19 noviembre 2018

El efecto Lendl


Miami, julio de 2018. Alexander Zverev es N°3 del mundo, tres veces campeón de Masters1000 y dueño de ocho títulos ATP, todo eso con apenas 21 años. Instalado en el Top10 desde mediados de 2017, solo en Roland Garros había alcanzado los cuartos de final en un Grand Slam, curioso por el par de años exitosos. Entrenado por su padre, el alemán no se conforma con el Top3 sino que apunta a más. Sabe de su potencial y no quiere perder tiempo. En la Florida se lo vio entrenando junto a Iván Lendl, el supercoah que ayudó a Andy Murray a ganar tres Grand Slams y dos medallas de oro olímpicas luego de perder sus primeras cuatro definiciones en los Majors.

Un mes después de esa "prueba" en Miami y de negar un trabajo mancomunado entre el checo y el alemán, Zverev anunció que Ivan Lendl se unirá a su equipo de trabajo. El inexpresivo pero efectivo Iván había rechazado una propuesta de Tomas Berdych en 2014 por una agenda "muy ocupada", agenda que "desocupó" en 2016 para volver a entrenar a Andy Murray. Lendl es selectivo y por algo aceptó trabajar con Alexander. Edad, proyección, tenis, potencial, todo eso y más es "Sascha" e Iván se dio cuenta de esos atributos y decidió involucrarse en el proyecto. En agosto, previo al US Open, la noticia era oficial y Zverev-Lendl era una realidad.
La ansiedad de los fans y de los medios hegemónicos por ver triunfar al tándem checoalemán ponían más presión sobre los hombros del jugador que pedía tiempo para ver resultados positivos. Nada es inmediato en la vida y menos cuando dos personas tienen que congeniar por un rendimiento en común. El último tramo de la temporada no estaba siendo acorde al 2018 con derrotas inesperadas ante Philipp Kohlschreiber (34°), Malek Jaziri (61°), Marius Copil (93°) y Karen Khachanov (18°). Número cinco del mundo en noviembre, el Masters era el último torneo de la temporada ya que la final de la Copa Davis era Francia vs Croacia.
Triunfo sobre Cilic, derrota contra Djokovic y victoria versus Isner lo depositaron en semifinales de Londres por primera vez en dos participaciones. Su rival en semifinales era Roger Federer. Zverev jugó un gran partido ante uno de sus ídolos y lo despachó 7/5 7/6 sin antes ser abucheado por el público en la entrevista posterior al partido por un episodio confuso que le podría haber dado un mini quiebre muy importante a Federer en el tiebreak, situación que el suizo minimizó aunque declaró que él hubiera hecho lo contrario. Más allá del pequeño altercado, el joven alemán pudo con el favorito del mundo y se instalaba en la final del Masters.


Novak Djokovic era el finalista. Un segundo semestre de locos le permitió finalizar el 2018 como N°1 ATP y en el torneo más difícil de la temporada estaba afirmando que era el verdadero N°1. Al partido final llegaba sin ceder sets ni su servicio, con apenas dos bolas de break (Zverev en RR), demoliendo a sus rivales. El candidato era el serbio por el pasado y sobretodo por el presente. Cinco veces campeón aquí y 39-4 desde Queen's, nadie pensaba que perdería en la final del Masters en sets corridos ante Zverev, luego de vencerlo en sets corridos en en round robin. Pero el tenis no es una ciencia exacta y la oportunidad de revancha, el Masters, se la proveyó cuatro días después.
Y no la desaprovechó. Alexander Zverev no le permitió a Novak Djokovic en ningún momento tomar las riendas del partido. "Nole" sufrió el partido y "Sascha" lo disfrutó. El resultado lo refleja: 6/4 6/3. Asediado el serbio, nunca encontró la solución para dar vuelta el partido. El alemán se paró unos centímetros más adentro de la cancha, fue más agresivo aun y cambió el porcentaje de servicios a la "T", en relación al partido perdido días atrás ante el mismo rival. Ahí se notó la mano de Iván Lendl en la táctica y la mentalidad. Concentrado y enfocado en lo que debía hacer para ganarle al mejor del mundo, nunca abandonó el plan y todo salió como fue planeado. Campeón del Masters de Londres.


