11 agosto 2014

Impensado campeón

Pura potencia

Jo-Wilfried Tsonga campeón del Masters 1000 de Toronto. ¿De verdad? Contra todos los pronósticos, el francés se adjudicó su segundo Masters 1000 en la final ante Roger Federer, número tres del mundo y el jugador con más victorias en lo que va del año (44). Impensado una semana atrás, Tsonga despachó a cuatro Top10 al hilo por primera vez en su carrera en un mismo torneo (Djokovic, Murray, Dimitrov y Federer) y su tenis volvió a la cúspide tras dieciocho meses sin levantar un título (Marsella 2013) y seis años después de su única corona en la categoría.

Irregular por donde se lo mire durante 2014, el ranking se encargaba de decir que era el número 15° del mundo, lejos de ser el quinto del planeta como supo serlo, pero más lejos aun por el nivel que venía mostrando en la temporada. La final en Marsella perdida ante Gulbis era su mejor performance hasta Toronto. Incluso no había alcanzado ninguna semifinal más, solo dos cuartos de final en Dubai y Monte Carlo, muy por debajo de su nivel. Derrotas con Cilic, Gulbis, BenneteauGojowczyk, Giraldo y Matosevic (todos con menor ranking), mostraban un Tsonga vulnerable, irregular e incapaz de alzarse con un torneo de esta jerarquía, al menos en el corto plazo...

Algunas de las cosas que hizo para volver a ser campeón de un M1000.

Pero todo cambió cuando en octavos de final vapuleó al número uno Novak Djokovic 6/2 6/2. El mundo miró con otros ojos a "Jo" tras esa victoria. Luego superó a Murray (9°) en cuartos de final, a Dimitrov (8°) en semifinal y a Federer (3°) en la final, para completar el poker de Top10, una hazaña difícil de igualar, que no se veía en el circuito desde Cañas en 2002 en este mismo escenario. Un año hacía que no vencía a un Top10 y aquí despachó a cuatro. Preclasificado número 13°, el clon de Muhammad Ali se metió en tierra de grandes al ser el cuarto jugador fuero del "Big 4" (Nadal, Federer, Djokovic y Murray) en ganar un M1000 de los últimos 40 disputados, junto a Soderling, Ferrer y Wawrinka. Privilegio de pocos.

La clave del triunfo en la final fue su estrategia, basada en un formidable servicio que casi no le trajo problemas a lo largo del encuentro (nunca enfrentó un break point en contra) y en su paciencia a la hora de atacar, algo poco común en el francés que tira y tira de cualquier sector de la cancha. Los errores no forzados de Federer (37) hicieron que Tsonga, por momentos, jugara a una velocidad menos que lo habitual en él. Paciente, esperó el error del rival, especuló, no intentó tomar siempre la iniciativa y atacó cuando debió. El resultado fue el título en Canadá y la vuelta al Top10.

Canadá le sienta bien (dos semifinales y un título).

Jo-Wilfried no pudo ocultar su alegría y explicó la diferencia con su anterior M1000 ganado, allá por 2008 en su país natal, Francia: "Es completamente diferente a la vez anterior, cuando gané en París. En París fue la primera, detrás de mi familia, mis amigos, todo el mundo. Aquí sólo lo hice con mi nivel, con mi juego. He jugado bien toda la semana. Vencí a muchos jugadores buenos. Es un gran logro porque he trabajado muy duro para volver de mi lesión de rodilla del año pasado".

Roger Federer, que en la semana cumplió 33 años, siguió aumentando sus números de leyenda. A los 21 títulos de Masters1000, le agregó una final más (37), 299 partidos ganados en esta categoría y 967 en toda su carrera. El titulo ATP N°80 del suizo se hace esperar pero el nivel nos dice que llegará más temprano que tarde, siendo esta su final 120 como profesional. Durante 2014 ya gritó campeón dos veces (Dubai y Halle) y fue subcampeón en otros cinco certámenes (Brisbane, Indian Wells, Monte Carlo, Wimbledon y Toronto). Tremendo. Ahora Roger afrontará Cincinnati, US Open (cinco títulos en cada torneo) y la semifinal de Copa Davis, una parte del año muy exigente para cualquiera, más aun para un jugador de 33 años y con tantas batallas sobre su espalda.
Decepcionado por su nivel en la final.

Federer alzó la voz y dejó bien en claro sus sensaciones pos partido: "No he estado jugando muy bien. Si uno no puede golpear de derecha o lo que sea, es sólo que... no era mi día. Fue realmente frustrante lo que yo sentí. He luchado. He variado mi juego, y yo tenía la esperanza de colarme en cada set y entonces aprovechar cuando él se pusiera nervioso o jugase mal. Yo no pude crear suficientes oportunidades. Así que creo que mereció ganar la final".

"LeMome" pudo derrotar a Roger luego de caer dos veces este año (Australian Open y Monte Carlo). Tres de sus cinco victorias ante "RF" fueron aquí en Canadá. El título fue su segundo de la serie Masters y el número once ATP en 20 finales disputadas. El exnúmero cinco del mundo volvió al Top10 luego de estar fuera del selecto grupo desde marzo y pasó de ser un peligroso Top20 a una amenaza para cualquier jugador en cada torneo durante el resto de la temporada sobre cemento, ya sea outodoor o indoor. Cincinnati y US Open son sus próximos compromisos importantes, aunque Cincy sea su peor Masters1000 (segunda ronda su mejor resultado) y Flushing Meadows su peor Grand Slam (cuartos de final fue lo más lejos que llegó).

Daniel Vitale Pizarro

04 agosto 2014

Tenis canadiense de altura


Canadá en su máxima expresión tenística

El impacto lo dio hace exactamente un año. En Montreal, el país que lo alberga desde muy joven, alcanzó la final del Masters 1000 de Canadá. Nadal fue demasiado para él. Luego "Rafa" encadenó Cincinnati y US Open, quizá su gesta más importante. Aquel día, tras la final perdida, tocó el Top10, aunque solo duró una semana dentro de los diez mejores, puesto que recuperó cinco meses más tarde y que ahora lo tiene no solo dentro, sino como protagonista y ostentando su mejor ranking histórico (6°). Doce meses después, Milos Raonic es campeón del ATP 500 de Washington, en una final histórica para su país.

