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13 agosto 2018

Ochenta


Montreal 2005 fue el primer Masters1000 que conquistó Rafael Nadal sobre superficie dura. Su rival fue Andre Agassi, 16 años y 35 días mayor que el español, diferencia de edad récord para una final de M1000 desde la creación de este tipo de certámenes en 1990. Trece años después, en Toronto (torneo canadiense con sedes rotativas), Nadal obtuvo su noveno Masters1000 sobre cemento ante un rival 12 años y 70 días menor que él, Stefanos Tsitsipas. El tenis del español tomó vuelo a partir de ese 2005 y el 2018 del griego parece que será el año del puntapié para pelear por los puestos de vanguardia del circuito ATP.


Stefanos nació en Atenas (Grecia) hace exactamente veinte años. Campeón de Wimbledon junior en dobles y número uno de la categoría en 2016, el griego dueño de un tenis clásico con empuñaduras de otra época se abrió camino en el tenis profesional ese mismo año, pero las victorias a nivel ATP no llegaron hasta un año después. Su rápida adaptación al tenis profesional lo depositó en semifinales de un ATP250 (Sofía) en su segundo torneo en el cual había obtenido victorias ATP. Esos cuatro triunfos ATP más buenos resultados en Challengers permitieron que terminase el año Top100, lo necesario para evitar las clasificaciones durante los primero torneos de la temporada siguiente.

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En su primer año como Top100, con 19 años Tsitsipas alcanzó su primera final ATP en el ATP500 Barcelona con victorias resonantes ante Dominic Thiem (7°) y Pablo Carreño Busta (11°) antes de caer frente a Rafael Nadal (1°). Su nombre apareció en las portadas deportivas de todo el mundo. ¿Quién era el joven griego que le plantó cara a Nadal en su país? Los aficionados aprendieron rápido a pronunciar su complicado apellido. Una semana más tarde, en Estoril (Portugal), logró su segunda victoria ante un Top10 contra Anderson (8°) antes de caer en semifinales versus el local Joao Sousa, a la postre campeón del torneo. 


Semifinalista en Washington con triunfo ante David Goffin (11°), llegó a Toronto con buenas sensaciones tenísticas. Sin ser preclasificado, el sorteo no lo benefició en absoluto pero eso no impidió que avanzara hasta la final eliminando a cuatro Top10 en fila. Sí, a cuatro: Thiem (8°), Djokovic (10°), Zverev (3°) y Anderson (6°). El límite fue el mismo de Barcelona, Rafael Nadal (1°). Tsitsipas perdió el título pero se adjudicó el récord del jugador más joven en vencer a cuatro Top10 de manera consecutiva, marca que le pertenecía al propio Nadal. El día de su cumpleaños número veinte no pudo regalarse el trofeo pero sí una semana para el recuerdo de él y de todos.

"He tenido la mejor semana de mi vida. Estoy viviendo un sueño, jugando en un nivel asombroso y lo estoy disfrutando más que nunca. Vencer a cuatro Top10... nunca me hubiera imaginado que iba a hacerlo en un solo torneo. Solo necesitaba creer en mí mismo y sentirme confiado para jugar contra ellos. Es un gran logro para mi, pero a la vez sigo hambriento. Creo que puedo conseguir muchas más cosas este año. Aunque haya perdido hoy, siento que con mi juego puedo ganarle a buenos jugadores. Soy agresivo pero agresivo con seguridad. Siento que nunca estoy perdiendo y que siempre estoy ahí", eran las sensaciones del subcampeón de Toronto posderrota, caída que lo ubicará 15° ATP.


La sensación del torneo fue Tsitsipas pero el campeón fue Nadal. Qué decir de 'Rafa' que no se haya dicho. De menos a más, como nos tiene acostumbrados en las citas importantes, el español toma ritmo a medida que pasan las rondas y se vuelve invencible. Físicamente al 100% es muy difícil verlo perder. La intensidad que impone dentro del rectángulo de juego es infernal e impresiona como disputa los puntos importantes. Lidia con la presión como nadie, parece no afectarle. Aunque por dentro dice sentirla, por fuera no se nota y los rivales lo sienten. Nadal es mentalmente único e irrepetible, el mejor de todos, y la prueba está en su actitud en las derrotas, videos que en todas las escuelitas de tenis del mundo deberían repetir hasta el cansancio.
Nadal no concibe la frustración, o al menos la procesa en segundos. El tenis es un deporte de porcentajes y quien menos falla es el ganador. El 80% de los puntos ganados son por errores del rival, forzados o no forzados, pero errores al fin. El autocontrol, eso que Nadal domina a la perfección, es lo que le permite no regalar puntos, games y sets a su rival. La dureza mental hace que rinda bajo presión y por ende, asfixia a sus rivales, que no encuentran explicación a su alto nivel en los momentos claves de un partido. El de manacor domina mentalmente a sus contrincantes, "se les mete en su cabeza" e inconscientemente los obliga a fallar. Tan increíble como real.

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"Rafa" lo tiene muy claro: "Cuando pierdes los nervios, el otro te ve mucho más débil. Con el autocontrol dejas de regalar partidos. En mi cabeza hay dudas siempre, ese es mi sentimiento. No soy una persona segura de sí misma en ninguna cosa de la vida. No soy una persona decidida en casi nada. Me cuesta mucho tomar decisiones… pero cuando juego, en los momentos importantes, tengo la determinación de hacer algo. Mi cabeza, en los momentos de presión, en los momentos importantes, me ha respondido bien la mayoría de las veces. Hablemos claro. Mi cabeza me ha permitido jugar de la manera que yo creía que tenía que jugar y no me ha impedido hacer lo que yo creía que tenía que hacer: eso es lo que pasa cuando tienes nervios, cuando te supera la situación".

