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21 agosto 2018

¡Bingo!


Novak Djokovic irrumpió en el circuito en 2007. Finalista en Indian Wells y campeón en Miami, indumentaria Sergio Tacchini y raqueta Wilson, el serbio de diecinueve años era campeón de Masters1000. Once años después, también en Estados Unidos pero en Cincinnati, logró lo que nadie pudo desde que se crearon los nueve torneos más importantes del circuito ATP luego de los tradicionales Grand Slams y el Masters. Super9, Masters Series, Masters1000 o comos e llamen en un futuro no tan lejano, nunca en 28 años de existencia un tenista había ganado todos. Eso es lo que consiguió Djokovic en Ohio, en su sexta final en el certamen. Nueve de nueve.
Los nueve elegidos en 1990 eran los torneos más importantes de la época que la ATP igualó en puntaje y aproximó en dinero para darle la misma jerarquía y la "obligatoriedad" de participación. A lo largo de los casi treinta años de existencia dos plazas sufrieron cambios de ciudad: la cuarta y la octava. El actual Shanghai, octavo M1000, es el más cambiante de todos: pasó por Suecia, Alemania, España y China. El otro cambiante fue Hamburgo que cedió ante Madrid en 2008. Lo que nunca cambió fue la cantidad. La categoría Masters1000 fue asentándose como tal hasta tener la importancia que la ATP buscaba, categoría a la que acuden los mejores tenistas del momento, siempre.


Djokovic entendió el mensaje de la ATP y se tomó en serio lo de la importancia que tienen los Masters1000 para la historia del tenis y luego de ganar los cuatro Grand Slams (al hilo), fue por más. Federer y Nadal, campeones de los cuatro Grand Slams al igual que el serbio, ostentan siete M1000 diferentes y a Novak solo le faltaba uno, Cincinnati, tierra en la que había caído cinco veces en la final. Campeón impensado de Wimbledon por la tortuosa vuelta al circuito luego de estar seis meses parado, y eliminado rápidamente en Toronto días atrás, el de Belgrado (10° ATP) no era el máximo favorito al título, aunque nadie quiera enfrentarlo tenga el ranking que tenga.
Inestable en las rondas previas, en la final no titubeó. Competidor como pocos, único en dominar mentalmente a Nadal (la mejor mente de la historia), en el partido por el título hizo lo que mejor sabe hacer... ganar. En frente estaba Roger Federer (2°) con el que mantiene un H2H por demás parejo (23-22) aunque desparejo en finales (18-6). No le pesó el poder quedar en la historia y la sexta fue la vencida. Saltando de alegría como un niño en el festejo, derrotó a un Federer siete veces campeón en Cincinnati y que lo había derrotado en las finales de 2009, 2012 y 2015. Se dio el lujo de quitarle el invicto en finales allí.

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Campeón de todo, el serbio hizo historia pero se lo tomó con calma: "Es un placer compartir la cancha con Federer, con el gran jugador de todos los tiempos. Realmente lo digo. Él y Nadal han sido una parte tan integral e importante de mi vida y mi carrera y de mi evolución como tenista. Me hacen jugar mi mejor tenis. Me hacen mejorar. Me hicieron pensar en lo que tengo que hacer para tratar de ser el mejor jugador del mundo. Definitivamente, se trata de uno de los momentos más especiales de mi carrera. Ser el único hombre de la historia en ganar todos los Masters1000 y todos los Grand Slams me hace sentir tremendamente orgulloso para el resto de mi vida”.

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Federer inició 2018 de manera impecable aunque le costó mantener el nivel de 2017 y del Australian Open 2018. Volvió al N°1 pero no pudo mantenerlo por la gran cantidad de puntos que defendía y por el fenomenal nivel de Rafael Nadal. N°2 ATP, le restó importancia a su bajo nivel en la final y halagó al campeón sin tapujos: "Esta conferencia de prensa. No se debería tratar de que fallé devoluciones de segundo servicio. Si no de que él ha hecho historia. Esa es mi opinión. Podemos profundizar en cualquier punto que deseen, pero creo que el titular es sobre el logro increíble de Djokovic. Espero que esté extremadamente orgulloso y feliz por este momento”.
A sus 37 años recién cumplidos, Federer alcanzó su 150° final ATP (98-52), 48° de Masters1000 (27-21). En lo que va de temporada el helvético suma tres títulos en seis finales sobre ocho torneos disputados, un porcentaje alucinante de victorias/derrotas. Más selectivo que nunca para rendir al 100% en cada torneo al que se presenta, producto de la edad y los años de vigencia en el circuito, Roger está obligado a tener buenos resultados para no caer en el ranking. Y de momento le está saliendo casi a la perfección. El US Open, próxima cita, puede decantar quien terminará como N°1 en 2018 y Nadal lleva la ventaja.

