23 septiembre 2019

El más francés


Hace exactamente un año, Jo-Wilfried Tsonga regresaba al circuito en Metz luego de siete meses de inactividad por una lesión en los meniscos de su rodilla izquierda: "Estoy muy feliz por volver a jugar al tenis. Volver a la competencia es todo un placer para mí. Todavía estoy muy lejos de mi mejor nivel, pero creo que con entrenamientos y con partidos poco a poco me iré pareciendo al Tsonga de hace meses. Aún es pronto para hablar de crisis de resultados. Por el momento, me encuentro bastante bien físicamente pero me llevará un poco de tiempo recuperar la confianza en esa pierna. Es importante para mí recuperar esa confianza para poder regresar".

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Recuperado de su rodilla pero sin sensaciones positivas en sus primeros encuentros oficiales, disputó cinco torneos antes de finalizar 2018 con apenas una victoria, un panorama poco alentador de cara a la próxima temporada. El primero de enero de 2019 su ranking era 239° ATP, por lo que tuvo que hacer uso del ranking protegido. En su primer certamen del año alcanzó semifinales en Brisbane y en Montpellier, tercer evento de 2019, fue campeón para sorpresa de propios y ajenos. Luego, la falta de buenos resultados. Entre Rotterdam y el US Open, el francés solo accedió a una semifinal ATP en Marrakech, único resultado positivo en seis meses de competencia.
En medio de esos torneos tuvo buenas actuaciones pero que no alcanzaban para avanzar a las instancias finales. Sabido es que su mejor superficie son las pistas duras bajo techo por lo que la gira pos US Open es donde mejores resultados ha obtenido a lo largo de su carrera. Para tomar confianza e intentar subir posiciones en el ranking que le permitieran ingresar directamente a cuadros principales ATP, se inscribió en el Challenger de Cassis, certamen que ganó sin ceder sets con mucha autoridad y ante rivales fuera del Top100. Su siguiente compromiso era el ATP250 Metz, también en Francia, donde ostentaba tres títulos en cuatro finales disputadas, doce meses después de su regreso a la competición oficial.
Teñido el pelo de rubio ceniza y con la confianza en alza por lo que significa ser campeón días atrás, el 'veterano' de 34 años no arrasó como la semana pasada en Cassis pero sí se sobrepuso a situaciones adversas. En tres de sus cinco partidos camino al título perdió el primer set, incluida la final ante Aljaz Bedene. Acostumbrado a ganar torneos en su país (10), aprovechó la energía del público y se hizo fuerte en los momentos difíciles para levantar su decimoctavo trofeo ATP en su carrera en treinta finales disputadas, lo que lo convierte en el segundo jugador francés de la Era Abierta con más títulos y definiciones ATP, solo detrás de Yannick Noah (23-13).


Tsonga (39°) no se detiene y viajará cuatro horas de Metz a Orleans para disputar un Challenger en el que partirá como máximo favorito ya que optó por no inscribirse en la gira asiática, por lo que su próximo certamen ATP será en Amberes (Bélgica) a mediados de octubre. Diez partidos consecutivos ganados acumula "Jo" entre Cassis y Metz, cifra que buscará extender en Orleans, octava ciudad francesa que visitará en 2019 para disputar un torneo profesional, lista a la que se agregará París ya sea desde la clasificación o gracias a una invitación de último momento. Orleans, en el centro norte de Francia, será su tercer Challenger de la temporada tras caer en cuartos de final en Bordeaux en mayo y ser campeón en Cassis ocho días atrás.



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"En esta fase de mi carrera (padre y marido) es muy difícil volver de una lesión, mantener la motivación es complejo. Necesitas estar al 100% para poder competir y eso exige mucho sacrificio. Estoy listo para ello y muy feliz de haber vuelto. Cuando regresé en septiembre pasado me dije que me daría mucho tiempo para jugar buen tenis pero me sorprendió lo rápido que llegó ese momento. Considero que puedo volver a mi mejor nivel y que estoy transitando el camino correcto", decía el nacido en Le Mans durante Montreal 2019, torneo que ganó en 2014 tras derrotar a cuatro Top10, en la final a Roger Federer, su título más relevante. Hoy esas palabras toman relevancia al ver a Jo-Wilfried retomar la senda de la victoria.

