19 octubre 2015

"El mejor tenis de mi vida"


La próxima vez será Jo.

"Creo que fueron las dos mejores semanas de mi carrera. Jugué al tenis como nunca, además he logrado el doblete. De verdad, así es como lo siento". No encuentro mejor manera de empezar que con las palabras de Novak Djokovic sobre su presente, porque lo que hizo en catorce días no fue perfecto solo porque la perfección no existe. Diez partidos, veinte sets, tres Top10, siete Top20, un solo tiebreak y un solo 6/4, fueron los obstáculos que "Nole" sorteó con comodidad, sin titubear. Títulos en Beijing y Shanghai con una superioridad pocas veces vista. Nunca estuvo en peligro, siempre dominó a sus rivales, se los llevó por delante...

Un Djokovic más agresivo, menos especulador y decidido a finalizar los puntos lo más arriba posible, muestran a las claras la evolución como jugador en relación a su temporada récord de 2011, que ya superó en casi todo. El serbio se explayó un poco más sobre sus semanas en China: "La energía estuvo genial. No me he cansado, siempre tuve un montón de intensidad, de concentración, con un alto nivel de rendimiento desde el primer partido en Pekín hasta el encuentro de hoy. Estoy muy satisfecho con la manera en la que he jugado, es algo que me anima a seguir adelante y ojalá a mantener este nivel. Tanto hoy como en el torneo, me ha salido todo increíblemente bien".

La devolución, el golpe con el que marca el ritmo del partido.

Solo le falta un título para igualar la marca de hace cuatro años, porque en los demás items igualó o superó a su anterior inmaculada temporada. En 2011 a esta altura había logrado diez títulos, tres de Grand Slams más una semifinal, y cinco Masters1000 (63-3 vs 73-5 hasta Shanghai). Los números del 2015 son mejores en varios aspectos, no solo en su nivel de juego, que quizás es lo más notorio. Hasta hoy acumula nueve títulos, tres Grand Slams y cinco Masters1000. La diferencia está en las finales. En 2015 llegó a todas las finales de Grand Slam y Masters1000 que disputó, récord en la Era Abierta (3-1 en GS y 5-2 en M1000). Eso le otorgó el récord de puntos ATP (16785)

Disputó catorce torneos en estos casi once meses del calendario y alcanzó la final en trece (9-5). Solo cayó en cuartos de final de Doha al inicio del año. Lo único que no podrá superar son los 41 partidos invicto que estuvo en 2011 porque no alcanzan los torneos para igualar esa marca en lo que queda de 2015. El tandem Vajda-Becker-Djokovic está en su punto máximo, en el clímax. El desafío será mantener ese nivel de excelencia por el mayor tiempo posible, algo extremadamente difícil luego de un largo y extenuante calendario, que culminará como desde 2007 sin excepción en el Masters, campeón de dicho certamen en cuatro oportunidades, las últimas tres al hilo.

Sin respuestas pero no por su culpa...

Finalista por primera vez en Shanghai y en la lucha por ingresar a Londres, Jo-Wilfried Tsonga no buscó excusas y llenó de elogios a Novak: "Djokovic por ahora es muchísimo mejor que todos nosotros. Tendrías que hacer tu mejor tenis para derrotarlo pero es difícil llegar a tu mejor nivel en cada partido. Es impresionante lo que ha hecho este año. Pocos podrían hacerlo". El francés subió cinco puestos (9°) en la "Carrera a Londres" gracias al título en Metz y la final en China, pero sigue lejos de David Ferrer (8°). Lo separan 945 puntos a falta de 2000 posibles, mucho con tan poco por jugar, pero la esperanza es lo último que se pierde.

Nuevamente dentro Top10 en el ranking ATP (10°), a sus 30 años su temporada siempre toma vuelo en los meses finales. Sin tanto cansancio físico por su regular irregularidad, llega a esta parte de la temporada más fresco que sus rivales, y el exnúmero cinco del mundo saca provecho de eso. Agresivo por naturaleza, peligroso como pocos, Tsonga impone respeto cuando ingresa a una cancha de tenis, más aun si está enfocado. Se agranda en las grandes citas, saca lo mejor de si. No es casualidad que haya alcanzado una final de Grand Slam más cinco semifinales, una final del Masters, ganador de dos Masters1000 y finalista otras dos veces...

2012 (Murray) y 2013 (Del Potro). Siempre de remera roja, en honor al color tradicional chino.

El tercer título de "Djoker" en Shanghai (cuarto más la Copa de Maestros 2008) es el 25° Masters1000 de su carrera, uno más que Federer y dos menos que Nadal, los tres más ganadores. Sus 57 trofeos lo ubican a uno de Ilie Nastase, el 10° más ganador de este deporte. Número uno sin discusión, lleva 169 semanas al frente del ranking ATP, una menos que John McEnroe (5°), al que superará cuando inicie París Bercy. Dominador absoluto esta temporada, puede romper varios récords más y firmar la mejor campaña de la historia del profesionalismo, a estas alturas más probable que improbable. París y el Masters, su hoja de ruta de acá a fin de año. Solo queda esperar y disfrutar.

Daniel Vitale Pizarro

12 octubre 2015

Inexpugnable


Reverencia a la gente

El diccionario de la Real Academia Española define "inexpugnable" con tres acepciones: "Que no se puede tomar o conquistar por las armas", "Inaccesible o de acceso muy difícil" y "Que no se deja vencer ni persuadir". Cualquiera de las tres (o las tres) encajan a la perfección con el momento que está atravesando Novak Djokovic en el circuito. Ya iremos a las estadísticas puras pero como anticipo, conquistó Beijing este fin de semana por sexta vez en seis participaciones y lo hizo ante Rafael Nadal 6/2 6/2 en una hora y media. Lo demolió, especialmente en el segundo set. 29 victorias sobre 29 partidos en la capital china para el serbio...

Menos de cuatro games perdidos por partido acumuló Djokovic (18 en total) durante toda la semana en Beijing (récord 2015). 6/1 6/1 a Simone Bolelli, 6/2 6/1 a Ze Zhang, 6/2 6/2 a John Isner (13°), 6/2 6/3 a David Ferrer (7°) y 6/2 6/2 a Rafael Nadal (8°). Trituró a sus rivales. No los dejó jugar. Servicios, derechas, reveses, cortadas... le salió todo. En los pocos momentos de tensión por los que pasó, siempre salió airoso, con tiros profundos, dominando a sus rivales sin importar sus características. Novak eludió la contaminación en el aire con mucha destreza y volvió a hacerse fuerte (invencible) en el torneo que más veces lo vio ser campeón.