Daniel Vitale Pizarro

16 julio 2018

Volver a las fuentes

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Roland Garros 2016 fue el punto máximo de la carrera de Novak Djokovic. Había logrado algo que solo Rod Laver pudo durante la Era Abierta: ganar los cuatro Grand Slams de forma consecutiva. Ni Federer, ni Nadal: Laver en 1969 y Djokovic en 2015-2016. Pero el fuego interno se apagó. Y un año después lo pagó su físico porque su mente ya estaba ''apagada". Una lesión en su codo derecho de larga data (dos años), pero nunca determinante, lo obligó a retirarse en cuartos de final de Wimbledon 2017. Vacío internamente, el número dos del mundo decidió no competir más hasta la temporada siguiente para recuperarse por completo de su lesión y de su agotamiento mental.

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Arropado por su familia y su nuevo grupo de trabajo (Andre Agassi a la cabeza) luego de haber roto relaciones de manera 'cordial' con su entrenador de siempre Marian Vajda (12 años) y el 'supercoach' Boris Becker (3 años), inició 2018 con cautela. Pero la vuelta sería tortuosa. El tándem Agassi-Stepanek al mando del serbio duró menos de un año, incluido el parate. Nunca cuajaron como equipo, aunque se los veía muy unidos y jocosos en los entrenamientos. "Traté de ayudar a Novak con las mejores intenciones. Pero hubo demasiadas diferencias de criterio", dijo Agassi tras su desvinculación del equipo de trabajo.

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Novak estaba con molestias físicas, falto de ritmo y sin convicción, sin esa mirada asesina que lo caracterizó siempre. Pero en abril volvió a las fuentes. Marian Vajda regresó a su equipo de trabajo como coach principal. Cuenta fuebuena.com que durante sus vacaciones en República Dominicana, Djokovic le envió diez videos a Vajda sobre su nueva mecánica en el servicio, modificada para apaciguar el dolor tras la lesión. Cuando se encontraron en una cancha de tenis para comenzar su segundo ciclo juntos, Marian volvió a cambiar el saque del serbio porque "no le gustaba biomecánicamente".

Atisbos de mejora pero pasajeros, normales durante un período de reconstrucción tenística, se notó un cambio en el servicio y especialmente en la devolución. Roland Garros lo vio irse antes de tiempo ante el ignoto Marco Cecchinato en cuartos de final. Pero llegó la hierba y todo cambió. La final en Queen's le dio confianza al nacido en Belgrado. A pesar de perder ante Marin Cilic (6°) con match point incluido, el presente ya era otro. El nivel tenístico parecía haber vuelto. Algo más de concentración en los momentos importantes y Djokovic estaba de vuelta. Pequeño detalle. La mente, lo más difícil del tenis y lo más importante.

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En fin, perder con Cilic no modificó el rumbo de Novak, al revés, lo potenció. Marin era finalista vigente de Queen'sWimbledon y el Australian Open, era factible perder ante él. Distinto fue lo de Cecchinato en París cuando en conferencia de prensa el serbio sembró la duda sobre su participación en la gira sobre césped, declaraciones en caliente que (por suerte) no llegaron a concretarse. Llegó Wimbledon. Sin títulos ATP durante los últimos doce meses, "Nole" inició su camino en el All England con las buenas sensaciones del ATP500 en Londres, aunque con un potencial cuadro principal harto complicado.


