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03 abril 2017

Triplete al cuadrado

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La misma publicación que en Indian Wells

Campeón en el Australian Open, Indian Wells y Miami, como en 2006. Once años después Roger Federer volvió a lograr el triplete tan difícil de conseguir. A los 35 años está atravesando el mejor momento tenistico de su carrera. Ya no jugará todos los torneos y le esquivará a la tierra batida, pero todo sea por una buena razón: rendir al 100% a cada torneo que asista. La dosificación es la clave. Aunque no parezca de 35 años dentro de una cancha, los tiene. "Es como salir de fiesta, al día siguiente no es lo mismo con 25 que con 35, el cuerpo lo sufre", el helvético es claro y no esconde que la edad no es solo un número.

La otra parte de 35 agostos es la mejor. Sano, con experiencia de sobra, una familia unida y feliz, sin la presión de los 'veinte' de conseguir títulos y récords, y lo más importante, PASIÓN. Todo eso es positivo si los resultados acompañan. Y vaya si lo están acompañando. 19-1 su récord en 2017, 7-0 ante jugadores del Top10, 4° del mundo (17° en enero) y los tres títulos más importantes del curso en su poder. ¿Algo más? Si, un 3-0 rotundo ante Rafael Nadal, su némesis, el rival que más lo puso de rodillas. Hoy todo es a la inversa. ¿Quién hubiera presagiado este presente del suizo? ¿Y quien hubiese dicho que iba a derrotar a "Rafa" de la manera que lo hizo? Creo que nadie.

Devolución agresiva de revés metido en la cancha. Eso.

Las victorias ante Nadal esta temporada son quizá más llamativas que los títulos en sí. 23-11 la diferencia entre ambos en enero, una suma abultada en favor del español que lo dominó (mentalmente) durante toda su carrera. 13-2 en arcilla, 9-7 en canchas duras y 1-2 en césped. Hasta en Wimbledon pudo vencerlo, impensado hasta para el propio Rafael. Pero algo cambió en apenas tres meses. Un Federer renovado, más agresivo, metido en la cancha, atacando desde la devolución y principalmente golpeando su revés sin tapujos, superó esa barrera mental para encadenar tres victorias consecutivas (el climax fue en Indian Wells), cuatro si sumamos Basilea 2015.

Y todo tiene un porqué. El cambio de raqueta (90 a 97 el aro), el largo descanso obligado y Ljubicic, los pilares del "nuevo Roger". Más cómodo al golpear la bola por tener más superficie para impactar, si se mantenía sano, iba a ser peligroso como años anteriores. Pero el secreto para dominar el trimestre fue el cambio radical de su revés y de su mentalidad. Un par de pasos más adentro de la cancha, seguro con su revés, evitando el slice y atacando la mayor parte del tiempo tiene un nombre: Ivan Ljubicic. El entrenador del suizo en el que nadie creía logró que dejara de ser pasivo con ese golpe y además, fortaleció una cabeza que se agrietaba cuando enfrentaba al español.
En Miami vimos un Federer más terrenal. Sin resto físico de sobra en las rondas finales por ambos torneos en semanas seguidas, Roger obró de oficio, sacó pecho en las difíciles, apretó el puño, luchó y se llevó el título ante Nadal en sets corridos. Guion de película. Atrás quedaron los dos match points salvados ante Tomas Berdych en cuartos de final y la batalla de los tiebreaks en semifinales ante Nick Kyrgios. El campeón era el mismo de 2005-06 en California. Triplete del año y triplete en Miami. Y al igual que en la final de 2005, el derrotado era Nadal. El tiempo pasa pero los protagonistas no. Que buenos serán estos jugadores que ambos siguen Top5, igual que en 2005

“Al final, lo que debo hacer es mirar por mi salud, que esté feliz en todas las facetas de mi vida, personal, privada, en pista, profesional… No puedo ir a este ritmo cada día. Si lo hago, el deseo se irá- Prefiero dar un paso atrás, descansar y regresar con mucha energía y felicidad. Si no, me veréis cada día y veréis que lo único que quiero hacer es irme de aquí. No quiero ser esa persona”, palabras de un Federer consciente de lo que necesita para rendir al máximo. Los años añaden cosas y quitan otras y nadie mejor que él para administrar todo eso para su provecho, el de los suyos y el de los aficionados que quieren verlo los 365 días del año.
Actualicemos los números de Roger Federer tras este comienzo de año estupendo. El título en Miami es el 26° de Masters1000 (44 finales, récord) y el 91° ATP en total, tercero en la historia en ambas listas. Ya era el más longevo en ganar un M1000 en Indian Wells pero subió unos días ese récord. Octavo M1000 con 30+ años, uno más que Agassi. Lo curioso es que ningún tenista logró 2+ trofeos de M1000 con 30+ años. Alcanzó los 50 títulos entre Grand Slams, Masters1000 y el Masters, líder desde 2017. Ahora el H2H con Nadal (aun abultado), es más coherente con la carrera de cada uno: 2-13 en arcilla, 10-9 en canchas duras y 2-1 en césped. En finales sigue dominando 14-9 el español.

Daniel Vitale Pizarro

20 marzo 2017

El nuevo tenis total

Ivan Lendl irrumpió en el circuito en 1980 y el tenis nunca más fue el mismo. El checo, luego nacionalizado estadounidense, fue el primero en introducir la figura del preparador físico en el equipo de trabajo de un tenista profesional. En plenos '80 era raro que un jugador entrenara con métodos científicos de trabajo para mejorar su nivel físico y tenístico. Un adelantado. Sumado a su compromiso tenaz con el deporte y su velocidad de pelota superior a la media, Iván fue apodado "el tenis total". Arrasaba con sus rivales, los demolía, sobre todo en las primeras rondas, sea cual sea el rival. Finalizó su carrera con infinidad de récords, entre ellos 94 títulos ATP.

Hasta la llegaba de Roger Federer a la cima del ranking ATP, nadie había demostrado un tenis más completo que el de Lendl. El suizo multicampeón empezó a ser considerado como el más completo de la historia pero con un "pero", su revés. Cuando no tenía un buen día, era un dolor de cabeza. Tan dominante era que no hacía falta exigir a su revés para ganar títulos de Grand Slam o ser número uno del mundo. El primero en darse cuenta fue David Nalbandian. Desde que eran juniors hasta incluso en profesionales, se cansó de ganarle utilizando una táctica sencilla: alto al revés para luego dominar el punto. Eso funcionó hasta que Roger mejoró ese golpe y la paternidad se terminó.
Mejorado el revés pero inestable, Rafael Nadal tomó la posta de Nalbandian y llevó esa táctica al extremo. Abusó de ella implicando un mayor efecto a la bola que molestaba aun más a Federer, obligado a golpear por encima del hombro, incómodo para cualquiera, más aun para Roger. El resultado de eso fue un 23-10 en el cara a cara, único jugador que pudo dominar mentalmente al suizo, y eso se trasladó en resultados, en ocasiones muy abultado. Pero llegó el día que eso cambió por completo. 35 años, seis meses sin jugar y sin resto físico para largos peloteos de fondo en partidos intensos, si quería mantenerse en la elite mundial estaba obligado a cambiar su táctica para no sufrir tanto con su revés y su físico desde el fondo de la cancha.



