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08 octubre 2018

Georgia bajo la lupa

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Nikoloz Basilashvili nació en Tbilisi (Georgia) en 1992, dos meses después de separarse de la URRSS por el fin de la guerra fría. Hijo de Nodar, bailarín del ballet nacional de Georgia "Sukhishvili", y de Natalia (doctora), "Basil" comenzó a jugar al tenis a los cinco años. En un ambiente poco propicio para practicar cualquier deporte por la fractura social del inicio de los años noventa, a los quince años decidió perfeccionarse en Estados Unidos y se mudó a Sacramento (California) entre 2007 y 2011. Como junior pasó desapercibido (59° ITF), por lo que nunca se imaginaba que veintiséis años después sería el mejor tenista de su país.
No fue fácil para el georgiano emigrar de su país por problemas políticos y sociales, pero sobre todo porque Georgia no disponía de una estructura adecuada para formar a jugadores con proyección para ser profesionales de la raqueta. Diez Futures y cinco Challengers después, llegó en 2018 su primer título ATP. A los 26 años y proveniente de la clasificación se proclamó campeón en el ATP500 Hamburgo (Alemania). Primer título ATP para un tenista representante de Georgia, que había logrado su primera victoria ATP en 2015. Pero Nikoloz no se quedó con eso. Dos meses después volvió a consagrarse en un ATP500 en Beijing (China) en la final ante Juan Martín Del Potro (4° ATP).
"He sido fuerte en los momentos clave y he sabido luchar hasta el final. Él también ha tenido sus opciones, pero lo hice correr mucho. Ganar dos ATP500 de esta manera es increíble, significa mucho para mí ser el único tenista de Georgia en ganar un título ATP. Ahora toca descansar para estar preparado para el próximo torneo. Estoy jugando mi mejor tenis, pero también estoy trabajando más que nunca. Estoy feliz, voy a dar un salto en el ranking y eso también me da confianza", decía el nuevo Top25 (23°) del escalafón mundial, su mejor posición histórica y la mejor para un tenista de su país. En ambas finales ATP500 derrotó a jugadores argentinos (Mayer y Del Potro).


Curioso el dato de Juan Martín Del Potro en 2018. Campeón de Indian Wells y Acapulco, finalista del US Open y tres del mundo, nunca había perdido cuatro finales en una misma temporada ni tres de manera consecutiva. También es cierto que lo aquejó un estado febril desde mitad de semana y que pensó en retirarse en semifinales ante Fabio Fognini, instancia en la que el italiano no se presentó por lesión en su tobillo. Juan Martín disputó seis finales este año, récord personal que también alcanzó en 2013 aunque con número inverso de efectividad (4-2).
Desconocido para el público general, de apellido difícil y con un auspiciante poco usual para el tenis (Hidrogen), en medio de sus títulos ATP500 alcanzó por primera vez la segunda semana de un Grand Slam (US Open) antes de caer contra Rafael Nadal, sin antes robarle un set. Basilashvili es de la primera generación de deportistas 100% de Georgia nacidos en territorio georgiano y no de la URRSS. Bajo la bandera de su país en 2016 clasificó para los JJOO de Rio de Janeiro y desde 2015 disputa la Copa Davis, competencia en la cual fue sorprendido este año por Marruecos al caer en ambos singles (récord 9-3), período en el que acumuló siete derrotas consecutivas en el circuito.




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Pero eso es cuestión del pasado porque hoy vive un presente espectacular siendo el único ganador de dos ATP500 en la temporada, a pesar de que aun acumula más partidos perdidos que ganados en el tour (64-71). En el recuerdo también quedará la paliza que recibió ante Rafael Nadal en tercera ronda de Roland Garros 2017. En la Phillipe Chatrier el español le adosó un avasallante 6/0 6/1 6/0 (récord personal) luego de dos buenas victorias ante Simon (32°) y Troicki (35°). Pero volvamos al presente. Su victoria frente a Del Potro fue la tercera de su carrera ante un Top10: Dominic Thiem (8°) en Sofía 2017 y Tomas Berdych en Viena 2016.


Basilashvili menciona a su padre como la persona clave en su desarrollo como tenista: "Mi padre fue el que me metió en la cabeza que podía ser buen jugador. Y esa es la clave, creerme que podía ser buen jugador. Venía jugando bien, pero me faltaba algo. Ahora creo que lo tengo todo en orden, controlo mejor mis emociones, algo que antes era mi gran rémora. Estoy trabajando bien, tengo un gran equipo a mi alrededor y siento que estoy evolucionando continuamente, creo que lo más importante fue lograr una mayor estabilidad y regularidad en mis entrenamientos. Junto a mi entrenador, Jan de Witt, encontramos un gran equilibrio, pudiendo usar mis armas ante cualquier jugador".

Daniel Vitale Pizarro

25 junio 2018

Halle cambió de dueño

Ya lo había anunciado en marzo, en semifinales de Indian WellsBorna Coric había asustado a Roger Federer: set arriba y quiebre arriba; set iguales y quiebre arriba. Pero no dio la talla, quedó todo en un susto. Al croata le pesó el hecho de ganar y acceder a su primera final de Masters1000. Sin buenos resultados en la gira sobre arcilla, sin siquiera un cuartos de final (5-4), llegaba a Halle con la ilusión de mejorar su flojo récord histórico sobre la superficie madre del deporte de la raqueta (2-7) y dejar atrás los magros resultados en tierra batida. Y vaya si mejoró. El N°34 ATP fue campeón del ATP500 de Halle en su peor superficie ante el mejor jugador de la historia sobre hierba, ¿qué tal?

