24 julio 2017

Ayudó a la suerte

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Andrey Rublev era uno más de los derrotados en la última ronda de clasificación del ATP250 de Umag (Croacia). Su rival fue el 174° ATP, Attila Balazs. La suerte estuvo de su lado y gracias a la baja de Borna Coric por una lesión en su cuello, el joven ruso ingresó al cuadro principal del torneo como perdedor afortunado (LL). Y vaya si aprovechó el ingreso directo al certamen. Encadenó cinco triunfos en fila para ser campeón ATP por primera vez en su carrera con una victoria resonante en cuartos de final ante el campeón defensor Fabio Fognini (27°). La estrella #NextGen de 19 años será Top50 desde el lunes, su mejor posición histórica. Y dicen que tiene estirpe de Top10...

Campeón de Roland Garros junior y N°1 del mundo en la categoría (2014), Rublev siempre se destacó entre sus pares en las categorías menores. Compañero de ruta de Alexander Zverev, Karen Khachanov, Francis Tiafoe, Stefan Kozlov y Taylor Fritz, presente y futuro del circuito ATP, es parte de la fructífera camada 1996-98. Su debut como profesional fue muy joven, cuando aun era menor de edad en 2013, incluso antes de ser uno de los mejores juniors del mundo. Fue en un Future en Bulgaria y alcanzó los cuartos de final. Sus primeros dos puntos ATP los consiguió en su primera aparición en un certamen profesional. Su carrera prometía mucho a pesar de tener 15 años.

El debut ATP llegó luego de ser N°1 del mundo junior gracias a una invitación. El ATP250 Moscú, su ciudad natal, le dio una wildcard para el cuadro principal cuando era el 495° ATP. Sam Groth se encargó de eliminarlo en primera ronda 7/5 7/6, pero el resultado no era lo importante. Meses después llegó su primera victoria ATP en Delray Beach ante Dudi Sela (febrero 2015). El ruso quemaba etapas a gran velocidad y no parecía tener techo. En marzo debutó en Masters1000 y ganó su primer partido. Sorprendía que la presión del mundo del tenis no le molestara ni le impidiera seguir progresando. El mote del próximo Marat Safin es pesado y parecía no afectarle.

La fama mundial le llegó en el ATP500 Barcelona pero no precisamente por su buen juego. Aunque desplegó un gran tenis, sin tapujos a la hora de atacar y afrontar las situaciones complicadas del partido, los festejos inapropiados y una aparente falta de respeto hicieron que Fernando Verdasco tuviera palabras poco amigables para con la nueva cara del tenis ruso. El propio jugador respondió a los comentarios del español de esta forma: "Si lo hace Cristiano, ¿por qué no lo puedo hacer yo", en alusión a su actitud dentro de la pista en pleno partido. El español no fue el único que remarcó la mala actitud de Rublev, el argentino Renzo Olivo también lo sufrió.
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Lo cierto, más allá de sus reprochables actitudes, es que no volvió a tener inconvenientes dentro de una cancha de tenis después de esos episodios en 2015. El fuego interior del ruso lo hace un competidor insaciable que no controla sus emociones como debería. Pero eso no quita su facilidad para pegarle a la pelotita amarilla, su gran derecha y su actitud avasallante, sin importar el rival de enfrente. De maduración más lenta que su compañero de dobles en varias ocasiones en juniors (Zverev), Rublev crece a su ritmo. 2016 pasó sin pena ni gloria a nivel ATP pero si tuvo buenas actuaciones en el circuito Challenger que le permitieron no alejarse en el ranking.

Llegó 2017 y el ascenso fue meteórico. En Halle alcanzó sus primeros cuartos de final ATP e irrumpió en el Top100. En Wimbledon pasó la clasificación y avanzó una ronda, ambos partidos a cinco sets. La siguiente parada fue Umag, donde todos sabemos lo que pasó. En Croacia se convirtió en el séptimo jugador en ser campeón ATP siendo Lucky Loser (perdedor afortunado) y el quinto campeón debutante en 2017 junto a Sugita, Muller, Harrison y Coric. Los 250 puntos conseguidos lo catapultarán a la tercera posición en la "Carrera a Milán" que clasifica a los siete mejores Sub21 de la temporada al 'Masters #NextGen' (más un invitado), ranking que lidera Sascha Zverev.
Tito Vázquez escribió esto sobre Rublev hace unos años: "En San Luis de Potosí (2014), en el mundial de 16 años. Me pareció un proyecto interesante el #2 de Rusia, Andrey Rublev. Sin embargo, su performance fue la de un loco: en un momento comenzó a gritarle a la madre y le seguía gritando a medida que ella se alejaba de la tribuna e incluso a una distancia de 100 metros... Es obvio que mientras esto sucedía, el árbitro esperaba el silencio de su ira. En la cena del torneo, cuando todas las delegaciones son invitadas y comparten una noche disco con las chicas - más maduras que los chicos de la misma edad -, apareció vestido medio punk 'como al que no le importa nada'. Una personalidad típica de los rusos - el modelo Safin - el hacer lo que quiero, pero en el fondo con un fuego interior que no se sabe de donde viene...".

Andrey no se pone objetivos a corto plazo pero sí dar lo mejor de sí. Pondera sobre todas las cosas su evolución física en 2017 y todo lo que aun tiene por mejorar y aprender: "Intento ser más regular. Antes solía jugar sin un sentido, simplemente golpeando a la pelota. Ahora he comenzado a comprender, más o menos, dónde debo jugar, localizo las posiciones más idóneas. Esos detalles son muy importantes en el tenis", y remarcó lo rápido que pueden cambiar las cosas, para bien o para mal, en el tenis: "No pienso si tendré o no una buena temporada, y esta semana es el ejemplo. Perdí en la fase previa, algo negativo para mí, y ahora estoy aquí como campeón y todo es perfecto".

