18 enero 2015

Recupera terreno


"Esto pone punto y final a mis sueños de ser un jugador de élite". Esta frase ya quedó sepultada 18 meses atrás...

Los últimos 18 meses de Viktor Troicki no fueron para nada fáciles. Ni normales. Durante el Masters 1000 de Monte Carlo 2013, el serbio fue seleccionado al azar para someterse a un control de orina y sangre. Entregó la muestra de orina pero se negó a la extracción de sangre alegando no sentirse del todo bien. Según cuenta Viktor, con el permiso de la oficial de turno para postergar el examen al día siguiente. En los tribunales, la oficial niega la versión del jugador y Troicki es sancionado por negarse al control antidoping.

El TAS había resuelto la suspensión del jugador por 18 meses. Luego de la apelación le redujeron la pena a 12 meses, con este comunicado que argumentaba su decisión: "El TAS reconoce que la oficial antidopaje debería haber informado en términos más claros de los riesgos que comportaba no someterse al control sanguíneo pero, a pesar del malentendido entre el jugador y el oficial de control, nada sugiere que Mr. Troicki intentase evitar la detección de una sustancia prohibida en su organismo". Las quejas del propio sancionado y de varios tenistas, entre ellos su amigo Djokovic, no tardaron en llegar.

Revancha

La fecha de regreso era el 15 de julio de 2014. Una semana después, gracias a un "wild card" de Gstaad, volvió al circuito ATP y no defraudó. Alcanzó los cuartos de final con victorias ante Thiem (47°) y Golubev (59°) hasta que lo frenó Verdasco (38°). Semifinal desde la qualy y cuartos de final en dos Challengers, desembocaron en su primer título desde su vuelta. En Como (Italia) desde la clasificación se coronó campeón en el Challenger de esa ciudad. Otro cuartos de final en el siguiente torneo de la categoría para ser nuevamente campeón en el Challenger de Banja Luka (Bosnia). Todo iba sobre rieles.

El ranking ya le permitía disputar las clasificaciones de los torneos ATP y en Shenzhen y Viena las superó pero perdió en cuartos y semifinal respectivamente. Terminó el año como el 101° del mundo, con muchas probabilidades de ingresar al primer Grand Slam de forma directa. Los seis puntos cosechados en la qulay de Brisbane le sirvieron para ubicarse en la posición 94° e ingresar al "main draw" del Australian Open. Premio al esfuerzo. En seis meses avanzó casi 800 puestos. Pero el premio mayor estaba esperándolo.

¡Prendé la TV, soy el campeón!

Sydney contaba con Fabio Fognini como único Top20 en el cuadro. Un torneo abierto, como la mayoría de los certámenes previos a los Grand Slams, en los cuales no se presentan los mejores del circuito para preservar sus físicos. En ese contexto, Viktor Troicki pasó la qualy. Sorteó las rondas con victorias ante Klizan (34°), Andujar (40°), Bolelli (51°) y Muller (45°). En la final se encontró con Mikhail Kukushkin (66°), proveniente de la clasificación como él. Primera final ATP en la historia que dos "qualys" accedían al partido final. Y en esta ocasión, ambos con un solo título en su palmarés.

La final no fue lo que prometía. El kazajo venía de derrotar a Del Potro y Mayer con una racha de catorce sets consecutivos desde la clasificación. En el partido decisivo, ni lo inquietó al serbio que lo paseó por toda la cancha. 6/2 6/3 para Viktor que gracias a su segundo trofeo ATP, subió 38 puestos y alcanzo la posición 54° en el ranking ATP. "Ha sido un camino duro, mucho trabajo, y ha tenido la recompensa con un estupendo título. si miro hacia atrás donde estaba hace cinco o seis meses, es increíble haber ganado un título. Así que es un momento muy bueno para mí y para todo mi equipo. Es muy emotivo". Merecido campeón.

Casi completa una semana de ensueño...

Kukushkin fue objetivo con sus declaraciones tras la final alcanzada en la antesala del Australian Open y entre alegría y decepción, dijo palabras como estas: “Una final en un torneo ATP es importante. Por supuesto que es algo especial y por supuesto que ha estado bien para mí porque gané siete partidos. Empezar la temporada de este modo, ganando tantos partidos y mucha confianza, es muy importante. Me llevo algo positivo de eso. Pero está claro que ha sido una final decepcionante para mí. Viktor ha jugado mejor hoy”.

El atractivo principal del torneo oceánico era sin dudas Juan Martín Del Potro, por varias aristas. Era el campeón defensor, volvía al circuito luego de casi once meses de inactividad y por supuesto por toda su trayectoria y recorrido hasta hoy. Empuñando un prototipo Wilson en su mano hábil (estaba utilizando las 'K' Factor desde 2009 y le quedaban "sanas" solo tres), derrotó a en primera ronda a Stakhovsky y a Fognini (18°) en octavos de final antes de caer con el ruso nacionalizado kazajo en cuartos de final.

Otra vez a esperar...

