales 25 fueron bajo techo. Entre sus rivales más derrotados aparece Rafael Nadal (10), Andy Roddick (7), Novak Djokovic (6), Andy Murray (5) y su actual co-coach Ivan Ljubicic (4).
“Es maravilloso ganar aquí por octava vez y que coincida con mi título 100. Ha sido una semana fantástica, con condiciones muy difíciles cada día. No sé ni si Stefanos había nacido cuando gané mi primer trofeo, creo que estaría cerca (risas), pero yo lo recuerdo a la perfección. Fue una época muy bonita donde empezaba a enfrentarme a mis ídolos, como Sampras o Agassi. Ahora soy yo el veterano y me encanta cruzarme con estos chicos que son las futuras leyendas de este deporte", analizaba el campeón de todo, con una memoria digna de un estadista más que de un tenista, distinto al resto hasta en esa faceta.
Orgulloso de sí mismo y consciente del hito deportivo de conseguir esa absurda cantidad de títulos, reflexiona sobre su pasado, presente y futuro en el tenis: "Para mí esto es como un sueño hecho realidad. Ha pasado mucho tiempo desde aquel primer título en Milán y todavía me sigue encantando el tenis, soy feliz de seguir jugando. Ha sido una viaje increíble hasta aquí, disfruté de cada partido en la pista, de mis amigos, del sacrificio diario, de los momentos difíciles... he amado cada minuto y veremos cuanto más me queda en el tanque. Todo mereció la pena para llegar aquí y levantar mi título número cien”.


Retirado una decena de veces por los "especialistas" del tenis, el suizo se encarga año tras año de refutar las teorías de su abandono del deporte a base de récords para todos los gustos. Es líder histórico en muchas de las estadísticas más importantes de la Era Abierta del tenis y de tantas otras de toda la historia, más que ningún otro tenista que haya existido. Su longeva y saludable carrera le ha permitido batir todo récord que se le cruzara por delante, gracias a su excelso talento y a su incansable trabajo físico que le permitió y le permite golpear la pelotita amarilla con tanta facilidad que parece que no hiciera esfuerzo en cada impacto.


Coordinado como pocos, físicamente superior a la media, técnicamente el más dotado y mentalmente muy pero muy bueno, hicieron el combo perfecto para llegar a los 37 años y cinco meses con 100 trofeos en el circuito mayor. Algunos le criticarán que no tiene la garra y actitud de Nadal o la determinación de Djokovic, sus grandes rivales de la última década, pero la respuesta es sencilla: no existe el jugador perfecto. Y si de perfección hablamos, Roger Federer es el que más se acerca a ese adjetivo tan perseguido inútilmente por la mayoría. Después, que sea o no el mas grande de la historia es otra discusión.

