15 septiembre 2014

Donde tienen que estar


Objetivo cumplido.

A pesar de que Suiza y Francia hayan acaparado todas las miradas del mundo del tenis este fin de semana, en Florida, Argentina disputaba el repechaje ante Israel para intentar mantenerse en el Grupo Mundial de la Copa Davis. Para los despistados, la serie no se desarrolló en el país asiático por el conflicto bélico en la Franja de Gaza, misma razón por la que se suspendió el ATP250 de Tel Aviv, que se debería estar disputando esta semana. Mayer, Berlocq, Delbonis y Zeballos fueron los elegidos para "salvar" a Argentina del descenso y mantener la categoría por 14° año consecutivo. Este era el objetivo principal de Martín Jaite antes de dejar vacante la capitanía del equipo, puesto que según el presidente de la AAT, Arturo Grimaldi, se elegirá a más tardar en octubre.

Bajo el sofocante calor de Estados Unidos, Argentina llegó a Sunrise, Miami, como favorita. A pesar de ser visitante, por historia y presente de sus jugadores en comparación con los de Israel, era superior. Mayer (25°) y Berlocq (67°), los singles elegidos por Jaite, eran más en ranking y resultados que Sela (83°) y Botzer (776°). El dobles era la única incógnita previa por la improvisación argentina en el armado de la pareja y porque la dupla israelí ya venía conformada hace años. Erlich y Ram, la pareja "local", son la dupla más ganadora de Israel. Jugaron 24 veces juntos en Copa Davis (19-5) y además en el circuito ganaron quince títulos, incluyendo dos Masters 1000 y el Australian Open. Pero esto es la Copa Davis y todo podía pasar. Todo.
Festejo en el vestuario.

No faltaron los momentos de tensión en los singles y más aun en el dobles. Mayer perdió un set ante el adolescente e inexperimentado Botzer, que pudo revertir y sellar en el primer punto de la serie. Berlocq luchó como siempre pero solo pudo asustar a Sela. Cayó en cuatro sets. El dobles fue el punto máximo de nerviosismo. Cinco sets. Al final del quinto, una lesión israelí, que los argentinos no pudieron aprovechar, puso en duda la victoria de la pareja de Israel (Ram/Erlich, uruguayo y argentino respectivamente), triunfo que pudieron concretar. "Match point" para los asiáticos el sábado. La victoria de los "locales", aun con el marcador a su favor, estaba más lejos de lo que decían los número.

Dudi Sela era la esperanza para intentar dar el batacazo ante Mayer en el acuarto punto, porque era muy difícil pensar que Botzer iba a inclinar la balanza en un quinto punto, con todo lo que eso implica. El "yacaré" jugó como el número uno del equipo, como el 25° ATP que es y apabulló a Sela en el peligroso cuarto punto. "Charly" tuvo en sus manos una vez más el cierre de otra serie de Copa Davis y no desaprovechó la situación. Barrida ante el joven de 17 años y la remera del "Gladiador" quedó despedazada por la euforia del argentino que siente cada eliminatoria como si fuera una final y rompe su remera en forma de desahogo y de cábala cada vez que gana sus encuentros.

Argentina remontaba un 1-2 por tercera vez en su historia. La primera fue en 1976 ante Brasil en San Pablo, por los cuartos de final de la Zona Americana, y la segunda, en 1990 ante Alemania, con Martín Jaite en el equipo en el Buenos Aires Lawn Tennis, por los cuartos de final del Grupo Mundial.

"Todos para uno, y uno para todos"

La semifinal entre Francia y República Checa (actual bicampeón) en Roland Garros, tenía todos los condimentos para ser la más glamorosa de los últimos años. Berdych, Stepanek, Tsonga, Gasquet, Monfils y la lista sigue... Los galos podrían formar dos equipos de primera línea e igual llegar con ambos a la semifinal. Se dieron el lujo de dejar fuera de los convocados a Llodrá, Simon, Chardy, etc. Pero todos estaban presentes en París, como una gran familia. Todos tirando para el mismo lado, sin egos cuando de representar al país se trata. Y eso quedó demostrado en la cancha. Barrida 3-0. Paliza de Gasquet a Berdych y de Tsonga a Rosol para luchar en el dobles, ante una pareja casi imbatible (17-1 en Copa Davis) a la que Tsonga y Gasquet pudieron derrotar en cuatro sets.

En noviembre serán locales ante la Suiza de Federer Wawrinka, y por reglamento, las finales en el hemisferio norte deben jugarse "bajo techo" por el clima en esa fecha. Francia elegirá casi con seguridad polvo de ladrillo. No les queda otra. Los suizos, clasificados al Masters, tendrán que adaptarse en menos de una semana a la arcilla francesa, y los locales, casi afuera de los ocho mejores, descansarán tras Paris Bercy y podrán adaptarse a la tierra batida con más tiempo. Eso sumado a la elección de las pelotas y la gente a su favor. La localía pesa, más aun en una final y a Suiza se lo van a hacer sentir.

Francia acumula nueve "Ensaladeras de Plata" en su vasta trayectoria en la competencia. Junto a Gran Bretaña, son solo superados en cantidad de títulos por Estados Unidos (32) y Australia (28). Esta será su final número 17, la última en 2010 cuando perdió ante la Serbia de Novak Djokovic. Su última Copa Davis ganada fue en 2001, con la recordada y brillante actuación de Nicolás Escudé al derrotar a Hewitt el viernes y a Arthurs el domingo en el quinto punto en el Melbourne Park australiano.

Roger Federer with Swiss captain Severin Luthi and Stanislas WawrinkaCredit: Paul Zimmer
Posted by Davis Cup on domingo, 14 de septiembre de 2014

Su Majestad y sus plebeyos...

Suiza recibía a Italia en Ginebra. Favoritos en los cinco puntos, Federer, Wawrinka y compañía tuvieron que luchar más de la cuenta ante Fognini y sus secuaces para lograr el segundo pase a la final en la historia helvética. Federer a Bolelli y Wawrinka a Fognini, ambos en sets corridos el viernes, auguraban una serie sin sobresalto. Suiza decidió no poner a Roger el sábado y dejó a Stanislas "solo" ante los italianos. Fabio y Simone no fueron la sombra de los singles el viernes, aprovecharon la ausencia del número tres del mundo y se llevaron el punto del dobles en el quinto set. Todo quedaba en manos Federer, como contra Kazajstán en cuartos de final. Y el "viejito" de 33 años no le dio chances a "Foña", selló la serie 3-1 y a pensar en Francia luego del Masters.

Roger Federer está a una victoria de ser el máximo ganador en la historia de la Copa Davis de Suiza. Ostenta un récord de 48-16 entre singles y dobles frente al 49-30 de su compatriota Jakob Hlasek, finalista en 1992 junto a Marc Rosset. Como si le faltaran récord al mejor deportista suizo de la historia, en noviembre puede sumar dos más: campeón de Copa Davis y el más ganador de su país en esta competencia. Pero esto es un equipo. Sin la compañía del actual número cuatro del mundo y campeón del Australian Open, Stan Wawrinka (dato no menor), nada de esto hubiera sucedido. La escalada hasta la final y por ende los número de Roger Federer, se engrosaron en estos años por él y por "Stan The Man". ¿Favoritos aunque sean visitantes y sobre polvo de ladrillo?

