23 abril 2018

Más allá de las épocas

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Jean Robert Borotra (1898-1994) fue junto a René Lacoste, Jacques Brugnon y Henri Cochet, uno de los cuatro mosqueteros franceses que dominaron el deporte blanco en la década del veinte y parte del treinta. Campeón de cinco Grand Slams (Roland Garros 1924 y 1931, Wimbledon 1924 y 1926 y el Australian Open 1928), ostentaba un récord que se creía imposible de igualar, sea la época que sea. Borotra había sido campeón entre 1926 y 1949 once veces del 'British Covered Court Championships', torneo disputado durante la Era Amateur del tenis, en Londres sobre superficie de madera y bajo techo.

La hazaña de Jean Borotra en soledad duró 69 años. Rafael Nadal iba a igualar esa estrepitosa marca en Monte Carlo 2018. En muchos menos años que el francés desde su primera conquista hasta la última, el español se coronó campeón en el Principado por vez número once en catorce años, contra los once títulos del mosquetero en veintitrés años (entre 1939-1946 no se disputó el torneo por la II Guerra Mundial). Nunca nadie en la Era Abierta ganó nueve veces un mismo certamen y solo Borotra lo hizo en la Era Amateur. A sabiendas de estos datos, Nadal ganó el Masters1000 disputado en Mónaco once veces...


76 títulos ATP, 31 de ellos de Masters1000, 11 en Monte Carlo. El mallorquín sabe lo difícil que será romper esa marca solo compartida con Borotra y que podría igualar Federer (37 años en agosto) si ganase dos años más Halle o tres años más Wimbledon o Basilea: “Sé que estas cosas no sucederán por siempre, así que mi intención es seguir jugando con la misma pasión tanto tiempo como pueda. Ver esas imágenes con mis victorias del pasado ha sido muy emocionante, ¡qué viejo soy! (risas) Es increíble pensar en la idea de poner un nuevo título de Monte Carlo en mis vitrinas, el número once. Es realmente algo muy especial”.

En esta edición del Masters1000 Monte Carlo, "Rafa" tuvo que eliminar a Bedene, Khachanov, Dimitrov (5°), Thiem (7°) y Nishikori, a todos en sets corridos. Apenas perdió 21 sets en sus cinco encuentros, la segunda marca más bajas de juegos cedidos, luego de la versión 2010 de Mónaco en la que perdió apenas 14. Números extraterrestres, difíciles de siquiera imaginar. Y más aun luego de la lesión que arrastró el actual N°1 del mundo desde octubre 2017 y sobre todo durante este 2018, que apenas le permitió disputar dos certámenes (retiro en CF del Australian Open) y la reciente eliminatoria de Copa Davis ante Alemania.

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Fruto del trabajo diario, de un físico único y de una mente privilegiada, Nadal toma con naturalidad las epopeyas en su carrera como profesional: "Uno para soñar con cosas, tiene que verlas posibles. Yo he ido haciendo mi día a día sin pensar en ello. Ganar 11 Monte Carlo, 10 Barcelona, 10 Roland Garros o 7 Roma… Cualquier joven normal con 14-15 años no puede imaginar o soñar con esto. Cuando tienes esa edad sueñas con llegar a competir en esos torneos. Día tras día, con el trabajo, la ilusión y la suerte que a veces uno necesita, se ha llegado a lo que se ha llegado. Intento disfrutar y valorar al máximo todo lo que me ocurre".
La caída antes de cuartos de final de Miami de Roger Federer le permitió a Nadal, sin jugar, volver a la cima del ranking mundial. Obligado a igualar o mejorar lo conseguido el año pasado durante la gira de arcilla europea para no perder esa posición de privilegio (4680 puntos), Rafael ya acumula 171 semanas como N°1 del mundo (6° en Era Abierta), siete días más que John McEnroe (170). Curiosamente el estadounidense ganó un título ATP más que el balear a día de hoy (77). Todas las semanas de la gira sobre tierra batida estará bajo presión por el ranking o caerá a las segunda posición.

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Preguntado sobre si es o no el mejor tenista que existió sobre arcilla, el diez veces campeón de Roland Garros es realista en cuanto a sus números, pero no cree que deba ser él quién se juzgue, mucho menos aun estando en actividad: "No soy yo el que tenga que decir si soy o no el mejor jugador sobre arcilla. Con toda la humildad lo que puedo decir es que los números son los que son. Puedo intentar evitar estas respuestas como lo he hecho durante toda mi vida, pero tengo unos números que son los que son. Es difícil comparar épocas, pero en cuanto a títulos sí, soy el que más títulos importantes ha ganado en esta superficie. No me gusta hablar de esto, no me toca a mí".