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Vencedor de Rafael Nadal en dos ocasiones (2013-14) y de Andy Murray en 2015, el croata llegó a la final de Halle demostrando un gran nivel tenístico, principalmente ante Zverev en primera ronda y contra Federer en la definición por el trofeo. El lunes será 21° ATP con 21 años de edad, su mejor posición como profesional. "Estoy muy sorprendido... Ni siquiera había soñado con esto. Batir a Federer es la sensación más extraordinaria. Lo admiraba cuando era más joven, veía sus partidos en casa con mi familia. Simplemente jugar ante él es muy especial. Ser capaz de ganarle hace todo mucho más grande para mí", reveló Coric ante la prensa mundial en Alemania.

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Top10 más temprano que tarde, su ascenso en el ranking mundial se vio interrumpido en septiembre de 2016 cuando tuvo que someterse a una operación de rodilla. La lesión lo marginó de la parte final de la temporada ATP pero principalmente (por decisión de su capitán) de la final de Copa Davis ante Argentina en Zagreb (Croacia), la serie de la épica de Del Potro y Delbonis para ser campeones por primera vez en 116 años de historia de la competición. Recuperado, no tuvo un 2017 como esperaba a pesar de buenos resultados esporádicos como el título en el ATP250 Marrakech (Marruecos), la semifinal en el Masters #NextGen o las victorias ante Murray (1°) en el M1000 Madrid y contra Thiem (8°) en el M1000 Miami.

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Algo decepcionado por no poder llegar a Wimbledon con la posibilidad de lograr su título N°100 ATP, Federer se mostró conforme por la mini gira de césped realizada y felicitó a su rival por el nivel demostrado en la final: "Sin lugar a dudas puedo marcharme con la cabeza bien alta. Pienso que he hecho un buen papel en Stuttgart y en Halle. La clave pudo estar en haber ganado el tiebreak del primer set. Tuve más opciones durante la manga y luego ese 6-4. Coric tuvo un nivel muy alto al final del primer set y en el tercero. Nunca ha bajado su intensidad. Ha sido desafortunado para mí pero le doy el mérito a Borna por salir y disputar un gran partido".
El suizo mega campeón volvió a ceder el N°1 del mundo ante Nadal por no defender los 500 puntos de Halle 2017, en una lucha mano a mano que tienen desde agosto de 2017. Entre dos de los mejores tenistas de todos los tiempos se alternaron la cúspide del tenis de manera consecutiva seis veces, misma cantidad de Grand Slams consecutivos ganados por ellos de manera alterna entre 2017-18, ambas rachas vigentes gracias a la "juventud" de los protagonistas (RF 36 y RN 32). Sí, estamos ante quizás los dos más grandes tenistas de la historia, de la Era Abierta, o del tenis moderno. Cuando se retiren se los juzgará mejor, pero ellos, junto a Djokovic, marcaron una época.


Pero no le quitemos protagonismo al campeón de Halle, en pasto y ante Federer (12 finales aquí). Es apenas el quinto jugador que logró ganarle una final en césped al helvético junto a Djokovic (2), Nadal, MurrayHewitt y Haas, una lista de privilegiados. Entrenado por Kristijan Schneider y Riccardo Piatti en la famosa Academia italiana "Piatti Tennis Center" en la que entrenaron un centenar de jugadores profesionales, dio un salto de calidad en Halle por nivel y rivales superados. Su mentalidad, el arma principal de su juego, se fusionó con su servicio y consistencia desde el fondo de la cancha para levantar su segundo título ATP en cuatro finales disputadas. El Pitbull volvió a morder y cada vez la presa es más grande.

Daniel Vitale Pizarro

19 febrero 2018

Las cosas en su lugar


Dicen que la historia la escriben los que ganan. En ocasiones se tergiversa, en otras tantas no. Roger Federer lleva quince años ganando y contando historias con su raqueta. Y cada vez que reescribe esa historia, llora. No lo hace a propósito, simplemente llora. Incapacitado de controlar sus emociones por lo impresionante de sus logros, llora, se deja levar por la situación. La voz se le quiebra cada vez que nombra a su equipo de trabajo y sobre todo a su familia. Pudoroso, deja de hablar cuando sabe que se le caerá una lágrima, pero a veces, esa táctica no surte efecto. La pasión genera eso y la sensibilidad se encarga del resto. La misma sensibilidad que tiene con su raqueta, la tiene en su corazón, un corazón gigante rebosante de pasión, esa que le permite seguir ganando sin importar el número que diga su edad.
Cinco años, tres meses y dieciséis días pasaron desde que Roger Federer le "cedió" el N°1 a Novak Djokovic. Durante esos años el liderazgo del ranking ATP alternó entre Djokovic, Nadal y Murray, mientras Federer intentaba seguir prendido en la lucha por la cima del tenis mundial. Lejos de ese puesto pero siempre Top10 (salvo lesión en 2016), el suizo transitó todos los estadios posibles entre 2013 y 2017. Bajo nivel, resultados atípicos, cambios de entrenadores, lesiones impredecibles, renacimiento tenístico, campeón de Grand Slam, pelea por el N°1...
Ante la incertidumbre de cuanto resistirá su físico a los treinta y seis años de edad (veinte años de profesional), reduce su calendario y elige minuciosamente, junto a su equipo, que torneos jugar y cuales no, con el riesgo de tropezar en algunas primeras rondas y derrumbarse en el ranking. Asumido ese peligro, afronta en 2017 su camino a ganar Grand Slams y recuperar el N°1 del mundo. Lejos de obsesionarse pero con el objetivo claro, no titubea ante la tentación de superar a Nadal en 2017 privilegiando el físico y no el puesto.

