20 agosto 2012

Setenta y seis veces puedo


La magia sigue intacta

Para los que no les gusta el tenis o solo miran el resultado de los partidos, este 2012 les debe parecer "aburrido" cada vez que prenden la TV y ven a Roger Federer levantar un trofeo. "Otra vez ganó Federer, que monótono que es el tenis", o "Juega con Federer, listo, pierde", son algunas de las frases que se escuchan decir por el resto de los mortales, no aficionados al deporte blanco. Pero lo que está haciendo en esta temporada el suizo, a sus 31 años, se asemeja a sus mejores "jóvenes" años como profesional. Seis títulos, tres de ellos Masters 1000, un Grand Slam, dos ATP 500 y dos finales perdidas, más la recuperación del número uno del mundo, enmarcan una temporada para el recuerdo y... ¡recién estamos en agosto! Para encontrar seis títulos ATP en su haber, hay que remontarse al 2007, en esa temporada conquistó ocho, con otras cuatro finales perdidas.

Lo logrado por Roger Federer en Cincinnati dejó bien claro como se siente él física y mentalmente. Derrotó a Novak Djokovic 6/0 7/6 con una autoridad sublime. Impuso su juego durante todo el partido, llevó de "acá para allá" al serbio con su drive invertido y sus idas a la red, que pocas veces pudo ser sobrepasado. El slice funcionó a la perfección, manejó los tiempos del encuentro a su gusto. Pero la clave estuvo en su servicio, como durante todo el torneo. No ofreció siquiera una chance de quiebre en todo el partido. Varió la velocidad y ubicación de los saques, ante un Djokovic que nunca se sintió cómodo dentro del court principal. Notable. Cuando parecía que el partido se emparejaba, sacaba una media bolea maravillosa, un drive invertido fatal o un passing shot que dejaba parado al serbio en la red. Siempre salió airoso de cualquier situación de complejidad. Fue sin dudas, una de sus mejores presentaciones en finales, por lo menos de los últimos años.
Djokovic: "Federer es como los buenos vinos, con los años es más bueno"

Para dimensionar el nivel demostrado hoy por "Su Majestad", hay que analizar como llegaban a la definición, ambos sin ceder su saque. "RF" le quebró tres veces el servicio en el primer set para terminar con esa estadística. Su tenis avasallante y exigente se sumó a un "Nole" impreciso e inseguro que cometió algunas doble faltas claves, producto de la presión constante del suizo. En el segundo set el partido se niveló, por aciertos del exnúmero uno y errores del actual, hasta llegar al tie break. Djokovic tuvo un set point que no pudo concretar y Roger se encargó de sellar la victoria, luego de su segundo match point. Un drive cruzado le dio el campeonato e hizo estallar la tribuna, como si fuera norteamericano. Eso que solo genera Roger Federer en cada país al que va: Idolatría.

En la época de los jugadores jóvenes, fuertes y altos, y de lo físico por sobre lo técnico, Roger Federer sigue dando batalla con su tenis clásico, exquisito, de alto concepto tenístico y con 31 años. Maravilloso. Cuando acelera derecha y piernas, no tiene rival. Parece que "vuela" dentro de una cancha de tenis, antes y después de impactar, sus pasos de ajuste son determinantes durante los peloteos. Un jugador con un nivel de coordinación sin precedentes. ¿Será por eso las pocas lesiones sufridas a lo largo de su carrera?
Desequilibrante

"Probablemente esta semana ha sido la mejor que he tenido en Cincinnati, sin perder el saque y con un triunfo frente a Novak en la final. Esto fue muy dulce", dijo Federer en conferencia de prensa, y agregó: "A pesar de que ya logré casi todas las metas que me impuse para este año, asegurar una medalla en Londres, ser campeón en Wimbledon y volver a ser el número uno del mundo, era importante para mí seguir adelante y tener la mejor preparación para Nueva York". La victoria del helvético aumentó el saldo negativo de Djokovic en finales de Cincinnati. En los últimos cinco certámenes, perdió cuatro finales. No le permitió, al igual que el año pasado Andy Murray, ser el cuarto tenista desde 1990 en ganar Canadá-Cincinnati en fila, algo que lograron Andre Agassi en 1995, Patrick Rafter en 1998 y Andy Roddick en 2003 (Agassi perdió la final de US Open ese año con Sampras, mientras que Rafter y Roddick triunfaron en Flushing Meadows).

Roger Federer sigue aumentando sus récord y sumando trofeos, todo un coleccionista. Este Masters 1000 fue su número 21 (alcanzó la línea de Nadal), su quinto en Cincinnati, siendo el único en conseguirlo esa cantidad de veces, superando a Lendl que había logrado cuatro veces ser el mejor en suelo americano. Fue el título número 76 ATP, a solo uno de John McEnroe, tercero entre los más ganadores de la historia detrás de Lendl (94) y Jimmy Connors (109), números que parecen inalcanzables, aún para lo gigantesco que es Federer.
Lo hizo una vez más

Suma y suma semanas como número uno, más lejos de las 286 de Pete Sampras. Roger acumula 292 (tendrá 296 aseguradas hasta la serie de Copa Davis, como mínimo) y alargará su reinado, porque con esta victoria se aseguró finalizar el cuarto Major del año en esa posición, sin importar su resultado. Con todos estos logros sobre su espalda, el "expreso suizo" se pone a punto para la cita en Nueva York, el último Grand Slam de la temporada, que lo recibirá como número uno del ranking mundial y que no lo ve campeón desde 2008, año que derrotó a Murray en la final. Tampoco cae antes de semifinales desde 2004, cuando obtuvo su primer Abierto de Estados Unidos. Impecable.

¿Por qué lo llamaron Roger? Robert (padre): "Buscamos un nombre fácilmente pronunciable en inglés y francés. Presentíamos buen futuro". Felicitaciones Robert y Lynnette. Primero por acertar en el futuro de su hijo y segundo por inmortalizar el apellido Federer con un simple ROGER. Varias generaciones llevarán su nombre gracias a ustedes...
Daniel Vitale Pizarro

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