Acostumbrado a los flashes a pesar de sus cortos veintiún años, entre bromas y análisis entró a la sala de prensa en medio de los aplausos: "Este es el peor aplauso que he recibido tras ganar un torneo, pero gracias (risas). No estoy preocupado por nada. Así que pueden preguntarme lo que quieran. Hoy traté de salir y disfrutar del partido, disfrutar del ambiente, disfrutar el momento. Eso fue lo que hice. Y mi servicio estuvo funcionando bien toda la semana. Tuve mucha confianza en ello. Todo funcionó bien. Solo perdí mi servicio una vez contra él hoy. Creo que esta es una muy buena estadística, especialmente considerando que es el mejor restador de nuestro juego”.

Daniel Vitale Pizarro

05 noviembre 2018

El M1000 más plural




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El Masters1000 de París es el torneo de las sorpresas. Por la posición en el calendario y la cercanía con el Masters, muchas de las mejores raquetas del mundo pasan por alto el torneo de la capital francesas por cansancio acumulado, lesiones o simplemente para descansar de cara al torneo por el cual lucharon durante todo el año para clasificar. Tal es así que en esta época cuasi monopólica del 'Big4' (2004-2018) hubo doce ganadores distintos, solo Djokovic pudo repetir (4 veces). Y algo más llamativo. A excepción de Nadal, Djokovic, Federer y Murray, cinco de esos nueve ganadores de París no ganaron otro M1000 en su carrera, ni antes ni después de ganar en Bercy.

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En ese contexto Karen Khachanov (18°) se abría paso en el cuadro principal con victorias resonantes ante Krajinovic (finalista 2017), Ebden, Isner (9°), Zverev (5°) y Thiem (8°), antes de toparse en la final contra Djokovic (2°). Invicto en finales ATP (3-0) pero también invicto en enfrentamientos ante el Top8 ATP (0-8), la vara estaba muy alta. El serbio había recuperado el N°1 ATP (224 semanas y contando) gracias a la baja de Nadal y desde la gira sobre hierba que era casi invencible. Campeón de casi todo desde junio, la semifinal de tres horas contra Federer lo depositaba como amplio favorito al título.
Por suerte el deporte no es una ciencia exacta y nos permite ver resultados que en la teoría se antojan imposibles. Khachanov se impuso con autoridad ante Djokovic 7/5 6/4 en su primera final de Masters1000 ante la atónita mirada del público parisino que aplaudía cada tiro ganador del ruso. Potente desde el fondo de la cancha con un drive poco ortodoxo, gran saque y sobre todo fuerte mentalmente, manejó la ansiedad a la perfección y aprobó el examen más difícil de su carrera: ganarle a Djokovic en la final de un M1000, categoría en la que ostenta 32 títulos en 47 finales disputadas.

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No solo venció a cuatro Top10 camino al título en París, sino que derrotó a Djokovic en una final sobre canchas duras, algo que solo pudo hacer un escueto grupo de tenistas: Federer, Nadal, Murray, Wawrinka y Tsonga. “Este triunfo significa el mundo entero para mí. Tener la oportunidad de acabar de esta manera la temporada, ganando el último torneo, que además es un Masters 1000, y hacerlo contra Novak Djokovic en la final, que mañana será N°1 del mundo, es increíble. No tengo palabras para explicar cómo me siento. No lloro, pero por dentro soy muy feliz ”, declaraba un emocionado Khachanov, frío por fuera pero inmensamente feliz por dentro.


Karen analiza el partido en frío: "Novak ha empezado con una gran intensidad, siempre lo hace, te mueve de izquierda a derecha sin parar. Tuve especial cuidado con mis subidas a la red, estuve preparando mucho esa faceta, acercarme con los pasos adecuados después de dejar alguna bola corta. A veces me fue bien y otras no, pero en general mi juego suele ser agresivo. He cometido varios errores, pero sentía que el partido estaba en mi mano. Con el paso de los juegos he ido incrementando el nivel de mi juego, ganando en intensidad, metiéndome más en pista y moviéndolo mucho más, sin esperar tanto a lo que él hiciera".