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Pero en 2018 las prioridades cambiaron. Campeón de tres Grand Slams en doce meses, los objetivos inmediatos, tan cerca pero tan lejos, sin quererlo, cambian. El título en el Australian Open modificó su forma de programar el calendario. A tan solo 155 puntos ATP del N°1 del mundo, telefoneó a Richard Krajicek, director del ATP500 Rotterdam, y le solicitó un wild card para disputar el certamen del cual fue campeón en 2005 y 2012. La meta era llegar a semifinales, lo que le permitiría ser el monarca del circuito una vez más.
Y vaya si fue acertada la decisión de jugar en Holanda. La derrota de Wawrinka allanaba el camino a semifinales, pero no por eso iba a ser sencillo. Kohlschreiber le trajo problemas en octavos de final, que supo sortear, y Haase lo complicó tanto que solo las molestias físicas del local en el tercer set le simplificaron la tarea al helvético de cara al objetivo. Emocionado, resistió el llanto frente a las cámaras (algunas se le escaparon) mientras el torneo emitía un video en homenaje a su retorno a la cúspide, para luego recibir un premio en honor al logro.
Más relajado, en conferencia de prensa, el flamante líder del escalafón mundial y campeón de Rotterdam, expresó sus sensaciones: "Creo que alcanzar el N°1 es la hazaña más importante en nuestro deporte. Quizá esta sea la vez que más signifique en mi carrera y lo disfruto con 36 años (y medio). Es un sueño hecho realidad, no puedo creerlo. Definitivamente voy a comprobar el nuevo ranking el lunes por la mañana para ver si realmente soy N°1 y asegurarme de que no se haya cometido ningún error. Será un momento especial, sin duda me hará sentir muy feliz".



Como en 2004, 2009 y 2012, el suizo volvía a dominar el tenis mundial. Campeón en Rotterdam, la semana 303 en la cima de la ATP era una realidad. Catorce años después de debutar como el mejor del mundo, el "viejito" de treinta y seis años y seis meses volvía a sentirse el mejor de todos y a demostrar que la edad no es un impedimento, es solo un obstáculo más. El más veterano en liderar el ranking en la Era Abierta superaba el récord de Andre Agassi, N°1 con treinta y tres años en 2003, un número que Federer dejó pequeño...
Australian Open 2004, Wimbledon 2009, Wimbledon 2012 y Rotterdam 2018 fueron los torneos privilegiados en disfrutar en carne propia el ascenso al número uno del mundo de Roger Federer. Catorce años entre la primera vez y la última como monarca; cinco años desde su última vez como líder del ranking ATP; treinta y seis años de edad; 303 semanas primero del mundo (306 como mínimo); 97 títulos ATP en 146 finales disputadas (superó las 145 de Lendl); 20° ATP500 (uno más que Nadal) y así podemos seguir enumerando plusmarcas que ostenta el, quizás, mejor jugador de tenis de todos los tiempos.

Daniel Vitale Pizarro

30 octubre 2017

Tenista del año

La primera vez que Roger Federer formó parte del torneo de Basilea (ciudad donde nació), que se disputa sobre superficie dura bajo techo, fue a los doce años como recogepelotas (ball boy) en 1993 en la final entre Michael Stich y Stefan Edberg. Roger recuerda como si fuera hoy aquellos días de su infancia: "Recuerdo todo sobre aquel día, sobre todo cuando recibí la medalla. Al torneo iba en bicicleta. Son recuerdos que nunca olvidaré". Como profesional debutó en su ciudad natal en 1998 gracias a una invitación. Andre Agassi se encargó de aguar su presentación oficial en Basilea, pero ese día empezó el apego por el torneo más importante de su país.


Ausente en 2016 por lesión, 2017 era el retorno del siete veces campeón y doce veces finalista del certamen, récord absoluto de la historia en cantidad de finales en un mismo torneo. No conforme con esos números despampanantes, el helvético alcanzó una nueva final en la ciudad que lo vio crecer. Los récords de más finales ATP en un mismo lugar los tienen Federer en Halle y Wimbledon y Nadal en Monte Carlo (11), pero trece finales en Basilea destruye cualquier posibilidad de igualar esa cantidad en el corto plazo. Eso si, los diez trofeos de "Rafa" en Roland Garros, Monte Carlo y Barcelona siguen siendo récord histórico, uno más que los nueve de Roger en Halle.

Pero volvamos a Basilea. La final era de lujo. Juan Martín Del Potro, campeón en 2012-2013 venciendo en la final a Federer, se enfrentaba por cuarta vez en el torneo (2-1) ante Roger. El argentino desde el US Open es otro jugador. 27° en la 'Carrera a Londres' en agosto, noviembre lo encuentra a 190 puntos del octavo clasificado al Masters en un sprint de fin de año memorable. Sin el karma del revés y las lesiones, y con un equipo de trabajo establecido desde la contratación de Sebastián Prieto, "La Torre de Tandil" apunta alto y por razones más que suficientes. El partido ponía muchas cosas en juego, de un lado y del otro de la red.