Daniel Vitale Pizarro

17 julio 2017

Eterno espíritu amateur

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Los aficionados al tenis sueñan con visitar Wimbledon. Los jugadores profesionales con jugar en el 'All England'. Los mejores del ranking anhelan ser campeones. Los campeones, volver a levantar el trofeo más prestigioso del mundo. Pete Sampras igualó en el año 2000 la cifra de siete Wimbledon ganados que ostentaba William Renshaw, que databa de 1889. Roger Federer se encargó de superar a ambos y estableció una nueva marca: ocho títulos en La Catedral del tenis. El más ganador en el lugar donde todos quieren ganar, el sitio donde comenzó todo. No hay certamen más importante en el tenis, no hay jugador más importante en el tenis...

La preparación de Federer para Wimbledon 2017 fue perfecta. Riesgosa pero perfecta. Campeón del Australian Open, Indian Wells y Miami, su físico necesitaba un descanso. Si el objetivo del año era Wimbledon, el polvo de ladrillo no era el lugar indicado para preparar un triunfo en Londres. La idea principal era disputar solamente Roland Garros antes de la gira sobre hierba pero junto a su equipo de trabajo (y por nivel estratosférico de Nadal en arcilla) decidieron saltearse toda la gira de tierra batida y darle prioridad al césped para disputar StuttgartHalle y Wimbledon. Pero no competir durante diez semanas era un riesgo luego de volver a la actividad en enero tras seis meses inactivo.
La inactividad le jugó en contra en Alemania. Impreciso y falto de ritmo, Tommy Haas lo venció en primera ronda de Stuttgart. Pero aunque parezca contradictorio, la derrota fue positiva para su físico. Campeón en Halle la semana posterior, de haber avanzado en Stuttgart hubiera llegado más cargado físicamente a Halle y menos descansado a Wimbledon. Suposiciones a un lado, el noveno trofeo en Halle colocó aun más a Federer como candidato para el tercer Grand Slam de la temporada. Su historia en el césped, su rápida adaptación y su excelso nivel mostrado en 2017 lo ubicaba como el favorito del público, de los especialistas y de las casas de apuestas para ganar en Inglaterra.

El cuadro era 'a priori' muy complicado. A medida que avanzaba, Roger se encargaba de desmentir las especulaciones. Mischa Zverev, Grigor Dimitrov, Milos Raonic, Tomas Berdych y Marin Cilic fueron los peligrosos rivales que sucumbieron ante "Su Majestad", todos en tres sets, ante la atónita mirada de los espectadores que esperaban partidos más cerrados. Incluso el propio Federer declaró luego de ganarle al búlgaro y al canadiense que esperaba partidos más complejos. El clímax de su tenis fue contra Raonic. Dos sets perfectos (tres errores no forzados) y un tiebreak para enmarcar sellaron su clasificación a semifinales.

Berdych fue el que más lo exigió. El resultado fue 7/6 7/6 6/4, a la altura de una semifinal de Grand Slam. Tomas jugó un gran partido que no pudo ganar solo por la genialidad de su rival en los momentos importantes (léase los tiebreaks). El mejor torneo del checo en los últimos doce meses no alcanzó para llegar a la final como en 2010 (victorias ante Federer y Djokovic). El suizo estaba en el último partido de Wimbledon por 11° vez en su carrera en 19 participaciones en el "All England and Crockett Club", a 23 días días de cumplir 36 años de edad. ¿Que más podía pedir? Ganar el título, claro. Y eso fue lo que sucedió.

Marin Cilic llegó a la definición sin derrotar a un Top10. El cuadro se abrió y lo aprovechó. Campeón en Queen's, era candidato a los rondas finales antes del comienzo del certamen pero lejos estaba de que alguien pronosticara que llegaría a la final. Comandado por Jonas Bjorkman, el croata llegaba a su segunda final de Grand Slam luego de ser campeón del US Open 2014 (en semifinales a Roger Federer). Precisamente ante el suizo sufrió la peor derrota de su carrera luego de estar 2-0 en sets y tener tres match points en la semifinal de Wimbledon 2016. Sin rencor pero seguramente con mucha memoria, era una revancha para el número seis ATP. Finalmente nada pudo hacer.
La final no fue épica ni mucho menos. El suizo dominó durante todo el encuentro, impuso su juego y se llevó el premio mayor. A Marin le quedó grande el partido. La instancia, el rival y el lugar, sumado a las ampollas que le impidieron correr con normalidad desde el segundo set, fueron demasiadas cosas contra las que tuvo que luchar para ser campeón por primera vez en Wimbledon. Incómodo y sin timeing, rompió a llorar a mitad del segundo set. "No lloré de dolor, lloré de impotencia por la situación general del partido", dijo luego de perder Cilic, que pidió asistencia médica en un par de ocasiones para tratar de aliviar el dolor en su pie y enfocarse en su tenis, algo que nunca sucedió.

El campeón, entre risas y lágrimas, elogió a su rival y se mostró orgulloso y feliz por el título: “Es mágico. No puedo creérmelo aún. Es demasiado. Es increíble poder conseguir estos límites. No estaba seguro si estaría de nuevo en una final después del pasado año, especialmente tras las duras derrotas con Djokovic en 2014 y 2015. Pero mantuve la fe y aquí estoy con el octavo título. Es fantástico. Mentiría si dijera que no estoy sorprendido por todo lo bien que me está yendo esta temporada, por lo increíblemente bien que me estoy encontrando. Estoy gratamente sorprendido por tantas cosas buenas que me están pasando”.
Roger Federer ganó el título y reescribió la historia del torneo y del tenis en general. Pero su festejo no era consecuente al logro. Fue cuestión de sentarse en su silla, mirar el palco, ver a su familia completa en la tribuna y quebrarse a llorar. Sus lágrimas de felicidad no cesaban mientras sus cuatro hijos miraban como su papá estaba haciendo historia. Leo y Lenny (3 años), incrédulos ante una multitud que vitoreaba a su padre; Myla y Charlene (8 años), algo acostumbradas (campeonas ellas de Wimbledon 2012) pero igual de asombradas, aplaudían como dos espectadores más del 'Court Central'. "La felicidad solo es real cuando se comparte", y Federer lo sabe hoy más que nunca.

