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12 junio 2017

CHAMP10N



Roger Federer: “No habría tenido ninguna posibilidad contra Rafa este domingo, no con mi nivel actual de tenis sobre polvo de ladrillo. Ya avisé que Rafa iba a aplastar durante la temporada de tierra".
Guillermo Vilas: "Esta cantidad de triunfos supera lo humanamente posible. Cuando hay alguien que juega así es lógico que haga cosas que no son normales. Deberían crear a alguien que pueda ganarle en tierra batida (risas). Es imposible que pueda perder".
Bjorn Borg: "Nunca he visto a nadie jugar tan bien una final en París. Es el mejor jugador sobre tierra de la historia. Nadie creía que sería capaz de volver así después de tantas lesiones durante algunos años, es increíble. No se puede jugar un tenis más perfecto. Seria imposible. Estoy muy impresionado. Tiene 31 años y sigue mejorando, sobre todo ha mejorado su revés, siendo mejor con los años. Soy consciente de lo duro que ha estado practicando, trabajando ese revés siete-ocho horas al día. No tiene debilidades y para él cada pelota es un punto de partido. Eso es lo que me gusta de Nadal. Quien juega contra él es consciente que siempre dará un 110% y nunca se entregará".
Brad Gilbert: "Ambos me parecen algo escandalosos, pero los 10 Roland Garros de Nadal son más impresionantes que los 18 Grand Slams de Federer".

Su rival de toda la vida, dos de los mejores sobre arcilla de la historia y una referencia dentro y fuera de la cancha como jugador, entrenador y comentarista. Voces autorizadas del deporte de la raqueta que se desarman en elogios para el mejor jugador sobre arcilla de la historia. Nunca nadie ganó nueve veces un mismo torneo y Rafael Nadal obtuvo diez títulos en Monte Carlo, en Barcelona y en Roland Garros. Historia viva. 31 años, número dos del mundo y el mejor del año, el español perdió solo ante cuatro jugadores en 2017: tres veces ante Federer, una contra Raonic, otra frente a Querrey y la restante con Thiem. Ningún otro pudo doblegarlo en 51 partidos que disputó...

En Roland Garros 2017 arrolló a sus rivales. Como en sus mejores años, "Rafa" casi no tuvo inconvenientes durante los catorce días que duró el torneo, sin ceder sets, al igual que 2008 y 2010. Tres años sin perder siquiera un parcial en siete partidos, mismo récord que ostentaba en soledad Bjorn Borg. La supremacía de Nadal en París a lo largo de los años es inexplicable. Debutó en 2005 como campeón y recién fue derrotado en 2009 (Soderling). Luego encadenó cinco trofeos hasta caer en 2015 (Djokovic) y abandonar en pleno torneo por lesión en 2016. Pero en 2017 todo volvería a la normalidad, como si el tiempo no hubiera pasado.

El golpe del torneo

Doce años después de haber ganado su primer Roland Garros, ganó el décimo. Diez títulos en trece presentaciones, con tan solo dos derrotas en cancha. Extraterrestre. En el máximo nivel del tenis, en el torneo de arcilla más tradicional e importante del mundo, una persona monopolizó (monopoliza) las victorias durante más de una década. El balear hace rato que dejó de ser el jugador defensivo que fue cuando irrumpió en el circuito, su tenis evolucionó, sus golpes lastiman y su derecha marca el ritmo de los partidos. La mejora esta temporada es el revés, el golpe técnicamente más limpio que tiene le está dando frutos como nunca antes y la culpa en gran parte es de Carlos Moyá.

La entrega de premios en la Phillipe Chatrier fue atípica. Y no es para menos. Roy Emerson (12 Grand Slams, leyenda viva) fue el encargado de entregar el trofeo original y Toni Nadal el elegido para la replica que se lleva a su hogar el campeón. Emoción completa. El abrazo de ambos quedará para el recuerdo de todos, al unísono con los aplausos y el griterío del estadio que de pie vitoreaba a su ídolo. De esto se hablará hoy, mañana, en décadas... Es algo fuera de lo común, un logro que ni los soñadores más ambiciosos imaginan y nosotros tuvimos el privilegio de verlo, y unos cuantos de presenciarlo dentro del estadio. Envidia sana (?)

Toni, Stan, Rafa y Roy, cuarteto de lujo

"Charly", primer español N°1 del mundo, quedará al mando del balear desde 2018 tras el alejamiento de "Toni" a fin de temporada luego de toda una vida al lado de su sobrino. Acompañado por Francis Roig, serán los encargados de comandar la carrera de Rafael durante esta etapa. Será raro no ver en las gradas al tío "Toni", nervioso, dando indicaciones a su pupilo bajo una gorra publicitada, pero nos tendremos que acostumbrar. Por eso, el homenaje de la organización para el artífice de la bestia de Manacor fue merecido. Ajeno a los flashes, el Tío-Entrenador aceptó participar de la ceremonia pero sin quitarle protagonista al real anfitrión, fiel a sus principios.

"Diez veces he podido sentir la magia de Roland Garros. Estoy muy feliz. La adrenalina que siento aquí, no la siento en ningún otro lado. Sólo puedo dar las gracias por el apoyo. Puedo ganar en todos los torneos, pero aquí, en París, es distinto. Después de un tiempo difícil para mí por las lesiones, me siento genial de poder ganar este título de nuevo. He trabajado duro para llegar hasta aquí", Rafael Nadal luego de lo impensado una década atrás. Hoy puede decir que ni siquiera las lesiones pueden evitar su éxito en Roland Garros, lesiones que lo han marginado del circuito una cantidad de veces anormal para un tenista profesional promedio. Así y todo sus números son escandalosos. Mito.

Daniel Vitale Pizarro

15 mayo 2017

Volver al futuro



Quédate con quien mire un trofeo como mira Nadal a su N°72

Los grandes jugadores de la historia, independientemente del deporte, son diferentes al resto. La vigencia es lo más difícil de lograr en la alta competencia. Muchos son los que tienen torneos espectaculares, años fantásticos o incluso varias temporadas en la elite. Pero pocos, poquísimos son los que desarrollan una carrera extensa y exitosa siempre en la más alto. Mentalidad y salud física son los primeros atributos que se necesitan para mantenerse junto o los jóvenes, o por encima. Rafael Nadal es eso y más. Al nivel de Roger Federer, el para muchos más grande de la historia. Esperemos a que se retiren para vaticinar sus porvenires. Si, lamentablemente en algún momento se van a retirar.

En 2006 el campeón de los tres torneos más importantes fue Roger Federer (Australian Open, Indian Wells y Miami) y el ganador de los siguientes dos fue Rafael Nadal (Monte Carlo y Roma). En 2017, once años después, es importante aclarar los años en un deporte en el cual muchos ni siquiera logran disputar once veces un mismo torneo, los que levantaron dichos trofeos son los mismos, Federer y Nadal (años atrás Roma se disputada antes que Hamburgo, ahora Madrid). Además en 2006 como en 2017 "Rafa" le agregó Barcelona, el certamen más importante sobre arcilla luego de Roland Garros y los tres Masters1000.