Daniel Vitale Pizarro

16 septiembre 2019

Finales Copa Davis


Semana de Copa Davis. Formato tradicional de local/visitante aunque a tres sets, el segundo fin de semana de septiembre cobijó a una de las competiciones deportivas más antiguas en vigencia. Hasta acá todo normal pero... ¿no había cambiado el formato? Si, pero a medias. El cambio abrupto será para los primeros dieciocho países del ranking que formula la Copa Davis. Los restantes seguirán compitiendo como siempre, con eliminatorias en sus continentes para intentar acceder a un repechaje que los deposite en las Finales Copa Davis que durante 2019 y 2020 se disputarán en 'La Caja Mágica' de Madrid, en una semana y sobre superficie dura.
El nuevo formato trajo aparejado una catarata de críticas por parte de jugadores, exjugadores, fanáticos del tenis y aficionados, pero a su vez fue apoyado por la mayoría de los dirigentes de las principales federaciones de tenis del mundo, por los sponsors y por las cadenas de TV, por considerarlo una renovación a una competencia vetusta. Lo cierto es que la Copa Davis como tal, necesitaba cambios. Los principales jugadores del circuito, que son el motor para que cualquier certamen rinda económicamente, no disputaban el torneo o elegían el año según los cruces o los compromisos que tenían en el extenuante calendario ATP.
La mala ubicación de las series en el calendario, la elección de superficie y pelotas por parte del local, competir viernes, sábado y domingo a cinco sets más los viajes a lugares recónditas del globo terráqueo en medio de una gira programada en diciembre, mermaron la asistencia de las estrellas del circuito. Insistimos, la Copa Davis necesitaba un cambio para que no desaparezca o se terminara devaluando y Gerard Piqué, junto a un grupo de empresarios (Rakuten a la cabeza), decidieron presentar este proyecto tan ambicioso como polémico. A fuerza de dinero (mucho) y ganas de innovar, radicalizaron la forma de competición de un certamen que cumplió 118 años, solo interrumpido en 1901, 1910 y durante las dos Guerras Mundiales.


Dieciocho naciones distribuidas en seis grupos de tres países lucharán para clasificar a la siguiente ronda. Los seis primeros de cada grupo más los dos mejores segundos se enfrentarán en cuartos de final, a eliminación directa hasta decidir quién será el primer campeón de la renovada Copa Davis. El sistema de juego será dos singles y un dobles en los que contará cada game ganado para clasificar o descender. Un formato ágil, de emociones intensas en un breve período de tiempo y de descanso, que poco tiene que ver con la historia de la competición pero que ofrecerá la oportunidad de ver a los mejores del mundo defender los colores de su país bajo un mismo techo durante siete días de competencia.
Piqué, el ideólogo del nuevo formato, estuvo en Nueva York durante el US Open promocionando el evento que tendrá lugar entre el 18-24 de noviembre en España y dialogó unos minutos con un reducido número de periodistas: "Es el proyecto de mi vida, estamos muy emocionados. Desde que se anunció la aprobación del formato ha sido un curso duro, pero a la vez apasionante, con muchas cosas en las que trabajar para intentar convencer a todo el mundo del nuevo sistema. Ahora estamos donde queríamos cuando empezamos. Hablamos con los tenistas y se han mostrado felices y disponibles. También con los capitanes, que tuvieron una respuesta positiva. Será un espectáculo que fusionará contemporaneidad y vanguardismo rindiendo homenaje al legado histórico de la propia Davis, que este año celebra su 119 edición".

Daniel Vitale Pizarro

09 septiembre 2019

Lágrimas que dicen todo







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Rafael Nadal no es el que arrasó en Nueva York en 2010, tampoco es el que logró lo que muy pocos en 2013, ganar Montreal-Cincinnati-US Open. La versión 2019 del español es más débil físicamente pero más fuerte aun mentalmente (sí, más). Sus rivales, a excepción de Roger Federer y Novak Djokovic, no aguantan la presión y ceden ante el balear en Grand Slams. Desde su vuelta al circuito en 2017 tras cuatro meses ausente por lesión, cayó dos veces ante Djokovic, dos contra Federer, una vez frente a Gilles Muller en Wimbledon y en dos ocasiones no pudo finalizar el encuentro por lesiones. Los otros cinco Majors que disputó, los ganó. Ayer se coronó campeón del US Open luego de 4h 50m frente a un dignísimo Daniil Medvedev. Las palabras vuelven a no alcanzar.







