23 julio 2018

Objetivo Top10

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La temporada 2016 llegaba a su fin y el ciclo de José Perlas al mando del talentoso Fabio Fognini, también. En muy buenos términos pero con horizontes diferentes de cara al futuro, dejaron de trabajar juntos. Atrás quedaron los mejores años del italiano en el circuito, un peligro para cualquier jugador, capaz de derrotar tres veces a Rafael Nadal (dos sobre polvo de ladrillo) y ser 13° ATP. "La persona a la que más quiero agradecer, que ha estado cerca de mí en las buenas y en las malas, y que nunca dejó de creer en mí, es mi entrenador José Perlas, que me ha ayudado a crecer como tenista y como hombre", fueron las palabras de despedida de Fabio para José.
Una nueva etapa comenzaba en 2017 para Fognini. El coach elegido era Franco Davin, único argentino ganador de Grand Slams con jugadores diferentes (Gaudio y Del Potro). Franco siempre potenció a sus pupilos y desde Coria, pasando por Gaudio, Del Potro y Dimitrov, tuvo a jugadores de elite, todos Top10 y con pasta de campeón. No aceptó trabajar con Fabio porque sí. El desafío de formar equipo con Fognini era grande, por la difícil personalidad del italiano y por la edad (30 años en mayo), factor fundamental para proyectar a largo plazo. En su primer año el nacido en San Remo ganó Gstaad y perdió la final de San Petersburgo. Finalizaba 2017 como el 27° ATP.
Pasado el año de adaptación, la dupla Fognini-Davin iba a más. El título en San Pablo; las semifinales en Sidney, Rio de Janeiro y Ginebra; los cuartos de final en Roma (primera vez); y las segundas semanas en el Australian Open y Roland Garros lo depositaron Top15, a falta de la gira post césped para acercarse al Top10, el objetivo desde que es profesional y para el que contrató a Davin. Y comenzó de la mejor manera posible ese camino al lote de los mejores diez del mundo. En Bastad fue campeón con victorias destacadas ante Verdasco en semifinales y contra Gasquet en la final. 250 puntos para el ranking y 14° ATP. Como en 2013, dos títulos en una temporada.
"Mucha gente me dice que si hubiera tenido mejor mentalidad habría sido Top5 y creo que nunca podrá saberse. Fui 13° en una época de fenómenos. Soy consciente de que quizá he podido hacer algo más y tengo algunos remordimientos. En todo caso, considero que he hecho una buena carrera y de aquí a dos años quizá pueda conseguir algo importante", declaraba el marido de Flavia Pennetta y padre de Federico (1 año), una semana antes de ser campeón en Suecia. En la final, tres doble faltas seguidas que desequilibraron el segundo set no hicieron mella en su victoria 6/3 3/6 6/1. Artífice de grandes partidos como de papelones dentro de una cancha de tenis, en Bastad mostró otra cara.


Pero si "Fogna" quiere ser Top10, deberá subir el listón. No alcanza con buenas actuaciones en torneos menores y aceptables resultados en torneos importantes. La gira norteamericana sobre cemento es la prueba que deberá superar. Toronto y Cincinnati serán la primera prueba de fuego que le mostrará donde está parado el italiano y hacia donde debe ir. Gstaad (campeón 2017) y Los Cabos, próximos compromisos antes de los Masters1000 norteamericanos, no significarán grandes cambios en el ranking, sí en su confianza si siguen los buenos resultados. El tenis está, y la mente, parece, que también.
"Cuando empecé a trabajar con él, pensé que la cosa más importante que debía darle era tranquilidad para que jugase con un rendimiento constante. En los entrenamientos siempre lo hace, pero en los partidos siente que está jugando bien hasta que, de repente, sucede algo y pierde la lucidez", decía de su pupilo Franco Davin tras 18 meses juntos. A tan solo un puesto de igualar su mejor posición histórica, a los 31 años está en su plenitud y con la madurez necesaria para dar ese salto de calidad que no pudo dar en sus veintes con Perlas como guía. La mente en el tenis es casi todo y más aun en un jugador tan temperamental e inestable como Fabio.

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Trazarse metas es fundamental para poder conseguirlas y Fognini lo tiene muy claro: "Durante toda mi carrera he sentido mucha presión, tanto de los demás como mía propia. Siempre me juzgaron con dureza pero la gente no se puede imaginar lo que siento por dentro. Se creen que mi actitud en pista refleja poco compromiso pero es todo lo contrario. La frustración es la que me lleva a hacer esas cosas. Ahora ya con 31 años no quiero agobiarme demasiado, pero reconozco que mi sueño es estar entre los 10 mejores del mundo. Espero que dentro de pocos años Rafa y Roger ya no estén. Hay jóvenes muy buenos pero habrá un tiempo de valle que podría aprovechar para meterme ahí".