Daniel Vitale Pizarro

09 septiembre 2014

El campeón capicúa


ENORME

Primer match point para Marin Cilic. 6/3 6/3 5/3 40-0 y saque. Doble falta larga, muy cerca de la línea de fondo. El croata demuestra que aun jugando casi a la perfección, se puede fallar. Los nervios lo traicionan. Pero fue solo un titubeo. Al siguiente punto, un revés cruzado le dio la victoria más importante de su carrera. Se tiró al piso por la emoción, saludó a su rival y se subió a las gradas del Arthur Ashe para abrazar a su grupo de trabajo, sin antes saludar a la gente que cruzaba a su paso. No sabía siquiera lo que era levantar un ATP500 y se dio el lujo de ganar un Grand Slam, en su primera final. Apabulló a Berdych, Federer y Nishikori en fila, sin ceder sets, con un tenis de ataque impecable. Y aunque las matemáticas aun no lo certifiquen, ya casi selló su participación al Masters.

París Bercy 2013 significó la vuelta al ruedo de "Chila" (apodo puesto por sus compañeros en el circuito) tras cumplir con la suspensión por dopping de 120 días (positivo de naketamida). Meses antes de volver, contrató a Goran Ivanisevic como coach y aprovechó ese tiempo de "descanso" para mejorara la parte física y mental. "Fue un buen periodo para mí. Aproveché ese tiempo para hacerme más fuerte. Maduré un poco y pude trabajar día a día, también relajarme y disfrutar de no hacer nada. Por eso creo que me ayudó para mejorar físicamente, tuve tiempo para trabajar en nuevas partes de mi juego, lo cual me está ayudando a jugar bien ahora”, le confesaba a la prensa el croata.

Abrazo sentido con su equipo

La relación con Ivanisevic viene de hace muchos años. Cuenta Goran que mientras se recuperaba de una lesión en 2002, el campeón de Wimbledon tomó su teléfono celular y llamó a un chico croata de 14 años que le pegaba muy fuerte a la pelota, con la intención de preparar su vuelta al circuito en Croacia. Ese chico era Marin Cilic, que venía de perder la semifinal del Orange Bowl ante Juan martín Del Potro. Hoy trabajan juntos y son los únicos croatas campeones de Grand Slam.
Aclaración: Era semifinal y no final como dice el video

Cilic le tira flores a su entrenador: “Goran es todo menos aburrido. Trajo un clima relajado más allá de su extremado conocimiento sobre tenis. Siempre es entretenido. Trabajamos mucho, con entrenamientos de tres horas y media y aún así la pasamos bien. Pienso que eso es muy importante. Diría que no puede ser mejor. Eso me ayudó a divertirme más cuando estoy en la cancha y creo que disfruté de mi mejor tenis acá (US Open) y jugué el mejor nivel de mi vida". Nishikori también habló luego del partido, con una mezcla de decepción, pero conforme con lo hecho: "No esperaba nada cuando vine acá. Antes estuve lesionado y tuve pocos entrenamientos. Hay muchas cosas positivas, derrotar a Stan y a Novak de nuevo por ejemplo. Yo estaba un poco nervioso. Fue mi primera final. Incluso en semis. Estoy decepcionado por hoy, pero fueron dos buenas semanas".

Marin Cilic sumó su 12° trofeo ATP en 21 finales disputadas. Todos sus títulos son ATP250, a excepción del reciente US Open. De las nueve finales perdidas, apenas tres son en ATP500, lo que marca un salto tremendo de calidad al haber ganado su primer Grand Slam con respecto a su trayectoria. En 2014 alcanzó cuatro finales, siendo este su tercer cetro, junto a las victorias en Zagreb (Haas) y Delray Beach (Anderson) más la derrota en Rotterdam (Berdych). Su registro del año quedó 47-16, solo superado en lo que va de la temporada por Roger Federer (54-10). Además ganó su partido número 300 en su carrera.

Sus caras lo dicen todo

Hubo un cambio en "Mrnja" y fue su forma de jugar. El lo cuenta así: "Cuando empezamos a trabajar, nos sentamos y Goran me dijo 'tu juego debe ser más agresivo', así que en eso estuvimos trabajando. Tomó algunos meses aprender nuevas tácticas y pensar en un nuevo juego, esa fue la parte más difícil. Sin embargo, todo esto me ha servido enormemente". Y dentro de la cancha se notó. Agresivo cada vez que puede, meterse dentro de la cancha y aprovechar espacios a partir de su potencia son algunos de los cambios visibles. El saque, su principal arma, junto a su derecha, fueron los tiros que pulió. Regularidad en ambos golpes le hicieron ganar más puntos gratis y cortos, para no desgastar su físico. Y en lo mental dio un salto cualitativo. Hoy es mucho más fuerte.

Al igual que Del Potro, ambos ganaron su primera y única final de Grand Slam en el US Open. Y no solo son comparados por eso con el argentino, sino que ambos miden 198cm, los ganadores de Grand Slam más altos de la historia. Marin Juan Martín nacieron en septiembre de 1988, con apenas cinco días de diferencia, tienen un juego muy similar, basado en un potente saque y una temible derecha, acompañados por un revés agresivo y una movilidad llamativa para sus casi dos metros. Y para completar el combo, son amigos tras compartir muchos años en el circuito junior.
Otra similitud más entre ellos

En su camino al título en Nueva York, Cilic derrotó a cinco preclasificados, dos de ellos Top10. Ante Simon, Berdych, Federer y Nishikori, ostentaba récord negativo en enfrentamientos personales y los pudo vencer a todos, cediendo apenas tres sets, ninguno a partir de cuartos de final. La final no tuvo presencia del Big Four (Federer, Nadal, Djokovic y Murray) por primera vez en un Grand Slam desde el Australian Open 2005 (Safin vs Hewitt), rompiendo muchos años de hegemonía por parte de esos jugadores. En ese mismo período, solo tres pudieron coronarse en un Grand Slam a excepción del 'Big Four', Del Potro, Wawrinka y el propio Cilic. ¿Nueva Era?

"Hace unos cinco días todo empezó a cambiar. Empecé a jugar increíble contra Simon en el quinto set (en octavos de final) y no paré hasta hoy, ganándole a jugadores muy buenos. Todo por lo que trabajé y soñé se dio hoy. Es una gran señal para todos los jugadores que están trabajando fuerte, una gran esperanza, que si estás trabajando duro, las cosas se darán", fue el mensaje del nuevo campeón para todos los aspirantes a un "Major", en una época en la que muy pocos tienen el privilegio de meterse en la pelea.

"Me parece completamente irreal que me llamen campeón de Grand Slam"

Cuando se le preguntó por los festejos por semejante triunfo, el nacido en Bosnia-Herzegovina, con mucho humor, dijo esto: "No sé qué preparó el equipo, supongo que iremos por todo Manhattan. Lo único que espero es que no terminemos haciendo la parte 4 de Hangover”. Crack.

Daniel Vitale Pizarro

24 agosto 2014

Todo fue color de rosa


¡Para brindar!

