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15 octubre 2018

Segundo hogar




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El N°1 ya es casi un hecho. Novak Djokovic domina el circuito desde la temporada de césped y solo le bastarán menos de seis meses para finalizar 2018 como el mejor jugador de la temporada. Sí, en menos de seis meses alcanzó cinco finales y ganó cuatro títulos. La final en Queen's le devolvió la confianza. A pesar de perder ante Marin Cilic (campeón defensor y finalista vigente de Wimbledon), ese torneo fue el inicio de lo que estamos viendo hoy. Títulos en WimbledonCincinnatiUS Open y Shanghai, solo interrumpida esa racha por Stefanos Tsitsipas en octavos de final de Toronto. 31-2 su balance en los últimos seis torneos que disputó. Una aplanadora.


Si hablamos de nivel tenístico, Shanghai fue el mejor torneo del serbio este año. No solo no perdió un set en sus cinco partidos, sino que nunca le quebraron el servicio. Apenas el poderoso saque de Anderson lo obligó a disputar un tiebreak que sorteó 7-1 con mucha jerarquía. Jeremy ChardyMarco Cecchinato (verdugo en Roland Garros), Kevin Anderson (8°), Alexander Zverev (4°) y Borna Coric (19°) en la final, fueron las víctimas de Djokovic camino a su 32° corona de Masters1000, una menos que Rafael Nadal, el hombre récord en ésta categoría de certámenes, la segunda en importancia detrás de los Grand Slams.
Djokovic destaca su fenomenal actualidad y hace hincapié en su servicio, su mejor golpe de la semana: “Los últimos tres o cuatro meses han sido impresionantes para mí. No tengo muchos agujeros en mi juego, especialmente esta semana. Todo ha salido fenomenal. Ha sido una de las semanas más solventes al servicio que he tenido en mi carrera. Dije estos días que jamás había jugado en unas pistas más rápidas en Shanghái, así que este año era más importante que nunca tener éxito con el primer saque. He podido hacerlo y jugar con buenos porcentajes en cada partido. Eso me da mucha satisfacción”.
Pero no es extraño que "Nole" eleve su tenis en China. En 2015, su mejor año y uno de los mejores de la Era Abierta, en el gigante asiático fue donde jugó el mejor tenis de su carrera, según sus propias palabras. Y ésta versión 2018 de Shanghai no está lejos de la 2015 de Beijing. Sin Nadal en el torneo pero en la cima del escalafón mundial, al nacido en Belgrano le alcanzará para finalizar el año como N°1 del mundo ganando un partido más que el español en París o en el Masters. Apenas 35 puntos es la diferencia que habrá entre el primer y el segundo puesto del ranking ATP cuando se dispute París Bercy, el trono de tenis mundial ofrecido al mejor postor.

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Borna Coric, finalista de M1000 por primera vez en su carrera, halaga a su rival y se marcha de China satisfecho por su presente: "Estoy contento por lo conseguido esta semana. Novak ha sido muy superior a mí en la final. Podría haber sacado un poco mejor pero Nole restó muy bien y me inquietó en la gran mayoría de juegos al resto. Tuve molestias en el cuello a principios de semana pero el problema hoy el cuádriceps, por eso jugué vendado, pero no tengo nada serio. Hoy me dieron una buena lección de tenis. Creo que puedo aprender mucho de este partido. He jugado un tenis increíble y sólo saco conclusiones positivas de esta semana".
El croata vive el mejor momento de su carrera. Campeón en el ATP500 Halle en la final ante Federer y finalista del M1000 Shanghai contra Djokovic, figurará en el ranking mundial como 13° ATP (récord personal). Irregular a lo largo de la temporada, tuvo buenos resultados en Indian Wells (SF) y Miami (CF), además de las finales mencionadas. A eso hay que sumarle la Copa Davis, la última que se disputará en su formato tradicional. 2018 tendrá a Francia y a Croacia en la final de la Copa del Mundo del Tenis y de la que Borna Coric será parte en noviembre.




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Borna disputó cinco partidos para Croacia en 2018 y ganó cuatro (ShapovalovPospisilTiafoe Johnson). Su única derrota fue ante Mikhail Kukushkin en cuartos de final. "Venía de un par de semanas un tanto complicadas, pero esta final en Shanghái me ha ayudado mucho en el aspecto mental al vencer a grandes tenistas. Este resultado me va a ayudar de cara a los dos próximos torneos y para la final de Copa Davis que sin duda ganarla es mi principal objetivo", las palabras de un jugador que no pudo disputar la final de 2016 de local ante Argentina por una lesión de la que no se recuperó a tiempo al 100%, merecida revancha personal.