Un ídolo de masas que aporta para la causa

"Me las arreglé para mantener la calma, seguir con el plan de juego agresivo y hacer que se mueva. Funcionó muy bien. Creo que mantuve ese nivel de agresividad y el poder en mis golpes. Supe que con el tiempo él iba a cometer errores y dejar bolas cortas para que yo pudiera dominar los puntos. El saque me ayudó mucho, más del 80% de primeros servicios, siete aces y terminando la acción winners, eso me funcionó muy bien durante toda la semana, me ayudó a ganar muchos puntos gratis", un análisis perfecto de la semana de "Djoker" explicada por él mismo, minutos después de consagrarse en en el país asiático.

El historial de enfrentamientos personales entre Nadal y Djokovic es la rivalidad más veces disputada de la historia, que se vuelve cada vez más igualada. 23-22 adelante el español, aunque permanece abajo en finales entre sí 10-13. El trofeo de Beijing significó el 56° de "Nole" en su carrera ATP en 82 finales disputadas. En 2015 compitió en trece torneos de los cuales en doce alcanzó la final y en ocho fue campeón. Números absurdos. Solo cayó antes del partido por el título en cuartos de final de Doha ante Karlovic en el primer certamen de la temporada. ¡68 victorias en 73 partidos, 93% de efectividad! Número uno del mundo por escándalo.

Intentó dar pelea ante un rival que está jugando a otra cosa.

En líneas generales, Nadal fue de menos a más en la ciudad donde fue campeón olímpico en 2008. Su mejor partido fue la final, aunque los número digan lo contrario. Fue sorteando contrincantes con dificultades e incluso con su juego irregular característico del 2015. Jack Sock fue el que le trajo más problemas en cuartos de final, partido que tuvo que remontar. Contra Djokovic tuvo varias oportunidades para quebrar y equiparar el juego en el primer set pero el serbio no lo dejó. El español alcanzó su quinta final del año (3-2), la primera sobre cemento. En total acumula 97 finales (67-30), sexto en la lista histórica de más definiciones ATP en la Era Abierta.

"Rafa" comentó en unas lineas su actuación en la final: “Creo que para el primer set, ese 6/2 fue demasiado, tuve muchas oportunidades. Luego en el segundo set los dolores en mi pie derecho me hicieron perder un poco la concentración”. Nadal fue atendido al comienzo del segundo set por un dolor en el pie derecho, lo que asustó a todos. Pero a pesar de los dolores y la final perdida, el manacorí fue positivo sobre su semana: "Estoy feliz de cómo he jugado. Todas las mejoras son importantes, incluso las pequeñas, y creo que esta semana he mejorado muchas cosas, saco mucho de positivo de esta semana”.
Fuera de la deportivo, aunque con incidencia directa en el juego, este año se palpó la contaminación alarmante en el aire de Beijing. Varios fueron los jugadores afectados durante la semana de tenis por este problema ambiental que aqueja a esta ciudad hiper industrializada. Los niveles de polución preocupan a los habitantes y sobre todo a turistas o personas que deben asistir a Pekin por diversos compromisos. Estudios de la Universidad de Beijing afirman que por la contaminación, la ciudad es "casi inhabitable para los humanos". El smog es tan denso que no solo no deja ver con normalidad, sino que afecta la salud humana al respirar ese aire altamente contaminado.

Martin Klizan fue el más efusivo en redes sociales contra el ATP500 chino, alegando ataques de tos y vómitos tras su partido ante Fognini. Hasta publicó una foto suya con barbijo. Otro afectado fue Jo-Wilfried Tsonga que pidió asistencia médica en medio de su partido por mareos, producto de la falta de aire limpio en su cerebro. Estos atisbos de denuncia contra el torneo no tuvieron ninguna respuesta por parte de las autoridades. Para peor, la nueva política de la ATP limita los "comentarios publicados" por una posible “conducta contraria a la integridad del deporte” contra torneos, jueces, jugadores y sponsors involucrados en el tenis profesional. El dinero manda...

Daniel Vitale Pizarro

05 octubre 2015

Bendita experiencia

El explosivo arranque de temporada de Tomas Berdych lo ubicó por primera vez en su carrera como cuarto en el ranking ATP. Las finales en Doha, Rotterdam y Monte Carlo más las semifinales en el Australian Open, Dubai, Miami y Madrid mostraron lo mejor de su repertorio. Protagonista como siempre en cada gran cita del circuito, a partir de Roland Garros no fue el mismo. Favorito de los torneos siguientes, estuvo ausente en todas las semifinales de los siete certámenes que le siguieron, incluso caídas inesperadas ante rivales inferiores como Donald Young y Simone Bolelli, entre otros. Pero cuando parecía que el checo entraba en un pozo, la gira asiática lo recibió con los brazos abiertos y respondió a la perfección.

Por primera vez en su carrera, llegaba a la gira euroasiática de final de temporada como número cinco del mundo. Sin títulos pero con el mejor promedio de victorias/derrotas hasta aquí de su carrera, Berdych afrontaba ese viaje con el objetivo de sumar partidos, ganar confianza dentro de una cancha, clasificar al Masters de Londres e intentar ganar algún título ATP. San Petersburgo lo despidió en su debut ante Bolelli y las alarmas empezaron a sonar. Su extenso y apretado calendario en esta parte del año comenzaba a tambalear. Había caído en la primera de la seis paradas programadas previas al Masters en siete semanas de competencia...
El mismo día que salió campeón voló hacia Beijing. Los gajes del oficio...

El año pasado, Andy Murray levantó su primer trofeo de la temporada 2014 ante Robredo en Shenzhen, año debut del torneo chino. Esta temporada pasó algo similar. Tomas Berdych ganó su primer título ATP del 2015 ante un español en la final (García López) en su debut en el certamen. El resultado fue 6/3 7/6 en una 1h 47m de juego. Agresivo como de costumbre, un quiebre tempranero le bastó para llevarse el primer set, con lluvia de por medio, lo que postergó el partido para el día siguiente. El mal inicio del checo (0-3) no impidió que llegaran a un tiebreak. Allí Tomas levantó un punto de set para derrotar al nacido en La Roda.

Como en 2008 y 2011, Berdych levantó un trofeo en Asia. Tokio 2008 y Pekin 2011 fueron sus conquistas anteriores en territorio oriental, más las finales perdidas en Bongkok 2013 y Beijing 2014. Desde su triunfo en Palermo 2004 acumula 11 títulos ATP en 28 finales disputadas, al menos una por año en las últimas doce temporadas, un récord que pocos pueden presumir en su palmarés. Top10 ininterrumpido desde 2010, en 2015 accedió por primera vez en su carrera a la segunda semana en los cuatro Grand Slams, lo que se refleja en el ranking y en sus porcentajes de victorias en relación a otras temporadas (49-16).

