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13 enero 2020

Doha le sienta bien


La Copa ATP acaparó todas las miradas durante la primera semana del calendario tenístico profesional. El nuevo evento anunciado con bombos y platillos por la ATP para competir contra la Copa Laver y la Copa Davis estuvo en boca de todos y no era para menos. Disputado en Australia durante la gira previa al Australian Open, en tres sedes diferentes, con un formato de equipos y la presencia de ocho Top10 y treinta y nueve Top50, generó un gran interés de las aficionados y de la prensa especializada. El gran evento, sumado a la desgracia ambiental australiana y las campañas mundiales de solidaridad por los incendios en el continente, casi no dejó espacio para que se hablara del ATP250 Doha en Qatar, durante la misma semana, en otro continente y sin Top10.
Qatar alojó históricamente al mejor ATP250 del calendario. La gran cantidad de dinero repartido de manera oficial, las cuantiosas garantías a los jugadores estrella y la ubicación en el calendario le permitía al torneo contar con los mejores tenistas del mundo, a pesar de ser un ATP250. Para dimensionar la importancia del evento, llegó a tener cinco Top10 en sus filas, una cantidad difícil de ver en muchos de los trece ATP500 del circuito. Por esas cosas fue elegido el mejor ATP250 de 2019, galardón que recibió en tres ocasiones en los últimos cinco años. Disputado desde 1993, han ganado el trofeo Becker, Edberg, Courier, Ríos, Federer, Murray, Djokovic y Nadal, ocho números uno ATP...


Lejos de lamentarse, el certamen catarí se puso manos a la obra y contó con la presencia de Stan Wawrinka (16°), Andrey Rublev (23°), Jo-Wilfried Tsonga (29°) y Milos Raonic (31°) como cabezas de serie, acreedores de una buena cantidad de petrodólares. Los dos principales favoritos alcanzaron las semifinales pero solo Rublev alcanzó la definición del torneo porque Wawrinka se vio sorprendido por el francés de veinte años, proveniente de la clasificación, Corentin Moutet (81°). El joven zurdo, exnúmero siete ITF Junior y con apenas un puñado de partidos ATP antes de 2020 (8-21) disputó siete partidos en nueve días con victorias resonantes ante Raonic, Verdasco y Wawrinka.


El ruso cumplió con las expectativas que la organización puso sobre él. Se llevó el título de Doha sin ceder sets, a modo de revancha de la edición 2018 cuando Gael Monfils le impidió ganar, por entonces, su segundo trofeo del circuito principal. Umag 2017, Moscú 2019 y Doha 2020 son los ATP que acumula Andrey en cinco finales disputadas, al menos una por año desde 2017. Su ranking dice que será 18° ATP, su mejor posición histórica y lo que permitirá que Rusia sea el único país con tres jugadores dentro del Top20: Medvedev (4°), Khachanov (16°) y Rublev (18°). El potente diestro con estirpe de Top10, sorprende por su potente derecha y por el ruido que hace la pelota al salir despedida de su raqueta.
Rublev decidió iniciar la temporada bien temprano con la exhibición en Abu Dabi en diciembre. Sin vacaciones, viajó a Doha los primeros días de enero: "No me preocupa nada la falta de descanso. Ya estuve una semana sin competir antes de ir a las Finales de Copa Davis en Madrid y no siento que necesite nada de reposo. Quería mantener las buenas sensaciones con que acabé 2019 y aprovechar estas semanas para trabajar duro en algunos aspectos. Mi mayor margen de mejora se encuentra en el aspecto mental. Siento que he progresado en los últimos tiempos pero sigue habiendo una diferencia abismal respecto a los mejores. Si logro ser más consistente y fuerte mentalmente creo que mi nivel subirá mucho".
El número tres ruso decidió no acudir a la ATP Cup ya que sería suplente de Medvedev y Khachanov en los individuales, con la firme posibilidad de no disputar ningún encuentro y llegar al Australian Open casi sin rodaje previo. No muy contento con el sistema de clasificación de la Copa ATP, junto a su equipo de trabajo y su entrenador, el español Javier Vicente, decidieron viajar a Qatar sabiendo que el cuadro carecería de estrellas: "No me arrepiento de haber venido a Doha, pero hubiese gustado disputar la ATP Cup. Creo que deberían cambiar algo porque no es justo. El 900° o 1000° ATP son singles N°2 y juegan por los puntos, puntos que son completamente como un nuevo torneo (19° torneo computado anual). No creo que sea el único que piense así, así que veremos cómo seguirá".