Daniel Vitale Pizarro

10 septiembre 2018

"Quiero seguir creando historia"




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Si algo le faltaba a Novak Djokovic para pujar por ser el mejor tenista de la historia era ganar títulos importantes y volver a pelear por el N°1 del mundo luego de una lesión grave o una crisis de confianza. Rafael Nadal lo hizo en varias ocasiones, Roger Federer lo hizo en 2017 y el serbio lo está haciendo en 2018. Vacío emocionalmente luego de conquistar el Grand Slam de corrido en 2016 más una lesión en su codo derecho que tardó más de lo previsto en recuperarse, Novak cayó en el ranking ATP hasta el puesto 22° en junio de esta temporada, el puesto más bajo desde 2006. Cuatro meses después, campeón de Wimbledon, Cincinnati y US Open, es el N°3 ATP...
Entre Wimbledon 2017 y Wimbledon 2018 hay apenas un año de distancia pero un abismo en la carrera de Djokovic. De perder ante Berdych sin poder terminar el encuentro por una lesión en su codo derecho a ser campeón por cuarta vez en su carrera en el All England. En el medio hubo un parate de seis meses para recuperar el codo maltrecho sin ingresar a un quirófano, estrategia que no funcionó ya que el dolor no mermó y la cirugía fue la mejor opción. En febrero, luego de visitar un especialista en codo en Praga (República Checa) decidió operarse en Basilea (Suiza), en la Clínica Muttenzer, donde le extrajeron un pequeño hueso flotante que le impedía golpear con normalidad.
Irreconocible hasta junio, lógico por la inactividad prolongada y la falta de confianza por perder partidos ante rivales que jamás hubiera perdido un año atrás, en junio volvió a tener buenas sensaciones dentro de una pista y junto a ellas, llegaron los resultados. De repente, sin que nadie se lo imaginara, ni siquiera su equipo de trabajo, Novak Djokovic volvió a ser el de antes, el de siempre. Campeón de dos Grand Slams en una temporada y cuartofinalista en los dos restantes, el nacido en Belgrado se ubica en una inmejorable posición para pelear por el N°1 a fin de año, lucha que deberá afrontar ante Nadal, Federer y Del Potro, nada sencillo.
"Quiero seguir creando la historia. Y quisiera crear la mayor posible. El pasado puede enseñarnos mucho pero quiero dirigir mi energía hacia el presente. No me gusta comparar este año con otros. Mi equipo lo sabe. Solo quiero trabajar duro y seguir creciendo. Mi vida ha dado un giro de 180º en seis meses. Me ha llevado mucho recuperar mi nivel pero he aprendido mucho en este periodo. Mis dos últimos meses han sido una locura", confesaba el 14° veces campeón de Grand Slam tras ganar el US Open, misma cantidad de Majors que Pete Sampras, el líder absoluto de este tipo de certámenes hasta la llegada del famoso Big3 constituido por Federer (20), Nadal (17) y el propio Djokovic.
Ese mismo trío de leyendas del deporte blanco se adjudicó la mayoría de los títulos importantes desde su irrupción en el circuito ATP. 47 de los últimos 55 Grand Slams fueron ganados por ellos tres y 81 de los últimos 124 Masters1000, prácticamente sin opciones para los demás jugadores de elite, que a excepción de Andy Murray (3 GS y 14 M1000), ningún otro jugador pudo acumular cinco trofeos de ese calibre desde 2005 hasta hoy. Un oligopólico circuito que resiste a pesar del paso del tiempo y de los nuevos pretendientes a las grandes citas. La mejor camada de tenistas de la historia por coincidir y ganar tanto en simultáneo, en todas las superficies.
Pero el actual N°3 ATP no solo repatrió a Marian Vajda y compañía esta temporada para volver a ser lo que era. Craig O'Shannessy empezó a colaborar con el serbio en diciembre. Algunos se preguntarán quien es, pero Craig es muy conocido puertas adentro en el circuito. Apodado "el maestro de los números", trabaja para la ATP y la WTA y es el creador del sistema 'Brian Game Tennis'. Bajo parámetros estadísticos (Big Data), analiza patrones de juego y permite estudiar a los rivales y saber, según porcentajes, a donde va a golpear la bola en determinadas situaciones. Ya no alcanza con el equipo de trabajo convencional. "El futuro llegó, hace rato"...
Del otro lado de la red quedó el sueño truncado del Juan Martín Del Potro. Campeón en Flushing Meadows en 2009 luego de derrotar en semifinales a Nadal y en la final a Federer, buscaba emular lo hecho nueve años atrás. Como en 2009 también derrotó al español en semifinales pero en la final el rival era Djokovic. Nunca había vencido al serbio en Grand Slams pero estaba en la memoria de todos aquella victoria en los Juegos Olímpicos de Rio 2016. Novak no tuvo casi fisuras y a pesar de algún enojo con la hinchada ruidosa del argentino en el segundo set, siempre tuvo el control del partido que terminó en su favor 6/3 7/6 6/3.

