21 noviembre 2016

¿La Era Murray?



Desde que el tenis es profesional (1968), nunca el uno y el dos del mundo disputaron el primer puesto del ranking mundial en el último partido del año, la final del Masters. Andy Murray, flamante número uno por escasos puntos, defendía su posición de privilegio ante el antiguo monarca, en un partido a todo o nada. El campeón tenía premio doble: el mejor de los mejores ocho del año y el N°1 de la temporada 2016. La final soñada por espectadores, patrocinadores y organizadores del torneo. En un ambiente único como el que ofrece la "Arena O2" de Londres, Murray y Djokovic se enfrentaban por 35° vez en su carrera.

El escocés llegaba a la final del Masters con un invicto de 23 partidos ganados en torneos consecutivos, su mejor marca histórica. Ocho títulos y cuatro finales en dieciséis torneos disputados era el palmarés del británico, una locura tenística. El serbio, número dos del mundo, arribaba a la definición con un prontuario anual similar: siete títulos ATP más dos finales perdidas, pero con un Grand Slam y un Masters1000 más que su rival. Dueños ambos de cada semestre, el duelo era interesante por donde se lo mire. Encima, el mejor del momento llegaba más cansado, lo que emparejaba el duelo y le ponía intriga al resultado final.

Pero todo quedó en la previa. La versión de Novak estuvo muy lejos de su habitual nivel. Sin ser el del primer semestre, se las había arreglado para alcanzar la final y para aniquilar a Nishikori en semifinales, lo que auguraba una batalla por el trofeo de Maestros. Errático, desconcentrado, sin velocidad de piernas ni explosión en sus tiros, cedió 6/3 6/4 sin oponer, a los ojos del espectador, la resistencia habitual. Un mal día tiene cualquiera y ese mal día fue justo en esta final. Tenso, con tiros cortos, Djokovic pareció padecer la final en vez de disfrutarla. El sexto título en Londres y la paridad con Federer deberá esperar.

Su rival tampoco brilló. Errores no habituales mantenían el partido parejo pero la actitud de Andy era diferente. Puño apretado en los momentos importantes, concentrado y con menos errores no forzados, llevó siempre las riendas del encuentro hasta sellarlo con su servicio. Ganó el que falló menos, y eso fue Andy Murray. Partidos como estos hay miles, en los que entran en juego otras cualidades por sobre las tenisticas, y esa batalla la ganó el nacido en Escocia hace 29 años. La mentalidad, una vez más protagonista en una final, el atributo más importante para un deporte individual. "Mente superior domina mente inferior".

Novak Djokovic describe el partido para los que no pudieron verlo en vivo: “Esperaba jugar a un gran nivel hoy, sabía que él no estaría cansado. Simplemente jugué mal, no fue mi día. Cada día es diferente y hoy fue uno de esos en los que no he sentido la bola. Cometí muchísimos errores y ante este tipo de tenistas hay que ofrecer una versión superior y hoy no estuve cerca de eso. Me faltó esa chispa para jugar los puntos importes, quizá igual que en los últimos meses. Cada vez que tuve una buena oportunidad la perdí, cometí demasiados errores no forzados. No he tenido ninguna oportunidad seria de ganar, él ha sido el mejor jugador. Enhorabuena a Andy por mantener esa fortaleza mental durante todo el encuentro, siempre jugando con los tiros adecuados".

Rebosante de alegría por el objetivo cumplido y la satisfacción de quedar en la historia del deporte, "Andrew"no ubicó esta victoria como la mejor del año: "Ha sido un día muy especial. Sentía que jugaba más por el N°1 que por el torneo. En las últimas semanas no paré de recibir mensajes de la prensa, mis amigos... hablándome de que tenía que ganar muchos partidos para conseguir el número uno. Estoy muy contento de acabar el año en lo más alto del ranking, esto es algo que nunca me esperaba. A pesar de todo, la victoria ante Del Potro en los Juegos fue la que más satisfacción me dio, la más especial".

El título de Murray es el primero en el Masters, torneo que se le negaba desde su debut en 2008. En total acumula 44 trofeos ATP, nueve conseguidos esta temporada, por lejos cantidad la más caudalosa de su carrera. 26° número uno en la historia del profesionalismo y 17° diferente que finaliza un año calendario en esa posición. Y mirá lo que son las coincidencias que su hermano, Jamie Murray, finalizó 2016 como N°1 del mundo en dobles. Judy Murray tiene motivos más que suficientes para festejar las fiestas. Los deseos de fin de año se le cumplieron antes de haberlos pedido. La familia Murray es la dueña del tenis masculino.

Daniel Vitale Pizarro

07 noviembre 2016

El último del #Big4



El 2015 sin precedentes de Novak Djokovic lo obligaba al serbio a no fallar en sus defensa de títulos para mantener la posición de privilegio. Sin margen de error y con Murray arrasando desde su título en Wimbledon, el número uno estaba en peligro. A pesar de depender de si mismo, Novak no era el del primer semestre y a diferencia de la temporada pasada, caía en algunos encuentros decisivos contra rivales de menor fuste. Querrey en Wimbledon y Bautista Agut en Shanghai fue la antesala de la derrota ante Cilic en cuartos de final en Paris (primera vez en su carrera en diez enfrentamientos) para dejarle el camino allanado al británico hacia la cima del ranking ATP.

Andy Murray tuvo un año fantástico y desde Wimbledon solo perdió un puñado de partidos. Finalista en tres de los cuatro Grand Slams, no le alcanzaba para liderar el ranking porque Djokovic lo derrotó en las finales de Australian Open y Roland Garros. El partido de cuartos de final ante Berdych fue el último peldaño que sorteó para acceder a la cúspide ya que Raonic no se presentó en la semifinal lo que le propició ser el N°1 del mundo. Para dejar bien claro que no era el mejor de casualidad, se coronó en Paris Bercy en la final ante la sorpresa del torneo, Jhon Isner, que cayó por tercera vez en su carrera en una final de Masters1000.