Preclasificado número dos en Washington, Raonic sorteó a sus rivales sin perder sets, aunque con varios tiebreaks (cinco TB sobre diez sets disputados). La prematura caída de Berdych (preclasificado N°1) dejó acéfalo al cuadro principal y el rival de Milos fue otro canadiense, Vasek Pospisil. Un año mayor que Raonic (24 años), su rival fue su compañero de Copa Davis y lo derrotó como en la semifinal de Montreal 2013 para ingresar al Top10. Esta vez significó volver al Top6 y fue la primera final 100% canadiense en la historia de la ATP. El título quedó para el gigante de 196 centímetros de altura, trofeo que significó su primero de la serie 500. 

No es solo un saque potente

Pospisil, que no se queda atrás en temas de altura (193cm), subió nueve puestos (27°) para quedar a dos lugares de su mejor ubicación. Para Vasek fue su primera final ATP. Además, esta temporada fue campeón en Atlanta y Wimbledon en dobles, junto a Jack Sock. Con la confianza en alto, fue el encargado de doblegar a Berdych (5°) en octavos de final y a Gasquet (14°) en semifinales. Aun con más partidos perdidos que ganados a nivel ATP (41-53), apunta, por ahora, a mantenerse estable en el Top30. Junto a la final en Washington, en 2014 acumula una semifinal en Chennai y cuatro cuartos de final (o mejor) en sus últimos cinco certámenes disputados.

Raonic, desbordado de confianza, expresó sus sensaciones tras la coronación en la capital norteamericana: "No podría haber pedido una mejor manera de llegar a la parte más importante del año. Creo que estoy jugando a un nivel alto. Creo que el número al lado de mi nombre no es casualidad y no creo que sea una casualidad si sigue bajando. Se trata de mejorar cada semana y encontrar una manera de ganar partidos".

Las banderas canadienses, omnipresentes en el estadio

A pesar de representar a Canadá, Milos Raonic nació el 27 de diciembre de 1990 en Podgorica, Montenegro. A los tres años de edad se mudó con su familia (ambos padres ingenieros) a Canadá y recién comenzó a jugar al tenis a los ocho años. Admirador de Pete Sampras, llegó a decir que había grabado todos sus partidos televisados. En 2010 debutó en Copa Davis ante Colombia (perdió ante Giraldo y Cabal los singles pero ganó el dobles junto a Nestor) y en 2011 fue distinguido como el jugador revelación ATP, luego de ascender del puesto 156° al 31° durante esa temporada.

El 2012 fue el año de su estabilización en el ranking y los resultados empezaron a llegar. Dos títulos, dos finales y su primera segunda semana en un Grand Slam (US Open). La temporada siguiente significó su consolidación como protagonista en cada torneo al que iba. Cuatro finales más alcanzadas (2-2), final de un Masters 1000 (Montreal) y segunda semana en Australian Open y US Open. También formó parte del Top10 durante una semana y alcanzó la semifinal de la Copa Davis, instancia a la que Canadá había llegado solo una vez en su historia, en ¡1913! Milos Raonic ya era el mejor jugador que había jugado al tenis representando al país más al norte de América.


Ljubicic y Piatti, los entrenadores de Raonic, observándolo en Roland Garros.

Cuartofinalista en Indian Wells, MiamiMonte Carlo y Roland Garros, y semifinalista en Roma y Wimbledon 2014, permitieron que Raonic volviera al Top10, principalmente por sus destacadas actuaciones en ambos Grand Slams. Escaló posiciones dentro del selecto grupo y se estableció como probable Top8 y participante del Masters en Londres, salvo que alguna lesión le impida competir durante la parte final de la temporada. A todo eso, le sumó el trofeo de Washington, su primer ATP 500 y la primera corona del 2014. Acumula seis títulos como profesional en once finales disputadas.

Convencido de que tenía muchas cosas por mejorar, Milos Raonic decidió darle un salto de calidad a su juego y a su portentoso físico, y contrató en 2013 al exnúmero tres del mundo Ivan Ljubicic, más la ayuda de Ricardo Piatti, con el que ya venía trabajando. Y los resultados están a la vista de todos. Toronto, Cincinnati y US Open, la parte en la que mejor se desempeña del año, son el futuro próximo de este gigante sacador que ya no solo saca bien...

Daniel Vitale Pizarro

28 julio 2014

Rio de janeiro no fue casualidad


Inyección de confianza para lo que vendrá

Semifinal del ATP 500 de Rio de Janeiro 2014. Pablo Andujar llegó a tener dos match points ante Rafael Nadal para alcanzar la final, pero a pesar de jugar quizás su mejor partido como profesional, no pudo sellar la victoria. Nadal luego fue el campeón. El promisorio año que se esperaba del español, por el nivel mostrado en febrero en Brasil, quedó en Brasil. Recién alcanzó cuartos de final la semana pasada en Hamburgo, sin poder ganar partidos consecutivos a nivel ATP desde el ya lejano Rio 2014. Diez torneos después, más una derrota en un Challenger, llegaba a Gstaad con el anhelo de hacer un buen papel, y para sorpresa hasta de él mismo, se proclamó campeón en la arcilla suiza ante Juan Mónaco.

"Nunca pensé que ganaría el título", dijo Andujar luego de levantar el trofeo. "Miré a mis padres, a mi novia y a mi hermano, quienes estaban acá, y fue fantástico porque finalicé con un ace, el único que anoté en todo el partido. Fue un sentimiento que no puedo describir porque hubo mucho trabajo antes de obtener el trofeo", una mezcla de emoción y satisfacción por lo conseguido, cuando menos se lo esperaba.


No fue suficiente, pero volvió a una final ATP

Juan Mónaco, que llegaba a una final ATP tras doce meses sin disputar esa instancia (Kitzbühel 2013), sumó otra definición a su carrera, la número diecinueve (8-11). "Pico" recuperó la confianza que había perdido durante el último año calendario, confianza que lo hizo descender hasta el puesto 105° del ranking mundial. Sin el fantasma de las lesiones (muñeca, espalda y rodilla), buscará recuperar la regularidad y el nivel que lo depositó como Top10 en 2012. Aunque a los 30 años volver a ese puesto de privilegio sería algo casi utópico para el tandilense, remotar la senda de los triunfos y el camino que lo condujo a la elite del tenis mundial, no es imposible.

Hace 28 años nacía Pablo Andujar Alba, en la ciudad de Cuenca, España. Empezó a jugar al tenis a los seis años para nunca más dejarlo. Ya como junior, "El tronco" (apodo), alcanzó los cuartos de final en Roland Garros y el título en dobles junto a Marcel Grannollers. Ese año (2004) finalizó como número siete del mundo en junior. Pero la transición al profesionalismo no fue nada fácil, algo que le sucede a muchos jóvenes cuando dan el salto al circuito ATP.

