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15 julio 2019

La historia en juego


"No sé si es peor perder así que por un triple 6-2. Creo que al final eso no importa. Podría sentirme decepcionado, triste o enfadado. No sé cómo me siento ahora. Lo que siento es que ha sido una increíble oportunidad perdida. No puedo creerlo", fueron las primeras palabras de Roger Federer en conferencia de prensa luego de perder 7/6 1/6 7/6 4/6 13/12 la final más larga de la historia de Wimbledon ante Novak Djokovic. El suizo que cumplirá 38 años dentro de tres semanas, tuvo el partido en sus manos cuando sirvió 8-7 40-15 en el quinto set. Sin primeros servicios, un error con su derecha y un passing fantástico de su rival impidieron que el helvético fuera campeón por novena vez. Esfumados los match points, el partido se definió en el debut de la muerte súbita en 12-12 luego de 4h 57m.


Partidos tan igualados no ofrecen una explicación táctica o estadística clara de porqué ganó uno u otro, la diferencia en estos casos es mental. Más allá de los tiros ganadores, errores no forzados o break points concretados o desperdiciados, lo que determina al ganador es cómo enfrentan los momentos importantes del partido. Aprovechar las oportunidades creadas se transforma en algo vital para salir airoso de las situaciones complejas. Djokovic ganó los tres tiebreaks que se disputaron sin cometer errores no forzados (Federer 11) y levantó dos bolas de partido con el saque de su rival, impecable en los momentos donde el brazo se tensa y la cancha se achica. Novak devolverá genial y será físicamente dotado, pero su mejor cualidad es su mentalidad. Sus ojos se transforman en los de un depredador cuando tiene a su presa y su instinto de supervivencia es el de un felino salvaje.
Su dominio absoluto en el circuito en varias temporadas no tiene parangón, y toma mayor relevancia aun porque durante esos periodos, Federer y Nadal ya eran grandes campeones. A diferencia de Roger y Rafa, que dominaron antes de que Novak sea N°1 ATP, el nacido en Belgrado tuvo que luchar contra dos colosos en su esplendor y no solo los superó, sino que los dominó. Ejemplo de ello son las temporadas 2011, 2015/2016 y 2018/2019. De un historial parejo ante ellos (54-48), en estos periplos el serbio los aplastó: 29 triunfos y 6 derrotas. Números que reflejan su superioridad frente a los preferidos de los aficionados y de los medios especializados.
"Nos complementamos, nos hacemos crecer y evolucionar unos a otros. Ellos dos probablemente sean una de las razones más importantes por las que todavía compito a este nivel. El hecho de que hayan hecho historia en este deporte también me motiva, me inspira a tratar de hacer lo mismo y lograr más. No se si podré hacerlo. No considero la edad como una restricción de ningún tipo, lo que dije en la cancha, realmente lo dije en serio: Roger realmente me inspira con su esfuerzo a su edad. Los récords no dependen solo de mí mismo, dependen de las circunstancias de la vida. Además no soy solo un jugador de tenis, soy padre y marido. Tienes que equilibrar las cosas. Obviamente, necesitas tener las circunstancias correctas y el apoyo adecuado para que las cosas se desarrollen de la manera correcta", daba su parecer el cinco veces campeón de Wimbledon sobre varios temas relacionados con el Big3.
Muchas veces, para conocer cuánto significa una victoria para un jugador, hay que prestar atención al festejo en cancha del ganador. Así como Nadal celebró como si hubiera sido campeón en segunda ronda ante Nick Kyrgios, el particular festejo de Djokovic dejó mucha tela para cortar. "Nole" no gritó ni levantó los brazos ni se tiró al césped. El balcánico se regocijó en la Cancha Central de Wimbledon luego de competir casi cinco horas ante Roger Federer, el favorito indiscutido del público, y desafió a todos los presentes, incrédulos, mirándolos a los ojos, al mejor estilo Cristiano Ronaldo. Masticó un poco de hierba y se golpeó el corazón. El N°1 del mundo no solo le ganó a Federer, también 'derrotó' a todos los presentes.
"Tuve el partido más exigente físicamente contra Nadal en la final del Australian Open 2012 que duró casi seis horas. Pero mentalmente este, con Federer enfrente, en Wimbledon y salvando bolas de partido, fue un nivel mental diferente". Campeón de cuatro de los últimos cinco Grand Slams, Novak Djokovic va por todo y no tiene reparos a la hora de expresarlo. Hace rato que dejó de ser el tercero en discordia para pelear por ser el más ganador de la historia. El serbio es el anti-héroe, el que vino a romper esa estabilidad entre Roger y Rafael, el que reúne cosas de ambos pero que no es similar a ninguno, el más atlético de todos y el menos querido por el público de los tres.