El que le ganó a Nadal en Wimbledon, el bicampeón de Copa Davis, el campeón de Bucarest 2013... Lukas Rosol ya se ganó un lugar dentro de los conocidos del tour y no solo por esporádicos resultados o determinados batacazos. El checo se adjudicó su segundo ATP en Winston Salem ante Jerzy Janowicz, en la previa del US Open. En su tercera final disputada en lo que va del año (cuarta en su carrera), pudo festejar tras haber perdido las de Bucarest y Stuttgart. Los buenos resultados le permitieron subier en el ranking hasta el puesto 27°, su ubicación más alta desde que es profesional. A los 29 años, en un circuito cada vez más longevo, Lukas pasa por su mejor momento tenístico, justo antes del último Grand Slam del año y de la semifinal de Copa Davis ante Suiza, que lo tendrá una vez más entre los convocados.

Preclasificado número siete en Winston Salem, Rosol aprovechó la prematura caída de Robredo y el abandono de Isner, su rival en semifinales para meterse en la final. Del otro lado de la red lo esperaba Jerzy Janowicz (el hombre de las gafas) que acumulaba en 2014 diez primeras rondas y apenas una sola semifinal ATP en Montpellier, en febrero. El polaco tuvo que remontar los dos partidos previos a la final en los que había perdido el primer set: Goffin en cuartos de final y Querrey en semifinal. Además le cortó al belga Goffin la racha de veinticinco partidos consecutivos sin perder. A pesar de ir ganando durante casi toda la final, la victoria y el trofeo no fueron para él.

399cm de altura...

Rosol (196cm) vs Janowicz (203cm) se dirimían el título en Winston Salem. Ambos con estilos de juego muy parecidos: "bombas" desde cualquier posición de la cancha, potentes servicios y "planazos" de derecha. Puntos cortos, muchos winners y errores no forzados, fueron el patrón de la final (como el de sus carreras). Parejos hasta en el resultado, Jerzy dejó escapar un 0-40 en el 3-4 al servicio de Lukas y luego dos match points cuando el checo sacó 4-5. Tras las oportunidades desaprovechadas, la balanza comenzó a inclinarse en contra suyo. Salvadas las situaciones de riesgo, el nacido en Brno, Checoslovaquia, quebró el servicio de su rival en el siguiente juego y cerró el partido 3/6 7/6 7/5.

Rosol expresó su satisfacción por el rendimiento de su servicio a lo largo del partido: "La clave del partido estuvo en la gran concentración que mantuve en mis juegos, especialmente con mi saque. Lo importante es que esta no sea la primera ni la última que dispute", y explicó otra de las claves para que el partido se volcara a su favor: "Esperé con paciencia para ver si me daba una chance con su saque, y lo hizo. No empecé bien, pero terminé bien".


Además de su natural potencia, es tirador compulsivo de drops

Janowicz pudo acumular cinco partidos al hilo en el circuito, algo que no conseguía desde la semifinal en Wimbledon 2013, una irregularidad que lo empujó desde el puesto 14° que supo tener hasta el 52° (43° tras esta final). Gracias a las cuatro victorias, igualó su récord de partidos en el año (20-20) y sumó su segunda final ATP, ambas perdidas (París 2012 y Winston Salem 2014). Admirador de Pete Sampras, con 23 años y mucho potencial, sobre todo en su saque y su derecha, deberá madurar mentalmente si quiere volver al Top20 y mantenerse allí para intentar dar el salto al Top10.

Dato curioso: Lukas Rosol ganó diez puntos menos que Jerzy Janowicz (98 a 108) durante las dos horas y once minutos que duró el partido e igualmente pudo ganar el encuentro.
Destino: Nueva York

Amante de la carne argentina y de la comida italiana, Lukas Rosol comenzó a jugar hockey sobre hielo a los cuatro años y a los seis agarró por primera vez una raqueta para jugar con sus padres. Lukas es hijo de Emil, dueño de un comercio de artículos para los autos, y de Diana, profesora de esquí, que también trabaja con su marido en el negocio. Entre sus pasatiempos está esquiar (empezó a esquiar a los cinco años con su madre) y jugar al fútbol, actividades no complementarias con el tenis, que practica cuando se lo permite la raqueta y la pelotita amarilla. A pesar de no destacarse como junior, su carrera hacia el Top100 fue larga. Recién ingresó en 2011 con 26 años. Y hasta hoy, solo salió de la "elite" seis semanas en 2012, justo antes de derrotar a Nadal en Wimbledon, cuando todo empezó a cambiar...

Daniel Vitale Pizarro

19 agosto 2014

Larga vida a Roger


¿El mejor drive de la historia?

Por enésima vez, como si de callar a sus detractores se tratara, Roger Federer volvió a hacerlo. A los 33 años y con dos pares de gemelos (un distinto en todos los aspectos), el suizo multicampeón se dio el gusto de festejar el título número 80 de su holgada carrera como profesional, nada menos que en un Masters 1000. En Cincinnati, "el expresso suizo" apretó el acelerador en el momento justo y derrotó una vez más a David Ferrer, su rival de turno el domingo. "Quizás le gane alguna vez en el circuito de veteranos", exclamó entre risas "Ferru" tras perder una vez más ante el helvético (H2H 0-16).

Pero no solo nacieron sus hijos en 2014. La temporada incluyó varios cambios significativos para intentar, una vez más, volver a ser protagonista y candidato cada semana. Brisbane fue el punto de partida de sus "cambios". Desde el 2000 que no disputaba ese certamen (ex Adelaida), al cual cambió por Doha. Y precisamente en Brisbane comenzó a utilizar un prototipo de raqueta muy distinta a la que lo acompañó durante casi toda su carrera. Color negro opaco, aro 98 en vez del aro 90 anterior, similar balance y peso, y mismo patrón de cuerdas (16x19) y encordados (Tripa natural en las verticales y Luxilon Alu Power Rough en las horizontales).

Mirka, avisale a los chicos que gané y que vuelvo a casa en un rato (?)

Roger Federer, como en Gstaad y Hamburgo 2013 cuando probó pero la abandonó por falta de adaptación, dejó atrás el arma que tantas alegrías le dio, pero que su juego (y edad) le exigían un cambio si quería seguir en la elite. A todo eso le sumó a Stefan Edberg como "head coach", una apuesta fuerte para "volver a ser". En Cincinnati estrenó el modelo definitivo de ese prototipo que utilizó hasta Wimbledon con un leve cambio: aro 97. El modelo que comercializará la marca de la "W" se llama: Wilsonf Pro Staff RF 97 Autograph. En su segundo torneo con la nueva herramienta, gritó campeón.