A la semifinal llegó con dos momentos de distracción que le costó el primer set ante Edmund (R3) y el segundo parcial contra Nishikori (CF). Rafael Nadal era el rival previo a la lucha por el título. El
N°1 del mundo lo había derrotado en arcilla semanas atrás, pero sobre hierba la situación cambiaba. El favorito seguía siendo "Rafa" pero no con tanta ventaja en las opiniones y apuestas. El partido fue una auténtica barbaridad. Frenéticas cinco horas y quince minutos, separado en dos días, que tuvieron de todo. 6/4 3/6 7/6 3/6 10/8 de intensidad y búsqueda de soluciones a los problemas que constantemente creaban.
La final anticipada. Por la exhibición de tenis brindada por ambos y por el agotamiento físico del finalista Anderson que en semifinales batalló 6h 36m ante Isner (26/24 en el quinto set). A pesar del cansancio y de no oponer resistencia en los dos primeros sets, el sudafricano dio pelea y tuvo cuatro sets points en el tercer set (6/2 6/2 7/6). Novak Djokovic, incrédulo, era el campeón de Wimbledon 2018. Cuarta vez en el All England, treceavo Grand Slam y sexagésimo noveno título ATP, entre los mejores tenistas de la historia en casi todos los registros. Además, 2018 es el décimo tercer año consecutivo que gana al menos un título ATP.

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Trofeo y micrófono en mano, llegó el momento de los agradecimientos. Y la emoción lo invadió cuando nombró a su familia. Por reglamento del torneo no pueden presenciar partidos en Wimbledon niños menores de cinco años por lo que sus hijos Stefan (3 años) Tara (1 año) no estuvieron en la Centre Court. Pero durante la entrega de premios sí estuvo Stefan, que sin tener mucha conciencia de lo obtenido por su papá, disfrutó del momento junto a su mamá Jelena, felices por el logro de papá 'Nole', al que su hijo señalaba y aplaudía desde la tribuna con una sonrisa de oreja a oreja, el momento más especial de la tarde londinense.

Daniel Vitale Pizarro
@DanielViPiTenis

22 mayo 2017

Relevo generacional



Alexander Zverev. ¿Se acuerdan de ese nombre? Semifinal de Halle 2016, triunfo ante Roger Federer. San Petersburgo 2016, con 19 años era por primera vez campeón ATP con victorias ante Berdych y Wawrinka (11-0 en finales). Hoy es cuatro veces campeón ATP y Top10 a los 20 años de edad. ¿Que tal? El líder del relevo generacional, el prodigio que marca el camino de la #NextGen se da el gusto de dar pelea en la "Carrera a Milán" y la "Carrera a Londres". Semifinalista por primera vez en un Masters1000, "Sascha" superó esa instancia y se consagró campeón en Roma ante Novak Djokovic, cuatro veces ganador en el Foro Itálico en ocho finales disputadas. Chapeaux.

Zverev dominó desde el comienzo a Djokovic propiciando quiebres de servicio oportunos al inicio de cada set. Administrados en base a su consistencia desde el fondo de la cancha pudo sacar adelante un partido complicado en los papeles, por la historia de su rival y por el pequeño renacer tenístico que vivió en Italia con triunfos sólidos y convincentes ante Del Potro y Thiem en rondas anteriores. Concentrado al 100% y disciplinado tácticamente, Alexander mantuvo lejos de la base a su rival con tiros profundos que no dejaron que Novak tome posición ofensiva. Sus golpes letales de fondo y la distribución de los mismos hicieron mella en Djokovic hasta que claudicó.

“Estoy muy feliz por la manera en que he jugado. Me enorgullecen mis actuaciones durante toda la semana, y hoy he jugado uno de los mejores partidos de mi carrera. Tenía que ser agresivo desde el primer punto hasta el último. Era muy importante para mí mantener esa intensidad y no dejarle controlar el juego”, analizaba la final Alexander Zverev tras la victoria 6/4 6/3 ante Djokovic en Roma. El nacido en Hamburgo no se imaginaba Top10 con 20 años ni ganador de Masters1000 pero su nivel tenístico, físico y mental se complementaron para que se convirtiera en el jugador más joven en ganar un M1000 desde Miami 2007 (Djokovic - 19 años).