Tanto evolucionó el ruso que en doce meses pasó de jugar las Finales ATP #NextGen (45°) a ser el primer suplente del Masters de Londres (11°). Entre Milán 2017 y París 2018 ganó dos títulos ATP250, el segundo de su carrera en Marsella y el tercero en Moscú. Primer torneo como Top20, campeón y al borde del Top10: “Los objetivos a principio de temporada eran los mismos que el año pasado, intentar acabar el curso lo más arriba posible, seguir trabajando duro con todo mi equipo, seguir mejorando mi juego día tras día y aprender a competir contra este tipo de jugadores como Novak. En definitiva, ser más consistente en este tipo de torneos”.
Es cierto que Novak Djokovic perdió la final pero tiene muchas más cosas para festejar que para amargarse. Cuasi invencible desde Queen's, el serbio inicia el lunes otro período como N°1 ATP, la semana 224 en la cima del ranking mundial, puesto que mantendrá hasta fin de 2018 por la no participación de Nadal (2°) en el Masters y por la diferencia de puntos que le lleva a Federer (3°). Será el quinto año que 'Nole' termine una temporada en la más alto del ranking mundial, mismo hito conseguido por Federer y Connors, aunque no sea récord. Pete Sampras no solo finalizó seis años en la cumbre, sino que lo hizo en años consecutivos, una verdadera locura.
Apenado por la derrota pero feliz por el segundo semestre, Djokovic no estuvo al 100% ni física ni mentalmente tras uno de los partidos del año en semifinales: "Desgraciadamente no pude recuperarme, pero no quiero hablar de eso. Estoy satisfecho con mi temporada, por supuesto. Mañana regresaré al N°1 ATP oficialmente, es imposible no estarlo. ¿Qué más puedo pedir? Llego al final de año con mucha confianza". El serbio, además, igualó a Guilermo Vilas en cantidad de finales ATP. Ambos alcanzaron 104 definiciones con la diferencia que Novak ganó 72 de ellas y Guillermo 62 (dos de ellas no se disputaron).

Daniel Vitale Pizarro

29 octubre 2018

Doble premio


El año de Kevin Anderson es sobresaliente. Cinco finales ATP, dos títulos, N°5 ATP y clasificación al Masters. Lo más destacado, la final de Wimbledon y el reciente título ATP500 en Viena. N°6 ATP tras la consagración en Austria, el sudafricano vive el mejor momento de su carrera, por escándalo. A sus jóvenes 32 años se dio el lujo de vencer a Roger Federer en Wimbledon y a John Isner, ambos en cinco eternos sets. Djokovic, Del Potro y Simon fueron los rivales que le arrebataron tres finales en 2018, un jugador poco efectivo en definiciones por el título (5-13) que en 2015 cortó una racha de siete finales ATP perdidas de manera consecutiva.
Asiduo jugador de octavos de final de Grand Slam, en 2015 alcanzó por primera vez los cuartos de final en el US Open. El peso de haber pasado el umbral de la cuarta ronda ya era historia. Siete veces había caído en esa instancia hasta el US Open 2015, año en el que tocó el Top10 unos días, antes de lesionarse. 2016 pasó desapercibido: dos partidos ganados en Grand Slams y sin finales ATP. La crisis de los 30. La lesión hizo mella en la confianza del jugador sudafricano que ya no era un simple sacador y pegador de fondo, sino que se animaba a los rallies largos y subía a definir los puntos a la red con criterio y decisión. Era cuestión de tiempo y de volver a confiar en él.