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Más allá de los récords que Federer se encarga de pulverizar a cada paso que da, el N°1 del mundo estaba en juego para el suizo y el ingreso al Masters para el argentino. Los 1960 puntos se reducirían a 1460 en relación a Nadal (1°) y Del Potro superaría a Carreño Busta (8° Carrera a Londres) por 10 puntos con vistas al torneo de fin de año. Todo eso en una final de un ATP500. Mucho en juego para un partido de tenis. El récord entre ellos en finales ATP no tiene nada que ver al que mantienen en cualquier otra instancia. Mientras que en finales Juan Martín lo domina 3-1, en el total "RF" supera ampliamente a "JMDP" 17-6, con el partido más importante entre ambos en US Open 2009.

A tono con el nivel de 2017 el ganador fue el local y favorito del público, Roger Federer. Dejó escapar el primer set pero se reivindicó con su tenis y sacó adelante un partido harto complicado ante un rival que le trae más problemas que soluciones. 6/7 6/4 6/3 fue el resultado final para el suizo más trascendente del deporte mundial, que emocionado como niño recibió su octava corona en Basilea, misma cantidad de trofeos que en Wimbledon, ambos récords logrados en este 2017 de ensueño. A los 36 años y sin disputar la gira de arcilla, Cincinnati ni París (semana entrante), "Su Majestad" es N°2 del mundo y máximo candidato para el Masters. De locos.
Los protagonistas del domingo tuvieron palabras de elogio entre ellos durante la entrega de premios, habitual en el tenis moderno de "amistades" fuera de la cancha pero que adentro de la misma distan de serlo. "Llevas jugando a un excelente nivel desde el US Open, incluso antes, así que estoy muy contento de verte jugando tan bien de nuevo y, sobre todo, de poder verte jugar todas las semanas. Eso es algo que a mí me gustaría poder hacer nuevamente pero que la edad ya no me permite", le expresó Federer al finalista, a lo que Del Potro le contestó: “Felicidades Roger. Simplemente, me encantaría jugar como tú cuando tenga tu edad, pero no creo que eso suceda”.

49-4 en 2017 es su récord antes de disputar el Masters, la última parada del año. Dentro de esas victorias se encuentran siete títulos y una final sobre doce torneos disputados, un barbaridad. Pero las cuatro derrotas dicen mucho más que las casi cincuenta victorias. Solo en 2005 llegó al Masters con tres partidos perdidos en el año, temporada que finalizó con la final perdida ante David Nalbandian (81-4). Ni siquiera en 2006, el mejor año de su carrera, llegó al "Torneo de Maestros" con cuatro partidos perdidos (92-5). 2017 es el cuarto año con +90% de victorias desde que es profesional, eso dice mucho del presente de Roger Federer, número dos del mundo pero "el tenista del año".

Daniel Vitale Pizarro

26 junio 2017

Mejor más viejo



Treinta y siete torneos se han disputado en lo que va del año y diecinueve de ellos los ganó un tenista que ya cumplió 30 años. El ranking refleja algo similar con cinco Top10 en ese rango de edad y cuarenta y dos Top100. Inaudito pero real, el tenis se está volviendo viejo... pero bueno. Las nuevas camadas asoman pero se quedan en eso, no logran dar el salto para destronar a los monarcas del tenis actual que dominan desde hace aproximadamente una década. Esta semana fue una muestra de ello. En plena gira sobre hierba, los campeones de los ATP Queens y Halle sumaron setenta años entre ambos y con un nivel que nadie hubiera presagiado a su edad.

Roger Federer se olvidó rápidamente de su traspié en Stuttgart la semana pasada ante Tommy Haas y dejó bien en claro sus aspiraciones de cara a Wimbledon. Sin ceder sets se llevó el título de campeón arrasando a sus rivales. En la final pasó por arriba a Alexander Zverev (12° ATP, 10° la semana anterior), su verdugo doce meses atrás en semifinales. Todo bien hizo el helvético en tierras alemanas esta semana para firmar un 6/1 6/3 casi sin transpirar, como en sus mejores jóvenes años (2017 es uno de sus mejores años). Servicios, voleas, drives, reveses, todo, su tenis agresivo fluyó. No dejó jugar a su rival, que poco pudo hacer ante semejante nivel enfrente.

ATP500 desde 2015, Halle tiene el privilegio de tener en sus canchas a Roger Federer casi todas las temporadas desde que se hizo profesional y tuvo el ranking para disputarlo. Campeón en nueve ocasiones y finalista once veces, nunca perdió antes de cuartos de final, lejos el torneo en el cual mejor rendimiento tiene el suizo. Incluso en la temporada que ganó solo un título ATP (2013), ese trofeo lo levantó en Halle. Cercano a su hogar y con una calle que lleva su nombre, Halle es su segunda casa tenística, el lugar perfecto para prepararse para Wimbledon, el objetivo principal del año, una de las cosas por las que sigue empuñando una raqueta a sus casi 36 años.