Desde que los Masters1000 son nueve y en las fechas similares a las de hoy (1990), Alexander Zverev se convirtió en el cuarto alemán en ser campeón de esta categoría junto a Michael Stich, Boris Becker y Tommy Haas. Su rival en la final, campeón defensor, acumula ocho M1000 sin ser campeón, algo que no le pasaba desde 2010, único año en el cual no levantó ninguna copa de la categoría que le sigue a los Grand Slams en importancia. Dueño de 30 Masters1000 en 44 finales, Novak tiene el mejor récord en finales ya que Nadal también ganó 30 pero disputó una final más, ambos por encima de Federer (26-44).
La precocidad del alemán hace inevitable la comparación con el 'Big4', que desde jóvenes dominan el circuito. El español Rafael Nadal es el más joven en levantar un Masters1000 al hacerlo en su segunda final alcanzada a los 18 años de edad. Novak Djokovic también cayó en su primera definición de M1000 y obtuvo su primero con 19 años. Ahí aparece Zverev al consagrarse campeón de Roma con 20 años y en su primera final. Roger Federer tardó unos días más en debutar como el mejor en esta categoría al conseguirlo en su segunda final, también con 20 años. El último fue Andy Murray que con 21 años ganó Cincinnati y al igual que Alexander, debutó en final como campeón.

En una época donde los 30 años son la nueva juventud, "Sascha" se abre camino en la elite del tenis mundial con 20 años. El Top5 está ocupado por primera vez por jugadores con 30 años o más y los restantes cinco miembros ninguno supera los 28. Así de partido está el ranking ATP con los "viejitos" dominando y los "jovencitos" a la espera de que el tiempo merme el físico de los experimentados para dar ese salto de calidad hacia el Olimpo del tenis mundial, custodiado por el 'Big4' más Stan Wawrinka. Varias generaciones no pudieron destronar a los guardianes de los puestos de vanguardia pero pareciera que la #NextGen está decidida a romper esa hegemonía reinante.

Daniel Vitale Pizarro

21 noviembre 2016

¿La Era Murray?



Desde que el tenis es profesional (1968), nunca el uno y el dos del mundo disputaron el primer puesto del ranking mundial en el último partido del año, la final del Masters. Andy Murray, flamante número uno por escasos puntos, defendía su posición de privilegio ante el antiguo monarca, en un partido a todo o nada. El campeón tenía premio doble: el mejor de los mejores ocho del año y el N°1 de la temporada 2016. La final soñada por espectadores, patrocinadores y organizadores del torneo. En un ambiente único como el que ofrece la "Arena O2" de Londres, Murray y Djokovic se enfrentaban por 35° vez en su carrera.

El escocés llegaba a la final del Masters con un invicto de 23 partidos ganados en torneos consecutivos, su mejor marca histórica. Ocho títulos y cuatro finales en dieciséis torneos disputados era el palmarés del británico, una locura tenística. El serbio, número dos del mundo, arribaba a la definición con un prontuario anual similar: siete títulos ATP más dos finales perdidas, pero con un Grand Slam y un Masters1000 más que su rival. Dueños ambos de cada semestre, el duelo era interesante por donde se lo mire. Encima, el mejor del momento llegaba más cansado, lo que emparejaba el duelo y le ponía intriga al resultado final.

Pero todo quedó en la previa. La versión de Novak estuvo muy lejos de su habitual nivel. Sin ser el del primer semestre, se las había arreglado para alcanzar la final y para aniquilar a Nishikori en semifinales, lo que auguraba una batalla por el trofeo de Maestros. Errático, desconcentrado, sin velocidad de piernas ni explosión en sus tiros, cedió 6/3 6/4 sin oponer, a los ojos del espectador, la resistencia habitual. Un mal día tiene cualquiera y ese mal día fue justo en esta final. Tenso, con tiros cortos, Djokovic pareció padecer la final en vez de disfrutarla. El sexto título en Londres y la paridad con Federer deberá esperar.