Septiembre de 2014. Andy Murray era el doce del mundo, su peor posición desde 2008. Su operación en la espalda lo sacó del circuito por varios meses y el retorno no fue fácil. Alcanzó con lo justo la octava posición del ranking para disputar el Masters 2015, pero quedó solo en eso (round robin). El año siguiente era el de la transición y la vuelta a los primeros planos, pero de a poco. Ascendió en el escalafón hasta llegar, otra vez, a la segunda posición ATP. Desde ese momento hasta hoy, solo perdió el segundo puesto una semana a manos de Roger Federer, antes de su parate tras Wimbledon. Paris, la ciudad luz, lo despertó del sueño. Se hizo realidad. El N°1 es Andy Murray.

Roma, Queens, Wimbledon, los JJOO, Beijing, Shanghai, Viena y Paris, los títulos del flamante número uno del mundo en 2016. Finalista en el Australian Open, Madrid, Roland Garros y Cincinnati, acumuló doce finales ATP, récord personal por escándalo. Desde que es profesional nunca había llegado a ocho finales en una temporada y este año ocho son los títulos que ganó... Y aun resta saber quien será el campeón del Masters, certamen en el cual no suele rendir como durante el año (nunca fue finalista en siete participaciones). En total el escocés suma 43 trofeos en 64 finales disputadas, al menos una desde 2005 y al menos una ganada desde 2006.
Una foto publicada por Andy Murray (@andymurray) el

Algunas reflexiones de Murray como líder ATP: "Obviamente, es una gran sensación. Alcanzar el N°1 es uno de los grandes logros de mi carrera después de haber estado años en el segundo, tercer, cuarto puesto del ranking. Verme ahí significa mucho para mí. Le he dedicado mucha paciencia y he trabajado muy duro para alcanzar esta posición. El haber llegado hasta aquí tiene mucho que ver con los jugadores que he tenido delante de mí en el ranking: Nadal, Federer y Djokovic. Son tres de los mejores jugadores de todos los tiempos. Ha sido muy duro competir con ellos, pero también me han ayudado mucho. Gracias a ellos siempre he tenido que buscar nuevos modos de mejorar".

Sin dudas es el mejor año de la carrera de Murray en lo deportivo y también en la personal. Lo dejó claro en esta declaración: "A mi hija, le explicaría que para mí, ha sido lo mejor que me pasó este año. Estar en la pista está muy bien y lo he disfrutado mucho, pero ser padre por primera vez es lo mejor que me ha ocurrido este año, sin ninguna duda". Andy es como vos, como yo, como todos... El éxito en el deporte no cambia las prioridades de la vida.


Daniel Vitale Pizarro

31 octubre 2016

Cartón lleno

Era campeón de Grand Slam, de Masters1000 y de ATP250. Finalista en varios ATP500, a Marin Cilic solo le faltaba ser el mejor durante una semana en la categoría 500 para completar todos los casilleros en blanco. Basilea fue la ciudad elegida por el croata para solventar esa "deuda" que tenía, y de paso, quedar momentáneamente clasificado al Masters en la Arena O2 de Londres, torneo que disputó en 2014 y que volverá a ser parte en 2016 si finaliza Paris por delante de Berdych. Sin Federer en el camino (finalista doce veces) ausente durante el segundo semestre del 2016, el torneo quedó acéfalo y el doce del mundo lo supo aprovechar.

Campeón en Cincinnati esta temporada y finalista en Ginebra, Marin llegó a Suiza fuera de los ocho mejores de la temporada. Una derrota prematura de Berdych y su acceso a la final lo ubicaron en la última posición para clasificar al Masters gracias a la baja de Nadal (7°) por lesión. Youzhny, Carreño Busta, Granollers y el complicado Mischa Zverev fueron los rivales que sorteó para llegar a la final ante Kei Nishikori. En dos sets totalmente diferentes el nacido en Medjugorje (así se escribe, vaya a saber como se pronuncia) se llevó el partido 6/1 7/5, el título y la octava plaza para el Masters. De ahora en más depende de él su participación en Londres.

Como en la recordada final del US Open 2014, los rivales en la final de Basilea fueron los mismos y la victoria también se volvió a repetir. A pesar de que Nishikori lleva la delantera en los enfrentamientos personales (7-5), las dos finales disputadas entre sí las ganó Cilic. Esta temporada se habían enfrentado en octavos de final de Wimbledon y el japones tuvo que retirarse del encuentro cuando perdía 6/1 5/1. Finalista en cinco certámenes ATP en 2016, Nishikori solo pudo coronarse en uno (Memphis), un récord negativo curioso porque hasta 2016, sus números en finales eran muy positivos (10-5).

El japonés selló su clasificación al Masters como número cuatro del mundo hace varias semanas. Para el nacido en Shimane será la tercera vez que disputará la Copa de Maestros en la que alcanzó la semifinal en 2014, año de su debut en la "Arena O2". Semifinalista del US Open en 2016, Kei apunta alto para el final de temporada de un año que lo ubica en su mejor posición histórica en el ranking (4°). Bronce en los Juegos Olimpicos de Rio en un partido cambiante y muy demandante ante Nadal, Nishikori tuvo un 2016 muy regular, positivo en los Masters1000 con apenas una sola caída antes de los cuartos de final.