Daniel Vitale Pizarro

03 julio 2017

Nishikori no está solo



Llega la semana previa de un Grand Slam y como es costumbre, los mejores del ranking deciden descansar para llegar al 100% a una de las cuatro citas más importantes del año. ATP250 con cuadros más accesibles que durante el resto del año, se disputó Eastbourne con Novak Djokovic en sus filas y Antalya con Dominic Thiem. Quizás por ser el césped una gira acotada o por nulos resultados previos, ambas estrellas del circuito decidieron disputar dichos torneos. El actual número cuatro del mundo fue campeón en Inglaterra y el octavo ATP fue sorprendido en primera ronda en Turquía por el 222° del mundo. Precisamente del torneo debut turco vamos a hablar.

Disputado sobre la paradisíaca costa de Belek, en la provincia de Antalya en Turquía, el nuevo certamen ATP hacía su debut en el circuito principal con un ATP250 sobre hierba en la víspera del Grand Slam más tradicional. Lamentablemente para el aforo la convocatoria fue escasa en calidad de jugadores con Thiem (8°) como único Top30. Verdasco, Ferrer y Baghdatis eran los únicos ex Top10 que disputaron el cuadro principal que lejos están hoy de ese nivel. Ninguno de los cuatro llegó a la final, solo el chipriota alcanzó semifinales. A la definición llegaron Yuichi Sugita y Adrian Mannarino, ambos sin títulos ATP en su haber.

El japonés había derrotado a Ferrer en segunda ronda y a Baghdatis en semifinales mientras que el francés había vencido a Verdasco en cuartos de final y a Seppi en semis. No era la final soñada por organizadores y espectadores para un torneo debut pero eran los dos mejores competidores de la semana. El campeón, debutante como el torneo, fue Yuichi Sugita 6/1 7/6, solido desde el fondo de la cancha que supo neutralizar el juego agresivo de su rival y sus embates característicos hacia la red. En su primera final ATP logró coronarse como el mejor luego de caer en primeras rondas en Hertogenbosch y Halle.

Pero sus buenas sensaciones en el césped no empezaron en Antalya unos dias atrás. Sugita inició la gira sobre pasto durante la segunda semana de competición de Roland Garros al caer en primera ronda en París en cinco sets ante Steve Johnson. Inscripto en el Challenger de Surbiton fue campeón con triunfos ante tres Top100, muestra de gran nivel del main draw. Caída prematura en Hertogenbosch ante Tipsarevic no impidió que pasara la clasificación en Halle y perdiera en el debut ante un tal Roger Federer. Campeón en Antalya, Sugita se convirtió en el primer jugador en ser campeón en un certamen en hierba a nivel Challenger y otro a nivel ATP en la misma temporada.
Top50 por primera vez en su carrera (44°), Yuichi Sugita es el tercer japonés en ser campeón ATP en la Era Abierta luego de Shuzo Matsuoka y Kei Nishokori, el mejor jugador asiático de la historia. A sus 28 años de edad, es el cuarto campeón debutante de la temporada 2017 junto a Gilles Muller, Borna Coric y Ryan Harrison. A pesar de ser profesional desde 2006, apenas tiene un puñado de partidos ganados a nivel ATP. Antes de disputar Wimbledon, en su ficha figuran 25 partidos ganados y 39 perdidos, sin victorias en Grand Slams en cuatro apariciones. A nivel Challenger su palmarés es bien distinto con nueve títulos en la categoría.

"Estoy muy feliz por ser el primer campeón de Antalya. Es el momento más emocionante de mi carrera. He ganado muchos títulos Futures y Challenger, pero nunca un gran torneo como éste. Es fantástico. No puedo creerlo". El japonés, asiduo jugador del circuito Challenger (9 títulos) se mostró contento y sorprendido por el título conseguido en tierras turcas por la poca experiencia ATP en su carrera. Muy buena imagen había dejado el nipón en Barcelona accediendo a sus segundos cuartos de final ATP desde la qualy pero lejos estaba de soñar con un título ATP sin siquiera haber alcanzado una semifinal en la máxima categoría del circuito.

Daniel Vitale Pizarro

26 junio 2017

Mejor más viejo



Treinta y siete torneos se han disputado en lo que va del año y diecinueve de ellos los ganó un tenista que ya cumplió 30 años. El ranking refleja algo similar con cinco Top10 en ese rango de edad y cuarenta y dos Top100. Inaudito pero real, el tenis se está volviendo viejo... pero bueno. Las nuevas camadas asoman pero se quedan en eso, no logran dar el salto para destronar a los monarcas del tenis actual que dominan desde hace aproximadamente una década. Esta semana fue una muestra de ello. En plena gira sobre hierba, los campeones de los ATP Queens y Halle sumaron setenta años entre ambos y con un nivel que nadie hubiera presagiado a su edad.

Roger Federer se olvidó rápidamente de su traspié en Stuttgart la semana pasada ante Tommy Haas y dejó bien en claro sus aspiraciones de cara a Wimbledon. Sin ceder sets se llevó el título de campeón arrasando a sus rivales. En la final pasó por arriba a Alexander Zverev (12° ATP, 10° la semana anterior), su verdugo doce meses atrás en semifinales. Todo bien hizo el helvético en tierras alemanas esta semana para firmar un 6/1 6/3 casi sin transpirar, como en sus mejores jóvenes años (2017 es uno de sus mejores años). Servicios, voleas, drives, reveses, todo, su tenis agresivo fluyó. No dejó jugar a su rival, que poco pudo hacer ante semejante nivel enfrente.

ATP500 desde 2015, Halle tiene el privilegio de tener en sus canchas a Roger Federer casi todas las temporadas desde que se hizo profesional y tuvo el ranking para disputarlo. Campeón en nueve ocasiones y finalista once veces, nunca perdió antes de cuartos de final, lejos el torneo en el cual mejor rendimiento tiene el suizo. Incluso en la temporada que ganó solo un título ATP (2013), ese trofeo lo levantó en Halle. Cercano a su hogar y con una calle que lleva su nombre, Halle es su segunda casa tenística, el lugar perfecto para prepararse para Wimbledon, el objetivo principal del año, una de las cosas por las que sigue empuñando una raqueta a sus casi 36 años.