Seis torneos lleva disputados Roger en 2017 y "apenas" fue campeón en cuatro de ellos: Australian Open, Indian Wells, Miami y Halle. En los otros dos perdió en el debut (Dubai y Stuttgart). El récord de la temporada lo comparte con Rafael Nadal con la misma cantidad de torneos ganados, incluso la misma categoría de los mismos con un Grand Slam, dos M1000 y un ATP500. El tiempo no pasa para ellos y siguen dominando como hace más de diez años atrás. Nadie hubiera imaginado, ni el más fanático de ambos, que diez, once u doce años después, los campeones de los torneos más importantes se repetirían y que seguirían dominando el circuito. Privilegiados todos.
Halle es el 92° título ATP de Roger Federer en su extensa y laureada carrera, solo dos menos que Ivan Lendl (94), segundo en la lista de los más ganadores de la Era Abierta. El 16° en césped, cómodo líder en este rubro superando por seis cetros a Pete Sampras. En cuanto a finales, es la 140 de Federer y es el único tenista que ostenta diez o más finales en cuatro torneos diferentes (Basilea 12, Halle 11, Wimbledon y el Masters 10). Si hilamos más fino, esta definición fue la cuarta ganada consecutiva, algo que no lograba desde 2012, su último gran año en el cual ganó su último Wimbledon y volvió al N°1 del mundo. ¿Presagio?

“No sé si volveré a ganar otra vez este torneo, así que quiero disfrutarlo. Voy a tomarme un par de días de descanso y luego comenzaré a entrenar en Wimbledon. Veré en qué condiciones se juega este año y esperaré a que se haga el sorteo del cuadro, entonces miraré los días en que juego e iré tomando decisiones día a día. Es bastante simple", declaraciones de un tipo que lo ganó todo pero que lo toma como algo normal, como vos en un torneo en el club... "Ganar una vez más Wimbledon es mucho decir, sería muy agradable, sobre todo por mi familia, mi equipo, mis fans, mi país, todo. La victoria haría que todo se proyectara más allá del propio registro o la estadística, porque lo realmente importante sería el efecto que tendría en las personas y no tanto en los libros de historia”.

El otro veterano del que hablamos al principio que también fue protagonista esta semana se llama Feliciano Lopez. A la misma edad que Federer y con carreras totalmente disimiles, el español se coronó en Queen's luego de caer la semana pasada en la final de Stuttgart. Las mejores semanas de su carrera, sobre todo por la última en Londres. Lean los rivales que tuvo que sortear: Wawrinka, Chardy, Berdych, Dimitrov y Cilic, uno detrás del otro en el mismo torneo. Feliciano se recibió de jugador de tenis de elite con casi 36 años y más presente que nunca. Top25 nuevamente, nadie querrá tenerlo enfrente en Wimbledon.

Lastimó con su servicio, con su slice y con su volea. Un jugador que podría jugar en cualquier época del tenis, triunfa en la actual en el más alto nivel y en la superficie más tradicional. Nunca campeón en un ATP500 lo logró en 2017 y de que manera. Sexto título para el toledano en su 17° final ATP, segunda en Queen's. Justamente en 2014 había cedido en el último partido ante Dimitrov al que pudo vencer en semifinales este año. De sus seis trofeos, tres son en hierba, más dos finales perdidas, un especialista. "Feli" despierta en una temporada magra en cuanto a resultados con pocos partidos ganados, pero en el césped Feliciano se hizo fuerte y volvió al triunfo. Semanas de ensueño.

Feliz, Feliciano Lopez expresó sus sentimientos en conferencia de prensa: "Diría que ésta es la mejor semana de mi carrera. Siento que estoy jugando mi mejor tenis. Resulta difícil creer que a los 35 años lo estoy haciendo, pero es la verdad. Ganar este torneo en esta etapa de mi carrera es algo increíble. Llevo esperando 15-16 años para ganar este título. Queen's es el mejor torneo del circuito fuera de los Grand Slams. La atmósfera que se siente aquí, la tradición que tiene, los jugadores que lo han ganado otros años... para mí, estar aquí sosteniendo este trofeo es la mejor sensación que podría tener. Esto me va a dar mucha energía para el resto de la temporada".

Daniel Vitale Pizarro

01 mayo 2017

Catalán por adopción



El diez es el número vinculado a la perfección. Diez es en la mayoría de las Instituciones Educativas del mundo la calificación más alta. Y como todo número redondo, se celebra de una manera diferente. ¿Por qué? Será cultural, será más "lindo", pero todo lo terminado en cero se festeja de una manera distinta. El décimo título en Barcelona de Rafael Nadal no iba a ser la excepción a la regla. 2005-2009, 2011-2013 y 2016-2017 fueron los años en los que conquistó los diez títulos, invicto en finales en Cataluña. Solo tres caídas y dos ausencias al certamen desde su debut en 2003 impidieron un récord aun más espectacular. Lindo récord, como el número en sí.

El ATP500 de Barcelona es el torneo más tradicional de España y desde que Buenos Aires perdiera el prestigio de antaño, a partir de los años 80, la capital catalana pasó a ser la ciudad con el certamen más importante sobre arcilla detrás de Roland Garros, Roma, Monte Carlo y Madrid. El quinto en importancia sobre polvo de ladrillo. Y precisamente aquí, el mejor tenista español de la historia forjó una invencibilidad poco vista sobre una pista, con nueve trofeos en doce presentaciones. La organización tuvo la gran idea de homenajear en vida (como deben ser los homenajes) al mejor de todos sobre suelo naranja: "Pista Central Rafael Nadal".