Juan Martín se convirtió en el segundo argentino en alcanzar al menos dos finales de Grand Slams (1-1) y seis semifinales (2-4), todos récords argentinos por debajo de Gillermo Vilas, el tenista más importantes de latinoamérica, que alcanzó ocho finales (4-4) y 12 SF (8-4). El que si es récord y no solo argentino, sino en la historia de la ATP, son las victorias ante tenistas N°1 del momento sin haber sido, el ganador, nunca N°1 ATP. Del Potro acumula diez triunfos, lejos de sus competidores entre los que se encuentra David Ferrer con cinco victorias, único tenista activo en esa lista de privilegiados que no llegaron a la cima del tenis.

Daniel Vitale Pizarro

21 agosto 2018

¡Bingo!


Novak Djokovic irrumpió en el circuito en 2007. Finalista en Indian Wells y campeón en Miami, indumentaria Sergio Tacchini y raqueta Wilson, el serbio de diecinueve años era campeón de Masters1000. Once años después, también en Estados Unidos pero en Cincinnati, logró lo que nadie pudo desde que se crearon los nueve torneos más importantes del circuito ATP luego de los tradicionales Grand Slams y el Masters. Super9, Masters Series, Masters1000 o comos e llamen en un futuro no tan lejano, nunca en 28 años de existencia un tenista había ganado todos. Eso es lo que consiguió Djokovic en Ohio, en su sexta final en el certamen. Nueve de nueve.
Los nueve elegidos en 1990 eran los torneos más importantes de la época que la ATP igualó en puntaje y aproximó en dinero para darle la misma jerarquía y la "obligatoriedad" de participación. A lo largo de los casi treinta años de existencia dos plazas sufrieron cambios de ciudad: la cuarta y la octava. El actual Shanghai, octavo M1000, es el más cambiante de todos: pasó por Suecia, Alemania, España y China. El otro cambiante fue Hamburgo que cedió ante Madrid en 2008. Lo que nunca cambió fue la cantidad. La categoría Masters1000 fue asentándose como tal hasta tener la importancia que la ATP buscaba, categoría a la que acuden los mejores tenistas del momento, siempre.


Djokovic entendió el mensaje de la ATP y se tomó en serio lo de la importancia que tienen los Masters1000 para la historia del tenis y luego de ganar los cuatro Grand Slams (al hilo), fue por más. Federer y Nadal, campeones de los cuatro Grand Slams al igual que el serbio, ostentan siete M1000 diferentes y a Novak solo le faltaba uno, Cincinnati, tierra en la que había caído cinco veces en la final. Campeón impensado de Wimbledon por la tortuosa vuelta al circuito luego de estar seis meses parado, y eliminado rápidamente en Toronto días atrás, el de Belgrado (10° ATP) no era el máximo favorito al título, aunque nadie quiera enfrentarlo tenga el ranking que tenga.
Inestable en las rondas previas, en la final no titubeó. Competidor como pocos, único en dominar mentalmente a Nadal (la mejor mente de la historia), en el partido por el título hizo lo que mejor sabe hacer... ganar. En frente estaba Roger Federer (2°) con el que mantiene un H2H por demás parejo (23-22) aunque desparejo en finales (18-6). No le pesó el poder quedar en la historia y la sexta fue la vencida. Saltando de alegría como un niño en el festejo, derrotó a un Federer siete veces campeón en Cincinnati y que lo había derrotado en las finales de 2009, 2012 y 2015. Se dio el lujo de quitarle el invicto en finales allí.

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Campeón de todo, el serbio hizo historia pero se lo tomó con calma: "Es un placer compartir la cancha con Federer, con el gran jugador de todos los tiempos. Realmente lo digo. Él y Nadal han sido una parte tan integral e importante de mi vida y mi carrera y de mi evolución como tenista. Me hacen jugar mi mejor tenis. Me hacen mejorar. Me hicieron pensar en lo que tengo que hacer para tratar de ser el mejor jugador del mundo. Definitivamente, se trata de uno de los momentos más especiales de mi carrera. Ser el único hombre de la historia en ganar todos los Masters1000 y todos los Grand Slams me hace sentir tremendamente orgulloso para el resto de mi vida”.

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Federer inició 2018 de manera impecable aunque le costó mantener el nivel de 2017 y del Australian Open 2018. Volvió al N°1 pero no pudo mantenerlo por la gran cantidad de puntos que defendía y por el fenomenal nivel de Rafael Nadal. N°2 ATP, le restó importancia a su bajo nivel en la final y halagó al campeón sin tapujos: "Esta conferencia de prensa. No se debería tratar de que fallé devoluciones de segundo servicio. Si no de que él ha hecho historia. Esa es mi opinión. Podemos profundizar en cualquier punto que deseen, pero creo que el titular es sobre el logro increíble de Djokovic. Espero que esté extremadamente orgulloso y feliz por este momento”.
A sus 37 años recién cumplidos, Federer alcanzó su 150° final ATP (98-52), 48° de Masters1000 (27-21). En lo que va de temporada el helvético suma tres títulos en seis finales sobre ocho torneos disputados, un porcentaje alucinante de victorias/derrotas. Más selectivo que nunca para rendir al 100% en cada torneo al que se presenta, producto de la edad y los años de vigencia en el circuito, Roger está obligado a tener buenos resultados para no caer en el ranking. Y de momento le está saliendo casi a la perfección. El US Open, próxima cita, puede decantar quien terminará como N°1 en 2018 y Nadal lleva la ventaja.