Daniel Vitale Pizarro

21 mayo 2018

Una mente brillante


“Cuando ha ocurrido la suspensión por la lluvia no he sentido que pudiera llegar a beneficiarme. Por supuesto, analizando la jugada ahora fríamente, es obvio que me ha ayudado. Me ha servido para regresar a la pista con las ideas y la táctica mucho más claras. La verdad es que he tenido suerte de devolverle el break justo después del receso, entonces he comenzado a jugar de manera estratégica y con determinación, lo que habíamos hablado con Francis Roig en los vestuarios durante el parate”, se sinceraba Rafael Nadal en conferencia de prensa postítulo en Roma, el octavo trofeo en la capital italiana en diez finales disputadas en el Foro Itálico.
6/1 1/6 1-3. Lluvia. Menos de diez minutos y el partido se reanuda. "Rafa" gana su game de servicio y el partido se vuelve a suspender por la cantidad de agua que caía del cielo romano. Casi una hora después retomaron el encuentro. Zverev servía 3-2 pero ya nada sería igual. El dominio implacable del alemán desapareció. Los inexistentes fallos y los winners desde todos lados se fueron con la lluvia. El pulso le tembló y Nadal lo aprovechó. Con la experiencia suficiente como para afrontar diez parates más por inclemencias del tiempo, volvió como al inicio del partido, como si nada hubiera pasado, como debe ser. Como a los grandes campeones, no le pesó dar vuelta el encuentro.
Es que la actitud de Nadal frente a un encuentro se eleva según la dificultad del mismo. Mientras más dificultad, mejor juega; mientras más lo exige el rival, mejor rinde, así de simple y así de complejo llevarlo a cabo. Es la mejor mente que dio el deporte individual, cualquiera sea, más allá del tenis. Tiene plan A, B, C, D o los que el partido necesite para poder ganar. Rafael va a intentar ganar siempre y buscará la forma para lograr su objetivo, siempre partiendo desde la actitud, el corazón, la garra y la táctica. "Aguanta Rafael, aguanta", la frase marcada a fuego por su entrenador durante toda su carrera, palabras que lo hicieron ser lo que es.



Una mente brillante, forjada por su tío desde pequeño sin ser psicólogo deportivo pero con pequeñas cosas que inconscientemente fueron moldeando la mentalidad ganadora de un gran campeón. Ser realistas en relación a sus virtudes y defectos, entrenar, buscar la solución a los problemas que se presenten dentro de una cancha de tenis, entrenar, no buscar excusas de ningún tipo, asumir la responsabilidad en la victoria como en la derrota, entrenar y generar en su jugador el sentido de la autocrítica, han sido algunos de los conceptos inculcados por su formador durante su trabajo juntos, que duró desde que Rafael tomó una raqueta de tenis hasta la temporada pasada.

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Nadal pulveriza récords a su paso y más aun si se trata de torneos sobre arcilla. En la puja sobre el mejor jugador de la historia, comparaciones absurdas por las distintas épocas de los tenistas en cuestión, sin dudas cuando finalice su carrera estará en el lote de, al menos, los cinco más grandes. A sus 16 Grand Slams le sumó un Masters1000 adicional (32), líder en esta categoría. En total acumula 78 trofeos ATP, 56 de ellos sobre polvo de ladrillo. En la superficie naranja ostenta un porcentaje de victorias asombroso de 91,9% (408-36), números que ningún otro tenísta en la historia tiene sobre una superficie en particular. Ah, casi me olvidaba, mañana recuperará el N°1 ATP.
El finalista Zverev tuvo el partido en sus manos y lo dejó escapar. Por juventud, por inexperiencia o simplemente por tener a Nadal en frente, no supo concretar la victoria. Campeón en Roma 2017 y en Madrid la semana pasada, Alexander es el cuarto jugador ganador de dos o más M1000 sobre arcilla en actividad junto a Murray (2), solo detrás de Nadal (24), Djokovic (7) y Federer (5). El alemán N°3 ATP de cara a la final acumulaba trece partidos consecutivos ganados con dos títulos (Munich y Madrid) y solo "Rafa" pudo frenar su andar en la tierra batida. Favorito eterno para Roland Garros, el de Manacor no estará solo en la pelea para llevarse la Copa de los Mosqueteros.

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“El timing del partido estaba a mi favor pero el parón ha provocado que ya no estuviera de mi parte. La lluvia no ha sido mi amiga hoy, pero son cosas que pasan. No ha habido nada que haya podido hacer al respecto, la próxima vez tendré que salir más preparado después de la lluvia. Cuando hemos regresado después de suspenderse el encuentro, él estaba más enfocado que yo, empezó jugando mucho más rápido. Pese a todo, no he estado tan lejos de vencer a Nadal en una final de Masters 1000, esa es la nota positiva que me llevo a Roland Garros”, fueron las declaraciones de Sascha en alusión a su desempeño en la final tras no poder mantener el nivel de tenis después de la lluvia.

Daniel Vitale Pizarro

14 mayo 2018

De Roma a Madrid


Hace un año, Alexander Zverev era por primera vez campeón de un Masters1000 en Roma ante Novak Djokovic y con tan solo veinte años. Precoz para estos tiempos donde la maduración de un tenista llega pasado los veinte años, vuelve a ganar otro M1000 tres meses después en Montreal, en la final a un diezmado Roger Federer. El alemán era la sensación del momento, campeón de los últimos dos Masters1000 con victorias en sendas finales ante Djokovic y Federer. Número tres del mundo en noviembre de 2017 (cinco en marzo), recuperó el tercer lugar del ranking ATP en 2018 gracias a su semifinal en Monte Carlo más los títulos en el ATP250 Munich y el M1000 Madrid.