Australian Open fue la muestra de que aun siendo el mejor de todos, se puede mejorar. Pero en Indian Wells fue más allá y dejó en claro que la mejora técnica y táctica (raqueta nueva mediante) se puede pulir para lograr la mejor versión del mejor de todos. ¿Que loco no? El nuevo tenis total nació en Indian Wells 2017. Y la máxima expresión de eso se vio en octavos de final frente a Rafael Nadal. Un concierto de winners de todos lados, especialmente con su revés. Metido adentro de la cancha, arriesgó desde la devolución para dejar sin opción alguna a su rival durante 68 minutos de constante presión. Una locura. Paliza táctica. Desconcertado, el español ni siquiera pidió el ojo de halcón en el match point. Era en vano, la derrota estaba consumada hacía rato.

El abandono en cuartos de final de Kyrgios, verdugo de Novak Djokovic en torneos consecutivos (es cosa seria Nick) le dio más descanso aun de cara a las rondas finales. Una tromba en el primer set ante Sock y oficio en el segundo lo depositaron en la final de Indian Wells, la séptima de su ampulosa carrera (4-2). ¿El rival de turno? Stan Wawrinka. Como era de esperarse, la velocidad de la final fue estrepitosa, pero la precisión fue determinante para decidir al ganador que fue, una vez más, el mayor de los suizos. Gran victoria de Roger contra el N°3 ATP. Sin brillar como en rondas anterior pero si con un nivel altísimo, conquistó su quinto Indian Wells.

La devolución de revés, ese pequeño gran cambio de Roger

"Está siendo el año más diferente de todos. Volver así tras un largo periodo inactivo es como un sueño, sinceramente no lo esperaba. En toda la temporada pasada no gané ni un solo torneo, las diferencias son increíbles. Es una gran sensación. Volver a ganar Indian Wells, los rivales que he derroté y la forma en que lo conseguí, todo fue increíble. La idea era llegar a Wimbledon dentro del Top8 ATP, ahora debo actualizar mis objetivos. Todo está siendo como el principio de un cuento de hadas. Cuando uno juega menos torneos, cada certamen que juega se hace mucho más especial. Me estoy divirtiendo mucho”, palabras de un incrédulo y feliz Federer tras un trimestre fantástico.
El tenista no vive de récords, pero Roger Federer no es un jugador convencional y cada paso que da es trabajo para los estadistas. 90 títulos ATP distribuidos entre 18 Grand Slams, 6 Masters, 25 Masters1000, 17 ATP500 y 24 ATP250. Tercero en la historia solo detrás de Lendl (94) y Connors (109). 35 años y siete meses, el campeón más veterano de un M1000. Y los récords siguen. Frente a Nadal, su némesis, encadenó tres victorias consecutivas, algo que nunca había podido lograr en 36 partidos entre ellos. Aun en desventaja, la distancia empieza a acortarse para el helvético (13-23). 6-0 en 2017 ante jugadores del Top10, una verdadera barbaridad. Ojo con el N°1 a fin de año...

Daniel Vitale Pizarro

30 enero 2017

BEL18VE WAS REAL



¿Los tres más grandes de la historia?

Cuatro años y medio pasaron desde la última coronación de Roger Federer en un Grand Slam (Wimbledon 2012). En ese periplo ocurrió de todo. Títulos, bajo rendimiento, más gemelos y lesiones. Wimbledon 2016 fue su último certamen profesional. Su físico dijo basta. Su rodilla no estaba al 100% y con 34 años prefirió no arriesgar, recuperarse por completo y encarar un nuevo año renovado. Sin molestias, sano, desintoxicado de tantos años dedicado por completo al circuito, inició 2017 con la incertidumbre de ver si después de tanto tiempo parado, sería capaz de competir contra los mejores a cinco sets y ganarles. Ese era su miedo, no estar a la altura de las circunstancias.
Australian Open. La primera prueba de fuego era Tomas Berdych (10°) en tercera ronda. 17° ATP por ausentarse seis meses del circuito, Roger se cruzaba bien temprano ante un Top10. Como en sus mejores épocas, barrió a Tomas en sets corridos. En octavos de final la vara se elevaba. El sorteó determinó que se enfrentaría con Kei Nishikori (5°), favorito por el presente de ambos. Contra todos los pronósticos, el suizo salió airoso del enfrentamiento ante el nipón y lo derrotó en cinco sets. Federer iba de menor a mayor. Mentalmente intacto, rápido de pies y agresivo, avanzaba a paso firme. Mischa Zverev, vencedor de Murray (1°) en octavos de final, no estuvo a la altura de unos cuartos de final de Grand Slam.

Llegó la semifinal. Inesperada para él, inesperada para todos. El rival era Stan Wawrinka (4°), campeón aquí en 2014, del US Open meses atrás y tricampeón de Grand Slam. Nuevamente el favorito no era el suizo más ganador. El partido fue cambiante. Dos sets a cero Roger, sets iguales Stan. El quinto parcial era para cualquiera de los dos, pero uno tenía que pasar a la final. Como dos veinteañeros, corrieron y dejaron todo hasta que el de mayor edad se llevó el triunfo. Federer volvía a ganar un encuentro a cinco sets en el torneo. Impresionante. Por el estilo ultraofensivo de ambos, los cinco sets "apenas" duraron tres horas.

En un torneo lleno de resultados inesperados, la sorpresa mayor sería la más agradable para el público, sponsors y televidentes. La final soñada que muchos creyeron que nunca más volverían a ver, se hacia realidad en Melbourne. Federer vs Nadal. "Rafa" también venía de una batalla a cinco sets ante Dimitrov en semifinales y al igual que Roger, era su segundo partido en el certamen a cinco sets (Alexander Zverer en segunda ronda). El español de treinta años estaba de vuelta en el circuito tras un par de meses ausente por dolores crónicos en su muñeca que lo afectaron desde Roland Garros, cuando se retiró en pleno torneo.

La rivalidad más repetida y emocionante de la historia en finales de Grand Slam escribía un nuevo capítulo. Dominada por Nadal seis a dos y mayor aun la diferencia en Grand Slams (9-2) y a nivel ATP (23-11), el favorito para la final del Australian Open 2017 era el español, a pesar de haber jugado varias horas más para acceder a la definición. El partido con más Grand Slams ganados en toda la historia del tenis mundial se estaba por disputar en Melbourne Park. Los 17 de Federer contra los 14 de Nadal: 31 Grand Slams sobre la mesa. Ese era el palmarés de los rivales en Australia para el deleite del público que pudo presenciar en vivo a estos dos colosos del deporte de la raqueta.