Y los cambios se notaron rápidamente. Dueño de un físico privilegiado que no decanta los 33 años que dice su documento que ineludiblemente, por el paso del tiempo, no es el mismo, empezó a cambiar su táctica dentro de la cancha para suplir las pequeñas diferencias de la edad. Más atención a su servicio, más idas a la red para cerrar los puntos antes, voleas más simples, puntos más cortos y la intención de ser más agresivo siempre que se pueda. Como todo cambio, los resultados positivos no llegan de un día para el otro, pero las buenas sensaciones se notaron desde los primeros torneos del año. Final en Brisbane (Hewitt) y semifinal en el Australian Open (Nadal) prometían un 2014 auspicioso, teniendo en cuenta la floja temporada 2013 en comparación con su historia.
El Top5 de los mejores tiros de Cincinnati

La decisión a último momento de disputar la primera ronda de Copa Davis para ayudar a su equipo a derrotar a Serbia (sin Djokovic), fortaleció su confianza. Semanas más tarde, en Dubai, brilló ante Novak en semifinales y cumplió en la final ante BerdychRoger volvía a levantar un ATP 500, algo que no hacía desde Dubai 2012. La siguiente parada fue Indian Wells y perdió ante Djokovic en la final, 7/6 en el tercero. La moneda cayó del lado del serbio pero Federer demostró que la versión 2013 había quedado atrás. Una vez más la Copa Davis inyectó de confianza a "RF". La victoria ante Kazajistán, serie en la que aportó dos puntos, derivó luego en otra final de Masters 1000, pero sobre arcilla, en Monte Carlo. Otra victoria ante Djokovic en semifinales no bastó para poder derrotar a Wawrinka, que se llevó el título en Mónaco.

En el medio de todo eso, nacieron Leo y Lenny Federer, por lo que Roger se bajó de Madrid y volvió en Roma, aunque perdería en primera ronda (Nishikori). Los octavos de final ante Gulbis en Roland Garros marcaron que la arcilla había terminado para Federer y que el césped entraba en acción. Campeón en Halle por séptima vez y finalista en Wimbledon por novena vez. Federer volvía a ser Federer. Distinto pero a la vez el mismo. Pequeños cambios hicieron que siga la senda de la victoria, para el deleite de sus seguidores, la admiración de los conocedores y la frustración de sus rivales.

Dos ejemplos dentro y fuera dela cancha

La gira norteamericana de cemento dio inicio y Federer no la desaprovechó. La final en Toronto perdida ante Tsonga no machacó la confianza de Roger que a pesar de perder la quinta definición del año y a punto de borrarse de Cincinnati por cansancio acumulado, en Ohio, pudo levantar un Masters 1000. Estados Unidos vio como Federer quebró esa racha negativa de dos años sin ganar un trofeo de esta categoría. Tres Top10 en el camino y destellos de su interminable calidad, fueron suficientes para coronarse en Cincinnati por sexta vez.

David Ferrer fue el finalista, el incansable español que también supera los 30 años (32) y da que hablar en el circuito. Número seis del mundo (5° tras la final perdida), David alcanzó su 45° final ATP (21-24), la tercera del año (1-2) y la séptima de Masters 1000 (1-6) en su carrera, al menos una por año desde 2010. Finalista del Masters 2007 y Roland Garros 2013, Ferrer es otro jugador que cambió por el paso del tiempo. A su privilegiadas piernas y su garra, le aumentó la velocidad a su drive e intenta ser más agresivo, porque a pesar de ser consciente de tener una defensa formidable, a los 32 años, no se gana solo con eso. El físico te pasa factura y los puntos deben acortarse si se quiere mantener en el Top10. Y Ferrer no está ajeno a eso. Cambiar es aceptar la realidad. Saber cuando cambiar es evolucionar.

Como un presidente

Ocho finales ATP (3-5), cuatro de Masters 1000 (1-3) y 49 partidos ganados (líder anual). No lo convierten en el mejor jugador de la temporada solo porque Djokovic le impidió coronarse en WimbledonCincinnati fue el título 80 de Roger Federer, si, 80... Atrás quedó McEnroe (77). Lendl (94) y Connors (109) solo tienen el privilegio de, por ahora, haber ganado más títulos que él. 121 finales ATP, otra marca que aumentó, detrás de Connors (163) y Lendl (146), el mismo Top3. Este Masters 1000 significó el número 22 en su cuenta personal en 38 finales de esta categoría, solo superado por Rafael Nadal (27). Además, agregó Cincinnati a su lista de torneos que obtuvo seis o más veces junto a Wimbledon (7), Halle (7), Dubai (6), el Masters (6) y Cincinnati (6). Números que no dejan de sorprender.

Es verdad, esta versión de Federer sufre más de la cuenta, se fastidia, no gana con la facilidad de antaño, pero gana. Los años no llegan solos, el tiempo, como dicen en la radio, es tirano, solo hay que saber administrarlo y utilizarlo de la mejor manera posible. Y quien mejor que él, un artesano del calendario que selecciona minuciosamente los torneos a participar y sus descansos para rendir al 100% y cuidar su físico a sus 33 jóvenes años. Larga vida al Dios Roger... y que dure lo que tenga que durar. Mientras tanto, disfrutemos, que nada en la vida es eterno.

Daniel Vitale Pizarro

11 agosto 2014

Impensado campeón

Pura potencia

Jo-Wilfried Tsonga campeón del Masters 1000 de Toronto. ¿De verdad? Contra todos los pronósticos, el francés se adjudicó su segundo Masters 1000 en la final ante Roger Federer, número tres del mundo y el jugador con más victorias en lo que va del año (44). Impensado una semana atrás, Tsonga despachó a cuatro Top10 al hilo por primera vez en su carrera en un mismo torneo (Djokovic, Murray, Dimitrov y Federer) y su tenis volvió a la cúspide tras dieciocho meses sin levantar un título (Marsella 2013) y seis años después de su única corona en la categoría.

Irregular por donde se lo mire durante 2014, el ranking se encargaba de decir que era el número 15° del mundo, lejos de ser el quinto del planeta como supo serlo, pero más lejos aun por el nivel que venía mostrando en la temporada. La final en Marsella perdida ante Gulbis era su mejor performance hasta Toronto. Incluso no había alcanzado ninguna semifinal más, solo dos cuartos de final en Dubai y Monte Carlo, muy por debajo de su nivel. Derrotas con Cilic, Gulbis, BenneteauGojowczyk, Giraldo y Matosevic (todos con menor ranking), mostraban un Tsonga vulnerable, irregular e incapaz de alzarse con un torneo de esta jerarquía, al menos en el corto plazo...

Algunas de las cosas que hizo para volver a ser campeón de un M1000.

Pero todo cambió cuando en octavos de final vapuleó al número uno Novak Djokovic 6/2 6/2. El mundo miró con otros ojos a "Jo" tras esa victoria. Luego superó a Murray (9°) en cuartos de final, a Dimitrov (8°) en semifinal y a Federer (3°) en la final, para completar el poker de Top10, una hazaña difícil de igualar, que no se veía en el circuito desde Cañas en 2002 en este mismo escenario. Un año hacía que no vencía a un Top10 y aquí despachó a cuatro. Preclasificado número 13°, el clon de Muhammad Ali se metió en tierra de grandes al ser el cuarto jugador fuero del "Big 4" (Nadal, Federer, Djokovic y Murray) en ganar un M1000 de los últimos 40 disputados, junto a Soderling, Ferrer y Wawrinka. Privilegio de pocos.

La clave del triunfo en la final fue su estrategia, basada en un formidable servicio que casi no le trajo problemas a lo largo del encuentro (nunca enfrentó un break point en contra) y en su paciencia a la hora de atacar, algo poco común en el francés que tira y tira de cualquier sector de la cancha. Los errores no forzados de Federer (37) hicieron que Tsonga, por momentos, jugara a una velocidad menos que lo habitual en él. Paciente, esperó el error del rival, especuló, no intentó tomar siempre la iniciativa y atacó cuando debió. El resultado fue el título en Canadá y la vuelta al Top10.

