31 enero 2023

Djokovic es inabarcable

Hace un año, Novak Djokovic era deportado de Australia por no estar vacunado contra la Covid-19. La noticia recorrió todos los portales del mundo: el número uno del mundo era expulsado del país que lo vio ganar nueve veces. Los meses pasaban y la restricciones relacionadas con la Pandemia se relajaban en muchos países, no así en Norteamérica, pilar en el calendario de torneos importantes. Djokovic, firme en sus convicciones antivacunas aunque sin ser un militante del caso, compitió en apenas un puñado de eventos durante 2022 en los países sanitariamente más laxos. Sin la posibilidad de mantenerse en la cima del ranking ATP, pudo finalizar el año como el cinco del mundo.

"De repente me convertí en el villano del mundo, lo que obviamente es algo terrible para un deportista. Me vi arrastrado hacia una tormenta en todos los medios del mundo relacionada con cualquier tema que tuviera que ver con el Covid y la vacuna. No fue fácil para mí recomponerme mentalmente y reiniciar de nuevo", declaraba el serbio en una de sus primeras entrevistas en Oceanía, doce meses después del episodio que lo privó de defender el título en su Grand Slam fetiche. La restricciones por la Pandemia se relajaron y el impedimento de ingresar al país por tres años se redujo a uno lo que le permitió, a pesar de no estar vacunado, disputar Adelaida a inicios del calendario y el Australian Open.

Y como si de una película se tratara, los problemas para el balcánico no cesaban. Campeón en Adelaida la semana previa al Abierto de Australia, una lesión en su muslo izquierdo casi lo deja sin competir en Melbourne. Tozudo, el campeón de veintiún grandes no hizo caso a las recomendaciones médicas y saltó a pista. Las evidentes molestias durante casi todo el torneo no le impidieron apabullar a sus rivales. El peor momento físico fue la tercera ronda ante Grigor Dimitrov, momento en el que su entrenador "tuvo miedo" por el posible alcance de la lesión. A partir de aquel partido, los dolores mermaron hasta casi desaparecer el día de la final, único partido que disputó sin el vendaje en su pierna. Lo demás, lo de siempre: Novak Djokovic campeón del Australian Open.


Pero las adversidades no fueron solo físicas. Otro escándalo sobrevoló en su equipo. Una foto de su siempre polémico padre con simpatizantes de Vladimir Putin portando una bandera rusa en las semifinales ante Tommy Paul le impidió a Srdjan Djokovic presenciar la final de su hijo. Los golpes anímicos que parecían haber quedado atrás en la edición pasada, volvían a aparecer. Pero para el hombre con una mentalidad de acero, claudicar no figura en su diccionario. Ni la deportación, ni el maltrato en los medios de comunicación, ni las molestias físicas, ni el impacto mediático del episodio con su padre hicieron mella en su enfoque y concentración para levantar su décimo Australian Open.

Sorprendido una vez más por la capacidad física pero sobre todo por la fortaleza mental, Goran Ivanisevic se deshizo en elogios hacia su pupilo: "Las tres últimas semanas han sido muy duras. Pensé que lo había visto todo en 2021 cuando ganó con una rotura en el abdominal, pero lo de este año ha sido increíble. Que haya sido capaz de jugar mejor cada día es impresionante. Su cerebro funciona diferente. Llevo cuatro años con él, pero me sigue sorprendiendo de cómo piensa. Lo ha dado todo. Ha hecho setenta y siete terapias al día y cada día ha mejorado. No me lo esperaba, la verdad. Honestamente, estaba en shock".

El eufórico festejo del triunfo reflejó todo lo vivido por Novak Djokovic en Australia: "Nunca preparo mis celebraciones, hago lo que sale de mi alma en función de cómo hayan ido las cosas. Este torneo ha sido un cúmulo de circunstancias que se han erigido en tremendos desafíos a nivel mental y físico. Volver a Australia después del 2022, la lesión que sufro desde hace unas semanas, lo ocurrido con mi padre poco antes de la final... Durante un Grand Slam tienes que bloquear todo ese tipo de emociones para no perder la concentración, pero toda esa energía y tensión acumulada salió a flote. Colapsé emocionalmente cuando fui a saludar a mi gente y me di cuenta de todo lo que hacen por mí y con lo que hemos tenido que lidiar en los últimos tiempos".

Djokovic se fue de Australia con un mensaje aleccionador para las nuevas generaciones, sensibles emocionalmente y poco tolerantes a la frustración. Como bien describe Pablo Amalfitano, "por convicciones propias que en este momento no admiten un juicio de valor", Novak se ha ganado el respeto del mundo entero, que lo ninguneó desde que aterrizara en Australia en enero de 2022 en medio de la polémica por su exención para disputar el torneo y que tras una novela de trece días lo humillaron expulsándolo de la isla. Un año después, sin hacer ruido mediático y manteniendo sus principios por sobre todo lo demás y los demás, se llevó de Oceanía el trofeo y el número uno mundial.