Su rival tampoco brilló. Errores no habituales mantenían el partido parejo pero la actitud de Andy era diferente. Puño apretado en los momentos importantes, concentrado y con menos errores no forzados, llevó siempre las riendas del encuentro hasta sellarlo con su servicio. Ganó el que falló menos, y eso fue Andy Murray. Partidos como estos hay miles, en los que entran en juego otras cualidades por sobre las tenisticas, y esa batalla la ganó el nacido en Escocia hace 29 años. La mentalidad, una vez más protagonista en una final, el atributo más importante para un deporte individual. "Mente superior domina mente inferior".

Novak Djokovic describe el partido para los que no pudieron verlo en vivo: “Esperaba jugar a un gran nivel hoy, sabía que él no estaría cansado. Simplemente jugué mal, no fue mi día. Cada día es diferente y hoy fue uno de esos en los que no he sentido la bola. Cometí muchísimos errores y ante este tipo de tenistas hay que ofrecer una versión superior y hoy no estuve cerca de eso. Me faltó esa chispa para jugar los puntos importes, quizá igual que en los últimos meses. Cada vez que tuve una buena oportunidad la perdí, cometí demasiados errores no forzados. No he tenido ninguna oportunidad seria de ganar, él ha sido el mejor jugador. Enhorabuena a Andy por mantener esa fortaleza mental durante todo el encuentro, siempre jugando con los tiros adecuados".

Rebosante de alegría por el objetivo cumplido y la satisfacción de quedar en la historia del deporte, "Andrew"no ubicó esta victoria como la mejor del año: "Ha sido un día muy especial. Sentía que jugaba más por el N°1 que por el torneo. En las últimas semanas no paré de recibir mensajes de la prensa, mis amigos... hablándome de que tenía que ganar muchos partidos para conseguir el número uno. Estoy muy contento de acabar el año en lo más alto del ranking, esto es algo que nunca me esperaba. A pesar de todo, la victoria ante Del Potro en los Juegos fue la que más satisfacción me dio, la más especial".

El título de Murray es el primero en el Masters, torneo que se le negaba desde su debut en 2008. En total acumula 44 trofeos ATP, nueve conseguidos esta temporada, por lejos cantidad la más caudalosa de su carrera. 26° número uno en la historia del profesionalismo y 17° diferente que finaliza un año calendario en esa posición. Y mirá lo que son las coincidencias que su hermano, Jamie Murray, finalizó 2016 como N°1 del mundo en dobles. Judy Murray tiene motivos más que suficientes para festejar las fiestas. Los deseos de fin de año se le cumplieron antes de haberlos pedido. La familia Murray es la dueña del tenis masculino.

Daniel Vitale Pizarro

12 septiembre 2016

#StanTheMan



El gesto del torneo

Tercera ronda del US Open 2016. Stan Wawrinka servía match point en contra 4/6 6/3 6/7 6-6 (5-6). Pasó el susto, ganó el set y el encuentro. Partido a partido el suizo se fue encontrando con su juego. Marchenko fue una especie de sparring en octavos de final. Del Potro y Nishikori elevaron la exigencia pero no pudieron sostener el nivel a lo largo de sus encuentros, desbordados por momentos por la potencia de Wawinka. En la final lo esperaba Novak Djokovic, acostumbrado a las definiciones por torneos importantes. El serbio llegaba a la final en Nueva York en una situación extraña: dos retiros, un 'walk over' y un Monfils desganado y displicente durante casi toda la semifinal.

La final del US Open enfrentaba a los mismo protagonistas que la de Roland Garros 2015. En Flushing Meadows, el nivel de Wawrinka venía en ascenso y el de Djokovic estaba en una meseta entre los retiros, los dolores en su codo derecho y la inconsistencia de los últimos torneos disputados. Quizás este US Open haya sido el de peor nivel en el cual llegó a la definición, pero llegó. Número uno del mundo, doce Grand Slams ganados y veinte finales más en sus hombros, palmares desorbitante, historia pura en el 'Arthur Ashe', enorme desafío para "Stan The Man" que además acumulaba el doble de horas durante las dos semanas de competencia.

Esta foto tiene photshop (?)