Seis torneos lleva disputados Roger en 2017 y "apenas" fue campeón en cuatro de ellos: Australian Open, Indian Wells, Miami y Halle. En los otros dos perdió en el debut (Dubai y Stuttgart). El récord de la temporada lo comparte con Rafael Nadal con la misma cantidad de torneos ganados, incluso la misma categoría de los mismos con un Grand Slam, dos M1000 y un ATP500. El tiempo no pasa para ellos y siguen dominando como hace más de diez años atrás. Nadie hubiera imaginado, ni el más fanático de ambos, que diez, once u doce años después, los campeones de los torneos más importantes se repetirían y que seguirían dominando el circuito. Privilegiados todos.
Halle es el 92° título ATP de Roger Federer en su extensa y laureada carrera, solo dos menos que Ivan Lendl (94), segundo en la lista de los más ganadores de la Era Abierta. El 16° en césped, cómodo líder en este rubro superando por seis cetros a Pete Sampras. En cuanto a finales, es la 140 de Federer y es el único tenista que ostenta diez o más finales en cuatro torneos diferentes (Basilea 12, Halle 11, Wimbledon y el Masters 10). Si hilamos más fino, esta definición fue la cuarta ganada consecutiva, algo que no lograba desde 2012, su último gran año en el cual ganó su último Wimbledon y volvió al N°1 del mundo. ¿Presagio?

“No sé si volveré a ganar otra vez este torneo, así que quiero disfrutarlo. Voy a tomarme un par de días de descanso y luego comenzaré a entrenar en Wimbledon. Veré en qué condiciones se juega este año y esperaré a que se haga el sorteo del cuadro, entonces miraré los días en que juego e iré tomando decisiones día a día. Es bastante simple", declaraciones de un tipo que lo ganó todo pero que lo toma como algo normal, como vos en un torneo en el club... "Ganar una vez más Wimbledon es mucho decir, sería muy agradable, sobre todo por mi familia, mi equipo, mis fans, mi país, todo. La victoria haría que todo se proyectara más allá del propio registro o la estadística, porque lo realmente importante sería el efecto que tendría en las personas y no tanto en los libros de historia”.

El otro veterano del que hablamos al principio que también fue protagonista esta semana se llama Feliciano Lopez. A la misma edad que Federer y con carreras totalmente disimiles, el español se coronó en Queen's luego de caer la semana pasada en la final de Stuttgart. Las mejores semanas de su carrera, sobre todo por la última en Londres. Lean los rivales que tuvo que sortear: Wawrinka, Chardy, Berdych, Dimitrov y Cilic, uno detrás del otro en el mismo torneo. Feliciano se recibió de jugador de tenis de elite con casi 36 años y más presente que nunca. Top25 nuevamente, nadie querrá tenerlo enfrente en Wimbledon.

Lastimó con su servicio, con su slice y con su volea. Un jugador que podría jugar en cualquier época del tenis, triunfa en la actual en el más alto nivel y en la superficie más tradicional. Nunca campeón en un ATP500 lo logró en 2017 y de que manera. Sexto título para el toledano en su 17° final ATP, segunda en Queen's. Justamente en 2014 había cedido en el último partido ante Dimitrov al que pudo vencer en semifinales este año. De sus seis trofeos, tres son en hierba, más dos finales perdidas, un especialista. "Feli" despierta en una temporada magra en cuanto a resultados con pocos partidos ganados, pero en el césped Feliciano se hizo fuerte y volvió al triunfo. Semanas de ensueño.

Feliz, Feliciano Lopez expresó sus sentimientos en conferencia de prensa: "Diría que ésta es la mejor semana de mi carrera. Siento que estoy jugando mi mejor tenis. Resulta difícil creer que a los 35 años lo estoy haciendo, pero es la verdad. Ganar este torneo en esta etapa de mi carrera es algo increíble. Llevo esperando 15-16 años para ganar este título. Queen's es el mejor torneo del circuito fuera de los Grand Slams. La atmósfera que se siente aquí, la tradición que tiene, los jugadores que lo han ganado otros años... para mí, estar aquí sosteniendo este trofeo es la mejor sensación que podría tener. Esto me va a dar mucha energía para el resto de la temporada".

Daniel Vitale Pizarro

12 junio 2017

CHAMP10N



Roger Federer: “No habría tenido ninguna posibilidad contra Rafa este domingo, no con mi nivel actual de tenis sobre polvo de ladrillo. Ya avisé que Rafa iba a aplastar durante la temporada de tierra".
Guillermo Vilas: "Esta cantidad de triunfos supera lo humanamente posible. Cuando hay alguien que juega así es lógico que haga cosas que no son normales. Deberían crear a alguien que pueda ganarle en tierra batida (risas). Es imposible que pueda perder".
Bjorn Borg: "Nunca he visto a nadie jugar tan bien una final en París. Es el mejor jugador sobre tierra de la historia. Nadie creía que sería capaz de volver así después de tantas lesiones durante algunos años, es increíble. No se puede jugar un tenis más perfecto. Seria imposible. Estoy muy impresionado. Tiene 31 años y sigue mejorando, sobre todo ha mejorado su revés, siendo mejor con los años. Soy consciente de lo duro que ha estado practicando, trabajando ese revés siete-ocho horas al día. No tiene debilidades y para él cada pelota es un punto de partido. Eso es lo que me gusta de Nadal. Quien juega contra él es consciente que siempre dará un 110% y nunca se entregará".
Brad Gilbert: "Ambos me parecen algo escandalosos, pero los 10 Roland Garros de Nadal son más impresionantes que los 18 Grand Slams de Federer".

Su rival de toda la vida, dos de los mejores sobre arcilla de la historia y una referencia dentro y fuera de la cancha como jugador, entrenador y comentarista. Voces autorizadas del deporte de la raqueta que se desarman en elogios para el mejor jugador sobre arcilla de la historia. Nunca nadie ganó nueve veces un mismo torneo y Rafael Nadal obtuvo diez títulos en Monte Carlo, en Barcelona y en Roland Garros. Historia viva. 31 años, número dos del mundo y el mejor del año, el español perdió solo ante cuatro jugadores en 2017: tres veces ante Federer, una contra Raonic, otra frente a Querrey y la restante con Thiem. Ningún otro pudo doblegarlo en 51 partidos que disputó...