Contra todos los pronósticos (otra vez) y como durante todo el torneo, Roger Federer pudo con otro Top10. Rafael Nadal (9°) sucumbió ante el poderío ofensivo del suizo que nunca se despegó de la linea de base y presionó todo el partido con su revés plano y su derecha dominante. Pero así suena muy sencillo. La precisión y la velocidad de piernas para acomodarse y poder pegar todos los tiros fue altísima, más aun para contrarrestar los golpes pesadísimos tan característicos de Nadal. La táctica que anulaba al número uno de entonces, hoy fue neutralizada por el ataque constante, casi de sobrepique, del actual 'mentiroso' N°17.

Severin Luthi, entrenador de Federer desde 2008 y capitán de Copa Davis suizo, analizó el partido y las condiciones del torneo: "Fue muy importante el hecho de que Roger jugara agresivo. Nadal no tuvo casi tiempo en los intercambios. El nivel fue increíblemente alto, con 'winners' casi todo el tiempo. Las bolas iban más rápidas que en años anteriores, eso fue una gran diferencia. Roger salió a la pista con una idea muy clara. Fue increíble la convicción que tuvo Roger en la final. Estaba seguro de que ganaría". Vale recordar que Luthi había declarado antes de la final que Roger no iba a cometer los errores del pasado ante Nadal y que saldría a atacar todo lo posible. Y así fue.

Pero la clave fue la mentalidad. A pesar de haber jugado un gran partido físico y táctico, la mente de Federer fue lo que le permitió vencer a Nadal. Muchas veces derrotado por el zurdo sin oponer resistencia mental aparente, desbordado por la defensa y la entrega del ibérico, esta vez la historia fue diferente. Convencido de sus posibilidades de ganar, de saber que quizás nunca más volvería a una final de Grand Slam, pudo liberar su mente y su tenis de los miedos de antaño. Tanto fue así que mermado físicamente y quiebre abajo en el quinto set (1-3), encontró la manera de ganar el partido, sin precedentes en sus encuentros previos. Roger superó ese bloqueo mental y el resultado fue ganar el partido más importante de su carrera.

Para Roger Federer no fue una victoria más en su carrera de las 1087 que ostenta a nivel ATP, y lo dejó muy claro: “Fui capaz de vencer a Rafa en una final de Grand Slam diez años después, lo que hace al trofeo muy agradable y especial. La magnitud de este partido es diferente a todo lo que viví. No puedo compararlo con otro, salvo, quizás, con Roland Garros 2009. Esperé por Roland Garros, lo intenté, luché, fallé, hasta que finalmente lo logré. Esta sensación en Australia es similar. Además es especial porque todo empezó aquí. En Melbourne jugué el Junior (1998), la fase previa en 1999 y gané mi primer partido frente a Michael Chang (2000). Me encanta venir al Australian Open”.

Daniel Vitale Pizarro

23 noviembre 2015

¿El mejor año del profesionalismo?


Yo soy el número uno del mundo

Pasarán los años, las décadas y el 2015 tomará cada vez más relevancia. Cuando todo hacía pensar que el 2011 sería imposible de repetir, más aun cuatro años después, Djokovic lo volvió a hacer. ¡Y mejor aun! Superó su propia inmejorable versión de 2011. Su nivel fue superlativo. La regularidad y constancia le permitieron llegar a quince finales consecutivas, récord en una temporada. Solo trastabilló en Doha al comienzo de la temporada ante Karlovic en cuartos de final. Desde allí, rozó la perfección. La magia de Federer, el "momento" de Murray y el mejor partido de la carrera de Wawrinka impidieron una temporada perfecta y utópica de Novak, algo que hubiera sido irreal e inhumano.

La superioridad demostrada durante el año calendario hacen repensar si realmente fue la mejor temporada para un jugador del profesionalismo. Lejos de los 137 triunfos de Vilas en 1977 y de los 16 trofeos ATP, la regularidad conseguida, la superioridad, el dominio y el alto porcentaje de efectividad hacen dudar a todos los especialistas y conocedores.. A pesar de que McEnroe ganó la misma cantidad de partidos en 1984 y cayó solo tres veces, las temporadas fueron diferentes. El Top5 de porcentajes más altos de los Nº1 en un año completo lo detalla el gurú de las estadísticas @SharkoTennis. Borg en 1979 logró un .933 de efectividad con un récord de 84-6, dato que agregó Greg Sharko tras publicar el siguiente tuit.
Dieciséis torneos ATP disputados, quince finales, once títulos, ochenta y ocho partidos jugados, ochenta y dos victorias... De esos números, tres Grand Slam conquistados, seis Masters1000 más el Masters y un ATP500. 31 triunfos de los 82 obtenidos fueron ante el Top10, récord absoluto (una locura) e igualó el historial de enfrentamientos personales ante Federer (22-22) y Nadal (23-23). Cinco "Masters Cup" ganadas de las cuales cuatro los obtuvo de manera consecutiva, único en la historia. 59 títulos ATP en 85 finales a los 28 años. Número uno del mundo los 365 días del año, igual que Federer (2005, 2006 y 2007), Hewitt (2002), Sampras (1994 y 1997), Lendl (1986 y 1987) y Connors (1975, 1976 y 1978). Respire lector que esto no acaba acá.

Novak Djokovic logró lo impensado, rompió los esquemas. Máximo ganador en la historia del Australian Open, Indian Wells, Canadá, Shanghai y París, logros obtenidos gracias a sus conquistas esta temporada; 174 semanas en la cima del ranking mundial (quinto en la historia); casi el doble de puntos que Andy Murray (2º ATP), con récord de unidades obtenidas por un tenista en un curso (16785 en octubre). Nada pudo parar al serbio este 2015. Sus golpes funcionaron a la perfección, su físico nunca sufrió achaques y su mentalidad no tuvo fisuras. Tanto fue así que tras la extenuante y exitosa campaña, la coronó siendo campeón del último torneo del año, lo que demostró su plenitud en todos los aspectos del juego.

Figurita repetida.

Pero que la estratosférica temporada de Djokovic no opaque el gran año de Federer. A sus 34 años sigue en los puestos más altos del ranking mundial, protagonista principal del circuito. Once finales alcanzadas en 2015, misma cantidad que en 2014 pero invertida la cantidad de triunfos (6-5), un número que solo superó en 2004-07, sus años de hegemonía total. Increíblemente terminará el año como número tres del mundo por su traspié en tercera ronda del Australian Open, detrás de Murray y el inalcanzable Djokovic. El no haber ganado un Grand Slam le prohibió luchar por el número uno el año pasado y ser el número dos al finalizar esta temporada.

Roger llegó a diez finales en el Masters y superó a Ivan Lendl (9), aunque el checo las cosechó... ¡de forma consecutiva! Tres de las cuatro finales perdidas por Federer en el último torneo de la temporada fueron ante "Nole" y la restante se la propició David Nalbandian hace exactamente diez años. Esta temporada fue su participación número catorce en el certamen en la que alcanzó las 52 victorias, ambos récords absolutos, una costumbre del suizo.


Los artífices del pasado y presente del Nº1 del mundo.