Daniel Vitale Pizarro

16 julio 2018

Volver a las fuentes

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Roland Garros 2016 fue el punto máximo de la carrera de Novak Djokovic. Había logrado algo que solo Rod Laver pudo durante la Era Abierta: ganar los cuatro Grand Slams de forma consecutiva. Ni Federer, ni Nadal: Laver en 1969 y Djokovic en 2015-2016. Pero el fuego interno se apagó. Y un año después lo pagó su físico porque su mente ya estaba ''apagada". Una lesión en su codo derecho de larga data (dos años), pero nunca determinante, lo obligó a retirarse en cuartos de final de Wimbledon 2017. Vacío internamente, el número dos del mundo decidió no competir más hasta la temporada siguiente para recuperarse por completo de su lesión y de su agotamiento mental.

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Arropado por su familia y su nuevo grupo de trabajo (Andre Agassi a la cabeza) luego de haber roto relaciones de manera 'cordial' con su entrenador de siempre Marian Vajda (12 años) y el 'supercoach' Boris Becker (3 años), inició 2018 con cautela. Pero la vuelta sería tortuosa. El tándem Agassi-Stepanek al mando del serbio duró menos de un año, incluido el parate. Nunca cuajaron como equipo, aunque se los veía muy unidos y jocosos en los entrenamientos. "Traté de ayudar a Novak con las mejores intenciones. Pero hubo demasiadas diferencias de criterio", dijo Agassi tras su desvinculación del equipo de trabajo.

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Novak estaba con molestias físicas, falto de ritmo y sin convicción, sin esa mirada asesina que lo caracterizó siempre. Pero en abril volvió a las fuentes. Marian Vajda regresó a su equipo de trabajo como coach principal. Cuenta fuebuena.com que durante sus vacaciones en República Dominicana, Djokovic le envió diez videos a Vajda sobre su nueva mecánica en el servicio, modificada para apaciguar el dolor tras la lesión. Cuando se encontraron en una cancha de tenis para comenzar su segundo ciclo juntos, Marian volvió a cambiar el saque del serbio porque "no le gustaba biomecánicamente".

Atisbos de mejora pero pasajeros, normales durante un período de reconstrucción tenística, se notó un cambio en el servicio y especialmente en la devolución. Roland Garros lo vio irse antes de tiempo ante el ignoto Marco Cecchinato en cuartos de final. Pero llegó la hierba y todo cambió. La final en Queen's le dio confianza al nacido en Belgrado. A pesar de perder ante Marin Cilic (6°) con match point incluido, el presente ya era otro. El nivel tenístico parecía haber vuelto. Algo más de concentración en los momentos importantes y Djokovic estaba de vuelta. Pequeño detalle. La mente, lo más difícil del tenis y lo más importante.

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En fin, perder con Cilic no modificó el rumbo de Novak, al revés, lo potenció. Marin era finalista vigente de Queen'sWimbledon y el Australian Open, era factible perder ante él. Distinto fue lo de Cecchinato en París cuando en conferencia de prensa el serbio sembró la duda sobre su participación en la gira sobre césped, declaraciones en caliente que (por suerte) no llegaron a concretarse. Llegó Wimbledon. Sin títulos ATP durante los últimos doce meses, "Nole" inició su camino en el All England con las buenas sensaciones del ATP500 en Londres, aunque con un potencial cuadro principal harto complicado.


A la semifinal llegó con dos momentos de distracción que le costó el primer set ante Edmund (R3) y el segundo parcial contra Nishikori (CF). Rafael Nadal era el rival previo a la lucha por el título. El
N°1 del mundo lo había derrotado en arcilla semanas atrás, pero sobre hierba la situación cambiaba. El favorito seguía siendo "Rafa" pero no con tanta ventaja en las opiniones y apuestas. El partido fue una auténtica barbaridad. Frenéticas cinco horas y quince minutos, separado en dos días, que tuvieron de todo. 6/4 3/6 7/6 3/6 10/8 de intensidad y búsqueda de soluciones a los problemas que constantemente creaban.
La final anticipada. Por la exhibición de tenis brindada por ambos y por el agotamiento físico del finalista Anderson que en semifinales batalló 6h 36m ante Isner (26/24 en el quinto set). A pesar del cansancio y de no oponer resistencia en los dos primeros sets, el sudafricano dio pelea y tuvo cuatro sets points en el tercer set (6/2 6/2 7/6). Novak Djokovic, incrédulo, era el campeón de Wimbledon 2018. Cuarta vez en el All England, treceavo Grand Slam y sexagésimo noveno título ATP, entre los mejores tenistas de la historia en casi todos los registros. Además, 2018 es el décimo tercer año consecutivo que gana al menos un título ATP.