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El finalista de turno fue Kei Nishikori (36°). El japonés volvió al tenis en el circuito Challenger 2018, luego de una lesión en su muñeca derecha que lo obligó a pasar por el quirófano en agosto 2017. Campeón en Dallas, segundo challenger disputado, compitió en tres torneos ATP antes de aterrizar en las costas del sur de Francia. Sin ser preclasificado, luchó contra sus rivales y su muñeca antes de alcanzar la final con resonantes victorias ante Berdych en R1, Cilic (3°) en CF y Zverev (4°) en SF. Fue su cuarta final de Masters1000 en cuatro torneos diferentes, sin poder ser campeón de la categoría. En total, Kei disputó 23 finales ATP siendo campeón en 11 de ellas. "Mi reto es volver al Top10, pero no creo que lo consiga aún este año".

Daniel Vitale Pizarro

16 abril 2018

Calvario con final feliz


"Me empezó a molestar el codo a finales de 2012, principios de 2013. Seguí jugando gracias a los antinflamatorios, muchas veces infiltrado. En Gstaad noté un pinchazo muy fuerte y apenas podía sacar. Recuerdo que terminé ese set y me retiré. El 2015 estaba siendo bueno, fui finalista en Barcelona y obtuve mi mejor ranking (32°). Terminé la temporada jugando infiltrado, pero no me encontraba bien, por lo que optamos por un tratamiento conservador para evitar el quirófano. Viajé a Australia en enero de 2016 pero el codo me seguía molestando. En febrero decidí operarme y me operaron en marzo. Pasaron seis meses y volví en el Challenger de Sevilla, sin estar al 100%”.
Pablo Andujar cuenta en "Revista Elite Sport" el calvario vivido durante más de dos años por culpa de sus lesiones. En el mejor momento de su carrera, el codo derecho le jugó una (muy) mala pasada. Defensor del título en Gstaad 2015, tuvo que retirarse por fuertes dolores en su codo derecho. Comenzaba la pesadilla. Disputó seis torneos en 2016 con una sola victoria y decidió operarse. Aparentemente recuperado de la lesión, volvió al circuito en septiembre de 2016 pero nada había cambiado. El dolor seguía ahí. A los 30 años, otra vez al hospital.
“Hacía todo lo que los doctores y fisios me decían, pero no tenía sentido porque meses después de la operación y cumpliendo los plazos y procesos de recuperación establecidos, los dolores aumentaban. Contemplamos entonces la posibilidad de una segunda operación, que se produjo en noviembre. En la primera intervención se puso un clavo y un hilo para adherir el tendón al hueso, y en la segunda, además de quitar mucha fibrosis (cicatrización del tejido secundaria a una operación) del hueso, se optó por retirar ese hilo para evitar esa tensión que generaba en el tendón y dejar que por sí mismo se fuera haciendo fuerte para su adhesión al hueso”.
Pero las buenas noticias no llegaban. Cumplido el debido proceso de rehabilitación, el dolor era peor que antes y por tercera vez en dos años, Andujar volvía al quirófano con más incertidumbres que certezas: "En la tercera operación se vio que el nervio estaba muy inflamado. Se hizo una transposición del nervio e hice una rehabilitación algo diferente. No fue radicalmente distinto, pero creo que fue un acierto del médico. Con esa rehabilitación, el trabajo de mis fisioterapeutas, de mis preparadores físicos, el readaptador y toda la gente de mi alrededor, dieron en el clavo, y con tesón y fuerza lo sacamos adelante".
Al español, campeón de tres títulos ATP, se le estaba terminando la paciencia. Pero jamás se rindió. Inspirado en los regresos al circuito de Federer y Nadal pero principalmente en Juan Martín Del Potro luego de la larga y tediosa recuperación y vuelta a los primeros planos, Pablo volvió a entrenar sin dolores en diciembre de 2017 luego de dos años y medio de no poder sacar. "¡A mí cuando me molestaba era en el saque! Podía jugar a alta intensidad sin problemas, pero no podía sacar. Jugar sin dolor era mi objetivo y es hoy lo que me hace feliz", le contaba un sonriente Pablo Andujar a "El confidencial" en medio de la pretemporada para 2018, a días de cumplir 32 años de edad.
Padre primerizo, el conquense empezaba 2018 con apenas 1 punto ATP en el ranking, producto de una victoria en un Future en octubre de 2017. Si, llegó a disputar dos Futures en los cuales perdió en primera y en segunda ronda. 1824° ATP en el escalafón mundial, disputó el ATP500 Rio de Janeiro gracias al ranking protegido, ganó un partido y se retiró ante Dominic Thiem, una vez más por una lesión pero que, por suerte para él, no tenía nada que ver con el maltrecho codo derecho. El hombro no le permitió seguir en competencia. Por suerte, un dolor pasajero.