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"Sascha" cumplió 21 años el viente de abril y su auto-regalo fue la vuelta al N°3 ATP. Días después se consagró en su país y una semana después, en España, en 'La Caja Magica' de Madrid sin perder sets, concediendo apenas una sola oportunidad de quiebre en todo el torneo, no concretada por Leonardo Mayer en segunda ronda. Dato de locos. Así de efectivo fue su servicio sobre polvo de ladrillo, superficie que no ayuda al sacador y ante rivales que es difícil que no te pongan en aprietos como Isner, Shapovalov o Thiem. Además, según ATP, es el primer jugador campeón de un torneo ATP sobre tierra batida que no pierde su servicio desde que se tienen datos (1991).


No ajeno al récord que había obtenido en Madrid, Zverev valora todo lo que consiguió en tierras españolas: "Obviamente aquí la altura (600m) me ayuda mucho a la hora de servir. Además la manera en la que juego me hace ser todavía más agresivo. Me siento con mucha confianza. Solamente he cedido una oportunidad de break en todo el torneo, eso me da mucha confianza. Me parece un dato espectacular para mantenerlo en mi cabeza. Siento una gran emoción por tener ya tres Masters1000, espero que no sea el último. Quiero seguir mejorando mi juego, hacerme mejor jugador, seguir ganando estos títulos”.

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Mención especial para Dominic Thiem, nuevamente finalista de Madrid (2017-18), que tuvo la tarea más difícil. En cuartos de final, como en Roma 2017, allanó el camino de todos al derrotar a Rafael Nadal en sets corridos para frenar la marca histórica de sets ganados de manera consecutiva en la 'Era Abierta' en una misma superficie entre 2017-2018 (50), un set más que lo conseguido por John McEnroe sobre carpeta en 1984. Thiem tuvo partidos exigentes por resultado o rival desde la primera ronda: 4/6 6/3 7/5 ante Delbonis, 2/6 7/6 6/4 contra Coric, Nadal (1°) en cuartos de final, Anderson (8°) en semifinales y Zverev (3°) en la final.
"Dominator" analizó su buena semana en Madrid, su presente y lo que siente al jugar en polvo de ladrillo de un tiempo a esta parte: "No había tenido grandes resultados en las últimas semanas, como Monte Carlo o Barcelona. Aunque haya perdido, mi confianza está de vuelta. He jugado mal hoy pero la semana ha sido buena. No hay razón por la que sentirse preocupado. La sensación que tengo es que muchos de los partidos que juego sobre arcilla, el mayor peso recae sobre mí. Rafa es el único jugador contra el que me enfrento con quien necesito estar a mi mejor nivel y que él no tenga su mejor día. Respecto a los demás, contra casi todo el mundo siento que lo tengo en mi mano".
Estadísticamente más precoz que, por ejemplo, Federer y Murray en cuanto a títulos y ranking, el menor de los Zverev (Mischa es diez años mayor) espera paciente su momento para arrebatarle el N°1 a Federer Nadal, algo que sucederá, de seguir con ésta progresión, más temprano que tarde. No la tendrá fácil. Desde 'Otra Doble Falta' nos animamos a pronosticar que junto con Juan Martín Del Potro serán los que pelearán por liderar el ranking ATP en 2019, si el 'Big4' los deja...

Daniel Vitale Pizarro

23 abril 2018

Más allá de las épocas

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Jean Robert Borotra (1898-1994) fue junto a René Lacoste, Jacques Brugnon y Henri Cochet, uno de los cuatro mosqueteros franceses que dominaron el deporte blanco en la década del veinte y parte del treinta. Campeón de cinco Grand Slams (Roland Garros 1924 y 1931, Wimbledon 1924 y 1926 y el Australian Open 1928), ostentaba un récord que se creía imposible de igualar, sea la época que sea. Borotra había sido campeón entre 1926 y 1949 once veces del 'British Covered Court Championships', torneo disputado durante la Era Amateur del tenis, en Londres sobre superficie de madera y bajo techo.

La hazaña de Jean Borotra en soledad duró 69 años. Rafael Nadal iba a igualar esa estrepitosa marca en Monte Carlo 2018. En muchos menos años que el francés desde su primera conquista hasta la última, el español se coronó campeón en el Principado por vez número once en catorce años, contra los once títulos del mosquetero en veintitrés años (entre 1939-1946 no se disputó el torneo por la II Guerra Mundial). Nunca nadie en la Era Abierta ganó nueve veces un mismo certamen y solo Borotra lo hizo en la Era Amateur. A sabiendas de estos datos, Nadal ganó el Masters1000 disputado en Mónaco once veces...


76 títulos ATP, 31 de ellos de Masters1000, 11 en Monte Carlo. El mallorquín sabe lo difícil que será romper esa marca solo compartida con Borotra y que podría igualar Federer (37 años en agosto) si ganase dos años más Halle o tres años más Wimbledon o Basilea: “Sé que estas cosas no sucederán por siempre, así que mi intención es seguir jugando con la misma pasión tanto tiempo como pueda. Ver esas imágenes con mis victorias del pasado ha sido muy emocionante, ¡qué viejo soy! (risas) Es increíble pensar en la idea de poner un nuevo título de Monte Carlo en mis vitrinas, el número once. Es realmente algo muy especial”.

