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08 julio 2013

Gran Bretaña a sus pies

Ya tendrás la tuya Andy

Doce meses atrás, Andy Murray derramaba lágrimas en la central de Wimbledon al perder en cuatro sets en la final ante Roger Federer. Había conseguido ganar su primer set en una final de Grand Slam, luego de caer en las primeras tres que disputó en sets corridos. Un mes después, en la misma cancha y ante el mismo rival, el escocés se tomó revancha del suizo y consiguió la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Murray le demostraba al mundo del tenis que el dúo con Lendl, iniciado en enero, empezaba a dar sus frutos.

El US Open significó para Andy el desahogo en Grand Slams, saldar la cuenta pendiente. En su quinta final pudo levantar el trofeo, nada menos que ante Novak Djokovic, el número 1 del mundo. Su cabeza hizo un click. Comandado por un experimentado jugador de finales de Majors (Lendl jugó 19 y ganó 8), al escocés se le notaron cambios en su actitud en los momentos importantes en esos partidos. Más decisión y agresividad, esperando mucho menos del rival y más de él mismo. Al contragolpe y velocidad de piernas innatos, le agregó más agresividad y regularidad a la derecha y al saque. Pero lo que cambió su palmarés de derrotas a victorias, fue la parte mental, en la cual sin dudas Ivan Lendl fue y es partícipe.

Las dos caras de la moneda

La temporada 2013 iniciaba con Murray en la final del Australian Open. Caía ante Novak Djokovic, pero el escocés ya no era el mismo que perdiera aquí en 2010 y 2011. Sin poder disputar Roland Garros por una lesión lumbar, Wimbledon se presentaba como su máximo anhelo y lo disputaría con bastante tiempo de descanso y preparación, algo clave para esta superficie y en una época donde la parte física hace la diferencia cada vez más. Y vaya si le dio resultado.

Y el día más esperado por los británicos amantes del tenis llegaba. La eterna espera finalizaba. Tuvieron que pasar 77 años para que un tenista nacido en Gran Bretaña se adueñara del trofeo de Wimbledon. Fred Perry había sido el último en conseguirlo en 1936, motivo por el cual existe una estatua en su honor en el All England. Nadie lo había ganado en la Era Abierta y Murray lo hacía, al igual que en el US Open, ante el actual número uno del mundo y campeón aquí en 2011, Novak Djokovic. Nuevamente las lágrimas de Andy tocaron el inmaculado césped inglés, pero este vez eran de alegría, felicidad y desahogo por la inmensa presión que llevaba sobre sus hombros.

Gastón Gaudio #ModoOn

"Es muy duro. Durante los últimos cuatro o cinco años, ha sido muy, muy difícil, muy estresante, mucha presión. Los días previos antes del torneo son muy difíciles también. Es tan difícil de evitar todo por lo grande que es este evento, por la historia y porque pasó mucho tiempo sin que un británico ganara", dijo Murray tras coronarse en Wimbledon y también expresó sus sentimientos: "Ganar Wimbledon, creo, es la cima del tenis. Todavía no lo puedo creer. Aún no entra en mi cabeza", y agregaba unas palabras sobre su entrenador, Iván Lendl: "Creo que él creyó en mí cuando mucha gente no lo hizo. Ha sido muy paciente conmigo. Estoy feliz de haber conseguido esto con él".

Desde Wimbledon 2012, este escocés de 26 años llegó a todas las finales importantes que disputó: ganó los JJOO 2012, el US Open 2012 y Wimbledon 2013 y cayó en la final de Wimbledon 2012 y Australian Open 2013, sin disputar Roland Garros 2013. Su récord en finales de Grand Slam aumentó a 2-5. En el All England capturó su segundo Grand Slam y su 28° título ATP (cuarto del año) en 42 finales disputadas.