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Luego de la semifinal perdida ante Roger Federer en Wimbledon, el manacorí decidió darle descanso a su cuerpo para poder rendir al máximo en cada cita a la que se presentase. No quería que le suceda lo del 2018 en canchas duras (nueve ausencias y dos retiros). La gira previa al US Open solo incluyó Montreal. Tanto en Canadá como en Estados Unidos, el rival de la final fue el mismo y el resultado, aunque de diversa forma, también. En el sexto Masters1000 del año, Medvedev no estuvo prácticamente en cancha, apenas le 'robó' tres games (6/3 6/0). En el último Grand Slam de la temporada, el resultado se encaminaba a algo similar a lo sucedido unos meses atrás, pero de repente todo cambió.


Rafael pasó de dominar el encuentro a gusto y placer (7/5 6/3 4-2) a defender bolas de quiebre en el quinto parcial tras más de cuatro horas de juego. Un autentico 'thriller' que tuvo en vilo a los fanáticos del tenis hasta la última bola del partido. 7/5 6/3 5/7 4/6 6/4 fue el marcador final para el mejor deportista español de la historia, cuatro veces campeón del US Open y diecinueve de Grand Slam, apenas uno menos que Federer, el hombre récord. Ochenta y cuatro son los trofeos que acumula en su carrera con la impresionante cifra de que 54 de ellos son Grand Slams o Masters1000, una verdadera locura.


"Por supuesto que tuve miedo a perder, cuando tu rival tiene punto de quiebre al comienzo del quinto set luego de perder los dos últimos, significa que estás en problemas. Realmente, traté de evitar ese pensamiento, siempre confío en que seguiré teniendo oportunidades, esa es la forma en la que afronto esos momentos. En su caso, perdiendo los dos primeros sets y con break en contra en el tercero, es normal que tuviera ese pensamiento, en mi caso era difícil pensar que fuera a perder. En ese momento parecía tener todo bajo control, pero Daniil aumentó mucho su nivel y las cosas cambiaron”, reflexionaba el ganador de doce Roland Garros sobre las sensaciones según los momentos del partido.
En conferencia de prensa también le preguntaron por la emoción posvictoria. Un Rafael más humano, que a pesar de haber ganado todo lo existente en el tenis, no pudo evitar las lágrimas mientras todo el 'Arthur Ashe' coreaba 'Ra-Fa' a la par de un video conmemorativo por su gesta: “Las últimas tres horas de partido han sido muy intensas, muy duras en lo mental y en lo físico también. Al final, con el vídeo y esa multitud que siempre ha estado increíble, se han sumado hechos que han provocado un momento súper especial. Un momento inolvidable. Al mismo tiempo, Daniil también creó ese momento. La forma en la que luchó, la forma en la que jugó, son formas de campeón. Bien hecho por él. Realmente creo que tendrá más oportunidades”.
Tan mentales son los triunfos en cinco sets, más aun en finales, que no es extraño ver o escuchar al día siguiente lo sucedido minutos después de finalizado el encuentro. En esta ocasión los calambres no fueron durante la premiación o en conferencia de prensa. Así lo cuenta su coach Carlos Moyá: "Al final se llegó a la meta sanos y salvos. O al menos eso creía. Entré al vestuario a felicitarlo y nos abrazamos. El tipo estaba hecho polvo, le dieron calambres en el vestuario y no se podía poner ni los vaqueros, le tuve que ayudar a ponérselos después de la ducha. Fue increíble. Se junta el tema físico del partido con el emocional". La mente más allá del físico, jueguen las horas que jueguen y tenga los años que tenga. El ADN Nadal.
La victoria de Nadal mantiene la tendencia del 'Big3' en los grandes torneos del tenis. Los últimos doce Grand Slams fueron ganados por ellos tres y 55 de los últimos 66 (Wimbledon 2003-US Open 2019) los ganaron entre Federer, Nadal y Djokovic. El Abierto de los Estados Unidos marca el fin de la década 2010, años en los que solo seis jugadores diferentes se alzaron con un Major, la menor cantidad de tenistas desde que el tenis es conocido como tal. Una hegemonía que difícilmente se vuelva a repetir y que debemos disfrutar por ser privilegiados de vivir esta época dorada del deporte blanco con tres de los más grandes de todos los tiempos, sino los más...