En esta edición del Masters1000 Monte Carlo, "Rafa" tuvo que eliminar a Bedene, Khachanov, Dimitrov (5°), Thiem (7°) y Nishikori, a todos en sets corridos. Apenas perdió 21 sets en sus cinco encuentros, la segunda marca más bajas de juegos cedidos, luego de la versión 2010 de Mónaco en la que perdió apenas 14. Números extraterrestres, difíciles de siquiera imaginar. Y más aun luego de la lesión que arrastró el actual N°1 del mundo desde octubre 2017 y sobre todo durante este 2018, que apenas le permitió disputar dos certámenes (retiro en CF del Australian Open) y la reciente eliminatoria de Copa Davis ante Alemania.

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Fruto del trabajo diario, de un físico único y de una mente privilegiada, Nadal toma con naturalidad las epopeyas en su carrera como profesional: "Uno para soñar con cosas, tiene que verlas posibles. Yo he ido haciendo mi día a día sin pensar en ello. Ganar 11 Monte Carlo, 10 Barcelona, 10 Roland Garros o 7 Roma… Cualquier joven normal con 14-15 años no puede imaginar o soñar con esto. Cuando tienes esa edad sueñas con llegar a competir en esos torneos. Día tras día, con el trabajo, la ilusión y la suerte que a veces uno necesita, se ha llegado a lo que se ha llegado. Intento disfrutar y valorar al máximo todo lo que me ocurre".
La caída antes de cuartos de final de Miami de Roger Federer le permitió a Nadal, sin jugar, volver a la cima del ranking mundial. Obligado a igualar o mejorar lo conseguido el año pasado durante la gira de arcilla europea para no perder esa posición de privilegio (4680 puntos), Rafael ya acumula 171 semanas como N°1 del mundo (6° en Era Abierta), siete días más que John McEnroe (170). Curiosamente el estadounidense ganó un título ATP más que el balear a día de hoy (77). Todas las semanas de la gira sobre tierra batida estará bajo presión por el ranking o caerá a las segunda posición.

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Preguntado sobre si es o no el mejor tenista que existió sobre arcilla, el diez veces campeón de Roland Garros es realista en cuanto a sus números, pero no cree que deba ser él quién se juzgue, mucho menos aun estando en actividad: "No soy yo el que tenga que decir si soy o no el mejor jugador sobre arcilla. Con toda la humildad lo que puedo decir es que los números son los que son. Puedo intentar evitar estas respuestas como lo he hecho durante toda mi vida, pero tengo unos números que son los que son. Es difícil comparar épocas, pero en cuanto a títulos sí, soy el que más títulos importantes ha ganado en esta superficie. No me gusta hablar de esto, no me toca a mí".

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El finalista de turno fue Kei Nishikori (36°). El japonés volvió al tenis en el circuito Challenger 2018, luego de una lesión en su muñeca derecha que lo obligó a pasar por el quirófano en agosto 2017. Campeón en Dallas, segundo challenger disputado, compitió en tres torneos ATP antes de aterrizar en las costas del sur de Francia. Sin ser preclasificado, luchó contra sus rivales y su muñeca antes de alcanzar la final con resonantes victorias ante Berdych en R1, Cilic (3°) en CF y Zverev (4°) en SF. Fue su cuarta final de Masters1000 en cuatro torneos diferentes, sin poder ser campeón de la categoría. En total, Kei disputó 23 finales ATP siendo campeón en 11 de ellas. "Mi reto es volver al Top10, pero no creo que lo consiga aún este año".

Daniel Vitale Pizarro

02 abril 2018

El renacido

La primera final de Masters1000 que disputó John Isner fue en Estados Unidos, Indian Wells 2012. Roger Federer (3°) fue mucho para el norteamericano que había derrotado en semifinales a Novak Djokovic, número uno del mundo, la mejor victoria de su carrera hasta entonces. Nueve del mundo esa temporada, su mejor ranking a la fecha, Isner repitió final de M1000 también en USA, en Cincinnati, su mejor torneo en cuanto a resultados, frenado por Rafael Nadal, número tres del momento. En ese certamen John derrotó a Gasquet (11°), Raonic (10°), Djokovic (1°) y Del Potro (7°) antes de caer ante Nadal (3°).

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Su tercera final en la categoría que precede en importancia a los Grand Slams fue en París 2016. En el último torneo regular de la temporada, el gigante nacido en Greensboro perdió el título ante Andy Murray (2°) tras haber derrotado en semifinales a Marin Cilic (10°). Grandes resultados y buenas victorias contra el Top10 no le bastaban al campeón Universitario 2007 para lograr su primer Masters1000. Victorias ante el Big4 pero no en las finales. La mente lo traicionaba en los momentos importantes. Su saque no respondía igual, su derecha no lastimaba igual.

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Pero iba a tener una nueva oportunidad de saldar esa cuenta pendiente. En Miami, en el último año del Crandon Park como sede del histórico "Quinto Grand Slam", la cuarta iba a ser la vencida. Cilic (3°) en octavos de final y Del Potro (6°) en semifinales, los Top10 que dejó en el camino hacia la final. El rival de turno era Alexander Zverev (5°). El alemán de 20 años es llamado a ser el futuro, no tan lejano, N°1 del circuito. Campeón de Roma y Montreal en 2017 en plena hegemonía del Big4, "Sascha" ya no promete, es una realidad y el tiempo solo dirá en qué lugar de la historia quedará. Si no era ya complicado el desafío, el frente a frente era 3-0 en favor del teutón

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Isner perdió el tiebreak del primer set (4-3 y servicio en el TB) pero nada impidió que su mente se dispersara. Como si lo hubiera planeado, quebró en ambos parciales en el 4-4 para llevarse el título 6/7 6/4 6/4, sin antes sufrir en su juego de servicio 5-4 del segundo set levantando dos sets points, uno siendo el mejor punto del partido. La fortaleza mental, lo que escasea en el circuito profesional, hizo, hace y hará la diferencia, más aun en un deporte individual que no permite la ayuda de tu cuerpo técnico durante los partidos. ¿Qué tan importante es la mente en un partido de tenis? Jugadores y entrenadores profesionales coinciden en que al menos es un 70%, al menos...