Su primer impacto fue en 2010 cuando alcanzó la final de Bucarest. Juan Ignacio Chela fue el encargado de quitarle la posibilidad de debutar como campeón ATP en ese año. Esa temporada terminó por primera vez dentro del Top100 a fin de año, posición que abandonó tan solo durante una semana durante los últimos cuatro años. Actualmente el título en Gstaad lo colocó 44° (tocó el puesto 33° en 2012) y sumó tres cetros ATP (Casablanca 2011-12 y Gstaad 2014) en seis finales disputadas, todas en ATP 250 y sobre arcilla (Bucarest 2010-11 y Stuttgart 2011).

Admirador de sus compatriotas Ferrero, Ferrer y Nadal; fanático del Valencia FC; Pablo nunca ganó dos partidos seguidos en un Grand Slam y no tiene victorias en Wimbledon, siendo las grandes citas, sus puntos más bajos como profesional. Tampoco disputó nunca una serie de Copa Davis, aunque en ese caso, la armada española tiene una férrea disputa entre compatriotas para participar en la competición más importante por equipos, por la cantidad de jugadores en el circuito y por el nivel expuesto por ellos. Andujar ha quedado relegado a la hora de las convocatorias por los diferentes capitanes de turno durante sus más de diez años como profesional. Pero el debut puede llegar en cualquier momento, y más si mantiene el nivel que mostró en Brasil y Suiza este año.

Daniel Vitale Pizarro

21 julio 2014

Corrientes-Hamburgo-Tel Aviv


La novia de Leo, la más contenta

Leonardo Mayer ahuyentó sus propios miedos, revirtió una final ante el número siete del mundo, la ganó en el tie-break del tercer set y se tomó revancha de la definición perdida en Viña del Mar ante Fabio Fognini en febrero de este año. A los 27 años, el correntino sorprendió al mundo. Derrotó a David Ferrer en la final del ATP500 de Hamburgo para lograr su primer torneo ATP y también su primera victoria ante un Top10, justo en la final y ante uno de los mejores de los últimos años en esta superficie. Un broche de oro para su mejor semana como profesional.

Su mejor triunfo del año había sido precisamente en su mejor torneo, Viña del Mar (Chile), cuando venció al 16° del mundo, Robredo (salvó cuatro match points), para luego perder la final del certamen. En Alemania, su rival por el trofeo era David Ferrer, difícil por donde se lo mire. Sin necesidad de agregar datos de la carrera de "Ferru" para dimensionar su estupenda carrera, "Leo" se enfrentaba no solo ante un jugador que disputó 43 finales ATP, sino ante él mismo. Con una final sobre el lomo, al menos ya sabía lo que era llegar a esa instancia.

Selfie del campeón

Las lesiones, la confianza, los miedos, el juego, todo eso le jugaba en contra antes de la salir a la cancha a conquistar su primer cetro ATP. Pero como si nada de eso pesara y aun tras perder el primer set en tie-break, no se achicó y gracias a su juego basado en un gran saque y una derecha explosiva e incisiva, se llevó los sets siguientes, el trofeo y la ovación del público que lo vio emocionarse cuando asimiló que el campeón era él. Al menos un argentino pudo festejar en Alemania, una semana después de la final del mundo perdida en Brasil...

"No lo puedo creer. Se me dio y más con Ferrer que es uno de los mejores en esta superficie. Estoy contento y aún no caí de que gané", fueron las primeras palabras de Mayer tras coronarse en Hamburgo. Y Leonardo agregaba: "Empecé tenso, luego me relajé un poco y empecé a jugar mejor. Él además erró algunas pelotas que me permitieron meterme en el partido. Jugué tranquilo, para disfrutar y por eso creo que lo pude ganar".
Genial caricatura del humorista gráfico Daniel Galantz

Hamburgo le dio a Mayer por primera vez un lugar en el Top30 (27°), su mejor ranking desde que se volvió profesional en 2003. Pero el camino al Top100 fue más complejo de lo que se esperaba. Nerviosismo dentro de la cancha, irregularidad y varias lesiones, impidieron la consolidación dentro del lote de los 100 mejores. En 2009 ingresó a ese grupo para terminar el año como el 75°. Desde esa temporada que "el yacaré", con vaivenes durante los doce meses, en diciembre terminó en el Top100. 

Inició 2014 en el puesto 94° del escalafón mundial y temprano en la temporada, en Chile, empezaron los buenos resultados gracias a la final perdida ante Fognini. Tras una sequía de triunfos (solo una victoria en los siguientes seis torneos tras Viña del Mar), desembocó en Oeiras y alcanzó los cuartos de final. Misma instancia en Niza antes de los Grand Slams, torneos que significaron la inyección de confianza que necesitaba para estar donde está hoy. Tercera ronda en Roland Garros y octavos de final en Wimbledon (primera segunda semana en un Grand Slam en su carrera), auguraron una buena gira sobre arcilla post "Majors".
El finalista David Ferrer (7°) sumó valiosos 300 puntos que le permitieron superar a Milos Raonic en el ranking y ocupar el sexto lugar. Agregó a su historial una final ATP más, la número 44 (21-23) a los 32 años, más en forma que muchos jóvenes, siempre dispuesto a luchar por una pelota más. A pesar de alcanzar 25 finales en polvo de ladrillo, nunca había llegado a la definición en Hamburgo ni en los tiempos en el que era Masters Series (hoy reemplazado por Madrid). Esta fue su segunda final del año tras ser campeón en Buenos Aires a principios de temporada.

Y el impacto no se hizo esperar. Dos semanas después de la hazaña en el césped londinense llegó su primer título ATP, ante Ferrer, en un ATP500. Impecable y merecido por todo lo que luchó y sufrió para llegar a este momento, incluido el asesinato de un entrenador que lo marcó, Ruben Ré, a principios de la temporada pasada. Con la serie de Copa Davis en el horizonte, se perfila para representar a Argentina ante Israel tanto en los singles como en el dobles, pero eso ya es tarea de Martín Jaite y compañía.

Daniel Vitale Pizarro

14 julio 2014

Ansiado debut


Fotograf: Christian Ahlqvist
Posted by Swedish Open Tennis on miércoles, 9 de julio de 2014

Solo él sabe lo que le costó volver

A tono con la edad promedio de los protagonistas de estos años, Pablo Cuevas debutó como campeón ATP a los 28 años, maduro física, mental y tenisticamente. En Bastad, Suecia, el argentino-uruguayo levantó la copa tras derrotar al portugués Joao Sousa 6/2 6/1, sin mayores complicaciones, para que toda la banda oriental festejara su título, el séptimo en la historia "celeste". Compañero de ruta de los argentinos, Pablo obtuvo el mismo trofeo que Berlocq en 2013, Zabaleta en 2003-04 y su compatriota Marcelo Filippini en 1998, este último el máximo ganador en la historia de Uruguay con cinco coronas ATP en su haber.