Canadá le sienta bien (dos semifinales y un título).

Jo-Wilfried no pudo ocultar su alegría y explicó la diferencia con su anterior M1000 ganado, allá por 2008 en su país natal, Francia: "Es completamente diferente a la vez anterior, cuando gané en París. En París fue la primera, detrás de mi familia, mis amigos, todo el mundo. Aquí sólo lo hice con mi nivel, con mi juego. He jugado bien toda la semana. Vencí a muchos jugadores buenos. Es un gran logro porque he trabajado muy duro para volver de mi lesión de rodilla del año pasado".

Roger Federer, que en la semana cumplió 33 años, siguió aumentando sus números de leyenda. A los 21 títulos de Masters1000, le agregó una final más (37), 299 partidos ganados en esta categoría y 967 en toda su carrera. El titulo ATP N°80 del suizo se hace esperar pero el nivel nos dice que llegará más temprano que tarde, siendo esta su final 120 como profesional. Durante 2014 ya gritó campeón dos veces (Dubai y Halle) y fue subcampeón en otros cinco certámenes (Brisbane, Indian Wells, Monte Carlo, Wimbledon y Toronto). Tremendo. Ahora Roger afrontará Cincinnati, US Open (cinco títulos en cada torneo) y la semifinal de Copa Davis, una parte del año muy exigente para cualquiera, más aun para un jugador de 33 años y con tantas batallas sobre su espalda.
Decepcionado por su nivel en la final.

Federer alzó la voz y dejó bien en claro sus sensaciones pos partido: "No he estado jugando muy bien. Si uno no puede golpear de derecha o lo que sea, es sólo que... no era mi día. Fue realmente frustrante lo que yo sentí. He luchado. He variado mi juego, y yo tenía la esperanza de colarme en cada set y entonces aprovechar cuando él se pusiera nervioso o jugase mal. Yo no pude crear suficientes oportunidades. Así que creo que mereció ganar la final".

"LeMome" pudo derrotar a Roger luego de caer dos veces este año (Australian Open y Monte Carlo). Tres de sus cinco victorias ante "RF" fueron aquí en Canadá. El título fue su segundo de la serie Masters y el número once ATP en 20 finales disputadas. El exnúmero cinco del mundo volvió al Top10 luego de estar fuera del selecto grupo desde marzo y pasó de ser un peligroso Top20 a una amenaza para cualquier jugador en cada torneo durante el resto de la temporada sobre cemento, ya sea outodoor o indoor. Cincinnati y US Open son sus próximos compromisos importantes, aunque Cincy sea su peor Masters1000 (segunda ronda su mejor resultado) y Flushing Meadows su peor Grand Slam (cuartos de final fue lo más lejos que llegó).

Daniel Vitale Pizarro

04 agosto 2014

Tenis canadiense de altura


Canadá en su máxima expresión tenística

El impacto lo dio hace exactamente un año. En Montreal, el país que lo alberga desde muy joven, alcanzó la final del Masters 1000 de Canadá. Nadal fue demasiado para él. Luego "Rafa" encadenó Cincinnati y US Open, quizá su gesta más importante. Aquel día, tras la final perdida, tocó el Top10, aunque solo duró una semana dentro de los diez mejores, puesto que recuperó cinco meses más tarde y que ahora lo tiene no solo dentro, sino como protagonista y ostentando su mejor ranking histórico (6°). Doce meses después, Milos Raonic es campeón del ATP 500 de Washington, en una final histórica para su país.

Preclasificado número dos en Washington, Raonic sorteó a sus rivales sin perder sets, aunque con varios tiebreaks (cinco TB sobre diez sets disputados). La prematura caída de Berdych (preclasificado N°1) dejó acéfalo al cuadro principal y el rival de Milos fue otro canadiense, Vasek Pospisil. Un año mayor que Raonic (24 años), su rival fue su compañero de Copa Davis y lo derrotó como en la semifinal de Montreal 2013 para ingresar al Top10. Esta vez significó volver al Top6 y fue la primera final 100% canadiense en la historia de la ATP. El título quedó para el gigante de 196 centímetros de altura, trofeo que significó su primero de la serie 500. 

No es solo un saque potente

Pospisil, que no se queda atrás en temas de altura (193cm), subió nueve puestos (27°) para quedar a dos lugares de su mejor ubicación. Para Vasek fue su primera final ATP. Además, esta temporada fue campeón en Atlanta y Wimbledon en dobles, junto a Jack Sock. Con la confianza en alto, fue el encargado de doblegar a Berdych (5°) en octavos de final y a Gasquet (14°) en semifinales. Aun con más partidos perdidos que ganados a nivel ATP (41-53), apunta, por ahora, a mantenerse estable en el Top30. Junto a la final en Washington, en 2014 acumula una semifinal en Chennai y cuatro cuartos de final (o mejor) en sus últimos cinco certámenes disputados.

Raonic, desbordado de confianza, expresó sus sensaciones tras la coronación en la capital norteamericana: "No podría haber pedido una mejor manera de llegar a la parte más importante del año. Creo que estoy jugando a un nivel alto. Creo que el número al lado de mi nombre no es casualidad y no creo que sea una casualidad si sigue bajando. Se trata de mejorar cada semana y encontrar una manera de ganar partidos".

Las banderas canadienses, omnipresentes en el estadio

A pesar de representar a Canadá, Milos Raonic nació el 27 de diciembre de 1990 en Podgorica, Montenegro. A los tres años de edad se mudó con su familia (ambos padres ingenieros) a Canadá y recién comenzó a jugar al tenis a los ocho años. Admirador de Pete Sampras, llegó a decir que había grabado todos sus partidos televisados. En 2010 debutó en Copa Davis ante Colombia (perdió ante Giraldo y Cabal los singles pero ganó el dobles junto a Nestor) y en 2011 fue distinguido como el jugador revelación ATP, luego de ascender del puesto 156° al 31° durante esa temporada.

El 2012 fue el año de su estabilización en el ranking y los resultados empezaron a llegar. Dos títulos, dos finales y su primera segunda semana en un Grand Slam (US Open). La temporada siguiente significó su consolidación como protagonista en cada torneo al que iba. Cuatro finales más alcanzadas (2-2), final de un Masters 1000 (Montreal) y segunda semana en Australian Open y US Open. También formó parte del Top10 durante una semana y alcanzó la semifinal de la Copa Davis, instancia a la que Canadá había llegado solo una vez en su historia, en ¡1913! Milos Raonic ya era el mejor jugador que había jugado al tenis representando al país más al norte de América.


Ljubicic y Piatti, los entrenadores de Raonic, observándolo en Roland Garros.

Cuartofinalista en Indian Wells, MiamiMonte Carlo y Roland Garros, y semifinalista en Roma y Wimbledon 2014, permitieron que Raonic volviera al Top10, principalmente por sus destacadas actuaciones en ambos Grand Slams. Escaló posiciones dentro del selecto grupo y se estableció como probable Top8 y participante del Masters en Londres, salvo que alguna lesión le impida competir durante la parte final de la temporada. A todo eso, le sumó el trofeo de Washington, su primer ATP 500 y la primera corona del 2014. Acumula seis títulos como profesional en once finales disputadas.