135 finales ATP disputó Roger Federer en toda su carrera (88-47) entre 2001 y 2015. Novak Djokovic hizo su trabajo y alcanzó 85 finales (59-26) entre 2006 y 2015. El suizo terminó número uno del mundo en cinco ocasiones (2004-07 y 2009) y el serbio hizo lo propio en cuatro oportunidades (2011-12 y 2014-15). A pesar de los seis años de diferencia entre ellos, 17 Grand Slams y 24 Masters1000 consiguió el helvético; 10 GS y 26 M1000 el balcánico. Encaminado a superar varios récords de sus contemporáneos Federer y Nadal, ¿lo logrará?

Daniel Vitale Pizarro

02 noviembre 2015

Insaciable


En su casa no defrauda y agradece a sus fans con besos al aire...

Semifinal de Indian Wells 2012. Roger Federer derrotaba a Rafael Nadal 6/3 6/4 y acortaba la distancia entre ambos en enfrentamientos personales (10-18). El suizo fue campeón al vencer en la final a John Isner, año que recuperó en número uno del mundo luego de la consagración en Wimbledon. Esa fue la última victoria del helvético ante su rival más difícil de su carrera hasta ayer en Basilea. El triunfo en su ciudad natal cortó una racha de cinco partidos consecutivos sin poder ganarle y casi dos años sin enfrentarse, desde las semifinales del Australian Open 2014. Pasaron casi cuatro años para que se revirtiera la tendencia española.

Doce meses después de Indian Wells 2012, en el mismo certamen, se volvieron a cruzar pero en cuartos de final y el vencedor fue el español 6/2 6/4. Casualmente, "Rafa" fue campeón en California ante Juan Martín Del Potro, en una temporada que fue notorio el desarrollo de ambos. Federer tocó el número ocho del ranking y Rafael terminó N°1 del mundo con varios récords. La final de Roma fue el escenario siguiente en el cual se vieron las caras. Finalista en Monte Carlo y campeón en Barcelona, se encontró con un rival que apenas había ganado un partido en Madrid. Paliza del mejor sobre arcilla 6/1 6/3.

Indian Wells 2012 y 2013, una victoria por lado.
Roma y Cincinnati 2013, ambas victorias para el español.

Campeón en MontrealNadal chocaba en cuartos de final de Cincinnati nuevamente con Federer. A pesar de ofrecer resistencia en el primer set, fue solo una amenaza para el futuro ganador del Grand Slam sobre cemento (MontrealCincinnati y US Open). El resultado fue 5/7 6/4 6/3, lejos de su nivel Roger, que recién encaminó su tenis y volvió a acercarse a su nivel en el Masters de fin de año. En aquel torneo, se enfrentaron en semifinales y una vez más, el de Manacor fue más que el de Basilea 7/5 6/3. El historial quedaba 22-10 al finalizar el 2013, mucha diferencia para las carreras de ambos, curioso pero real.

El 2014 los volvió a poner frente a frente en semifinales del Australian Open. Quizás el mejor Nadal sobre canchas duras ante una nueva versión de Federer, con Edberg en su equipo de trabajo, nueva táctica dentro de la cancha y raqueta diferente, aun en prototipo. Nada cambió. España a Suiza 7/6 6/3 6/3 y a la final en la que los países invirtieron sus resultados ya que Wawrinka se vengó de Nadal y debutó como campeón de Grand Slam, lesión de por medio del derrotado y nivel estratosférico del vencedor. No se cruzaron más en 2014. Recién en la final de Basilea 2015 repitieron el duelo que cambió el tenis en el nuevo milenio.

El Masters 2013 y Australian Open 2014, las últimas victorias de Nadal sobre Federer.

Tres años, siete meses y diez días esperaron los fans para que Roger Federer pueda ganarle a Rafael Nadal. Y fue en el patio de su casa, en Basilea. Siempre dominador el suizo pero con el respeto que siempre le tuvo, titubeó en el segundo set pero a base de primeros saques, idas a la red y agresividad desde el fondo, se llevó el partido, el título y nuevamente el número dos del mundo. Nadal luchó como siempre, incomodó pero no le alcanzó. No llega como antes a los ataques y esos microsegundos que le permitían devolver una bola más y poner a la defensiva a sus rivales, ya no los tiene, y lo sufre en los partidos apretados.

"Estoy muy contento de cómo jugué. Ha sido un día muy especial y una de las mejores semanas mías en Basilea, considerando todo lo que he pasado aquí”, dijo Federer luego de recibir su séptimo título en Basilea, el sexto trofeo ATP del año y el N°88 en lo que va de su carrera. Achicó el historial de finales entre ellos (7-14) y de enfrentamientos personales totales (11-23). Los siete títulos en Suiza igualan la cosecha que ostenta en Wimbledon, Cincinnati y Dubai, debajo de los ocho conseguidos en Halle. En cuanto a finales, las doce en Basilea son inalcanzables para cualquier jugador en cualquier torneo. Los más cercanos: Vilas en Buenos Aires (10) y él mismo en Wimbledon y Halle (10).

El campeón muestra su trofeo y el subcampeón sostiene su plato.

Federer ganó al menos seis títulos en una temporada por séptima vez, misma suma que en 2012. Brisbane, Dubai, Estambul, Halle, Cincinnati y Basilea, más las finales en Indian Wells, Roma, Wimbledon y US Open, llegó a la cifra de diez definiciones ATP al igual que en 2012. Es el séptimo año que llega al menos a diez finales del circuito en año calendario, lo que muestra la vigencia y el alto nivel sostenido a lo largo de su carrera. Top6 ATP entre 2002-2015 (6° dos años, 3° un año, 2° cinco años y 1° cinco años) tiene asegurado el Top4 en 2015, otra marca más.

“Quiero felicitarlo por la victoria. He perdido la final ante Federer en una superficie en la que solo le había ganado una vez en mi carrera y él está teniendo un año fantástico. Aquí jugaba en sus condiciones favoritas y además en casa, aun así he perdido en tres sets por unos detalles. He estado muy bien durante toda la semana, con muchos aspectos positivos de mi juego y de mi mentalidad”, se sinceró "Rafa" tras su 98° final ATP en su carrera (67-31), sexta del año (3-3). Seis del mundo, sin lesiones, sus apenas cuatro victorias ante el Top10 resaltan en su palmarés, un triunfo menos que en 2005. Además acumula 18 derrotas, su peor registro anual desde que es profesional.

@DanielViPiTenis
Daniel Vitale Pizarro

14 septiembre 2015

El gran escapista


Djokovic debajo de los papelitos y Federer detrás

La final del US Open 2015 fue una muestra más de superación ante las adversidades, una constante en la vida de Novak Djokovic. Un amor propio envidiable, una garra suprema, una mentalidad que roza lo "Nadalesco" y una consistencia e intensidad que casi nadie resiste. Esos son los pilares de actual número uno del mundo, uno de los mejores tenistas de todos los tiempos en una época brillante del tenis que reúne a tres de los cinco más ganadores de la historia en Grand Slams. Desde Belgrado a Estados Unidos, pasando por Australia e Inglaterra y tropezando una y otra vez en Francia, "Nole" fue construyendo su propia leyenda. Una leyenda de diez... de diez títulos "Grandes".
La primera experiencia en una final de Grand Slam la tuvo en 2007, precisamente en donde se coronó este domingo. El rival fue también el mismo del fin de semana, el vigente tricampeón del torneo (¿destino?). Fue victoria de Roger Federer en sets corridos pero algo cambió a partir de ese partido. El circuito dejó de polarizarse entre Federer y Nadal y se formó una terceto con Djokovic como principal enemigo de ambos. Al siguiente "Major", Novak dio la campanada y debutó como campeón en el Australian Open ante Tsonga, otro que prometía. Pasaron casi tres años para que "ND" volviera a una final de esta envergadura. En el medio intentos de cambios de saque y demás, fallidos.