"Hoy me sentí con mucha energía, muy positivo y motivado. Todavía queda mucho para llegar a Londres, pero este partido era muy importante, y traté de estar enfocado en cada punto. Estoy muy contento y orgulloso por cómo jugué estos dos sets, y espero hacerlo igual de bien en París, que será otra semana importante para mí", la alegría del campeón que mira para adelante y es consciente de que no será fácil la obtención del último billete para Londres pero que está yendo por el camino correcto. A falta del Masters1000 de Paris para que finalice la temporada regular ATPCilic aventaja a Berdych por 210 puntos y a Goffin por 400 unidades.

El trofeo en Basilea fue el 16° en su carrera, segundo del año. En total acumula 27 finales ATP, cuatro esta temporada (2-2). Nuevamente Top10 desde el lunes, Cilic tiene en su calendario el Masters1000 de Paris, el Masters (si clasifica) y la final de Copa Davis ante Argentina, de locales. Campeones en 2005 por primera y unica vez en su historia cuando Marin era un destacado junior a nivel mundial, once años después Croacia vuelve a la situación de privilegio de una final mundial. Comandado por Cilic, el equipo croata cuenta en sus filas con Ivo Karlovic (20°) e Ivan Dodig (8° en dobles), jugadores con historia en la competición, peligrosos y sin la ensaladera en sus vitrinas.

Daniel Vitale Pizarro

24 octubre 2016

Un cúmulo de emociones



El fruto del esfuerzo y la perseverancia

Sydney 2014 había sido la última consagración de Juan Martín Del Potro en el circuito ATP. Meses después los dolores en su muñeca lo tuvieron a maltraer, hasta incluso pensó en el retiro del tenis. La muñeca no le permitía golpear el revés ni acompañar los movimientos para los demás golpes. Impotente por no encontrar la solución al problema, nunca dejó de entrenar los demás golpes y mejoró su estado físico, esperando una recuperación para volver al circuito cuando su cuerpo se lo permitiera. Después de varias operaciones, volvió en 2016 con más dudas que certezas y en febrero tocó el puesto 1045° ATP. El camino de la recuperación parecía que iba a ser largo...

Volvió en Delreay Beach y fue semifinalista. Increíble. Calendario largo pero no cargado para darle descanso a su muñeca y no saturar su físico con muchos partidos, disputó otra semifinal ATP en Stuttgart antes de la vuelta a los primeros planos entre Wimbledon, los Juegos Olímpicos, el US Open y la Copa Davis. Primera ronda ante Goffin en Shanghai no desanimó al argentino que en Estocolmo se deshizo de cada oponente que se le presentó en sets corridos, incluso la final. Isner, Almagro, Karlovic, Dimitrov y Sock, las víctimas de Juan Martín antes de levantar el trofeo sueco por primera vez en su carrera.

La alegría y la desazón

Del Potro se mostró feliz con elpesado trofeo sueco en sus manos y refelxionó, en unas palabras, sobre su pasado, presente y futuro: "He estado tratando de solucionar mis problemas durante los últimos años y no esperaba ganar un título en este momento de mi carrera. Estoy muy feliz de ganar este trofeo aquí. Es una motivación para el futuro. Realmente no me importan los rankings y los números. Sólo quiero jugar mejor. Cuando esté al cien por cien físicamente yo sé que puedo ser peligroso". ¡Ya sos peligroso Juan Martín!

Jack Sock, finalista en Suecia también en 2015, es el número uno de Estados Unidos (22° ATP) y en Estocolmo cayó por tercera vez en el año en una definición ATP y por cuarta vez en su carrera. Su único título ATP fue en Houston 2015. A sus 24 años de edad, es su mejor posición ATP y el finalizar el año Top20 no es una utopía para el nacido en Nebraska, la tierra de Andy Roddick. Para los que quieran saber más sobre Jack Sock y su historia de vida, en Otra Doble Falta escribimos sobre él en 2015 cuando debutó como campeón ATP (https://goo.gl/DTxkdx).

Todos los cañones apuntando a Croacia

Estocolmo es su título N°19 ATP en 27 finales disputadas, números importantes a sus 28 años de edad en una carrera plagada de lesiones que no le permitieron la continuidad deseada. Esta semana hará su presentación en el ATP500 de Basilea como el 42° del ranking mundial, más de 1000 puestos de diferencia en comparación a febrero de este año, algo pocas veces visto en la historia de este deporte. Gracias a su avance inédito en el escalafon mundial, la ATP lo nominó entre los "regresos" del año y muy dificilmente se le escape ese galardón

La final de Copa Davis es el objetivo más importante del año para Del Potro pero para eso debe llegar con ritmo de competencia, físicamente sano y con confianza. Está en el camino correcto. Presente en Basilea en unos dias y sin la confirmación de disputar el Masters1000 de París, probablemente para descansar una semana más antes del gran compromiso en Croacia, "La Torre de Tandil" es presente y es realidad. Ya no es una incógnita su futuro. Sin estar al 100% su maltrecha muñeca izquierda, la lesión lo obligó a cambiar su patrón de juego y adquirió variantes como el slice y las frecuentes subidas a la red para definir los puntos, cosas que lo hicieron mejor jugador, más completo.

Daniel Vitale Pizarro

10 octubre 2016

Kyrgios es cosa seria



Lleyton Hewitt no se equivocó cuando en febrero felicitó a Nick Kyrgios en Twitter con el hashtag #FirstOfMany, en alusión a su primer título ATP en Marsella. Al ATP250 francés le sumó Atlanta en Estados Unidos y el reciente ATP500 en Tokio. Tres títulos en tres finales en una temporada lo depositarán esta semana en el posición más alta de su carrera en el ranking ATP (14°) y en la lucha para ingresar al Masters (12°). A los 21 años, el líder de la #NextGen es noticia por su tenis y sus resultados y no por sus dichos desafortunados o actitudes reprochables dentro de una cancha, punto a favor para Nick y para el tenis en general.