En Roland Garros 2017 arrolló a sus rivales. Como en sus mejores años, "Rafa" casi no tuvo inconvenientes durante los catorce días que duró el torneo, sin ceder sets, al igual que 2008 y 2010. Tres años sin perder siquiera un parcial en siete partidos, mismo récord que ostentaba en soledad Bjorn Borg. La supremacía de Nadal en París a lo largo de los años es inexplicable. Debutó en 2005 como campeón y recién fue derrotado en 2009 (Soderling). Luego encadenó cinco trofeos hasta caer en 2015 (Djokovic) y abandonar en pleno torneo por lesión en 2016. Pero en 2017 todo volvería a la normalidad, como si el tiempo no hubiera pasado.

El golpe del torneo

Doce años después de haber ganado su primer Roland Garros, ganó el décimo. Diez títulos en trece presentaciones, con tan solo dos derrotas en cancha. Extraterrestre. En el máximo nivel del tenis, en el torneo de arcilla más tradicional e importante del mundo, una persona monopolizó (monopoliza) las victorias durante más de una década. El balear hace rato que dejó de ser el jugador defensivo que fue cuando irrumpió en el circuito, su tenis evolucionó, sus golpes lastiman y su derecha marca el ritmo de los partidos. La mejora esta temporada es el revés, el golpe técnicamente más limpio que tiene le está dando frutos como nunca antes y la culpa en gran parte es de Carlos Moyá.

La entrega de premios en la Phillipe Chatrier fue atípica. Y no es para menos. Roy Emerson (12 Grand Slams, leyenda viva) fue el encargado de entregar el trofeo original y Toni Nadal el elegido para la replica que se lleva a su hogar el campeón. Emoción completa. El abrazo de ambos quedará para el recuerdo de todos, al unísono con los aplausos y el griterío del estadio que de pie vitoreaba a su ídolo. De esto se hablará hoy, mañana, en décadas... Es algo fuera de lo común, un logro que ni los soñadores más ambiciosos imaginan y nosotros tuvimos el privilegio de verlo, y unos cuantos de presenciarlo dentro del estadio. Envidia sana (?)

Toni, Stan, Rafa y Roy, cuarteto de lujo

"Charly", primer español N°1 del mundo, quedará al mando del balear desde 2018 tras el alejamiento de "Toni" a fin de temporada luego de toda una vida al lado de su sobrino. Acompañado por Francis Roig, serán los encargados de comandar la carrera de Rafael durante esta etapa. Será raro no ver en las gradas al tío "Toni", nervioso, dando indicaciones a su pupilo bajo una gorra publicitada, pero nos tendremos que acostumbrar. Por eso, el homenaje de la organización para el artífice de la bestia de Manacor fue merecido. Ajeno a los flashes, el Tío-Entrenador aceptó participar de la ceremonia pero sin quitarle protagonista al real anfitrión, fiel a sus principios.

"Diez veces he podido sentir la magia de Roland Garros. Estoy muy feliz. La adrenalina que siento aquí, no la siento en ningún otro lado. Sólo puedo dar las gracias por el apoyo. Puedo ganar en todos los torneos, pero aquí, en París, es distinto. Después de un tiempo difícil para mí por las lesiones, me siento genial de poder ganar este título de nuevo. He trabajado duro para llegar hasta aquí", Rafael Nadal luego de lo impensado una década atrás. Hoy puede decir que ni siquiera las lesiones pueden evitar su éxito en Roland Garros, lesiones que lo han marginado del circuito una cantidad de veces anormal para un tenista profesional promedio. Así y todo sus números son escandalosos. Mito.

Daniel Vitale Pizarro

29 mayo 2017

Vieja guardia

Los jóvenes irrumpen en el circuito, dan batacazos, pero el tenis lo siguen dominando los mayores de treinta años. Impensado un lustro atrás, la media de edad del Top100 es cada vez mayor y queda demostrado cada fin de semana. En la previa de Roland Garros, las finales de Lyon y Ginebra promediaron unos jóvenes 31 años entre los cuatro finalistas. Tsonga (32) vs Berdych (31) y Wawrinka (32) vs Zverev (29). Protagonistas de la última década (a excepción de Mischa), se mantienen en la elite gracias a su alto nivel, su salud física y mental y porque las siguientes generaciones no estuvieron a la altura para destronarlos.

El ATP250 de Lyon volvió a formar parte del calendario ATP pero en otra superficie y fecha. La arcilla albergó el evento francés al que llegaron a la final un local y un checo. Jo Wilfried Tsonga derrotó a Tomas Berdych y logró algo que nunca había conseguido: tres títulos antes de Roland Garros. Es más, solo en 2009 había levantado tres trofeos en la misma temporada y en 2017 lo hizo con 32 años y siendo el 11° ATP, lejos del Top5 que supo ser. Seis son los torneos que se disputan actualmente en territorio francés: "Jo" fue campeón en cuatro de ellos al menos una vez (Metz, París, Marsella y Lyon) y semifinalista en los restantes, Montpellier y Roland Garros.
A la final de Lyon llegó con récord negativo ante Berdych (4-8) pero positivo en finales (14-11), más aun en su país (7-3). La victoria fue 7/6 7/5 en casi dos horas de partido para unirse a Roger Federer, Rafael Nadal y Alexander Zverev como los únicos cuatro tenistas que ganaron tres trofeos esta temporada. Los 250 puntos conseguidos en Francia lo depositaron octavo en la "Carrera a Londres" y al borde del Top10, asiduo concurrente desde 2008. Es la primera final que disputó Tsonga en arcilla como profesional luego de 25 definiciones ATP en superficies duras o en pasto, y logró el trofeo a pesar de su escasa experiencia y ante un rival que ya sabe lo que es ganar en polvo de ladrillo.