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Trofeo y micrófono en mano, llegó el momento de los agradecimientos. Y la emoción lo invadió cuando nombró a su familia. Por reglamento del torneo no pueden presenciar partidos en Wimbledon niños menores de cinco años por lo que sus hijos Stefan (3 años) Tara (1 año) no estuvieron en la Centre Court. Pero durante la entrega de premios sí estuvo Stefan, que sin tener mucha conciencia de lo obtenido por su papá, disfrutó del momento junto a su mamá Jelena, felices por el logro de papá 'Nole', al que su hijo señalaba y aplaudía desde la tribuna con una sonrisa de oreja a oreja, el momento más especial de la tarde londinense.

Daniel Vitale Pizarro
@DanielViPiTenis

22 mayo 2017

Relevo generacional



Alexander Zverev. ¿Se acuerdan de ese nombre? Semifinal de Halle 2016, triunfo ante Roger Federer. San Petersburgo 2016, con 19 años era por primera vez campeón ATP con victorias ante Berdych y Wawrinka (11-0 en finales). Hoy es cuatro veces campeón ATP y Top10 a los 20 años de edad. ¿Que tal? El líder del relevo generacional, el prodigio que marca el camino de la #NextGen se da el gusto de dar pelea en la "Carrera a Milán" y la "Carrera a Londres". Semifinalista por primera vez en un Masters1000, "Sascha" superó esa instancia y se consagró campeón en Roma ante Novak Djokovic, cuatro veces ganador en el Foro Itálico en ocho finales disputadas. Chapeaux.

Zverev dominó desde el comienzo a Djokovic propiciando quiebres de servicio oportunos al inicio de cada set. Administrados en base a su consistencia desde el fondo de la cancha pudo sacar adelante un partido complicado en los papeles, por la historia de su rival y por el pequeño renacer tenístico que vivió en Italia con triunfos sólidos y convincentes ante Del Potro y Thiem en rondas anteriores. Concentrado al 100% y disciplinado tácticamente, Alexander mantuvo lejos de la base a su rival con tiros profundos que no dejaron que Novak tome posición ofensiva. Sus golpes letales de fondo y la distribución de los mismos hicieron mella en Djokovic hasta que claudicó.

“Estoy muy feliz por la manera en que he jugado. Me enorgullecen mis actuaciones durante toda la semana, y hoy he jugado uno de los mejores partidos de mi carrera. Tenía que ser agresivo desde el primer punto hasta el último. Era muy importante para mí mantener esa intensidad y no dejarle controlar el juego”, analizaba la final Alexander Zverev tras la victoria 6/4 6/3 ante Djokovic en Roma. El nacido en Hamburgo no se imaginaba Top10 con 20 años ni ganador de Masters1000 pero su nivel tenístico, físico y mental se complementaron para que se convirtiera en el jugador más joven en ganar un M1000 desde Miami 2007 (Djokovic - 19 años).

Desde que los Masters1000 son nueve y en las fechas similares a las de hoy (1990), Alexander Zverev se convirtió en el cuarto alemán en ser campeón de esta categoría junto a Michael Stich, Boris Becker y Tommy Haas. Su rival en la final, campeón defensor, acumula ocho M1000 sin ser campeón, algo que no le pasaba desde 2010, único año en el cual no levantó ninguna copa de la categoría que le sigue a los Grand Slams en importancia. Dueño de 30 Masters1000 en 44 finales, Novak tiene el mejor récord en finales ya que Nadal también ganó 30 pero disputó una final más, ambos por encima de Federer (26-44).
La precocidad del alemán hace inevitable la comparación con el 'Big4', que desde jóvenes dominan el circuito. El español Rafael Nadal es el más joven en levantar un Masters1000 al hacerlo en su segunda final alcanzada a los 18 años de edad. Novak Djokovic también cayó en su primera definición de M1000 y obtuvo su primero con 19 años. Ahí aparece Zverev al consagrarse campeón de Roma con 20 años y en su primera final. Roger Federer tardó unos días más en debutar como el mejor en esta categoría al conseguirlo en su segunda final, también con 20 años. El último fue Andy Murray que con 21 años ganó Cincinnati y al igual que Alexander, debutó en final como campeón.

En una época donde los 30 años son la nueva juventud, "Sascha" se abre camino en la elite del tenis mundial con 20 años. El Top5 está ocupado por primera vez por jugadores con 30 años o más y los restantes cinco miembros ninguno supera los 28. Así de partido está el ranking ATP con los "viejitos" dominando y los "jovencitos" a la espera de que el tiempo merme el físico de los experimentados para dar ese salto de calidad hacia el Olimpo del tenis mundial, custodiado por el 'Big4' más Stan Wawrinka. Varias generaciones no pudieron destronar a los guardianes de los puestos de vanguardia pero pareciera que la #NextGen está decidida a romper esa hegemonía reinante.