En comparación con las anteriores finales disputadas por Murray, declaró: "El ambiente de hoy era diferente a lo que he experimentado en el pasado. Era diferente a la final del año pasado, sin duda. El final del partido, era increíblemente ruidoso, muy ruidoso. Es muy útil cuando la gente es así. Sobre todo en un partido tan duro como aquel donde todo está extremadamente caliente, brutal, con peloteos largos y juegos difíciles, que finalmente te ayudan a jugar mejor".
"Whisky Andy". Todos quieren la foto del escocés más popular del momento

Djokovic, el finalista, disputó su final número once de Grand Slam (6-5), la cuarta ante Murray (2-2). Diferente fue la semifinal disputada por ambos. Mientras Andy tuvo que derrotar a Janowicz, Novak venció a Del Potro en cinco sets, luego de 4 horas 41 minutos, partido muy demandante tanto física como mentalmente, que le imposibilitó al serbio estar al 100% de sus posibilidades en la final. El nacido en Belgrado acumula trece semifinales seguidas de Grand Slams, segundo en la historia, detrás de las 23 de Federer. Sí, 23.

En el Grand Slam de las sorpresas, con Nadal derrotado en primera ronda, Federer y Tsonga en segunda, sumado a los múltiples retiros por lesiones (siete el tercer día de competencia, récord en una jornada de Grand Slam), el uno y el dos del ranking mundial no defraudaron a gente y organizadores: llegaron a la final del torneo más tradicional e importante del mundo.

Daniel Vitale Pizarro

30 julio 2012

Wimbledon es Olímpico


El violeta invadió el All England and Crockett Club

Londres 2012. Empezaron los séptimos Juegos Olímpicos desde la vuelta del deporte en Seúl en 1988. Pero no vamos a analizar las probabilidades de los argentinos, las especulaciones de los probables choques, el dobles mixto que vuelve a un JJOO o la pelea por el número uno del mundo entre Federer y Djokovic. No. Vamos a contarles una breve historia del tenis en los Juegos. A tomar nota.

El tenis formó parte de uno de los nueve deportes que integraron el primer Juego Olímpico en Atenas en 1896 junto al atletismo, pesas y halteras, lucha, esgrima, tiro, ciclismo, gimnasia y natación. El campeón fue un irlandés, John Boland, que había viajado a Atenas como simple turista y que se consagró también en dobles con un alemán, Freidrich Traun. Solo compitieron varones. Las mujeres pudieron participar en 1900 en París y la medalla dorada se la adjudicó la británica Charlotte Cooper en singles y en dobles mixto junto a Laurence Doherty, que a su vez se llevó la dorada en singles y en el dobles masculino. Mientras los hombres compitieron (en individuales y dobles) durante todo el período 1896 – 1924, las mujeres lo hicieron entre 1900 y 1924, con excepción de 1908, en tanto que los dobles tuvieron lugar sólo en 1920 y 1924. Los dobles mixtos sólo se disputaron en 1900 y 1912 – 1924. Durante esos años, Gran Bretaña fue el gran dominador con 15 medallas doradas sobre 32 posibles, además de 12 plateadas y 12 de bronce. Más atrás quedaron Estados Unidos (7-3-5 y 15) y Australia (5-4-6 y 15).

En 1913 se fundó la Federación Internacional de Lawn Tennis (ILTF). Problemas entre la Federación Internacional y el COI por la coincidencia de fechas con el torneo de Wimbledon y la participación de jugadores profesionales provocó la salida del tenis del calendario olímpico. Por estas causas y por la Primera Guerra Mundial, los siguientes Juegos Olímpicos se realizaron en 1920 en Amberes, Bélgica. Los siguientes Juegos se disputarían en París en 1924 y serían los últimos hasta 1988, año que volvería el tenis a la competencia, teniendo en cuenta que en México 1968 y Los Ángeles 1984, no entregaron medallas.