Daniel Vitale Pizarro

25 febrero 2019

Djere y otras yerbas


"Aprendí desde joven que la vida no es justa". Laslo Djere se desahoga tras ganar su primer título ATP en su primera final, nada menos que en un ATP500. El serbio sigue: “Cuando tenía 15 años, mi mamá fue diagnosticada con cáncer, fue duro para mí. Ella murió dos años después. Y perdí a mi papá en diciembre pasado también por un cáncer. Así que, estar sentado aquí con 23 años y sin papás no es fácil. Tengo una hermana menor (Judit), trato de cuidarla. También tengo una novia que ha sido muy importante. Ha estado conmigo en los momentos más duros. No puedo estar más agradecido con ella por eso. Todo esto ha sido mi mayor motivación e inspiración”.
El estadio lo ovacionó y la prensa lo respetó. La historia de vida del serbio es de las más fuertes de los últimos años. A los diecisiete años perdió a su mamá y a los veintitrés a su papá, en ambos casos el culpable fue el cáncer. Sin llorar pero con la voz entrecortada, Djere contó su historia de vida en un par de minutos ante el público presente en el estadio y ante las cámaras del mundo. Su título quedó relegado a un costado por su vida personal. Valiente y sin dejar que las pérdidas interrumpan su carrera como profesional y lo enviaran a un pozo depresivo, Laslo eligió el camino más difícil pero el más saludable y el mejor para su vida: el tenis como modo de vida para superar las adversidades.
"Mis padres estarían muy felices, es una pena que no puedan disfrutar este éxito porque ellos dedicaron su vida a mí y a este deporte. Espero que lo hayan visto desde donde estén y que se sientan orgullosos de mí. Quiero dedicarle este título a ellos, debido a ellos soy lo que soy. Empecé a los cinco años a jugar. Mi papá quería que aprendiera tenis y fui a las canchas con él. Me dieron una raqueta y empecé a jugar en el frontón. Luego practiqué en una cancha y dos años después ya estaba jugando torneos locales en Serbia. Vi que era bueno y que me gustaba este deporte, entonces intenté convertirme en jugador profesional", respondía el 90° ATP sobre el rol de sus padres en su vida.
37° ATP luego de ser campeón del Rio Open, el nacido en Senta (Serbia) no tenía mucho rodaje ATP antes de llegar a Brasil. Campeón de nueve Futures y dos Challengers entre 2013-2018, en el circuito principal acumulaba un récord de 20-29 ATP. Su mejor resultado había sido semifinales, instancia que alcanzó tres veces. En Rio de Janeiro venció en el debut a Dominic Thiem (8°), primera victoria ante un Top10, y en la final a Felix Auger Aliassime (104°). Los cinco partidos sin ceder sets ni disputar tiebreaks (Daniel, Ruud y Bedene). Un triunfo de punta a punta en el cual exhibió un tenis muy parejo en todos sus golpes, sin grandes tiros pero con una regularidad altísima.
Laslo Djere fue 3° ITF junior, campeón del Orange Bowl y finalista de la Copa Bonfiglio (ambos en arcilla), los dos torneos más importantes del mundo junior detrás de los Grand Slams. A pesar de disfrutar jugar sobre polvo de ladrillo más que sobre cualquier otra superficie, sus ídolos durante su infancia eran Andy Roddick y Lleyton Hewitt, dos jugadores a los que les costaba la adaptación a las canchas lentas. En arcilla, Djere obtuvo sus mejores resultados tanto en junior como en profesionales. Las tres semifinales y el reciente título ATP fueron todos en tierra batida.




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"Laci", como lo llama su círculo familiar y sus amigos, habla tres idiomas (serbio, húngaro e inglés) y su coach es Boris Conkic (Top600 en singles y dobles en 2006-07). Y como todo buen serbio (?), toma mate. No sabemos porqué, si por la influencia de algún argentino o uruguayo en el circuito o por algún libanés (sí, en el Líbano se toma mate), pero toma la tradicional infusión argentina. Y tanto lo disfruta que publica fotos sobre su costumbre. ¿Quizás lo haya probado hace un año atrás cuando disputó el Challenger de Punta del Este, su primera incursión profesional en Sudamérica? Lo que sí sabemos es que ahora lo bancamos mucho más a Laslo.
Párrafo aparte para Máximo González, el doblista del mes. "Machi" encadenó tres finales ATP en dobles en semanas consecutivas siendo finalista en Córdoba, campeón en Buenos Aires y campeón en Rio. En Argentina fue compañero de Horacio Zeballos y en Brasil ganó el título junto a Nicolás Jarry. Nacido en Tandil hace 35 años, "Machi" hace varias temporadas que abandonó el singles para dedicarse 100% al dobles por una cuestión física, con el objetivo de alargar su carrera profesional y seguir compitiendo al más alto nivel. Semana a semana en 2019 supera su mejor ranking personal y tras el Rio Open será Top30 (28°). ¡Bravo!