La otra cita antes del segundo Grand Slam de la temporada fue en Ginebra (Suiza) y el título también quedó en manos de un local, en este caso por segundo año consecutivo. Stan Wawrinka retuvo el trofeo de campeón al vencer a Mischa Zverev 4/6 6/3 6/3. Fue el primer título del 2017 para el
N°3 del mundo, primero desde el US Open 2016, una sequía prolongada para un jugador de la talla de Stan. El suizo cosechó el 16° trofeo ATP en 27 definiciones, la segunda del año (Indian Wells). Campeón de Roland Garros 2015 y tres veces campeón de Grand Slam, no tuvo una buena gira sobre ladrillo pero eligió el momento justo para remontar y llegar de la mejor manera a París.
El suizo destacó el triunfo en su país, principalmente por una presencia estelar en el estadio: "Estoy muy feliz de ganar mi segundo título en Ginebra. Significa mucho para mí vencer en casa. Esta es la primera vez que mi hija está en el estadio cuando gano un título. Por esto lo hace aún más especial. Ha sido un partido muy complicado ya que Mischa ha estado jugando muy bien durante toda la semana y me puso en serios apuros al comienzo del partido. Comencé a jugar mi tenis en el segundo set y pude remontar el partido". "Stan The Man" se ubica quinto en la "Carrera a Londres" gracias a la semifinal del Australian Open, la final en Indian Wells y el título en Ginebra.

Del otro lado de la red, el alemán Mischa Zverev está viviendo un año de ensueño y raro a la vez. Cuartofinalista en el Australian Open venciendo al N°1 del mundo (Andy Murray), 30° ATP en febrero (31° actualmente) y finalista en Ginebra, está en el mejor momento de su carrera. Aunque en el medio de esos resonantes resultados solo ganó dos encuentros y cayó en otros... DOCE. En Suiza disputó la clasificación y alcanzó la final con victoria incluida ante Kei Nishikori (9°) en semifinales. Aun con más partidos perdidos que ganados a nivel ATP (92-139), dejó en el recuerdo su primera final ATP en Metz 2010 cuando oscilaba el Top200 del ranking ATP. Hoy vive otra realidad.

Daniel Vitale Pizarro

22 mayo 2017

Relevo generacional



Alexander Zverev. ¿Se acuerdan de ese nombre? Semifinal de Halle 2016, triunfo ante Roger Federer. San Petersburgo 2016, con 19 años era por primera vez campeón ATP con victorias ante Berdych y Wawrinka (11-0 en finales). Hoy es cuatro veces campeón ATP y Top10 a los 20 años de edad. ¿Que tal? El líder del relevo generacional, el prodigio que marca el camino de la #NextGen se da el gusto de dar pelea en la "Carrera a Milán" y la "Carrera a Londres". Semifinalista por primera vez en un Masters1000, "Sascha" superó esa instancia y se consagró campeón en Roma ante Novak Djokovic, cuatro veces ganador en el Foro Itálico en ocho finales disputadas. Chapeaux.

Zverev dominó desde el comienzo a Djokovic propiciando quiebres de servicio oportunos al inicio de cada set. Administrados en base a su consistencia desde el fondo de la cancha pudo sacar adelante un partido complicado en los papeles, por la historia de su rival y por el pequeño renacer tenístico que vivió en Italia con triunfos sólidos y convincentes ante Del Potro y Thiem en rondas anteriores. Concentrado al 100% y disciplinado tácticamente, Alexander mantuvo lejos de la base a su rival con tiros profundos que no dejaron que Novak tome posición ofensiva. Sus golpes letales de fondo y la distribución de los mismos hicieron mella en Djokovic hasta que claudicó.

“Estoy muy feliz por la manera en que he jugado. Me enorgullecen mis actuaciones durante toda la semana, y hoy he jugado uno de los mejores partidos de mi carrera. Tenía que ser agresivo desde el primer punto hasta el último. Era muy importante para mí mantener esa intensidad y no dejarle controlar el juego”, analizaba la final Alexander Zverev tras la victoria 6/4 6/3 ante Djokovic en Roma. El nacido en Hamburgo no se imaginaba Top10 con 20 años ni ganador de Masters1000 pero su nivel tenístico, físico y mental se complementaron para que se convirtiera en el jugador más joven en ganar un M1000 desde Miami 2007 (Djokovic - 19 años).

Desde que los Masters1000 son nueve y en las fechas similares a las de hoy (1990), Alexander Zverev se convirtió en el cuarto alemán en ser campeón de esta categoría junto a Michael Stich, Boris Becker y Tommy Haas. Su rival en la final, campeón defensor, acumula ocho M1000 sin ser campeón, algo que no le pasaba desde 2010, único año en el cual no levantó ninguna copa de la categoría que le sigue a los Grand Slams en importancia. Dueño de 30 Masters1000 en 44 finales, Novak tiene el mejor récord en finales ya que Nadal también ganó 30 pero disputó una final más, ambos por encima de Federer (26-44).
La precocidad del alemán hace inevitable la comparación con el 'Big4', que desde jóvenes dominan el circuito. El español Rafael Nadal es el más joven en levantar un Masters1000 al hacerlo en su segunda final alcanzada a los 18 años de edad. Novak Djokovic también cayó en su primera definición de M1000 y obtuvo su primero con 19 años. Ahí aparece Zverev al consagrarse campeón de Roma con 20 años y en su primera final. Roger Federer tardó unos días más en debutar como el mejor en esta categoría al conseguirlo en su segunda final, también con 20 años. El último fue Andy Murray que con 21 años ganó Cincinnati y al igual que Alexander, debutó en final como campeón.

En una época donde los 30 años son la nueva juventud, "Sascha" se abre camino en la elite del tenis mundial con 20 años. El Top5 está ocupado por primera vez por jugadores con 30 años o más y los restantes cinco miembros ninguno supera los 28. Así de partido está el ranking ATP con los "viejitos" dominando y los "jovencitos" a la espera de que el tiempo merme el físico de los experimentados para dar ese salto de calidad hacia el Olimpo del tenis mundial, custodiado por el 'Big4' más Stan Wawrinka. Varias generaciones no pudieron destronar a los guardianes de los puestos de vanguardia pero pareciera que la #NextGen está decidida a romper esa hegemonía reinante.

Daniel Vitale Pizarro

15 mayo 2017

Volver al futuro



Quédate con quien mire un trofeo como mira Nadal a su N°72

Los grandes jugadores de la historia, independientemente del deporte, son diferentes al resto. La vigencia es lo más difícil de lograr en la alta competencia. Muchos son los que tienen torneos espectaculares, años fantásticos o incluso varias temporadas en la elite. Pero pocos, poquísimos son los que desarrollan una carrera extensa y exitosa siempre en la más alto. Mentalidad y salud física son los primeros atributos que se necesitan para mantenerse junto o los jóvenes, o por encima. Rafael Nadal es eso y más. Al nivel de Roger Federer, el para muchos más grande de la historia. Esperemos a que se retiren para vaticinar sus porvenires. Si, lamentablemente en algún momento se van a retirar.