Todo estaba armado para que el huésped de honor pudiera ganar la décima Copa en la cancha que lleva su nombre. Esa era la postal perfecta para el torneo, organizadores y público. Y "Rafa" no iba a aguar la fiesta. Sin ceder sets en toda la semana se adjudicó el N°10 de su carrera en Barcelona, el 71° en total en su definición ATP N°106, una bestialidad. 51 de esos los consiguió en la tierra batida, amo y señor de la superficie más lenta del planeta, esa que le otorga un segundo más para llegar a la pelota y poder golpearla con comodidad, a gusto, sin apuros, haciendo de la defensa un arte. Efectos, corridas imposibles, táctica y estrategia dominadas a la perfección en el ladrillo.

"Cada vez que gano, pienso que podría ser la última vez que lo hago. Cada victoria es única, las recuerdo todas. La lógica me dice que cada vez ganaré menos títulos, pero eso no quita que todos mis triunfos hayan tenido un valor importante para mí. En mi carrera ha sido importante no dar demasiada importancia a la victoria ni a la derrota, sino asumirlas con normalidad. Hoy he hecho uno de los mejores partidos del año, dando mi mejor nivel. Estoy recogiendo los frutos al trabajo que he hecho con la volea y el revés cortado, pero lo más importante es que he vuelto a ser agresivo con la derecha", Rafa Nadal y un resumen de su filosofía deportiva y de su trabajo de cara a esta gira.

La derecha, ese golpe que tanto le dio y le sigue dando

Su debut en el 'Conde de Godó' fue en 2003. Derrotó a Juan Antonio Marin y cayó ante Alex Corretja. Ausente por lesión en 2004, en 2005 volvió para ser campeón por primera vez ante Juan Carlos Ferrero, campeón vigente de Roland Garros. Al año siguiente su víctima en la final fue otro español, Tommy Robredo, campeón de Hamburgo semanas más tarde. En 2007 fue campeón ante Guillermo Cañas en la final, primera vez que no cedió sets en todo el certamen. Luego vendrían las cuatro final consecutivas ante David Ferrer (2008-09 y 2011-12). El de Jávea siempre dijo que cambiaba cualquier torneo ganado por ser campeón en el Godó, algo que aun tiene como cuenta pendiente.
El octavo título fue en 2013 ante Nicolás Almagro, otro compatriota. Cuartos de final y octavos de final fueron los siguientes resultados de Nadal en 2014 y 2015, sus peores años. Almagro se vengó de la final perdida y Fognini lo hizo por la final en Rio de Janeiro meses atrás. El Rey absoluto de arcilla tambaleaba en ambas giras de tierra. Volvió a la senda ganadora en 2016, porque dos años sin ganar en Barcelona fueron demasiado. Kei Nishikori, bicampeón durante la merma del español, no pudo contra "Rafa" que festejó como un amateur. Pero todavía faltaba más. 2017 le tenía guardada la mejor parte, la décima Copa del Godó frente a Dominic Thiem en la pista que lleva su nombre. ¡Que lujo!

Daniel Vitale Pizarro

31 octubre 2016

Cartón lleno

Era campeón de Grand Slam, de Masters1000 y de ATP250. Finalista en varios ATP500, a Marin Cilic solo le faltaba ser el mejor durante una semana en la categoría 500 para completar todos los casilleros en blanco. Basilea fue la ciudad elegida por el croata para solventar esa "deuda" que tenía, y de paso, quedar momentáneamente clasificado al Masters en la Arena O2 de Londres, torneo que disputó en 2014 y que volverá a ser parte en 2016 si finaliza Paris por delante de Berdych. Sin Federer en el camino (finalista doce veces) ausente durante el segundo semestre del 2016, el torneo quedó acéfalo y el doce del mundo lo supo aprovechar.

Campeón en Cincinnati esta temporada y finalista en Ginebra, Marin llegó a Suiza fuera de los ocho mejores de la temporada. Una derrota prematura de Berdych y su acceso a la final lo ubicaron en la última posición para clasificar al Masters gracias a la baja de Nadal (7°) por lesión. Youzhny, Carreño Busta, Granollers y el complicado Mischa Zverev fueron los rivales que sorteó para llegar a la final ante Kei Nishikori. En dos sets totalmente diferentes el nacido en Medjugorje (así se escribe, vaya a saber como se pronuncia) se llevó el partido 6/1 7/5, el título y la octava plaza para el Masters. De ahora en más depende de él su participación en Londres.

Como en la recordada final del US Open 2014, los rivales en la final de Basilea fueron los mismos y la victoria también se volvió a repetir. A pesar de que Nishikori lleva la delantera en los enfrentamientos personales (7-5), las dos finales disputadas entre sí las ganó Cilic. Esta temporada se habían enfrentado en octavos de final de Wimbledon y el japones tuvo que retirarse del encuentro cuando perdía 6/1 5/1. Finalista en cinco certámenes ATP en 2016, Nishikori solo pudo coronarse en uno (Memphis), un récord negativo curioso porque hasta 2016, sus números en finales eran muy positivos (10-5).

