24 febrero 2014

Una aplanadora en arcilla

Pensar que hace solo un año, en el mismo país pero unos kilómetros al oeste (San Pablo), Rafael Nadal lograba su primer título ATP luego de la lesión en su rodilla que lo alejó casi ocho meses de las canchas. Tras perder la final en Viña del Mar ante Zeballos, llegaba a Brasil con más dudas que certezas. A pesar de dejar sets en el camino ante BerlocqAlund, en la final acomodó su jugó y derrotaba a Nalbandian. Pero nada de esto ocurrió en 2014. Campeón en Doha y finalista en el Australian Open, llegó al ATP500 de Rio de Janeiro luego de bajarse del ATP de Buenos Aires por una lesión en la espalda que le impidió rendir al 100% en la final australiana.

Todo era color de rosa para "Rafa" hasta semifinales, donde un sorprendente Pablo Andujar (40° ATP), se plantó en la cancha central del Rio Open y le peleó de igual a igual al N°1 del mundo, invencible en arcilla. Un primer set lleno de aciertos de Pablo y errores de Rafael, sorprendían a todo el estadio. Primer set perdido en el certamen y primera vez en aprietos. "Rafa", bañado en transpiración, reaccionó a tiempo y el partido se fue a un tercer set, con un desenlace que nadie esperaba. Andujar sacó a relucir lo mejor de su repertorio con un Nadal que hacía lo que podía ante los ataques de su rival que estaba en SU día. Llegó el tiebreak y la tensión subía y subía. Ya era el mejor partido del año a tres sets, sin dudas. 
La muerte súbita fue un sube y baja, con todos los condimentos para sufrir y alegrarse, con match points que caían de ambos lados de la red, terminó con dos errores en la red de Andujar: un intento de drop en el 10-10 y una derecha que poco erró durante el partido.

La final fue un partido totalmente distinto, con "Rafa" dominando durante casi todo el encuentro, mucho más sólido, ante un rival con un patrón de juego poco predecible y peligroso, pero que había derrotado a Almagro, Fognini y Ferrer. Dolgopolov se quedó sin armas y cayó 6/3 7/6, a pesar de que pudo quebrar el servicio del español cuando sacaba para partido y forzó un tiebreak en el que poco pudo hacer. "Dolgo" sumo así su sexta final ATP y empeoró su récord a 2-4 en definiciones. La derrota no le impidió subir 18 posiciones en el ranking ATP (36° del mundo), lejos aun de su mejor posición allá por 2012 (13°).

El manacorí se manifestó luego de coronarse en Brasil por tercera vez en su carrera (Costa de Sauipe '05, San Pablo '13 y Rio de Janeiro '14): "Pablo (Andujar) jugó un gran partido en semifinales, jugando muy agresivo. Jugué demasiado a la defensiva y le di la oportunidad de tener el control de los puntos. No estoy muy contento con la forma en que jugué contra él, pero creo que en la final tuve la oportunidad de jugar con un poco más de calma, enfocado en ir a buscar los puntos. Jugué de una forma más sólida contra Alexandr (Dolgopolov)".
El título significó para Nadal el 62° de su carrera, misma cantidad que los obtenidos por Guillermo Vilas, séptimo jugador en cantidad de títulos en la Era Abierta (1968). 43 de esos 62 fueron obtenidos en tierra batida, solo superado por Vilas (46). Rafael consiguió esa cantidad de trofeos en 88 definiciones, desde su primera en Auckland 2004, diez años atrás. Y desde Umag 2003 no pierde una semifinal en polvo de ladrillo. Desde aquella derrota ante Carlos Moyá, el trece veces campeón de Grand Slams acumula 49 semifinales consecutivas en arcilla sin conocer la derrota, un número que deja perplejo a cualquier lector y aumenta aun más su supremacía sobre la superficie naranja. 

En la historia se ubica a tan solo dos trofeos de los 64 que ostentan Pete Sampras y Bjorn Borg, leyendas de este deporte. Y para agigantar más el presente del español, gracias al triunfo le sacó una diferencia en el ranking a Djokovic de 4000 puntos, su inmediato perseguidor. Para dimensionar la cantidad de puntos "de sobra" que tiene hoy Nadal, como ejemplo nos sirve Roger Federer, actualmente octavo en el escalafón mundial, que acumula en total 4305 puntos...

Su espalda, que no le permitió dar el máximo en Australia y le privó su llegada a Buenos Aires, no pareció molestarle durante la semana en Rio de Janeiro, a pesar de que por momentos pareció que no le respondió durante la semifinal ante Pablo Andujar. Sin dolores aparentes en la rodilla, las cintas se trasladaron a la zona lumbar. Los molestias, sean la que sean, son una constante para Rafael Nadal que durante toda su carrera ha tenido que luchar no solo contra los rivales sino contra sus propias lesiones, que no fueron pocas...

Daniel Vitale Pizarro

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