Y el hombre maratón lo deja bien claro en sus declaraciones postítulo en Miami, el más importante de su carrera: “La clave para ganar no fue nada referente con la técnica ni era estar más tiempo en el gimnasio, fue todo mental. En la primera cena que tuve en el torneo con mi entrenador, hablamos sobre todos los factores que me estaban frenando y solo eran cosas mentales. Estaba perdiendo partidos cerrados por estar demasiado tenso y dubitativo. Después de aquel diálogo noté cómo entraba más suelto a cada partido, sabiendo que podía obtener grandes resultados si conseguía competir más liberado mentalmente”.
Al igual que Del Potro en Indian Wells, Isner logró su primer Masters1000 en su cuarta final y tras perder las tres primeras finales ante miembros del Big4, lo que marca lo difícil de ganar este tipo de certámenes en esta época monopolizada por apenas cuatro jugadores que lo ganaron todo y más. A un mes de cumplir 33 años, se convirtió en el jugador de más edad en debutar como ganador de M1000 y el más alto de la historia en ganar un título de esta categoría con apenas 208cm de altura. Ah, casi me olvidaba, en 2018 acumulaba dos victorias en sus seis torneos previos antes de aterrizar en Miami...
John Isner es un jugador en Estados Unidos y otro diferente fuera de su país. Su carrera se basa en los torneos norteamericanos. Ostenta 21 finales ATP en USA sobre 25 disputadas (11-10). Las excepciones: dos títulos en Auckland y finales en Belgrado y París. Incluso disputó las tres finales de los M1000 que se disputan en USA y del único ATP500 que se juega en el país. Es más, de los once torneos ATP que se disputan actualmente, solo en dos no fue finalista: US Open (CF) y Delray Beach (SF). Alcanzó al menos la final en Memphis (actual Nueva York), Indian Wells, Miami, Houston, Newport, Atlanta, Washington, Cincinnati y Winston Salem. Profeta en su tierra.

Daniel Vitale Pizarro

19 marzo 2018

Sinónimo de superación

La consagración de Argentina en la Copa Davis 2016 de la mano de Juan Martín Del Potro desinfló a la mayoría del equipo. Demasiada presión absorbieron los jugadores que no supieron manejar postriunfo. "La Torre de Tandil" tuvo un 2016 formidable luego de su vuelta al circuito tras su tercera operación de muñeca, pero como todo el equipo, no aprovechó el envión anímico de semejante logro para el tenis argentino. Asimilada la hazaña, su temporada recién tomó forma en el US Open, al unísono con la contratación de Sebastián Prieto como coach. En su torneo favorito (campeón en 2009) volvió a sentirse peligroso e importante dentro de una cancha de tenis.

Sebastian Prieto llegó en el momento justo. Su inclusión en el equipo de trabajo le dio orden a su vida tenística fuera de los torneos. "Prieto me aporta orden y tranquilidad. Estuve mucho tiempo buscando las pelotitas, programando mis entrenamientos, pensando en qué ejercicios hacer y cuáles no, y al final del día es un desgaste grande. Ahora estoy más tranquilo, Prieto tiene experiencia, estuvo entrenando a otros jugadores, estuvimos 5-6 torneos juntos y mi nivel aumentó y eso me da motivación para seguir trabajando juntos", declaró JMDP durante su pretemporada en Tandil.
Semifinalista del US Open con victorias ante Thiem (8°) y Federer (3°); semifinalista en Shanghai con triunfo ante Zverev (4°); campeón en Estocolmo en la final ante Dimitrov (8°) y finalista en Basilea tras ganarle a Cilic (4°), finalizó 11° ATP, suplente para el Masters de Londres. En un sprint de fin de año fantástico, el 2018 auguraba más alegrías que tristezas. La final en Auckland no fue ideal por el rival ante el que cedió (Bautista Agut - 21°) pero sí fue un buen inicio de temporada. El cuadro del Australian Open lo cruzó con un intratable Tomas Berdych en tercera ronda y Frances Tiafoe dio la sorpresa al eliminarlo en segunda ronda de Delray Beach.
Nueve del ranking ATP, fue campeón en Acapulco en un cuadro repleto de excelentes jugadores, con triunfos ante tres Top10 camino al título. Candidato en Indian Wells, el main draw se abrió y alcanzó la final en California sin vencer a ningún Top30. Pero en la final lo esperaba Roger Federer, compañero de varias batallas y N°1 del mundo. El partido fue una locura. 6/4 Del Potro; 7/6 Federer tras Juan Martín desperdiciar un match point con una derecha invertida simple a la red; tres puntos de partido de Roger con su servicio (5/4 40-15 y ventaja) que no pudo concretar para concluir con un 7/6 (7-2 en el tiebreak) para el argentino. El partido del año, sin dudas.