Top600 ATP gracias a su victoria en primera ronda de Rio de Janeiro, Andujar fue campeón en el Challenger de Alicante y una semana después, campeón del ATP250 de Marrakech. Diez partidos consecutivos sin conocer la derrota para ubicarse 154° ATP, 1670 puestos menos que dos meses atrás, algo totalmente impensado. En Marruecos obtuvo tres de sus cuatro títulos ATP (2011, 2012 y 2018), el restante lo consiguió en Gstaad 2014. En total acumula ocho finales ATP, todas sobre arcilla entre 2010 y 2018. “Es la recompensa al trabajo en la sombra. Ya nadie se acordaba de mí, pero yo seguía creyendo. Al final la constancia hizo que pueda olvidar lo peor", Andujar dixit.

Daniel Vitale Pizarro

09 abril 2018

Rivales no enemigos

El regreso a la Zona Americana de la Copa Davis luego de dieciséis años ininterrumpidos en el Grupo Mundial fue toda una novedad para Argentina. Y peor fue la forma del descenso, luego de ser campeones de la competición el año anterior. Cabeza de serie por ranking, Argentina salió adelantada y salteó la primera fase. Por un lugar en el repechaje para volver al grupo mundial en septiembre, el rival era Chile. Dieciocho años después de la serie más nefasta de la historia argentina, la de los sillazos y heridos, se volvían a enfrentar y el escenario elegido fue el Estadio "Aldo Cantoni" de la provincia argentina de San Juan.
El nuevo (polémico) formato del torneo tiene tantas voces en contras como a favor. Lo cierto es que permite convocar a cinco jugadores, los partidos son al mejor de tres sets y se disputa en dos días (viernes y sábado): viernes dos singles, sábado el dobles y, de ser necesarios, los dos singles restantes. El capitán argentino Daniel Orsanic convocó a Diego Schwartzman, Guido Pella, Máximo González y los debutantes Nicolás Kicker y Guillermo Durán. Chile, capitaneado por Nicolás Massú (doble oro olímpico), eligió a Nicolas Jarry, Christian Garín, Hans Podlipnik, Gonzalo Lama y Marcelo Barrios.
El viernes se dio la lógica por ranking y por presente de los tenistas líderes de ambos países. Jarry (64°) doblegó a Kicker (87°) y Schwartzman (15°) venció a Garín (217°), ambos en tres sets y 6/2 en el parcial decisivo. El dobles era el punto más incierto. Sin Julio Peralta (31°) por el lado chileno y sin Horacio Zeballos (28°) por el lado argentino, los dos mejores exponentes de la especialidad de cada país, la dupla integrada por Jarry/Podlipnik derrotó a Pella/González 6/7 7/5 6/3. La serie se inclinaba en favor de los visitantes y todo recaía en los singles a disputarse a continuación del dobles, partidos separados solo por treinta minutos.

Massú confió una vez más en la revelación de la gira sudamericana de arcilla, Nicolás Jarry Fillol. El cansancio de Jarry y el gran presente del "peque" no alcanzaron para Chile. Diego venció a Nicolás y la serie quedaba en manos de Guido Pella, único integrante del equipo campeón de la Davis en la final de 2016. El bahiense soportó la presión y se llevó la victoria 6/3 7/6 ante Garín, exnúmero uno ITF junior, que había dejado una buena impresión el viernes. Argentina se ganaba el derecho a disputar en septiembre el repechaje para volver al Grupo Mundial 2019 ante un rival que se sabrá el martes, día del sorteo en Londres, en la sede de la ITF.
Sin Del Potro, Mayer, Zeballos y Delbonis, integrantes en teoría titulares del equipo argentino, Argentina pasó de fase, sin antes sufrir durante todo el fin de semana en San Juan. La provincia del noroeste argentino albergó una serie de Copa Davis por primera vez en su historia. El 'Aldo Cantoni' (estadio techado donde hace de local UPCN, el campeón de la Liga Argentina de Voleibol) sirvió para que casi cinco mil espectadores disfrutaran de tenis de alto nivel, un público sanjuanino acostumbrado a otros deportes menos populares pero con gran arraigo allí como el hockey sobre patines o el ciclismo.
Como casi todo en Argentina es disparador para generar polémica, la elección de San Juan como sede para enfrentar a Chile en Copa Davis, provincia muy cercana al país andino, con 600 metros de altura y sin Del Potro, también fue punto de críticas por parte de propios y ajenos al deporte de la raqueta. Pero Daniel Orsanic se encargó de apaciguar las aguas y tuvo palabras de aprobación para con la provincia cuyana, en un estadio preparado para la ocasión: "Estuvo bien organizada. Todo estuvo bien. Hubo mucha predisposición desde el cocinero hasta quién arreglaba la cancha. Haber traído la Copa Davis a San Juan fue un desafío y lo han aprobado".

