20 octubre 2020

Un billete para Londres

 Podcast 'Golden Slam', episodio 01x11




Daniel Vitale Pizarro

12 octubre 2020

El ridículo XIII

La final de Roland Garros 2020 no era una más de Grand Slam. Había mucho en juego. A las características particulares de esta edición repetidas una y mil veces por jugadores, entrenadores, periodistas y presentes en el torneo sobre las nuevas pelotas Wilson, el frío húmedo parisino de octubre y el techo retráctil utilizado prácticamente todos los días por las constantes lluvias, estaba en juego un nuevo trofeo de Grand Slam que catapultaría al ganador a una nueva categoría de campeón que aun no tiene nombre. Porque tras más de quince años viendo ganar a Federer, Nadal y Djokovic semana tras semana, prácticamente en cualquier torneo, no encuentro la palabra correcta para describir lo conseguido por ellos tres, pero más aun por lo del español en París.

Ganar trece Grand Slams es algo solo al alcance de cuatro tenistas en toda la historia del tenis, pero hacerlo en un torneo de los cuatro que se disputan anualmente, es una ridiculez total. En un deporte tan físico como mental, más aun sobe el polvo de ladrillo parisino disputado al mejor de cinco sets durante catorce días, que una sola persona haya ganado trece ediciones de dieciséis disputadas entre 2005-2020 es ridículo por donde se lo mire. Sus dos derrotas en pista ante Soderling 2009 y Djokovic 2015 y su retiro antes de saltar a la cancha en 2016, solo reflejan que es de carne y hueso como vos que estás leyendo estas líneas o como yo que estoy escribiéndolas, tratando de descifrar como lo hizo.

No hace falta nombrar al veinte veces campeón de Grand Slam porque sus logros ya lo identifican por sí solo. Rafael Nadal dio una muestra más del aura de invencibilidad que tiene en Roland Garros. Ni siquiera Novak Djokovic, superior al manacorí en los últimos años en los enfrentamientos personales, pudo quebrar al inquebrantable español. Trece finales ganadas sobre trece disputadas en la 'Philippe Chatrier'. Trece semifinales jugadas, trece victorias en esa misma cancha. Si estos números siguen sin parecerles ridículos, es porque nunca empuñaron una raqueta de tenis ni siquiera en un negocio de venta de artículos deportivos.

La gesta de Rafael Nadal en Roland Garros es la más impresionante de la historia del deporte individual. No busquen comparaciones porque no las hay. Piensen unos segundos e imagínense ustedes ganando durante trece años el torneo de su club. ¿Imposible, no? Bueno, el Abierto de Francia es el certamen más importante y tradicional de la historia del tenis sobre tierra batida y hay una persona que allí ha dominado durante tres lustros a todo rival que haya osado desafiarlo, red de por medio. Incluso ha derrotado a sus únicos dos verdugos en finales posteriores a esas derrotas: Robin Soderling en 2010 y Novak Djokovic en 2020.

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“Mi cabeza tiene el talento para seguir dándome oportunidades, continuar trabajando y aceptar los fallos para seguir haciéndolo mejor”, decía Nadal durante las semanas previas a debutar en el 'Bois de Boulogne'. Las condiciones adversas de esta edición fueron una motivación extra para Rafael que en contraposición a la mayoría que se excusaba, él trató de buscar soluciones para sentirse competitivo. De eso se trata, de buscar la motivación e intentar mejorar, siempre, más aun tras haber ganado tanto durante mucho tiempo. Toni Nadal lo describe mejor: "Si entiendes la situación, es fácil detectar el problema. Si no aceptas el problema, es casi imposible encontrar la solución".

Trofeo en mano, himno español de fondo y lágrimas en los ojos, así se desplomó "Rafa" en plena entrega de premios: "La mayoría me ve con el trofeo aquí arriba y piensa: 'Ah, ha vuelto a ganar'. Pero mi día a día es más complicado. Tras el parón hubo meses muy difíciles, cosas que nadie sabe, problemas a nivel físico. Me costó muchísimo volver a entrenar a un nivel adecuado. Necesité mucha ayuda de mucha gente. Mi cuerpo no responde bien al frío. Tengo problemas articulares, me pasé semanas sin poder entrenar más de una hora al día. Eran las condiciones más difíciles para mí. Es normal emocionarse con todo esto"

Solo Nadal, su familia y equipo saben por todo lo que tuvo que pasar para ser Rafael Nadal. El propio jugador, micrófono en mano, se encargó de valorizar este Roland Garros, igual o más que cualquiera de sus doce anteriores: "Me quedo con que mi actitud ha sido casi perfecta durante estas dos semanas. Ni una queja ni una mala cara cuando entrenaba. Mi forma de encarar el torneo ha sido buena y luego, el tenis me ha acompañado y he terminado jugando a un nivel muy alto. Solo puedo dar gracias a la vida por poder seguir dedicándome a lo que más me gusta, así que no puedo hacer otra cosa que esforzarme al máximo".