La semana en Japón del "aussie" hasta la final fue casi perfecta, especialmente en los partidos ante Muller y Monfils. Concentrado, rápido de piernas, consistente desde la base e impredecible con sus tiros que desbordan de potencia o sutilezas, despachó a los rivales de turno. David Goffin lo esperaba en la definición del certamen. Más errático pero igual de potente, afinó su servicio (23 aces) y quebró en el momento justo para llevarse su primer ATP500, el torneo más importante de su corta carrera tenística. El belga pudo haberse llevado el trofeo a su casa pero titubeó al final del tercer set y la moneda cayó del lado opuesto 4/6 6/3 7/5.
Contra Muller en cuartos de final hizo cosas como estas...

Su servicio es su principal arma pero sus demás golpes no se quedan atrás. El revés es una maravilla, Sin hacer prácticamente esfuerzo hace literalmente lo que quiere con ese golpe: planazos, ángulos, cambios de dirección, cambios de ritmos, drops, todo. Su derecha es un látigo. Tanta aceleración le impone que casi no se ve la cabeza de la raqueta cuando impacta. Sus 193 centímetros no le oponen resistencia a su movilidad aunque no sea un defensor nato. Camina la cancha y la displicencia al golpear es una característica suya, especialmente con su revés. Sus idas a la red no son nunca en vano y resuelve de forma correcta, salvo cuando juega para el publico.

¿Su punto débil? Su mentalidad y su fragilidad física. Lesionado en reiteradas ocasiones, Kyrgios tiene claro que no debe exigir su cuerpo al máximo si quiere rendir al 100% en los torneos que se presenta. Su mentalidad tampoco es su fuerte. Discusiones con árbitros y espectadores, enfados, multas, dichos desafortunados, desconcentraciones y falta de actitud competitiva son algunos de los episodios habituales del australiano en sus presentaciones, las cuales brillaron por su ausencia en Tokio esta semana y los resultados y su rendimiento dejan ver cual es el camino correcto si quiere apuntar alto en esta disciplina.
En semifinales ante Monfils hizo estas otras...

David Goffin llegaba a la gira asiática tras una planificación demasiado audaz para un final de temporada con el claro objetivo de clasificar a la "Copa de Maestros": Copa Davis, Metz, Shenzhen y Tokio, más Shanghai, Amberes, Basilea y Paris. 12° ATP pero 11° en la "Carrera a Londres", Goffin no deja nada librado al azar y dependerá de su físico para ingresar al lote de los ocho mejores del año por primera vez en su carrera. Campeón dos veces en su carrera en 2014 y finalista en cuatro ocasiones (primera en 2016), atraviesa un año de regularidad en varios torneos importantes pero sin dar el batacazo que le permitiría irrumpir en el Top10.

"En el primer set, él no sacaba como lo hizo en el segundo y el tercero. Luego realizó saques de 215 kilómetros por hora, con mucha precisión. Yo tuve que ser sólido con mi servicio y esperar mi oportunidad, pero no la aproveché", el análisis en caliente del partido de David Goffin recordando sus ocho doble faltas (seis en el tercer set) y quizás también el 4/5 0-30 del tercer set y revés sencillo del belga estrellado en la red que le hubiera facilitado triple punto de partido. No solo no aprovechó esa situación sino que después perdió su servicio y dejó el partido en las manos de su rival que lo selló con su letal saque.

Daniel Vitale Pizarro

03 octubre 2016

La #NextGen ataca



Comprendiendo al público, una cuestión generacional

La corta carrera de Karen Khachanov tuvo un extraño desarrollo. Debutó en un Future en marzo de 2012 con 16 años y no volvió a jugar en profesionales hasta septiembre de 2013. Su segundo torneo como profesional fue el ATP250 de San Petersburgo 2013 y allí consiguió su primera victoria ATP ante Victor Hanescu (66°). No conforme con eso, tres semanas más tarde en el ATP250 de Moscú alcanzó los cuartos de final con triunfos ante Ramos (72°) y Tipsarevic (27°). Victoria en Copa Davis, cuartos de final en el Challenger de Ginebra (Suiza) y primera ronda en Helsinki (Finlandia) fue todo su andar por el circuito. En dos meses de competencia pasó de no tener puntos ATP a finalizar la temporada 2013 como el 451° del mundo. Los ojos del mundo puestos en él.

Su irrupción fue tan abrupta como su caída. No pasó la qualy de ningún ATP ni los cuartos de final de ningún Challenger, además de varias primeras rondas perdidas. A pesar de los malos resultados en comparación a los de meses anteriores, su ranking subía ya que no había disputado casi torneos la temporada pasada y sumaba todo lo que jugaba. Top300 antes de Moscú, finalizó el 2014 en el Top400, acorde a su temporada en torneos menores del circuito profesional. Mirando el pasado, el propio jugador reflexiona sobre su irrupción en el circuito: “No estaba preparado para hacerlo de un modo más consistente. Es por eso que me costó más encontrar mi juego. Solo tienes que pasar por las etapas y creer que lo superarás. Algunos tardan más en llegar, algunos van más despacio”.
El 2015 fue similar al 2014 con leves cambios positivos. Fue campeón de tres Futures y semifinalista de un Challenger (varios cuartos de final), pero siguió sin poder ingresar a un ATP. Terminó esa temporada como el 152° ATP, una progresión en el ranking más normal para un jugador de su edad. Comandado por el español Galo Blanco, Karen fue paso a paso en 2016. Clasificaciones en torneos ATP, segundo cuartos de final en un ATP250, Top100 por primera vez en su carrera, primera victoria en un Grand Slam y lo mejor aun no había llegado. Karen llegó a China a disputar un torneo que debutaba en el circuito ATP, el ATP250 de Chengdu.