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Quizás justamente por eso sea el "odiado", por venir a romper esa dualidad a la que los seres humanos nos apegamos en el deporte y en la vida, despreciando siempre a un tercero. Piensen en política, en fútbol o en cualquier ámbito: siempre la disyuntiva es por dos, no por tres. "Nole" es ese tercero, que hace todo lo posible por ser querido como los otros dos pero que no le alcanza ni le alcanzará. Solo le quedará superarlos en números y récords para que los eruditos del deporte, luego de retirados, lo ubiquen por encima de todos. Mientras tanto deberá luchar contra la antinomia Federer-Nadal hasta el final de su carrera.

Daniel Vitale Pizarro

20 mayo 2019

El candidato eterno







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Semifinal en Monte Carlo, Barcelona y Madrid. Desde 2004 que Rafael Nadal no llegaba al último Masters1000 sobre polvo de ladrillo sin ser campeón ATP. Su último título fue en agosto 2018 en el M1000 Toronto. En 2019, lo mejor había sido fuera de la arcilla, en el Australian Open en donde fue apabullado por Novak Djokovic en la final 6/3 6/2 6/3. Entre malos rendimientos, lesiones y declaraciones poco felices como "probablemente jugué uno de mis peores partidos en clay en catorce años", luego de perder ante Fabio Fognini en Mónaco, el español llegaba a Roma con las alarmas prendidas pero con la actitud de siempre.
La protagonista de la semana fue la lluvia. Una Roma fresca y lluviosa recibió a los mejores jugadores del mundo durante siete días, de los cuales varios estuvieron invadidos por el agua. Tanto llovió que muchos jugadores tuvieron que disputar dos partidos de singles y uno de dobles en el mismo día, rememorando la época de Juniors. A falta de una cancha techada en el Foro Itálico, la organización se vio obligada a programar 51 partidos para el jueves, una cantidad récord para un torneo de estas características. Entre los perjudicados estaban Federer, Djokovic y Nadal, esta vez forzosamente no beneficiados.
Sin la lluvia como actriz principal, Djokovic y Nadal disputaron sus partidos del día sin mayores inconvenientes, al contrario de Federer que tuvo que batallar ante Borna Coric en el turno noche para acceder a cuartos de final, instancia a la que el viernes no se presentó por molestias en su pierna derecha. "Rafa" siguió con su paso arrollador hasta la final del certamen dejando en el camino apenas trece games, incluidos tres 6/0 y dos 6/1. Del otro lado del cuadro, "Nole" sufrió ante Juan Martín Del Potro durante 3h 01m (levantó dos MP) y luchó contra Diego Schwartzman en 2h 31m, partido que finalizó a la una de la mañana de Italia.


Al borde de los 33 años Rafael y de los 32 Novak, la desventaja física por el trajín de cada uno fue la que definió el resultado final, algo que pocas veces en sus carreras ha determinado al ganador. El partido no tuvo equivalencias, salvo por un intento de remontada del N°1 del mundo que sacó energías de donde nadie sabe para llevar el encuentro a un tercer set. Pero el resultado final no iba a cambiar. Más allá de la merma física de su rival, el mallorquín fue superior en todo. Tácticamente inteligente, variando su juego con pelotas irrisoriamente altas para desenfocar a su adversario y cambios abruptos de velocidad, se llevó el encuentro por 6/0 4/6 6/1.