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Todo cambió en 2017. O mejor dicho, volvió a la senda de 2015. La final del US Open cambió el curso de su carrera como profesional. 14° ATP en diciembre de 2017, tardó apenas dos meses en ser Top10 por segunda vez desde que es profesional, gracias a la final en el ATP250 Pune y el título en el ATP250 Nueva York. Su mejor ranking histórico (5°) lo consiguió previo al US Open 2018, apenas un puesto por delante del actual sexto lugar que ocupa en el escalafón mundial. Sus cuatro coronas ATP eran todas de nivel ATP250 y Viena era la oportunidad para subir la importancia del torneo a ganar y dejar atrás los malos resultados obtenidos en finales.
"Significa mucho para mí ganar este título. Sé lo que es perder finales y siempre es duro. He tenido que hacer mi mejor tenis para vencer a Kei Nishikori, un rival de entidad. Creo que he hecho un magnífico tenis y estuve muy concentrado en los momentos importantes. Además, es fantástico poder estar en Londres. Me han hablado mucho del ambiente que se crea en ese torneo y sentí que el año pasado estuve cerca y también en 2015. Sellar matemáticamente mi presencia ganando un torneo como el de Viena es un sueño hecho realidad", las sensaciones posvictoria de Anderson, el cuarto debutante más "viejo" en un Masters.
Anderson cuenta que luego de recuperarse de la lesión, junto a su equipo de trabajo cambiaron el grupo de WhatsApp y lo nombraron "Top-5 Kev", puesto que alcanzó tras la final de Wimbledon, dos años después de ese gracioso episodio. El cambio fue principalmente mental y gracias a un trabajo de equipo pudo sobrepasar esa barrera mental de los octavos de final de Grand Slam (dos finales), de los cuartos de final de los Masters1000 (dos semifinales) y de las finales en los ATP500 (un título). El responsable del gran cambio de Kevin fue su entrenador, Neville Godwin, hombre al que la ATP premió como coach del año en 2017.
Nacido en Johanesburgo (Sudáfrica) pero residente estadounidense en el Estado de Florida, el mejor jugador de la Universidad de Illinois 2007 no solo es tenista profesional. Por necesidad en su momento y por hobbie o inercia después, Kevin tiene una página de internet en la que ofrece sus servicios como "profesor virtual" de tenis. Sí, vende "sus secretos" al público en videos tutoriales con tarifas que van desde los $40 dólares hasta los $120, según la complejidad de los ejercicios y la profundidad de las explicaciones. La página se llama "Real Life Tennis" y el lema es: "Aprende los secretos del tour para descubrir tu verdadero potencial tenístico".