111° del ranking mundial, Cuevas ingresó al cuadro principal del certamen gracias a su ranking protegido, por esa bendita lesión en su rodilla derecha que lo mantuvo alejado por casi dos años de las canchas. Chardy, Lindell, Olivo, Verdasco y Sousa fueron los que sufrieron la consistencia del nacido en Concordia. Consistencia que ninguno pudo quebrar. Solo el wild card local Lindell le arrebató un set y lo puso en apuros en cuartos de final, problemas que sorteó y se encaminó hacia su debut como campeón. El portugués ya conocía lo que era coronarse en este nivel, al revés que el uruguayo que disputaba su primera final. Por el rendimiento de ambos y el resultado final, no se notó la inexperiencia del uruguayo que supo afrontar la definición con holgura.



Pablo Gabriel Cuevas nació en Concordia, Entre Rios (Argentina) de casualidad. De madre uruguaya y padre argentino, el 1° de enero de 1986 durante las fiestas fue cuando nació Pablo en la provincia argentina, ya que pasaban año nuevo allí. Comenzó a jugar al tenis en un club de campo con sus padres a los seis años. A pesar de nacer en Argentina, desde muy chico representó a Uruguay ya que por su madre uruguaya pudo nacionalizarse sin problemas. Instalado en la ciudad de Salto (Uruguay), comenzó a entrenar en el "Club Remeros" de esa ciudad. En el club practicaba fútbol, canotaje, basquet y tenis, de todo un poco. Incluso varias veces se iba de Concordia hasta Salto remando en kayak para ir a entrenar al club, al tenis, deporte que eligió en su adolescencia.

Su inserción a los torneos profesionales fue en 2002, con 16 años, como invitado en un Future de Uruguay. Al año siguiente logró su primer punto ATP. En 2004 debutó en Copa Davis y aun como junior, ganó el Uruguay Bowl. Su primer Future lo consiguió en 2005 en Argentina y su primer Challenger fue dos años más tarde en Scheveningen, Holanda. Afianzado en el circuito Challenger (mechaba con certámenes ATP), en 2008 obtuvo su mejor resultado como profesional. En dobles, junto al peruano Luis Horna, se dieron el gusto de ganar Roland Garros. Quizás semejante título fue la confianza que le faltaba a Cuevas para meterse de lleno en el circuito ATP y dejar los Challengers, cosa que sucedió mientras su físico se lo permitió.


Fotograf: Oscar Midelund
Posted by Swedish Open Tennis on sábado, 12 de julio de 2014

"Es el golpe que hago con más naturalidad", Cuevas dixit

Entre 2009 y 2011, "Pipino" se mantuvo en el Top100, entre torneos ATP y algunos Challengers (en ese período ganó Szczecin en Polonia y perdió las finales de Montevideo y Buenos Aires). En 2010 estuvo parado casi cuatro meses por una lesión en su espalda. De vuelta en el circuito, a mediados de 2011 apareció otra lesión, la más grave de su carrera. Su rodilla derecha comenzó a mellar su físico. Esa rodilla lo alejó de las canchas por 23 meses, con dos operaciones en el medio y una larga y angustiosa recuperación, que hasta incluso lo hizo replantearse si continuar o no con el tenis.

El 2013 sería el año de la vuelta del uruguayo al circuito profesional, sano y con aspiraciones de meterse lo más rápido posible en el Top100, jugar torneos ATP, superar su mejor ranking (45°) y porque no, ganar algún título. Con ranking protegido por lesión, fue campeón del Challenger de Buenos Aires a fin de año. En marzo de 2014 hizo lo propio en Barranquilla, llegó a la final en Roma y nuevamente el campeonato en Mestre hace un mes, todos Challengers. Estaba listo para dar el salto de calidad en un certamen ATP, con las lesiones completamente olvidadas. Con tres unos en su ranking (111°) y apenas tres partidos ganados a nivel ATP en la temporada, desembarcó en Suecia para ser campeón, y Bastad fue la ciudad elegida donde levantó su primer trofeo en esta categoría.



El finalista Joao Sousa, que poco pudo hacer en la final, llegaba a la segunda definición ATP de su carrera, luego de sorprender a Julien Benneteau el año pasado en Kuala Lumpur y quitarle el título de las manos. Esa final fue la la novena definición perdida del francés, todo un récord por no poder ganar ni siquiera un trofeo ATP en su carrera (0-9). El portugués de 25 años es actualmente el número 35° del ranking, puesto más alto de su carrera. Una curiosidad: maneja con fluidez cinco idiomas: español, catalán, francés, italiano, inglés y portugués, todo un políglota.

"Hace mucho que vengo trabajando y soñando con ganar un torneo ATP. Ahora después de la lesión que tuve siempre seguía en mi cabeza poder volver para ganar un torneo y estoy contento por conseguirlo", palabras del campeón debutante ATP, que se sumó a Roberto Bautista Agut y Federico Delbonis en esta temporada. El título en singles ATP se suma a los nueve que consiguió a nivel Challenger más otras cuatro finales. Además obtuvo cuatro títulos ATP en dobles en nueve finales disputadas y 14 cetros en la especialidad, pero en Challengers, sobre 31 finales. Todo un especialista en la materia.



Dato: Pablo Cuevas colabora con UNICEF en Uruguay y es miembro de una fundación de perros en Argentina: "Fundación para la defensa y control del Animal Comunitario (FundACo)". La presidenta de la fundación, Gabriela Tenreiro, cuenta como es trabajar con el uruguayo: “Pablo nos abrió la posibilidad de contar con remeras autografiadas y videos. Ha obtenido para la fundación el apoyo de sus colegas Nadal, Safin, Mónaco y Del Potro que han autografiado sus remeras para que sean subastadas con la finalidad de recaudar fondos para solventar las campañas de castración y concientización que realiza FundACo. Ya se han llevado a cabo más de 3.400 castraciones”.

Daniel Vitale Pizarro

07 julio 2014

Hoy Djokovic, siempre Federer...


Así ganó Wimbledon, con el último esfuerzo

Basado en una formidable devolución, un alto porcentaje de primeros servicios y constantes passings shots, Novak Djokovic arruinó el sueño de gran parte del All England de ver campeón por octava vez en Wimbledon a Roger Federer. En la superficie preferida de Roger, el serbio le arrebató el título al suizo que luchó y peleó hasta el final pero que no resistió ante la consistencia de "Nole" que se llevó su segundo trofeo sobre el césped londinense, que de césped le quedaba muy poco en la final. Gracias al triunfo recuperó el N°1 del mundo, puesto que acechaba hace varios meses.