Su tenis evolucionó, el aspecto de ambos ya no es tan juvenil, la cantidad de pelo es menor, Rafael dejó los "pescadores" y la musculosa, marca distintiva 'rebelde' de sus primeros años en el circuito, Roger abandonó la raqueta de aro 90, una rareza incluso diez años atrás. Los tiempos cambiaron, los rivales, también, pero los mejores siguen siendo los mismos. En 2006 el N°1 del mundo era Federer y el N°2 era Nadal; hoy el número uno de la 'Race' es el español y el dos el suizo. Siempre se dice que tiempo pasado fue mejor, disculpen, yo prefiero este tiempo con los mismos protagonistas pero con la historia en cada uno de sus raqueteros, la historia de dos de los mejores exponentes del deporte.

En Madrid hay altura (600 metros sobre el nivel del mar), eso hace que la pelota tengo menos resistencia al aire y viaje más rápido, por ende también los tiros generan más altura luego de cada pique. Esa fue la razón para cambiar de lugar en el calendario al torneo ya que históricamente Roma se disputaba luego de Monte Carlo y Hamburgo la parada previa a Roland Garros (hoy Hamburgo ATP500 reemplazado por Madrid). "Rafa" sufrió en primera ronda contra Fognini y en la final ante Thiem. El italiano lo exigió al máximo y el mallorquín respondió, aguantó y se llevó el encuentro. Las siguientes rondas las superó con relativa comodidad, hasta el domingo, la final.

Dominic Thiem era el rival de turno. 45° final de Masters1000 de Nadal, 1° de Thiem. 30 años uno, 23 el otro. Las diferencias era abismales pero no así en el juego. el austriaco ya lo había derrotado en la semifinal de Buenos Aires 2016 aunque la más reciente había sido victoria del balear en la final de Barcelona, dos semanas atrás. El primer set fue un partido en si mismo. 1h 18m de pura intensidad, desgaste físico y gran nivel de tenis. Como suele suceder en polvo de ladrillo, las defensas de Nadal y la transición de defensa a ataque prevalecieron ante la constante presión de Thiem que cedió en el tiebreak. El segundo set empezó con un quiebre para el español que nunca pudo recuperar Dominic.

Tuvo opciones para estirar el encuentro "Dominator" pero del otro lado no lo dejaron. 7/6 6/4 fue el resultado final con los dos mejores jugadores sobre arcilla en lo que va de 2017. Nadal campeón en Monte Carlo, Barcelona y Madrid, Thiem campeón en Rio de Janeiro, finalista en Barcelona y Madrid. El destino dirá si se cruzarán en Roland Garros y no sería ilógico pensar en otro duelo por el premio mayor. "Rafa" subió una posición en el ranking (4°) y lidera la 'Carrera de Campeones' mientras que Dominic ascendió dos puestos, su mejor posición histórica (7°), y está tercero en la 'Race'. Roma y Roland Garros figuran en el calendario de ambos.

Daniel Vitale Pizarro

01 mayo 2017

Catalán por adopción



El diez es el número vinculado a la perfección. Diez es en la mayoría de las Instituciones Educativas del mundo la calificación más alta. Y como todo número redondo, se celebra de una manera diferente. ¿Por qué? Será cultural, será más "lindo", pero todo lo terminado en cero se festeja de una manera distinta. El décimo título en Barcelona de Rafael Nadal no iba a ser la excepción a la regla. 2005-2009, 2011-2013 y 2016-2017 fueron los años en los que conquistó los diez títulos, invicto en finales en Cataluña. Solo tres caídas y dos ausencias al certamen desde su debut en 2003 impidieron un récord aun más espectacular. Lindo récord, como el número en sí.

El ATP500 de Barcelona es el torneo más tradicional de España y desde que Buenos Aires perdiera el prestigio de antaño, a partir de los años 80, la capital catalana pasó a ser la ciudad con el certamen más importante sobre arcilla detrás de Roland Garros, Roma, Monte Carlo y Madrid. El quinto en importancia sobre polvo de ladrillo. Y precisamente aquí, el mejor tenista español de la historia forjó una invencibilidad poco vista sobre una pista, con nueve trofeos en doce presentaciones. La organización tuvo la gran idea de homenajear en vida (como deben ser los homenajes) al mejor de todos sobre suelo naranja: "Pista Central Rafael Nadal".

Todo estaba armado para que el huésped de honor pudiera ganar la décima Copa en la cancha que lleva su nombre. Esa era la postal perfecta para el torneo, organizadores y público. Y "Rafa" no iba a aguar la fiesta. Sin ceder sets en toda la semana se adjudicó el N°10 de su carrera en Barcelona, el 71° en total en su definición ATP N°106, una bestialidad. 51 de esos los consiguió en la tierra batida, amo y señor de la superficie más lenta del planeta, esa que le otorga un segundo más para llegar a la pelota y poder golpearla con comodidad, a gusto, sin apuros, haciendo de la defensa un arte. Efectos, corridas imposibles, táctica y estrategia dominadas a la perfección en el ladrillo.

"Cada vez que gano, pienso que podría ser la última vez que lo hago. Cada victoria es única, las recuerdo todas. La lógica me dice que cada vez ganaré menos títulos, pero eso no quita que todos mis triunfos hayan tenido un valor importante para mí. En mi carrera ha sido importante no dar demasiada importancia a la victoria ni a la derrota, sino asumirlas con normalidad. Hoy he hecho uno de los mejores partidos del año, dando mi mejor nivel. Estoy recogiendo los frutos al trabajo que he hecho con la volea y el revés cortado, pero lo más importante es que he vuelto a ser agresivo con la derecha", Rafa Nadal y un resumen de su filosofía deportiva y de su trabajo de cara a esta gira.

La derecha, ese golpe que tanto le dio y le sigue dando

Su debut en el 'Conde de Godó' fue en 2003. Derrotó a Juan Antonio Marin y cayó ante Alex Corretja. Ausente por lesión en 2004, en 2005 volvió para ser campeón por primera vez ante Juan Carlos Ferrero, campeón vigente de Roland Garros. Al año siguiente su víctima en la final fue otro español, Tommy Robredo, campeón de Hamburgo semanas más tarde. En 2007 fue campeón ante Guillermo Cañas en la final, primera vez que no cedió sets en todo el certamen. Luego vendrían las cuatro final consecutivas ante David Ferrer (2008-09 y 2011-12). El de Jávea siempre dijo que cambiaba cualquier torneo ganado por ser campeón en el Godó, algo que aun tiene como cuenta pendiente.
El octavo título fue en 2013 ante Nicolás Almagro, otro compatriota. Cuartos de final y octavos de final fueron los siguientes resultados de Nadal en 2014 y 2015, sus peores años. Almagro se vengó de la final perdida y Fognini lo hizo por la final en Rio de Janeiro meses atrás. El Rey absoluto de arcilla tambaleaba en ambas giras de tierra. Volvió a la senda ganadora en 2016, porque dos años sin ganar en Barcelona fueron demasiado. Kei Nishikori, bicampeón durante la merma del español, no pudo contra "Rafa" que festejó como un amateur. Pero todavía faltaba más. 2017 le tenía guardada la mejor parte, la décima Copa del Godó frente a Dominic Thiem en la pista que lleva su nombre. ¡Que lujo!

Daniel Vitale Pizarro

24 abril 2017

Rafael Mónaco Nadal



Equipo completo, la base del campeón

Un año calendario tuvo que pasar para que Rafael Nadal vuelva a levantar un título ATP. Barcelona 2016 había sido su última consagración en el circuito y también su última final en 2016. Resultados magros para su excelsa trayectoria. Pero 2017 sería diferente al binomio 2015-2016, los primeros sin ganar un Grand Slam desde que lograra en 2005 el primero de catorce. Es más, en esos años no pudo acceder a ninguna semifinal en los Majors, un bajón notorio en relación a su laureada y regular historia en estos eventos. No faltaron los detractores (en todos los deportes los hay) que presagiaron que no volvería a luchar por cosas importantes. Que equivocados estaban...

