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18 marzo 2019

Aptitud con actitud




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Era cuestión de tiempo para que Dominic Thiem fuera campeón de Masters1000. Pero pasaban las temporadas y los grandes resultados no llegaban. Sí finales pero no títulos. Final en Madrid 2017 y 2018; final de Roland Garros 2018, y ahí se quedaba. El mejor sobre polvo de ladrillo detrás de Rafael Nadal desde 2017, no rendía igual en superficies duras, irregular a lo largo de la temporada con más puntos bajos que altos. Además su planificación anual del calendario tenístico no era la mejor. Muchos torneos en semanas consecutivas impedía que rindiera al máximo en los torneos importantes.

Respetado por todos en arcilla pero uno más en duras, el austriaco no solo planificaba mal sino que no adaptaba su juego a las diferentes superficies. Pasaba del ladrillo al cemento o a la hierba sin modificar su patrón de juego. Sus golpes tan ampulosos como potentes desde el fondo de la cancha (bien desde el fondo) cumplían con creces en superficies lentas pero no daban resultado en canchas rápidas. Además, golpear tan atrás la pelota abre los espacios y permite que el rival distribuya y tome la iniciativa.
"Dominator" tenía que cambiar. A su entrenador de toda la vida, Gunter Bresnik, le sumó una nueva cara: el chileno Nicolás Massú. Campeón olímpico (singles y dobles) y 9º ATP en 2004, era una apuesta arriesgada para el austriaco que necesitaba otra mirada del deporte para evolucionar mental y tácticamente. Se contactaron a través de Bresnik en enero durante la serie de Copa Davis (Austria vs Chile) y trabajaron juntos por primera vez en el ATP250 Buenos Aires. Conforme el europeo con el trabajo realizado, decidieron seguir juntos al menos hasta la gira de arcilla. En su primera gran cita como parte del equipo de trabajo de Thiem, su pupilo fue campeón primerizo de Masters1000 derrotando a Roger Federer en la final. Todo muy normal...

"Es increíble tener a Nico Massú en mi box. Lo vi muy motivado y me ayudó mucho estos días. Hemos entrenado a mucha intensidad y creo que surgió una buena amistad. Él es partícipe de este título, ya que hace 12 días no estaba bien físicamente y me ayudó a revertir la situación y a conseguir esto", declaraba un incrédulo Thiem ante los aplausos del público, la sonrisa de Federer y la alegría de su equipo de trabajo.
La inclusión del chileno le aportó una inyección de confianza en un momento de mucha inseguridad tanto física (estado febril en febrero) como tenística (3-4 en 2019): "Sumamos al preparador físico Duglas Cordero (PF de Fognini y de Massú de jugador), entonces Duglas hizo su trabajo, Alex Stober (fisio de Thiem) hizo el suyo y yo hice mi parte tenística. Entre los tres hicimos un gran trabajo. Creamos una gran energía. Tal como dijo Thiem, yo lo encontré en una forma distinta y todo cambió en pocas semanas porque hicimos una planificación perfecta, entrenamos a una intensidad buenísima, con mucha calidad. Y cuando además haces las cosas con pasión, a veces los resultados llegan".



"Hay muchas cosas que puede aportar a mi juego como, por ejemplo, agregarle variantes a mi repertorio tenístico según los momentos del partido. Él prefería jugar en tierra batida, pero su mayor éxito fue en pistas rápidas en los Juegos Olímpicos (Atenas 2004). Él sabe lo que significa sentirse como en casa en tierra batida, pero trasladar los buenos resultados a cancha dura. Esa es una de las cosas que esperamos de la relación”, declaraba Dominic antes de debutar en Indian Wells ante las preguntas de los periodistas sobre lo que podía aportarle Massú como co-coach, a lo que "el Vampiro" respondió con un título de M1000...
Llegó a Indian Wells con tres victorias en 2019 y se fue con ocho triunfos y el Nº4 ATP, su ranking más alto histórico. En Ohio cosechó su 12º titulo ATP, el más importante de su carrera sobre una superficie que, en líneas generales, le era esquiva. Más paciente desde el fondo de la pista que lo habitual y devolviendo más cerca de la línea de fondo que de los carteles publicitarios, pero con la misma decisión de siempre a la hora de atacar y tomar la iniciativa, "Domi" impuso su ritmo ante un Federer que no resistió la intensidad de su rival pero que tampoco intentó incomodarlo lo suficiente como para sacarlo de su zona de confort.
El suizo cien veces campeón ATP cayó en la final de Indian Wells por segundo año consecutivo en su novena final en el desierto californiano. Cinco veces el mejor aquí, al igual que Djokovic (récord), desplegó un gran tenis durante toda la semana, evitó a Nadal en semifinales por una lesión del español y ganó el primer set de la final. Hasta allí llegó su tenis. A partir del segundo set, Thiem dictó el ritmo del partido que terminó ganando con más actitud que su rival.
El campeón del primer M1000 de la temporada no solo tiene tiempo para el tenis en su vida, también tiene otras inquietudes y preocupaciones como el cuidado del medioambiente. Junto a Adidas, marca que lo viste, protagoniza una campaña de concientización sobre los desechos plásticos en los mares. La campaña incluye indumentaria y calzado, con los colores marítimos, desarrollados a partir de material reciclado extraídos de los océanos contaminados, una iniciativa para destacar de la firma alemana de las tres tiras.