Siempre mejor plantado que su rival desde el fondo de la cancha, Djokovic achacaba a un Federer que cada vez que pudo, tomó riesgos con su derecha e intentó cerrar los puntos en la red con tiros de aproximación no siempre efectivos. Derechas profundas y slices fueron las armas suizas elegidas para desestabilizar el poderío desde la base serbia para luego terminar los puntos en la red y forzar los errores. El campeón del 2011 falló un par de puntos claves en el tiebreak del primer set y Roger aprovechó, gracias a su servicio, para llevarse el set inicial.

La mejor devolución del momento hizo la diferencia

El primer quiebre del partido lo propició Djokovic (el segundo que sufría Federer en todo el torneo) y eso le alcanzó para igualar el partido. Otro tiebreak se vislumbraba en el tercer set por la paridad en los juegos de saque de ambos y eso sucedió. Un mini quiebre fue suficiente para que "Nole" tomara las riendas del partido y se adelantara dos sets a uno. El envión anímico le permitió al nacido en Belgrado adelantarse en el set final y sacar para llevarse el título. Pero no estaba nada dicho. Pequeñas dudas de Djokovic para cerrar el encuentro le permitieron a Roger soltarse y jugar más cómodo. Del 2-5 y saque de "RF" pasó al 7/5 y quinto set. Cinco games seguidos le devolvieron la emoción a la final de Wimbledon y las tribunas explotaron. Una vez más, el siete veces campeón aquí disputaba un quinto set, igual que en 2007, 2008 y 2009.

La mejoró con Becker pero aun no la domina

El set final fue equilibrado y con escasas chances de quiebre, hasta que Djokovic sacó 4/4 15-15 cuando Federer estrelló un smash en la red. Novak mantuvo su servicio y al game siguiente, rompió el saque del suizo y se desplomó sobre el césped londinense, ese que lo vio llorar de emoción en 2011 contra Nadal y que en 2013, tras una batalla épica ante Juan Martín Del Potro en semifinales, no quiso que la final ante Andy Murray sea digna de un espectáculo. Djokovic, bicampeón de Wimbledon, y Federer, el campeón de siempre, en una final que quedará en la retina de los que pudieron disfrutarla y ver como el mejor del mundo venció al mejor de todos en el mejor torneo del mundo.

"Sabe como la mejor comida que he probado en mi vida"

El campeón Djokovic reflexionó tras la coronación: "Esta es la final de Grand Slam más especial que he jugado. Por el momento de mi carrera, por el trofeo de Grand Slam crucial, sobre todo después de perder varias finales de Grand Slam seguidas. Comencé a dudar un poco, por supuesto. Necesitaba esta victoria y mucho". Ya más tranquilo y luego de analizar el partido, agregó: "Sinceramente, la final de Australia 2012 ante Nadal fue más larga pero esta (Wimbledon) fue la final de Grand Slam con mayor calidad que jugué. Tampoco permití que mis emociones me desvanecieran, ya que era probablemente lo que me pasó en la final de Roland Garros. Me las arreglé para no sólo ganarle a mi rival, si no para ganarme a mí mismo".

Federer alcanzó su novena final en Wimbledon, la número 25 de Grand Slam (17-7). Junto a Nadal (Roland Garros), son únicos en la historia en llegar a nueve finales en un mismo Grand Slam, superados solo por Bill Tilden, que ostenta diez finales en el US Open. “Es hermoso estar en una final de Wimbledon, gane o pierda. Es aun más memorable cuando veo a mis hijas y a mi mujer allí. La decepción del partido se me fue muy rápido. Ver a mi familia y sentir la ovación del público me hizo sentir mucho mejor”, fueron las palabras del helvético luego caer en la definición. No todo en la vida es el tenis y sus declaraciones lo dejan más que claro.
La emoción y la decepción en una misma foto

Federer agiganta su figura como leyenda del tenis mundial y sobre todo en los Grand Slams. En Wimbledon 2014 superó algunas marcas importantes. A sus 17 Grand Slams, le agregó 25 finales, 35 semifinales, 42 cuartos de final y 274 partidos ganados, todos récords. Las 59 participaciones consecutivas en esta categoría son récord desde el Australian Open 2013 pero aquí empató a Agassi y Hewitt con 61 apariciones no consecutivas, lejos de las 70 de Santoro. También durante esta edición superó a Becker en el segundo lugar de más victorias en "La Catedral" (71) y llegó a las 73, aunque Connors siga lejos con 84 triunfos.

Novak Djokovic aumenta sus números y va escalando posiciones entre los mejores jugadores de todos los tiempos:  7 Grand Slams en 14 finales (alcanzó a McEnroe y Wilander); 45 títulos ATP en 67 finales; 175 partidos ganados en Grand Slams sobre 207 (8° en la historia) y a partir del lunes 102 semanas como N°1 y contando... (dejó atrás a Agassi con 101 y se acercó a Borg que tiene 109). Novak es cosa seria y con 27 años, en su esplendor físico, mental y tenístico, amenaza con romper cualquier récord y difícilmente pierda la cima del ranking de acá a fin de año, más aun con la inyección anímica de recuperar Wimbledon y el N°1 del mundo.

Daniel Vitale Pizarro

22 junio 2014

Verde que te quiero verde


Besa el césped del torneo que lo vio coronarse dos veces, la mitad de sus títulos ATP

"Siempre hay algo que duele (sonríe). Tengo 32 años, no hay semana que no duela algo". Alegría y sentido del humor. Feliciano López se dio un gusto más y condecora su extensa y brillante carrera como tenista profesional. Eastbourne vio campeón al nacido en Toledo por segundo año consecutivo, cuarto título en su palmares en once finales disputadas, más las cuatro Copa Davis obtenidas siendo parte del equipo, números que pocos pueden conseguir. En su temporada número dieciocho como profesional, se ubica en el Top25 en el ranking mundial a mitad de temporada y expresa un tenis clásico, ortodoxo, distinto a la media del circuito actual. Saques potentes, slice bajos y buenas voleas son sus principales armas que en césped funcionan aun hoy a la perfección.