Daniel Vitale Pizarro
@otradoblefalta

Nadal sigue en sus trece

 Podcast 'Golden Slam', episodio 01x10



 

 Daniel Vitale Pizarro

29 septiembre 2020

El frío Roland Garros

 

 


Daniel Vitale Pizarro

28 septiembre 2020

Revancha alemana

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#5 Thank you Hamburg. Thank you audience🇩🇪🖤 #hamburg #atp500

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Era el jugador más en forma previo al Australian Open y vuelve a ser el jugador mejor preparado para Roland Garros. Andrey Rublev está viviendo una temporada fantástica a pesar del parate obligado por la Pandemia. El ruso de veintidós años no solo regresa a su mejor ranking en Roland Garros (12°) sino que será el segundo campeón por triplicado del año junto a Novak Djokovic que ganó cuatro torneos más la ATP Cup en enero. A falta de torneos y al no haber llegado lejos en Roma (segunda ronda), Hamburgo se presentaba como el torneo ideal para tomar el ritmo necesario antes de disputar El Abierto de Francia. Finalista en 2019 ante el bicampeón Nikoloz Basilashvili, en 2020 el cuadro no tenía nada que ver con el de doce meses atrás.

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Disputado luego de Wimbledon desde 2009, año en el que Hamburgo dejó de ser Masters1000, la Pandemia permitió que el torneo más importante de Alemania vuelva a desarrollarse antes del Grand Slam parisino. La ubicación en el calendario produjo que el cuadro principal contara en esta edición con mejores jugadores, a diferencia de la última década. A modo comparativo, el año pasado el octavo preclasificado fue el 37° ATP y en 2020 ese lugar fue ocupado por el 16° ATP... En ese contexto, Rublev partía como quinto favorito con dos Top10 en su parte del 'main draw'. La temprana derrota de Daniil Medvedev abrió un poco el cuadro pero no evitó a Roberto Bautista Agut (11°) en cuartos de final y a Stefanos Tsitsipas (6°) en la final.


La definición fue muy igualada. Compañeros de generación (1997-98) y de muchas batallas futuras, se disputaban el debut como campeones en un ATP500 y el que pudo sobrellevar mejor la presión fue Andrey Rublev: “Es una sensación increíble [ganar un título ATP 500]. Me di cuenta solo cuando dijeron 'doble falta'… unos segundos después comencé a darme cuenta de que se acabó y gané. Es un sentimiento impresionante. Yo estoy feliz. Iba a la cancha sin miedo. El partido fue muy emocionante. En el tercer set estuvo dos veces quiebre arriba. Tuve un poco de suerte en el 5-4... y rompí su servicio. Creo que fue un poco mental. Tal vez Stefanos se decepcionó un poco porque no pudo cerrar el partido y luego, al final, todo fue muy rápido y gané".