Otra gran temporada del veterano Ferrer

Otro de los contendientes al Masters Cup que sacó un buena diferencia con su inmediato perseguidor, es David Ferrer. El español fue campeón en Kuala Lumpur al derrotar a su compatriota y amigo Feliciano Lopez 7/5 7/5. Tras estar dos meses fuera de competencia por una lesión en el codo derecho, "Ferru" va de menor a mayor desde su vuelta al circuito en el US Open. Suplente la temporada pasada en el "Arena O2" (disputó un encuentro), David no quiere perderse este año la gran cita de final de temporada y los puntos de Malasia ayudan a consolidarse como el octavo mejor de la temporada. Casi mil puntos de diferencia lo separan del noveno del ranking...

"Estoy muy contento porque nunca había jugado tan bien en este torneo. Mis sensaciones son muy buenas tras la lesión y estoy muy satisfecho porque he jugado mi mejor partido en la final", fueron las palabras del nacido en Jávea que nunca había sido campeón en Asia y que se mostró satisfecho con su actuación. En Kuala Lumpur cosechó su 25° título ATP en 50 finales disputadas, un número al que pocos tenistas en la historia llegan. Siete en el ranking mundial y octavo en la carrera de campeones, Ferrer ganó su cuarto título de la temporada en la misma cantidad de finales jugadas. El único año que no perdió finales ATP fue el 2006 (1-0).

Una sana costumbre

Las finales entre Ferrer y Feliciano Lopez en Kuala Lumpur y Berdych ante García Lopez en Shenzhen marcaron una tendencia cada vez mayor en el circuito. Nueve finales se disputaron entre jugadores con 30 años o más en 2015. El título del checo, un día después que el del español, fue el 21° para un jugador que supera los 30 años en una temporada, dos más que el año récord para la ATP (1975). Los "viejitos" están vigentes y se resignan a dejar su lugar de privilegio a las nuevas camadas a las que les está costando inmiscuirse en los lugares altos del ranking. 31 puestos del Top100 están ocupados por estos tenistas experimentados (30+) que se mantienen en la elite mundial vaya uno a saber hasta cuando...

Daniel Vitale Pizarro

28 septiembre 2015

Una costumbre francesa

El campeón ante su gente.

A muchos jugadores le pesa jugar bien en su país. A otros los potencia. Jo-Wilfried Tsonga nació en Francia hace 30 años y en su país natal es donde se siente más cómodo. Nueve de sus veintiún finales en el circuito las consiguió en Francia. Desde 2008 alcanzó al menos una final ATP en su país, a excepción de 2010, año aquejado por lesiones. En 2015 no había disputado partidos por el título y Metz fue el lugar elegido para no desentonar con su pasado. Los franceses saben que al menos una vez al año lo van a ver peleando por algún trofeo en el lugar que lo vio crecer. Es el regalo de Tsonga a su gente, en su casa.

Su mejor resultado del 2015 fue casualmente las semifinales en Roland Garros (Francia). Irregular esta temporada, brilló sobre el polvo parisino pero le costó destacarse en los torneos anteriores y posteriores al Grand Slam "naranja". Pero fiel a su costumbre, en Metz volvió a destacarse. Campeón en 2011 y 2012, en 2013 lo había derrotado en el último partido Gilles Simon, compatriota, amigo y compañero de ruta. Justamente esa final se repetía pero lo que no iba a ser repetido era el ganador. Esta vez el campeón fue Tsonga, tricampeón en la "ciudad verde". El mismo objetivo buscaba Simon que levantó el trofeo de Metz en 2010 y 2013.

Tapa y contratapa, así anunciaban la final.

Tsonga no pisaba una final en los últimos catorce meses. En aquella oportunidad había derrotado a Federer en el Masters1000 de Canadá. Desde entonces, apenas una semifinal en su palmarés. En busca de la regularidad que lo mantuvo en varias temporadas como Top10 y animador del circuito, esta parte del calendario es su preferida. Ocho de sus doce títulos ATP los consiguió después del US Open, siete de ellos bajo techo. El número aumenta si agregamos las finales. De las nueve definiciones perdidas, en cinco cayó en la gira previa al Masters. Y para agregar más datos sobre su rendimiento en "indoor", ocho de sus doce títulos los consiguió en superficies techadas.

Simon, bicampeón en Metz y Marsella, no ostenta otros buenos resultados en torneos franceses como su amigo nacido en Le Mans, aunque cinco finales en su país no es poca cosa. Acumula como "Jo" doce títulos en su carrera pero en menos finales disputadas (18). Gilles llegó al menos a una final ATP desde 2006, esta temporada alcanzó dos (1-1), ambas en Francia y ante franceses. Nuevamente Top10 hace tres semanas, su objetivo será clasificarse al Masters de Londres, torneo que disputó en 2008 en el cual perdió en semifinales. Top50 ininterrumpidamente desde 2007, es uno de los más regulares del circuito, algo de lo que pocos pueden presumir.

Su primer título en Metz (2010)

Y si hablamos de Copa Davis, Jo-Wilfried Tsonga también tiene grandes resultados en la competencia en la que representa a su país. Siempre dispuesto a jugar para Francia, debutó en 2008 y disputó quince series con un récord de 21-7 en total (16-6 en singles y 5-1 en dobles). En condición de local solo perdió tres veces (Wawrinka, Gojowczyk y Greul), en uno de ellos tuvo que abandonar por lesión. Una camada de tenistas excepcionales que no pudieron aun coronar el proceso con una Copa Davis para Francia llegando a la final en 2010 y 2014 en las que Serbia y Suiza impidieron la consagración gala.
Creado en 1980, el torneo de Metz se disputó por 18° vez este año y la mitad de las veces el título se lo llevó un francés. Jugado en los año pares de los '80, en los '90 dejó de disputarse para volver a formar parte del calendario ATP en el 2003. Desde ese año que se disputa de manera ininterrumpida sobre superficie dura y bajo techo. Durante los años '80 se jugaba sobre carpeta/moqueta, superficie prohibida por la ATP desde 2009. Además, entre 1980 y 1989 este certamen formó parte del circuito Grand Prix, disuelto en 1989 junto al nacimiento en 1990 del ATP Tour, reestructuración del circuito y ensamble del Grand Prix y de la WCT.