Inició el año en Brisbane y lo frenó Milos Raonic (5°) en semifinales. Pero las sensaciones eran distintas. Tan diferentes a las de sus últimas temporadas que alcanzó la final del Australian open, la 21° de Gran Slam. Solo pudo con él la versión renovada y mejorada de Roger Federer. Siguiente parada, Acapulco. Y no decepcionó. Llegó hasta la final en donde se encontró con un Sam Querrey iluminado, similar al de Wimbledon 2016 cuando eliminó a Djokovic en segunda ronda. Los resultados no llegaban pero el nivel si. La paliza de Federer en octavos de final de Indian Wells no opacó lo muy bueno demostrado por el español en los torneos anteriores.

La cuarta fue la vencida, alivio...

Llegó Miami, lugar en el cual nunca pudo ser campeón con cuatro finales perdidas en su haber. Pero el destino no quería que saldara esa cuenta pendiente porque Roger lo derrotó por tercera vez en el año, cuarta consecutiva. Otra final más en el año en la cual el mallorquín quedaba en las puertas de la victoria. Positivo el primer trimestre de 2017. Cinco torneos, tres finales, su mejor inicio de temporada desde 2013. El polvo de ladrillo esperaba a su máxima figura con los brazos abiertos. Primera parada, Monte Carlo, el lugar donde todo comenzó, donde forjó esa imbatibilidad que hoy mantiene, el sitio que en el que siempre eligió para empezar con la faena naranja.

Durísima primera ronda ante Kyle Edmund. 2h 18m de batalla que terminaron siendo por lejos el partido más complicado del torneo. El de menor ranking que enfrentó fue el que más lo hizo transpirar. El cuadro se abrió y el español lo aprovechó. No perdió más sets ni tuvo que esforzarse hasta un 5-5, todo lo contrario, supo resolver los partidos con relativa comodidad. La final ante la sorpresa Albert Ramos fue similar a las rondas anteriores, rivales sin respuestas. En sus seis partidos perdió un set y 28 games (14 games cedió en Monte Carlo 2010, catorce...). Miren con sus propios ojos los abultados resultados de Nadal en Monte Carlo.
Contento y asombrado por la cantidad de copas ganadas aquí, Nadal mostró sus sensaciones luego de un par de temporadas difíciles: “Es increíble, ganar diez veces un evento tan importante es difícil de describir. Cada año es diferente, pero al mismo tiempo es un momento único. Me siento afortunado de volver a jugar así después de estos años, me siento bien, estoy feliz. Mi motivación es jugar cada vez mejor, por ahora me veo en un buen nivel”. A la pregunta sobre cual disfrutó más de los diez, "Rafa" respondió sin dudarlo: "El primero fue muy especial, mi primer Masters1000. Es un evento que siempre ha sido especial, desde que era un niño siempre quise jugar en España y Montecarlo".

Mucho número redondo dejó el paso por Mónaco este año de Rafael Nadal. 30 años, 70 títulos ATP (quinto en la historia), 50 en arcilla (uno más que Vilas), 29° Masters1000 (uno menos que Djokovic) y 10° Monte Carlo. El trofeo significó un año más consecutivo en el cual Nadal es al menos una vez campeón ATP, igualando los 14 años de Ivan Lendl, un año menos que Federer, dueño de ese récord. Seis de esos catorce años levantando trofeos los inició siendo campeón en Monte Carlo, lugar donde logró su primer M1000. Su récord en arcilla es descomunal: 370-32, 92% de efectividad en la superficie. Atroz. El mejor de la historia en ladrillo, por escándalo.
La historia de Albert Ramos también es digna de contar. Todo empezó en Roland Garros 2016 cuando accedió a los cuartos de final. Nunca había ganado partidos consecutivos en Grand Slams desde su debut en esta categoría en 2011. Finalista ATP una sola vez en 2012, la tierra batida de París cambió su carrera. Campeón en Bastad y finalista en Chengdu en 2016, el mejor año desde que es profesional. En ascenso y con 29 años recién cumplidos, Ramos empezó 2017 siendo finalista en San Pablo y en Monte Carlo, el mejor torneo que haya disputado, con victorias ante Murray (1°) y Cilic (8°), dos de los tres Top10 a los que derrotó desde que es profesional.

Aunque poco pudo hacer en la final ante Nadal (6/1 6/3), la paliza no quita todo lo bueno que consiguió en la semana y eso lo dejó bien claro en sus declaraciones: "Él es un poco mejor que yo en todo. No es fácil jugar una final como ésta y mucho menos contra Rafa Nadal. Ha vencido algunos partidos de forma fácil, no solo la final, eso significa que está jugando bien, no su mejor tenis, pero sí a un buen nivel. Probablemente yo estuve un poco cansado, si no estás al 100% físicamente es imposible competir ante él. Sea como sea, hoy me ha devuelto de nuevo a mi realidad. Es la semana que mejor resultado hice. Hoy quizá no, pero mañana ya estaré orgulloso de mí mismo".

Daniel Vitale Pizarro

18 abril 2016

Rafael IX de Mónaco



Un festejo que se hizo esperar

Aquí es donde empezó todo. En Monte Carlo fue donde levantó su primer Masters1000. Mónaco fue la tierra donde el mito comenzó a forjarse, el lugar donde la confianza tomó niveles supremos de cara a su gran objetivo de siempre, Roland Garros. Dos años sin coronarse en el Principado fueron eternos para su príncipe. Rafael Nadal volvió a sus aposentos, a su origen como gran campeón, al lugar que vio como se gestó la 'bestia' demoledora de récords en el polvo de ladrillo más lento del circuito. Diez veces en la final y nueve títulos crearon la leyenda de 'Rafael IX de Mónaco', el mejor tenista sobre tierra batida que dio este deporte.

Dueño absoluto de la gira de M1000 sobre arcilla desde 2005 (19 títulos), su última corona había sido en Madrid 2014, casi dos años atrás. Ansiedad, nerviosismo, lesiones, contratiempos y falta de confianza mermaron el nivel del mallorquín que estuvo a escasos puntos de salir del Top10 por primera vez desde que ingresó en 2005. La primera mitad de 2015 fue cuando tocó fondo. Y se levantó. Pero tan mal acostumbró a sus fans durante una década que verlo 10° ATP era un fiasco. Incluso estando quinto en el ranking se lo masacró por su rendimiento, incomparable al de sus años en los que era imbatible.

La realeza junto a los finalistas escuchando las estrofas del himno español

Las buenas sensaciones de los entrenamientos no se reflejaban en la cancha. Desde Roland Garros 2014, había sido campeón solo en Buenos Aires y Hamburgo 2015 sobre arcilla. "Me siento mejor que el año pasado, sin lesiones y sin esa ansiedad durante los partidos, pero todavía tengo que demostrarlo con resultados", eran las palabras de Nadal a principio de temporada tras caer en primera ronda del Australian Open ante un inspirado Fernando Verdasco. Asediado por los medios, "Rafa" respondía una y otra vez que si seguía entrenando así, los resultados iban a llegar, que no era una tragedia estar Top10 y no Top3 como los aficionados estaban acostumbrados.