Desde que Hamburgo dejó de ser Masters1000 y cambió de fecha en el calendario, el torneo alemán fue el ATP500 más propenso a ganadores sorpresivos o de bajo ranking. Andrey Golubev (2010), Leonardo Mayer (2014 y 2017), Martin Klizan (2016) o Nikoloz Basilashvili (2018-19) fueron los campeones que no estaban en la consideración del público ni organizadores para levantar el trofeo y que luego no lograron grandes resultados en otros certámenes del circuito. Andrey no quería que la final del año anterior fuera solo una cuestión del azar y en un cuadro super competitivo destacó por encima de todos gracias a su potencia desde el fondo de la cancha y a su desparpajo a la hora de golpear la pelota como si no hubiese un mañana.
Segundo jugador con más victorias ATP del curso (25) gracias a los títulos en Doha, Adelaida y Hamburgo y a los cuartos de final en el US Open, el nacido en Moscú no esconde sus intenciones de alcanzar el Top10 e intentará clasificar al ATP Finals en su última edición en la 'Arena O2' de Londres. Entrenado desde 2016 por el español Fernando Vicente, principal culpable de la mejora táctica de Rublev y de los gritos de aliento en un claro español "vamos", el nacido en Moscú va cosechando triunfos en la superficie que menos beneficia a su juego, a base de un mayor orden táctico y mental, sin renunciar al poder de fuego con su derecha.
Atrás parecen haber quedado los días de enojos sin sentido y festejos inapropiados, actitudes que repetía tanto dentro como fuera de una pista de tenis, producto de la rebeldía de un joven que fue el mejor del mundo en Junior, que prometía mucho pero que no terminaba de dar el salto de calidad que todos esperaban. Su desmesurada potencia genera indefectiblemente irregularidad en sus tiros y en eso están trabajando de un tiempo a esta parte junto a Vicente y su cuerpo técnico: “Es un chico nervioso, tiene sus objetivos y la gente apunta muy arriba. Hay que ser realista y ayudarle a dejar a un lado el estrés y acompañarlo en lo mental, que vea que si pierde vamos a estar ahí. Sabe de sus debilidades, aunque a veces es muy impulsivo. Pero es el carácter que tiene y estamos trabajando en ello”.

Daniel Vitale Pizarro

23 septiembre 2020

El serbio más italiano

Ni la pandemia, ni el bochornoso Adria Tour, ni las críticas por la PTPA ni tampoco el pelotazo involuntario a una jueza de línea en el US Open que le provocó la descalificación del Grand Slam... nada desenfoca a Novak Djokovic. Pareciera que mientras más negativo sea el entorno, mejores resultados obtiene. Ya lo demostró por enésima vez el año pasado en Wimbledon tras levantar dos puntos de partido ante Roger Federer: "Si no tienes el público a favor, hay que crearlo. Me imaginaba que todo el estadio gritaba 'Novak, Novak' en vez de 'Roger, Roger' ". La capacidad mental del serbio para sobreponerse a sus rivales y a situaciones totalmente adversas, no deja de sorprender.

Roma es el Masters1000 en el que mejor se ha desenvuelto a lo largo de su carrera. Campeón en cuatro ocasiones y segundo en otras cinco oportunidades, aterrizaba en Italia luego de perder un invicto de veintiséis partidos en Nueva York y criticado hasta el hartazgo por la prensa y los fanáticos, no solo por el pelotazo indebido sino por una acumulación de errores tanto dentro como fuera de la cancha que fueron generando rechazo en el público. Las rondas pasaban y Novak avanzaba. Sin derrotas antes de cuartos de final en sus catorce participaciones en suelo romano, el único set que perdió fue en esa instancia ante Dominik Koepfer. Semifinalista por séptimo año consecutivo, Djokovic se quitó de encima a Casper Ruud para enfrentarse a Diego Schwartzman en la final.

El argentino venía de ganar el mejor partido de su carrera ante Rafael Nadal y el encuentro más emocionante del torneo frente a Denis Shapovalov. Lo motivación para Diego era inmensa: primera final de Masters1000 ante el N°1 del mundo por un lugar en el Top10. Pero enfrentar a Djokovic en una final de M1000 no es para nada sencillo, sobre todo luego de dos batallas tanto físicas como emocionales en las rondas previas. El empuje del argentino al inicio de ambos sets no fue suficiente y el serbio se recuperó de roturas de servicio iniciales para adjudicarse el torneo. Quinto Roma, treinta y seis trofeos de la categoría y ochenta y un títulos ATP totales, apenas cuatro menos que Nadal...

"El peque" había perdido con "Nole" en semifinales de Roma 2019 en dos horas y media de partido. La final entre ambos de Roma 2020 duró casi dos horas pero a pesar de la derrota, no borró la sonrisa de la cara de Schwartzman: "Rompí una barrera más de esas que uno anota en el libro. Llegar a una final de Masters1000 es una alegría para mi equipo y para mí. Siento que crecí. Para seguir ascendiendo en el ranking tengo que ganar en cuartos y semifinales de estos torneos. Si quiero dar otro paso tengo que repetir semanas como estas y sentirme capaz de hacerlo. El cariño que recibí y la repercusión que hubo no deja de sorprenderme. No es por humildad, pero soy un simple jugador de tenis y es una alegría inmensa que a tanta gente le guste lo que hago".