La final tuvo de todo. Lujos, errores, nerviosismo, discusión de ambos con el árbitro, chances desperdiciadas y muchos momentos de tensión. Federer sufre cuando los partidos con Del Potro son trabados, tanto como contra ningún otro jugador en la actualidad. Como Nadal un lustro atrás, Juan Martín tiene la receta mental para abrumar a Roger. No es técnico ni táctico, es mental. Federer es genial en todas las facetas del juego, pero cuando lo dominan mentalmente, no funciona. No le pasa seguido, pero ante Nadal y Djokovic, muchas veces se bloqueó.
"Estoy decepcionado por el resultado de hoy, pero no tengo otra cosa que hacer que felicitar a Del Potro. Él ha tenido muchas posibilidades de llevarse el partido en el segundo set, pero conseguí reaccionar y forzar el tercer set, pero por un par de despistes lo acabé pagando. Estaba en la entrega de premios pensando en que desearía haber jugado ese tiebreak otra vez. No sé qué demonios me ocurrió", declaraba en conferencia de prensa Federer, que buscaba ser campeón en California para mantenerse en la cima del ranking al menos hasta el Masters1000 de Roma. Perdida la final, deberá alcanzar los cuartos de final en Miami para no perder esa posición de privilegio.
Hoy, el rival de Roger Federer por cada torneo importante en canchas duras es Juan Martín Del Potro. Seis del mundo desde el lunes y probable tres ATP por la poca cantidad de puntos que defiende hasta agosto, mostró estas semanas en Norteamérica un semblante desde el fondo de la cancha que da miedo. Mentalmente privilegiado, dejó de golpear el revés con slice por dolor y lo hace por táctica. Su predecible revés cruzado ya no es tal y lo alterna con paralelos a menor velocidad pero efectivos. Su saque y su derecha, sus armas desde que es profesional, no tienen fisuras.

Sorprendido por el desarrollo del partido y por su nivel, "Delpo" dijo: "Ha sido un partido espectacular en todas las facetas. Creo Roger y yo jugamos a un gran nivel. La gente estaba emocionada, nosotros muy nerviosos porque lo notábamos en la cancha. Tuve el partido en mis manos en el segundo set pero no pude mantener la calma y todo se me complicó en el tercero, donde tuve que salvar dos bolas de partido. En el segundo tiebreak sí pude mantener la calma y conseguí llevarme el partido. Me sigo sorprendiendo a mí mismo y quiero seguir sorprendiendo al circuito"
A pesar de que Federer lidera los enfrentamientos personales ante Del Potro 18-7, lo curioso es el historial negativo en finales que adelanta a Juan Martín 4-2. El argentino lo derrotó en el US Open 2009, en Basilea 2012 y 2013 y en Indian Wells 2018, mientras que el suizo lo venció en Rotterdam 2012 y Basilea 2017. Las dos definiciones más importantes (la primera y la última) cayeron del lado del nacido en Tandil, y dos de esas cuatro finales, finalizaron 7/6 en el tercer set. Paridad absoluta entre ambos jugadores que tendrán varias peleas más.

Daniel Vitale Pizarro

06 noviembre 2017

Inolvidable

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Jack Sock empezó esta temporada como el 23° ATP. Finalista en tres ATP250 en 2016 y primera segunda semana en Grand Slams en US Open, 2017 debía el año del despegue como tenista de elite. Las expectativas eran altas y más aun al ser campeón en Auckland, primer torneo del año, y un mes después, nuevamente campeón en el ATP250 de Delray Beach. La semifinal de Indian Wells (Federer) y los cuartos de final en Miami (Nadal) confirmaron que el norteamericano transitaba el mejor momento de su carrera, y eso quedaba reflejado en su ranking al aparecer como 14° ATP antes del inicio de la gira de arcilla. El siguiente paso era el Top10...

Durante los siguientes cinco meses la performance del próximo estadounidense Top10 cambió considerablemente. Entre mayo y octubre apenas alcanzó una semifinal ATP en los trece torneos que disputó antes del Masters1000 de París. Sin lesiones pero menos aun confianza, llegó al último torneo de la temporada con el colchón de puntos del fantástico comienzo de año y con la remota posibilidad de ingresar al Masters solo si era campeón del certamen, pero sin depender de él mismo. Delante suyo en el ranking tenía a nueve contendientes para ocupar una plaza en Londres, sin contar las bajas por lesiones, omnipresentes en 2017, que también tenían mejor presente que el nacido en Nebraska.
Los rivales perdían y Sock avanzaba. En silencio y muy cerca de despedirse en primera ronda ante Edmund luego de estar 1-5 en el trecer set, se abrió camino en un cuadro despoblado de preclasificados. Sin Roger Federer en la parte baja ni Dominic Thiem en cuartos de final, el duelo ante Marin Cilic en semifinales era inminente. De esa inminencia se encargó Julien Benneteau, el veterano francés que nunca fue campeón ATP con el récord histórico de finales perdidas (0-10), que no permitió que ni Cilic ni Goffin ni Tsonga accedan a las instancias finales de París. Pero hasta ahí llegó su tenis. Dos Top10 en el camino fueron demasiado para su mente y su físico. Torneazo.

Sin siquiera ser finalista de un ATP500 a sus 25 años, Sock alcanzó su primera final de M1000 y ahora sí con serias chances de clasificar al torneo de Maestros. La opción dejó de ser remota para ser real y posible. Del otro lado de la red, la sorpresa del año, Filip Krajinovic. Misma edad que Jack, Filip transitó todo el año en el circuito Challenger con grandes resultados (cinco títulos) pero con apenas un solo torneo ATP disputado en Moscú hacía una semana con victoria ante Rublev en primera ronda. Ayudado por la no presentación de Rafael Nadal, Krajinovic fue sorteando rivales desde la qualy para meterse en su primera definición ATP y nada menos que en un Masters1000.
La final fue cambiante pero el ganador resultó ser el favorito, distinto al transcurso de todo del torneo en el cual los favoritos se quedaron en el camino. El resultado fue 5/7 6/4 6/1 en favor del decimosexto preclasificado del torneo. Jack Sock no solo ganó su primer Masters1000 sino que se dará el lujo de disputar por primera vez el Masters y de ingresar por primera vez en su carrera al selecto grupo de los diez mejores del mundo. Desde el lunes será el noveno mejor jugador del año, algo impensado hace algunas semanas atrás: “Tenía un viaje de golf con Isner la próxima semana en Augusta, habría sido muy especial. Pero ya le veré en su boda en un par de meses, me disculpará”.