Daniel Vitale Pizarro

05 noviembre 2018

El M1000 más plural




Una publicación compartida de Karen Khachanov (@karenkhachanov) el

El Masters1000 de París es el torneo de las sorpresas. Por la posición en el calendario y la cercanía con el Masters, muchas de las mejores raquetas del mundo pasan por alto el torneo de la capital francesas por cansancio acumulado, lesiones o simplemente para descansar de cara al torneo por el cual lucharon durante todo el año para clasificar. Tal es así que en esta época cuasi monopólica del 'Big4' (2004-2018) hubo doce ganadores distintos, solo Djokovic pudo repetir (4 veces). Y algo más llamativo. A excepción de Nadal, Djokovic, Federer y Murray, cinco de esos nueve ganadores de París no ganaron otro M1000 en su carrera, ni antes ni después de ganar en Bercy.

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En ese contexto Karen Khachanov (18°) se abría paso en el cuadro principal con victorias resonantes ante Krajinovic (finalista 2017), Ebden, Isner (9°), Zverev (5°) y Thiem (8°), antes de toparse en la final contra Djokovic (2°). Invicto en finales ATP (3-0) pero también invicto en enfrentamientos ante el Top8 ATP (0-8), la vara estaba muy alta. El serbio había recuperado el N°1 ATP (224 semanas y contando) gracias a la baja de Nadal y desde la gira sobre hierba que era casi invencible. Campeón de casi todo desde junio, la semifinal de tres horas contra Federer lo depositaba como amplio favorito al título.
Por suerte el deporte no es una ciencia exacta y nos permite ver resultados que en la teoría se antojan imposibles. Khachanov se impuso con autoridad ante Djokovic 7/5 6/4 en su primera final de Masters1000 ante la atónita mirada del público parisino que aplaudía cada tiro ganador del ruso. Potente desde el fondo de la cancha con un drive poco ortodoxo, gran saque y sobre todo fuerte mentalmente, manejó la ansiedad a la perfección y aprobó el examen más difícil de su carrera: ganarle a Djokovic en la final de un M1000, categoría en la que ostenta 32 títulos en 47 finales disputadas.

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No solo venció a cuatro Top10 camino al título en París, sino que derrotó a Djokovic en una final sobre canchas duras, algo que solo pudo hacer un escueto grupo de tenistas: Federer, Nadal, Murray, Wawrinka y Tsonga. “Este triunfo significa el mundo entero para mí. Tener la oportunidad de acabar de esta manera la temporada, ganando el último torneo, que además es un Masters 1000, y hacerlo contra Novak Djokovic en la final, que mañana será N°1 del mundo, es increíble. No tengo palabras para explicar cómo me siento. No lloro, pero por dentro soy muy feliz ”, declaraba un emocionado Khachanov, frío por fuera pero inmensamente feliz por dentro.


Karen analiza el partido en frío: "Novak ha empezado con una gran intensidad, siempre lo hace, te mueve de izquierda a derecha sin parar. Tuve especial cuidado con mis subidas a la red, estuve preparando mucho esa faceta, acercarme con los pasos adecuados después de dejar alguna bola corta. A veces me fue bien y otras no, pero en general mi juego suele ser agresivo. He cometido varios errores, pero sentía que el partido estaba en mi mano. Con el paso de los juegos he ido incrementando el nivel de mi juego, ganando en intensidad, metiéndome más en pista y moviéndolo mucho más, sin esperar tanto a lo que él hiciera".