El revés con top, el tiro que más mejoró en su carrera

El momento de Feliciano en hierba sorprende por su edad pero no por su nivel ni por su historia en la superficie. A esos 32 años le agregó dos finales en semanas consecutivas (incluyendo dos partidos disputados el viernes, con todo lo que eso implica para su físico). Perdió ante Dimitrov en Queen's (tuvo match point) y fue campeón en Eastbourne al derrotar a Gasquet. El año pasado ya había dado que hablar en Eastbourne al ganar el torneo frente a Simon en la final. Pero López no aprendió a jugar en pasto el año pasado. En Wimbledon acumula tres cuartos de final. Además suma victorias resonantes ante Top10 como Roddick, Safin, Berdych y Nadal en la superficie verde, donde mejor se acomoda su tipo de juego, aun hoy a pesar de que el circuito es cada vez más homogéneo en cuanto a la velocidad en los diferentes tipos de suelos.

Diez años después de su primer título como profesional en Viena, se coronó en Eastbourne. Diez años en los que le pasó de todo como tenista. Desde 2002, acumula 50 Grand Slams consecutivos (incluyendo Wimbledon 2014), cuarto en la historia solo superado por Edberg, Ferreira y Federer. En esas participaciones, que no solo se necesita estar sano físicamente sino mantenerse entre los mejores del mundo durante más de una década, alcanzó nueve veces la segunda semana, al menos una vez en cada "Grande" con tres cuartos de final en Wimbledon, su mejor resultado en este tipo de certámenes. Batallas en Copa Davis, en singles y dobles, más las victorias en el circuito, forjaron a un jugador todo terreno con finales en todas las superficies posibles (arcilla, cemento, indoor, césped y la extinguida "moqueta").
Match point ganado (Eastbourne) y match point perdido (Queens)

Ex 15° del mundo en 2012, no baja del Top50 desde julio del 2007 y es Top100 desde julio del 2002. Una regularidad con pocos antecedentes que lo encuentra hoy, camino a los 33 años, dentro del Top25 y con un presente que es la envidia de muchos, en una etapa del circuito donde los mayores de 30 están dando que hablar, siendo los principales protagonistas. Poco descanso y lesiones en aumento, chocan contra la longevidad de un circuito que eleva cada vez más la edad promedio del Top100. Un debate mucho más amplio de lo que parece, con distintas opiniones y argumentos sobre el fenómeno de los "viejos" no tan viejos en la ATP.

Richard Gasquet, campeón de este certamen en 2005-06 cuando se disputaba en Notthingham (ciudad a la que volverá en 2015), llegaba al certamen tras recuperarse de una lesión de espalda que le impidió jugar toda la gira sobre arcilla y que recién lo dejó volver en Roland Garros. Sin derrotas en cinco enfrentamientos ante su rival en la final, López se vengó de Gasquet y lo venció por primera vez 6/3 6/7 7/5. Para el francés fue su segunda final del año luego de perder ante su compatriota Monfils en Marsella a principio de temporada y se mantuvo en el puesto 14° ATP, el doble que su mejor ubicación histórica en 2007. El galo aumentó su récord negativo en finales (10-12).

Todo lo que hace con su revés es exquisito

Clásico dentro de una cancha de tenis, paradójicamente no lo es fuera de ella. Durante sus vacaciones o tiempos libres, el español aprovecha para hacer todo lo que le gusta, desde simples viajes y rutinas cotidianas a excentricidades y publicidades que lo distinguen entre los tenistas de su generación. Y no pasa desapercibido. Distintos cortes de pelo (recogido, suelto, largo, corto, rapado o con vincha) y repentinos cambios de 'looks' caracterizan a uno de los jugadores más buscados por las marcas para sus publicidades, ayudado por su portentoso metro ochenta y ocho de altura, ojos celestes y un físico tallado a mano. Sus ídolos son Patrick Rafter (dentro de la cancha) y Radek Stepanek (fuera de ella), una elección muy particular...
Feliciano Lopez Diaz-Guerra nació en Toledo, España, el 20 de septiembre de 1981. Su comienzo en el deporte blanco fue a los cinco años con su padre, profesor de tenis. También hacía natación y dicen que de chico tenía más condiciones para el nado que para empuñar la raqueta. Por cuestiones de compatibilidad horaria, "Feli" tuvo que elegir un deporte y optó por el tenis porque le gustaba más. Creció y los logros comenzaron a llegar. Campeón de Melilla (ciudad en la que vivía) en la categoría alevín (menores de 12 años), años después, en la misma categoría, logró tres campeonatos internacionales. Ya se perfilaba como profesional. Domiciliado en Madrid, ganó el campeonato de España para menores de 14 años y un año después, decidió dejar la capital española para dedicarse de lleno al tenis en Barcelona, entrenado por Juan Avendaño.


Una de sus tantas campañas publicitarias, esta vez con su novia.

Campeón de España de la categoría cadetes, con 15 años incursionó en sus primeros torneos como profesional y sacó sus primeros puntos ATP, hasta que dos lesiones (fracturas en su muñeca derecha y luego en la izquierda) le impidieron seguir escalando posiciones. Recuperado, abandonó el "Centro de Alto Rendimiento en Barcelona" por cuestiones de edad y en dos años consiguió meterse en el Top100 (2002), posición de privilegio que nunca más abandonó en más de doce años, uno de los pocos en la historia con tanta regularidad. Hoy, a días de una nueva participación en Wimbledon, las esperanzas de superarse, a pesar de la edad, están intactas, más aun en una superficie que lo recibe con los brazos abiertos y que tanto conoce. Si su físico resiste el achaque, Feliciano, por todo lo dicho, será un rival para tener en cuenta.

Daniel Vitale Pizarro

16 junio 2014

Siete por siete


Hola Wimbledon.

Roger Federer, un joven suizo de 21 años, pelo largo, vincha, ya no tan rebelde pero si muy talentoso, llegaba a Halle por cuarta vez en su carrera. Dos cuartos de final y una semifinal eran sus antecedentes en el césped alemán. Tras no revalidar su mote de candidato en Wimbledon el año anterior (primera ronda ante Mario Ancic luego de destronar a Sampras en 2001), en 2003 siendo el cinco del mundo, comenzó a inscribir su nombre en las canchas de hierba, donde se originó el deporte blanco. Y Alemania, país vecino del protagonista, presenció la primera coronación de Federer en pasto y vio florecer un amor por esa superficie que sigue vivo hasta estos días, al ganar por séptima vez dicho certamen.

Las primeras coronas (2003-2004).