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"Es verdad que el calendario se puede mejorar pero hoy no jugué mi mejor tenis. Rescato que a pesar de eso, pude luchar. Rafa ha sido demasiado fuerte, su nivel fue muy alto. Siempre trato de respetar la victoria de mi rival pero yo no estaba fresco de piernas. Jugué los últimos tres partidos por la noche y las condiciones son completamente distintas a las de hoy", declaraba Djokovic, algo molesto con la organización del torneo y por la mala suerte a causa de la lluvia y de sus partidos nocturnos. A pesar de la derrota, las sensaciones tenísticas son positivas de cara a Roland Garros. Nueve finales en Roma, 49 de Masters1000 y 107 totales ATP es algo de lo que muy pocos pueden presumir.
La rivalidad entre Nadal y Djokovic es la más extensa de la Era Abierta. 54 veces se vieron las caras con un historial levemente favorable al nacido en Belgrado 28-26. De todos esos enfrentamientos, la primera vez que hubo un 6/0 para cualquiera de los dos fue en Roma hace unas horas. En la capital italiana se enfrentaron ocho veces con un saldo positivo en favor del mallorquín (5-3), similar al porcentaje de victorias en finales ATP sobre tierra (7-4). El título fue el 81 en la carrera de Rafael, 58 sobre arcilla, 34° M1000 y 11° en Roma, récords absolutos estas últimas tres marcas, una auténtica hegemonía total en la superficie más lenta del circuito.
"Para mí, lo más importante es sentirme jugando bien y con salud, con la energía que necesito. Si eso sucede, la experiencia me dice que, tarde o temprano, voy a luchar por los títulos. Lo principal para mí fue recuperar mi nivel. Las últimas semanas he ido a mejor, y aquí estamos finalmente con este gran trofeo conmigo”, analizaba el campeón de Roma sobre su temporada sobre tierra batida, que como todo gran campeón, a medida que se acercan los grandes acontecimientos, juega mejor. A una semana del objetivo principal de su temporada, Nadal está listo para afrontar el desafío de la duodécima corona en París. ¿Alguien podrá detenerlo?

Daniel Vitale Pizarro

13 mayo 2019

El empujón que faltaba







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No sabemos si Novak Djokovic será el más ganador de siempre, lo que sí sabemos es que está muy cerca de hacer historia una vez más. A diferencia de otros años de absoluta dominación, desde mediados de la temporada pasada hasta hoy, el serbio ha sido selectivo con los torneos en los cuales ha ganado. Casualmente esos certámenes fueron Wimbledon, Cincinnati por primera vez en su carrera, US Open, Shanghai, Australian Open y Madrid. A dos semanas de Roland Garros, Djokovic calibró la máquina, la puso a punto y la testeará en Roma antes de la gran cita. Fundamentales serán estos torneos previos a Wimbledon porque luego de la arcilla parisina, el N°1 del mundo defiende más de la mitad de sus puntos actuales.

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Madrid consagró por tercera vez al serbio y dejó varias conclusiones de cara al resto del 2019. La vuelta de Roger Federer al polvo de ladrillo luego de tres años dejó un sabor agridulce luego de la remontada ante Gael Monfils en octavos de final y la dolorosa derrota contra Dominic Thiem en cuartos de final. En ambos partidos tuvo matchs points a favor y en contra. La confirmación de Stefanos Tsitsipas como contendiente al título en cada torneo importante ya no tiene discusión. En los últimos diez meses acumula victorias contra Djokovic en Toronto 2018, Federer en el Australian Open 2019 y Nadal en Madrid 2019, algo que muy pocos lograron durante toda su carrera.
El griego de veinte años es el tenista revelación de los últimos meses. Siete del mundo gracias a la final en España, el heleno tiene tintes de jugador de otra época: cabellera larga, empuñaduras más abiertas que el resto, revés a una mano y facilidad a lo hora de cerrar jugadas en la red. El mejor tenista que dio Grecia en toda su historia aspira al trono de la ATP en el mediano plazo y las herramientas las tiene. La juventud le juega en su favor pero también en su contra. Físicamente fuerte, sin miedo a enfrentar a los mejores del ranking y de la historia, la poca experiencia para manejar determinadas situaciones puede no ayudarle.

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Para un jugador de elite, el disputar el dobles con frecuencia o planificar un calendario con muchos ATP250 son decisiones contraproducentes porque el circuito ATP es muy exigente física y mentalmente. Es cierto que en ocasiones, el dobles o los torneos chicos ayudan a tomar ritmo de competencia si los resultados no llegan pero en cualquier otra circunstancia, no es positivo descuidar el singles y no planificar a consciencia un calendario. Tsitsipas deberá aprender de sus experiencias en 2019. Cuando en Australia derrotó a Federer, luego fue arrollado por Nadal; y en Madrid, vencedor de Nadal, al día siguiente su mente y sus piernas no le permitieron competir al 100% contra Djokovic.