Daniel Vitale Pizarro

16 julio 2018

Volver a las fuentes

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Roland Garros 2016 fue el punto máximo de la carrera de Novak Djokovic. Había logrado algo que solo Rod Laver pudo durante la Era Abierta: ganar los cuatro Grand Slams de forma consecutiva. Ni Federer, ni Nadal: Laver en 1969 y Djokovic en 2015-2016. Pero el fuego interno se apagó. Y un año después lo pagó su físico porque su mente ya estaba ''apagada". Una lesión en su codo derecho de larga data (dos años), pero nunca determinante, lo obligó a retirarse en cuartos de final de Wimbledon 2017. Vacío internamente, el número dos del mundo decidió no competir más hasta la temporada siguiente para recuperarse por completo de su lesión y de su agotamiento mental.

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Arropado por su familia y su nuevo grupo de trabajo (Andre Agassi a la cabeza) luego de haber roto relaciones de manera 'cordial' con su entrenador de siempre Marian Vajda (12 años) y el 'supercoach' Boris Becker (3 años), inició 2018 con cautela. Pero la vuelta sería tortuosa. El tándem Agassi-Stepanek al mando del serbio duró menos de un año, incluido el parate. Nunca cuajaron como equipo, aunque se los veía muy unidos y jocosos en los entrenamientos. "Traté de ayudar a Novak con las mejores intenciones. Pero hubo demasiadas diferencias de criterio", dijo Agassi tras su desvinculación del equipo de trabajo.

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Novak estaba con molestias físicas, falto de ritmo y sin convicción, sin esa mirada asesina que lo caracterizó siempre. Pero en abril volvió a las fuentes. Marian Vajda regresó a su equipo de trabajo como coach principal. Cuenta fuebuena.com que durante sus vacaciones en República Dominicana, Djokovic le envió diez videos a Vajda sobre su nueva mecánica en el servicio, modificada para apaciguar el dolor tras la lesión. Cuando se encontraron en una cancha de tenis para comenzar su segundo ciclo juntos, Marian volvió a cambiar el saque del serbio porque "no le gustaba biomecánicamente".

Atisbos de mejora pero pasajeros, normales durante un período de reconstrucción tenística, se notó un cambio en el servicio y especialmente en la devolución. Roland Garros lo vio irse antes de tiempo ante el ignoto Marco Cecchinato en cuartos de final. Pero llegó la hierba y todo cambió. La final en Queen's le dio confianza al nacido en Belgrado. A pesar de perder ante Marin Cilic (6°) con match point incluido, el presente ya era otro. El nivel tenístico parecía haber vuelto. Algo más de concentración en los momentos importantes y Djokovic estaba de vuelta. Pequeño detalle. La mente, lo más difícil del tenis y lo más importante.

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En fin, perder con Cilic no modificó el rumbo de Novak, al revés, lo potenció. Marin era finalista vigente de Queen'sWimbledon y el Australian Open, era factible perder ante él. Distinto fue lo de Cecchinato en París cuando en conferencia de prensa el serbio sembró la duda sobre su participación en la gira sobre césped, declaraciones en caliente que (por suerte) no llegaron a concretarse. Llegó Wimbledon. Sin títulos ATP durante los últimos doce meses, "Nole" inició su camino en el All England con las buenas sensaciones del ATP500 en Londres, aunque con un potencial cuadro principal harto complicado.


A la semifinal llegó con dos momentos de distracción que le costó el primer set ante Edmund (R3) y el segundo parcial contra Nishikori (CF). Rafael Nadal era el rival previo a la lucha por el título. El
N°1 del mundo lo había derrotado en arcilla semanas atrás, pero sobre hierba la situación cambiaba. El favorito seguía siendo "Rafa" pero no con tanta ventaja en las opiniones y apuestas. El partido fue una auténtica barbaridad. Frenéticas cinco horas y quince minutos, separado en dos días, que tuvieron de todo. 6/4 3/6 7/6 3/6 10/8 de intensidad y búsqueda de soluciones a los problemas que constantemente creaban.
La final anticipada. Por la exhibición de tenis brindada por ambos y por el agotamiento físico del finalista Anderson que en semifinales batalló 6h 36m ante Isner (26/24 en el quinto set). A pesar del cansancio y de no oponer resistencia en los dos primeros sets, el sudafricano dio pelea y tuvo cuatro sets points en el tercer set (6/2 6/2 7/6). Novak Djokovic, incrédulo, era el campeón de Wimbledon 2018. Cuarta vez en el All England, treceavo Grand Slam y sexagésimo noveno título ATP, entre los mejores tenistas de la historia en casi todos los registros. Además, 2018 es el décimo tercer año consecutivo que gana al menos un título ATP.