El campeón reflexionó sobre su presente tenístico y mental en Roma, luego del 'default' en el US Open que tantos dolores de cabeza le provocó: “Tuve muchos altos y bajos durante días, estuve en shock pero creo que tuve una gran semana. Tener un torneo a la semana de que ocurra algo como esto ayuda mucho, te ayuda a olvidar. Sé que no jugué mi mejor tenis pero estoy muy satisfecho y feliz de ganar este título. Lo más positivo es que serví muy bien y encontré mi mejor juego en los momentos decisivos. Cuando necesitaba jugar lo mejor posible, lo hice. Sé que quedan más días en los que puedo seguir elevando mi nivel para Roland Garros porque quiero avanzar lejos en el torneo. Este título me da aún más confianza que es absolutamente necesaria para un Grand Slam”.

287 semanas como N°1 ATP acumula el balcánico, una más que Pete Sampras (286), récord en la cúspide del ranking hasta la llegada de Roger Federer (310): "Sampras fue mi ídolo de la infancia, superar su récord es muy especial para mí. Siempre lo admiré, deseaba ser mentalmente fuerte y resistente como él, especialmente en los grandes torneos y en los grandes momentos. También soy consciente del dato y el récord de Federer como N°1 ATP, sé que puedo superarlo en los primeros meses de 2021. Estoy muy cerca, en una gran posición, sano y jugando bien. Los dos objetivos que tengo como profesional son superar a Roger en Grand Slams y en semanas como N°1. Voy a intentarlo, enfocándome sobre todo en los Majors pero también en Masters1000. Puedo ir más allá".

Párrafo aparte para el tenis italiano. Ocho italianos disputaron la segunda ronda del Masters1000 por primera vez en la Era Abierta, confirmando el gran presente que atraviesa el deporte en este país y el mejor futuro que se augura con tenistas como Gianluca Mager (25 años), Lorenzo Sonego (25 años), Matteo Berrettini (24 años), Jannik Sinner (19 años) o Lorenzo Musetti (18 años). Tradición tenística, materia prima, apoyo de la Federación a jugadores y entrenadores, y torneos Futures y Challengers cada semana dentro del territorio han convertido a Italia en potencia mundial. Nada es casualidad. Y queda demostrado incluso en este 2020 pandémico. Ni lerda ni perezosa, la Federación Italiana de Tenis organizará un segundo torneo puntuable ATP este año en Sardegna, reafirmando la política que adoptó el país transalpino en la última década, apostando por el tenis a mediano y largo plazo.

Daniel Vitale Pizarro

22 septiembre 2020

El peque se hizo grande

Podcast 'Golden Slam', episodio 01x08


 

 Daniel Vitale Pizarro

15 septiembre 2020

El miedo a ganar

Podcast 'Golden Slam', episodio 01x07



 
 
Daniel Vitale Pizarro

14 septiembre 2020

Prueba superada

Tenemos nuevo campeón de Grand Slam. Sí. Parecía que este día no llegaría nunca. La Pandemia mundial forzó a cancelar Wimbledon y postergar Roland Garros por lo que el segundo Major de la temporada fue el US Open, el cuarto del curso desde 1978. Entre protocolos para salvaguardar la salud de los jugadores, la burbuja hotelera neoyorkina a treinta kilómetros de Flushing Meadows y la ausencia de Rafael Nadal junto a varios Top100 por prevención, el torneo se puso se marcha. Sin Nadal, Federer, Wawrinka y Del Potro, los campeones de Grand Slam en Nueva York se reducían a Novak Djokovic, Andy Murray y Marin Cilic. Difícil era imaginarse al N°1 fuera de las instancias finales...

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This whole situation has left me really sad and empty. I checked on the lines person and the tournament told me that thank God she is feeling ok. I‘m extremely sorry to have caused her such stress. So unintended. So wrong. I’m not disclosing her name to respect her privacy. As for the disqualification, I need to go back within and work on my disappointment and turn this all into a lesson for my growth and evolution as a player and human being. I apologize to the @usopen tournament and everyone associated for my behavior. I’m very grateful to my team and family for being my rock support, and my fans for always being there with me. Thank you and I’m so sorry. Cela ova situacija me čini zaista tužnim i praznim. Proverio sam kako se oseća linijski sudija, i prema informacijama koje sam dobio, oseća se dobro, hvala Bogu. Njeno ime ne mogu da otkrijem zbog očuvanja njene privatnosti. Jako mi je žao što sam joj naneo takav stres. Nije bilo namerno. Bilo je pogrešno. Želim da ovo neprijatno iskustvo, diskvalifikaciju sa turnira, pretvorim u važnu životnu lekciju, kako bih nastavio da rastem i razvijam se kao čovek, ali i teniser. Izvinjavam se organizatorima US Opena. Veoma sam zahvalan svom timu i porodici što mi pružaju snažnu podršku, kao i mojim navijačima jer su uvek uz mene. Hvala vam i žao mi je. Bio je ovo težak dan za sve.