Y las resultados llegaron. En Monte Carlo tuvo un cuadro muy complicado. Superó a Dominic Thiem (14°), Stan Wawrinka (4°) y Andy Murray (2°), rivales que lo habían superado en esta superficie en 2015 y 2016. La final contra Gael Monfils (16°) también fue un reto porque el francés desplegó un gran tenis durante toda la semana, sin oposición, acorde con su nivel de tenis en 2016, el mejor arranque desde que es profesional. En la final de Monte Carlo, “Lamonf” jugó dos sets de alto vuelo hasta que su físico le dijo basta. 7/5 5/7 6/0 en más de dos horas intensas de partido permitieron que Rafael volviera a ser campeón en estas tierras.
El equipo de trabajo de Rafa en los vestuarios

"He trabajado duro para conseguir este trofeo. Valoro mucho más el momento, pasé por momentos difíciles. Esto es parte de la vida, que es parte del deporte. Hace un mes, en Indian Wells, fui capaz de conectar dos semanas consecutivas al más alto nivel pero no llegué a imaginarme ganando aquí. Aunque sea el noveno, me parece algo extraordinario, algo esencial que me alegra”, Rafael Nadal en conferencia de prensa, sincero como de costumbre y feliz por la obtención de un Monte Carlo más para su vitrina. Confianza es lo que le faltaba para afrontar esta gira, lo que vino a buscar aquí y lo que encontró.

Gael Monfils, lejos de amargarse por la derrota, le encontró el lado positivo y miró más allá de Monte Carlo: "Me han faltado pequeños detalles pero ha sido una final agradable, tuvo un gran nivel de tenis. De estos partidos son de los que luego sacaré grandes lecciones para seguir aprendiendo. Quiero estar realmente preparado en las próximas semanas de cara a Roland Garros". "La pantera" disputó su tercera final de Masters1000 tras las perdidas en Paris 2009-10 y estiró su racha negativa en finales ATP (5-19 su balance, 20,8% de efectividad), cómodo líder entre los tenistas activos y segundo en porcentaje en la historia de la ATP (Karl Meiler 4-14 su balance, 17,6% de efectividad).

La soltura de Gael es formidable

El francés ha llegado al menos a una final ATP por año desde 2005, doce temporadas consecutivas alcanzando un partido definitivo. Su mejor año fue 2010 con cuatro finales aunque solo triunfó en una de ellas. 14° ATP desde el lunes, supo ser el 7° en el ranking ATP en julio de 2011. Esta temporada llegó por primera vez a cuartos de final del Abierto de Australia ademas de ser finalista en Rotterdam. Si desglosamos sus derrotas en finales, tres se las propició Nadal, en dos abandonó, en otras dos perdió en el tiebreak del tercer set y en seis ocasiones cayó en el último parcial. Su último título fue en Montpellier 2014, hace más de dos años.

Daniel Vitale Pizarro

02 noviembre 2015

Insaciable


En su casa no defrauda y agradece a sus fans con besos al aire...

Semifinal de Indian Wells 2012. Roger Federer derrotaba a Rafael Nadal 6/3 6/4 y acortaba la distancia entre ambos en enfrentamientos personales (10-18). El suizo fue campeón al vencer en la final a John Isner, año que recuperó en número uno del mundo luego de la consagración en Wimbledon. Esa fue la última victoria del helvético ante su rival más difícil de su carrera hasta ayer en Basilea. El triunfo en su ciudad natal cortó una racha de cinco partidos consecutivos sin poder ganarle y casi dos años sin enfrentarse, desde las semifinales del Australian Open 2014. Pasaron casi cuatro años para que se revirtiera la tendencia española.

Doce meses después de Indian Wells 2012, en el mismo certamen, se volvieron a cruzar pero en cuartos de final y el vencedor fue el español 6/2 6/4. Casualmente, "Rafa" fue campeón en California ante Juan Martín Del Potro, en una temporada que fue notorio el desarrollo de ambos. Federer tocó el número ocho del ranking y Rafael terminó N°1 del mundo con varios récords. La final de Roma fue el escenario siguiente en el cual se vieron las caras. Finalista en Monte Carlo y campeón en Barcelona, se encontró con un rival que apenas había ganado un partido en Madrid. Paliza del mejor sobre arcilla 6/1 6/3.

Indian Wells 2012 y 2013, una victoria por lado.
Roma y Cincinnati 2013, ambas victorias para el español.

Campeón en MontrealNadal chocaba en cuartos de final de Cincinnati nuevamente con Federer. A pesar de ofrecer resistencia en el primer set, fue solo una amenaza para el futuro ganador del Grand Slam sobre cemento (MontrealCincinnati y US Open). El resultado fue 5/7 6/4 6/3, lejos de su nivel Roger, que recién encaminó su tenis y volvió a acercarse a su nivel en el Masters de fin de año. En aquel torneo, se enfrentaron en semifinales y una vez más, el de Manacor fue más que el de Basilea 7/5 6/3. El historial quedaba 22-10 al finalizar el 2013, mucha diferencia para las carreras de ambos, curioso pero real.

El 2014 los volvió a poner frente a frente en semifinales del Australian Open. Quizás el mejor Nadal sobre canchas duras ante una nueva versión de Federer, con Edberg en su equipo de trabajo, nueva táctica dentro de la cancha y raqueta diferente, aun en prototipo. Nada cambió. España a Suiza 7/6 6/3 6/3 y a la final en la que los países invirtieron sus resultados ya que Wawrinka se vengó de Nadal y debutó como campeón de Grand Slam, lesión de por medio del derrotado y nivel estratosférico del vencedor. No se cruzaron más en 2014. Recién en la final de Basilea 2015 repitieron el duelo que cambió el tenis en el nuevo milenio.

El Masters 2013 y Australian Open 2014, las últimas victorias de Nadal sobre Federer.

Tres años, siete meses y diez días esperaron los fans para que Roger Federer pueda ganarle a Rafael Nadal. Y fue en el patio de su casa, en Basilea. Siempre dominador el suizo pero con el respeto que siempre le tuvo, titubeó en el segundo set pero a base de primeros saques, idas a la red y agresividad desde el fondo, se llevó el partido, el título y nuevamente el número dos del mundo. Nadal luchó como siempre, incomodó pero no le alcanzó. No llega como antes a los ataques y esos microsegundos que le permitían devolver una bola más y poner a la defensiva a sus rivales, ya no los tiene, y lo sufre en los partidos apretados.

"Estoy muy contento de cómo jugué. Ha sido un día muy especial y una de las mejores semanas mías en Basilea, considerando todo lo que he pasado aquí”, dijo Federer luego de recibir su séptimo título en Basilea, el sexto trofeo ATP del año y el N°88 en lo que va de su carrera. Achicó el historial de finales entre ellos (7-14) y de enfrentamientos personales totales (11-23). Los siete títulos en Suiza igualan la cosecha que ostenta en Wimbledon, Cincinnati y Dubai, debajo de los ocho conseguidos en Halle. En cuanto a finales, las doce en Basilea son inalcanzables para cualquier jugador en cualquier torneo. Los más cercanos: Vilas en Buenos Aires (10) y él mismo en Wimbledon y Halle (10).

El campeón muestra su trofeo y el subcampeón sostiene su plato.