198 centímetros de altura al igual que su compañero de la #NextGen Zverev, y que los ya consagrados Del Potro y Cilic; menos 'suelto' técnicamente que ellos pero no por eso menos potente y decisivo, ordenó su patrón de juego en relación a sus años de juvenil y los resultados llegaron solos. Sousa, Mannarino, López, Troicki y Ramos fueron los rivales que sorteó para ser campeón del ATP250 de Chengdu. Primera final y primer título. Los objetivos que un jugador se plantea a largo plazo, Khachanov los logró en menos de una temporada. El trofeo lo deposito al borde del Top50 (55°) con tan solo 20 años de edad. Presente y futuro.

El saque y la derecha, sus principales armas

"Estaba enfocado en cada partido, esa fue la diferencia con otros torneos. Estaba jugando consistentemente pero no esperaba que mi primer título llegara esta semana. Estaba con confianza en cada partido y haciendo las cosas que podía controlar. Trabajé para esto y estoy muy contento", Karen Khachanov en declaraciones el sitio de la ATP. Cuando le preguntaron cuán especial era para él esta victoria, respondió así: "Estoy muy feliz de haberlo logrado. Es el primer sueño que alcanzo pero la victoria es especial porque es el día del cumpleaños de mi mamá. Estoy feliz de que mi primer título sirva como un regalo para ella".

Khachanov se convirtió esta semana en el tercer jugador #NextGen en debutar como campeón ATP y en el noveno en lo que va de 2016, un número que marca el recambio generacional que vive en circuito con tenistas cada vez más longevos pero con jóvenes que irrumpen con más frecuencia que en años anteriores. Ruso de nombre armenio, Karen estudia Licenciatura en Educación Física a distancia (rinde cada vez meses en Moscú). Según cuenta el blog Fue buena, entre sus hobbies se encuentra la literatura (novelas clásicas), el ajedrez y lanzar dardos para mejor su concentración. Sus ídolos son Marat Safin y Juan Martín Del Potro, de estilos de juego similares al propio Khachanov.
Para conocer a Karen Khachanov

Más allá de la derrota, Albert Ramos Viñolas está en su mejor temporada ATP. Campeón ATP por primera vez en su carrera en Bastad meses atrás, la final en Chengdu lo depositó en el Top30 por primera vez en su carrera (27°). A los 28 años el zurdo español llegó a la tercera final de su carrera (1-2), le primera fuera del polvo de ladrillo y estuvo cerca de quedarse con el título tras caer 6/7 7/6 6/3 en 2h 39m de intensos intercambios desde el fondo de la cancha en los que prevaleció el ruso. El H2H entre ambos quedó en favor del más joven 2-1 luego de haber perdido en Estambul meses atrás y de la victoria en su recordado Moscú 2013 con apenas dos partidos ATP disputados en su haber.

Daniel Vitale Pizarro

26 septiembre 2016

Explosión simultánea

Top100 a principio de temporada, debut como campeón ATP, mejor posición en el ranking, victoria frente a un Top10 en la final del ATP250 y joven con presente pero con más futuro. Podríamos estar hablando de cualquiera de los protagonistas de la semana, pero hablaremos de los dos por las evidentes similitudes. Lucas Pouille y Alexander Zverev se consagraron campeones en Metz y San Petersburgo en el inicio de la gira indoor europea-asiática, que termina en el Masters1000 de París o en el Masters en Londres para los ocho mejores del mundo.

Hamburgo 1997 y Grande-Synthe 1994, lugar y año de nacimiento de Alexander y Lucas. Precoz el alemán al debutar en ATP en 2013, el francés lo hizo un año antes. Zverev, prodigio del tenis, número uno junior, campeón del Australian Open y finalista de Roland Garros en la categoría, contrasta contra la discreta campaña de Pouille (23° del mundo junior, sin grandes resultados en Grand Slams). Cada jugador madura de forma diferente, a edades diferentes... algunos no logran madurar y su vida en la elite es corta, a veces nula. Cientos son los casos de brillar como junior y fracasar como profesionales por las altas y exigentes expectativas que se crean alrededor del jugador.

Lucas Pouille inició el año 78°, incluso en febrero fue el 91° ATP. Entre Challengers y clasificaciones ATP alcanzó la final en Bucarest y cuartos de final en Wimbledon y US Open. Flamante Top20, el título en Metz lo catapultó en nueve meses hasta la posición 16° del escalafón mundial. De locos. En esos meses derrotó a cinco Top10 en nueve partidos disputados ante ese selecto grupo de jugadores. Desde que se hizo profesional nunca había derrotado a un Top15 y en unos meses se deshizo de varios. Además, tan corta es su carrera ATP que recién en Francia acumuló más partidos ganados que perdidos en su trayectoria.

Alexander Zverev comenzó 2016 como el 83° del mundo (90° ATP en febrero). Un par de semifinales ATP lo depositaron rápidamente en el Top50. Las finales perdidas en Niza y Halle lo posicionaron en el Top30, puesto que mejoró gracias al campeonato en San Petersburgo. Meteórico ascenso en el ranking mundial en apenas nueve meses. Su única victoria ante un Top10 había sido nada más ni nada menos que ante Roger Federer en Halle, increíble. En Rusia no le tembló el pulso y despachó a Berdych (9°) en semifinales y a Wawrinka (3°) en la final, vigente campeón del US Open y con un récord de once finales consecutivas ganadas. Este adolescente es cosa seria.