Jack Sock, entre asombrado y orgulloso de si mismo luego de ser campeón: “En primera ronda no me sentí nada bien en términos de tenis, no tuve buenas vibraciones, pero aun así fue uno de mis mejores partidos porque logré permanecer en el partido y finalmente gané. Hoy estuve realmente emocionado, tuve problemas para dormir anoche. Cuando realmente quieres algo sacas la energía de donde sea y eso es lo que hice en el segundo set para revertir la situación. Voy a recordar esta semana para el resto de mi vida, con el tiempo me daré cuenta del impacto que llegó a tener ese partido de primera ronda, justo ahí pensé que mis vacaciones estaban a la vuelta de la esquina. Ha sido una semana perfecta".

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El finalista Krajinovic así se explayaba tras perder la final en París, incrédulo por su presente que nunca imaginó ni en sueños: "Esta ha sido una semana inolvidable para mí, con muchas victorias importantes desde la fase previa, derrotando a jugadores con mejor ranking que el mío. Pero esto es tenis y alguien tiene que ganar, hoy no me tocó a mí. Cuando llegue a casa todo sera positivo. El camino ha sido muy duro, perdí todos mis sponsors debido a mis lesiones, le agradezco a mi familia por estar siempre ahí. También a Djokovic y a todo el equipo de Copa Davis". Deberá replantear su carrera durante la pretemporada porque los objetivos para 2018 han cambiado rotundamente.

Quizás algunos memoriosos se acuerden de la semifinal de Belgrado 2010 en arcilla a la que accedió un joven  de dieciocho años  llamado Filip Krajinovic (319°) tras ganarle a Novak Djokovic (2°) 6/4 y retiro de Novak; o más cerca en el tiempo en 2015 , cuando en Tecnópolis representó a serbia por los cuartos de final de la Copa Davis, sin pena ni gloria. Ese era Krajinovic, que no es un desconocido para el amante del tenis pero sí para el aficionado de los grandes torneos. En mayo de este año, aquejado por una lesión, tocó el puesto 294° ATP y llegó a perder todos sus sponsors. Hoy, luego de la final de París, finalizará la temporada como el 33° del ranking mundial. ¿Que tal?

Daniel Vitale Pizarro

16 octubre 2017

Dominador dominado

Quizás no tomamos consciencia de la época que vivimos. Bill Tilden y Los Mosqueteros en los años veinte y treinta; Rod Laver y Ken Rosewall en los sesenta y setenta; Jimmy Connors, John McEnroe, Bjorn Borg e Ivan Lendl en los setenta y ochenta; Pete Sampras y Andre Agassi en los noventa... Pero llegaron los dos mil para cambiarlo todo. Roger Federer y Rafael Nadal aparecieron y nunca más se fueron. Al dueto más diverso y emocionante de la historia se le sumó un tercero en discordia, Novak Djokovic. Pero Roger y Rafael, distintos a todos, tan espectaculares como antagónicos, no dejaron ni dejan de sorprendernos por nivel, vigencia, reinvención y dominio, como nadie en la historia.

Solo ellos dominaron el tenis durante más de diez años, algo inédito en un deporte profesional de preponderancia física, tan exigente como el tenis. Desde 2004, año debut de Federer en la cima mundial, que el ranking ATP es dominado por ellos dos, con una intervención de Djokovic y una breve de Murray. Lo del serbio fue sublime pero durante un periodo de tiempo más corto, aunque no menos relevante (2011-2016). Los estilos de juego totalmente diferentes, su vestimenta, su actitud dentro de la cancha y su efectividad abrumadora en superficie antagónicas crearon la mejor rivalidad de la historia del tenis, por todo eso y más.
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Pero hay una diferencia esta temporada entre estos dos colosos, que sorprende a los amantes del tenis. En lineas generales, el dominador del circuito entre 2004-2014 fue Roger Federer y el dominador de los enfrentamientos personales fue Rafael Nadal (23-10). Pero en 2015 algo cambió y en 2017 cambió por completo. Final de Basilea. Federer derrotaba a Nadal en su ciudad natal luego de cinco derrotas consecutivas entre 2013-2014. Lesionados ambos durante gran parte de 2016, su nivel era incierto de cara al 2017, aparentemente achacados por tantos años en el circuito, un escalón debajo de Novak Djokovic, dominador absoluto del circuito.