En el US Open 2010 perdió la final contra Nadal. Pero a fin de esa temporada sucedió algo que lo catapultó a la cima hasta hoy. Fue campeón de Copa Davis. Además le descubrieron un porcentaje de celiaquía por lo que tuvo que cambiar su dieta. Más fibroso y atlético, sumado a la confianza del final del 2010, el año siguiente fue cuando explotó. 41 partidos consecutivos sin conocer la derrota, campeón en tres Grand Slams y número uno del mundo por primera vez. Novak Djokovic derrotó a Murray en la final del Australian Open y a Nadal en las definiciones de Wimbledon y el US Open. Cuatro títulos de GS en seis finales a los 24 años. Estábamos en presencia de un gran campeón.
2007 y 2015, las finales entre sí en el US Open

El 2012 empezó a tono con el año anterior. Campeón en el Australian Open, una vez más ante Nadal en una final de Grand Slam, la más larga de la historia. Pero su efectividad en las grandes citas cayó un poco, aunque no dejaron de ser grandes producciones. Final en Roland Garros y US Open, ambas derrotas ante el nacido en Manacor. El nivel del serbio no decayó y su confianza tampoco. Una vez más, inició una nueva temporada como campeón del Australian Open, por segunda vez derrotaba a Murray en la lucha por el trofeo. La extenuante semifinal ante Del Potro en Wimbledon 2013 le impidió estar a pleno contra Murray que lo derrotó en Wimbledon, y un Nadal inexpugnable lo venció en US Open, el mejor "Rafa" en cemento que hubo.

El sabor amargo de finalizar número dos del mundo tras ganar un Grand Slam más dos finales y una semifinal en los restantes, lo motivaron para recuperar el trono en 2014. A pesar de tropezar ante Stan Wawrinka en cuartos de final del Australian Open y de perder una nueva final de Roland Garros contra el mismo de siempre, Rafael Nadal, en Wimbledon se redimió y conquistó su séptima corona "Grande". Cómodo número uno del mundo, el 2015 lo vio por quinta vez campeón del Australian Open y finalista por tercera vez en Roland Garros, aunque Nadal no fue su verdugo sino Wawrinka, el otro suizo en cuestión.
"¿Soy yo? Ah, ok, está bien"

El noveno Grand Slam en el palmarés de Djokovic fue Wimbledon. Igual que en 2014, Federer estuvo del otro lado de la red. Esa misma final se reeditó por cuarta vez en "Majors" en el US Open
2015, hace algunas horas atrás. Demorada por lluvia, el encuentro se trasladó a la sesión nocturna, horario en el que Roger solo había perdido en una oportunidad. Sin ceder sets, invicto en el verano norteamericano con una postura más agresiva de lo habitual, era el rival ideal para poner en problemas al dominador de los últimos años e inalcanzable número uno del mundo. Djokovic afrontaba esta final en quizás su mejor año como profesional, incluso superior al 2011.

Los constantes ataques y subidas a la red, las 23 opciones de quiebre, los 56 tiros ganadores y el apoyo de 23000 personas no fueron suficientes para romper la imperturbable defensa e intensidad del serbio que resistió los embates del suizo, contragolpeó y sobre todo, acertó en los momentos claves del partido. No titubeó. Las innumerables ocasiones para adelantarse en el marcador que tuvo Federer fueron maniatadas por "Nole", mental y físicamente superior. Esas oportunidades, ante otro rival, difícilmente se le hubieran escapado. Pero cada rival supone niveles distintos de exigencia y Novak Djokovic, ante la menor duda, no te perdona. Mientras más apretado el marcador, mejor juega.
“Ganar ante el jugador más laureado, alguien que siempre sigue peleando hasta el final, que te hace buscar esa pelota extra, son cosas muy especiales para mí. Poder revivir estos momentos como en 2011 es algo increíble. Creo que es más complicado repetir algo que hacerlo por primera vez. Soy una persona y un jugador distinto a lo que era en 2011. Soy un hombre casado, padre y con distintas experiencias en la vida. Enfoco el tenis de una forma completamente distinta. Me siento más completo, físicamente más fuerte y mentalmente más experimentado y resistente. Haber estado en esa situación con anterioridad me ha ayudado a comprender distintos obstáculos y sé lo que necesito para superarlos”, las palabras de un maduro y aplomado Djokovic, con los pies sobre la tierra.

Federer fue modesto y educado en conferencia pospartido en pleno Arthur Ashe (incluso jugó con la frase de Pennetta "one last thing") pero cuando se sentó ante los micrófonos en la sala de conferencias, mostró su lado más humano: “Estoy muy decepcionado. He tenido muchas oportunidades en mi raqueta. Nunca debí ir por debajo en el marcador de la manera en la que estuve. Es bastante simple. Perdí debido a los errores que he cometido. Tengo que mejorar en eso. Así que ahora voy a trabajar y seguir adelante. No es ningún problema para mí”. 27 finales de Grand Slam (17-10), las últimas tres perdidas y con la pasión intacta. #BEL18VE

Daniel Vitale Pizarro

24 agosto 2015

Roger tiene la edad de su juego


Roger mira al cielo y Novak al piso.

"He tenido un montón de tiempo desde la final de Wimbledon. Estoy fresco y con ganas de jugar. No puedo esperar a que empiece el torneo. Los entrenamientos han ido bien y estoy muy contento de cómo me siento". Así declaraba Roger Federer antes de debutar en Cincinnati ante Roberto Bautista Agut. Ausente en Montreal por cuestiones de planificación, algo que Federer estudia minuciosamente, llegó a Ohio para defender su corona con el riesgo de trastabillar y llegar al US Open casi sin partidos. Pero nada de eso sucedió, si no todo lo contrario. Incluso recuperó el N°2 del mundo, puesto que le había arrebatado Murray la semana pasada tras ser campeón en Canadá.

Una hora y nueve minutos duró el español en cancha. Un monólogo de Federer que hizo lo mismo en las rondas sucesivas contra Kevin Anderson (55 minutos) y Feliciano Lopez (62 minutos), rivales de fuste que literalmente borró de la cancha. Su propuesta ultraofensiva, aun más de lo habitual, opacó las virtudes de los demás. Murray era el semifinalista, la vara estaba más alta pero el nivel de Roger no bajó. Menos lanzado a la red que los partidos anteriores pero siempre con la intención de atacar e ir hacia adelante, controló las acciones y neutralizó el juego del británico. 6/4 7/6 para el suizo y final en Cincinnati, séptima en este Masters1000 que ganó las seis veces anteriores.
Feliz, agradece el apoyo del público.