Lucas cuenta sobre sus cambios tenísticos y la felicidad por ser campeón ATP en su país: "Cambié la forma de trabajar fuera de la cancha para estar mejor preparado físicamente. Todos los cambios hicieron un clic en Miami. Desde eso he sido un jugador diferente. Estoy muy feliz. Es un gran honor haberlo hecho en Francia, frente a mi familia y mis amigos. Es más especial ganar con ellos aquí, compartiendo la felicidad. Esto es algo que he soñado desde que era niño y veía tenis por televisión. He jugado para ganar desde que era joven, así que esto significa mucho"

Alexander, miembro de la #NextGen, analiza su semana en Rusia y muestra su felicidad por lo logrado: "Es increíble para mi edad ganar un ATP y es una sorpresa ser el primer campeón adolescente desde Marin Cilic en 2008. Es algo que solo pude soñar y estoy muy orgulloso de mi mismo. Jugué muy buen tenis. Serví excelente toda la semana, lo que ayuda mucho en canchas duras y más aun bajo techo. Estuve sólido desde el fondo de la cancha. Obviamente, tuve oponentes muy duros, pero estaba feliz con el modo en el que estaba jugando. Mi próximo objetivo es ganar otro título".
Algunos datos más que dejaron las victorias de ambas estrellas del presente y sobre todo del futuro cercano. Alexander Zverev es el jugador más joven en ganar un ATP en 2016 a sus 19 años. Francés y alemán son el séptimo y octavo campeón debutante de la temporada, que se suman a Kyrgios, Schwartzman, Johnson, Ramos, Lorenzi y Carreño Busta. Lucas Pouille nunca había ganado siquiera un Challenger y apenas cuatro Futures. En 2016 Zverev venció a Federer y Pouille Nadal, además de derrotar a otros seis Top10 más entre ambos en lo que va del año. Nunca se enfrentaron entre ellos, pero no faltará ocasión.

Daniel Vitale Pizarro

18 septiembre 2016

Destino Croacia


Glasgow, Escocia, Gran Bretaña. El 'Emirates Stadium' era el escenario elegido por los locales para recibir a Argentina por una de las semifinales de la Copa Davis en su versión 2016. Andy Murray (2° ATP singles) y su hermano Jamie (4° ATP dobles), acompañados por Kyle Edmund (55°) y Daniel Evans (53°), eran los campeones vigentes de la competición y candidatos a volver a la final a fines de noviembre. Los convocados por el capitán argentino Daniel Orsanic para viajar a Europa y lograr la hazaña fueron Juan Martín Del Potro, Guido Pella, Federico Delbonis y Leonardo Mayer. Los visitantes sin un Top40 entre sus seleccionados.

Elegido por la nueva dirigencia de la AAT para convencer a Del Potro a volver al equipo y con un proyecto para el desarrollo del tenis de base interesante, Daniel Orsanic tomó las riendas del equipo argentino de Copa Davis la temporada pasada. Semifinalista en 2015 sin "DelPo" en el equipo pero con el apoyo del tandilense, a la espera de su recuperación, Argentina inició 2016 con victoria en Polonia. Italia de visitante fue el siguiente escollo sorteado por este equipo con la presencia de Juan Martín en el dobles, fundamental por el efecto causado en los rivales y en sus compañeros. El triunfo en Pesaro dejó buenas sensaciones, sabiendo que con los meses Del Potro mejoraría físicamente.

El ejecutor y el mentor en un abrazo que cierra una de las mejores victorias de la carrera de Del Potro

Llegó septiembre. La serie de 'superactuaciones' de "La Torre de Tandil" en la últimas semanas (Wimbledon, Rio 2016 y US Open) elevaron el nivel de la serie y mermaron la diferencia que había entre ambos equipos. A pesar de eso, el cansancio acumulado perjudicaba al argentino al no permitirle, salvo partidos muy rápidos, disputar los tres puntos. Tercer jugador más arriba en el ranking de los convocados, al límite físicamente, la estrategia elegida fue ir de N°2, enfrentar a Murray el viernes, jugarse a dar el batacazo y después ver si jugar el dobles, el singles o ambos en el mejor de los casos.

El sorteo determinó que la serie la abrían Murray-Del Potro. El plato fuerte era la entrada de la cena. Cinco horas y siete minutos de gran tenis terminaron con la alegría visitante, el parido más largo de la carrera del ganador. La final de Rio 2016 invertía los ganadores. 1-0 Argentina. La presión caía sobre Edmund que debía no defraudar ante Pella. Ante la incrédula mirada de escoceses, ingleses, galeses y norirlandeses, alentando a los suyos, Guido ponía match point al equipo albiceleste el primer día de competencia. Ni los más fanáticos u osados imaginaban un 0-2 a Gran Bretaña. Orsanic tomó riesgos y acertó. Pero aun faltaba una eternidad para la final.

El desahogo de un lider, el aplauso de un compañero ideal

El dobles era a priori el punto más difícil de la serie. Jamie Murray (1° ATP dobles en abril), campeón del Australian Open y del US Open 2016, acompañado por su hermano Andy (invictos en Copa Davis) eran una vara muy alta. El viernes extenuó a Juan Martín que sin resto físico para disputar otro singles a cinco sets, prefirió jugar el dobles, hacer fuerza en una modalidad con menos exigencia y sellar una serie épica el dobles. Hubiera sido demasiado perfecto todo. A pesar de sacar sets iguales 4-3, el partido lo ganaron los locales. Desde ese quiebre, fue todo de los anglosajones. La jerarquía de Andy y el oficio de Jamie superó la valentía de Mayer y el orgullo de Del Potro.