Pasaban los años y los títulos en césped aumentaban. Ese 2003 derrotó en la final de Halle al local Nicolas Kiefer, su verdugo en la semifinal de 2002. Semanas después levantó su primer Grand Slam en Wimbledon ante Mark Philipousis. En 2004, ya afirmado como número uno del mundo, se coronó en el Gerry Webber Open sin ceder sets, en la final ante Mardy Fish. En el "All England" hizo lo propio ante Andy Roddick. Al año siguiente, Marat Safin, único Top10 que Roger derrotó en este torneo en todas sus presentaciones (1-1 vs Top10 aquí), perdió en la definición del título, y A-Rod nuevamente fue víctima de "Su Majestad" en "La Catedral". 2006 sería diferente porque aunque ganó Halle (Berdych) y Wimbledon (Nadal) por cuarta vez consecutiva, comenzó una serie de enfrentamientos ante Rafael Nadal que pasarían a la memoria de todos.

El poker de Halle lo completó en los años 2006-2007

En el año 2007, el número uno por entonces decidió no disputar Halle por primera vez en su carrera desde el 2000 y pasó de perder la final de Roland Garros a disputar Wimbledon dos semanas después. Su rival fue Rafael Nadal al que derrotó en cinco sets, un set más que el año anterior. Dos años después de su última coronación en la hierba alemana, volvió al certamen y lo obtuvo ante el local Philipp Kohlschreiber, aunque en el tercer Grand Slam del año no corrió la misma suerte al caer en cinco sets contra Nadal, ya por esos años SU rival. Una derrota muy dura para el helvético que vio como el mejor de la arcilla le arrebataba el título al mejor de la hierba. En 2009 volvió a faltar a Halle por cuestiones de calendario y logró su sexto Wimbledon. Una vez más derrotó a Andy Roddick en la definición, pero esa temporada lo hizo en una maratón que duró cinco sets.

Thanks to the Weber family for naming a street after me in Halle. A true honor for me and my family!
Posted by Roger Federer on martes, 12 de junio de 2012

"¿Donde vivís? En Roger Federer al 2100"

Seis Wimbledon y cinco Halle en su haber, en 2010 y 2012, Roger Federer cayó en la final contra viejos conocidos, Lleyton Hewitt y Tommy Haas, y las dudas de Roger sobre el césped que tantas veces lo vio festejar, se hacían cada vez más grandes. Fiel a su estilo, en 2012 resurgió su tenis y recuperó el trofeo de Wimbledon ante el británico Andy Murray. Festejó su séptima corona en Londres (empató a Sampras), la decimoséptima de Grand Slam. Pero "RF" no quería que Halle fuera menos importante, y con una calle a su nombre, en 2013 y 2014 emparejó las cosas: campeón en ambas temporadas ante Youzhny y Falla respectivamente. Ahora se enfrentará al desafío "Wimbledon" con catorce títulos en césped, el más ganador en la historia sobre esta superficie. Intentará recuperar esa copa dorada que significó su primer y último "Major", en la pista que más dominó durante su carrera.
Sus verdugos en las finales de 2010 y 2012

Desde su debut en Halle en el año 2000, Roger Federer acumula siete títulos, nueve finales, una semifinal y dos cuartos de final en doce participaciones, con un récord de 46-5. Una barbaridad. Este certamen es el que más veces levantó junto a Wimbledon (siete veces) y el segundo en el que llegó más veces a la final, detrás de Basilea (diez veces). En triunfos en césped está sexto junto a Phil Dent (125), a seis victorias del quinto (Arthur Ashe 131) con el aliciente para el máximo ganador de Grand Slams de que esos partidos los ganó solo en dos certámenes por la escasez de la hierba en esta época. Una locura.

A modo de agregar algún dato más, es la quinta final en el año de "Federer Express" (2-3) con 34 victorias y siete derrotas, una primera mitad de año más que positiva si tomamos en cuenta el magro 2013 que tuvo. El número cuatro del mundo, a días de disputar Wimbledon por decimoquinta vez, llegará a Londres como candidato (como siempre), con buen presente tenístico, sano físicamente, nueva raqueta y nuevo entrenador. Ojo.

2008 y 2013, sus últimos trofeos antes de esta temporada.

Alejandro Falla, finalista, demostró estar a la altura de las circunstancias. Alcanzó su segunda final ATP, la primera sobre césped en la historia del tenis colombiano. Dos tie-breaks decidieron que no pudiera levantar su primer título ATP pero quedó claro que no fue casualidad su arribo a la final, con antecedentes importantes en la superficie en años anteriores (victorias ante Ljubicic -15°-, Isner -10°-, Mahut, Davydenko -10°- y Querrey), más el triunfo aquí ante Kohlschreiber -27°-, campeón de este certamen en 2011. Subirá quince posiciones en el ranking para ubicarse 54° ATP, a seis puestos de su mejor posición histórica (48°). 

Premios y sonrisas.

"Alejo" dijo unas palabras tras su subcampeonato: "Sé que en esta cancha puedo ganarle a cualquier rival, lo he demostrado. Espero que la suerte siga la próxima semana en Holanda y para Wimbledon tengo buenas opciones. Me adapto bien a la superficie y voy a pelear". Contento con lo conseguido y lleno de confianza en plena gira europea de hierba, agregó: "Es motivo de orgullo haber dejado el nombre de Colombia tan alto. Gané partidos muy complicados, especialmente contra los alemanes ante su público, y eso me da mucha confianza para seguir adelante". El tenis colombiano con Falla y Giraldo, en su máxima expresión.

Sonriente, el campeón declaró: "Me gusta mucho ganar títulos. Es para lo que juego. Trabajo duro para ganar estos títulos y no perder en los cuartos o semifinales. Con todo el éxito que he tenido en el pasado, tengo que seguir aspirando a títulos. Espero volver aquí el año que viene, cuando se trate de un evento ATP500". Roger, inagotable, cumplirá 33 años el ocho de agosto y el retiro, por sus declaraciones y su nivel dentro de una cancha, parece muy lejano. Larga vida a Roger Federer...

Daniel Vitale Pizarro

09 junio 2014

Otra Doble Falta


Tranquilo Bjorn, tu trofeo está en buenas manos

Novak Djokovic al servicio en el cuarto set, match point abajo. Segundo saque. Doble falta y un trofeo más para Rafael Nadal en París. Si, aunque parezca mentira, no describí la definición del domingo, sino la de 2012. Como si estuviera guionado, el desenlace fue el mismo, con la diferencia que el campeón sumaba hace dos años su séptima "Copa de los Mosqueteros". Y en 2014 fue la NOVENA. Un número que asusta y que pone al español no solo entre los mejores tenistas de todos los tiempos, sino entre los deportistas más destacados de la historia, sin discusión. Y no es para menos si revisamos su palmarés, con 28 años recién cumplidos y varios más por delante como profesional o hasta que él se lo proponga (o su físico).