Daniel Vitale Pizarro

21 noviembre 2016

¿La Era Murray?



Desde que el tenis es profesional (1968), nunca el uno y el dos del mundo disputaron el primer puesto del ranking mundial en el último partido del año, la final del Masters. Andy Murray, flamante número uno por escasos puntos, defendía su posición de privilegio ante el antiguo monarca, en un partido a todo o nada. El campeón tenía premio doble: el mejor de los mejores ocho del año y el N°1 de la temporada 2016. La final soñada por espectadores, patrocinadores y organizadores del torneo. En un ambiente único como el que ofrece la "Arena O2" de Londres, Murray y Djokovic se enfrentaban por 35° vez en su carrera.

El escocés llegaba a la final del Masters con un invicto de 23 partidos ganados en torneos consecutivos, su mejor marca histórica. Ocho títulos y cuatro finales en dieciséis torneos disputados era el palmarés del británico, una locura tenística. El serbio, número dos del mundo, arribaba a la definición con un prontuario anual similar: siete títulos ATP más dos finales perdidas, pero con un Grand Slam y un Masters1000 más que su rival. Dueños ambos de cada semestre, el duelo era interesante por donde se lo mire. Encima, el mejor del momento llegaba más cansado, lo que emparejaba el duelo y le ponía intriga al resultado final.

Pero todo quedó en la previa. La versión de Novak estuvo muy lejos de su habitual nivel. Sin ser el del primer semestre, se las había arreglado para alcanzar la final y para aniquilar a Nishikori en semifinales, lo que auguraba una batalla por el trofeo de Maestros. Errático, desconcentrado, sin velocidad de piernas ni explosión en sus tiros, cedió 6/3 6/4 sin oponer, a los ojos del espectador, la resistencia habitual. Un mal día tiene cualquiera y ese mal día fue justo en esta final. Tenso, con tiros cortos, Djokovic pareció padecer la final en vez de disfrutarla. El sexto título en Londres y la paridad con Federer deberá esperar.

Su rival tampoco brilló. Errores no habituales mantenían el partido parejo pero la actitud de Andy era diferente. Puño apretado en los momentos importantes, concentrado y con menos errores no forzados, llevó siempre las riendas del encuentro hasta sellarlo con su servicio. Ganó el que falló menos, y eso fue Andy Murray. Partidos como estos hay miles, en los que entran en juego otras cualidades por sobre las tenisticas, y esa batalla la ganó el nacido en Escocia hace 29 años. La mentalidad, una vez más protagonista en una final, el atributo más importante para un deporte individual. "Mente superior domina mente inferior".

Novak Djokovic describe el partido para los que no pudieron verlo en vivo: “Esperaba jugar a un gran nivel hoy, sabía que él no estaría cansado. Simplemente jugué mal, no fue mi día. Cada día es diferente y hoy fue uno de esos en los que no he sentido la bola. Cometí muchísimos errores y ante este tipo de tenistas hay que ofrecer una versión superior y hoy no estuve cerca de eso. Me faltó esa chispa para jugar los puntos importes, quizá igual que en los últimos meses. Cada vez que tuve una buena oportunidad la perdí, cometí demasiados errores no forzados. No he tenido ninguna oportunidad seria de ganar, él ha sido el mejor jugador. Enhorabuena a Andy por mantener esa fortaleza mental durante todo el encuentro, siempre jugando con los tiros adecuados".

Rebosante de alegría por el objetivo cumplido y la satisfacción de quedar en la historia del deporte, "Andrew"no ubicó esta victoria como la mejor del año: "Ha sido un día muy especial. Sentía que jugaba más por el N°1 que por el torneo. En las últimas semanas no paré de recibir mensajes de la prensa, mis amigos... hablándome de que tenía que ganar muchos partidos para conseguir el número uno. Estoy muy contento de acabar el año en lo más alto del ranking, esto es algo que nunca me esperaba. A pesar de todo, la victoria ante Del Potro en los Juegos fue la que más satisfacción me dio, la más especial".

El título de Murray es el primero en el Masters, torneo que se le negaba desde su debut en 2008. En total acumula 44 trofeos ATP, nueve conseguidos esta temporada, por lejos cantidad la más caudalosa de su carrera. 26° número uno en la historia del profesionalismo y 17° diferente que finaliza un año calendario en esa posición. Y mirá lo que son las coincidencias que su hermano, Jamie Murray, finalizó 2016 como N°1 del mundo en dobles. Judy Murray tiene motivos más que suficientes para festejar las fiestas. Los deseos de fin de año se le cumplieron antes de haberlos pedido. La familia Murray es la dueña del tenis masculino.