El argentino demostró estar muy bien físicamente, espléndido con su servicio, inestable pero hiriente con su drive (normal si ponemos en la balanza cuanto se invirtió para esquivar su revés) pero muy lejos de golpear el revés con naturalidad y lastimar con ese golpe. El uso y abuso del slice por dolor y falta de confianza en su maltrecha muñeca izquierda, no le permitió moverse con comodidad por la cancha. Al evitar el revés deja muchos espacios por el lado del drive y toma decisiones al golpear que no las tomaría si su muñeca le respondiera como antes y eso se notó esta semana. La vuelta a la elite tras tanto tiempo sin competir no será sencilla...

Importante para su motivación es volver a la competencia y tomar ritmo, disputar partidos, sentirse otra vez parte del circuito. Tras casi un año inactivo, eso es lo positivo. ¿Su futuro? Incierto. Lo vivió con su muñeca derecha cuando regresó en 2011 y lo está sufriendo en 2015 con la izquierda. Ya anunció que no jugará el Australian Open para preservar su muñeca y evitar agravar la lesión. Desde Australia, en conferencia de prensa, Juan Martín comunicó su baja del torneo y su sensación tras la decisión: "Pienso en mi carrera. Fue una decisión difícil, pero es lo más inteligente. No es lo ideal, aunque es parte de mi presente". Solo queda esperar.

Daniel Vitale Pizarro

12 enero 2015

Milenario

Cuatro cifras, historia pura.

Mil. "1000 es un número enorme. Solo el hecho de contar hasta 1000 ya lleva un rato. Mis hijas todavía no saben contar hasta 1000 en ningún idioma". Mil. Solo tres jugadores ganaron 1000 partidos desde la Era Open (1968): Connors 1253, Lendl 1071 y FEDERER 1000. Mil. A excepción de Guillermo Vilas, ningún argentino disputó ni siquiera 600 partidos como profesionales. Mil. Como si hubiera estado planeado, el partido 1000 fue la final de Brisbane, torneo que se le escapó el año pasado en la definición. Mil. Un récord más alcanzado por Roger Federer y van...

El obstáculo final en Brisbane era Milos Raonic (8°). El "expresso suizo" había sorteado con comodidad a Grigor Dimitrov (11°) en semifinales 6/2 6/2 y para ser "milenario" tenía que derrotar al canadiense. Partido apretado, sin grandes diferencias, terminó con una derecha de Milos a la red para que su rival consiguiera el título 83 en 125 finales y los 1000 partidos ganados. El trofeo le permitió ser el único jugador que conquistó al menos un título por año en 15 temporadas consecutivas, una más que Ivan Lendl.

A fines de septiembre de 1998, el juvenil N°1 del mundo, un tal Roger Federer (17 años), lograba su primera victoria a nivel ATP en Toulouse, Francia. Su rival era Guillaume Raoux, francés, por aquel entonces 45° del mundo. Roger luego perdió en aquel certamen en cuartos de final. Tres años después, en Basilea 2001 (campeón en Milán en enero de ese año, su debut ATP), consiguió su triunfo número 100 como profesional ante Julien Boutter (64°) en semifinales. A pesar del envión del centenario, no pudo ser campeón en su ciudad natal, torneo que lo vería en el futuro once veces en la pelea por el trofeo (6-5), récord en un mismo certamen.

La victoria número 200 llegó en la semifinal de Halle 2003 ante Mikhail Youzhny (29°), torneo que si se llevó en esa ocasión. Ese fue su debut como campeón en el césped, un romance que dura hasta estos días con catorce títulos en esa superficie, otro récord histórico. La final del US Open 2004 ante Lleyton Hewitt (5°) significó para "RF" su cuarto Grand Slam y el partido ganado número 300 en su registro personal, ya como N°1 del mundo. Los octavos de final del Australian Open 2006 marcaron las 400 victorias de "Su Majestad". Derrotó a Tommy Haas (41°) en cinco sets para luego coronarse por segunda vez en Australia, su séptimo "Major". El suizo ya se metía en la historia grande del tenis.
Homenaje de la ATP

En 2007 llegaron las 500 victorias cuando derrotó en los cuartos de final de Monte Carlo a David Ferrer (16°), torneo que nunca pudo ganar y en el que acumula cuatro finales. Justamente en esa edición cayó en la definición ante Nadal. Los 600 triunfos los transitó en el camino a su decimotercera corona de Grand Slam, en el US Open 2008. Ese año venció a Thiago Alves (137°) en la segunda ronda del Abierto norteamericano. Menos de dos años después, Julian Reister (165°) vivió y sufrió los 700 partidos ganados del helvético en la tercera ronda de Roland Garros 2010. No solo no pudo defender el torneo sino que Robin Soderling le quebró en cuartos de final la racha de 23 semifinales consecutivas de Grand Slam, un récord inédito.

Juan Mónaco (34°) fue testigo en primera persona del triunfo número 800 de Roger Federer en el circuito. Fue en los cuartos de final del Masters 1000 de París 2011, certamen que ganó por primera vez en su carrera esa temporada. Las 900 victorias las consiguió en la cuarta ronda de Roland Garros 2013 y el derrotado fue Gilles Simon (18°) en cinco sets. El por entonces número tres del mundo cayó en cuartos de final ante Jo-Wilfried Tsonga. Una semana después consiguió su único título del 2013 en Halle, en una temporada pobre en resultados, la peor desde 2002.
Resumen de la final de Brisbane

Daniel Vitale Pizarro