Como era previsible y a pesar del cansancio físico visible de Murray, en el duelo de los número uno de la serie, salió airoso el británico. Pella poco pudo hacer ante el N°2 del mundo que dosificó fuerza, fue agresivo y aun agotado, no tuvo inconvenientes. El quinto punto, especulado por muchos, llegó. Pero los elegidos no fueron los del viernes. El pase a la final lo definirían Leonardo Mayer y Daniel Evans. Los nervios y la falta de ritmo del yacaré en este nivel le costaron el primer set pero a partir del segundo, su tenis fluyó, su derecha fue contundente y sin titubear, se llevó el encuentro y la serie. El 114° ATP le daba la clasificación a Argentina a la final de la Copa Davis.

Los protagonistas saludando a Mayer apenas sellado el pase a la final

Será la quinta final de Copa Davis que disputará Argentina a lo largo de la historia de la competencia. En todas las anteriores no pudo obtener la Ensaladera de Plata: 1981 Estados Unidos (Cincinnati), 2006 Rusia (Moscú), 2008 España (Mar del Plata) y 2011 España (Sevilla). Esta vez será en Croacia, aun por definirse la serie. Lo único que se sabe es que será en Croacia, bajo techo y con capacidad para al menos 12000 personas (salvo excepción), reglas ITF para dicho instancia. El anfitrión ya fue campeón en 2005 en su única aparición en una final. Siguiendo con los números, Argentina es el único país con cuatro finales que nunca fue campeón del certamen. ¿La quinta será la vencida?

Daniel Vitale Pizarro

12 septiembre 2016

#StanTheMan



El gesto del torneo

Tercera ronda del US Open 2016. Stan Wawrinka servía match point en contra 4/6 6/3 6/7 6-6 (5-6). Pasó el susto, ganó el set y el encuentro. Partido a partido el suizo se fue encontrando con su juego. Marchenko fue una especie de sparring en octavos de final. Del Potro y Nishikori elevaron la exigencia pero no pudieron sostener el nivel a lo largo de sus encuentros, desbordados por momentos por la potencia de Wawinka. En la final lo esperaba Novak Djokovic, acostumbrado a las definiciones por torneos importantes. El serbio llegaba a la final en Nueva York en una situación extraña: dos retiros, un 'walk over' y un Monfils desganado y displicente durante casi toda la semifinal.

La final del US Open enfrentaba a los mismo protagonistas que la de Roland Garros 2015. En Flushing Meadows, el nivel de Wawrinka venía en ascenso y el de Djokovic estaba en una meseta entre los retiros, los dolores en su codo derecho y la inconsistencia de los últimos torneos disputados. Quizás este US Open haya sido el de peor nivel en el cual llegó a la definición, pero llegó. Número uno del mundo, doce Grand Slams ganados y veinte finales más en sus hombros, palmares desorbitante, historia pura en el 'Arthur Ashe', enorme desafío para "Stan The Man" que además acumulaba el doble de horas durante las dos semanas de competencia.

Esta foto tiene photshop (?)

Le costó algunos games meterse en el partido. Remontó, perdió el primer set en el tiebreak y a partir de allí, fue todo de Wawrinka. A fuerza de tiros ganadores desde la base, reveses incontestables y drive dominadores, Stan se iba abriendo camino en un final muy trabada. Djokovic no daba el brazo a torcer pero tampoco incomodaba al suizo con sus golpes. Defendía como siempre, competía como siempre, pero no desequilibraba. Del otro lado, "Stanimal" nunca titubeaba y llevó siempre las riendas del partido. El resultado dependía de su puntería, decisión y frialdad. Había que ganarlo. Novak no iba a regalar absolutamente nada, iba a pelear hasta la última bola.

¿Drama? También tuvo drama esta final. Los médicos ingresaron varias veces durante el partido pero por precaución, sin que ninguno pidiera el tiempo de atención extra, hasta que las ampollas con sangre del número uno frenaron el encuentro cuando estaba al borde del desenlace, antes del cambio de lado, lo que enfureció a su rival. Disculpas de por medio y vuelta a la cancha. El cansancio físico era cada vez mayor, pero la cabeza es la que manda y ninguno mostró signos de agotamiento. Adelante en el marcador, Wawrinka administró el quiebre y sin antes sufrir en cada turno de saque, lo cerró tras un revés largo del serbio. Campeón.

Aferrado y atento

"Estoy fundido, me lo dejé todo en la pista. Ha sido un partido muy exigente, durísimo. Hasta finales del primer set no llegué a la final. Pensé que él podía jugar mejor, pero al menos, estaba ahí. Ganar el torneo después de haber estado a un punto de haber perdido en 3ª ronda se siente muy especial. Al principio de los torneos no juego mi mejor tenis, pero llego a las finales para ganar. A pesar de eso, antes de la final estaba muy nervioso, como nunca antes. Estaba temblando en el vestuario. Me he puesto a llorar". Un autentico Wawrinka ante los micrófonos demostró que ante todo es persona y que tiene nervios como todos, a pesar de no haberse notado ante semejante escenario.

Wawrinka hace rato que es un jugador distinto al resto. Desde 2013 que su estirpe cambió. Su tatuaje en el brazo izquierdo (“Lo intentaste. Fracasaste. No importa. Sigue intentándolo. Fracasa otra vez. Fracasa mejor”) y la contratación de Magnus Norman como coach marcaron un antes y un después en su carrera. Stan pasó de ser un peligro para cualquiera, a un ganador; de perder finales o partidos importantes o no perder once definiciones al hilo. Desde que alcanzó la semifinal del US Open 2013, su carrera explotó. Campeón de un Grand Slam por temporada en diferentes escenarios y siempre ante en N°1 vigente. Si, así como leen. Cuando la mente supera al físico y al tenis, todo lo puede.