Convencido de que tenía muchas cosas por mejorar, Milos Raonic decidió darle un salto de calidad a su juego y a su portentoso físico, y contrató en 2013 al exnúmero tres del mundo Ivan Ljubicic, más la ayuda de Ricardo Piatti, con el que ya venía trabajando. Y los resultados están a la vista de todos. Toronto, Cincinnati y US Open, la parte en la que mejor se desempeña del año, son el futuro próximo de este gigante sacador que ya no solo saca bien...

Daniel Vitale Pizarro

28 julio 2014

Rio de janeiro no fue casualidad


Inyección de confianza para lo que vendrá

Semifinal del ATP 500 de Rio de Janeiro 2014. Pablo Andujar llegó a tener dos match points ante Rafael Nadal para alcanzar la final, pero a pesar de jugar quizás su mejor partido como profesional, no pudo sellar la victoria. Nadal luego fue el campeón. El promisorio año que se esperaba del español, por el nivel mostrado en febrero en Brasil, quedó en Brasil. Recién alcanzó cuartos de final la semana pasada en Hamburgo, sin poder ganar partidos consecutivos a nivel ATP desde el ya lejano Rio 2014. Diez torneos después, más una derrota en un Challenger, llegaba a Gstaad con el anhelo de hacer un buen papel, y para sorpresa hasta de él mismo, se proclamó campeón en la arcilla suiza ante Juan Mónaco.

"Nunca pensé que ganaría el título", dijo Andujar luego de levantar el trofeo. "Miré a mis padres, a mi novia y a mi hermano, quienes estaban acá, y fue fantástico porque finalicé con un ace, el único que anoté en todo el partido. Fue un sentimiento que no puedo describir porque hubo mucho trabajo antes de obtener el trofeo", una mezcla de emoción y satisfacción por lo conseguido, cuando menos se lo esperaba.


No fue suficiente, pero volvió a una final ATP

Juan Mónaco, que llegaba a una final ATP tras doce meses sin disputar esa instancia (Kitzbühel 2013), sumó otra definición a su carrera, la número diecinueve (8-11). "Pico" recuperó la confianza que había perdido durante el último año calendario, confianza que lo hizo descender hasta el puesto 105° del ranking mundial. Sin el fantasma de las lesiones (muñeca, espalda y rodilla), buscará recuperar la regularidad y el nivel que lo depositó como Top10 en 2012. Aunque a los 30 años volver a ese puesto de privilegio sería algo casi utópico para el tandilense, remotar la senda de los triunfos y el camino que lo condujo a la elite del tenis mundial, no es imposible.

Hace 28 años nacía Pablo Andujar Alba, en la ciudad de Cuenca, España. Empezó a jugar al tenis a los seis años para nunca más dejarlo. Ya como junior, "El tronco" (apodo), alcanzó los cuartos de final en Roland Garros y el título en dobles junto a Marcel Grannollers. Ese año (2004) finalizó como número siete del mundo en junior. Pero la transición al profesionalismo no fue nada fácil, algo que le sucede a muchos jóvenes cuando dan el salto al circuito ATP.

Su primer impacto fue en 2010 cuando alcanzó la final de Bucarest. Juan Ignacio Chela fue el encargado de quitarle la posibilidad de debutar como campeón ATP en ese año. Esa temporada terminó por primera vez dentro del Top100 a fin de año, posición que abandonó tan solo durante una semana durante los últimos cuatro años. Actualmente el título en Gstaad lo colocó 44° (tocó el puesto 33° en 2012) y sumó tres cetros ATP (Casablanca 2011-12 y Gstaad 2014) en seis finales disputadas, todas en ATP 250 y sobre arcilla (Bucarest 2010-11 y Stuttgart 2011).

Admirador de sus compatriotas Ferrero, Ferrer y Nadal; fanático del Valencia FC; Pablo nunca ganó dos partidos seguidos en un Grand Slam y no tiene victorias en Wimbledon, siendo las grandes citas, sus puntos más bajos como profesional. Tampoco disputó nunca una serie de Copa Davis, aunque en ese caso, la armada española tiene una férrea disputa entre compatriotas para participar en la competición más importante por equipos, por la cantidad de jugadores en el circuito y por el nivel expuesto por ellos. Andujar ha quedado relegado a la hora de las convocatorias por los diferentes capitanes de turno durante sus más de diez años como profesional. Pero el debut puede llegar en cualquier momento, y más si mantiene el nivel que mostró en Brasil y Suiza este año.

Daniel Vitale Pizarro

21 julio 2014

Corrientes-Hamburgo-Tel Aviv


La novia de Leo, la más contenta

Leonardo Mayer ahuyentó sus propios miedos, revirtió una final ante el número siete del mundo, la ganó en el tie-break del tercer set y se tomó revancha de la definición perdida en Viña del Mar ante Fabio Fognini en febrero de este año. A los 27 años, el correntino sorprendió al mundo. Derrotó a David Ferrer en la final del ATP500 de Hamburgo para lograr su primer torneo ATP y también su primera victoria ante un Top10, justo en la final y ante uno de los mejores de los últimos años en esta superficie. Un broche de oro para su mejor semana como profesional.

Su mejor triunfo del año había sido precisamente en su mejor torneo, Viña del Mar (Chile), cuando venció al 16° del mundo, Robredo (salvó cuatro match points), para luego perder la final del certamen. En Alemania, su rival por el trofeo era David Ferrer, difícil por donde se lo mire. Sin necesidad de agregar datos de la carrera de "Ferru" para dimensionar su estupenda carrera, "Leo" se enfrentaba no solo ante un jugador que disputó 43 finales ATP, sino ante él mismo. Con una final sobre el lomo, al menos ya sabía lo que era llegar a esa instancia.

Selfie del campeón

Las lesiones, la confianza, los miedos, el juego, todo eso le jugaba en contra antes de la salir a la cancha a conquistar su primer cetro ATP. Pero como si nada de eso pesara y aun tras perder el primer set en tie-break, no se achicó y gracias a su juego basado en un gran saque y una derecha explosiva e incisiva, se llevó los sets siguientes, el trofeo y la ovación del público que lo vio emocionarse cuando asimiló que el campeón era él. Al menos un argentino pudo festejar en Alemania, una semana después de la final del mundo perdida en Brasil...

"No lo puedo creer. Se me dio y más con Ferrer que es uno de los mejores en esta superficie. Estoy contento y aún no caí de que gané", fueron las primeras palabras de Mayer tras coronarse en Hamburgo. Y Leonardo agregaba: "Empecé tenso, luego me relajé un poco y empecé a jugar mejor. Él además erró algunas pelotas que me permitieron meterme en el partido. Jugué tranquilo, para disfrutar y por eso creo que lo pude ganar".
Genial caricatura del humorista gráfico Daniel Galantz

Hamburgo le dio a Mayer por primera vez un lugar en el Top30 (27°), su mejor ranking desde que se volvió profesional en 2003. Pero el camino al Top100 fue más complejo de lo que se esperaba. Nerviosismo dentro de la cancha, irregularidad y varias lesiones, impidieron la consolidación dentro del lote de los 100 mejores. En 2009 ingresó a ese grupo para terminar el año como el 75°. Desde esa temporada que "el yacaré", con vaivenes durante los doce meses, en diciembre terminó en el Top100. 