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Trofeo y micrófono en mano, llegó el momento de los agradecimientos. Y la emoción lo invadió cuando nombró a su familia. Por reglamento del torneo no pueden presenciar partidos en Wimbledon niños menores de cinco años por lo que sus hijos Stefan (3 años) Tara (1 año) no estuvieron en la Centre Court. Pero durante la entrega de premios sí estuvo Stefan, que sin tener mucha conciencia de lo obtenido por su papá, disfrutó del momento junto a su mamá Jelena, felices por el logro de papá 'Nole', al que su hijo señalaba y aplaudía desde la tribuna con una sonrisa de oreja a oreja, el momento más especial de la tarde londinense.

Daniel Vitale Pizarro
@DanielViPiTenis

02 julio 2018

El Zverev que faltaba


Cuando escuchamos el apellido Zverev el inconsciente nos traiciona y automáticamente pensamos en Alexander, en que torneo ganó o a quien sobrepasó en el ranking ATP. Pero no, hoy la noticia no es él, sino su hermano Mischa. El mayor de los Zverev ganó su primer título ATP en Eastbourne (Gran Bretaña) sobre césped a los 30 años de edad. Dueño de un estilo en peligro de extinción (saque y volea) hizo honor a la superficie más tradicional del deporte raqueta y a fuerza de un tenis ofensivo y de constante presión, triunfó en el césped británico, días antes de pisar La Catedral del tenis en Londres, a unos kilómetros de distancia.

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Mischa, a diferencia de su hermano menor, nació en Moscú (Rusia) en 1987. Hijo de familia de tenistas, a los cuatro años los Zverev se mudaron a Hamburgo (Alemania). Allí comenzó a dar sus primeros pasos en el tenis. Su padre Alexander nació en Sochi y jugó Copa Davis para la Unión Soviética y su madre, Irena Zvereva, Top400 WTA en la década del '90. Semifinalista del US Open junior en singles y finalista de Roland Garros junior en dobles 2004, fue 3° ITF junior (ranking combinado) y 11° solo en singles. Como profesional alcanzó su primera final ATP en Metz 2010, su segunda en Ginebra 2017 y su tercera, la vencida, en Eastbourne 2018.

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Pero su mejor performance como profesional fue durante el Australian Open 2017. En Australia alcanzó los cuartos de final con triunfos ante John Isner (19°) en segunda ronda y contra Andy Murray (1°) en octavos de final, antes de caer en sets corrido con Roger Federer. 2017 fue por lejos su mejor temporada siendo el 25° ATP en julio y accediendo a dos segundas semanas de Grand Slam (CF Australian Open y OF US Open), mejores resultados en Majors que su prometedor hermano Alexander.
"No quería ser el único de la familia que no ganase un título ATP, Sasha siempre me lo recordaba y eso es lo que me ha hecho mejorar. Mis entrenamientos con Sasha son más intensos que una semifinal de Wimbledon. Nos ayudamos mutuamente, entrenamos mucho juntos y nos retamos para hacernos mejor. Mi hermano me inspiró, siempre me hizo creer en mi mismo porque cuando entrenamos tenemos partidos cerrados y luego él sale a la cancha y gana torneos importantes. Él es gran responsable de este título", un agradecido y emocionado hasta las lágrimas campeón primerizo, octavo de esta temporada, único con 30+ años de edad de esa lista.

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Aquejado por las lesiones durante gran parte de su carrera, Mischa vuelve a ser protagonista del circuito ATP. El ruso-alemán, profesional desde 2005, ha sufrido múltiples lesiones que cualquier otro tenista no hubiera superado. Fractura en la muñeca, dos fracturas en las costillas, una hernia de disco en la parte baja de la espalda y un pequeño desgarro en el tendón de la rotula de la rodilla, entre las más importantes, lesiones que hicieron que en 2014 tocara fondo luego de otra operación en su muñeca. Sin ganas de practicar el deporte que amaba, se encerró en su habitación mientras su hermano diez años menor recorría el mundo como el mejor junior del momento.


Alejado del tenis como jugador, comenzó a viajar como entrenador de dos jugadores de 18 años a Futures y eso fue lo que le devolvió las ganas de volver a competir, así lo cuenta el propio Zverev. “Entrenar jóvenes me ayudó a ver qué tan lindo era el tenis, lo importante que es y todo lo que lo extrañaba durante las lesiones. Me hizo trabajar más duro. Otro gran factor fue mi hermano porque me empujó y me hizo trabajar duro de nuevo y tratar de dar lo mejor que podía”, siempre agradecido con su hermano, con él que disputaron series de Copa Davis y varios torneos ATP en dobles, campeones de Montpellier 2017.