Daniel Vitale Pizarro

12 septiembre 2016

#StanTheMan



El gesto del torneo

Tercera ronda del US Open 2016. Stan Wawrinka servía match point en contra 4/6 6/3 6/7 6-6 (5-6). Pasó el susto, ganó el set y el encuentro. Partido a partido el suizo se fue encontrando con su juego. Marchenko fue una especie de sparring en octavos de final. Del Potro y Nishikori elevaron la exigencia pero no pudieron sostener el nivel a lo largo de sus encuentros, desbordados por momentos por la potencia de Wawinka. En la final lo esperaba Novak Djokovic, acostumbrado a las definiciones por torneos importantes. El serbio llegaba a la final en Nueva York en una situación extraña: dos retiros, un 'walk over' y un Monfils desganado y displicente durante casi toda la semifinal.

La final del US Open enfrentaba a los mismo protagonistas que la de Roland Garros 2015. En Flushing Meadows, el nivel de Wawrinka venía en ascenso y el de Djokovic estaba en una meseta entre los retiros, los dolores en su codo derecho y la inconsistencia de los últimos torneos disputados. Quizás este US Open haya sido el de peor nivel en el cual llegó a la definición, pero llegó. Número uno del mundo, doce Grand Slams ganados y veinte finales más en sus hombros, palmares desorbitante, historia pura en el 'Arthur Ashe', enorme desafío para "Stan The Man" que además acumulaba el doble de horas durante las dos semanas de competencia.

Esta foto tiene photshop (?)

Le costó algunos games meterse en el partido. Remontó, perdió el primer set en el tiebreak y a partir de allí, fue todo de Wawrinka. A fuerza de tiros ganadores desde la base, reveses incontestables y drive dominadores, Stan se iba abriendo camino en un final muy trabada. Djokovic no daba el brazo a torcer pero tampoco incomodaba al suizo con sus golpes. Defendía como siempre, competía como siempre, pero no desequilibraba. Del otro lado, "Stanimal" nunca titubeaba y llevó siempre las riendas del partido. El resultado dependía de su puntería, decisión y frialdad. Había que ganarlo. Novak no iba a regalar absolutamente nada, iba a pelear hasta la última bola.

¿Drama? También tuvo drama esta final. Los médicos ingresaron varias veces durante el partido pero por precaución, sin que ninguno pidiera el tiempo de atención extra, hasta que las ampollas con sangre del número uno frenaron el encuentro cuando estaba al borde del desenlace, antes del cambio de lado, lo que enfureció a su rival. Disculpas de por medio y vuelta a la cancha. El cansancio físico era cada vez mayor, pero la cabeza es la que manda y ninguno mostró signos de agotamiento. Adelante en el marcador, Wawrinka administró el quiebre y sin antes sufrir en cada turno de saque, lo cerró tras un revés largo del serbio. Campeón.

Aferrado y atento

"Estoy fundido, me lo dejé todo en la pista. Ha sido un partido muy exigente, durísimo. Hasta finales del primer set no llegué a la final. Pensé que él podía jugar mejor, pero al menos, estaba ahí. Ganar el torneo después de haber estado a un punto de haber perdido en 3ª ronda se siente muy especial. Al principio de los torneos no juego mi mejor tenis, pero llego a las finales para ganar. A pesar de eso, antes de la final estaba muy nervioso, como nunca antes. Estaba temblando en el vestuario. Me he puesto a llorar". Un autentico Wawrinka ante los micrófonos demostró que ante todo es persona y que tiene nervios como todos, a pesar de no haberse notado ante semejante escenario.

Wawrinka hace rato que es un jugador distinto al resto. Desde 2013 que su estirpe cambió. Su tatuaje en el brazo izquierdo (“Lo intentaste. Fracasaste. No importa. Sigue intentándolo. Fracasa otra vez. Fracasa mejor”) y la contratación de Magnus Norman como coach marcaron un antes y un después en su carrera. Stan pasó de ser un peligro para cualquiera, a un ganador; de perder finales o partidos importantes o no perder once definiciones al hilo. Desde que alcanzó la semifinal del US Open 2013, su carrera explotó. Campeón de un Grand Slam por temporada en diferentes escenarios y siempre ante en N°1 vigente. Si, así como leen. Cuando la mente supera al físico y al tenis, todo lo puede.

El próximo modelo tendrá una nueva silueta...

"Ha sido un encuentro muy exigente físicamente. Él ha sido el jugador con mayor coraje en los momentos decisivos. Ha sido más fuerte mentalmente. Unos pocos puntos deciden un partido de este calibre y hoy ha sucedido así. Yo no aproveché mis oportunidades de quiebre y eso que tuve muchas. En partidos así, si no aprovechas las oportunidades, tu rival lo hará. Él lo ha hecho. Ha sido más valiente, ha dado un paso hacia adelante, más agresivo, mientras yo esperaba a que pasaran cosas”. Muy claro el múltiple campeón de Grand Slams a la hora de desgranar las claves de su derrota, la quinta en finales en el US Open, misma suma que Lendl aquí y Murray en Melbourne.