Daniel Vitale Pizarro

21 septiembre 2015

Despertó del sueño


Orsanic consuela a Delbonis que hizo lo que pudo en una superficie hostil

Israel (repechaje) fue el primer escollo de este viaje hasta semifinales. Brasil la primera parada y Serbia (sin Djokovic) la segunda estación. Bélgica esperaba por los muchachos de Daniel Orsanic con un recorrido similar: Suiza sin Federer ni Wawrinka y Canadá sin Raonic. Bruselas fue el escenario elegido por los locales, el Forest National (cemento indoor) con capacidad para más de 8000 espectadores. David Goffin, Steve Darcis, Ruben Bemelmans y Kimmer Coppejans fueron los seleccionados para enfrentar a Leonardo Mayer, Diego Schwartzman, Federico Delbonis y Carlos Berlocq. Sin grandes referentes en ambos países, inició una serie muy pareja en los papeles.

El sorteo estableció que Delbonis-Goffin abrían la serie. El nacido en Azul, a pesar de su bajo récord en superficies rápidas (6-24), peor aun bajo techo, dio batalla e incluso tuvo sus oportunidades en los primeros dos sets. Perdidos ambos, inició el tercero con un quiebre que no pudo revalidar, lo que terminó con sus aspiraciones. El número quince del mundo liquidó el pleito 7/5 7/6 6/1. Mayer salió a la cancha con la obligación de ganar para no comprometer toda la serie antes del sábado. Los siete singles ganados de forma consecutiva más el mejor ranking entre ambos bastó para que sin brillar, derrotara a Darcis 7/6 7/6 4/6 6/3. La eliminatoria quedaba empardada.

Los ganadores del viernes festejando sus victorias

El dobles era el punto clave. Como muchas veces sucede en Copa Davis, las duplas define la serie o allanan el camino para la victoria del domingo. Mayer-Berlocq se complementaron muy bien y derrotaron a Darcis-Bemelmans en un partido muy caliente, con muchos errores de ambos lados de la red que supieron capitalizar mejor los argentinos. 6/2 7/6 5/7 7/6 y 2-1 los visitantes de cara a un domingo muy difícil pero esperanzador. Las casi ocho horas del "yacaré" en cancha entre viernes y sábado hacían pensar que no sería rival para Goffin por lo que Orsanic se decidió por Schwartzman para el cuarto punto y apostó por Delbonis ante un cansado Darcis de 31 años.

El abrazo que no alcanzó.

Diego pisó la cancha y como entró, salió. Paliza de Goffin 6/3 6/2 6/1. El argentino no pudo hacer nada en una superficie muy rápida a la que no se adaptó pero que tampoco lo dejaron. El quinto punto determinaba al nuevo finalista. Delbonis vs Darcis. El local jugó como pocas veces en su carrera, con mucha actitud y determinación. Cambió los ritmos, incomodó con su revés con slice y sus embates a la red desorientaron al argentino. "Fede" luchó hasta el final, le ganó un set y cayó en el tiebreak del cuarto luego de levantar dos match points con el saque de Steve en el 6-5. Finalmente fue 6/4 2/6 7/5 7/6 para Bélgica. La ilusión se terminó y una vez más Argentina se quedó sin final de Copa Davis.

Bélgica disputará la final de Copa Davis por segunda vez en su historia. La anterior fue en 1904, la cuarta edición del certamen mundial por equipos. Por aquellos años totalmente amateurs, el campeón fue Gran Bretaña, el mismo rival que deberá enfrentar a fines de noviembre (27-29/11) por la Ensaladera más famosa del mundo, aunque en esta oportunidad se verán las caras en territorio belga bajo otras condiciones, distintas que hace 101 años. Cuarta en el ranking de Copa Davis, Bélgica se enfrentará ante el tercero de ese escalafón. Gran Bretaña, país liderado por Andy Murray y escoltado por su hermano Jamie, obtuvo nueve veces este torneo, el último en 1936, largos 79 años de sequía.

Capitán y equipo felicitando a Darcis, el artífice del quinto punto.

Argentina acumula diez semifinales en los últimos catorce años. En tres de ellas accedió a la final y nunca pudo obtener la Ensaladera de Plata. No la ganó ni en estos catorce años ni en toda su historia. Es el karma del tenis argentino, la competencia que el país más quiere ganar, que sus aficionados más anhelan. En un país inundado de tradiciones futboleras y de equipo, la Copa Davis pasó hace varios años a ser prioridad para los aficionados y también para los no tan allegados al deporte. En cada serie se ve entre el público gente que mira poco tenis durante el año pero que en Copa Davis es un fanático más, alentando con cánticos futboleros y emocionándose con cada quiebre de servicio, passing shot o drop, como si supieran con claridad que significa cada uno de esos términos.

Es sin lugar a dudas la competición fetiche. Morea, Vilas, Clerc, Nalbandian, Del Potro y demás jugadores que dejaron huella en el tenis mundial no pudieron conseguir el trofeo más tradicional e importante por equipos, en un deporte por demás solitario, lleno de egos, que a lo largo de la historia han mellado en la conquista de esta competencia. Sin los problemas aparentes de otros años, con un cuadro accesible, lo que faltó esta vez (siempre falta algo...) fueron jugadores de renombre, referentes para poder pelear contra naciones que cuentan con Top10 entre sus filas. Algún año, quizás, los planetas se alinearán para que Argentina pueda ser campeón de Copa Davis. Pero para eso habrá que esperar, como mínimo, hasta diciembre del 2016 porque este año (como siempre) nos despertamos del sueño antes de tiempo.

Daniel Vitale Pizarro

14 septiembre 2015

El gran escapista


Djokovic debajo de los papelitos y Federer detrás

La final del US Open 2015 fue una muestra más de superación ante las adversidades, una constante en la vida de Novak Djokovic. Un amor propio envidiable, una garra suprema, una mentalidad que roza lo "Nadalesco" y una consistencia e intensidad que casi nadie resiste. Esos son los pilares de actual número uno del mundo, uno de los mejores tenistas de todos los tiempos en una época brillante del tenis que reúne a tres de los cinco más ganadores de la historia en Grand Slams. Desde Belgrado a Estados Unidos, pasando por Australia e Inglaterra y tropezando una y otra vez en Francia, "Nole" fue construyendo su propia leyenda. Una leyenda de diez... de diez títulos "Grandes".
La primera experiencia en una final de Grand Slam la tuvo en 2007, precisamente en donde se coronó este domingo. El rival fue también el mismo del fin de semana, el vigente tricampeón del torneo (¿destino?). Fue victoria de Roger Federer en sets corridos pero algo cambió a partir de ese partido. El circuito dejó de polarizarse entre Federer y Nadal y se formó una terceto con Djokovic como principal enemigo de ambos. Al siguiente "Major", Novak dio la campanada y debutó como campeón en el Australian Open ante Tsonga, otro que prometía. Pasaron casi tres años para que "ND" volviera a una final de esta envergadura. En el medio intentos de cambios de saque y demás, fallidos.