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Los Zverev entrenan juntos, juegan juntos y viajan juntos cuando coinciden en los torneos. Y no viajan solos, lo hacen con sus padres, su perro Lovik y en ocasiones, con su abuela, también exjugadora de tenis: "Lo hace más divertido. No quieres ir a casa porque tienes a toda tu familia contigo. Eso me ayuda porque me gusta estar rodeado de ellos. Mi hermano me dijo que jugara hasta que él se retire pero yo le doblé la apuesto y le dije que jugaré hasta que él se retire (risas)". Así se llevan los Zverev, una familia de tenis que disfruta del deporte, de los viajes y de la familia, privilegiados y agradecidos de la vida y a la vida.

Lukas Lacko ATP

Daniel Vitale Pizarro

25 junio 2018

Halle cambió de dueño

Ya lo había anunciado en marzo, en semifinales de Indian WellsBorna Coric había asustado a Roger Federer: set arriba y quiebre arriba; set iguales y quiebre arriba. Pero no dio la talla, quedó todo en un susto. Al croata le pesó el hecho de ganar y acceder a su primera final de Masters1000. Sin buenos resultados en la gira sobre arcilla, sin siquiera un cuartos de final (5-4), llegaba a Halle con la ilusión de mejorar su flojo récord histórico sobre la superficie madre del deporte de la raqueta (2-7) y dejar atrás los magros resultados en tierra batida. Y vaya si mejoró. El N°34 ATP fue campeón del ATP500 de Halle en su peor superficie ante el mejor jugador de la historia sobre hierba, ¿qué tal?

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Vencedor de Rafael Nadal en dos ocasiones (2013-14) y de Andy Murray en 2015, el croata llegó a la final de Halle demostrando un gran nivel tenístico, principalmente ante Zverev en primera ronda y contra Federer en la definición por el trofeo. El lunes será 21° ATP con 21 años de edad, su mejor posición como profesional. "Estoy muy sorprendido... Ni siquiera había soñado con esto. Batir a Federer es la sensación más extraordinaria. Lo admiraba cuando era más joven, veía sus partidos en casa con mi familia. Simplemente jugar ante él es muy especial. Ser capaz de ganarle hace todo mucho más grande para mí", reveló Coric ante la prensa mundial en Alemania.

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Top10 más temprano que tarde, su ascenso en el ranking mundial se vio interrumpido en septiembre de 2016 cuando tuvo que someterse a una operación de rodilla. La lesión lo marginó de la parte final de la temporada ATP pero principalmente (por decisión de su capitán) de la final de Copa Davis ante Argentina en Zagreb (Croacia), la serie de la épica de Del Potro y Delbonis para ser campeones por primera vez en 116 años de historia de la competición. Recuperado, no tuvo un 2017 como esperaba a pesar de buenos resultados esporádicos como el título en el ATP250 Marrakech (Marruecos), la semifinal en el Masters #NextGen o las victorias ante Murray (1°) en el M1000 Madrid y contra Thiem (8°) en el M1000 Miami.

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Algo decepcionado por no poder llegar a Wimbledon con la posibilidad de lograr su título N°100 ATP, Federer se mostró conforme por la mini gira de césped realizada y felicitó a su rival por el nivel demostrado en la final: "Sin lugar a dudas puedo marcharme con la cabeza bien alta. Pienso que he hecho un buen papel en Stuttgart y en Halle. La clave pudo estar en haber ganado el tiebreak del primer set. Tuve más opciones durante la manga y luego ese 6-4. Coric tuvo un nivel muy alto al final del primer set y en el tercero. Nunca ha bajado su intensidad. Ha sido desafortunado para mí pero le doy el mérito a Borna por salir y disputar un gran partido".
El suizo mega campeón volvió a ceder el N°1 del mundo ante Nadal por no defender los 500 puntos de Halle 2017, en una lucha mano a mano que tienen desde agosto de 2017. Entre dos de los mejores tenistas de todos los tiempos se alternaron la cúspide del tenis de manera consecutiva seis veces, misma cantidad de Grand Slams consecutivos ganados por ellos de manera alterna entre 2017-18, ambas rachas vigentes gracias a la "juventud" de los protagonistas (RF 36 y RN 32). Sí, estamos ante quizás los dos más grandes tenistas de la historia, de la Era Abierta, o del tenis moderno. Cuando se retiren se los juzgará mejor, pero ellos, junto a Djokovic, marcaron una época.