Campeón del Australian Open y Roland Garros para ganar los cuatro 'Grandes' al hilo, algo inaudito en la historia, solo empatado con Rod Laver (1962 y 1969) y Donald Budge (1938), Djokovic no se olvidó de su espectacular año: “Para mí ganar cuatro Grand Slams consecutivos fue un gran logro. Estoy muy orgulloso de ello y la derrota de hoy no puede empañar lo logrado en Australia y especialmente en París. Ganar dos Grand Slam este año, jugar otra final más… no tengo queja. Obviamente me hubiera gustado ganar hoy pero debes dar la mano a tu rival y felicitarle. Aceptar la derrota y seguir adelante”.

Daniel Vitale Pizarro

01 agosto 2016

Treinta veces mil



Las dos caras de la moneda

El Grand Slam de carrera lo desinfló. El título que buscó casi con obsesión desde 2012, inconscientemente le jugó una mala pasada. Campeón de Roland Garros y sin preparación previa para Wimbledon, Novak Djokovic llegó a Inglaterra y se topó en tercera ronda con Sam Querrey. Ese fue su límite. Sorpresa mundial. El tricampeón en el All Englad caía en la primera semana de competencia. El trofeo de los Mosqueteros, que lo ubicó definitivamente entre los más grandes de la historia del deporte, mermaron la intensidad del serbio. Pero fue solo un tropiezo, una derrota que sucedió porque es humano. Toronto comprobó que un tropezón no es caída...

“La derrota en Wimbledon me llenó de motivación, me dio una semana más con mi familia y tiempo de calidad fuera de las pistas. Pensé en otras cosas, recargué baterías y vine aquí (Toronto) lleno de motivación. No podía pedir un mejor inicio de temporada sobre cemento. Espero seguir en la dirección correcta”. Djokovic se sobrepuso al cimbronazo inglés, descansó, cruzó el Altántico y de menor a mayor, estuvo a la altura de las circunstancias: “Empiezo los torneos sintiéndome un poco incómodo en la pista, encontrando el ritmo. Pero al final encuentro el confort necesario, con actitud mental. Los mejores rendimientos fueron en semifinales y finales, no puedo pedir más".

Sin convencer hasta semifinales, Novak pasaba las rondas sin sobresaltos pero con muchas dudas en cuanto a su nivel de juego, incluso llegó a declarar antes de disputar la semifinal ante Monfils que estaba muy lejos de su nivel tenístico. El 6/2 6/3 contundente al francés empezó a despejar las dudas y en la final contra Nishikori lo dejó bien en claro. Atento, rápido, regular y hambriento, aprovechó las desatenciones de su rival y tenaz como siempre, cerró el partido 6/3 7/5 cuando parecía que se complicaba al final del segundo set. “Amo jugar Masters1000. Valoro estos torneos tanto como a los Grand Slams. Seguiré siendo disciplinado, comprometido y concentrado para hacerlo bien”.

En tierra canadiense, el serbio consiguió su 30° Masters1000. En total disputó 90 certámenes de esta categoría desde que es profesional y ganó 293 partidos. Cifras descomunales. Los 30 M1000 lo alejan de su inmediato perseguidor, Rafael Nadal, que cosechó 28 cetros. Más atrás quedaron los 24 de Roger Federer, únicos en ganar 20+ títulos de la serie mil desde 1990. Otra marca superada por "Nole" son los 50 títulos ganados en superficies duras, uno más que Connors y diez menos que Federer, líder. ¡Y eso que no jugaba en cemento desde Miami! A eso también hizo referencia: “Fue suficiente con jugar el primer partido. Antes de eso había practicado durante el día". Humanoide.

Los cuatro Masters de Canadá

Su primer M1000 lo obtuvo en Miami 2007 y ese mismo año también fue campeón del Masters1000 disputado en Canadá, en aquella oportunidad Masters Series de Montreal (año impar). Cuatro años más tarde repitió el título canadiense, refrendado también en 2012. Tres años después de su última coronación en Toronto, volvió a la ciudad NBA y obtuvo el cuarto trofeo en el país del norte americano, misma cantidad que obtuvo en los M1000 de Roma y París. Solo Indian Wells (5) y Miami (6) lo vieron levantar más veces el trofeo de campeón que Canadá. Los 30 se completan con tres Shanghai, dos Madrid y dos Monte Carlo, sin poder ser campeón en Cincinnati (0-4).

Kei Nishikori alcanzó su tercera final en Masters1000 y corrió la misma suerte en todas ellas. Derrotado por Nadal en Madrid 2014 y Djokovic en Miami 2016, en Toronto el rival y el resultado fueron los mismos de Key Biscayne. El japonés disputó su 19° final ATP (8-11) y cuarta de la temporada (1-3). Sexto del ranking mundial, supo ser el número cuatro del mundo (2015) y finalista del US Open en 2014, precisamente cuando obtuvo su última victoria ante Novak Djokovic, contra el que registra un récord negativo en enfrentamientos personales (10-2), cinco de ellos esta temporada, todos para el serbio.

Daniel Vitale Pizarro