Federer ganó al menos seis títulos en una temporada por séptima vez, misma suma que en 2012. Brisbane, Dubai, Estambul, Halle, Cincinnati y Basilea, más las finales en Indian Wells, Roma, Wimbledon y US Open, llegó a la cifra de diez definiciones ATP al igual que en 2012. Es el séptimo año que llega al menos a diez finales del circuito en año calendario, lo que muestra la vigencia y el alto nivel sostenido a lo largo de su carrera. Top6 ATP entre 2002-2015 (6° dos años, 3° un año, 2° cinco años y 1° cinco años) tiene asegurado el Top4 en 2015, otra marca más.

“Quiero felicitarlo por la victoria. He perdido la final ante Federer en una superficie en la que solo le había ganado una vez en mi carrera y él está teniendo un año fantástico. Aquí jugaba en sus condiciones favoritas y además en casa, aun así he perdido en tres sets por unos detalles. He estado muy bien durante toda la semana, con muchos aspectos positivos de mi juego y de mi mentalidad”, se sinceró "Rafa" tras su 98° final ATP en su carrera (67-31), sexta del año (3-3). Seis del mundo, sin lesiones, sus apenas cuatro victorias ante el Top10 resaltan en su palmarés, un triunfo menos que en 2005. Además acumula 18 derrotas, su peor registro anual desde que es profesional.

@DanielViPiTenis
Daniel Vitale Pizarro

12 octubre 2015

Inexpugnable


Reverencia a la gente

El diccionario de la Real Academia Española define "inexpugnable" con tres acepciones: "Que no se puede tomar o conquistar por las armas", "Inaccesible o de acceso muy difícil" y "Que no se deja vencer ni persuadir". Cualquiera de las tres (o las tres) encajan a la perfección con el momento que está atravesando Novak Djokovic en el circuito. Ya iremos a las estadísticas puras pero como anticipo, conquistó Beijing este fin de semana por sexta vez en seis participaciones y lo hizo ante Rafael Nadal 6/2 6/2 en una hora y media. Lo demolió, especialmente en el segundo set. 29 victorias sobre 29 partidos en la capital china para el serbio...

Menos de cuatro games perdidos por partido acumuló Djokovic (18 en total) durante toda la semana en Beijing (récord 2015). 6/1 6/1 a Simone Bolelli, 6/2 6/1 a Ze Zhang, 6/2 6/2 a John Isner (13°), 6/2 6/3 a David Ferrer (7°) y 6/2 6/2 a Rafael Nadal (8°). Trituró a sus rivales. No los dejó jugar. Servicios, derechas, reveses, cortadas... le salió todo. En los pocos momentos de tensión por los que pasó, siempre salió airoso, con tiros profundos, dominando a sus rivales sin importar sus características. Novak eludió la contaminación en el aire con mucha destreza y volvió a hacerse fuerte (invencible) en el torneo que más veces lo vio ser campeón.

Un ídolo de masas que aporta para la causa

"Me las arreglé para mantener la calma, seguir con el plan de juego agresivo y hacer que se mueva. Funcionó muy bien. Creo que mantuve ese nivel de agresividad y el poder en mis golpes. Supe que con el tiempo él iba a cometer errores y dejar bolas cortas para que yo pudiera dominar los puntos. El saque me ayudó mucho, más del 80% de primeros servicios, siete aces y terminando la acción winners, eso me funcionó muy bien durante toda la semana, me ayudó a ganar muchos puntos gratis", un análisis perfecto de la semana de "Djoker" explicada por él mismo, minutos después de consagrarse en en el país asiático.

El historial de enfrentamientos personales entre Nadal y Djokovic es la rivalidad más veces disputada de la historia, que se vuelve cada vez más igualada. 23-22 adelante el español, aunque permanece abajo en finales entre sí 10-13. El trofeo de Beijing significó el 56° de "Nole" en su carrera ATP en 82 finales disputadas. En 2015 compitió en trece torneos de los cuales en doce alcanzó la final y en ocho fue campeón. Números absurdos. Solo cayó antes del partido por el título en cuartos de final de Doha ante Karlovic en el primer certamen de la temporada. ¡68 victorias en 73 partidos, 93% de efectividad! Número uno del mundo por escándalo.

Intentó dar pelea ante un rival que está jugando a otra cosa.

En líneas generales, Nadal fue de menos a más en la ciudad donde fue campeón olímpico en 2008. Su mejor partido fue la final, aunque los número digan lo contrario. Fue sorteando contrincantes con dificultades e incluso con su juego irregular característico del 2015. Jack Sock fue el que le trajo más problemas en cuartos de final, partido que tuvo que remontar. Contra Djokovic tuvo varias oportunidades para quebrar y equiparar el juego en el primer set pero el serbio no lo dejó. El español alcanzó su quinta final del año (3-2), la primera sobre cemento. En total acumula 97 finales (67-30), sexto en la lista histórica de más definiciones ATP en la Era Abierta.

"Rafa" comentó en unas lineas su actuación en la final: “Creo que para el primer set, ese 6/2 fue demasiado, tuve muchas oportunidades. Luego en el segundo set los dolores en mi pie derecho me hicieron perder un poco la concentración”. Nadal fue atendido al comienzo del segundo set por un dolor en el pie derecho, lo que asustó a todos. Pero a pesar de los dolores y la final perdida, el manacorí fue positivo sobre su semana: "Estoy feliz de cómo he jugado. Todas las mejoras son importantes, incluso las pequeñas, y creo que esta semana he mejorado muchas cosas, saco mucho de positivo de esta semana”.
Fuera de la deportivo, aunque con incidencia directa en el juego, este año se palpó la contaminación alarmante en el aire de Beijing. Varios fueron los jugadores afectados durante la semana de tenis por este problema ambiental que aqueja a esta ciudad hiper industrializada. Los niveles de polución preocupan a los habitantes y sobre todo a turistas o personas que deben asistir a Pekin por diversos compromisos. Estudios de la Universidad de Beijing afirman que por la contaminación, la ciudad es "casi inhabitable para los humanos". El smog es tan denso que no solo no deja ver con normalidad, sino que afecta la salud humana al respirar ese aire altamente contaminado.

Martin Klizan fue el más efusivo en redes sociales contra el ATP500 chino, alegando ataques de tos y vómitos tras su partido ante Fognini. Hasta publicó una foto suya con barbijo. Otro afectado fue Jo-Wilfried Tsonga que pidió asistencia médica en medio de su partido por mareos, producto de la falta de aire limpio en su cerebro. Estos atisbos de denuncia contra el torneo no tuvieron ninguna respuesta por parte de las autoridades. Para peor, la nueva política de la ATP limita los "comentarios publicados" por una posible “conducta contraria a la integridad del deporte” contra torneos, jueces, jugadores y sponsors involucrados en el tenis profesional. El dinero manda...

Daniel Vitale Pizarro

03 agosto 2015

Nadal venció a Nadal


Hamburgo no es un torneo de tenis más en el circuito. Allí, en la cancha central, apuñalaron a Mónica Seles en 1993. Allí, diez años después, Coria Gaudio se pelearon a las trompadas en los pasillos del vestuario. Allí, Rafael Nadal perdió por primera vez en arcilla ante Federer en 2007, aunque al año siguiente lo derrotó ¿Alguien se hubiera extrañado si pasaba algo en 2015? A la "taquicardia" manifestada por Nadal en semifinales ante Seppi, que por suerte fue un susto, se le sumó la fuerte discusión que tuvo con Fognini en la final, en la que el italiano esbozó un "no me rompas las huevos" en un perfecto español que quedará en la memoria de todos.