Sabatini dejó una huella en los JJOO (plata)

Corea del Sur, más precisamente Seúl, fue el Juego Olímpico elegido para que el tenis vuelva a la competencia después de 64 años de ausencia. Año glorioso para Steffi Graf, al llevarse el oro ante Sabatini y los cuatro torneos de Grand Slam, para convertirse en la primera y única mujer u hombre que lo consigue en la historia de este deporte, el denominado Golden Slam en una temporada, logro igualado por Agassi y Nadal pero en años diferentes. Además obtuvo la de bronce en el dobles y la plateada en Barcelona 1992 luego de perder frente a Capriati. Miroslav Mecir se llevó la de oro en varones y la de bronce en dobles. En Barcelona 1992 Rosset obtuvo la dorada. En Atlanta 1996 el local Agassi obtuvo el oro y la española Sanchez-Vicario acumuló su cuarta medalla, dos de plata y dos de bronce entre singles y dobles en dos JJOO. En Sidney 2000 el ruso  Kafelnikov se llevó la dorada y los australianos Tood Woodbridge-Mark Woodforde logran su segunda medalla en dobles, oro y plata respectivamente. En mujeres aparecen en escena las hermanas Williams ganando el dobles y Venus logró la medalla dorada para Estados Unidos en singles.

Las chicas argentinas, un orgullo para el país.

En Atenas 2004 la ITF decidió dar puntos para el circuito ATP, darle más jerarquía al certamen y no perder a los mejores jugadores del circuito. Y en ese mismo juego, en Grecia, ocurrió un hito para el tenis sudamericano, más aun para el chileno. Nicolás Massu obtuvo el oro olímpico en singles y Fernando González logró el bronce, además de consagrarse campeones en dobles. Pero no solo sucedió eso, sino que la dupla argentina Suárez-Tarabini obtuvieron la medalla bronce en dobles femenino, emulando a Frana-Miniussi en Barcelona 1992. Justine Henin-Hardenne consiguió el oro femenino para Bélgica. Y llegamos al 2008, con la victoria de Nadal en singles para España y una nueva medalla para Chile con Fernando González en la final. La dorada en el dobles fue para los suizos Federer-Wawrinka; Dementieva, rusa, fue oro entre las chicas colgándose su segunda medalla (plata en Sidney) y las Williams, por segunda vez, se llevaron el oro en el dobles.

El medallero desde 1988 lo lidera USA con 17 medallas en total (10-2-5), luego Alemania con siete (2-3-2), Rusia con cinco (2-2-1), Chile con cuatro (2-1-1), Suiza con dos (2-0-0) y España con once (1-7-3).

La cancha central plagada de cartelería "no tradicional"

Londres 2012 asoma con varios récords que se pueden romper o superar. Federer puede conseguir el Golden Slam si gana el oro en singles y si lo hace también en dobles, iguala a Venus Williams en cantidad de medallas de ese color. Las Williams van por su tercera dorada en dobles y la cuarta para Venus. La mayor de las Williams, de ganar en singles y dobles, impondrá una marca difícilmente alcanzable a futuro. Además, desde Seúl 1988, es la primera vez que se juega sobre césped y que se disputan los dobles mixtos. Digno de ver.

Un dato para tener en cuenta: Roger Federer llega a su tercer Juego Olímpico como número uno. Si, empiecen con los elogios.

Daniel Vitale Pizarro

09 julio 2012

Roger Federer se escribe peRFect


Sole él y Sampras sintieron esa sensación siete veces...

Hace nueve años, en Wimbledon 2003, un tal Roger Federer, con un talento proporcional a la cantidad de raquetas que rompía, vencía en la final a Mark Phillippousis y se quedaba con su primer Grand Slam. Comenzaba un nuevo reinado. Sampras dejaba vacante su trono al nuevo dominador del césped londinense, que se adueñaría de siete títulos en diez presentaciones, incluida una final perdida ante Nadal en 2008. Por aquellos años, nadie imaginaba lo que vendría después. Aquel chico de pelo largo, colita y vincha, se convertiría en el máximo ganador de Grand Slam (17) de toda la historia, y contando...