Contra todos los pronósticos, el Australian Open los volvió a ver en una final de Grand Slam. Inesperados rivales por el presente de ambos, le regalaron al público una verdadera batalla de leyendas. El triunfo fue para el suizo que revirtió 1-3 en el quinto set ante Nadal, su némesis, el hombre que lo hizo mejor jugador pero que a la vez no le permitió ser el indiscutido mejor tenista de todos los tiempos por una gran diferencia con el resto. Federer, por primera vez en catorce años de rivalidad. cambió su táctica. ¡Y vaya si le dio resultado! Pero no solo fue la táctica, lo más importante fue el cambio de mentalidad para enfrentar a su eterno rival, su actitud ante la adversidad de siempre.
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Y los enfrentamientos siguieron y las victorias también. Indian Wells fue la cúspide del tenis de Federer en 2017 y Miami la confirmación de que la tendencia se había invertido, que el dominador histórico había pasado a ser el dominado. El altísimo nivel de Nadal y la ventaja de cinco años menos le permitió al español ser el mejor en la arcilla como durante toda su carrera, sin el obstáculo suizo que decidió no disputar la gira para resguardar su físico. Campeón de casi todo desembarcó en el césped (sin buenos resultados) y alcanzó el N°1 del mundo en Estados Unidos, antes del US Open, beneficiado por la merma física de Murray (1°) que decidió no disputar la segunda parte del año.

Campeón del US Open y de Beijing, Shanghai era el siguiente objetivo. En la final se encontraban una vez más y el resultado no iba a ser distinto. Federer, parado sobre la linea sin retroceder ni siquiera en defensa, encima del pique, agresivo y decidido a subir a la red para acortar los puntos, evitó el intercambio largo de golpes e impuso su servicio como principal arma, lo que impidió a "Rafa" tomar ritmo de bola. A excepción de Australia que fue un vaivén de emociones, en los tres partidos restantes el manacorí nunca estuvo cerca de la victoria, y la muestra está en que desde el quinto set en Oceanía, Rafael nunca pudo quebrar el saque de Roger en siete sets...
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El mejor Federer de siempre fue el que vimos en el primer semestre. Las molestias en su espalda en Montreal y la poca preparación para el US Open hicieron que su nivel cayera. En Shanghai, especialmente en la final, fue el Federer de Wimbledon, de Halle, de Miami o de Australia, no el de Indian Wells, el mejor torneo de su carrera, pero sí el Federer de un nivel altísimo, capaz de no dar chances al rival que no le daba chances. 94 títulos ATP, misma cantidad que Ivan Lendl, segundos en la Era Abierta. Bestial. 1960 puntos lo separan del N°1 de fin de año con 3000 en juego. El N°1 parece inalcanzable, pero cuidado, no se olviden que estamos hablando de Roger Federer.

Daniel Vitale Pizarro

09 octubre 2017

Asia le sienta bien

Tres años pasaron desde el último título de David Goffin, el mejor tenista belga de la historia en la rama masculina. Top10 por primera vez en su carrera esta temporada (febrero) pero sin títulos, sus únicos dos trofeos desde que es profesional habían sido en 2014 (Kitzbuhel y Metz), ambos ATP250. Finalista en los ATP250 Sofía y ATP500 Rotterdam en 2017, la suerte cambiaría luego de perder en octavos de final del US Open. El pase a su segunda final de Copa Davis le devolvió la confianza a David que arrastraba una lesión de rodilla complicada. Invicto en China y Japón en semanas consecutivas, la gira asiática le está dando solo alegrías.

El título en Shenzhen la semana anterior significó el puntapié inicial para luchar por un lugar en la Copa de Maestros. El campeonato en Tokio lo depositó directo en el Top8 de la temporada gracias a los lesionados DjokovicMurrayWawrinka y NishikoriGoffin aprovechó la oportunidad y fue campeón, como en 2014, de dos títulos ATP, aunque Tokio es su certamen más importante en el mejor año de su carrera como profesional. Nueve victorias en dos semanas de competencia y dos títulos no sucede a menudo en el circuito. Sin victorias ante miembros del Top20 (apenas dos Top30), sorteó a todo oponente que se le puso enfrente.
Final de Copa Davis, campeón en Shenzhen y Tokio, Top10 primerizo en febrero y nuevamente esta semana, David Goffin vive el mejor momento de su carrera a los 26 años de edad y tras nueve temporadas como profesional. Nacido en Racourt (Bélgica), el actual 10° ATP se mostró feliz y a la vez sorprendido por sus resultados en la parte final del año: "Llegué a la semifinal de Copa Davis ante Australia con cierto temor por una lesión en la rodilla pero allí adquirí confianza (victoria ante Nick Kyrgios y John Millman) para hacer resultados como éste, que no me esperaba en este final de temporada".

Finalista el año pasado en Tokio cuando perdió ante Kyrgios, doce meses después Goffin se dio el gusto de levantar el trofeo japonés en su cuarta final de un ATP500, décima ATP de su carrera (4-6). Sin finales de Masters1000 ni semifinales de Grand Slam, David tiene dos objetivos de acá a noviembre que tienen nombre y apellido: clasificar al Masters y ganar la Copa Davis. Difíciles pero no imposibles, actualmente es el séptimo en la 'Carrera a Londres'. Algo más complicada sería la obtención de la Ensaladera de Plata ya que la final se disputará en Francia con todo el poderío del equipo galo. "La Goff" sueña a lo grande y... ¿por qué no hacerlo?
El caso de Adrian Mannarino en finales es parecido al común de los tenistas franceses de los últimos años. Cuarta final ATP perdida en cuatro disputadas se asemeja a los récords negativos de sus compañeros Benneteau (0-10, récord ATP), Monfils (6-20), Paire (1-4) y Roger-Vasselin (0-2), por nombrar algunos casos. Solo Tsonga (15-11) y Simon (12-6) ostentan récord positivo en definiciones ATP (Gasquet 14-14). Mannarino logró en Japón su mejor victoria como profesional al derrotar a Marin Cilic (5°), primer triunfo ante un Top5 y cuarto contra un Top10. 29° ATP tras segunda final de temporada (Antalya), se ubica muy cerquita de su mejor posición (27°).

Daniel Vitale Pizarro