En el US Open 2010 perdió la final contra Nadal. Pero a fin de esa temporada sucedió algo que lo catapultó a la cima hasta hoy. Fue campeón de Copa Davis. Además le descubrieron un porcentaje de celiaquía por lo que tuvo que cambiar su dieta. Más fibroso y atlético, sumado a la confianza del final del 2010, el año siguiente fue cuando explotó. 41 partidos consecutivos sin conocer la derrota, campeón en tres Grand Slams y número uno del mundo por primera vez. Novak Djokovic derrotó a Murray en la final del Australian Open y a Nadal en las definiciones de Wimbledon y el US Open. Cuatro títulos de GS en seis finales a los 24 años. Estábamos en presencia de un gran campeón.
2007 y 2015, las finales entre sí en el US Open

El 2012 empezó a tono con el año anterior. Campeón en el Australian Open, una vez más ante Nadal en una final de Grand Slam, la más larga de la historia. Pero su efectividad en las grandes citas cayó un poco, aunque no dejaron de ser grandes producciones. Final en Roland Garros y US Open, ambas derrotas ante el nacido en Manacor. El nivel del serbio no decayó y su confianza tampoco. Una vez más, inició una nueva temporada como campeón del Australian Open, por segunda vez derrotaba a Murray en la lucha por el trofeo. La extenuante semifinal ante Del Potro en Wimbledon 2013 le impidió estar a pleno contra Murray que lo derrotó en Wimbledon, y un Nadal inexpugnable lo venció en US Open, el mejor "Rafa" en cemento que hubo.

El sabor amargo de finalizar número dos del mundo tras ganar un Grand Slam más dos finales y una semifinal en los restantes, lo motivaron para recuperar el trono en 2014. A pesar de tropezar ante Stan Wawrinka en cuartos de final del Australian Open y de perder una nueva final de Roland Garros contra el mismo de siempre, Rafael Nadal, en Wimbledon se redimió y conquistó su séptima corona "Grande". Cómodo número uno del mundo, el 2015 lo vio por quinta vez campeón del Australian Open y finalista por tercera vez en Roland Garros, aunque Nadal no fue su verdugo sino Wawrinka, el otro suizo en cuestión.
"¿Soy yo? Ah, ok, está bien"

El noveno Grand Slam en el palmarés de Djokovic fue Wimbledon. Igual que en 2014, Federer estuvo del otro lado de la red. Esa misma final se reeditó por cuarta vez en "Majors" en el US Open
2015, hace algunas horas atrás. Demorada por lluvia, el encuentro se trasladó a la sesión nocturna, horario en el que Roger solo había perdido en una oportunidad. Sin ceder sets, invicto en el verano norteamericano con una postura más agresiva de lo habitual, era el rival ideal para poner en problemas al dominador de los últimos años e inalcanzable número uno del mundo. Djokovic afrontaba esta final en quizás su mejor año como profesional, incluso superior al 2011.

Los constantes ataques y subidas a la red, las 23 opciones de quiebre, los 56 tiros ganadores y el apoyo de 23000 personas no fueron suficientes para romper la imperturbable defensa e intensidad del serbio que resistió los embates del suizo, contragolpeó y sobre todo, acertó en los momentos claves del partido. No titubeó. Las innumerables ocasiones para adelantarse en el marcador que tuvo Federer fueron maniatadas por "Nole", mental y físicamente superior. Esas oportunidades, ante otro rival, difícilmente se le hubieran escapado. Pero cada rival supone niveles distintos de exigencia y Novak Djokovic, ante la menor duda, no te perdona. Mientras más apretado el marcador, mejor juega.
“Ganar ante el jugador más laureado, alguien que siempre sigue peleando hasta el final, que te hace buscar esa pelota extra, son cosas muy especiales para mí. Poder revivir estos momentos como en 2011 es algo increíble. Creo que es más complicado repetir algo que hacerlo por primera vez. Soy una persona y un jugador distinto a lo que era en 2011. Soy un hombre casado, padre y con distintas experiencias en la vida. Enfoco el tenis de una forma completamente distinta. Me siento más completo, físicamente más fuerte y mentalmente más experimentado y resistente. Haber estado en esa situación con anterioridad me ha ayudado a comprender distintos obstáculos y sé lo que necesito para superarlos”, las palabras de un maduro y aplomado Djokovic, con los pies sobre la tierra.

Federer fue modesto y educado en conferencia pospartido en pleno Arthur Ashe (incluso jugó con la frase de Pennetta "one last thing") pero cuando se sentó ante los micrófonos en la sala de conferencias, mostró su lado más humano: “Estoy muy decepcionado. He tenido muchas oportunidades en mi raqueta. Nunca debí ir por debajo en el marcador de la manera en la que estuve. Es bastante simple. Perdí debido a los errores que he cometido. Tengo que mejorar en eso. Así que ahora voy a trabajar y seguir adelante. No es ningún problema para mí”. 27 finales de Grand Slam (17-10), las últimas tres perdidas y con la pasión intacta. #BEL18VE

Daniel Vitale Pizarro

30 agosto 2015

Amenaza latente


La octava fue la vencida

El último torneo de la gira norteamericana previa al US Open decidió a su campeón. En Winston Salem, único torneo de la semana, disputaban la final Kevin Anderson ante el debutante Pierre-Hugues Herbert. Era la 11° final ATP del sudafricano, con una racha negativa de siete caídas consecutivas en definiciones por el trofeo. El francés debutó como cuartofinalista en un ATP y no se quedó en eso, se dio el gusto de llegar a su primera final, instancia nueva para el 140° del ranking que estuvo a la altura de las circunstancias. Aunque no le alcanzó, opuso resistencia y coraje en el partido por el "extraño" trofeo que brindaba el torneo.

Sorprendido, aliviado, satisfecho... algunas de las sensaciones de Kevin Anderson al sentirse el mejor de la semana. No era campeón a nivel ATP desde 2012, una sensación extraña para un jugador que no sale del Top20 desde mediados del 2013. Siendo uno de los jugadores más regulares del circuito, no logra dar el salto para ingresar al Top10 o derrotar con mayor asiduidad a los miembros de ese selecto grupo. Apenas le ganó a un TopTen en ocho ocasiones de los 53 partidos que disputó ante ellos. En Winston Salem cortó la mala racha y conquistó su tercer trofeo como profesional en su tercera final del año (Memphis y Queens). Además volvió a ser el 14° ATP, su mejor posición en el ranking.