Pero no le quitemos protagonismo al campeón de Halle, en pasto y ante Federer (12 finales aquí). Es apenas el quinto jugador que logró ganarle una final en césped al helvético junto a Djokovic (2), Nadal, MurrayHewitt y Haas, una lista de privilegiados. Entrenado por Kristijan Schneider y Riccardo Piatti en la famosa Academia italiana "Piatti Tennis Center" en la que entrenaron un centenar de jugadores profesionales, dio un salto de calidad en Halle por nivel y rivales superados. Su mentalidad, el arma principal de su juego, se fusionó con su servicio y consistencia desde el fondo de la cancha para levantar su segundo título ATP en cuatro finales disputadas. El Pitbull volvió a morder y cada vez la presa es más grande.

Daniel Vitale Pizarro

18 junio 2018

No solo es un lindo revés

Mientras los ojos del mundo del tenis están puestos en Stuttgart (o en Rusia) por la vuelta de Roger Federer al circuito tras casi tres meses ausente y en consecuencia al N°1 del mundo por sexta ocasión en su carrera, en Hertogenbosch (Holanda) también se juega al tenis. La final del certamen preparatorio para Wimbledon la disputaban dos franceses: Richard Gasquet y Jeremy Chardy. Ambos de 31 años pero con carreras diametralmente opuestas desde juniors hasta profesionales, se dirimían el primer puesto en su sexto enfrentamiento entre sí (1-4), curiosamente el tercero del año (2-0) y el primero en hierba.
Pegado a Roland Garros, el torneo que da inicio a la temporada de césped junto con Stuttgart (Alemania) no son los elegidos por las primeras raquetas del ranking ATP por una cuestión lógica: descanso y adaptación a otra superficie completamente diferente. Sin miembros del Top25 dentro del cuadro principal, Gasquet (30°) se abrió camino con complicadas victorias ante el ascendente griego Stefanos Tsitsipas y el renacido Bernard Tomic, antes de derrotar en la definición por el trofeo a su compatriota Chardy. El finalista se encargó de vencer al N°1 del torneo, el también galo Adrian Mannarino (26°).


Un irregular 2017 (final Montepellier) lo depositó al borde del Top30 de fin de año, lo que lo obligó a replantearse su próxima temporada. Talento de sobra, semifinalista de Grand Slam y finalista de Masters1000, al exnúmero siete del mundo el Top30 le queda chico. Sin segundas semanas en Grand Slam desde 2016, último año que pisó el Top10 y que ganó un título ATP, inició la gira verde europea con una copa bajo el brazo, la tercera sobre pasto(Nottingham 2005-06). En la superficie que más alegrías le dio en Grand Slams (semifinal de Wimbledon 2007 y 2015) el galo logró su 15° título ATP en treinta finales disputadas.


“La primera vez que vine aquí fue hace 10 años, tenía 22 años. Mañana será mi cumpleaños y es muy bueno poder hacerlo con un nuevo trofeo”, declaraba un contento cambiador serial de cubre grips que dirá presente en el ATP500 Halle (Alemania) la semana próxima. Richard cambia el grip de la raqueta casi en todos los cambios de lado. Manía o necesidad, él responde: "Para mí es difícil tomar la raqueta si no tengo una nueva. He pedido a mis patrocinadores muchos grips. Ellos lo saben. Es importante para mi juego porque a veces puedo perder una raqueta o romperla porque no puedo sostenerla, eso es por lo que necesito cambiarlos tanto, porque sudo mucho". Tarda ocho segundos...


Llamado a ser el futuro del tenis mundial, no solo francés, la revista Tennis Magazine, referente del tenis francés y mundial, lo puso en su tapa en 1995 con apenas nueve años de edad y con el mismo gesto de revés con el que sigue deslumbrando al público. Campeón de todo torneo menor al que se presentara, a los trece años derrotó a otro prodigio, Rafael Nadal, en el torneo más importante para menores de 14 años, "Les Petits As" en 1999. Ese año el de Beziers sería campeón y al año siguiente el de Manacor lograría el título. Lo que siguió en sus carreras ya lo conocemos.

El prodigio francés de gran carrera profesional pero que no cumplió con las exigentes y desmedidas expectativas de la prensa especializada de su país, logró en abril las 500 victorias ATP, una cantidad de triunfos que solo 47 jugadores alcanzaron en la Era Abierta. Y lo hizo en Monte Carlo, lugar donde consiguió su primera victoria ATP cuando tenía quince años. El destino quiso regalarle ese lindo momento. Vistoso y virtuoso desde el fondo de la cancha y con un revés exquisito, digno de un artista, rompió los esquemas de juventud siendo el más joven en ganar un partido en M1000. Tres años después, también en Monte Carlo (parece a propósito) derrotó a Roger Federer (1°) con 18 años.
Su rival de turno en Hertogenbosch, compañero de ruta durante el profesionalismo y amigo, decía sobre Gasquet hace unas semanas: "Cuando era joven, ya era una gran estrella en Francia… Creo que todos recordamos cuando empezó a jugar, era muy pequeño. Hoy también es una estrella y el problema al enfrentarlo es que tiene muchas posibilidades con su revés. En cada tiro puede ir a lo largo de la línea o tirar cruzado, así que nunca se sabe dónde jugará. Cuando pega la bola con el revés siempre es peligroso, y tiene mucha confianza en este golpe. Es como un regalo de Dios. Es difícil enseñarle a alguien ese revés".