Tanto evolucionó el ruso que en doce meses pasó de jugar las Finales ATP #NextGen (45°) a ser el primer suplente del Masters de Londres (11°). Entre Milán 2017 y París 2018 ganó dos títulos ATP250, el segundo de su carrera en Marsella y el tercero en Moscú. Primer torneo como Top20, campeón y al borde del Top10: “Los objetivos a principio de temporada eran los mismos que el año pasado, intentar acabar el curso lo más arriba posible, seguir trabajando duro con todo mi equipo, seguir mejorando mi juego día tras día y aprender a competir contra este tipo de jugadores como Novak. En definitiva, ser más consistente en este tipo de torneos”.
Es cierto que Novak Djokovic perdió la final pero tiene muchas más cosas para festejar que para amargarse. Cuasi invencible desde Queen's, el serbio inicia el lunes otro período como N°1 ATP, la semana 224 en la cima del ranking mundial, puesto que mantendrá hasta fin de 2018 por la no participación de Nadal (2°) en el Masters y por la diferencia de puntos que le lleva a Federer (3°). Será el quinto año que 'Nole' termine una temporada en la más alto del ranking mundial, mismo hito conseguido por Federer y Connors, aunque no sea récord. Pete Sampras no solo finalizó seis años en la cumbre, sino que lo hizo en años consecutivos, una verdadera locura.
Apenado por la derrota pero feliz por el segundo semestre, Djokovic no estuvo al 100% ni física ni mentalmente tras uno de los partidos del año en semifinales: "Desgraciadamente no pude recuperarme, pero no quiero hablar de eso. Estoy satisfecho con mi temporada, por supuesto. Mañana regresaré al N°1 ATP oficialmente, es imposible no estarlo. ¿Qué más puedo pedir? Llego al final de año con mucha confianza". El serbio, además, igualó a Guilermo Vilas en cantidad de finales ATP. Ambos alcanzaron 104 definiciones con la diferencia que Novak ganó 72 de ellas y Guillermo 62 (dos de ellas no se disputaron).

Daniel Vitale Pizarro

15 octubre 2018

Segundo hogar




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El N°1 ya es casi un hecho. Novak Djokovic domina el circuito desde la temporada de césped y solo le bastarán menos de seis meses para finalizar 2018 como el mejor jugador de la temporada. Sí, en menos de seis meses alcanzó cinco finales y ganó cuatro títulos. La final en Queen's le devolvió la confianza. A pesar de perder ante Marin Cilic (campeón defensor y finalista vigente de Wimbledon), ese torneo fue el inicio de lo que estamos viendo hoy. Títulos en WimbledonCincinnatiUS Open y Shanghai, solo interrumpida esa racha por Stefanos Tsitsipas en octavos de final de Toronto. 31-2 su balance en los últimos seis torneos que disputó. Una aplanadora.


Si hablamos de nivel tenístico, Shanghai fue el mejor torneo del serbio este año. No solo no perdió un set en sus cinco partidos, sino que nunca le quebraron el servicio. Apenas el poderoso saque de Anderson lo obligó a disputar un tiebreak que sorteó 7-1 con mucha jerarquía. Jeremy ChardyMarco Cecchinato (verdugo en Roland Garros), Kevin Anderson (8°), Alexander Zverev (4°) y Borna Coric (19°) en la final, fueron las víctimas de Djokovic camino a su 32° corona de Masters1000, una menos que Rafael Nadal, el hombre récord en ésta categoría de certámenes, la segunda en importancia detrás de los Grand Slams.
Djokovic destaca su fenomenal actualidad y hace hincapié en su servicio, su mejor golpe de la semana: “Los últimos tres o cuatro meses han sido impresionantes para mí. No tengo muchos agujeros en mi juego, especialmente esta semana. Todo ha salido fenomenal. Ha sido una de las semanas más solventes al servicio que he tenido en mi carrera. Dije estos días que jamás había jugado en unas pistas más rápidas en Shanghái, así que este año era más importante que nunca tener éxito con el primer saque. He podido hacerlo y jugar con buenos porcentajes en cada partido. Eso me da mucha satisfacción”.
Pero no es extraño que "Nole" eleve su tenis en China. En 2015, su mejor año y uno de los mejores de la Era Abierta, en el gigante asiático fue donde jugó el mejor tenis de su carrera, según sus propias palabras. Y ésta versión 2018 de Shanghai no está lejos de la 2015 de Beijing. Sin Nadal en el torneo pero en la cima del escalafón mundial, al nacido en Belgrano le alcanzará para finalizar el año como N°1 del mundo ganando un partido más que el español en París o en el Masters. Apenas 35 puntos es la diferencia que habrá entre el primer y el segundo puesto del ranking ATP cuando se dispute París Bercy, el trono de tenis mundial ofrecido al mejor postor.