En 2006 el campeón de los tres torneos más importantes fue Roger Federer (Australian Open, Indian Wells y Miami) y el ganador de los siguientes dos fue Rafael Nadal (Monte Carlo y Roma). En 2017, once años después, es importante aclarar los años en un deporte en el cual muchos ni siquiera logran disputar once veces un mismo torneo, los que levantaron dichos trofeos son los mismos, Federer y Nadal (años atrás Roma se disputada antes que Hamburgo, ahora Madrid). Además en 2006 como en 2017 "Rafa" le agregó Barcelona, el certamen más importante sobre arcilla luego de Roland Garros y los tres Masters1000.

Su tenis evolucionó, el aspecto de ambos ya no es tan juvenil, la cantidad de pelo es menor, Rafael dejó los "pescadores" y la musculosa, marca distintiva 'rebelde' de sus primeros años en el circuito, Roger abandonó la raqueta de aro 90, una rareza incluso diez años atrás. Los tiempos cambiaron, los rivales, también, pero los mejores siguen siendo los mismos. En 2006 el N°1 del mundo era Federer y el N°2 era Nadal; hoy el número uno de la 'Race' es el español y el dos el suizo. Siempre se dice que tiempo pasado fue mejor, disculpen, yo prefiero este tiempo con los mismos protagonistas pero con la historia en cada uno de sus raqueteros, la historia de dos de los mejores exponentes del deporte.

En Madrid hay altura (600 metros sobre el nivel del mar), eso hace que la pelota tengo menos resistencia al aire y viaje más rápido, por ende también los tiros generan más altura luego de cada pique. Esa fue la razón para cambiar de lugar en el calendario al torneo ya que históricamente Roma se disputaba luego de Monte Carlo y Hamburgo la parada previa a Roland Garros (hoy Hamburgo ATP500 reemplazado por Madrid). "Rafa" sufrió en primera ronda contra Fognini y en la final ante Thiem. El italiano lo exigió al máximo y el mallorquín respondió, aguantó y se llevó el encuentro. Las siguientes rondas las superó con relativa comodidad, hasta el domingo, la final.

Dominic Thiem era el rival de turno. 45° final de Masters1000 de Nadal, 1° de Thiem. 30 años uno, 23 el otro. Las diferencias era abismales pero no así en el juego. el austriaco ya lo había derrotado en la semifinal de Buenos Aires 2016 aunque la más reciente había sido victoria del balear en la final de Barcelona, dos semanas atrás. El primer set fue un partido en si mismo. 1h 18m de pura intensidad, desgaste físico y gran nivel de tenis. Como suele suceder en polvo de ladrillo, las defensas de Nadal y la transición de defensa a ataque prevalecieron ante la constante presión de Thiem que cedió en el tiebreak. El segundo set empezó con un quiebre para el español que nunca pudo recuperar Dominic.

Tuvo opciones para estirar el encuentro "Dominator" pero del otro lado no lo dejaron. 7/6 6/4 fue el resultado final con los dos mejores jugadores sobre arcilla en lo que va de 2017. Nadal campeón en Monte Carlo, Barcelona y Madrid, Thiem campeón en Rio de Janeiro, finalista en Barcelona y Madrid. El destino dirá si se cruzarán en Roland Garros y no sería ilógico pensar en otro duelo por el premio mayor. "Rafa" subió una posición en el ranking (4°) y lidera la 'Carrera de Campeones' mientras que Dominic ascendió dos puestos, su mejor posición histórica (7°), y está tercero en la 'Race'. Roma y Roland Garros figuran en el calendario de ambos.

Daniel Vitale Pizarro

09 mayo 2017

Irregular pero efectivo


 
Marin Cilic es un caso especial dentro del circuito ATP. Dotado de un tenis excelso, de golpes ampulosos y potentes, ha logrado tanto grandes triunfos y como grandes derrotas. Irregular, el croata fue campeón del US Open 2014 sin haber siquiera ganado un ATP500. Tres años después triunfó en un Masters1000 y a fin de 2017 completó su palmares al ganar un ATP500. Esta temporada no había encadenado tres partidos ganados de forma consecutiva en los ocho torneos que disputó con apenas una semifinal ATP en Acapulco (WO en cuartos de final). Pero en Estambul ordenó su juego y apabulló a sus rivales ronda tras ronda.

Los dos Top10 del certamen alcanzaron la final. Milos Raonic (6°) y Marin Cilic (8°) animaron y jerarquizaron la final del ATP250 turco. En muchos torneos de esta categoría no se inscriben siquiera un Top10 y en Estambul ambos llegaron al partido final. Es apenas la cuarta final ATP de 2017 en la que se enfrentan dos Top10. Los organizadores y el público, infinitamente agradecidos. El primer set fue parejo y se decidió en el tiebreak en el cual salió airoso el campeón de Grand Slam. El segundo set lo dominó Cilic a su gusto para cerrar el encuentro 7/6 6/3 y levantar su 17° trofeo, al menos uno por año desde 2008. Regular en su irregularidad.

"Estoy en buena carrera y me siento muy bien. En estas últimas tres o cuatro semanas en arcilla, nunca es fácil, pero estoy tratando de mejorar con cada partido. Esta semana es una buena señal para lo que sigue en polvo de ladrillo. Espero poder mejorar en estos próximos tres torneos, dos Masters1000 y Roland Garros”, fueron las palabras realistas del campeón que espera que el triunfo en Turquía le sirva para alimentar su confianza y encarar la parte más importante e intensa de la gira de tierra batida de la mejor manera posible. Estambul fue su segunda copa obtenida en arcilla tras la conseguida en Umag 2012.