La final era una vez más contra Novak Djokovic. Por quinta vez en la temporada se veían las caras en la definición por un título. En Dubai se llevó el trofeo el helvético y las tres restantes (Indian Wells, Roma y Wimbledon) fueron para el de Belgrado. En el sexto Masters1000 del año, la rivalidad Federer-Djokovic se reeditaba por 41° vez, historial empardado en veinte triunfos por lado. 4h 43m había estado en cancha "RF" antes de la final contra las 6h 49m de "ND". Y si a eso le sumamos los cinco partidos disputados la semana pasada en Montreal, la condición física de cada uno podría haber llegado a pesar, algo que para alegría del público y sponsors, al menos a simple vista, no se notó.

El primer set fue equilibrado en el resultado hasta el tiebreak pero no tanto en el desarrollo. Sin ceder opciones de quiebre, Federer no tuvo complicaciones al servicio (como durante toda la semana) y peleó varios juegos de saque de Djokovic. Su agresividad al resto, algo inusual en él, dio sus frutos en la muerte súbita y al comienzo del segundo set, cuando quebró el servicio de Novak y se encaminó hacia la victoria. El tiebreak fue un mazazo para "Nole". Cedió terreno que no pudo recuperar. 7/6 6/3 y título para el mejor tenista de la semana. Derrotó a Murray (2°) y a Djokovic (1°) en fila. Por segunda vez en su carrera venció en un mismo torneo al 1° y 2° del mundo, como en el Masters 2003 (Ferrero -2°- y Roddick -1°-).

Pasión eterna

La actuación de Federer en Cincinnati fue colosal. A sus 34 años recién cumplidos, demuestra torneo tras torneo que está más vigente que nunca. Y se da el lujo de re-reinventarse. Notorio fue el cambio (para bien) de su juego desde la contratación de Stefan Edberg como coach pero esta semana le aplicó una marcha más a esa táctica. Su servicio funcionó a la perfección, manejó los tiempos y jugó a gusto con su derecha, incisiva como de costumbre. La volea, inexpugnable, firme y decisiva. Pero lo que más impacto causó fue su devolución, golpe con el que durante su carrera nunca brilló. Desde "winners" hasta "chip and charge", todo le salió bien. Presionó como nunca, ahogó a sus rivales y hasta devolvió muchas veces de sobrepique atorando a sus rivales. Alucinante.

Federer confesó que practicó la devolución de bote pronto como un chiste durante los entrenamientos y que se dio cuenta que podría funcionar en Cincinnati por la superficie y condiciones de Ohio. "No voy a jugar en la manera en la que ellos quieren que juegue. Es un poco una locura para ser honesto, pero me está funcionando. No es que lo haga en todos los segundos saques, sino en algunos puntos. Es bueno crear un poco de confusión en la cabeza del adversario", reflexionaba en conferencia de prensa sobre las tácticas a utilizar y lo realizado esta semana. Además aclaró lo roles de sus entrenadores y la influencia positiva de Edberg: "Stefan es quien me da diferentes consejos sobre qué hacer en los partidos o los entrenos pero es Severin el que maneja el barco". Claro como siempre.

Su derecha marca el ritmo de los partidos.

Los números de "Su Majestad" no paran de aumentar y el paso del tiempo parece no afectar su eficacia. 87 títulos ATP, 24 Masters1000, siete en Cincinnati y cinco esta temporada. Número dos del mundo, se mantiene en el Top10 de manera consecutiva hace 672 semanas, aun lejos de las 788 de Connors. Donde si es líder es en las semanas como número uno del mundo (302) y como Top2 con 463 y contando. "Creo que soy un jugador mejor ahora que cuando tenía 24 años porque practiqué durante diez años y tengo diez años más de experiencia. Siento que golpeo mejor mi servicio y mi revés, mi derecha sigue siendo tan buena como siempre y mi volea está mejor que nunca".

El campeón agregó Cincinnati a la lista de los torneos que consiguió siete veces. En Ohio levantó el trofeo en 2005, 2007, 2009, 2010, 2012, 2014 y 2015. Wimbledon y Dubai también los ganó en siete oportunidades y Halle ocho veces, los cuatro certámenes en los que más triunfó. Djokovic se quedó con las manos vacías: perdió por quinta vez la final aquí. Si agregamos la final perdida en Roland Garros, cayó en las finales de los torneos que le faltan para completar el tanto "Grand Slam" y como el "Carrer Golden Masters", en un año en el cual parecía que arrasaba con todo. No todo es color de rosa para Novak, la remera de Roger sí.

*El título es un tuit de @unmoroenlacosta.
Daniel Vitale Pizarro

13 julio 2015

El pasto no es solo para las vacas


"El césped no tiene gluten, no está procesado, es completamente orgánico y natural. No me dio ninguna reacción"

Novak Djokovic (1°) y Roger Federer (2°), los dos mejores tenistas de la actualidad, llegaron a la final de Wimbledon al igual que la temporada pasada. Los niveles de ambos durante las dos semanas prometían un partido de altísimo vuelo. En las semifinales, Djokovic destrabó un primer set muy parejo ante Gasquet, que luego terminó resolviendo con comodidad, y Federer disputó uno de los mejores partidos de su carrera, según sus palabras, contra Murray. La final de Grand Slam con más "Majors" de la historia (25), dos más que la disputada el año pasado entre ellos en el "All England" (anterior récord), no iba a defraudar.

Roger empezó muy agresivo, decidido a acortar los puntos y cerrarlos en la red. Eso se trasladó al primer quiebre del partido para el suizo. Inmediatamente Novak lo recuperó. Tuvo que salvar dos bolas de set en el 5-6, momentos en los que el primer servicio fue vital. El tiebreak fue todo para el campeón defensor. El segundo set fue el más parejo. Esta vez el que tuvo set point en el 4-5 fue "Nole". Llegó el tiebreak. Federer caminó por la cornisa, salvó siete sets points y se llevó el parcial. La Cancha Central explotaba. El serbio, enfadado, rompía su remera en el cambio de lado, ofuscado por las chances desperdicias. El encuentro se convertía en uno al mejor de tres sets, atrapante.

Su saque, menos dotado, funcionó mejor que el de su rival

La paridad del tercero duró poco. El nacido en Belgrado rompió el saque de su rival en el 1-1. La intensidad del partido había bajado. Federer sintió el peso del partido, sus piernas lo evidenciaron y en semejante definición, esas pequeñas cosas terminan inclinando la balanza. Administrado el quiebre, los últimos esfuerzos del helvéticos fueron en vano. 7/6 6/7 6/4 y al descanso. Djokovic sabía que salvo la heroica, el partido estaba en sus manos. Nuevamente un quiebre tempranero de servicio dilapidó las pocas chances que le quedaban al nueve veces finalista aquí, que cayó 7/6 6/7 6/4 6/3 ante un inexpugnable campeón, una roca sólida en todos los aspectos que involucran al tenis.