"Rafa" decidió a último momento disputar el ATP500 de Hamburgo porque según sus palabras perdió más partidos en estos seis meses que en los últimos diez años. El wildcard de la organización le permitió alargar su temporada en arcilla. Llegó a Alemania con solo un título sobre polvo de ladrillo, algo que no le sucedía en esta época del año desde 2003. El cuadro no presentaba grandes dificultades pero sí jugadores peligrosos. Sin Top20, era sin dudas el gran favorito por historia y ranking. Con más dudas que certezas llegó a semifinales donde lo esperaba Andreas Seppi. 6/1 2-0, todo controlado para el mallorquín, hasta que un dolor en la zona de las costillas lo obligó a parar.
Hamburgo 2007 y 2008

Partido interrumpido, masajes, elongaciones y una pastilla lo devolvieron al partido para que concluyera su faena 6/1 6/2. En conferencia de prensa, el español aclaró el susto que se llevaron él y sus fans: "Finalmente no fue una taquicardia como creí durante el partido. No fue ningún gran problema. Me dio un tirón en un músculo en la zona de las costillas que me impedía respirar normalmente y así no podía seguir. Afortunadamente el medicamento (Spasmoctyl) respondió de inmediato". Su rival en la final era Fabio Fognini, el mismo que lo había derrotado en dos ocasiones esta temporada. Y los inconvenientes para Rafael no cesaron.

La victoria no iba a ser sencilla. El italiano iba a vender cara su derrota. Cansado de las indicaciones del Tío Toni para su pupilo desde las gradas durante todo el partido, se cruzó con Nadal al final del segundo set en una mini discusión en la que culpó a Toni por hacer "siempre lo mismo" y al Juez de Silla por no hacer nada al respecto. Incluso lanzó un "no me rompas las bolas" en perfecto castellano, más argentino que español. Pasado el inconveniente entre ambos, el actual diez del mundo quebró el servicio de "Fogna" y se llevó el trofeo de campeón a España, tercero del año, segundo en Hamburgo, 47° en arcilla de 67 totales. Cifras descomunales.
Más clarito que el agua

Pero eso no fue todo. Micrófono en mano para decir unas palabras antes de recibir el trofeo, comienza a hablar y de repente aparece un calambre, otro obstáculo más que no le impidió jugar con normalidad pero si hablar con el público. Nadal elonga su cuádriceps derecho y sigue su discurso poscampeonato. La tensión liberada luego de un partido duro en lo físico y mental provocó un calambre tardío, un síntoma que lo aquejó en varias oportunidades ya sea durante la entrega de premios del Australian Open 2012 o varios minutos después sentado en plena conferencia de prensa en el US Open 2011. Está más que claro que la mente de "Rafa" domina por escándalo a su físico.

Los calambres pospartido ya son un clásico del español

Sin calambres ni encontronazos verbales, Nadal reflexionó sobre su presente en conferencia de prensa: "Venía de ciertos altibajos y durante todo el torneo fui a más. He tenido una regularidad y una estabilidad que me han faltado durante varios meses esta temporada. Después de un año complicado, un título así es emocionante, me ayuda a estar mucho más tranquilo. Ahora hay que intentar que esta victoria me dé confianza y tranquilidad para hacer una buena gira en Estados Unidos. Esta victoria me da 500 puntos que me permiten tener una ventaja de 1500 puntos muy importante con el actual noveno en la 'Race'. Espero poder mantenerla y estar en Londres, el objetivo de la temporada".

A pesar de no tener una temporada como nos tiene acostumbrados, el manacorí sigue asombrando al público y derribando marcas que parecían inalcanzables hace algunos años. Este título significó el 65° al aire libre, récord compartido con Roger Federer. Además igualó a Federer en otro ítem. Ambos ganaron al menos tres títulos durante once años consecutivos, solo superados por los doce años de Lendl y los trece de Connors, con el aliciente de que Jimmy ganó al menos cuatro por temporada. De otro planeta. Volviendo a Nadal, quedó a solo dos cetros sobre arcilla de alcanzar a Guillermo Vilas que acumuló 49 en su vasta trayectoria, por ahora récord.

Daniel Vitale Pizarro
@DanielViPiTenis

15 junio 2015

La superficie es lo de menos


"No es como un KIA, pero no está mal".

Pasaron cuatro años para volver a ver a Rafael Nadal en una final ATP sobre hierba. Wimbledon 2011 había sido la última cuando fue derrotado por Novak Djokovic. Cinco victorias y cinco derrotas en césped era su récord desde aquella final perdida en el All England hasta esta temporada, números pobres si tenemos en cuenta sus resultados previos a estos años: campeón en Wimbledon 2008 y 2010, finalista en otras tres ediciones y campeón en Queens 2008. El español iniciaba la gira de pasto en Stuttgart, certamen que debutaba en la superficie más antigua y que ganó en 2005 y 2007 pero cuando se jugaba sobre polvo de ladrillo.

Dos Top10 participaron en el ATP 250 alemán: Nadal y Cilic. El croata, con dos finales en hierba (1-1), se quedó en semifinales ante Troicki, y "Rafa" superó a Monfils en esa instancia para llegar a la final. El historial entre ellos estaba 4-0 en favor del nacido en Palma de Mallorca y esta no iba a ser la excepción. Apretado primer set, se definió en el tiebreak por dos errores de Viktor. El segundo parcial fue más holgado en cuanto al resultado porque Rafael no bajó su intensidad, aprovechó rápidamente la oportunidad de quiebre y terminó con las ilusiones serbias. 7/6 6/3 fue el marcador final en Stuttgart, en el inicio de la gira "verde". Esta temporada se extendió una semana más, lo que permitió que Halle y Queens sean ATP 500 y por ende, tengan una mejor posición en el calendario.

La clave de su juego esta semana

Nadal se mostró esta semana con confianza, sin titubeos en los momentos de tensión y agresivo cada vez que pudo. Pero el punto más alto en su juego fue su servicio. En la final conectó once aces y ganó un 85% de los puntos que disputó con su primer saque. Durante toda la semana, perdió solo tres veces su servicio, estadísticas que lo equiparan con grandes sacadores. Es verdad que enfrentó a un solo Top20 en su camino al título pero su nivel es positivo si tenemos en cuenta los últimos años del manacorí en la superficie y su rendimiento en 2015. Sin ir más lejos, el año pasado cayó en primera ronda en Halle y octavos de final en Wimbledon...

Stuttgart significó el título número 66 en la historia del español, segundo del año en tres finales disputadas. En 2015 fue campeón en Buenos Aires y finalista en Madrid. En césped fue el cuarto cetro conseguido. Los 62 restantes los consiguió en arcilla (46) y en cemento (16), y dos de ellos los obtuvo bajo techo (San Pablo 2013 -ladrillo- y Madrid 2005 -cemento-). Además cosecha al menos dos títulos ATP por año desde el 2005, once temporadas consecutivas, algo que pocos tenistas en la historia pueden ostentar.

Volvió a conquistar el césped

Sin ocultar su falta de confianza evidente en lo que va de la temporada, Nadal se mostró auténtico ante los micrófonos, como de costumbre: "Estoy muy contento, un título muy especial al ser en hierba. Son muy buenas noticias para mi juego y mi mentalidad. A estas alturas de temporada, cualquier título es muy importante para mi confianza. Estoy más relajado, positivo y tengo más confianza en mí mismo. El último mes y medio he vuelto a tener una buena sensación en la pista y eso es positivo para mí y para mi futuro".