Su arma y la base de su juego

"Es una gran sensación. Venía muy nervioso a este partido después de varias finales perdidas, así que estoy muy satisfecho con este resultado", dijo Anderson en conferencia de prensa pos campeonato. Y no se olvidó de destacar la actuación de su rival: "No muchos pueden encadenar ocho partidos con victoria en estas condiciones tan cálidas. Debes estar muy orgulloso de esta gran semana que has firmado. Sin duda, un sensacional resultado". Kevin se hizo fuerte desde su poderoso servicio y su derecha para manejar las riendas del partido. 203cm de altura le permiten gozar de uno de los mejores saques del circuito, golpe con el que casi no cedió terreno durante el certamen: fue quebrado apenas una vez, en primera ronda.

Su golpe predilecto

Herbert, finalista que provino de la qualy, tuvo que ganar ocho partidos para llegar a la definición, una cantidad enorme de encuentros para un ATP 250, lo que hubiera sido récord si ganaba el torneo. A los 24 años, el francés sorprende con su estilo casi extinto de saque y volea, slice y red, agresivo y con un muy buen servicio. Las variantes le permiten acercarse a la malla incluso con segundos saques como factor sorpresa, apoyado en una aplomada volea. 140° ATP, Pierre subirá varios escalones y quedará 92° en el escalafón mundial, su mejor posición histórica. En Winston Salem ganó cinco partidos en el cuadro principal, dos menos que la cantidad total de partidos ATP que lleva ganados desde que es profesional.

Cuando se le preguntó hace algunos años sobre su golpe favorito, curiosamente respondió que era su volea de revés. Campeón esta temporada en Queens y finalista del Australian Open y Hertogenbosch en dobles, Herbert sabe lo que es ser campeón de Grand Slam en la especialidad ya que ganó Wimbledon como juvenil en 2009, año en el que fue semifinalista del US Open y número nueve ITF en singles entre los menores de edad. Fanático de Pete Sampras, Guillermo Coria y Roger Federer, elige Roland Garros como su torneo favorito. Graduado en Alemania con el sistema "Abibac" (co-creado por Francia y Alemania), habla con fluidez cuatro idiomas: francés, alemán, inglés y español.

Los peculiares trofeos del certamen

Anderson nació en Johannesburgo hace 29 años. De adolescente, partió a Estados Unidos a la Universidad de Illinois para estudiar y jugar al tenis. Compitió tres años entre 2005-07, fue campeón universitario en dobles y elegido el mejor jugador de la Universidad. En 2007 decidió ser profesional y al año siguiente, en su segundo torneo ATP disputado, alcanzó su primera final en Las Vegas. A pesar de ser un jugador muy peligroso y estable Top20, nunca accedió a cuartos de final de un Grand Slam ni a semifinales de Masters1000, sus deudas pendientes. En 2008 ingresó al Top100 por tres semanas y en 2010 volvió a ese lote en el cual fue ascendiendo progresivamente hasta su estabilización en el Top20 desde 2013 hasta hoy.

Llama la atención su alto ranking por la ausencia de grandes resultados. Sus puntos se basan en una gran cantidad de finales, semifinales y cuartos de final en torneos no tan importantes y segundas semanas en Grand Slams, lo que le permiten mantenerse en esa posición sin defender gran cantidad de unidades al año siguiente. En las puertas del US Open, Anderson defiende tercera ronda, lo que le permitirá poder sumar en el último Grand Slam del año con la mira puesta en el Top10 ante de fin de año y por qué no, pensar en una clasificación al Masters como el octavo mejor tenista del 2015 ya que se encuentra 11° en la "Carrera a Londres", que contabiliza solo los puntos del año calendario.

Daniel Vitale Pizarro

24 agosto 2015

Roger tiene la edad de su juego


Roger mira al cielo y Novak al piso.

"He tenido un montón de tiempo desde la final de Wimbledon. Estoy fresco y con ganas de jugar. No puedo esperar a que empiece el torneo. Los entrenamientos han ido bien y estoy muy contento de cómo me siento". Así declaraba Roger Federer antes de debutar en Cincinnati ante Roberto Bautista Agut. Ausente en Montreal por cuestiones de planificación, algo que Federer estudia minuciosamente, llegó a Ohio para defender su corona con el riesgo de trastabillar y llegar al US Open casi sin partidos. Pero nada de eso sucedió, si no todo lo contrario. Incluso recuperó el N°2 del mundo, puesto que le había arrebatado Murray la semana pasada tras ser campeón en Canadá.

Una hora y nueve minutos duró el español en cancha. Un monólogo de Federer que hizo lo mismo en las rondas sucesivas contra Kevin Anderson (55 minutos) y Feliciano Lopez (62 minutos), rivales de fuste que literalmente borró de la cancha. Su propuesta ultraofensiva, aun más de lo habitual, opacó las virtudes de los demás. Murray era el semifinalista, la vara estaba más alta pero el nivel de Roger no bajó. Menos lanzado a la red que los partidos anteriores pero siempre con la intención de atacar e ir hacia adelante, controló las acciones y neutralizó el juego del británico. 6/4 7/6 para el suizo y final en Cincinnati, séptima en este Masters1000 que ganó las seis veces anteriores.
Feliz, agradece el apoyo del público.

La final era una vez más contra Novak Djokovic. Por quinta vez en la temporada se veían las caras en la definición por un título. En Dubai se llevó el trofeo el helvético y las tres restantes (Indian Wells, Roma y Wimbledon) fueron para el de Belgrado. En el sexto Masters1000 del año, la rivalidad Federer-Djokovic se reeditaba por 41° vez, historial empardado en veinte triunfos por lado. 4h 43m había estado en cancha "RF" antes de la final contra las 6h 49m de "ND". Y si a eso le sumamos los cinco partidos disputados la semana pasada en Montreal, la condición física de cada uno podría haber llegado a pesar, algo que para alegría del público y sponsors, al menos a simple vista, no se notó.

El primer set fue equilibrado en el resultado hasta el tiebreak pero no tanto en el desarrollo. Sin ceder opciones de quiebre, Federer no tuvo complicaciones al servicio (como durante toda la semana) y peleó varios juegos de saque de Djokovic. Su agresividad al resto, algo inusual en él, dio sus frutos en la muerte súbita y al comienzo del segundo set, cuando quebró el servicio de Novak y se encaminó hacia la victoria. El tiebreak fue un mazazo para "Nole". Cedió terreno que no pudo recuperar. 7/6 6/3 y título para el mejor tenista de la semana. Derrotó a Murray (2°) y a Djokovic (1°) en fila. Por segunda vez en su carrera venció en un mismo torneo al 1° y 2° del mundo, como en el Masters 2003 (Ferrero -2°- y Roddick -1°-).