Daniel Vitale Pizarro

29 octubre 2018

Doble premio


El año de Kevin Anderson es sobresaliente. Cinco finales ATP, dos títulos, N°5 ATP y clasificación al Masters. Lo más destacado, la final de Wimbledon y el reciente título ATP500 en Viena. N°6 ATP tras la consagración en Austria, el sudafricano vive el mejor momento de su carrera, por escándalo. A sus jóvenes 32 años se dio el lujo de vencer a Roger Federer en Wimbledon y a John Isner, ambos en cinco eternos sets. Djokovic, Del Potro y Simon fueron los rivales que le arrebataron tres finales en 2018, un jugador poco efectivo en definiciones por el título (5-13) que en 2015 cortó una racha de siete finales ATP perdidas de manera consecutiva.
Asiduo jugador de octavos de final de Grand Slam, en 2015 alcanzó por primera vez los cuartos de final en el US Open. El peso de haber pasado el umbral de la cuarta ronda ya era historia. Siete veces había caído en esa instancia hasta el US Open 2015, año en el que tocó el Top10 unos días, antes de lesionarse. 2016 pasó desapercibido: dos partidos ganados en Grand Slams y sin finales ATP. La crisis de los 30. La lesión hizo mella en la confianza del jugador sudafricano que ya no era un simple sacador y pegador de fondo, sino que se animaba a los rallies largos y subía a definir los puntos a la red con criterio y decisión. Era cuestión de tiempo y de volver a confiar en él.

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Todo cambió en 2017. O mejor dicho, volvió a la senda de 2015. La final del US Open cambió el curso de su carrera como profesional. 14° ATP en diciembre de 2017, tardó apenas dos meses en ser Top10 por segunda vez desde que es profesional, gracias a la final en el ATP250 Pune y el título en el ATP250 Nueva York. Su mejor ranking histórico (5°) lo consiguió previo al US Open 2018, apenas un puesto por delante del actual sexto lugar que ocupa en el escalafón mundial. Sus cuatro coronas ATP eran todas de nivel ATP250 y Viena era la oportunidad para subir la importancia del torneo a ganar y dejar atrás los malos resultados obtenidos en finales.
"Significa mucho para mí ganar este título. Sé lo que es perder finales y siempre es duro. He tenido que hacer mi mejor tenis para vencer a Kei Nishikori, un rival de entidad. Creo que he hecho un magnífico tenis y estuve muy concentrado en los momentos importantes. Además, es fantástico poder estar en Londres. Me han hablado mucho del ambiente que se crea en ese torneo y sentí que el año pasado estuve cerca y también en 2015. Sellar matemáticamente mi presencia ganando un torneo como el de Viena es un sueño hecho realidad", las sensaciones posvictoria de Anderson, el cuarto debutante más "viejo" en un Masters.
Anderson cuenta que luego de recuperarse de la lesión, junto a su equipo de trabajo cambiaron el grupo de WhatsApp y lo nombraron "Top-5 Kev", puesto que alcanzó tras la final de Wimbledon, dos años después de ese gracioso episodio. El cambio fue principalmente mental y gracias a un trabajo de equipo pudo sobrepasar esa barrera mental de los octavos de final de Grand Slam (dos finales), de los cuartos de final de los Masters1000 (dos semifinales) y de las finales en los ATP500 (un título). El responsable del gran cambio de Kevin fue su entrenador, Neville Godwin, hombre al que la ATP premió como coach del año en 2017.
Nacido en Johanesburgo (Sudáfrica) pero residente estadounidense en el Estado de Florida, el mejor jugador de la Universidad de Illinois 2007 no solo es tenista profesional. Por necesidad en su momento y por hobbie o inercia después, Kevin tiene una página de internet en la que ofrece sus servicios como "profesor virtual" de tenis. Sí, vende "sus secretos" al público en videos tutoriales con tarifas que van desde los $40 dólares hasta los $120, según la complejidad de los ejercicios y la profundidad de las explicaciones. La página se llama "Real Life Tennis" y el lema es: "Aprende los secretos del tour para descubrir tu verdadero potencial tenístico".

Daniel Vitale Pizarro