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Más allá de las críticas contra la ATP CupRublev no olvidará esta semana en Doha: "Es asombroso este torneo. Siempre estoy muy feliz de jugar aquí. Siempre disfruto mi tiempo aquí y finalmente ganar el título es algo especial para mí. Es un comienzo de temporada increíble para mí y espero poder mantener este nivel. Todavía hay mucho por trabajar, pero estoy feliz de convertirme en un jugador Top20. Creo que esta es una buena parte de mí, que todavía tengo mucho espacio para mejorar. Quiero intentar llegar a mi máximo y luego veremos qué va a pasar". Sin vacaciones ni descanso, el lunes se desplazará a Adelaida, una decisión arriesgada en cuanto a la físico de cara al primer Gran Slam de la temporada.

Daniel Vitale Pizarro

21 octubre 2019

Diamante en bruto







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Tres años pasaron desde que Denis Shapovalov se mostró al mundo en el Masters1000 canadiense. Aun está en el recuerdo de los fanáticos el partido en Montreal 2017 frente a Rafael Nadal cuando con dieciocho años derrotaba al español ante la atónita mirada del estadio y del mundo del tenis. Un zurdo de melena rubia que disputaba el certamen gracias a una invitación, eliminaba primero a Juan Martín Del Potro y luego al Rafa Nadal (2°). Suelto y sin nada que perder, su tenis explosivo fluyó y terminó regalándole al público local una semana que nadie imaginó. 143° del mundo en ese momento, comenzaba ese año una carrera ascendente y precoz, que asombraba a todos por la espectacularidad de sus tiros y el desparpajo para disputar los encuentros importantes.


Campeón de Wimbledon Junior, finalista en dobles y N°2 de la categoría en 2016, a Shapovalov no le costó la transición al profesionalismo como a tantas otras estrellas juveniles. En 2017 finalizó la temporada como 51° ATP y en 2018 terminó 27° ATP. Siempre en ascenso, en abril de 2019 tocó el Top20 (20°) antes de cumplir los 20 años, un presagio de lo que vendría unos meses después. Pero no todo es alegría para el talento nacido en Tel Aviv (Israel). A pesar de un constante ascenso en el ranking ATP y de muy buenas victorias, una racha de siete semifinales ATP perdidas hacía mella en su brillante progresión ya que era el único de su generación que no había alcanzado una definición ATP.







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Todos sabían que era cuestión de tiempo para verlo alzar un trofeo ATP pero la confianza en un tenista es todo, más aun si el jugador es joven y talentoso, con todo un país detrás que espera que cruce esa barrera ya. Y el día llegó. La octava fue la vencida. En Estocolmo no solo accedió a la final sino que la ganó con solvencia y claridad, una muestra de autoridad ante Filip Krajinovic (6/4 6/4) que también buscaba su primera corona en el circuito principal (0-3). Concentrado en presionar constantemente a su rival sin dejar de lado algún tiro para deleite del público, Denis dominó al serbio y se quitó ese peso de encima que genera amenazar con un buen torneo pero no concretar con un trofeo.
¿Cuanto cambió de ese chico que accidentalmente lastimó al juez de silla luego de un involuntario pelotazo, fruto del enojo por perder su servicio en Copa Davis ante Gran Bretaña en febrero de 2017? La respuesta es casi todo. Su facilidad para generar tiros ganadores se mezclaba con su desorden táctico, sin paciencia para trabajar el punto. La casi nula cosecha de victorias en la temporada de arcilla y césped (2-9) lo hizo volver al trabajo a conciencia y replantearse hacia donde iba su carrera y cómo. El inicio del verano norteamericano fue el puntapié para volver a tomar confianza y Estocolmo pudo ver en su esplendor al diamante en bruto canadiense, que a pesar de no enfrentar a rivales de fuste, no cedió ningún set y pudo romper el maleficio de las semifinales ATP perdidas.
Nacido en Israel, hijo de padre ruso, madre israelí, canadiense desde su primer cumpleaños y residente en Bahamas, "Shapo" reúne un cóctel de nacionalidades, idiomas y culturas poco común en una familia tipo. El pequeño Denis comenzó a jugar al tenis a los cinco años en el club donde trabajaba su madre como entrenadora. Más adelante Tessa (madre) abrió un club llamado "Tessa Tennis" donde le dio forma a su hijo durante la adolescencia, lugar donde entrena cuando no está compitiendo. El prodigio despuntó rápidamente, asombrando a propios y ajenos desde los ocho años. El tiempo pasó y los resultados acompañaron el desarrollo de Shapovalov hasta ser campeón por primera vez de un torneo ATP en Estocolmo, el primer paso de un tenista que no tiene techo.


Pendiente de su país, con intereses que van más allá de su éxito personal en el tenis,
Denis Shapovalov habló en conferencia de prensa en Suecia: "Me invade una gran felicidad. Estoy muy orgulloso del trabajo que hemos hecho junto a todo mi equipo y que me ha permitido ganar este torneo. Estocolmo tiene una gran historia. Me ha sorprendido comprobar que empezó a celebrarse el año que nació mi madre (1969) y ver mi nombre en el palmarés junto al de grandes campeones históricos me hace muchísima ilusión. Me dije a mí mismo que debía ser agresivo e ir a por el partido. Tuve paciencia para no desesperarme por las oportunidades perdidas al resto y permanecí con actitud positiva y luchadora hasta que conseguí el break. No puedo estar más feliz".