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"Este ha sido uno de los torneos más desafiantes que jugué en mi vida considerando las circunstancias de no haber podido jugar el año pasado. Estaba deseando volver a Australia. Es cierto, estaba un poco más nervioso; no sabía cómo iba a ser ni cómo iba a recibirme la gente, pero en general, ha sido una experiencia muy positiva. Probablemente sea la mayor victoria de mi vida. Celebro este tipo de momentos en el que gano un Grand Slam y soy el número uno del mundo mucho más que durante toda mi carrera. Siempre intento llevarme lecciones tanto profesionales como personales sobre mi carácter o sobre mi experiencia por lo que ahora mismo necesito algún tiempo para reflexionar sobre ello”. Un Novak Djokovic reflexivo sobre su pasado, presente y futuro, con hambre de seguir haciendo historia.

Daniel Vitale Pizarro

09 diciembre 2022

Adiós 2022

En una temporada marcada por los retiros de leyendas del deporte de la raqueta como Ashleigh Barty en el Australian OpenJuan Martín Del Potro en el ATP250 Buenos Aires y Serena Williams en Wimbledon, la despedida de Roger Federer en la Laver Cup fue el evento que marcó el 2022. Esas lágrimas incontenibles del suizo, acompañado por sus mayores rivales (emocionados como él), dieron por terminada una época (a.RF) para dar lugar a la siguiente (d.RF). Pero el año y las emociones continuaron. El 2022 tuvo a tres protagonistas principales y a dos actores secundarios que se repartieron la mayoría de las competiciones importantes individuales y por equipos. El inicio de Rafael Nadal fue espectacular. Melbourne, Australian Open, Acapulco y Roland Garros. Uno de los mejores comienzos de año de su carrera auguraban una temporada récord que una vez más se vio interrumpida por molestias físicas. Luego apareció el español de moda. La erupción volcánica de Carlos Alcaraz en la elite fue abrasadora como la lava, arrastrando a todo rival que se le ponía enfrente. Rio de Janeiro, Miami, Barcelona, Madrid y el US Open lo catapultaron al número uno del mundo a sus jovencísimos diecinueve años. El final de año fue de Novak Djokovic. El serbio ganó Roma, Wimbledon, Tel Aviv, Nur-sultán y el Masters. Vetado de muchos países por no estar vacunado contra el Covid, disputó solo once torneos y terminó como número cinco del mundo.


Los actores secundarios fueron varios pero los que más ruido hicieron fueron Casper Ruud y Felix Auger-Aliassime. El noruego sorprendió a propios y extraños a lo largo de la temporada. A pesar de no haber ganado un trofeo importante, sus resultados fueron espectaculares. Tres títulos ATP250 y las finales en Miami, Roland Garros, US Open y el Masters engordan sus estadísticas. Número tres del mundo (número dos en septiembre), el nórdico que hace base en la 'Rafa Nadal Academy' culminó en la Copa de Maestros un año brillante, opacado solo por las finales perdidas ante los tres antes mencionados Alcaraz en dos ocasiones, Nadal y Djokovic.
El otro destacado, Felix Auger-Aliassime, fue el líder de los norteamericanos para ganar la ATP Cup en enero y la Copa Davis en noviembre, primeras en la historia de Canadá. Gracias a él las competiciones por equipos fueron monopolizadas por su país. El canadiense también fue campeón por equipos en la Laver Cup representando al "Resto del Mundo", derrotando a Novak Djokovic el último día de competencia. Felix inició 2022 sin títulos ATP (ocho finales perdidas) y fuera del Top10 (fue 10° una semana en 2021) y finalizó ganando cuatro trofeos ATP y número seis del mundo venciendo en el Masters de Turín a Rafael Nadal.
El emocionante circuito Challenger tuvo la mejor temporada desde su creación en 1978. En las cuarenta y cuatro ediciones anteriores, ningún país había logrado ganar más de veinte títulos en una temporada, récord compartido por Francia (2005) y Argentina (2007, 2016 y 2021). En este 2022 tanto Argentina como Francia superaron sus propias marcas ganando veintitrés trofeos individuales los sudamericanos y veintidós los europeos, líderes indiscutidos actuales e históricos del segundo circuito en importancia del tenis profesional. Parte del gran año argentino ha sido gracias al "Circuito Legión Sudamericana" impulsado por Horacio de la Peña que ya cumple dos años y un éxito sin precedentes en la región.


Los récords están para batirse y aunque algunos sean más difíciles que otros, durante 2022 los españoles líderes del ranking ATP rompieron algunos que parecían imposibles. Carlos Alcaraz quebró la marca de Lleyton Hewitt (20 años) al alcanzar el número uno del mundo siendo el más joven de la historia (19 años) y finalizarlo como tal; y Rafael Nadal no solo rompió la paridad de Grand Slams ganados (22) con Federer (20) y Djokovic (21), sino que superó las 900 semanas consecutivas entre los diez mejores del mundo (901), una regularidad en la elite del tenis nunca antes vista, más aun teniendo en cuenta sus incontables lesiones y los largos períodos de inactividad desde que ingresó al Top10 en 2005.