Inició 2014 en el puesto 94° del escalafón mundial y temprano en la temporada, en Chile, empezaron los buenos resultados gracias a la final perdida ante Fognini. Tras una sequía de triunfos (solo una victoria en los siguientes seis torneos tras Viña del Mar), desembocó en Oeiras y alcanzó los cuartos de final. Misma instancia en Niza antes de los Grand Slams, torneos que significaron la inyección de confianza que necesitaba para estar donde está hoy. Tercera ronda en Roland Garros y octavos de final en Wimbledon (primera segunda semana en un Grand Slam en su carrera), auguraron una buena gira sobre arcilla post "Majors".
El finalista David Ferrer (7°) sumó valiosos 300 puntos que le permitieron superar a Milos Raonic en el ranking y ocupar el sexto lugar. Agregó a su historial una final ATP más, la número 44 (21-23) a los 32 años, más en forma que muchos jóvenes, siempre dispuesto a luchar por una pelota más. A pesar de alcanzar 25 finales en polvo de ladrillo, nunca había llegado a la definición en Hamburgo ni en los tiempos en el que era Masters Series (hoy reemplazado por Madrid). Esta fue su segunda final del año tras ser campeón en Buenos Aires a principios de temporada.

Y el impacto no se hizo esperar. Dos semanas después de la hazaña en el césped londinense llegó su primer título ATP, ante Ferrer, en un ATP500. Impecable y merecido por todo lo que luchó y sufrió para llegar a este momento, incluido el asesinato de un entrenador que lo marcó, Ruben Ré, a principios de la temporada pasada. Con la serie de Copa Davis en el horizonte, se perfila para representar a Argentina ante Israel tanto en los singles como en el dobles, pero eso ya es tarea de Martín Jaite y compañía.

Daniel Vitale Pizarro

14 julio 2014

Ansiado debut


Fotograf: Christian Ahlqvist
Posted by Swedish Open Tennis on miércoles, 9 de julio de 2014

Solo él sabe lo que le costó volver

A tono con la edad promedio de los protagonistas de estos años, Pablo Cuevas debutó como campeón ATP a los 28 años, maduro física, mental y tenisticamente. En Bastad, Suecia, el argentino-uruguayo levantó la copa tras derrotar al portugués Joao Sousa 6/2 6/1, sin mayores complicaciones, para que toda la banda oriental festejara su título, el séptimo en la historia "celeste". Compañero de ruta de los argentinos, Pablo obtuvo el mismo trofeo que Berlocq en 2013, Zabaleta en 2003-04 y su compatriota Marcelo Filippini en 1998, este último el máximo ganador en la historia de Uruguay con cinco coronas ATP en su haber.

111° del ranking mundial, Cuevas ingresó al cuadro principal del certamen gracias a su ranking protegido, por esa bendita lesión en su rodilla derecha que lo mantuvo alejado por casi dos años de las canchas. Chardy, Lindell, Olivo, Verdasco y Sousa fueron los que sufrieron la consistencia del nacido en Concordia. Consistencia que ninguno pudo quebrar. Solo el wild card local Lindell le arrebató un set y lo puso en apuros en cuartos de final, problemas que sorteó y se encaminó hacia su debut como campeón. El portugués ya conocía lo que era coronarse en este nivel, al revés que el uruguayo que disputaba su primera final. Por el rendimiento de ambos y el resultado final, no se notó la inexperiencia del uruguayo que supo afrontar la definición con holgura.



Pablo Gabriel Cuevas nació en Concordia, Entre Rios (Argentina) de casualidad. De madre uruguaya y padre argentino, el 1° de enero de 1986 durante las fiestas fue cuando nació Pablo en la provincia argentina, ya que pasaban año nuevo allí. Comenzó a jugar al tenis en un club de campo con sus padres a los seis años. A pesar de nacer en Argentina, desde muy chico representó a Uruguay ya que por su madre uruguaya pudo nacionalizarse sin problemas. Instalado en la ciudad de Salto (Uruguay), comenzó a entrenar en el "Club Remeros" de esa ciudad. En el club practicaba fútbol, canotaje, basquet y tenis, de todo un poco. Incluso varias veces se iba de Concordia hasta Salto remando en kayak para ir a entrenar al club, al tenis, deporte que eligió en su adolescencia.

Su inserción a los torneos profesionales fue en 2002, con 16 años, como invitado en un Future de Uruguay. Al año siguiente logró su primer punto ATP. En 2004 debutó en Copa Davis y aun como junior, ganó el Uruguay Bowl. Su primer Future lo consiguió en 2005 en Argentina y su primer Challenger fue dos años más tarde en Scheveningen, Holanda. Afianzado en el circuito Challenger (mechaba con certámenes ATP), en 2008 obtuvo su mejor resultado como profesional. En dobles, junto al peruano Luis Horna, se dieron el gusto de ganar Roland Garros. Quizás semejante título fue la confianza que le faltaba a Cuevas para meterse de lleno en el circuito ATP y dejar los Challengers, cosa que sucedió mientras su físico se lo permitió.


Fotograf: Oscar Midelund
Posted by Swedish Open Tennis on sábado, 12 de julio de 2014

"Es el golpe que hago con más naturalidad", Cuevas dixit

Entre 2009 y 2011, "Pipino" se mantuvo en el Top100, entre torneos ATP y algunos Challengers (en ese período ganó Szczecin en Polonia y perdió las finales de Montevideo y Buenos Aires). En 2010 estuvo parado casi cuatro meses por una lesión en su espalda. De vuelta en el circuito, a mediados de 2011 apareció otra lesión, la más grave de su carrera. Su rodilla derecha comenzó a mellar su físico. Esa rodilla lo alejó de las canchas por 23 meses, con dos operaciones en el medio y una larga y angustiosa recuperación, que hasta incluso lo hizo replantearse si continuar o no con el tenis.

El 2013 sería el año de la vuelta del uruguayo al circuito profesional, sano y con aspiraciones de meterse lo más rápido posible en el Top100, jugar torneos ATP, superar su mejor ranking (45°) y porque no, ganar algún título. Con ranking protegido por lesión, fue campeón del Challenger de Buenos Aires a fin de año. En marzo de 2014 hizo lo propio en Barranquilla, llegó a la final en Roma y nuevamente el campeonato en Mestre hace un mes, todos Challengers. Estaba listo para dar el salto de calidad en un certamen ATP, con las lesiones completamente olvidadas. Con tres unos en su ranking (111°) y apenas tres partidos ganados a nivel ATP en la temporada, desembarcó en Suecia para ser campeón, y Bastad fue la ciudad elegida donde levantó su primer trofeo en esta categoría.



El finalista Joao Sousa, que poco pudo hacer en la final, llegaba a la segunda definición ATP de su carrera, luego de sorprender a Julien Benneteau el año pasado en Kuala Lumpur y quitarle el título de las manos. Esa final fue la la novena definición perdida del francés, todo un récord por no poder ganar ni siquiera un trofeo ATP en su carrera (0-9). El portugués de 25 años es actualmente el número 35° del ranking, puesto más alto de su carrera. Una curiosidad: maneja con fluidez cinco idiomas: español, catalán, francés, italiano, inglés y portugués, todo un políglota.