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Pero volvamos al campeón de Madrid y N°1 ATP durante 251 semanas. Desde enero no mostraba un nivel de tenis tan alto. Inestable durante la gira norteamericana de cemento y dubitativo en Monte Carlo, fue todo lo contrario en el país mediterráneo. Los espectadores vieron a un Djokovic sólido, enfocado, con ese fuego interno y una determinación que asusta al rival. Se le notó en los ojos, desencajados, casi queriendo salirse del lóbulo ocular. Un animal competitivo que no da respiro a sus rivales, siempre encima del pique de la pelota y distribuyendo el juego a su gusto. Novak, con este nivel de concentración, maneja los tiempos y el ritmo de los encuentros.


“Siento que esta victoria es muy importante para mi nivel de confianza porque después de Australia no estaba jugando lo mejor posible, no pude encontrar mi tenis ni la consistencia en Indian Wells, Miami y Monte Carlo. Sentía que estaba cerca y que necesitaba un empujón, por así decirlo. Logré una victoria muy importante contra Thiem en un partido muy parejo. A Stefanos probablemente lo afectó un poco haberle ganado un gran partido a Nadal y quizás haya estado un poco cansado. Sentí que siempre estuve dictando el juego”, analizaba el 75 veces campeón ATP sobre el 33° Masters1000 obtenido en Madrid, misma cantidad que Rafael Nadal en la categoría.
Al igual que en 2016, la posibilidad de otra epopeya está a la vuelta de la esquina. Aunque sea el torneo más escabroso para el serbio, si lo logró una vez, ¿porque no dos veces? La cita es nuevamente Roland Garros, igual que tres años atrás. Wimbledon 2018, US Open 2018, Australian Open 2019 y ¿Roland Garros 2019? El escollo principal sigue siendo Rafael Nadal, que aunque no haya conseguido títulos en Monte Carlo, Barcelona o Madrid, a cinco sets y en París es el máximo favorito al título. "Nole" ya lo derrotó una vez en la Philippe Chatrier pero... ¿Será capaz de volver a ganar los cuatro en fila?

Daniel Vitale Pizarro

28 enero 2019

La década ganada


Cuando se analizan las épocas, se suelen comparan las décadas y los dominadores de cada una de ellas. En diciembre finalizará la década del 2010 y cuando revisemos los libros de historia veremos que el dominador de estos años ha sido Novak Djokovic. Así como Roger Federer dominó los años 2000, el nacido en Belgrado es el principal protagonista de estos diez años, a falta de uno. Novak cimentó su carrera prácticamente a partir del 2010. Copa Davis, el N°1 (cinco diciembres), catorce Grand Slams y 57 títulos ATP. Nadie ganó tanto en ese período. Nadal y Federer compartieron protagonismo pero en general, un paso por detrás, incluso en los enfrentamientos personales.

La final del Australian Open 2019 prometía mucho. Novak Djokovic y Rafael Nadal, los dos mejores tenistas de la temporada pasada, los dos mejores de ésta década, se verían las caras una vez más. El duelo más repetido de la historia (52 veces) tenía un nuevo capítulo y nada menos que en una final de Grand Slam. Ambos en un nivel fantástico de tenis, físico y mental, no cabía en la cabeza de ningún espectador ni especialista un partido corto. Incluso los entrenadores de ambos tenistas auguraban cinco sets, similares a la semifinal de Wimbledon 2018 (el mejor partido del año). Las semifinales fueron un trámite y los cinco partidos anteriores, casi que también.


Pero nada de lo presagiado por expertos y neófitos del tenis sucedió. Y el culpable fue Djokovic. Apenas dos horas y cuatro minutos de tenis le ofrecieron al público australiano, ávido de tenis y con las imágenes aun intactas de dos gladiadores sentados en sillas durante la entrega de premios del Australian Open 2012, totalmente acalambrados por disputar la final más larga de la historia de los Grand Slams (5h 53m). Este año no hubo rival. Novak literalmente pasó por arriba a 'Rafa'. Lo superó en todo, pero sobre todo mentalmente. Tácticamente perfecto, su mentalidad de acero le permitió ejecutar la táctica a la perfección.