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Pero difícil no es imposible y lo que nadie imaginaba, ni siquiera los apostadores más osados, sucedió. Djokovic alcanzó los octavos de final sin aparentes problemas, luego de ser campeón en Cincinnati unos días atrás. Su juego no fluía como muchas veces en su carrera y su enfado se notaba en la pista. Luego de gritos inofensivos y gestos de disgusto, a mediados del set tiró un pelotazo hacia los carteles laterales sin mayores consecuencias. Unos juegos más tarde, Pablo Carreño Busta le quebró el servicio al serbio para luego tener la oportunidad de sacar por el set. Cuando ambos jugadores inician el camino hacia sus bancos, Novak lanza otro pelotazo con la 'mala suerte' de golpear a una jueza de línea ¡en la garganta! Minutos más tarde, Novak Djokovic era descalificado del torneo.

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El CM del #USOpen entendió todo

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Se habló mucho sobre la exclusión del serbio pero lo único cierto es que, a pesar de no tener intención de lastimar a la jueza de línea, una pelota lanzada por él a una velocidad no menor impactó en la garganta de Laura Clark, la tumbó al suelo, sintió ahogo por unos segundos y los árbitros no tuvieron más remedio que respetar el reglamento y descalificarlo. Guste o no, las reglas están para cumplirlas. Sin Djokovic en cuartos de final, el cuadro tomó otro color. Entre novatos en estas instancias y los exfinalistas de Grand Slam (Thiem y Medvedev), ninguno alcanzaba los treinta años, un promedio bajo de edad que no se veía en cuartos de final de un Grande desde el Australian Open 2009.

A la final llegaron Dominic Thiem y Alexander Zverev. El austriaco era el favorito por haber disputado tres finales entre Roland Garros y Australian Open pero el alemán, que nunca había llegado a semifinales de un Major hasta 2020, esta temporada había sido semifinalista en el Australian Open. El partido estuvo marcado por los errores de ambos más que por los tiros ganadores. Entre los dos acumularon 119 errores no forzados, 23 doble faltas y quince roturas de servicio. Nadie esperaba que Alexander ganara los dos primeros sets como tampoco que Dominic remontara de esa manera para llevar la definición a un quinto set. Mientras pasaban los juegos del set final, los nervios iban en aumento. Cuatro quiebres y una posibilidad por lado de ganar con su servicio no fueron suficientes.

El tiebreak fue el momento de más tensión que se vivió en el torneo y en muchos años por dos contendientes a su primer gran trofeo. Thiem, acalambrado por semejante situación, jugando más slice de lo normal y fallando bolas sencillas; y Zverev empujando la bola y queriendo cerrar los puntos en la red por impaciencia. Ninguno se animaba a ganar y a pesar de no haber público en el 'Arthur Ashe', la tensión se sintió en todos los televisores que sintonizaron la transmisión. Como era de esperar, el punto de partido sería por un error y llegó por un fallo de revés de Zverev. El suplicio había terminado. El tenis es tan cruel como honesto y apenas dos puntos, solo dos, separaron a 'Sascha' de ser campeón de Gand Slam.

El cambio de enfoque y mentalidad de Thiem inició en febrero de 2019. Aquel torneo fue el primero en el cual comenzó a trabajar con el chileno Nicolás Massú, luego de haberse conocido en la eliminatoria de Copa Davis entre Austria y Chile unos meses atrás. Táctica y una actitud positiva a pesar de lo que suceda dentro de la cancha fueron los objetivos principales de Massú desde su unión. La potencia física que traslada a sus golpes desde la línea de base había que ordenarla y organizarla para sacarle más provecho. El chileno detectó muy rápido los puntos en los que trabajar y los resultados no tardaron en llegar. Campeón de Masters1000, finalista de Roland Garros, del Masters y del Australian Open. El ranking ATP de marzo 2020 amanecía con el austriaco como N°3 del mundo y hoy, quince de septiembre, como campeón del US Open.

Daniel Vitale Pizarro