"Su Majestad" comenzó el torneo con expectativas más que ambiciosas. Si se coronaba en la Catedral, superaría a Sampras en semanas como número uno al alcanzar ese puesto por tercera vez en su carrera, levantaría su copa número 75 (McEnroe 77, tercero en la lista de los más ganadores de la historia) e igualaría a Pete Sampras con siete Wimbledon en su haber. Semejantes números en la previa del partido hubieran asustado a cualquier mortal, algo que al suizo no le sucedió. Tardó poco más de un set y medio para ajustar su juego y dar vuelta un partido que parecía que se le iba de las manos. Tomó el control y venció en cuatro sets al británico Andy Murray, ante la mirada de sus mellizas, que aplaudieron y sonrieron el logro de su papá durante la ceremonia de premiación. "He jugado, probablemente, mi mejor tenis del torneo. Siempre dije que rendía mejor en semifinales y finales. Es impresionante volver a ganar aquí después de tres años, el sentimiento es familiar. Nunca dejé de creer. Es un momento mágico para mí", declaraba el "expreso suizo" luego de la victoria.

El emotivo momento de los 17

Roger Federer sigue haciendo historia, como dijo él mismo: "Todavía no lo creo". Ganar un Major con casi 31 años, después de tres temporadas, siendo padre, desplegando el tenis que desplegó y con dolores en la zona baja de su espalda, no es poca cosa, es sencillamente único. Único como su revés a una mano en una época en la cual está "en peligro de extinción"; único por su estilo de juego clásico, "a la antigua"; único como la raqueta que utiliza (muy pesada, rígida y de aro chico -90-) y tantas otras cosas más, que lo convierten en un jugador que despierta admiración en cada estadio donde se presenta. Un "señor" dentro y fuera de la cancha. Federer no gesticula al golpear la pelota y pareciera que no transpira, ideal para los fotógrafos. Atributos que enaltecen aun más su figura de "caballero". Impecable.

Durante el año, de los once torneos que disputó, ganó cinco, perdió una final, cuatro semifinales y solo una vez cayó antes de esa instancia, ante Andy Roddick en segunda ronda de Miami luego de ser campeón en Indian Wells. Su siguiente torneo serán los Juegos Olímpicos y conservará el primer lugar del ranking si termina por delante de Djokovic y Nadal en el certamen. Si termina el año en esa posición, igualaría a Sampras al concluir seis años como número uno del mundo, pero para eso falta mucho. En Wimbledon, obtuvo 66 victorias y 244 partidos ganados en torneos de Grand Slam, este último es récord. Además, cuenta con 54 victorias o más en cada Grand Slam. Nadie logró 50. Un desubicado.

Para enmarcar...

Obtuvo 17 Grand Slams -  4 Australian Open, 1 Roland Garros, 7 Wimbledon y 5 US Open en 24 finales, ambos récords. Para dimensionar lo que representa, debería hacer un post interminable, solo de halagos para Rogelio. El "increíble" le queda muy chico.

"¿De qué me enorgullezco más? De mi carrera, porque nunca pensé que sería tan bueno", reconoció ayer Roger.

Los mejores, de gala.

Serena Williams también hizo historia en el All England, al conseguir su quinto título tanto en singles como en dobles, llegando a la suma de 14 Grand Slams en 18 finales disputadas. Tiene 30 años como Roger. La menor de las Williams, que fue derrotada en Roland Garros en primera ronda, a fuerza de aces (superó dos veces el récord de cantidad en Wimbledon al concretar 23 en tercera ronda y 24 en semifinales) conquistó el trofeo en su séptima final. Y si hablamos de saques directos, realizó en sus siete partidos, la suma de... lea bien: 102 aces. Para agregarle más merito a lo conseguido por la norteamericana, superó al alemán Kohlschreiber, que logró 98. Impresionante. En la entrega de premios dijo: "Mi servicio me ayudó mucho para ganar el torneo. No se realmente por qué me salió tan bien".

Serena subió dos puestos en el ranking WTA para ubicarse cuarta y consolidarse como la máxima favorita para obtener los Juegos Olímpicos en Londres. La menor de las Williams amenaza una vez más los récords del circuito femenino.