Pasaban los partidos y el cuadro se iba abriendo. "Rafa", a su ritmo, avanzaba a paso firme. Sin mayores complicaciones, el duelo de cuartos de final ante David Ferrer, su verdugo en Monte Carlo semanas atrás, aparecía en el camino como el primero de peligro. Un set y algunos games duró la intensidad de "Ferru" que se desplomó tras perder el segundo set. Fue el primer parcial que perdía Nadal en el certamen. En semifinales, por la pronta eliminación de Wawrinka en primera ronda, su rival era Andy Murray. El escocés, que desde su vuelta al circuito tras su operación lumbar no accedió a ninguna final en 2014, en Roma había anunciado su "amistad" con el polvo de ladrillo al sacarle un set y poner contra las cuerdas al manacorí. Pero a cinco sets nada de eso sucedió. Fue una paliza tenística en sets corridos 6/3 6/2 6/1 y la novena final para el ocho veces campeón hasta ese momento.
Consuelo de campeón

La final soñada (y esperada) por todos, se hizo realidad cuando Djokovic selló su pase al derrotar a la sorpresa del torneo en semifinales, el letón Ernests Gulbis en cuatro sets, bajo un sol que lastimó los físicos de ambos. Djokovic-NadalNadal-Djokovic, el duelo más disputado de la historia, iba a sostener otra batalla, la número 42 y la sexta en Roland Garros (5-0 para Rafael). La incógnita era el presente entre ambos porque a pesar de no ser el favorito por la historia de cada uno aquí, Djokovic acumulaba cuatro victorias al hilo ante el campeón defensor, la última, semanas atrás en la final de Roma. Parecía que Novak tenía la fórmula para derrotarlo por primera vez en su carrera en el Bois de Boulogne, pero...

Primer set para el serbio. Dominó desde cualquier punto de la cancha y neutralizó el venenoso topspin del español con golpes firmes por encima de sus hombros con su revés. La final empezaba con buen gusto para Novak. El segundo set fue el más parejo y un quiebre de Rafael en el 5-6 igualó el partido. "La fiera" pasó a controlar el encuentro. Colorado por el calor y el agotamiento, ahogado por el intenso ritmo de los dos primeros sets, el número dos del mundo fue una sombra durante el tercer set y el marcador señaló un 6/2 en su contra. Lejos de rendirse, el cuarto set fue un tire y afloje. Quebró Nadal, recuperó Djokovic y el serbio sacó 4-5, match point abajo para no perder, misma situación que en 2012 y... otra doble falta. Game, set and match Nadal.
Su equipo lo es todo

"Rafa", llorando, se subió a la tribuna a saludar a los suyos. Ovación pie y aplausos prolongados para ambos. Por la interminable aclamación del público durante la entrega de premios y la decepción de caer una vez más ante el mismo rival, Djokovic también derramó alguna lágrima demostrando que aunque no parezca, son personas normales. El desahogo del campeón al ganar la copa una vez más, se evidenció cuando levantó la copa y comenzó a sonar el himno de su país, con los ojos empapados y vaya uno a saber las cosas que se la pasaban por la cabeza en ese momento. "Es la final de Roland Garros que más he sufrido", esbozó tras su triunfo el número uno del mundo.

La final no solo definía al campeón de Roland Garros 2014. Estaba en disputa el N°1 del mundo, la novena conquista para Nadal o la primera para Djokovic, trofeo que le permitía completar el "Grand Slam" de carrera, al tener en sus vitrinas al menos una copa de los tres "Majors" restantes. Los condimentos en la antesala del partido eran muchos, con la incertidumbre del nivel de "Rafa" tras una gira de arcilla con más dudas que certezas y con un "Nole" rebosante de confianza. Pero todo fue como siempre. Dominando o dominado, atacando o defendiendo, agotado o fresco, el ganador siempre es el mismo, siempre es Nadal.

Las lágrimas de alegría luego de la batalla

Luego del festejo, Nadal dejó en claro un par de conceptos tras su coronación: "Quiero disfrutar este momento porque sé del trabajo que se requiere para poder estar aquí. Ser capaz de ganar 10 años seguidos un Grand Slam tiene el mérito de ser mentalmente fuerte de cabeza y estado físico durante mucho tiempo. Me da satisfacción personal", y agregaba sobre la situación al final del partido: "Estaba muy cansado físicamente. En un quinto set no sabría lo que hubiese pasado". Más tarde se supo que sintió calambres en sus gemelos y que pidió suero al finalizar el encuentro. Su mentalidad está más allá de su físico y por eso consiguió el triunfo. No busquen adjetivos calificativos, no hay.

Decepcionado pero tranquilo porque dejó todo para llevarse la victoria, micrófono en mano, Djokovic se expresó: "Así es el deporte. Este tipo de partidos importantes sacan lo mejor de los jugadores. Y por supuesto que es un gran desafío. Intenté hacer lo mejor y no fue tan bueno como en Roma hace algunas semanas. Pero no es la primera vez que vivo esta experiencia. Hay que poner las cosas en perspectiva y ver de dónde vengo y qué estilo de vida tengo. Es una bendición. La apreciación de la gente al final del partido me da más fortaleza y motivación para volver e intentarlo hasta el final de mi carrera para lograr al menos un título". Sin tiempo para la angustia, al menos corporal y dialécticamente, parece no haberle afectado tanto la derrota, y como gran campeón que es, puso a Wimbledon como su próxima meta, certamen que lo vio campeón en aquel encumbrado 2011 frente a su rival aquí.
Los números de Nadal no dejan de asombrar y aumentan con el paso del tiempo de forma abrupta. Alcanzó a Sampras y a Borg con 64 títulos ATP (quinto puesto histótrico), 14 de ellos son Grand Slams (empata con Sampras en el segundo puesto, tres menos que Federer). Es el cuarto trofeo del año en seis finales, con un récord de 41-6 en el año y la corona N°45 sobre arcilla, a una del récord de Vilas sobre la superficie naranja.

Los nueve festejos de Rafa. Sin precedentes...

El noveno Roland Garros le permitió mantener el N°1 del mundo y sumar 139 semanas en esa posición (sexto puesto en la historia), lejos aun de las 170 de McEnroe. Además, quedó a una victoria de ingresar al "Club de las 700" (184 son en Grand Slam). 66 partidos ganó en Roland Garros, con solo una derrota, ante Robin Soderling. El sueco es el único verdugo en las diez presentaciones en París del campeón. Con dos finales consecutivas en la arcilla francesa, aun sigue con pronóstico reservado su vuelta al circuito, ausente por una mononucleosis desde 2011 tras ser campeón en Bastad en su país.

Daniel Vitale Pizarro