Nadal nunca pudo ingresar al partido. Plantado sobre la linea de base, cambiando direcciones a gusto y placer, cargando el juego sobre la derecha del español y presionándolo constantemente, el serbio selló un partido que rozó la perfección. Nueve errores no forzados, en una final de Grand Slam y ante Rafael Nadal. Nada mal, ¿no? Dicen los psicólogos que cuando uno se siente superior, y el rival se sabe inferior, los jugadores responden como tales. Djokovic dictó y Nadal acató. Es cierto que el manacorí tuvo alguna que otra oportunidad de meterse en el partido y no la aprovechó, pero el partido fue un monólogo de "Nole". Nunca lo dejó respirar y el resultado fue arrollador (6/3 6/2 6/3).


Reflexivo, Nadal valoró su desempeño durante los quince días de torneo y el excelso nivel del campeón: "He hecho muchas cosas bien. Vengo de situaciones difíciles, momentos complicados que no han sido fáciles de aceptar y aun así llegué a la final jugando a un nivel muy alto, sin perder sets. Pero hoy me encontré a un rival que fue superior y eso es totalmente reconocible, uno no tiene que esconder la realidad. Hoy Djokovic era mejor jugador de lo que yo podía ser esta noche. Así se resume. Ahora hay que seguir trabajando esos aspectos que han salido bien y  mejorar los que no he podido poner en práctica, que necesito para competir al nivel que me exige un rival como el de hoy. Espero estar preparado para la próxima, trabajaré para ello".
Emocionado y con la voz entrecortada, Djokovic agradeció a todo su círculo íntimo: “Muchas gracias a mi equipo. Es un deporte individual pero siempre están conmigo. Me toleran en los malos días y me apoyan siempre. Consiguieron la fórmula del éxito. Marian, muchas muchas gracias por volver conmigo. Me gustaría decir 'hola' a mi familia, saludar a mi mujer y mis hijos que me dijeron que verían el partido desde casa. Los trofeos son más especiales cuando tienes a la gente que quieres para celebrarlos. Son las personas más importantes de mi vida junto a mis hermanos y mis padres. Quiero agradecerles el sacrificio que hacen por mí, por dejarme vivir mi sueño. Por su amor incondicional”.
Siete veces tuvo a 'Norman' en sus brazos, más que cualquier otro tenista en la historia de este certamen. Roy Emerson en el amateurismo y Roger Federer en el profesionalismo ganaron seis veces pero el balcánico subió el listón un peldaño más. Denominado 'Norman', el nombre completo del trofeo es "Norman Brookes Challenge Cup", tal como se describe en la propia Copa. Se lo llama así en honor a Norman Everard Brookes, el primer gran tenista australiano que se destacó fuera del continente oceánico, siendo el primer campeón de Wimbledon no británico en 1907 y el jugador más viejo en ganar un título de Grand Slam (dobles) a los 46 años en el Australian Open 1924. Además fue presidente de la 'Lawn Tennis Association of Australia' durante 28 años.

Daniel Vitale Pizarro

19 noviembre 2018

El efecto Lendl


Miami, julio de 2018. Alexander Zverev es N°3 del mundo, tres veces campeón de Masters1000 y dueño de ocho títulos ATP, todo eso con apenas 21 años. Instalado en el Top10 desde mediados de 2017, solo en Roland Garros había alcanzado los cuartos de final en un Grand Slam, curioso por el par de años exitosos. Entrenado por su padre, el alemán no se conforma con el Top3 sino que apunta a más. Sabe de su potencial y no quiere perder tiempo. En la Florida se lo vio entrenando junto a Iván Lendl, el supercoah que ayudó a Andy Murray a ganar tres Grand Slams y dos medallas de oro olímpicas luego de perder sus primeras cuatro definiciones en los Majors.