Daniel Vitale Pizarro

11 junio 2018

Mutar para evolucionar

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"Unas horas antes de la semifinal le mandé un mensaje de texto a mi sobrino en el que le recordé una frase de Severiano Ballesteros: 'Más vale una gran actitud que un gran swing'. 'Esto es lo que te hará ganar', añadí a continuación". Así inició Toni Nadal su nota publicada por el diario El País escrita el día previo a la final de Roland Garros. Fuera del día a día del equipo de trabajo de Rafael Nadal desde esta temporada, el tío de 'Rafa' nunca estará del todo afuera. Desde el teléfono, desde una visita en Manacor en sus tiempos libres, desde una cena familiar o desde las gradas como familiar, el tío 'Toni' siempre está. ¡Y vaya que es importante en la carrera de su sobrino!

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Formador de la mente de su sobrino por sobre su técnica, con métodos poco ortodoxos para tenistas de tan corta edad, pero efectivos, 'Toni' es quien es en el mundo del tenis gracias a 'Rafa' y Rafael es quien es gracias a su tío. Un tandem que ganó todo lo que se propuso, hasta una final de Wimbledon al Federer N°1 en 2008. Inimaginable. Soñado. Grand Slams, Masters1000, Juegos OlímpicosCopa Davis, todo. Sus lesiones, siempre presentes casi en cada temporada, le impidieron ser el tenista indiscutido más grande de la historia, pero esas son solo especulaciones y la verdad está a la vista. Sus números impactan y no dejan de llamar la atención.
Prodigio y longevo. Dos cualidades que comparte con Ken Rosewall, precisamente quien le entregó el trofeo en la Philippe Chatrier cincuenta años después de que el australiano ganara el primer Grand Slam de la Era Abierta en 1968 (Abierto de Francia). Ken ganó su primer Major con 18 años y el último con 37, récord absoluto. Rafael es el segundo que más cerca está de semejante hazaña, aunque el tercero en cantidad de años entre su primer y último Grand Slam ganado. Debutó como campeón de Roland Garros a los 19 años y volvió a coronarse en París a los 32 años como N°1 ATP, con varios años más por delante en la elite.


Desde 2005 hasta 2018 no solo pasaron los años. 'Rafa' mutó. Ningún deportista que perdure en la elite mundial durante un largo período se mantiene siempre igual. Por los rivales, por la edad, por la mera evolución del jugador o por los cambios del deporte en sí, siempre se cambia. Y para seguir ganando, esos cambios deben ser evolución y no retroceso. Ejemplos de retroceso o estancamiento hay miles, pero de evolución constante y superación, son pocos. Rafael Nadal es el ejemplo cabal de eso y más. Las lesiones y las nuevas generaciones lo obligaron a cambiar si quería seguir en los puestos de vanguardia.
Hoy vemos en su juego una gran mejora en el revés, más sólido y con más variantes que años anteriores. El cambio fue una marca registrada en su juego desde que lo vimos irrumpir en el circuito corriendo de lado a lado, defendiendo y contragolpeando pelotas imposibles para finalizar los puntos con saltos y festejos alocados. Su servicio ya no es su punto débil. Desde 2010 su tenis es año a año más agresivo. Metido adentro de la cancha y tomando la iniciativa, dejó de correr tras la pelota para ir a buscarla y tomarla lo más pronto posible para quitarle tiempo al rival. Su postura cambió y su tenis evolucionó. Su derecha domina como siempre pero ya no depende solo de ella

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Hasta modificó su vestimenta a lo largo de los años. Del adolescente con la cabellera al viento, musculosa y pantalones 'capri' más largos que cortos, al treintañero con remera acorde a cada torneo y shorts más cortos que la media, sin llegar al perfil sofisticado y señorial de Roger Federer porque sus estilos y formas de jugar nunca serán similares. Nike vio en sus dos jugadores insignia la rivalidad en la cancha y la plasmó en el marketing, con modelos de vestimenta tan antagonistas como sus estilos de juego, por aquellas épocas (años 2000) mucho más marcados que ahora, más aggiornados a sus edades.
"No creo mucho en los grandilocuentes calificativos que recibo, me considero una persona normal que ha logrado algo muy difícil. En la gran mayoría de mis partidos en Roland Garros he salido pensando en que podía ganar o perder. Esa actitud y el trabajo diario es la clave del éxito. Al final, para el público, ganar otro Roland Garros parece que es lo lógico, pero definitivamente no lo es. Al menos yo no quiero que así lo sea, porque entras en una rutina y espiral de no valorar las cosas. Dentro de la humildad está el valorar las cosas que van pasando, no dejarlas como normalidad, pienso que es mucho más arrogante dar por normal lo que va pasando", firmado Rafael Nadal.