Daniel Vitale Pizarro

02 abril 2018

El renacido

La primera final de Masters1000 que disputó John Isner fue en Estados Unidos, Indian Wells 2012. Roger Federer (3°) fue mucho para el norteamericano que había derrotado en semifinales a Novak Djokovic, número uno del mundo, la mejor victoria de su carrera hasta entonces. Nueve del mundo esa temporada, su mejor ranking a la fecha, Isner repitió final de M1000 también en USA, en Cincinnati, su mejor torneo en cuanto a resultados, frenado por Rafael Nadal, número tres del momento. En ese certamen John derrotó a Gasquet (11°), Raonic (10°), Djokovic (1°) y Del Potro (7°) antes de caer ante Nadal (3°).

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Su tercera final en la categoría que precede en importancia a los Grand Slams fue en París 2016. En el último torneo regular de la temporada, el gigante nacido en Greensboro perdió el título ante Andy Murray (2°) tras haber derrotado en semifinales a Marin Cilic (10°). Grandes resultados y buenas victorias contra el Top10 no le bastaban al campeón Universitario 2007 para lograr su primer Masters1000. Victorias ante el Big4 pero no en las finales. La mente lo traicionaba en los momentos importantes. Su saque no respondía igual, su derecha no lastimaba igual.

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Pero iba a tener una nueva oportunidad de saldar esa cuenta pendiente. En Miami, en el último año del Crandon Park como sede del histórico "Quinto Grand Slam", la cuarta iba a ser la vencida. Cilic (3°) en octavos de final y Del Potro (6°) en semifinales, los Top10 que dejó en el camino hacia la final. El rival de turno era Alexander Zverev (5°). El alemán de 20 años es llamado a ser el futuro, no tan lejano, N°1 del circuito. Campeón de Roma y Montreal en 2017 en plena hegemonía del Big4, "Sascha" ya no promete, es una realidad y el tiempo solo dirá en qué lugar de la historia quedará. Si no era ya complicado el desafío, el frente a frente era 3-0 en favor del teutón

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Isner perdió el tiebreak del primer set (4-3 y servicio en el TB) pero nada impidió que su mente se dispersara. Como si lo hubiera planeado, quebró en ambos parciales en el 4-4 para llevarse el título 6/7 6/4 6/4, sin antes sufrir en su juego de servicio 5-4 del segundo set levantando dos sets points, uno siendo el mejor punto del partido. La fortaleza mental, lo que escasea en el circuito profesional, hizo, hace y hará la diferencia, más aun en un deporte individual que no permite la ayuda de tu cuerpo técnico durante los partidos. ¿Qué tan importante es la mente en un partido de tenis? Jugadores y entrenadores profesionales coinciden en que al menos es un 70%, al menos...


Y el hombre maratón lo deja bien claro en sus declaraciones postítulo en Miami, el más importante de su carrera: “La clave para ganar no fue nada referente con la técnica ni era estar más tiempo en el gimnasio, fue todo mental. En la primera cena que tuve en el torneo con mi entrenador, hablamos sobre todos los factores que me estaban frenando y solo eran cosas mentales. Estaba perdiendo partidos cerrados por estar demasiado tenso y dubitativo. Después de aquel diálogo noté cómo entraba más suelto a cada partido, sabiendo que podía obtener grandes resultados si conseguía competir más liberado mentalmente”.
Al igual que Del Potro en Indian Wells, Isner logró su primer Masters1000 en su cuarta final y tras perder las tres primeras finales ante miembros del Big4, lo que marca lo difícil de ganar este tipo de certámenes en esta época monopolizada por apenas cuatro jugadores que lo ganaron todo y más. A un mes de cumplir 33 años, se convirtió en el jugador de más edad en debutar como ganador de M1000 y el más alto de la historia en ganar un título de esta categoría con apenas 208cm de altura. Ah, casi me olvidaba, en 2018 acumulaba dos victorias en sus seis torneos previos antes de aterrizar en Miami...
John Isner es un jugador en Estados Unidos y otro diferente fuera de su país. Su carrera se basa en los torneos norteamericanos. Ostenta 21 finales ATP en USA sobre 25 disputadas (11-10). Las excepciones: dos títulos en Auckland y finales en Belgrado y París. Incluso disputó las tres finales de los M1000 que se disputan en USA y del único ATP500 que se juega en el país. Es más, de los once torneos ATP que se disputan actualmente, solo en dos no fue finalista: US Open (CF) y Delray Beach (SF). Alcanzó al menos la final en Memphis (actual Nueva York), Indian Wells, Miami, Houston, Newport, Atlanta, Washington, Cincinnati y Winston Salem. Profeta en su tierra.

Daniel Vitale Pizarro