Daniel Vitale Pizarro

26 agosto 2019

Amenaza polaca


Primera semifinal ATP, primera final ATP, primer título ATP. Hubert Hurkacz (41°), de apellido difícil de pronunciar, consiguió todo eso en Winston Salem. A los veintidós años no titubeó en sus primeras instancias finales del circuito mayor y se consagró campeón del único ATP250 de 48 jugadores del tour y que no comparte semana con ningún otro certamen ATP. El polaco será 35° ATP desde el lunes, su mejor posición histórica, y llegará al US Open con la confianza necesaria para intentar alcanzar la segunda semana, algo que todavía no logró en un Grand Slam en seis participaciones (tercera ronda Wimbledon 2019).


Su triunfo en Estados Unidos no surgió como por arte de magia. Hurkacz fue noticia en 2018 al debutar como Top100, disputar tres de los cuatro Grand Slams y clasificar al Masters #NextGen en Milán. Los argentinos lo conocimos un par de años antes, en 2016. Hubert tenía 19 años recién cumplidos y era el 602º ATP. El capitán de Copa Davis polaco lo seleccionó para enfrentar a Argentina en primera ronda. Potente pero errático, gran saque pero poca movilidad, sobretodo hacia los laterales, fue lo que mostró el grandote de 196 cm de altura en Gdansk (Polonia). Poco pudo hacer ante Leonardo Mayer en el segundo punto de la serie, que con la eliminatoria ya definida derrotó a Renzo Olivo para decorar el resultado final (3-2).
Argentina ganaba la Copa Davis 2016 y Hurkacz daba sus primeros pasos como profesional en Futures y Challengers. Nacido en Breslavia (Polonia) en 1997, no ganaría su primer partido ATP hasta 2018, el año de su irrupción en el circuito principal. Entre 2015 y 2018 su trabajo fue preparar su físico para la exigencia del circuito ATP. En 2019 su tenis explotó y según cuenta el propio jugador, su mejoría se debió, en gran parte, a su trabajo mental de los últimos dos años con Pawel Stadniczenko y desde 2019 con Craig Boynton: "Pawel me ha ayudado mentalmente para mantener una actitud positiva, ser más sólido durante los partidos y no tener tantos altibajos. Craig me ayudó mucho mentalmente, con mis planes de juego y en qué tácticas debía centrarme".
Los cuartos de final en Indian Wells fueron el punto de partida para que sus rivales comiencen a respetarlo y para tomar confianza, saber que puede pelear por cosas importantes. El título en Winston Salem fue la concreción de que está transitando el camino correcto, que la promesa ya es una realidad. Su ascenso en el ranking fue abrupto. En enero de 2018 era 238° ATP y veinte meses después, se ubica en la posición 35° ATP. En el medio fue campeón de tres Challengers y del reciente ATP250. Campeón debutante, no es el único que levanta un trofeo ATP por primera vez en 2019. A lo largo de ocho meses de competición, catorce tenistas inauguraron su palmares con la primera copa en sus vitrinas.
Para saber quien fue el último campeón ATP nacido en Polonia, hay que remontarse a la temporada 1982 cuando Wojtek Fibak era el mejor de todos en el WCT Chicago. Hurkacz conoce la historia tenistica de su país y con una sonrisa, expresa sus sensaciones ante la prensa: "Había pasado mucho tiempo sin un campeón polaco, esto significa mucho para mi. Espero que más chicos se unan en el futuro y que yo pueda ganar más trofeos. Fue una enorme victoria para mí ante un gran jugador como es Benoit Paire. Tuve que luchar mucho por eso estoy tan emocionado de haber ganado un certamen ATP".

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Diez veces enfrentó a un Top10 entre 2018-2019 y en cuatro oportunidades salió victorioso, todas durante esta temporada. Kei Nishikori en Dubai (6°) e Indian Wells (7°), Dominic Thiem (4°) en MiamiStefanos Tsitsipas (5°) en Montreal fueron sus víctimas, siempre sobre canchas duras, su superficie predilecta y la que mejor se adapta a su juego. Escaso es su bagaje en el circuito ATP por lo que acumula más derrotas que victorias (31-36), pero altísima su efectividad en semifinales y finales (100%). Uno de esos diez encuentros fue ante Roger Federer, su ídolo y al que espera derrotar en algún momento: "Siempre soñé con vencerlo y aún no he tenido esta oportunidad. De Federer puedes aprender mucho, no solo del juego o el enfoque del tenis, sino también de la vida. Me impresiona mucho".

Daniel Vitale Pizarro