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Borna Coric, finalista de M1000 por primera vez en su carrera, halaga a su rival y se marcha de China satisfecho por su presente: "Estoy contento por lo conseguido esta semana. Novak ha sido muy superior a mí en la final. Podría haber sacado un poco mejor pero Nole restó muy bien y me inquietó en la gran mayoría de juegos al resto. Tuve molestias en el cuello a principios de semana pero el problema hoy el cuádriceps, por eso jugué vendado, pero no tengo nada serio. Hoy me dieron una buena lección de tenis. Creo que puedo aprender mucho de este partido. He jugado un tenis increíble y sólo saco conclusiones positivas de esta semana".
El croata vive el mejor momento de su carrera. Campeón en el ATP500 Halle en la final ante Federer y finalista del M1000 Shanghai contra Djokovic, figurará en el ranking mundial como 13° ATP (récord personal). Irregular a lo largo de la temporada, tuvo buenos resultados en Indian Wells (SF) y Miami (CF), además de las finales mencionadas. A eso hay que sumarle la Copa Davis, la última que se disputará en su formato tradicional. 2018 tendrá a Francia y a Croacia en la final de la Copa del Mundo del Tenis y de la que Borna Coric será parte en noviembre.




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Borna disputó cinco partidos para Croacia en 2018 y ganó cuatro (ShapovalovPospisilTiafoe Johnson). Su única derrota fue ante Mikhail Kukushkin en cuartos de final. "Venía de un par de semanas un tanto complicadas, pero esta final en Shanghái me ha ayudado mucho en el aspecto mental al vencer a grandes tenistas. Este resultado me va a ayudar de cara a los dos próximos torneos y para la final de Copa Davis que sin duda ganarla es mi principal objetivo", las palabras de un jugador que no pudo disputar la final de 2016 de local ante Argentina por una lesión de la que no se recuperó a tiempo al 100%, merecida revancha personal.

Daniel Vitale Pizarro

21 agosto 2018

¡Bingo!


Novak Djokovic irrumpió en el circuito en 2007. Finalista en Indian Wells y campeón en Miami, indumentaria Sergio Tacchini y raqueta Wilson, el serbio de diecinueve años era campeón de Masters1000. Once años después, también en Estados Unidos pero en Cincinnati, logró lo que nadie pudo desde que se crearon los nueve torneos más importantes del circuito ATP luego de los tradicionales Grand Slams y el Masters. Super9, Masters Series, Masters1000 o comos e llamen en un futuro no tan lejano, nunca en 28 años de existencia un tenista había ganado todos. Eso es lo que consiguió Djokovic en Ohio, en su sexta final en el certamen. Nueve de nueve.
Los nueve elegidos en 1990 eran los torneos más importantes de la época que la ATP igualó en puntaje y aproximó en dinero para darle la misma jerarquía y la "obligatoriedad" de participación. A lo largo de los casi treinta años de existencia dos plazas sufrieron cambios de ciudad: la cuarta y la octava. El actual Shanghai, octavo M1000, es el más cambiante de todos: pasó por Suecia, Alemania, España y China. El otro cambiante fue Hamburgo que cedió ante Madrid en 2008. Lo que nunca cambió fue la cantidad. La categoría Masters1000 fue asentándose como tal hasta tener la importancia que la ATP buscaba, categoría a la que acuden los mejores tenistas del momento, siempre.