Pasión eterna

La actuación de Federer en Cincinnati fue colosal. A sus 34 años recién cumplidos, demuestra torneo tras torneo que está más vigente que nunca. Y se da el lujo de re-reinventarse. Notorio fue el cambio (para bien) de su juego desde la contratación de Stefan Edberg como coach pero esta semana le aplicó una marcha más a esa táctica. Su servicio funcionó a la perfección, manejó los tiempos y jugó a gusto con su derecha, incisiva como de costumbre. La volea, inexpugnable, firme y decisiva. Pero lo que más impacto causó fue su devolución, golpe con el que durante su carrera nunca brilló. Desde "winners" hasta "chip and charge", todo le salió bien. Presionó como nunca, ahogó a sus rivales y hasta devolvió muchas veces de sobrepique atorando a sus rivales. Alucinante.

Federer confesó que practicó la devolución de bote pronto como un chiste durante los entrenamientos y que se dio cuenta que podría funcionar en Cincinnati por la superficie y condiciones de Ohio. "No voy a jugar en la manera en la que ellos quieren que juegue. Es un poco una locura para ser honesto, pero me está funcionando. No es que lo haga en todos los segundos saques, sino en algunos puntos. Es bueno crear un poco de confusión en la cabeza del adversario", reflexionaba en conferencia de prensa sobre las tácticas a utilizar y lo realizado esta semana. Además aclaró lo roles de sus entrenadores y la influencia positiva de Edberg: "Stefan es quien me da diferentes consejos sobre qué hacer en los partidos o los entrenos pero es Severin el que maneja el barco". Claro como siempre.

Su derecha marca el ritmo de los partidos.

Los números de "Su Majestad" no paran de aumentar y el paso del tiempo parece no afectar su eficacia. 87 títulos ATP, 24 Masters1000, siete en Cincinnati y cinco esta temporada. Número dos del mundo, se mantiene en el Top10 de manera consecutiva hace 672 semanas, aun lejos de las 788 de Connors. Donde si es líder es en las semanas como número uno del mundo (302) y como Top2 con 463 y contando. "Creo que soy un jugador mejor ahora que cuando tenía 24 años porque practiqué durante diez años y tengo diez años más de experiencia. Siento que golpeo mejor mi servicio y mi revés, mi derecha sigue siendo tan buena como siempre y mi volea está mejor que nunca".

El campeón agregó Cincinnati a la lista de los torneos que consiguió siete veces. En Ohio levantó el trofeo en 2005, 2007, 2009, 2010, 2012, 2014 y 2015. Wimbledon y Dubai también los ganó en siete oportunidades y Halle ocho veces, los cuatro certámenes en los que más triunfó. Djokovic se quedó con las manos vacías: perdió por quinta vez la final aquí. Si agregamos la final perdida en Roland Garros, cayó en las finales de los torneos que le faltan para completar el tanto "Grand Slam" y como el "Carrer Golden Masters", en un año en el cual parecía que arrasaba con todo. No todo es color de rosa para Novak, la remera de Roger sí.

*El título es un tuit de @unmoroenlacosta.
Daniel Vitale Pizarro

17 agosto 2015

Andy ha vuelto


Miradas cómplices

“Para ganarle a Murray tendré que subir uno o dos niveles de tenis respecto a lo que he mostrado durante la semana”. Así vivía el partido Djokovic en la previa. Sabía que la vara estaba cada vez más alta y que si no elevaba su nivel, no tendría chances. Las ocho victorias consecutivas del serbio ante el británico y los diecinueve triunfos sobre los veintiocho encuentros que disputaron hasta aquí, no pesaban para Novak que respeta siempre sus duelos con Andy. Y no se equivocó. Brindaron una batalla (otra) en Canadá, más intensa que bien jugada pero con destellos de calidad a los que nos tienen acostumbrados, en la que el ganador fue el que menos dudó y más arriesgó.

Tres horas duró el partido. Idas y vueltas en el marcador terminaron con la victoria de Murray 6/4 4/6 6/3. No fue un gran partido desde lo tenístico pero si desde la intenso y emocional. Un tire y afloje de ambos en el que salió ganador el que más "tiró". Apoyado en un servicio punzante y un revés que marcó el ritmo del partido, el británico se llevó el trofeo canadiense por tercera vez en su carrera. La postura más agresiva de Andy desde la devolución sofocó al serbio que irregular como durante toda la semana, nunca pudo tomar las riendas del partido. Su admirable capacidad de lucha le permitió aguantar y forzar un tercer set, pero contra estos rivales, eso no es suficiente.

Incisivo con ese golpe

Andy se mereció ganar hoy en la cancha. Pienso que hubo una diferencia entre su saque y el mío. Yo no saqué bien el primer set y medio. Él lo hizo en los momentos más importantes y también consiguió grandes tiros”. Coherente antes y después del partido, Djokovic aceptó la derrota como lo hace casi siempre y ponderó los méritos del rival contra sus deficiencias, una postal que se repite cada vez que es derrotado, aunque esta temporada solo haya perdido cuatro partidos. Novak cayó en Doha ante Karlovic, en Dubai contra Federer, en Roland Garros frente a Wawrinka y en Montreal. En contraposición están sus seis títulos en el año, inalcanzable en el ranking.

Los números del escocés esta temporada son fantásticos, solo superados por Djokovic en nivel, resultados y ranking. Lo eliminó de cuatro torneos importantes: final del Australian Open, semifinal de Indian Wells, final de Miami y semifinal de Roland Garros. Un karma. Hasta su título en Montreal y fin de la hegemonía serbia, en 2015 fue campeón en Munich, Madrid y Queens con el premio de superar a Federer en el escalafón mundial y volver al número dos del mundo. Líder en victorias (53-8), achicó el H2H (9-19), empató las finales ganadas entre si (6-6) y acumuló 77 partidos consecutivos ganados cuando gana el pimer set. ¡Bingo!

No encontró respuestas

Pero el presente de Murray no es casualidad. Atrás los problemas en su espalda tras la operación y la ruptura con Ivan Lendl, Andy decidió primero contratar a Amelie Mauresmo y después anexó a su grupo de trabajo a Jonas Bjorkman. Los resultados fueron de menor a mayor, todos positivos. El sprint final de 2014 para clasificar al Masters fue el puntapié inicial para recuperar aquellas sensaciones que tuvo antes de la lesión. Al próspero comienzo de año le faltaban títulos. Y las coronas llegaron en el polvo de ladrillo europeo. Sin siquiera finales en esa superficie durante toda su carrera, encadenó éxitos en Munich y en Madrid, paliza a Nadal en la final española incluida.