Daniel Vitale Pizarro

02 julio 2012

Esto es Wimbledon

Rufus, el halcón que cuida el césped de Wimbledon

Wimbledon habla por sí solo, no hace falta que lo ensalcen con crónicas fabulosas sobre su tradición, su estilo, su categoría. Con el simple hecho de nombrar la palabra de la ciudad donde se encuentra el torneo, alcanza y sobra. El estricto régimen de la vestimenta de presentarse con más del 90% de color blanco; el "Middle Sunday"; su propia preclasificación (que cada año, por la presión que ejerce la ATP, el torneo respeta cada vez menos); la hierba (más lenta que la de antaño); los escasos sponsors; las frutillas con crema; llamar Mr. y Mrs. a los participantes; la estatua de Fred Perry (último campeón británico aquí en 1936); 'Rufus', el Halcón que cuida del césped y la cordialidad y respeto reinante, hacen de un torneo único en su especie. Acá nació el tenis. Acá empezó todo.

El domingo del medio o "Middle Sunday" es día de descanso en Wimbledon, no hay actividad. Solo fue utilizado por las copiosas lluvias tres veces en toda su historia: 1991, 1997 y 2004. Los domingos, en Inglaterra, tampoco se juega la 'Premier League', aunque sí lo hace en Navidad y Año Nuevo. Para no desentonar, únicos en todo. Esta es una de las tantas tradiciones del particular certamen londinense de fútbol.

Hoy se disputarán los octavos de final, tanto de hombres como mujeres, lo que denominan los británicos como "Super Lunes" o "Manic Monday". Pero durante toda la primera semana ocurrieron varios hechos llamativos, curiosidades. El primer golpe lo dio Ernest Gulbis, el letón hijo de un empresario multimillonario jugó tres sets magníficos, como "falso" Top10, y despachó en primera ronda al número siete del mundo y finalista en 2010 (ese año venció a Federer en cuartos) Tomas Berdych 7/6 7/6 7/6.

Las dos caras de la moneda


En segunda ronda la sorpresa (vaya sorpresa) la dio el actual número 100 del ranking ATP Lukas Rosol, al vencer luego de cinco sets y a fuerza de misiles que salían de su raqueta, al dos veces campeón y tres veces finalista aquí, Rafael Nadal. El checo nunca había ingresado al cuadro principal del All England, en las cinco ocasiones anteriores había perdido en la primera ronda de la clasificación. Increíble. Además, Nadal no caía en una segunda ronda de un Grand Slam desde el 2005, precisamente acá. Fue el jugador de más bajo ranking en derrotarlo en un Major. Ante las preguntas al finalizar el encuentro, Rosol dijo: "No estoy sólo sorprendido, esto es algo milagroso para mí". Tanto Gulbis como Rosol, en sus siguientes duelos, fueron derrotados.


Por el lado de las mujeres, Venus Williams, cinco veces campeona y tres veces finalista, fue derrotada fácilmente por Elena Vesnina, lo que demuestra que las Williams no son eternas, algo que se vio también en Roland Garros hace un par de semanas cuando Serena Williams, la menor, cayó por primera vez en su historia en una primera rueda de un Grand Slam. Justamente Serena también fue protagonista de la jornada en su duelo frente a la china Jie Zheng. Concretó 23 aces. Sí, 23 aces en solo tres sets y por una mujer, nuevo récord femenino. El de velocidad le corresponde a Samanta Stosur con 208 kilómetros por hora.


Shvedova y Serena, dos récords en una semana


Otra rareza fue la que le tocó vivir a Yaroslava Shvedova. Venció a la italiana Sara Errani 6-0 6-4. ¿Y lo curioso? Bueno, ganó 24 puntos consecutivos para adjudicarse el primer set, denominado "Golden set". Se convirtió en la primera jugadora en conseguirlo en la historia de la WTA, la segunda en la historia del tenis femenino (Pauline Betz en 1943) y la tercera en la historia del tenis (Bill Scanlon 1983). Y lo hizo en Wimbledon, tarea aún más difícil por el bote de la pelota y porque las posibilidades de fallar aumentan. La tenista de origen ruso, nacionalizada kazaja, es entrenada por el argentino Emiliano Redondi.



Daniel Vitale Pizarro