Djokovic entendió el mensaje de la ATP y se tomó en serio lo de la importancia que tienen los Masters1000 para la historia del tenis y luego de ganar los cuatro Grand Slams (al hilo), fue por más. Federer y Nadal, campeones de los cuatro Grand Slams al igual que el serbio, ostentan siete M1000 diferentes y a Novak solo le faltaba uno, Cincinnati, tierra en la que había caído cinco veces en la final. Campeón impensado de Wimbledon por la tortuosa vuelta al circuito luego de estar seis meses parado, y eliminado rápidamente en Toronto días atrás, el de Belgrado (10° ATP) no era el máximo favorito al título, aunque nadie quiera enfrentarlo tenga el ranking que tenga.
Inestable en las rondas previas, en la final no titubeó. Competidor como pocos, único en dominar mentalmente a Nadal (la mejor mente de la historia), en el partido por el título hizo lo que mejor sabe hacer... ganar. En frente estaba Roger Federer (2°) con el que mantiene un H2H por demás parejo (23-22) aunque desparejo en finales (18-6). No le pesó el poder quedar en la historia y la sexta fue la vencida. Saltando de alegría como un niño en el festejo, derrotó a un Federer siete veces campeón en Cincinnati y que lo había derrotado en las finales de 2009, 2012 y 2015. Se dio el lujo de quitarle el invicto en finales allí.

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Campeón de todo, el serbio hizo historia pero se lo tomó con calma: "Es un placer compartir la cancha con Federer, con el gran jugador de todos los tiempos. Realmente lo digo. Él y Nadal han sido una parte tan integral e importante de mi vida y mi carrera y de mi evolución como tenista. Me hacen jugar mi mejor tenis. Me hacen mejorar. Me hicieron pensar en lo que tengo que hacer para tratar de ser el mejor jugador del mundo. Definitivamente, se trata de uno de los momentos más especiales de mi carrera. Ser el único hombre de la historia en ganar todos los Masters1000 y todos los Grand Slams me hace sentir tremendamente orgulloso para el resto de mi vida”.

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Federer inició 2018 de manera impecable aunque le costó mantener el nivel de 2017 y del Australian Open 2018. Volvió al N°1 pero no pudo mantenerlo por la gran cantidad de puntos que defendía y por el fenomenal nivel de Rafael Nadal. N°2 ATP, le restó importancia a su bajo nivel en la final y halagó al campeón sin tapujos: "Esta conferencia de prensa. No se debería tratar de que fallé devoluciones de segundo servicio. Si no de que él ha hecho historia. Esa es mi opinión. Podemos profundizar en cualquier punto que deseen, pero creo que el titular es sobre el logro increíble de Djokovic. Espero que esté extremadamente orgulloso y feliz por este momento”.
A sus 37 años recién cumplidos, Federer alcanzó su 150° final ATP (98-52), 48° de Masters1000 (27-21). En lo que va de temporada el helvético suma tres títulos en seis finales sobre ocho torneos disputados, un porcentaje alucinante de victorias/derrotas. Más selectivo que nunca para rendir al 100% en cada torneo al que se presenta, producto de la edad y los años de vigencia en el circuito, Roger está obligado a tener buenos resultados para no caer en el ranking. Y de momento le está saliendo casi a la perfección. El US Open, próxima cita, puede decantar quien terminará como N°1 en 2018 y Nadal lleva la ventaja.

Daniel Vitale Pizarro

13 agosto 2018

Ochenta


Montreal 2005 fue el primer Masters1000 que conquistó Rafael Nadal sobre superficie dura. Su rival fue Andre Agassi, 16 años y 35 días mayor que el español, diferencia de edad récord para una final de M1000 desde la creación de este tipo de certámenes en 1990. Trece años después, en Toronto (torneo canadiense con sedes rotativas), Nadal obtuvo su noveno Masters1000 sobre cemento ante un rival 12 años y 70 días menor que él, Stefanos Tsitsipas. El tenis del español tomó vuelo a partir de ese 2005 y el 2018 del griego parece que será el año del puntapié para pelear por los puestos de vanguardia del circuito ATP.


Stefanos nació en Atenas (Grecia) hace exactamente veinte años. Campeón de Wimbledon junior en dobles y número uno de la categoría en 2016, el griego dueño de un tenis clásico con empuñaduras de otra época se abrió camino en el tenis profesional ese mismo año, pero las victorias a nivel ATP no llegaron hasta un año después. Su rápida adaptación al tenis profesional lo depositó en semifinales de un ATP250 (Sofía) en su segundo torneo en el cual había obtenido victorias ATP. Esos cuatro triunfos ATP más buenos resultados en Challengers permitieron que terminase el año Top100, lo necesario para evitar las clasificaciones durante los primero torneos de la temporada siguiente.