Primero su madre que lo inició en el tenis, segundo su mujer, fiel compañera y reciente mujer oficial, y tercero Mauresmo, el tridente femenino que encarriló al escocés para su vuelta al número dos del mundo. Además mejoró su condición física e incorporó sesiones con un psicólogo que lo ayudaron a conocerse mejor y pensar de otra manera los partidos importantes. “Tienes que estar abierto y ser honesto con tus pensamientos y sentimientos. Si mentís acerca de las cosas que te hacen más fuerte y más duro es inútil”, palabras recogidas por la revista 'The Sunday Times' en una entrevista realizada en Wimbledon.

Una firma que nunca olvidarán

Andy Murray cosechó su Masters1000 número once, la misma cantidad que Pete Sampras. El título en Canadá fue el tercero allí, cuarto ATP del año y 35 de su carrera en 51 finales disputadas, todo un número. "El año pasado fue un año muy difícil para mí. Pasé por muchas cosas. Salí del Top10 y la gente se hacía muchas preguntas, habían perdido la fe en mí. Cuando volví de la lesión no fui capaz de competir con los mejores jugadores. Me ha tomado mucho tiempo volver a este nivel, por eso estoy muy feliz de estar jugando así de bien", sinceras palabras de un campeón satisfecho con su nivel pero más que nada por volver a derrotar a Djokovic y sentirse competitivo contra los mejores.

Daniel Vitale Pizarro
@DanielViPiTenis

10 agosto 2015

Llegó la hora de subir el listón


Puño apretado para volver al 4° ATP

La derrota en cuartos de final de Roland Garros ante Jo-Wilfried Tsonga fue la última que completó dentro de una cancha en este 2015. Kei Nishikori tras París, se retiró en semifinales de Halle (1-4 vs Seppi) y no se presentó en segunda ronda de Wimbledon por una lesión en su pierna. Cinco del mundo, el japonés llegó a Washington como el segundo preclasificado detrás de Andy Murray para dar inicio a su gira norteamericana que terminará en el US Open, torneo en el que defiende final, su primera y única de Grand Slam perdida ante Marin Cilic. Justamente el croata fue su rival en semifinales en la capital de Estados Unidos esta semana...

En una especie de revancha, el japonés lo derrotó y accedió a la final de Washington en la que se topó contra John Isner, campeón la semana pasada en Atlanta y de gran rendimiento histórico en esta gira norteamericana. Por tercera vez en sus cinco partidos disputados, Kei perdió el primer set, remontó y se llevó el título en tierras estadounidenses. El partido por el trofeo lo jugó a su gusto, solo superado por el enorme servicio del gigante en el primer set, que pudo neutralizar en los momentos importantes. Desde el fondo, una diferencia abismal: 50 puntos contra 18. Jerarquía y solvencia desde la línea base fueron los atributos en los que se basó el japonés para levantar su tercer torneo en 2015.

Desde ese golpe cimentó su triunfo ante Isner

Nishikori es el octavo jugador en lo que va del año que cosecha al menos tres títulos ATP junto a Wawrinka, Thiem, Nadal, Murray y Ferrer (3), Federer (4) y Djokovic (6). Este trofeo fue el décimo de su carrera de los cuales ocho los consiguió en superficies duras y los dos restantes en arcilla. Ahondando más en sus consagraciones, seis coronas son ATP500, lo que denota su presencia y autoridad en los torneos importantes. En total alcanzó quince finales ATP, incluida la del US Open 2014 y el Masters1000 de Madrid en la misma temporada. En un desglose aun más profundo de su curriculum, acumula 232 victorias ATP, 24 de esas ante el Top10.

"No fue fácil ganar hoy tras perder el pirmer set, al igual que en varios partidos esta semana. Sobre todo mentalmente es difícil, pero traté de luchar hasta el final y por eso estoy feliz de haber ganado hoy", las primeras palabras esbozadas por Nishikori tras proclamarse campeón en Washington, torneo al que había acudido cuatro veces y en el que nunca había sobrepasado los cuartos de final, instancia que alcanzó solo en 2014. A partir del lunes, Kei volverá a la cuarta posición del ranking ATP, lugar en el que estuvo durante tres semanas alternadas al principio de la temporada, entre marzo y abril.

Colecciona ATP500

John Isner fue el derrotado en la final por Nishikori. A sus 30 años cayó en la final de Washington por tercera vez (2007, 2013 y 2015). Asiduo protagonista de la gira norteamericana previa al US Open, once de sus veinte finales son en ese corto período del calendario, al menos una final por año durante las últimas seis temporadas. Este año alcanzó el partido definitivo en los dos certámenes a los que acudió: campeón en Atlanta y finalista en Washington. Y cuando no logra finales en esos meses, las alcanza en Estados Unidos. Solo tres veces no disputó el último partido de un torneo fuera de su país, una tendencia que no baja con los años.

"Él (Nishikori) probablemente es uno de los mejores desde la línea de fondo y si no saco una gran cantidad de primeros servicios, como lo hice en el primer set, es muy difícil ganar el partido. Incluso él sirvió muy bien en el segundo y tercer set y fue muy resistente. Es un gran jugador y un gran campeón. A su vez estoy muy orgulloso por haber alcanzado por tercera vez la final aquí en un torneo tan importante dentro del circuito", la reflexión del gigante de 208 centímetros de altura que hizo lo que pudo pero que chocó con una pared de difícil demolición, que aguantó, atacó y quebró en los momentos tensos del partido.

Sus 18 aces no fueron suficientes para desarticular el juego del japonés

El nacido en Shimane tiene dos torneos para sumar antes de la defensa de 1200 puntos del US Open porque en Montreal y Cincinnati, ambos Masters1000, no participó en la temporada pasada. Si lo aprovecha, tendrá un colchón de unidades por un posible traspié en Flushing Meadows, algo de lo que él y su equipo ni imaginan. A los 25 años y transitando los dos mejores años de su carrera, Nishikori aspira a más. Nuevamente con su mejor ubicación en el ranking (4°), un positivo fin de año lo colocaría con excelentes chances de seguir subiendo en el ranking, aunque la cima está demasiado alta en el corto plazo, pero dentro de un año podríamos estar hablando de una amenaza más seria...

Daniel Vitale Pizarro
@DanivipiTenis