El finalista Viktor Troicki está teniendo una gran temporada, el año en el que volvió a los primeros planos del circuito. Campeón en Sydney a principio de 2015, a los 29 años alcanzó su séptima final ATP (2-5), la primera sobre césped. 25° en el ranking, se acerca a su mejor posición histórica (12°), lograda en 2011. Superada la suspensión, el campeón de la Copa Davis 2010 no paró de subir puestos y de superarse a si mismo. Fuera del Top100 a comienzo de temporada, hoy se acerca al Top20 con una final en un superficie distinta al cemento, su preferida, apenas en seis meses de circuito. Lo mejor está por venir...
Blanco impoluto y gafas, el look elegido por Troicki

El trofeo levantado por Rafael Nadal en Stuttgart fue el décimo en la historia para el tenis español en hierba. El primero fue obtenido por Andrés Gimeno en Eastbourne 1972. Desde aquel triunfo, España tuvo que esperar 36 años para volver a tener un campeón sobre pasto. El sucesor de Gimeno fue justamente Nadal en Queens 2008. A partir de esa temporada, la mentalidad de los españoles en la superficie y la merma en la velocidad en comparación a otras épocas, ayudó para que los ibéricos tengas mejores resultados.

Cuatro trofeos de Rafael Nadal (4-3), dos de David Ferrer (2-0), dos de Feliciano Lopez (2-1), uno de Roberto Bautista Agut (1-0) y uno de Andres Gimeno (1-1), más las finales de Guillermo García Lopez (0-1) y Fernando Verdasco (0-1), completan las 17 finales del tenis español en césped. Un trofeo en 1972 y ocho entre 2008 y 2015, marcan la tendencia actual en contraposición a la de antaño. Y esa cantidad puede aumentar ya que aun faltan cinco torneos en hierba esta temporada, año extenso sobre la superficie en comparación a temporadas anteriores con un certamen más en el calendario y una semana más de competición. ¡Enhorabuena España!

Daniel Vitale Pizarro

11 mayo 2015

¿Candidato en Roland Garros?



Kim, son muchas chicas alrededor de un recién casado (?)

Muy pocos apostaban por Andy Murray campeón de Madrid. Muchos menos aun que lo lograría ante Rafael Nadal, en su país y con semejante resultado (6/3 6/2). El escocés jugó tácticamente el partido ideal. Ayudado por la inconsistencia del español, se llevó su primer Masters 1000 sobre arcilla, el segundo torneo ganado por Andy en la superficie más lenta del planeta. El título en Munich, su debut en el polvo de ladrillo la semana pasada, le dio la confianza suficiente para desembarcar en España con las expectativas bien altas. Comandado por Amelie Mauresmo, a sus 27 años y sin molestias en su bendita espalda, el actual número tres del mundo le propició a Nadal una de las peores derrotas de su carrera en tierra batida (Gaudio en Hamburgo '03 y Rochus en Mallorca '02: 6/2 6/2).

No disputó Monte Carlo e inició la temporada de canchas lentas directamente en Munich, ciudad en la que fue campeón por primera vez en la superficie. Bautista Agut y Philipp Kohlschreiber le sirvieron para medirse de cara a los tres compromisos siguientes. Madrid fue la primera escala y el entrenamiento previo a la gira europea empezó a dar sus frutos. Antes de este certamen, Murray solo había derrotado a un Top10 sobre polvo de ladrillo (Davydenko en Monte Carlo 2009) y en Madrid hizo lo propio con tres integrantes del selecto grupo. Raro pero real. Exnúmero dos del mundo, dos veces semifinalista de Roland Garros, otras dos Monte Carlo y una vez en Roma, hace más extraño todavía esa única victoria sobre arcilla contra un Top10.
Otra dupla exitosa en su carrera

Andy demostró una gran intensidad ante Kei Nishikori en semifinales, rival de fuste, actual bicampeón de Barcelona y finalista de Madrid 2014. Su devolución, el ritmo impuesto desde el fondo de la cancha y la propuesta de un tenis más agresivo en términos generales, dejó a Nadal sin chances durante la final. Lo pasó por arriba. Los ya no tan extraños errores de "Rafa" se sumaron a la profundidad, los reveses paralelos y la mejora del segundo saque del británico. El resultado habló por si solo. 6/3 6/2 para el nacido en Dunblane para que el trofeo cambiara de dueño. El campeón defensor nunca impuso condiciones durante el encuentro y Murray supo aprovecharlo.

"Serví un poco diferente mi segundo saque. Viendo las estadísticas del partido, vi que gané el 81% de segundos saques, creo que esa puede haber sido lo que ha marcado la diferencia en el partido. Llevo intentando desarrollar un juego más agresivo todo el año aunque a veces no es fácil ya que no puedes atacar siempre. Esto es algo que ya demostré en Australia y Miami", fue el breve análisis del campeón luego del partidazo jugado en la "Caja Mágica" ante el favorito del público, por la localía y la historia.

Manolo Santana y la Reina Sofía cediendo protagonismo

Pero la derrota de "Rafa" no opacó su mejora en cuanto al nivel demostrado durante la temporada. El partido ante Berdych debe servirle para imitar y poner en práctica en Italia y Francia. Las 94 finales alcanzadas aquí siguen agigantando el monstruo y demuestran su vigencia. Roland Garros en el horizonte y Roma en días, las dos pruebas que quedan para ver reflejado en el ranking el nivel actual de Rafael. Entre ambos torneos defiende 2600 puntos de los 4990 que acumula en total, certámenes bisagra en medio de una temporada bastante irregular para él.

Rafael Nadal cayó esta semana al séptimo lugar del ranking ATP. No salía del Top5 desde el 2/5/2005, fecha en la que casualmente también era siete del mundo. Además alcanzó las cuatro derrotas en un año sobre arcilla, suma que no acumulaba desde el 2004. Preocupa no solo en los números, también lo hace dentro de la cancha porque su nivel de confianza repercute en su juego. No consigue la profundidad necesaria para dominar los puntos por lo que queda expuesto ante sus tiros cortos. Le cuesta mantener la intensidad sin fallar ante los rivales de peso, una de sus virtudes a lo largo de su carrera.
Letal con ese golpe

El nacido en manacor expresó sus sensaciones sobre la final perdida: "Tuve un nivel malo, pero de errores, de querer hacerlo bien, de tener nervios. Cuando el partido empieza tan mal, si viniese de jugar bien durante meses, no pasa tanto, pero al venir de tanta inestabilidad, he perdido esa confianza desde el principio. Mi sensaciones eran buenas, pero me he liado mucho con el revés. El revés ha sido la gran carga que me ha impedido competir de manera lógica y eso me ha perjudicado mucho en todo lo demás. No lo llevé a esa sensación de agobio: ha tenido mucha facilidad en el resultado".

Munich y Madrid significaron las primeras finales en arcilla de Murray y por ende sus primeros títulos. Hasta esta temporada, el escocés nunca había disputado siquiera una final. El título en España significó el número 33 en su carrera, igual que Arthur Ashe y Mats Wilander (19° en la historia). Diez de esos trofeos son Masters 1000. Invicto en 2015 en tierra batida (9-0), se planta como favorito para Roma y porqué no para Roland Garros. Los resultados lo avalan para que se lo considere entre los candidatos para el segundo Grand Slam del año. Además, en Madrid se unió a Federer, Djokovic y Zeballos en ser los únicos en derrotar a Nadal en una final sobre polvo de ladrillo. ¿Nada mal no?