Los números de Djokovic esta temporada son un escándalo. Salvo el traspié a principio de temporada en cuartos de final de Doha ante Karlovic y su saque, no bajó de la final en todos los torneos en lo que jugó. Campeón del Australian Open, Indian Wells, Miami, Monte Carlo, Roma y Wimbledon más las finales de Dubai (Federer) y Roland Garros (Wawrinka). 48-3 su récord en 2015, seis títulos sobre nueve jugados y más de cuatro mil puntos por encima de Federer en el ranking ATP. Pero por sobre todas las cosas, muy superior a todos, similar a lo que ocurre con Serena Williams en la WTA, pero con más jerarquía de los rivales.

Frustrado pero feliz, la cara de Federer, una mezcla agridulce contra la sonrisa de oreja a oreja de Djokovic.

En un breve análisis, con humor y sinceridad, Federer dijo cosas como estas: “Novak estuvo brillante en los puntos importantes y al final se convirtió en una roca sólida. He tenido mis oportunidades de ganar y por eso estoy decepcionado. Supongo que el primer set ha sido clave, si lo hubiese ganado es posible que las cosas hubieran sido diferentes. Tampoco me hubiera venido mal sacar un poquito mejor, conseguir más puntos gratis. Él ha jugado muy bien a lo largo de todo el torneo, de todo el año, también de la temporada pasada y de la temporada anterior, es decir, siempre. Este año se merecía el título”.

El mejor deportista suizo de la historia tomó el plato, lo exhibió por todo el estadio, lo enseño con orgullo y aceptó la derrota: "Jugué un buen tenis pero Novak lo hizo mejor. Tuve dos grandes semanas, un partido no opaca los anteriores seis". Brillante. Una lección para todos los tenistas que ponen excusas a la hora de las derrotas y magnifican lo que en realidad es: un partido perdido más. Lo único real es la realidad y el balcánico está por encima de sus rivales. No queda otra que aceptarlo y seguir intentandolo, pero tranquilo con lo hecho dentro de una cancha, y más aun, orgulloso de ser el segundo en un torneo en el que empiezan 128, todos con la misma ilusión.

Orgulloso pero con un sabor amargo, Federer caminó toda la Cancha Central con el plato de segundo puesto.

“Teniendo en cuenta mi estado anímico hace tres o cuatro semanas, es increíble estar aquí como campeón de Wimbledon, porque he conseguido superar ese gran reto otra vez”, las palabras del campeón tras su consagración por tercera vez de Wimbledon en su cuarta final en las últimas cinco ediciones. “Obviamente, soy mucho más fuerte mentalmente y más maduro como jugador y persona para ser capaz de mantener constantemente este nivel de profesionalidad y competir con estos jugadores", único jugador en haberle ganado a Nadal en Roland Garros y a Federer en Wimbledon en una misma temporada.

Novak persigue la historia. Su campeonato en Wimbledon le permitió pasar a Andre Agassi, Jimmy Connors, Ivan Lendl, Fred Perry, Max Décugis y Ken Rosewall (8) en cantidad de Grand Slams para ubicarse octavo en la historia y quinto en la Era Abierta. Roger Federer (17), Rafael Nadal y Pete Sampras (14), Roy Emerson (12), Bjorn Borg y Rod Laver (11), Bill Tilden (10) y Novak Djokovic (9), así es la lista de los máximos ganadores, en la que el serbio no para de escalar posiciones.

Daniel Vitale Pizarro

22 junio 2015

El niño bonito


15° torneo en el verde césped.


Halle siempre le cayó bien a Roger Federer. Desde su debut en el año 2000 hasta el 2015, siempre fue a más. En sus dos primera presentaciones perdió en cuartos de final. En 2002 alcanzó las semifinales. Esa temporada fue la última en la que perdió antes de la final porque a partir del 2003 siempre llegó al último partido. Diez finales consecutivas en la hierba alemana y ocho títulos para el helvético, a excepción del 2009 y 2011 (no disputó el certamen). Sus traspiés sucedieron en 2010 y 2012, casualmente las temporadas siguientes a su no presentación en el torneo. 33 años, número dos del mundo y campeón de Halle 2015. Historia pura.

El máximo ganador sobre césped (15 títulos) realizó en conferencia de prensa un breve análisis sobre su semana y agregó la clave, según él, para jugar en esta superficie "Uno de los mayores secretos de la gira sobre hierba es saber cómo jugar los puntos importantes. Se puede jugar muy bien pero luego tomas una decisión equivocada en un momento decisivo y pagaremos las consecuencias. Esta semana fue genial, incluso el primer partido aunque estuvo muy equilibrado. Gané todos los desempates jugados en este torneo, me da mucha confianza saber que en los momentos cruciales del juego puedo responder bien".

Seppi no pudo emular lo hecho en enero ante Federer.


El partido más complicado que tuvo fue ante Kohlschreiber en primera ronda. 7/6 3/6 7/6 fue el resultado, cerradísimo. El alemán servió 5-4 en el tiebreak del set final pero no pudo cerrar el encuentro. A partir de ahí el suizo elevó su nivel y llegó a la final sin perder ningún set más. La definición era contra Andreas Seppi, su verdugo en el Australian Open esta temporada. Doce veces se habían enfrentado estos jugadores, con una sola victoria del italiano, y la tendencia no se revirtió. Un ajustado primer set concluyó en un holgado tiebreak (7/1) en favor de más laureado y un quiebre en el segundo set terminó con las esperanzas de Seppi 7/6 6/4.

"Andreas es un jugador que va intercambiado muy bien desde la parte inferior, se mueve bien en la hierba, golpeando fuerte, de forma plana y profunda, por lo que hoy me hizo la vida muy difícil. La final fue un gran partido, el servicio me salvó un par de veces durante el primer set. Para esto llegué tan pronto al torneo, para trabajar el juego de pies y poder jugar mucho más tiempo, sobre todo poniendo a punto mi servicio ", las impresiones de "RF" sobre la final y la importancia de su saque, golpe que "puso a punto" a lo largo de estas semanas.

Su arma principal.


Esta temporada la gira sobre pasto tuvo modificaciones. Se agregó un torneo más y por ende una semana más. Esos cambios permitieron que sus dos eventos más tradicionales (Halle y Queens) subieran de categoría. Los nuevos ATP 500 fueron reubicados una semana después de Roland Garros y una semana antes de Wimbledon, tiempo más prudencial para los mejores del ranking que llegan a las instancias finales en ambos Grand Slams, más aun con lo complicada que es la transición de arcilla a césped. Sponsors, jugadores, organizadores y espectadores, todos satisfechos con este cambio que esperemos progrese año tras año.

Para Andreas Seppi fue su octava final ATP (3-5), segunda de la temporada (0-2). Perdió en Zagreb ante Guillermo García Lopez y contra Federer en Halle. Hasta la final, el italiano de 31 años (27°) fue beneficiado por los abandonos de Gael Monfils en cuartos de final (6/1 1-0) y de Kei Nishikori en semifinales (4-1), lo que posibilitó su incursión a una final sobre hierba por tercera vez en su carrera tras ser campeón en Eastbourne 2012 y finalista al año siguiente. Curiosamente sus únicos tres títulos los cosechó en tres superficies diferentes (arcilla, hierba y cemento), aunque nunca triunfó en cemento al aire libre.

