13 octubre 2014

No está muerto quien aún pelea


La cima no está tan lejos...

Roger Federer sigue desafiando al tiempo y a sus detractores. A esta altura del año nadie dirá que está más para el retiro que para seguir dando batalla, como se animaron a decir muchos durante el 2013 y principios del 2014. El suizo se reinventa una y otra vez, como si los años no pasaran. Un talento sin precedentes, un físico privilegiado y un amor por el deporte que va más allá del de un deportista de elite (sino miren como festeja su título 81, ¡admirable!). 33 años y casi sin récords por quebrar, este ser humano (aunque no parezca) competirá una vez más por recuperar el N°1 del mundo, puesto que mantuvo 302 semanas (récord absoluto).

Las comparaciones de Roger con los mejores de la historia se escuchan y leen a diario. Mientras siga jugando, se lo va a comparar, y mientras siga ganando, más aun. Muchos creen que es "el mejor de la historia", otros "uno de los mejores", varios afirman que sin Nadal hubiera ganado más de 20 Grand Slams y llegado a la cifra de Connors en cantidad de títulos ATP (109). Pero nada de esto sucedió y no sucederá. Los grandes triunfan en todas las épocas, sin importar quien esté junto a ellos. Más meritorio aun ganar todo lo que ganó con monstruos del deporte como Nadal y Djokovic.
Drive a la carrera con un balance sin igual
Hilando fino y queriéndole encontrar el pelo al huevo o la quinta pata al gato, Roger Federer, a pesar de compartir Era con Djokovic, Nadal y Murray, debería haber ganado varios títulos más. Por citar solo algunos ejemplos: final de Roma 2006 ante Nadal; dos semifinales de US Open ante Djokovic, ambas con match point; semifinal de Australian Open 2005 ante Safin con match point incluido; dos sets a cero ante Nalbandian en la final del Masters 2005 (5/4 30-0 en el quinto set) y podríamos seguir enumerando partidos importantes que los tenía ganados. Es verdad que el rival juega y no solo depende del suizo, pero las oportunidades las tuvo y las generó él y muchas fueron las chances que dejó escapar siendo él el favorito en los muchos encuentros clave.

Federer es el tenista más completo de la historia, eso casi nadie lo discute. ¿El mejor? Quizás. ¿Nadal le impidió serlo? Es una posibilidad. Roger tuvo muchos partidos ante "Rafa" (su talón de aquiles) con chances claras de derrotarlo y no sucedió, se le escapó de las manos una y otra vez. Está claro que el deporte no es una ciencia exacta e influyen miles de factores que impiden la ansiada victoria, no solo tenísticos. Superficie, pelotas, clima, estado físico, fuerza mental, problemas personales, familiares, presiones por los contratos, etc., etc. Además no existe el empate, lo que implica ganar o despedirse del certamen.

Las "entradas", lo único que denota la edad en Federer.

Esta semana Federer no era el candidato a llevarse el octavo Masters1000 (Shanghai). Djokovic acumulaba un invicto en el país asiático de 28 partidos consecutivos con cinco títulos en el ATP500 de Beijing, dos en el Masters1000 de Shanghai y un Masters en Shanghai 2008. Además Novak, número uno del mundo desde Wimbledon, venía de disputar la mejor final de su carrera ante Berdych 6/0 6/2 con match point en el 6/0 5/0, lo que hubiera sido la primera final con ese score. Contra todo eso se enfrentaba Roger Federer en la semifinal china.

71% de primeros saques, lanzado al ataque y con voleas para todos los gustos, firmó un 6/4 6/4 sin chances para "Nole" que nunca le encontró la vuelta al partido. El serbio dijo sobre "RF": "Es de seguro uno de los mejores partidos que (Federer) ha disputado ante mí, eso es seguro. Está jugando mejor que nunca". La final era ante Gilles Simon, peligroso contragolpeador que ya había disputado una final de Masters1000 en Madrid 2008, un año antes de que Shanghai lo reemplazara en el calendario. El francés tuvo sets points en ambos sets pero el que se llevó los parciales en sendos tiebreak no fue él, sino su rival. Y pensar que en segunda ronda Federer levantó cinco match points contra Leonardo Mayer y la red no quiso que el argentino pasara a octavos de final. El destino...
Leonardo Mayer, el campeón moral (?)

Campeón en Shanghai por primera vez, el helvético hizo hincapié en su estado físico: "La preocupación más grande era estar sano este año. El duro trabajo del año pasado está dando sus frutos. Además, me siento bien. No estoy medio destruido como fue el año pasado. Me estoy divirtiendo en la cancha de tenis. Estoy jugando de la manera en que esperaba poder volver a jugar. Todo está en su lugar. Estoy jugando muy sólido. Es una temporada muy consistente".

"No he tenido un calambre desde 1999. Esa fue mi única vez, en una Copa Davis, cuando sentía pánico. Era joven. Nunca perdí por el estado físico, especialmente al final de mi carrera donde he trabajado duro. Yo hice eso. He sido muy afortunado e inteligente al entender cómo tengo que trabajar y cuándo tengo que trabajar. Así que estoy muy contento de haber estado libre de lesiones durante tanto tiempo. Espero poder mantenerme unos buenos años en el circuito". Un ejemplo de pies a cabeza, dentro y fuera de la cancha. Roger Federer en estado puro.

Silencio, "Su Majestad" al micrófono.

Roger Federer aumenta sus números como si fuera algo normal de un tenista convencional. Presten atención: 81 títulos en 122 finales (4-5 en 2014) y 39 definiciones de Masters1000 (23-16). 984 partidos ATP ganados, 309 en M1000 y 61 en el año. Es líder esta temporada en encuentros ganados y finales alcanzadas, con el plus de haber recuperado el número dos del mundo tras mas de 18 meses. Todo esto con 33 años, trece años después de su primer título ATP en Milán (Italia). ¿Nada mal no?

Gilles Simon, a otra escala, hace su trabajo. Alcanzó al menos una final ATP en años consecutivos desde 2006. El exnúmero seis del mundo perdió por segunda vez una final de Masters1000 y este rendimiento lo postula para integrar el competitivo equipo francés que disputará la final de Copa Davis ante Suiza. A sus 29 años, "Gilou" llegó a 16 finales ATP (11-5), la primera en 2014 y ocupará el puesto 18° en el ranking ATP, once puestos más.

Daniel Vitale Pizarro

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