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En su primer año como Top100, con 19 años Tsitsipas alcanzó su primera final ATP en el ATP500 Barcelona con victorias resonantes ante Dominic Thiem (7°) y Pablo Carreño Busta (11°) antes de caer frente a Rafael Nadal (1°). Su nombre apareció en las portadas deportivas de todo el mundo. ¿Quién era el joven griego que le plantó cara a Nadal en su país? Los aficionados aprendieron rápido a pronunciar su complicado apellido. Una semana más tarde, en Estoril (Portugal), logró su segunda victoria ante un Top10 contra Anderson (8°) antes de caer en semifinales versus el local Joao Sousa, a la postre campeón del torneo. 


Semifinalista en Washington con triunfo ante David Goffin (11°), llegó a Toronto con buenas sensaciones tenísticas. Sin ser preclasificado, el sorteo no lo benefició en absoluto pero eso no impidió que avanzara hasta la final eliminando a cuatro Top10 en fila. Sí, a cuatro: Thiem (8°), Djokovic (10°), Zverev (3°) y Anderson (6°). El límite fue el mismo de Barcelona, Rafael Nadal (1°). Tsitsipas perdió el título pero se adjudicó el récord del jugador más joven en vencer a cuatro Top10 de manera consecutiva, marca que le pertenecía al propio Nadal. El día de su cumpleaños número veinte no pudo regalarse el trofeo pero sí una semana para el recuerdo de él y de todos.

"He tenido la mejor semana de mi vida. Estoy viviendo un sueño, jugando en un nivel asombroso y lo estoy disfrutando más que nunca. Vencer a cuatro Top10... nunca me hubiera imaginado que iba a hacerlo en un solo torneo. Solo necesitaba creer en mí mismo y sentirme confiado para jugar contra ellos. Es un gran logro para mi, pero a la vez sigo hambriento. Creo que puedo conseguir muchas más cosas este año. Aunque haya perdido hoy, siento que con mi juego puedo ganarle a buenos jugadores. Soy agresivo pero agresivo con seguridad. Siento que nunca estoy perdiendo y que siempre estoy ahí", eran las sensaciones del subcampeón de Toronto posderrota, caída que lo ubicará 15° ATP.


La sensación del torneo fue Tsitsipas pero el campeón fue Nadal. Qué decir de 'Rafa' que no se haya dicho. De menos a más, como nos tiene acostumbrados en las citas importantes, el español toma ritmo a medida que pasan las rondas y se vuelve invencible. Físicamente al 100% es muy difícil verlo perder. La intensidad que impone dentro del rectángulo de juego es infernal e impresiona como disputa los puntos importantes. Lidia con la presión como nadie, parece no afectarle. Aunque por dentro dice sentirla, por fuera no se nota y los rivales lo sienten. Nadal es mentalmente único e irrepetible, el mejor de todos, y la prueba está en su actitud en las derrotas, videos que en todas las escuelitas de tenis del mundo deberían repetir hasta el cansancio.
Nadal no concibe la frustración, o al menos la procesa en segundos. El tenis es un deporte de porcentajes y quien menos falla es el ganador. El 80% de los puntos ganados son por errores del rival, forzados o no forzados, pero errores al fin. El autocontrol, eso que Nadal domina a la perfección, es lo que le permite no regalar puntos, games y sets a su rival. La dureza mental hace que rinda bajo presión y por ende, asfixia a sus rivales, que no encuentran explicación a su alto nivel en los momentos claves de un partido. El de manacor domina mentalmente a sus contrincantes, "se les mete en su cabeza" e inconscientemente los obliga a fallar. Tan increíble como real.

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"Rafa" lo tiene muy claro: "Cuando pierdes los nervios, el otro te ve mucho más débil. Con el autocontrol dejas de regalar partidos. En mi cabeza hay dudas siempre, ese es mi sentimiento. No soy una persona segura de sí misma en ninguna cosa de la vida. No soy una persona decidida en casi nada. Me cuesta mucho tomar decisiones… pero cuando juego, en los momentos importantes, tengo la determinación de hacer algo. Mi cabeza, en los momentos de presión, en los momentos importantes, me ha respondido bien la mayoría de las veces. Hablemos claro. Mi cabeza me ha permitido jugar de la manera que yo creía que tenía que jugar y no me ha impedido hacer lo que yo creía que tenía que hacer: eso es lo que pasa cuando tienes nervios, cuando te supera la situación".

Daniel Vitale Pizarro