El canadiense transita un año diferente. Aquejado por las lesiones, solo disputó cinco torneos en 2017 y en dos de ellos no se presentó a disputar el encuentro. El más resonante fue la final de Delray Beach tras vencer a Del Potro en semifinales; el otro fue la segunda ronda de Miami. En los demás certámenes disputados antes de la final en Estambul cayó en semifinales de Brisbane (venció a Nadal en cuartos de final) ante el a la postre campeón Grigor Dimitrov y en cuartos de final del Australian Open ante Rafael Nadal (finalista). Milos necesita acumular unidades en la superficie naranja porque defiende finales de Queen's y Wimbledon apenas termine Roland Garros.

La vuelta al circuito de Raonic fue más que positiva. Sin jugar desde febrero por un desgarro en el isquiotibial de su pierna derecha, volvió en plena gira de arcilla, la que menos beneficia a su estilo de juego y llegó a la final, su primera en la superficie más lenta del mundo. 21° final ATP para el nacido en serbia (8-13) y segunda del año (0-2). Alejado de Ljubicic hace un par de temporadas eligió seguir ligado a la Academia de Ricciardo Piatti pero en compañía este año de Richard Krajicek, campeón de Wimbledon 1996 y N°4 del mundo. El fruto del trabajo mancomunado entre ambos podrá ser evaluado cuando las lesiones del jugador no le impidan jugar con normalidad.

Fue una semana especial para Marin Cilic porque el viernes llegó a la victoria ATP N°400 en su carrera, el 78° jugador en la Era Abierta en lograr esa suma y tercer croata en conseguirlo detrás de Ivan Ljubicic (429) y Goran Ivanisevic (599). La final significó la 28° como profesional (17-11) y la sexta en arcilla (2-4). El título le permitió subir un puesto en el ranking ATP y volver al 7° lugar, debajo de su mejor posición alcanzada hace unos meses atrás (6°), en noviembre del 2016. A pesar de haber vencido a un Top10 en la final, su récord frente al selecto grupo sigue siendo negativo (27-64).

Daniel Vitale Pizarro

01 mayo 2017

Catalán por adopción



El diez es el número vinculado a la perfección. Diez es en la mayoría de las Instituciones Educativas del mundo la calificación más alta. Y como todo número redondo, se celebra de una manera diferente. ¿Por qué? Será cultural, será más "lindo", pero todo lo terminado en cero se festeja de una manera distinta. El décimo título en Barcelona de Rafael Nadal no iba a ser la excepción a la regla. 2005-2009, 2011-2013 y 2016-2017 fueron los años en los que conquistó los diez títulos, invicto en finales en Cataluña. Solo tres caídas y dos ausencias al certamen desde su debut en 2003 impidieron un récord aun más espectacular. Lindo récord, como el número en sí.

El ATP500 de Barcelona es el torneo más tradicional de España y desde que Buenos Aires perdiera el prestigio de antaño, a partir de los años 80, la capital catalana pasó a ser la ciudad con el certamen más importante sobre arcilla detrás de Roland Garros, Roma, Monte Carlo y Madrid. El quinto en importancia sobre polvo de ladrillo. Y precisamente aquí, el mejor tenista español de la historia forjó una invencibilidad poco vista sobre una pista, con nueve trofeos en doce presentaciones. La organización tuvo la gran idea de homenajear en vida (como deben ser los homenajes) al mejor de todos sobre suelo naranja: "Pista Central Rafael Nadal".

Todo estaba armado para que el huésped de honor pudiera ganar la décima Copa en la cancha que lleva su nombre. Esa era la postal perfecta para el torneo, organizadores y público. Y "Rafa" no iba a aguar la fiesta. Sin ceder sets en toda la semana se adjudicó el N°10 de su carrera en Barcelona, el 71° en total en su definición ATP N°106, una bestialidad. 51 de esos los consiguió en la tierra batida, amo y señor de la superficie más lenta del planeta, esa que le otorga un segundo más para llegar a la pelota y poder golpearla con comodidad, a gusto, sin apuros, haciendo de la defensa un arte. Efectos, corridas imposibles, táctica y estrategia dominadas a la perfección en el ladrillo.

"Cada vez que gano, pienso que podría ser la última vez que lo hago. Cada victoria es única, las recuerdo todas. La lógica me dice que cada vez ganaré menos títulos, pero eso no quita que todos mis triunfos hayan tenido un valor importante para mí. En mi carrera ha sido importante no dar demasiada importancia a la victoria ni a la derrota, sino asumirlas con normalidad. Hoy he hecho uno de los mejores partidos del año, dando mi mejor nivel. Estoy recogiendo los frutos al trabajo que he hecho con la volea y el revés cortado, pero lo más importante es que he vuelto a ser agresivo con la derecha", Rafa Nadal y un resumen de su filosofía deportiva y de su trabajo de cara a esta gira.

La derecha, ese golpe que tanto le dio y le sigue dando

Su debut en el 'Conde de Godó' fue en 2003. Derrotó a Juan Antonio Marin y cayó ante Alex Corretja. Ausente por lesión en 2004, en 2005 volvió para ser campeón por primera vez ante Juan Carlos Ferrero, campeón vigente de Roland Garros. Al año siguiente su víctima en la final fue otro español, Tommy Robredo, campeón de Hamburgo semanas más tarde. En 2007 fue campeón ante Guillermo Cañas en la final, primera vez que no cedió sets en todo el certamen. Luego vendrían las cuatro final consecutivas ante David Ferrer (2008-09 y 2011-12). El de Jávea siempre dijo que cambiaba cualquier torneo ganado por ser campeón en el Godó, algo que aun tiene como cuenta pendiente.
El octavo título fue en 2013 ante Nicolás Almagro, otro compatriota. Cuartos de final y octavos de final fueron los siguientes resultados de Nadal en 2014 y 2015, sus peores años. Almagro se vengó de la final perdida y Fognini lo hizo por la final en Rio de Janeiro meses atrás. El Rey absoluto de arcilla tambaleaba en ambas giras de tierra. Volvió a la senda ganadora en 2016, porque dos años sin ganar en Barcelona fueron demasiado. Kei Nishikori, bicampeón durante la merma del español, no pudo contra "Rafa" que festejó como un amateur. Pero todavía faltaba más. 2017 le tenía guardada la mejor parte, la décima Copa del Godó frente a Dominic Thiem en la pista que lleva su nombre. ¡Que lujo!

Daniel Vitale Pizarro