Algunas caídas aisladas preocuparon a sus fans.

Las extraños tropiezos de "Su Majestad" en la hierba no impidieron que levantara su 86° título ATP (130 finales). Alcanzó a Guillermo Vilas y Rafael Nadal al conseguir un mismo torneo ocho veces. El argentino lo hizo en Buenos Aires y el español lo logró en Barcelona y Monte Carlo, más los nueve acumulados en Roland Garros, único en la historia. En el rubro que es líder es en el de finales en un mismo certamen. Cosechó en Basilea once definiciones por el título y junto a Vilas llegaron a diez en Halle y Bs As respectivamente. Además, 2015 es el año número doce en el que Roger gana cuatro o más trofeos, a excepción de 2001 (1), 2002 (3) y 2013 (1).

El porcentaje de victorias de Federer en césped es abrumador: 88% de triunfos en la superficie (136-19). Disputó 34 eventos, fue campeón en quince y perdió cuatro finales. Además, en Halle logró los 51 partidos ganados, el tercer torneo en el que superó la cifra de 50. Los otros dos: Indian Wells (52) y Basilea (56). 1030 es la cifra total de encuentros ATP en los que salió victorioso. Una bestialidad. En cuanto a cetros, obtuvo su 65° al aire libre (outdoor), también en el tope de esta lista con uno más que Nadal, segundo en la historia de este deporte.


Daniel Vitale Pizarro

18 mayo 2015

Comienza la recta final

La espalda de Djokovic también se fotografía...

Semifinal de Shanghai 2014. Derrota ante Roger Federer, días después de haber disputado su mejor partido del año en la final de Beijing ante Berdych (6/0 6/2). Ese fue el último partido perdido de Novak Djokovic en Masters 1000. Luego se coronó campeón en París, el Masters, Indian Wells, Miami, Monte Carlo y Roma, solo se ausentó en Madrid para preservar el físico de cara a Roland Garros. "Espero que saltarme Madrid tenga efecto positivo en Roma y Roland Garros", dijo "Nole" antes de debutar en Italia. Mal no le fue. Suma 26 triunfos consecutivos en Masters 1000 para dejar atrás los 24 de Rafael Nadal en 2013.

La capital italiana fue un lugar en el que se sintió cómodo desde sus comienzos como profesional. En su segunda participación en 2008 conquistó su tercera corona de la serie 1000, la primera final en el foro itálico de las seis que disputó. Nunca cayó antes de cuartos de final en este torneo en nueve participaciones, con récord de 6-0 en semifinales. Solo Berdych, Verdasco y Nadal (tres veces) pudieron derrotarlo en Italia. Privilegio de pocos. Acumula 34 victorias y cuatro títulos allí. A días de cumplir 28 años, el serbio se encuentra "a punto" para disputar Roland Garros, el único Grand Slam que le falta, el principal objetivo de su temporada.
“Ser un gran campeón no es solo ganar títulos. Es ser responsable y agradecido dentro y fuera del campo"

Sin jugar desde Monte Carlo, comenzó el certamen algo inestable con su juego. Fue obligado a disputar tres sets en sus primeros tres partidos ante Almagro (176°), Bellucci (68°) y Nishikori (6°). En semifinales contra Ferrer (8°) acomodó su tenis y selló el pase a la final con un doble 6/4 para enfrentar a Federer por 39° vez. Y fue el nacido en Basilea el que sufrió el verdadero nivel del actual número uno del mundo en 2015, que no pudo quebrarle el servicio y cayó 6/4 6/3.

Solidez extrema desde la base, dejadas de revés milimétricas que cuando no sorprenden, son utilizadas tácticamente para desarmar al rival y passings shots marca registrada, que le da más espectacularidad el juego de Roger, que lo exige con incansables subidas a la red. Su servicio funciona cada vez mejor y como los grandes campeones, aparece cuando lo necesita. Su devolución, la mejor de la época, nunca lo abandona y forja su juego desde el fondo a partir de ese golpe. Profunda, corta, angulada, todas complican. Y desde que comenzó a trabajar con Becker, sus idas a la red son más frecuentes. Aunque no domina ese golpe con naturalidad, mejoró mucho la volea táctica y la utiliza para cerrar muchos puntos complicados.

Papá y mamá Djokovic

"Perdí muchas finales en mi vida. No recuerdo el número exacto, recuerdo mejor las victorias. Pero las victorias no llegan fácilmente, debemos trabajar para que se produzcan. Este título se lo dedico a mi familia, mi esposa, mi hijo, mis parientes que estaban aquí y mi hermano. No lo veo muy a menudo y fue bueno verle aquí a mi alrededor esta semana. Vamos a estar juntos de nuevo unos días antes de ir a París”, declaraba un alegre jugador con su familia dentro de la cancha festejando con el trofeo tradicional italiano.

Los números de Novak Djokovic aumentan más y más. Superó a Federer dentro de la cancha y fuera de ella también, ya que levantó el 24° Masters 1000 de su carrera, uno más que el suizo, aunque Roger ostente 41 finales contra las 34 del serbio. Quinto año consecutivo que obtiene cinco o más títulos en una temporada y décimo año al hilo con dos o más trofeos. En total acumula 53 copas en 76 finales disputadas. Invicto desde la final perdida en Dubai a manos de "RF", suma 35 victorias en 2015 (23-0 desde la primera ronda de Copa Davis), dos derrotas, cinco títulos en menos de cinco meses de circuito. Una bestialidad. Solo en 2011 tuvo un mejor comienzo de temporada hasta Roland Garros (siete títulos e invicto).

Nos vemos en Roland Garros

"Decidí venir a última hora a Roma y me voy satisfecho con el torneo que he hecho. He podido llegar a la final pero Djokovic ha jugado muy bien, similar al 2011 cuando no había perdido ningún partido. Esto me da confianza para París y espero no bajar mi nivel", fueron las palabras esbozadas por el helvético, que no llega a la final de Roland Garros desde 2011, año que derrotó al mejor Djokovic en las semifinales, quizás, el mejor partido de su carrera por todo lo que significó esa victoria, el nivel, el momento de ambos y las circunstancias dadas.

Para Roger Federer (2°) fue una semana positiva en cuanto al juego pero negativa para su palmarés. Una vez más se le escapó Roma. En la memoria de los fanáticos aun resuenan los match points de 2006 ante Nadal... Disputó su cuarta final en la capital italiana (2003, 2006, 2013 y 2015), uno de dos Masters 1000 que nunca pudo conquistar junto a Monte Carlo, en el que también acumula cuatro definiciones sin suerte. Desde 2002, siempre estuvo presente en alguna final de Grand Slam o Masters 1000 sobre arcilla. Un especialista encubierto (?). Las casas de apuestas lo ubican como quinto favorito por detrás de Djokovic (1°), Nadal (7°), Murray (3°) y Nishikori (5°). ¿Ustedes?

Daniel Vitale Pizarro