Daniel Vitale Pizarro

09 junio 2014

Otra Doble Falta


Tranquilo Bjorn, tu trofeo está en buenas manos

Novak Djokovic al servicio en el cuarto set, match point abajo. Segundo saque. Doble falta y un trofeo más para Rafael Nadal en París. Si, aunque parezca mentira, no describí la definición del domingo, sino la de 2012. Como si estuviera guionado, el desenlace fue el mismo, con la diferencia que el campeón sumaba hace dos años su séptima "Copa de los Mosqueteros". Y en 2014 fue la NOVENA. Un número que asusta y que pone al español no solo entre los mejores tenistas de todos los tiempos, sino entre los deportistas más destacados de la historia, sin discusión. Y no es para menos si revisamos su palmarés, con 28 años recién cumplidos y varios más por delante como profesional o hasta que él se lo proponga (o su físico).

Pasaban los partidos y el cuadro se iba abriendo. "Rafa", a su ritmo, avanzaba a paso firme. Sin mayores complicaciones, el duelo de cuartos de final ante David Ferrer, su verdugo en Monte Carlo semanas atrás, aparecía en el camino como el primero de peligro. Un set y algunos games duró la intensidad de "Ferru" que se desplomó tras perder el segundo set. Fue el primer parcial que perdía Nadal en el certamen. En semifinales, por la pronta eliminación de Wawrinka en primera ronda, su rival era Andy Murray. El escocés, que desde su vuelta al circuito tras su operación lumbar no accedió a ninguna final en 2014, en Roma había anunciado su "amistad" con el polvo de ladrillo al sacarle un set y poner contra las cuerdas al manacorí. Pero a cinco sets nada de eso sucedió. Fue una paliza tenística en sets corridos 6/3 6/2 6/1 y la novena final para el ocho veces campeón hasta ese momento.
Consuelo de campeón

La final soñada (y esperada) por todos, se hizo realidad cuando Djokovic selló su pase al derrotar a la sorpresa del torneo en semifinales, el letón Ernests Gulbis en cuatro sets, bajo un sol que lastimó los físicos de ambos. Djokovic-NadalNadal-Djokovic, el duelo más disputado de la historia, iba a sostener otra batalla, la número 42 y la sexta en Roland Garros (5-0 para Rafael). La incógnita era el presente entre ambos porque a pesar de no ser el favorito por la historia de cada uno aquí, Djokovic acumulaba cuatro victorias al hilo ante el campeón defensor, la última, semanas atrás en la final de Roma. Parecía que Novak tenía la fórmula para derrotarlo por primera vez en su carrera en el Bois de Boulogne, pero...

Primer set para el serbio. Dominó desde cualquier punto de la cancha y neutralizó el venenoso topspin del español con golpes firmes por encima de sus hombros con su revés. La final empezaba con buen gusto para Novak. El segundo set fue el más parejo y un quiebre de Rafael en el 5-6 igualó el partido. "La fiera" pasó a controlar el encuentro. Colorado por el calor y el agotamiento, ahogado por el intenso ritmo de los dos primeros sets, el número dos del mundo fue una sombra durante el tercer set y el marcador señaló un 6/2 en su contra. Lejos de rendirse, el cuarto set fue un tire y afloje. Quebró Nadal, recuperó Djokovic y el serbio sacó 4-5, match point abajo para no perder, misma situación que en 2012 y... otra doble falta. Game, set and match Nadal.
Su equipo lo es todo

"Rafa", llorando, se subió a la tribuna a saludar a los suyos. Ovación pie y aplausos prolongados para ambos. Por la interminable aclamación del público durante la entrega de premios y la decepción de caer una vez más ante el mismo rival, Djokovic también derramó alguna lágrima demostrando que aunque no parezca, son personas normales. El desahogo del campeón al ganar la copa una vez más, se evidenció cuando levantó la copa y comenzó a sonar el himno de su país, con los ojos empapados y vaya uno a saber las cosas que se la pasaban por la cabeza en ese momento. "Es la final de Roland Garros que más he sufrido", esbozó tras su triunfo el número uno del mundo.

La final no solo definía al campeón de Roland Garros 2014. Estaba en disputa el N°1 del mundo, la novena conquista para Nadal o la primera para Djokovic, trofeo que le permitía completar el "Grand Slam" de carrera, al tener en sus vitrinas al menos una copa de los tres "Majors" restantes. Los condimentos en la antesala del partido eran muchos, con la incertidumbre del nivel de "Rafa" tras una gira de arcilla con más dudas que certezas y con un "Nole" rebosante de confianza. Pero todo fue como siempre. Dominando o dominado, atacando o defendiendo, agotado o fresco, el ganador siempre es el mismo, siempre es Nadal.

Las lágrimas de alegría luego de la batalla

Luego del festejo, Nadal dejó en claro un par de conceptos tras su coronación: "Quiero disfrutar este momento porque sé del trabajo que se requiere para poder estar aquí. Ser capaz de ganar 10 años seguidos un Grand Slam tiene el mérito de ser mentalmente fuerte de cabeza y estado físico durante mucho tiempo. Me da satisfacción personal", y agregaba sobre la situación al final del partido: "Estaba muy cansado físicamente. En un quinto set no sabría lo que hubiese pasado". Más tarde se supo que sintió calambres en sus gemelos y que pidió suero al finalizar el encuentro. Su mentalidad está más allá de su físico y por eso consiguió el triunfo. No busquen adjetivos calificativos, no hay.

Decepcionado pero tranquilo porque dejó todo para llevarse la victoria, micrófono en mano, Djokovic se expresó: "Así es el deporte. Este tipo de partidos importantes sacan lo mejor de los jugadores. Y por supuesto que es un gran desafío. Intenté hacer lo mejor y no fue tan bueno como en Roma hace algunas semanas. Pero no es la primera vez que vivo esta experiencia. Hay que poner las cosas en perspectiva y ver de dónde vengo y qué estilo de vida tengo. Es una bendición. La apreciación de la gente al final del partido me da más fortaleza y motivación para volver e intentarlo hasta el final de mi carrera para lograr al menos un título". Sin tiempo para la angustia, al menos corporal y dialécticamente, parece no haberle afectado tanto la derrota, y como gran campeón que es, puso a Wimbledon como su próxima meta, certamen que lo vio campeón en aquel encumbrado 2011 frente a su rival aquí.
Los números de Nadal no dejan de asombrar y aumentan con el paso del tiempo de forma abrupta. Alcanzó a Sampras y a Borg con 64 títulos ATP (quinto puesto histótrico), 14 de ellos son Grand Slams (empata con Sampras en el segundo puesto, tres menos que Federer). Es el cuarto trofeo del año en seis finales, con un récord de 41-6 en el año y la corona N°45 sobre arcilla, a una del récord de Vilas sobre la superficie naranja.

Los nueve festejos de Rafa. Sin precedentes...

El noveno Roland Garros le permitió mantener el N°1 del mundo y sumar 139 semanas en esa posición (sexto puesto en la historia), lejos aun de las 170 de McEnroe. Además, quedó a una victoria de ingresar al "Club de las 700" (184 son en Grand Slam). 66 partidos ganó en Roland Garros, con solo una derrota, ante Robin Soderling. El sueco es el único verdugo en las diez presentaciones en París del campeón. Con dos finales consecutivas en la arcilla francesa, aun sigue con pronóstico reservado su vuelta al circuito, ausente por una mononucleosis desde 2011 tras ser campeón en Bastad en su país.

Daniel Vitale Pizarro