22 junio 2014

Verde que te quiero verde


Besa el césped del torneo que lo vio coronarse dos veces, la mitad de sus títulos ATP

"Siempre hay algo que duele (sonríe). Tengo 32 años, no hay semana que no duela algo". Alegría y sentido del humor. Feliciano López se dio un gusto más y condecora su extensa y brillante carrera como tenista profesional. Eastbourne vio campeón al nacido en Toledo por segundo año consecutivo, cuarto título en su palmares en once finales disputadas, más las cuatro Copa Davis obtenidas siendo parte del equipo, números que pocos pueden conseguir. En su temporada número dieciocho como profesional, se ubica en el Top25 en el ranking mundial a mitad de temporada y expresa un tenis clásico, ortodoxo, distinto a la media del circuito actual. Saques potentes, slice bajos y buenas voleas son sus principales armas que en césped funcionan aun hoy a la perfección.

El revés con top, el tiro que más mejoró en su carrera

El momento de Feliciano en hierba sorprende por su edad pero no por su nivel ni por su historia en la superficie. A esos 32 años le agregó dos finales en semanas consecutivas (incluyendo dos partidos disputados el viernes, con todo lo que eso implica para su físico). Perdió ante Dimitrov en Queen's (tuvo match point) y fue campeón en Eastbourne al derrotar a Gasquet. El año pasado ya había dado que hablar en Eastbourne al ganar el torneo frente a Simon en la final. Pero López no aprendió a jugar en pasto el año pasado. En Wimbledon acumula tres cuartos de final. Además suma victorias resonantes ante Top10 como Roddick, Safin, Berdych y Nadal en la superficie verde, donde mejor se acomoda su tipo de juego, aun hoy a pesar de que el circuito es cada vez más homogéneo en cuanto a la velocidad en los diferentes tipos de suelos.

Diez años después de su primer título como profesional en Viena, se coronó en Eastbourne. Diez años en los que le pasó de todo como tenista. Desde 2002, acumula 50 Grand Slams consecutivos (incluyendo Wimbledon 2014), cuarto en la historia solo superado por Edberg, Ferreira y Federer. En esas participaciones, que no solo se necesita estar sano físicamente sino mantenerse entre los mejores del mundo durante más de una década, alcanzó nueve veces la segunda semana, al menos una vez en cada "Grande" con tres cuartos de final en Wimbledon, su mejor resultado en este tipo de certámenes. Batallas en Copa Davis, en singles y dobles, más las victorias en el circuito, forjaron a un jugador todo terreno con finales en todas las superficies posibles (arcilla, cemento, indoor, césped y la extinguida "moqueta").
Match point ganado (Eastbourne) y match point perdido (Queens)

Ex 15° del mundo en 2012, no baja del Top50 desde julio del 2007 y es Top100 desde julio del 2002. Una regularidad con pocos antecedentes que lo encuentra hoy, camino a los 33 años, dentro del Top25 y con un presente que es la envidia de muchos, en una etapa del circuito donde los mayores de 30 están dando que hablar, siendo los principales protagonistas. Poco descanso y lesiones en aumento, chocan contra la longevidad de un circuito que eleva cada vez más la edad promedio del Top100. Un debate mucho más amplio de lo que parece, con distintas opiniones y argumentos sobre el fenómeno de los "viejos" no tan viejos en la ATP.

Richard Gasquet, campeón de este certamen en 2005-06 cuando se disputaba en Notthingham (ciudad a la que volverá en 2015), llegaba al certamen tras recuperarse de una lesión de espalda que le impidió jugar toda la gira sobre arcilla y que recién lo dejó volver en Roland Garros. Sin derrotas en cinco enfrentamientos ante su rival en la final, López se vengó de Gasquet y lo venció por primera vez 6/3 6/7 7/5. Para el francés fue su segunda final del año luego de perder ante su compatriota Monfils en Marsella a principio de temporada y se mantuvo en el puesto 14° ATP, el doble que su mejor ubicación histórica en 2007. El galo aumentó su récord negativo en finales (10-12).

Todo lo que hace con su revés es exquisito

Clásico dentro de una cancha de tenis, paradójicamente no lo es fuera de ella. Durante sus vacaciones o tiempos libres, el español aprovecha para hacer todo lo que le gusta, desde simples viajes y rutinas cotidianas a excentricidades y publicidades que lo distinguen entre los tenistas de su generación. Y no pasa desapercibido. Distintos cortes de pelo (recogido, suelto, largo, corto, rapado o con vincha) y repentinos cambios de 'looks' caracterizan a uno de los jugadores más buscados por las marcas para sus publicidades, ayudado por su portentoso metro ochenta y ocho de altura, ojos celestes y un físico tallado a mano. Sus ídolos son Patrick Rafter (dentro de la cancha) y Radek Stepanek (fuera de ella), una elección muy particular...
Feliciano Lopez Diaz-Guerra nació en Toledo, España, el 20 de septiembre de 1981. Su comienzo en el deporte blanco fue a los cinco años con su padre, profesor de tenis. También hacía natación y dicen que de chico tenía más condiciones para el nado que para empuñar la raqueta. Por cuestiones de compatibilidad horaria, "Feli" tuvo que elegir un deporte y optó por el tenis porque le gustaba más. Creció y los logros comenzaron a llegar. Campeón de Melilla (ciudad en la que vivía) en la categoría alevín (menores de 12 años), años después, en la misma categoría, logró tres campeonatos internacionales. Ya se perfilaba como profesional. Domiciliado en Madrid, ganó el campeonato de España para menores de 14 años y un año después, decidió dejar la capital española para dedicarse de lleno al tenis en Barcelona, entrenado por Juan Avendaño.


Una de sus tantas campañas publicitarias, esta vez con su novia.

Campeón de España de la categoría cadetes, con 15 años incursionó en sus primeros torneos como profesional y sacó sus primeros puntos ATP, hasta que dos lesiones (fracturas en su muñeca derecha y luego en la izquierda) le impidieron seguir escalando posiciones. Recuperado, abandonó el "Centro de Alto Rendimiento en Barcelona" por cuestiones de edad y en dos años consiguió meterse en el Top100 (2002), posición de privilegio que nunca más abandonó en más de doce años, uno de los pocos en la historia con tanta regularidad. Hoy, a días de una nueva participación en Wimbledon, las esperanzas de superarse, a pesar de la edad, están intactas, más aun en una superficie que lo recibe con los brazos abiertos y que tanto conoce. Si su físico resiste el achaque, Feliciano, por todo lo dicho, será un rival para tener en cuenta.

Daniel Vitale Pizarro

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