"Hace mucho que vengo trabajando y soñando con ganar un torneo ATP. Ahora después de la lesión que tuve siempre seguía en mi cabeza poder volver para ganar un torneo y estoy contento por conseguirlo", palabras del campeón debutante ATP, que se sumó a Roberto Bautista Agut y Federico Delbonis en esta temporada. El título en singles ATP se suma a los nueve que consiguió a nivel Challenger más otras cuatro finales. Además obtuvo cuatro títulos ATP en dobles en nueve finales disputadas y 14 cetros en la especialidad, pero en Challengers, sobre 31 finales. Todo un especialista en la materia.



Dato: Pablo Cuevas colabora con UNICEF en Uruguay y es miembro de una fundación de perros en Argentina: "Fundación para la defensa y control del Animal Comunitario (FundACo)". La presidenta de la fundación, Gabriela Tenreiro, cuenta como es trabajar con el uruguayo: “Pablo nos abrió la posibilidad de contar con remeras autografiadas y videos. Ha obtenido para la fundación el apoyo de sus colegas Nadal, Safin, Mónaco y Del Potro que han autografiado sus remeras para que sean subastadas con la finalidad de recaudar fondos para solventar las campañas de castración y concientización que realiza FundACo. Ya se han llevado a cabo más de 3.400 castraciones”.

Daniel Vitale Pizarro

07 julio 2014

Hoy Djokovic, siempre Federer...


Así ganó Wimbledon, con el último esfuerzo

Basado en una formidable devolución, un alto porcentaje de primeros servicios y constantes passings shots, Novak Djokovic arruinó el sueño de gran parte del All England de ver campeón por octava vez en Wimbledon a Roger Federer. En la superficie preferida de Roger, el serbio le arrebató el título al suizo que luchó y peleó hasta el final pero que no resistió ante la consistencia de "Nole" que se llevó su segundo trofeo sobre el césped londinense, que de césped le quedaba muy poco en la final. Gracias al triunfo recuperó el N°1 del mundo, puesto que acechaba hace varios meses.

Siempre mejor plantado que su rival desde el fondo de la cancha, Djokovic achacaba a un Federer que cada vez que pudo, tomó riesgos con su derecha e intentó cerrar los puntos en la red con tiros de aproximación no siempre efectivos. Derechas profundas y slices fueron las armas suizas elegidas para desestabilizar el poderío desde la base serbia para luego terminar los puntos en la red y forzar los errores. El campeón del 2011 falló un par de puntos claves en el tiebreak del primer set y Roger aprovechó, gracias a su servicio, para llevarse el set inicial.

La mejor devolución del momento hizo la diferencia

El primer quiebre del partido lo propició Djokovic (el segundo que sufría Federer en todo el torneo) y eso le alcanzó para igualar el partido. Otro tiebreak se vislumbraba en el tercer set por la paridad en los juegos de saque de ambos y eso sucedió. Un mini quiebre fue suficiente para que "Nole" tomara las riendas del partido y se adelantara dos sets a uno. El envión anímico le permitió al nacido en Belgrado adelantarse en el set final y sacar para llevarse el título. Pero no estaba nada dicho. Pequeñas dudas de Djokovic para cerrar el encuentro le permitieron a Roger soltarse y jugar más cómodo. Del 2-5 y saque de "RF" pasó al 7/5 y quinto set. Cinco games seguidos le devolvieron la emoción a la final de Wimbledon y las tribunas explotaron. Una vez más, el siete veces campeón aquí disputaba un quinto set, igual que en 2007, 2008 y 2009.

La mejoró con Becker pero aun no la domina

El set final fue equilibrado y con escasas chances de quiebre, hasta que Djokovic sacó 4/4 15-15 cuando Federer estrelló un smash en la red. Novak mantuvo su servicio y al game siguiente, rompió el saque del suizo y se desplomó sobre el césped londinense, ese que lo vio llorar de emoción en 2011 contra Nadal y que en 2013, tras una batalla épica ante Juan Martín Del Potro en semifinales, no quiso que la final ante Andy Murray sea digna de un espectáculo. Djokovic, bicampeón de Wimbledon, y Federer, el campeón de siempre, en una final que quedará en la retina de los que pudieron disfrutarla y ver como el mejor del mundo venció al mejor de todos en el mejor torneo del mundo.

"Sabe como la mejor comida que he probado en mi vida"

El campeón Djokovic reflexionó tras la coronación: "Esta es la final de Grand Slam más especial que he jugado. Por el momento de mi carrera, por el trofeo de Grand Slam crucial, sobre todo después de perder varias finales de Grand Slam seguidas. Comencé a dudar un poco, por supuesto. Necesitaba esta victoria y mucho". Ya más tranquilo y luego de analizar el partido, agregó: "Sinceramente, la final de Australia 2012 ante Nadal fue más larga pero esta (Wimbledon) fue la final de Grand Slam con mayor calidad que jugué. Tampoco permití que mis emociones me desvanecieran, ya que era probablemente lo que me pasó en la final de Roland Garros. Me las arreglé para no sólo ganarle a mi rival, si no para ganarme a mí mismo".

Federer alcanzó su novena final en Wimbledon, la número 25 de Grand Slam (17-7). Junto a Nadal (Roland Garros), son únicos en la historia en llegar a nueve finales en un mismo Grand Slam, superados solo por Bill Tilden, que ostenta diez finales en el US Open. “Es hermoso estar en una final de Wimbledon, gane o pierda. Es aun más memorable cuando veo a mis hijas y a mi mujer allí. La decepción del partido se me fue muy rápido. Ver a mi familia y sentir la ovación del público me hizo sentir mucho mejor”, fueron las palabras del helvético luego caer en la definición. No todo en la vida es el tenis y sus declaraciones lo dejan más que claro.
La emoción y la decepción en una misma foto

Federer agiganta su figura como leyenda del tenis mundial y sobre todo en los Grand Slams. En Wimbledon 2014 superó algunas marcas importantes. A sus 17 Grand Slams, le agregó 25 finales, 35 semifinales, 42 cuartos de final y 274 partidos ganados, todos récords. Las 59 participaciones consecutivas en esta categoría son récord desde el Australian Open 2013 pero aquí empató a Agassi y Hewitt con 61 apariciones no consecutivas, lejos de las 70 de Santoro. También durante esta edición superó a Becker en el segundo lugar de más victorias en "La Catedral" (71) y llegó a las 73, aunque Connors siga lejos con 84 triunfos.

Novak Djokovic aumenta sus números y va escalando posiciones entre los mejores jugadores de todos los tiempos:  7 Grand Slams en 14 finales (alcanzó a McEnroe y Wilander); 45 títulos ATP en 67 finales; 175 partidos ganados en Grand Slams sobre 207 (8° en la historia) y a partir del lunes 102 semanas como N°1 y contando... (dejó atrás a Agassi con 101 y se acercó a Borg que tiene 109). Novak es cosa seria y con 27 años, en su esplendor físico, mental y tenístico, amenaza con romper cualquier récord y difícilmente pierda la cima del ranking de acá a fin de año, más aun con la inyección anímica de recuperar Wimbledon y el N°1 del mundo.

Daniel Vitale Pizarro