El próximo modelo tendrá una nueva silueta...

"Ha sido un encuentro muy exigente físicamente. Él ha sido el jugador con mayor coraje en los momentos decisivos. Ha sido más fuerte mentalmente. Unos pocos puntos deciden un partido de este calibre y hoy ha sucedido así. Yo no aproveché mis oportunidades de quiebre y eso que tuve muchas. En partidos así, si no aprovechas las oportunidades, tu rival lo hará. Él lo ha hecho. Ha sido más valiente, ha dado un paso hacia adelante, más agresivo, mientras yo esperaba a que pasaran cosas”. Muy claro el múltiple campeón de Grand Slams a la hora de desgranar las claves de su derrota, la quinta en finales en el US Open, misma suma que Lendl aquí y Murray en Melbourne.

Campeón del Australian Open y Roland Garros para ganar los cuatro 'Grandes' al hilo, algo inaudito en la historia, solo empatado con Rod Laver (1962 y 1969) y Donald Budge (1938), Djokovic no se olvidó de su espectacular año: “Para mí ganar cuatro Grand Slams consecutivos fue un gran logro. Estoy muy orgulloso de ello y la derrota de hoy no puede empañar lo logrado en Australia y especialmente en París. Ganar dos Grand Slam este año, jugar otra final más… no tengo queja. Obviamente me hubiera gustado ganar hoy pero debes dar la mano a tu rival y felicitarle. Aceptar la derrota y seguir adelante”.

Daniel Vitale Pizarro

29 agosto 2016

España invadió USA



Sin figuras de renombre entre los participantes por estar pegado al US Open, Winston Salem presentaba en su cuadro principal de 64 jugadores (más grande que los habituales ATP250) a muchos ex Top10. Lo favoritos quedaron en el camino y arribaron a la final Roberto Bautista Agut y Pablo Carreño Busta. Los españoles de doble apellido se fueron abriendo camino hasta llegar a la definición para enfrentarse por segunda vez en su carrera en el circuito principal. En el US Open 2015 el ganador fue Roberto y en Winston Salem 2016 el vencedor fue Pablo, y este último fue el que se llevó el premio mayor, un título ATP, el primero de su carrera.

“Ganar mi primer título en el circuito profesional de la ATP es un sueño. Trabajé realmente duro para estar aquí y ahora puedo disfrutar de este momento. La sensación es increíble. Para batir a Roberto (Bautista Agut) tienes que luchar porque es un rival muy duro. Es español como yo y no es fácil competir contra otro jugador español”, le comentaba Carreño a la Agencia EFE tras ser campeón en el torneo previo al US Open, certamen que este año inaugurará el techo retráctil del 'Arthur Ashe' (estadio exclusivo de tenis más grande del mundo) y presentará el nuevo 'Grandstand', tercer estadio en importancia de Flashing Meadows.
Típico jugador de la escuela española, desde el fondo de la cancha, veloz, consistente, sin grandes tiros pero buscando el drive para dominar, Carreño Busta dio el salto de calidad necesario para establecerse en la elite del tenis mundial. Exnúmero seis del mundo junior, como a muchos, no le fue fácil la transición al profesionalismo. Pero todo llega. A los 25 años, su actitud dentro de la cancha es otro y acompañado por los resultados, está disfrutando del circuito ATP. A los triunfos en singles le suma las victorias en dobles. Durante la gira sudamericana obtuvo un título en tres finales disputadas, un habitué de la especialidad en la arcilla del sur del continente americano.

Pablo Carreño Busta era un jugador hasta 2016 y otro totalmente distinto durante 2016. Profesional desde 2009, acumulaba apenas 34 partidos ganados en el circuito ATP, sin finales en singles ni en dobles. Asiduo jugador de Challengers (9 títulos) y Top100 desde 2013, nunca había ingresado al Top40. Pero 2016 no sería un año más en la carrera del español, sino todo lo contrario. Final en San Pablo, final en Estoril y campeón en Winston Salem. 30 partidos ganados en lo que va de la temporada lo depositaron por primera vez entre los cuarenta mejores del mundo (39°) en agosto. Pablo maduró.

De otra época

Si Pablo está teniendo su mejor año como profesional, Roberto está muy cerca de superar lo hecho en 2014. 17° ATP, dos títulos y una final son los número del castellonense esta temporada, recorrido similar al 2014, su mejor año, salvo por la semifinal en un M1000 de Madrid y por haber sido el 14° ATP, su mejor posición hasta hoy. El US Open y los dos meses siguientes de competencia determinarán si el 2016 será el mejor año de su carrera o se quedará en las puertas de serlo. Regular, inteligente, combativo y dueño de una de las derechas más planas de circuito, Buatista Agut finalizará Top25 por tercera temporada consecutiva salvo una catástrofe tenística.

Pablo Carreño Busta, séptimo español campeón ATP este año y el más joven del Top100, debutó como campeón ATP en 2016 (Winston Salem) y se convirtió en el sexto jugador en lograrlo, misma cantidad que en todo 2015. Admirador de Juan Carlos Ferrero, hoy entrena en su Academia, una especie de sueño cumplido. "Cuando estuve allí hace unos días coincidí con él, lo vi y entrenamos. Él (Ferrero) sabe que es mi ídolo, se lo dije varias veces, le he enseñado recuerdos en casa como una foto que tengo con él cuando era N°1. Es muy especial todo lo que estoy viviendo", en declaraciones al portal web de la ATP.

Daniel Vitale Pizarro