Daniel Vitale Pizarro

28 mayo 2018

Semestre de renovación

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El circuito ATP, acostumbrado en el último lustro a los mismos protagonistas, está cambiando. A pesar de que Rafael Nadal y Roger Federer sigan en la cúspide del ranking ATP, los actores secundarios ya no son los mismos. Cuestión de tiempo o del tiempo, son situaciones que están sucediendo y la renovación de los primeros puestos del ranking van al mismo ritmo que la renovación del Top50. Sin Djokovic, Murray, Nishikori, Wawrinka, Ferrer, Berdych o Tsonga en el Top10, por diversas razones, también la renovación se hace presente en el segundo escalón de los jugadores ATP. El tiempo pasa para todos y la temporada 2018 es una muestra de eso.
Roland Garros marcará el fin de la primera parte de la temporada y aunque a veces las estadísticas no reflejen la realidad, plasman un cambio de época. En lo que va de la temporada 2018, catorce tenistas debutaron como finalistas en un certamen ATP. El último caso fue el de Marton Fucsovics, campeón del ATP250 Ginebra. Además fue el séptimo campeón debutante ATP, todo entre enero y mayo. La media de edad de los primerizos ATP es de 24,5 años, lo que indica una avanzada edad para destacarse en el más alto nivel profesional, en concordancia con la ausencia de los figuras de los últimos años y la maduración tardía de ésta generación de jugadores.
El húngaro, reciente campeón en Suiza, no tuvo un cuadro fácil a pesar de ser un ATP250, previo a un Grand Slam: Albert Ramos (36°), Frances Tiafoe (61°), Stan Wawrinka (25°), Steve Johnson (47°) y Peter Gojowczyk (49°). Apenas cedió un set en semifinales ante Johnson luego de vapulear al bicampeón reinante y local Wawrinka 6/4 6/0, con todo lo que eso implica. Top100 por primera vez en 2017, el título de campeón le permitió a Fucsovics ingresar por primera vez en su carera al Top50 (45°) a los 26 años de edad en su temporada número ocho como profesional, demostrando que nunca es tarde para cumplir con los objetivos que uno se propone
El nombre Marton Fucsovic se hizo conocido en octavos de final del Australian Open 2018 cuando enfrentó a Federer en la 'Margaret Court Arena', pero ocho años atrás, el nacido en Nyiregyhaza (Hungría) había sido el mejor tenista del mundo entre los juniors. Campeón del US Open junior 2009 en dobles y de Wimbledon junior 2010 en singles (SF de Australian Open y US Open), fue el N°1 ITF junior en 2010, posición que auguraba un gran futuro en profesionales. Pero le costó la transición al profesionalismo. "Marci" (apodo) recién pudo ingresar al Top100 en 2017 y fue semifinalista, finalista y campeón ATP en 2018 (todo en Ginebra 2018).
Marton llegará a Roland Garros como 45° del mundo, su mejor posición histórica y la segunda mejor de la Era Abierta para un jugar nacido en Hungría, detrás del mejor jugador que dio su país: Balázs Taróczy (12° ATP - 13 títulos ATP). A pesar de su altura (188cm), su estilo de juego agresivo y su predilección por el césped, lo mejor de su carrera profesional fue en polvo de ladrillo. "Adoro Suiza. El año pasado jugué mi primeros cuartos de final ATP en Basilea y hoy he ganado mi primer título aquí. Es un lugar muy especial para mí. Hemos trabajado duro para llegar aquí y espero poder tener una larga carrera".
El finalista en Ginebra fue Peter Gojowczyk. Alemán de veintiocho años, 49° ATP, alcanzaba su tercera final en el circuito grande (1-2). Campeón el año pasado en Metz (Francia) y finalista esta temporada en Delray Beach (USA), es definición le permitió tener su mejor ranking como profesional (43°). Casi sin recorrido internacional como junior (609° ITF), se forjó en el circuito Challenger hasta su título la temporada pasada en Francia que le permitió evitar los Challengers y las clasificaciones de los ATP, aspirando siempre a más: "Mi sueño siempre fue estar en el Top50, luego en el Top30. Y el Top15 si es posible".