Daniel Vitale Pizarro

22 octubre 2018

Aire fresco británico




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La larga recuperación de Andy Murray luego de una compleja operación de cadera dejó al tenis británico acéfalo. Acostumbrados los aficionados de la Isla a tener a un protagonista en todos los torneos importantes y en los puestos de vanguardia del ranking ATP desde 2008, vieron como en noviembre de 2017, su jugador estrella, miembro del Big4, no acudía al Masters de Londres por lesión, su segunda ausencia por no estar apto físicamente en las últimas diez temporadas. Al finalizar 2017, atrás de Murray había un joven de 22 años, 50° ATP, sin finales ATP ni buenas actuaciones en los Grand Slams. Ese pelirrojo de 188cm de altura se llama Kyle Edmund.
Nacido en Johannesburgo (Sudáfrica) hace 23 años, su familia se mudó a Yorkshire (Inglaterra) cuando el pequeño Kyle tenía tres años. A los diez comenzó a jugar al tenis ocasionalmente, generalmente los sábados, en un club local en donde su hermana asistía a natación. Seis años después de empuñar una raqueta por primera vez, el equipo británico de Copa Davis junior, capitaneados por Greg Rusedski, fue campeón de la competición. Parte de ese equipo era Edmund, el mismo jugador que junto a Frederico Ferreira Silva, sería campeón junior en dobles del US Open 2012 y de Roland Garros 2013. Esos resultados lo ubicaron como el octavo del mundo ITF junior.
Algunos lo recordarán de su paso por Argentina cuando en 2015 fue campeón del Challenger de Buenos Aires en la final ante Carlos Berlocq. La idea de venir a Sudamérica al polvo de ladrillo fue del capitán de Copa Davis de Gran Bretaña, Leon Smith, con vistas a la final ante Bélgica sobre arcilla. Smith se terminó de decidir por Edmund como singlista N°2, decisión acertada que casi da la sorpresa. Su debut en Copa Davis fue en la final ante David Goffin (16°), de visitante en la que estuvo 2-0 en sets. Finalmente los hermanos Murray ganaron los tres puntos necesarios para ser campeones de Copa Davis junto a Kyle Edmund y James Ward.
Pero no fue hasta el Australian Open 2018 cuando saltó a la fama del tenis mundial. En el primer Grand Slam de la temporada alcanzó las semifinales con triunfos ante Kevin Anderson (12°) o Grigor Dimitrov (3°), antes de ceder contra Marin Cilic (6°). A partir de ese momento, su carrera dio un giro de 180°. Dos meses después alcanzó su primera final ATP en Marrakech sobre arcilla, paradójicamente al tenista promedio británico, es su superficie favorita. Top20 desde mayo (14°), el debut como campeón ATP no llegaba.
Amberes (Bélgica) fue el último ATP250 elegido por Kyle antes de finalizar la temporada en Vienna y París. Y fue en el corazón de Europa donde levantó su primer título ATP, donde había disputado la semifinal en 2017. Preclasificado N°1 del torneo y con la suerte de ganar un partido por no presentación de su rival (CF), solo tuvo que ganar tres partidos para ser campeón. Albert Ramos, Richard Gasquet y Gael Monfils fueron sus rivales previos al trofeo. Justamente Gasquet fue el contrincante que lo eliminó aquí en semifinales de 2017 antes de ser campeón. El destino le regaló la oportunidad de tomarse revancha y de ser el mejor jugador de la semana en Bélgica.


Lágrimas en los ojos por la emoción de su primer corona ATP, Edmund reflexionó sobre su magnífico presente: "Mirando la foto completa, son un montón de años de arduo trabajo y preparándonos para ganar un título ATP, así que finalmente lograrlo es una gran sensación, algo que siempre recordaré cuando mire hacia atrás. Es difícil asimilarlo todo, pero con el tiempo me dará mucha confianza para creer en mí. Ahora sé que estoy cerca del Top10, así que el objetivo es definitivamente el Top10. Es un objetivo fuerte y difícil, tienes que ser consistente con tus resultados, y eso es algo en lo que estoy trabajando... y por supuesto, ganar más títulos..."
"Hay un montón de personas que han ayudado a lo largo de los años, incluso cuando tenía 14-15 años, en ciertas Academias han sacrificado su tiempo para ayudarme y me han mejorado en esa etapa de mi carrera. Por supuesto, mis dos entrenadores y mi preparador físico, han estado allí la mayoría de las semanas, así que me han ayudado mucho. Probablemente lo más importante sea la familia porque siempre han estado allí y siempre te apoyan sin importar qué: mamá, papá y hermana. Hubo momentos en que tenía 10-11 años y quería ir a clases de tenis a las 6:30 de la mañana hasta las 8, lo que significaba levantarse a eso de las 5:30, y mi madre hizo eso, me llevaba a las canchas. Hay mucho sacrificio que cuenta y, seguro, todos ellos estarán muy felices con mi victoria de hoy".

Daniel Vitale Pizarro

15 octubre 2018

Segundo hogar




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El N°1 ya es casi un hecho. Novak Djokovic domina el circuito desde la temporada de césped y solo le bastarán menos de seis meses para finalizar 2018 como el mejor jugador de la temporada. Sí, en menos de seis meses alcanzó cinco finales y ganó cuatro títulos. La final en Queen's le devolvió la confianza. A pesar de perder ante Marin Cilic (campeón defensor y finalista vigente de Wimbledon), ese torneo fue el inicio de lo que estamos viendo hoy. Títulos en WimbledonCincinnatiUS Open y Shanghai, solo interrumpida esa racha por Stefanos Tsitsipas en octavos de final de Toronto. 31-2 su balance en los últimos seis torneos que disputó. Una aplanadora.