El japonés selló su clasificación al Masters como número cuatro del mundo hace varias semanas. Para el nacido en Shimane será la tercera vez que disputará la Copa de Maestros en la que alcanzó la semifinal en 2014, año de su debut en la "Arena O2". Semifinalista del US Open en 2016, Kei apunta alto para el final de temporada de un año que lo ubica en su mejor posición histórica en el ranking (4°). Bronce en los Juegos Olimpicos de Rio en un partido cambiante y muy demandante ante Nadal, Nishikori tuvo un 2016 muy regular, positivo en los Masters1000 con apenas una sola caída antes de los cuartos de final.

"Hoy me sentí con mucha energía, muy positivo y motivado. Todavía queda mucho para llegar a Londres, pero este partido era muy importante, y traté de estar enfocado en cada punto. Estoy muy contento y orgulloso por cómo jugué estos dos sets, y espero hacerlo igual de bien en París, que será otra semana importante para mí", la alegría del campeón que mira para adelante y es consciente de que no será fácil la obtención del último billete para Londres pero que está yendo por el camino correcto. A falta del Masters1000 de Paris para que finalice la temporada regular ATPCilic aventaja a Berdych por 210 puntos y a Goffin por 400 unidades.

El trofeo en Basilea fue el 16° en su carrera, segundo del año. En total acumula 27 finales ATP, cuatro esta temporada (2-2). Nuevamente Top10 desde el lunes, Cilic tiene en su calendario el Masters1000 de Paris, el Masters (si clasifica) y la final de Copa Davis ante Argentina, de locales. Campeones en 2005 por primera y unica vez en su historia cuando Marin era un destacado junior a nivel mundial, once años después Croacia vuelve a la situación de privilegio de una final mundial. Comandado por Cilic, el equipo croata cuenta en sus filas con Ivo Karlovic (20°) e Ivan Dodig (8° en dobles), jugadores con historia en la competición, peligrosos y sin la ensaladera en sus vitrinas.

Daniel Vitale Pizarro

10 octubre 2016

Kyrgios es cosa seria



Lleyton Hewitt no se equivocó cuando en febrero felicitó a Nick Kyrgios en Twitter con el hashtag #FirstOfMany, en alusión a su primer título ATP en Marsella. Al ATP250 francés le sumó Atlanta en Estados Unidos y el reciente ATP500 en Tokio. Tres títulos en tres finales en una temporada lo depositarán esta semana en el posición más alta de su carrera en el ranking ATP (14°) y en la lucha para ingresar al Masters (12°). A los 21 años, el líder de la #NextGen es noticia por su tenis y sus resultados y no por sus dichos desafortunados o actitudes reprochables dentro de una cancha, punto a favor para Nick y para el tenis en general.

La semana en Japón del "aussie" hasta la final fue casi perfecta, especialmente en los partidos ante Muller y Monfils. Concentrado, rápido de piernas, consistente desde la base e impredecible con sus tiros que desbordan de potencia o sutilezas, despachó a los rivales de turno. David Goffin lo esperaba en la definición del certamen. Más errático pero igual de potente, afinó su servicio (23 aces) y quebró en el momento justo para llevarse su primer ATP500, el torneo más importante de su corta carrera tenística. El belga pudo haberse llevado el trofeo a su casa pero titubeó al final del tercer set y la moneda cayó del lado opuesto 4/6 6/3 7/5.
Contra Muller en cuartos de final hizo cosas como estas...

Su servicio es su principal arma pero sus demás golpes no se quedan atrás. El revés es una maravilla, Sin hacer prácticamente esfuerzo hace literalmente lo que quiere con ese golpe: planazos, ángulos, cambios de dirección, cambios de ritmos, drops, todo. Su derecha es un látigo. Tanta aceleración le impone que casi no se ve la cabeza de la raqueta cuando impacta. Sus 193 centímetros no le oponen resistencia a su movilidad aunque no sea un defensor nato. Camina la cancha y la displicencia al golpear es una característica suya, especialmente con su revés. Sus idas a la red no son nunca en vano y resuelve de forma correcta, salvo cuando juega para el publico.

¿Su punto débil? Su mentalidad y su fragilidad física. Lesionado en reiteradas ocasiones, Kyrgios tiene claro que no debe exigir su cuerpo al máximo si quiere rendir al 100% en los torneos que se presenta. Su mentalidad tampoco es su fuerte. Discusiones con árbitros y espectadores, enfados, multas, dichos desafortunados, desconcentraciones y falta de actitud competitiva son algunos de los episodios habituales del australiano en sus presentaciones, las cuales brillaron por su ausencia en Tokio esta semana y los resultados y su rendimiento dejan ver cual es el camino correcto si quiere apuntar alto en esta disciplina.
En semifinales ante Monfils hizo estas otras...

David Goffin llegaba a la gira asiática tras una planificación demasiado audaz para un final de temporada con el claro objetivo de clasificar a la "Copa de Maestros": Copa Davis, Metz, Shenzhen y Tokio, más Shanghai, Amberes, Basilea y Paris. 12° ATP pero 11° en la "Carrera a Londres", Goffin no deja nada librado al azar y dependerá de su físico para ingresar al lote de los ocho mejores del año por primera vez en su carrera. Campeón dos veces en su carrera en 2014 y finalista en cuatro ocasiones (primera en 2016), atraviesa un año de regularidad en varios torneos importantes pero sin dar el batacazo que le permitiría irrumpir en el Top10.