Un mes después de esa "prueba" en Miami y de negar un trabajo mancomunado entre el checo y el alemán, Zverev anunció que Ivan Lendl se unirá a su equipo de trabajo. El inexpresivo pero efectivo Iván había rechazado una propuesta de Tomas Berdych en 2014 por una agenda "muy ocupada", agenda que "desocupó" en 2016 para volver a entrenar a Andy Murray. Lendl es selectivo y por algo aceptó trabajar con Alexander. Edad, proyección, tenis, potencial, todo eso y más es "Sascha" e Iván se dio cuenta de esos atributos y decidió involucrarse en el proyecto. En agosto, previo al US Open, la noticia era oficial y Zverev-Lendl era una realidad.
La ansiedad de los fans y de los medios hegemónicos por ver triunfar al tándem checoalemán ponían más presión sobre los hombros del jugador que pedía tiempo para ver resultados positivos. Nada es inmediato en la vida y menos cuando dos personas tienen que congeniar por un rendimiento en común. El último tramo de la temporada no estaba siendo acorde al 2018 con derrotas inesperadas ante Philipp Kohlschreiber (34°), Malek Jaziri (61°), Marius Copil (93°) y Karen Khachanov (18°). Número cinco del mundo en noviembre, el Masters era el último torneo de la temporada ya que la final de la Copa Davis era Francia vs Croacia.
Triunfo sobre Cilic, derrota contra Djokovic y victoria versus Isner lo depositaron en semifinales de Londres por primera vez en dos participaciones. Su rival en semifinales era Roger Federer. Zverev jugó un gran partido ante uno de sus ídolos y lo despachó 7/5 7/6 sin antes ser abucheado por el público en la entrevista posterior al partido por un episodio confuso que le podría haber dado un mini quiebre muy importante a Federer en el tiebreak, situación que el suizo minimizó aunque declaró que él hubiera hecho lo contrario. Más allá del pequeño altercado, el joven alemán pudo con el favorito del mundo y se instalaba en la final del Masters.


Novak Djokovic era el finalista. Un segundo semestre de locos le permitió finalizar el 2018 como N°1 ATP y en el torneo más difícil de la temporada estaba afirmando que era el verdadero N°1. Al partido final llegaba sin ceder sets ni su servicio, con apenas dos bolas de break (Zverev en RR), demoliendo a sus rivales. El candidato era el serbio por el pasado y sobretodo por el presente. Cinco veces campeón aquí y 39-4 desde Queen's, nadie pensaba que perdería en la final del Masters en sets corridos ante Zverev, luego de vencerlo en sets corridos en en round robin. Pero el tenis no es una ciencia exacta y la oportunidad de revancha, el Masters, se la proveyó cuatro días después.
Y no la desaprovechó. Alexander Zverev no le permitió a Novak Djokovic en ningún momento tomar las riendas del partido. "Nole" sufrió el partido y "Sascha" lo disfrutó. El resultado lo refleja: 6/4 6/3. Asediado el serbio, nunca encontró la solución para dar vuelta el partido. El alemán se paró unos centímetros más adentro de la cancha, fue más agresivo aun y cambió el porcentaje de servicios a la "T", en relación al partido perdido días atrás ante el mismo rival. Ahí se notó la mano de Iván Lendl en la táctica y la mentalidad. Concentrado y enfocado en lo que debía hacer para ganarle al mejor del mundo, nunca abandonó el plan y todo salió como fue planeado. Campeón del Masters de Londres.


Acostumbrado a los flashes a pesar de sus cortos veintiún años, entre bromas y análisis entró a la sala de prensa en medio de los aplausos: "Este es el peor aplauso que he recibido tras ganar un torneo, pero gracias (risas). No estoy preocupado por nada. Así que pueden preguntarme lo que quieran. Hoy traté de salir y disfrutar del partido, disfrutar del ambiente, disfrutar el momento. Eso fue lo que hice. Y mi servicio estuvo funcionando bien toda la semana. Tuve mucha confianza en ello. Todo funcionó bien. Solo perdí mi servicio una vez contra él hoy. Creo que esta es una muy buena estadística, especialmente considerando que es el mejor restador de nuestro juego”.

Daniel Vitale Pizarro

05 noviembre 2018

El M1000 más plural




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El Masters1000 de París es el torneo de las sorpresas. Por la posición en el calendario y la cercanía con el Masters, muchas de las mejores raquetas del mundo pasan por alto el torneo de la capital francesas por cansancio acumulado, lesiones o simplemente para descansar de cara al torneo por el cual lucharon durante todo el año para clasificar. Tal es así que en esta época cuasi monopólica del 'Big4' (2004-2018) hubo doce ganadores distintos, solo Djokovic pudo repetir (4 veces). Y algo más llamativo. A excepción de Nadal, Djokovic, Federer y Murray, cinco de esos nueve ganadores de París no ganaron otro M1000 en su carrera, ni antes ni después de ganar en Bercy.