Si hablamos de nivel tenístico, Shanghai fue el mejor torneo del serbio este año. No solo no perdió un set en sus cinco partidos, sino que nunca le quebraron el servicio. Apenas el poderoso saque de Anderson lo obligó a disputar un tiebreak que sorteó 7-1 con mucha jerarquía. Jeremy ChardyMarco Cecchinato (verdugo en Roland Garros), Kevin Anderson (8°), Alexander Zverev (4°) y Borna Coric (19°) en la final, fueron las víctimas de Djokovic camino a su 32° corona de Masters1000, una menos que Rafael Nadal, el hombre récord en ésta categoría de certámenes, la segunda en importancia detrás de los Grand Slams.
Djokovic destaca su fenomenal actualidad y hace hincapié en su servicio, su mejor golpe de la semana: “Los últimos tres o cuatro meses han sido impresionantes para mí. No tengo muchos agujeros en mi juego, especialmente esta semana. Todo ha salido fenomenal. Ha sido una de las semanas más solventes al servicio que he tenido en mi carrera. Dije estos días que jamás había jugado en unas pistas más rápidas en Shanghái, así que este año era más importante que nunca tener éxito con el primer saque. He podido hacerlo y jugar con buenos porcentajes en cada partido. Eso me da mucha satisfacción”.
Pero no es extraño que "Nole" eleve su tenis en China. En 2015, su mejor año y uno de los mejores de la Era Abierta, en el gigante asiático fue donde jugó el mejor tenis de su carrera, según sus propias palabras. Y ésta versión 2018 de Shanghai no está lejos de la 2015 de Beijing. Sin Nadal en el torneo pero en la cima del escalafón mundial, al nacido en Belgrano le alcanzará para finalizar el año como N°1 del mundo ganando un partido más que el español en París o en el Masters. Apenas 35 puntos es la diferencia que habrá entre el primer y el segundo puesto del ranking ATP cuando se dispute París Bercy, el trono de tenis mundial ofrecido al mejor postor.

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Borna Coric, finalista de M1000 por primera vez en su carrera, halaga a su rival y se marcha de China satisfecho por su presente: "Estoy contento por lo conseguido esta semana. Novak ha sido muy superior a mí en la final. Podría haber sacado un poco mejor pero Nole restó muy bien y me inquietó en la gran mayoría de juegos al resto. Tuve molestias en el cuello a principios de semana pero el problema hoy el cuádriceps, por eso jugué vendado, pero no tengo nada serio. Hoy me dieron una buena lección de tenis. Creo que puedo aprender mucho de este partido. He jugado un tenis increíble y sólo saco conclusiones positivas de esta semana".
El croata vive el mejor momento de su carrera. Campeón en el ATP500 Halle en la final ante Federer y finalista del M1000 Shanghai contra Djokovic, figurará en el ranking mundial como 13° ATP (récord personal). Irregular a lo largo de la temporada, tuvo buenos resultados en Indian Wells (SF) y Miami (CF), además de las finales mencionadas. A eso hay que sumarle la Copa Davis, la última que se disputará en su formato tradicional. 2018 tendrá a Francia y a Croacia en la final de la Copa del Mundo del Tenis y de la que Borna Coric será parte en noviembre.




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Borna disputó cinco partidos para Croacia en 2018 y ganó cuatro (ShapovalovPospisilTiafoe Johnson). Su única derrota fue ante Mikhail Kukushkin en cuartos de final. "Venía de un par de semanas un tanto complicadas, pero esta final en Shanghái me ha ayudado mucho en el aspecto mental al vencer a grandes tenistas. Este resultado me va a ayudar de cara a los dos próximos torneos y para la final de Copa Davis que sin duda ganarla es mi principal objetivo", las palabras de un jugador que no pudo disputar la final de 2016 de local ante Argentina por una lesión de la que no se recuperó a tiempo al 100%, merecida revancha personal.

Daniel Vitale Pizarro