"En el primer set, él no sacaba como lo hizo en el segundo y el tercero. Luego realizó saques de 215 kilómetros por hora, con mucha precisión. Yo tuve que ser sólido con mi servicio y esperar mi oportunidad, pero no la aproveché", el análisis en caliente del partido de David Goffin recordando sus ocho doble faltas (seis en el tercer set) y quizás también el 4/5 0-30 del tercer set y revés sencillo del belga estrellado en la red que le hubiera facilitado triple punto de partido. No solo no aprovechó esa situación sino que después perdió su servicio y dejó el partido en las manos de su rival que lo selló con su letal saque.

Daniel Vitale Pizarro

25 julio 2016

El show continúa



Gael Monfils integra un grupo de tenistas de elite que juegan "distinto". Nick Kyrgios, Dustin Brown, Benoit Paire y alguno más. Los llamo los "tenistas espectáculo". Más allá de su profesionalismo, se dan el gusto de tirar lujos, hacer jugadas fuera de lo común, arengar al público y demás acciones que despiertan pasiones en las gradas. Y odios. Uno de ellos, Gael Monfils, pudo consigo mismo, y a pesar de tener el peor récord en finales entre los tenistas activos, se proclamó campeón por sexta vez en su carrera, primera en un ATP500. El francés está en un gran nivel a los casi 30 años (1/9/1986) en su 13° temporada como profesional.

Vigésima quinta final ATP de Gael Monfils. Diecinueve de ellas las había perdido. En Washington tenía enfrente a Ivo Karlovic, el gigante croata campeón la semana pasada en Newport. El francés estuvo en la cuerda floja, a punto (y a un punto) de caer por vigésima vez en su carrera en una definición por el título. Pero el titubeo de Karlovic cuando sirvió para partido 7/5 5-4 y cuando tuvo un match point en el tiebreak con la devolución, le dio esperanzas a Monfils que dio vuelta el resultado, ganó el set, quebró por segunda vez el saque de su rival y cerró el encuentro 5/7 7/6 6/4 para adjudicarse su sexto título ATP.

Un drop a la carrera, digno de una táctica ganadora (?)

El ATP500 de Washington le permite subir tres puestos y volver al Top15 (14°), su mejor posición desde 2012. Micrófono en mano, Gael felicitó a su rival y dejó las cosas claras: "Para ser sincero, lo de hoy fue pura suerte". Un poco de verdad y un poco de humor en sus declaraciones ya que nada se consigue de 'pura suerte', aunque es cierto que las cosas no dependieron del todo del campeón ya que Ivo Karlovic hasta el final del segundo set, cuando sacó para ganar el partido, no había perdido ningún juego de servicio en todo el torneo. El mérito fue esperar el momento, aprovecharlo y volver a quebrar (¡otro quiebre a Karlovic!) para ganar el torneo.

Buen año el del parisino que alcanzó los cuartos de final en el Australian Open por primera vez en su carrera y perdió las finales de Rotterdam y Monte Carlo. Ausente en Roland Garros por un virus, cayó en primera ronda de Wimbledon y volvió al ruedo en Washington, torneo en el cual pudo gritar campeón tras treinta meses de sequía. Dueño de un físico privilegiado, considerado por el US Open 2014 como el más atlético que haya participado en Flushing Meadows, paradójicamente su cuerpo fue aquejado por las lesiones a lo largo de su carrera. Se repuso de sus reiteradas dolencias y con su particular estilo, histriónico, siempre volvió a codearse con los mejores del mundo.
Australia, Francia e Inglaterra en su poder...

Exnúmero siete del mundo en 2011, Gael ha disputado entre 2005 y 2016, 25 finales ATP, al menos una por temporada en los últimos doce años, números negativos en porcentajes pero destacados en regularidad. Asiduo Top20, nunca había ganado un trofeo en superficie dura al aire libre. Sus cinco triunfos anteriores fueron cuatro en dura indoor y la restante en polvo de ladrillo. Para sumar más definiciones perdidas, acumula en su palmarés dos finales de Copa Davis: 2010 ante Serbia y 2014 contra Suiza, aunque paradójicamente en 2010 le ganó a Tipsarevic y perdió con Djokovic y en 2014 derrotó a Federer.

Todo lo contrario vivió en su etapa de junior. Finalista del Orange Bowl en diciembre de 2003 a los 17 años, su racha empezó en enero de 2004: campeón del Australian Open, Roland Garros y Wimbledon. Viktor Troicki frustró el "Grand Slam" en octavos de final del US Open, récord impuesto por Stefan Edberg, único en conseguirlo como junior. N°1 del mundo de la categoría, no le costó la transición al circuito profesional pero si ser parte de la elite, algo lógico. Top100 por primera vez en 2005, nunca dejó esa posición de privilegio salvo unas semanas en 2013 por lesión. Top50 casi siempre desde que es profesional, Monfils es un animador del circuito desde su irrupción.

Campeón en Newport la semana pasada, a sus 37 años el croata Ivo Karlovic llegó a dos finales en semanas consecutivas. En el césped norteamericano levantó tres match points para luego ganar el título. En Washington fue a la inversa porque no pudo concretar el punto para partido que tuvo. 35° ATP antes del ATP500, la final lo catapultó al Top30 (27°). Fue su 16° final ATP (7-9) desde que apareciera por primera vez en una definición en 2005. Récord absoluto de aces en cantidad y promedios desde que se tienen registros (1991), la edad no parece un escollo para Ivo que sigue rompiendo marcas de longevidad y cantidad.

Daniel Vitale Pizarro