Daniel Vitale Pizarro

30 septiembre 2019

Nuevo ídolo chino


Alex De Miñaur irrumpió en el circuito profesional en enero de 2018. Finalista en Sidney y Washington, fue elegido por sus compañeros como "Debutante del año ATP" por iniciar fuera del Top200 (208°) y finalizar 31° ATP. La promesa se convertía en realidad y en Sidney 2019 debutó como campeón ATP con apenas 19 años. Nueve meses después de su primer título ATP, el australiano ostenta tres trofeos del circuito mayor, el último en Zhuhai (China) en el debut del torneo chino en el circuito principal. Acompañado desde que empuñó una raqueta por Adolfo Gutierrez, apadrinado por Lleyton Hewitt y elogiado por Rod Laver, el joven australiano-uruguayo-español llegó para quedarse.
Su madre, Esther Román, nació en Madrid (España), su padre, Anibal De Miñaur, en Blanquillo, Durazno (Uruguay), pero Alex de Miñaur Román no nació en Europa ni en Sudamérica. Por esas causalidades de la vida nació en Sydney (Australia) porque allí sus padres tenían un restaurante italiano (Giovanni’s). Cuando el pequeño tenía cinco años (2004), el contrato de alquiler de 'Giovanni's' se venció y los De Miñaur armaron las valijas y volvieron a España, donde iniciaron un nuevo emprendimiento en Alicante: un lavadero de coches artesanal al estilo australiano. Al poco tiempo le renovaron el contrato del restaurante en Sidney por lo que Aníbal volvió a armar las valijas para Australia, pero esta vez solo.


Alex empezaba a tomar forma como tenista, tanto que era el número uno de España en su categoría. El lavadero empezó a funcionar mal por la crisis y Esther fue a la 'Federación Española de Tenis' a pedir una ayuda económica para su hijo, explicando su situación económica pero con el aval de que su hijo era el mejor tenista español de su edad. La RFET hizo caso omiso al pedido de la familia. Todd Woodbridge (leyenda doblista) se enteró de la doble nacionalidad de De Miñaur y lo invitó a entrenar a Roland Garros 2011. A los dos minutos de pelotear, le comunicó a la madre que lo enviara a Sidney, que la 'Federación Australiana de Tenis' se encargaba de todos los gastos. Eso fue lo que determinó la nueva mudanza, a pesar de que Esther bajo ningún motivo quería volver.


Pero la estabilidad familiar no era tal. Un nuevo vencimiento del contrato de alquiler del restaurante los obligó nuevamente a emigrar a Alicante en 2015. Proyecto serio de profesional, De Miñaur necesitaba un coach fijo y no cambiar de entrenadores todo el tiempo, por lo que volvió a las fuentes. Se acercó al 'Club 40-15' de Adolfo Gutierrez, donde inició a jugar y el lugar al que volvía los veranos a entrenar. A partir de ese momento, fue todo viento en popa. Campeón del Australian Open en dobles y finalista de Wimbledon Junior, fue N°2 ITF Junior en 2016. Mientras los sponsors se peleaban por representarlo, la RFET no sabía de que manera disculparse con la familia De Miñaur a lo que Esther, pilar fundamental del jugador, les agradeció su preocupación e interés pero les respondió que 'habían llegado tarde'.
Alex cuenta él mismo como fue la última mudanza familiar a Australia en 2011, antes de afincarse en 2015 nuevamente en España: "Nos tuvimos que ir de España y fue duro. No me gustó en absoluto. Estaba muy a gusto en casa. Nadie de mi familia quería hacer, pero era un cambio obligado por los negocios y la falta de recursos. La Federación Australiana me apoyó al 100%. Empecé en Sídney donde tenía de todo: podía entrenar, hacer físico, gimnasio, todas las facilidades para poder crecer como tenista. Me encanta la forma de vivir australiana, aunque ahora en Alicante estoy feliz, rodeado de mi familia y amigos. Eso me encanta. Sinceramente, es difícil que me vuelva a Australia a vivir. Estoy en una situación envidiable, mejor que nunca. Salvo que pase algo que tenga la obligación de mudarme de nuevo, me quedaré aquí".