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En ese contexto Karen Khachanov (18°) se abría paso en el cuadro principal con victorias resonantes ante Krajinovic (finalista 2017), Ebden, Isner (9°), Zverev (5°) y Thiem (8°), antes de toparse en la final contra Djokovic (2°). Invicto en finales ATP (3-0) pero también invicto en enfrentamientos ante el Top8 ATP (0-8), la vara estaba muy alta. El serbio había recuperado el N°1 ATP (224 semanas y contando) gracias a la baja de Nadal y desde la gira sobre hierba que era casi invencible. Campeón de casi todo desde junio, la semifinal de tres horas contra Federer lo depositaba como amplio favorito al título.
Por suerte el deporte no es una ciencia exacta y nos permite ver resultados que en la teoría se antojan imposibles. Khachanov se impuso con autoridad ante Djokovic 7/5 6/4 en su primera final de Masters1000 ante la atónita mirada del público parisino que aplaudía cada tiro ganador del ruso. Potente desde el fondo de la cancha con un drive poco ortodoxo, gran saque y sobre todo fuerte mentalmente, manejó la ansiedad a la perfección y aprobó el examen más difícil de su carrera: ganarle a Djokovic en la final de un M1000, categoría en la que ostenta 32 títulos en 47 finales disputadas.

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No solo venció a cuatro Top10 camino al título en París, sino que derrotó a Djokovic en una final sobre canchas duras, algo que solo pudo hacer un escueto grupo de tenistas: Federer, Nadal, Murray, Wawrinka y Tsonga. “Este triunfo significa el mundo entero para mí. Tener la oportunidad de acabar de esta manera la temporada, ganando el último torneo, que además es un Masters 1000, y hacerlo contra Novak Djokovic en la final, que mañana será N°1 del mundo, es increíble. No tengo palabras para explicar cómo me siento. No lloro, pero por dentro soy muy feliz ”, declaraba un emocionado Khachanov, frío por fuera pero inmensamente feliz por dentro.


Karen analiza el partido en frío: "Novak ha empezado con una gran intensidad, siempre lo hace, te mueve de izquierda a derecha sin parar. Tuve especial cuidado con mis subidas a la red, estuve preparando mucho esa faceta, acercarme con los pasos adecuados después de dejar alguna bola corta. A veces me fue bien y otras no, pero en general mi juego suele ser agresivo. He cometido varios errores, pero sentía que el partido estaba en mi mano. Con el paso de los juegos he ido incrementando el nivel de mi juego, ganando en intensidad, metiéndome más en pista y moviéndolo mucho más, sin esperar tanto a lo que él hiciera".


Tanto evolucionó el ruso que en doce meses pasó de jugar las Finales ATP #NextGen (45°) a ser el primer suplente del Masters de Londres (11°). Entre Milán 2017 y París 2018 ganó dos títulos ATP250, el segundo de su carrera en Marsella y el tercero en Moscú. Primer torneo como Top20, campeón y al borde del Top10: “Los objetivos a principio de temporada eran los mismos que el año pasado, intentar acabar el curso lo más arriba posible, seguir trabajando duro con todo mi equipo, seguir mejorando mi juego día tras día y aprender a competir contra este tipo de jugadores como Novak. En definitiva, ser más consistente en este tipo de torneos”.
Es cierto que Novak Djokovic perdió la final pero tiene muchas más cosas para festejar que para amargarse. Cuasi invencible desde Queen's, el serbio inicia el lunes otro período como N°1 ATP, la semana 224 en la cima del ranking mundial, puesto que mantendrá hasta fin de 2018 por la no participación de Nadal (2°) en el Masters y por la diferencia de puntos que le lleva a Federer (3°). Será el quinto año que 'Nole' termine una temporada en la más alto del ranking mundial, mismo hito conseguido por Federer y Connors, aunque no sea récord. Pete Sampras no solo finalizó seis años en la cumbre, sino que lo hizo en años consecutivos, una verdadera locura.
Apenado por la derrota pero feliz por el segundo semestre, Djokovic no estuvo al 100% ni física ni mentalmente tras uno de los partidos del año en semifinales: "Desgraciadamente no pude recuperarme, pero no quiero hablar de eso. Estoy satisfecho con mi temporada, por supuesto. Mañana regresaré al N°1 ATP oficialmente, es imposible no estarlo. ¿Qué más puedo pedir? Llego al final de año con mucha confianza". El serbio, además, igualó a Guilermo Vilas en cantidad de finales ATP. Ambos alcanzaron 104 definiciones con la diferencia que Novak ganó 72 de ellas y Guillermo 62 (dos de ellas no se disputaron).

Daniel Vitale Pizarro