Daniel Vitale Pizarro

21 mayo 2018

Una mente brillante


“Cuando ha ocurrido la suspensión por la lluvia no he sentido que pudiera llegar a beneficiarme. Por supuesto, analizando la jugada ahora fríamente, es obvio que me ha ayudado. Me ha servido para regresar a la pista con las ideas y la táctica mucho más claras. La verdad es que he tenido suerte de devolverle el break justo después del receso, entonces he comenzado a jugar de manera estratégica y con determinación, lo que habíamos hablado con Francis Roig en los vestuarios durante el parate”, se sinceraba Rafael Nadal en conferencia de prensa postítulo en Roma, el octavo trofeo en la capital italiana en diez finales disputadas en el Foro Itálico.
6/1 1/6 1-3. Lluvia. Menos de diez minutos y el partido se reanuda. "Rafa" gana su game de servicio y el partido se vuelve a suspender por la cantidad de agua que caía del cielo romano. Casi una hora después retomaron el encuentro. Zverev servía 3-2 pero ya nada sería igual. El dominio implacable del alemán desapareció. Los inexistentes fallos y los winners desde todos lados se fueron con la lluvia. El pulso le tembló y Nadal lo aprovechó. Con la experiencia suficiente como para afrontar diez parates más por inclemencias del tiempo, volvió como al inicio del partido, como si nada hubiera pasado, como debe ser. Como a los grandes campeones, no le pesó dar vuelta el encuentro.
Es que la actitud de Nadal frente a un encuentro se eleva según la dificultad del mismo. Mientras más dificultad, mejor juega; mientras más lo exige el rival, mejor rinde, así de simple y así de complejo llevarlo a cabo. Es la mejor mente que dio el deporte individual, cualquiera sea, más allá del tenis. Tiene plan A, B, C, D o los que el partido necesite para poder ganar. Rafael va a intentar ganar siempre y buscará la forma para lograr su objetivo, siempre partiendo desde la actitud, el corazón, la garra y la táctica. "Aguanta Rafael, aguanta", la frase marcada a fuego por su entrenador durante toda su carrera, palabras que lo hicieron ser lo que es.



Una mente brillante, forjada por su tío desde pequeño sin ser psicólogo deportivo pero con pequeñas cosas que inconscientemente fueron moldeando la mentalidad ganadora de un gran campeón. Ser realistas en relación a sus virtudes y defectos, entrenar, buscar la solución a los problemas que se presenten dentro de una cancha de tenis, entrenar, no buscar excusas de ningún tipo, asumir la responsabilidad en la victoria como en la derrota, entrenar y generar en su jugador el sentido de la autocrítica, han sido algunos de los conceptos inculcados por su formador durante su trabajo juntos, que duró desde que Rafael tomó una raqueta de tenis hasta la temporada pasada.

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Nadal pulveriza récords a su paso y más aun si se trata de torneos sobre arcilla. En la puja sobre el mejor jugador de la historia, comparaciones absurdas por las distintas épocas de los tenistas en cuestión, sin dudas cuando finalice su carrera estará en el lote de, al menos, los cinco más grandes. A sus 16 Grand Slams le sumó un Masters1000 adicional (32), líder en esta categoría. En total acumula 78 trofeos ATP, 56 de ellos sobre polvo de ladrillo. En la superficie naranja ostenta un porcentaje de victorias asombroso de 91,9% (408-36), números que ningún otro tenísta en la historia tiene sobre una superficie en particular. Ah, casi me olvidaba, mañana recuperará el N°1 ATP.
El finalista Zverev tuvo el partido en sus manos y lo dejó escapar. Por juventud, por inexperiencia o simplemente por tener a Nadal en frente, no supo concretar la victoria. Campeón en Roma 2017 y en Madrid la semana pasada, Alexander es el cuarto jugador ganador de dos o más M1000 sobre arcilla en actividad junto a Murray (2), solo detrás de Nadal (24), Djokovic (7) y Federer (5). El alemán N°3 ATP de cara a la final acumulaba trece partidos consecutivos ganados con dos títulos (Munich y Madrid) y solo "Rafa" pudo frenar su andar en la tierra batida. Favorito eterno para Roland Garros, el de Manacor no estará solo en la pelea para llevarse la Copa de los Mosqueteros.

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“El timing del partido estaba a mi favor pero el parón ha provocado que ya no estuviera de mi parte. La lluvia no ha sido mi amiga hoy, pero son cosas que pasan. No ha habido nada que haya podido hacer al respecto, la próxima vez tendré que salir más preparado después de la lluvia. Cuando hemos regresado después de suspenderse el encuentro, él estaba más enfocado que yo, empezó jugando mucho más rápido. Pese a todo, no he estado tan lejos de vencer a Nadal en una final de Masters 1000, esa es la nota positiva que me llevo a Roland Garros”, fueron las declaraciones de Sascha en alusión a su desempeño en la final tras no poder mantener el nivel de tenis después de la lluvia.

Daniel Vitale Pizarro