¿Nace un nuevo ídolo en Asia? 25° ATP, una posición debajo de su mejor puesto histórico, "Demon" empieza a hacerse un lugar en la elite del tenis. “Quiero seguir apretando, me quedan cuatro torneos por jugar esta temporada y quiero esforzarme al máximo para seguir escalando posiciones", decía el tricampeón en 2019. Finalista de las 'Finales NextGen 2018', hoy se encuentra tercero (virtualmente clasificado) en la 'Carrera a Milán 2019'. Pero en China tuvo una conexión especial con el público. Desde que recibió unas 'orejas de conejo' por parte de un espectador, Alex interactuó con sus fanáticos, en pista y desde la redes sociales, agradeciendo su afecto. Tanto que en su festejo de campeón se fotografió con los espectadores que se quedaron al finalizar la premiación y también con las orejas de conejo.

Daniel Vitale Pizarro

23 septiembre 2019

El más francés


Hace exactamente un año, Jo-Wilfried Tsonga regresaba al circuito en Metz luego de siete meses de inactividad por una lesión en los meniscos de su rodilla izquierda: "Estoy muy feliz por volver a jugar al tenis. Volver a la competencia es todo un placer para mí. Todavía estoy muy lejos de mi mejor nivel, pero creo que con entrenamientos y con partidos poco a poco me iré pareciendo al Tsonga de hace meses. Aún es pronto para hablar de crisis de resultados. Por el momento, me encuentro bastante bien físicamente pero me llevará un poco de tiempo recuperar la confianza en esa pierna. Es importante para mí recuperar esa confianza para poder regresar".

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Recuperado de su rodilla pero sin sensaciones positivas en sus primeros encuentros oficiales, disputó cinco torneos antes de finalizar 2018 con apenas una victoria, un panorama poco alentador de cara a la próxima temporada. El primero de enero de 2019 su ranking era 239° ATP, por lo que tuvo que hacer uso del ranking protegido. En su primer certamen del año alcanzó semifinales en Brisbane y en Montpellier, tercer evento de 2019, fue campeón para sorpresa de propios y ajenos. Luego, la falta de buenos resultados. Entre Rotterdam y el US Open, el francés solo accedió a una semifinal ATP en Marrakech, único resultado positivo en seis meses de competencia.
En medio de esos torneos tuvo buenas actuaciones pero que no alcanzaban para avanzar a las instancias finales. Sabido es que su mejor superficie son las pistas duras bajo techo por lo que la gira pos US Open es donde mejores resultados ha obtenido a lo largo de su carrera. Para tomar confianza e intentar subir posiciones en el ranking que le permitieran ingresar directamente a cuadros principales ATP, se inscribió en el Challenger de Cassis, certamen que ganó sin ceder sets con mucha autoridad y ante rivales fuera del Top100. Su siguiente compromiso era el ATP250 Metz, también en Francia, donde ostentaba tres títulos en cuatro finales disputadas, doce meses después de su regreso a la competición oficial.
Teñido el pelo de rubio ceniza y con la confianza en alza por lo que significa ser campeón días atrás, el 'veterano' de 34 años no arrasó como la semana pasada en Cassis pero sí se sobrepuso a situaciones adversas. En tres de sus cinco partidos camino al título perdió el primer set, incluida la final ante Aljaz Bedene. Acostumbrado a ganar torneos en su país (10), aprovechó la energía del público y se hizo fuerte en los momentos difíciles para levantar su decimoctavo trofeo ATP en su carrera en treinta finales disputadas, lo que lo convierte en el segundo jugador francés de la Era Abierta con más títulos y definiciones ATP, solo detrás de Yannick Noah (23-13).


Tsonga (39°) no se detiene y viajará cuatro horas de Metz a Orleans para disputar un Challenger en el que partirá como máximo favorito ya que optó por no inscribirse en la gira asiática, por lo que su próximo certamen ATP será en Amberes (Bélgica) a mediados de octubre. Diez partidos consecutivos ganados acumula "Jo" entre Cassis y Metz, cifra que buscará extender en Orleans, octava ciudad francesa que visitará en 2019 para disputar un torneo profesional, lista a la que se agregará París ya sea desde la clasificación o gracias a una invitación de último momento. Orleans, en el centro norte de Francia, será su tercer Challenger de la temporada tras caer en cuartos de final en Bordeaux en mayo y ser campeón en Cassis ocho días atrás.



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"En esta fase de mi carrera (padre y marido) es muy difícil volver de una lesión, mantener la motivación es complejo. Necesitas estar al 100% para poder competir y eso exige mucho sacrificio. Estoy listo para ello y muy feliz de haber vuelto. Cuando regresé en septiembre pasado me dije que me daría mucho tiempo para jugar buen tenis pero me sorprendió lo rápido que llegó ese momento. Considero que puedo volver a mi mejor nivel y que estoy transitando el camino correcto", decía el nacido en Le Mans durante Montreal 2019, torneo que ganó en 2014 tras derrotar a cuatro Top10, en la final a Roger Federer, su título más relevante. Hoy esas palabras toman relevancia al ver a Jo-Wilfried retomar la senda de la victoria.

Daniel Vitale Pizarro