Daniel Vitale Pizarro

03 noviembre 2022

Toni no se equivocó


"El nacido en Montreal seguirá intentando ganar el trofeo que le quite esa presión de debutar como campeón 
ATP, una carga impuesta por su juventud, proyección, patrocinadores, medios de comunicación y un interminable etcétera que no permiten que el canadiense despliegue su tenis ofensivo y de golpes limpios en los partidos finales, sin temor a equivocaciones producto de los nervios". Esto escribimos sobre Felix Auger Aliassime exactamente dos años atrás. En aquel momento, Felix tenía veinte años, era 21° ATP y había perdido seis finales ATP, números que para cualquiera hubieran sido halagadores pero para la prensa especializada y los fanáticos, eran escasos, incluso algunos lo consideraban un fracaso. Por suerte el propio jugador se encargó de desterrar esas falsas creencias infundadas.
Asiduo visitante de la "Rafa Nadal Academy", en marzo de 2021 Felix decidió contratar 'part time' a Toni Nadal para que lo ayude a crecer mentalmente como tenista y poder enfocarse en las cosas que realmente importan tanto dentro como fuera de una pista de tenis. El cambio de mentalidad no se dio de la noche a la mañana. Como todos los cambios profundos, llevaron su tiempo. Tras algunos meses trabajando juntos, Auger-Alliassime contaba que le aporta el famoso tío Toni: "Es una gran persona, cubre todas las áreas. El me recalca la importancia de la disciplina, el aspecto mental, el aspecto físico y mucho más. No solo se preocupa por el tenis, sino por la vida en general".
A pesar de buenos rendimientos a lo largo de 2021 (finales ATP, semifinal de Grand Slam y el Top10) el canadiense empezó a liberar esa tensión acumulada en las instancias decisivas en la ATP Cup 2022. Junto a Denis Shapovalov, su compañero de generación y amigo, le dieron la primera competición oficial como país a Canadá derrotando en la final a España. No era nada fácil para Felix enfrentar a Roberto Bautista Agut en el partido por el título, reeditando el duelo de la Final de Copa Davis 2019. La victoria fue un desahogo luego de tanta final perdida. En aquel momento algo en su cabeza se desbloqueó.
La confianza lo es prácticamente todo. Tras ganar la ATP Cup y ser cuartofinalista del Australian Open en enero, llegaba en febrero el momento que todo su círculo esperaba. Rotterdam fue la ciudad que lo vio debutar en un cuadro principal ATP en 2018 y Rotterdam era la ciudad que lo vio ser campeón ATP por primera vez en su carrera. El nacido en Montreal rompía el maleficio de las ocho finales previas disputadas y se demostraba a si mismo que estaba mentalmente preparado para competir ante cualquier rival. El trabajo mancomunado junto a Toni Nadal y Frederic Fontang empezaba a dar sus frutos.


Top10 durante gran parte del año, lo mejor todavía estaba por venir. Un tropezón en segunda ronda del US Open no impidió que un mes después viéramos su mejor versión. Florencia, Amberes y Basilea, con triunfo incluido ante Carlos Alcaraz, vigente número uno del mundo, completaron tres semanas consecutivas de ensueño. Trece partidos seguidos, tres títulos ATP y retorno al Top10 (8°) para colocarse séptimo en la 'Carrera a Turín'. Un presente idílico que ni los más aventurados lo hubieran presagiado. El tenis de Auger-Aliassime voló por las pistas cubiertas europeas. Su juego de ataque fluyó, paseándose por las ciudades italianas, belgas y suizas como invitado de honor.


Incrédulo pero sabiendo que no su presente no es producto de la casualidad, Aliassime se mostraba muy contento ante los micrófonos tras ganar su cuarto título ATP: “Ha sido una semana increíble, una vez más en una final, sin que me rompan el servicio en todo el torneo. Ha sido un año largo, una racha larga de victorias, y aún no ha terminado. Espero poder seguir adelante, ahora mismo siento todas las buenas emociones que conlleva ganar un torneo. Es increíble. Venía jugando bien, pero es difícil de esperar. A veces, cuando gano, no muestro demasiado mis emociones, pero en el momento de la victoria todo ha salido, he sentido un gran alivio”.


Disputando su cuarta semana al hilo de torneos en París, las derrotas de Taylor Fritz y Hubert Hurkacz le dieron la clasificación al Masters gracias, en gran parte, al perfecto mes de octubre. A medida que los objetivos se cumplen, se van actualizando y el canadiense parece cambiar su horizonte semana tras semana. Cuando el tío de Rafa aceptó la propuesta de trabajar junto a Auger-Aliassime, además de no aceptar propuestas si no reúnen determinados valores éticos-deportivos, sabía que tarde o temprano el jugador revertiría su imposibilidad de rendir al máximo en situaciones comprometidas. Quizás haya llegado la parte más difícil, la de mantenerse en la elite soportando el favoritismo en cada ciudad que aterrice. Hoy, con la certeza de los logros alcanzados, podemos afirmar que Toni no se equivocó.

Daniel Vitale Pizarro