Le costó algunos games meterse en el partido. Remontó, perdió el primer set en el tiebreak y a partir de allí, fue todo de Wawrinka. A fuerza de tiros ganadores desde la base, reveses incontestables y drive dominadores, Stan se iba abriendo camino en un final muy trabada. Djokovic no daba el brazo a torcer pero tampoco incomodaba al suizo con sus golpes. Defendía como siempre, competía como siempre, pero no desequilibraba. Del otro lado, "Stanimal" nunca titubeaba y llevó siempre las riendas del partido. El resultado dependía de su puntería, decisión y frialdad. Había que ganarlo. Novak no iba a regalar absolutamente nada, iba a pelear hasta la última bola.

¿Drama? También tuvo drama esta final. Los médicos ingresaron varias veces durante el partido pero por precaución, sin que ninguno pidiera el tiempo de atención extra, hasta que las ampollas con sangre del número uno frenaron el encuentro cuando estaba al borde del desenlace, antes del cambio de lado, lo que enfureció a su rival. Disculpas de por medio y vuelta a la cancha. El cansancio físico era cada vez mayor, pero la cabeza es la que manda y ninguno mostró signos de agotamiento. Adelante en el marcador, Wawrinka administró el quiebre y sin antes sufrir en cada turno de saque, lo cerró tras un revés largo del serbio. Campeón.

Aferrado y atento

"Estoy fundido, me lo dejé todo en la pista. Ha sido un partido muy exigente, durísimo. Hasta finales del primer set no llegué a la final. Pensé que él podía jugar mejor, pero al menos, estaba ahí. Ganar el torneo después de haber estado a un punto de haber perdido en 3ª ronda se siente muy especial. Al principio de los torneos no juego mi mejor tenis, pero llego a las finales para ganar. A pesar de eso, antes de la final estaba muy nervioso, como nunca antes. Estaba temblando en el vestuario. Me he puesto a llorar". Un autentico Wawrinka ante los micrófonos demostró que ante todo es persona y que tiene nervios como todos, a pesar de no haberse notado ante semejante escenario.

Wawrinka hace rato que es un jugador distinto al resto. Desde 2013 que su estirpe cambió. Su tatuaje en el brazo izquierdo (“Lo intentaste. Fracasaste. No importa. Sigue intentándolo. Fracasa otra vez. Fracasa mejor”) y la contratación de Magnus Norman como coach marcaron un antes y un después en su carrera. Stan pasó de ser un peligro para cualquiera, a un ganador; de perder finales o partidos importantes o no perder once definiciones al hilo. Desde que alcanzó la semifinal del US Open 2013, su carrera explotó. Campeón de un Grand Slam por temporada en diferentes escenarios y siempre ante en N°1 vigente. Si, así como leen. Cuando la mente supera al físico y al tenis, todo lo puede.

El próximo modelo tendrá una nueva silueta...

"Ha sido un encuentro muy exigente físicamente. Él ha sido el jugador con mayor coraje en los momentos decisivos. Ha sido más fuerte mentalmente. Unos pocos puntos deciden un partido de este calibre y hoy ha sucedido así. Yo no aproveché mis oportunidades de quiebre y eso que tuve muchas. En partidos así, si no aprovechas las oportunidades, tu rival lo hará. Él lo ha hecho. Ha sido más valiente, ha dado un paso hacia adelante, más agresivo, mientras yo esperaba a que pasaran cosas”. Muy claro el múltiple campeón de Grand Slams a la hora de desgranar las claves de su derrota, la quinta en finales en el US Open, misma suma que Lendl aquí y Murray en Melbourne.

Campeón del Australian Open y Roland Garros para ganar los cuatro 'Grandes' al hilo, algo inaudito en la historia, solo empatado con Rod Laver (1962 y 1969) y Donald Budge (1938), Djokovic no se olvidó de su espectacular año: “Para mí ganar cuatro Grand Slams consecutivos fue un gran logro. Estoy muy orgulloso de ello y la derrota de hoy no puede empañar lo logrado en Australia y especialmente en París. Ganar dos Grand Slam este año, jugar otra final más… no tengo queja. Obviamente me hubiera gustado ganar hoy pero debes dar la mano a tu rival y felicitarle. Aceptar la derrota y seguir adelante”.

Daniel Vitale Pizarro

01 agosto 2016

Treinta veces mil



Las dos caras de la moneda

El Grand Slam de carrera lo desinfló. El título que buscó casi con obsesión desde 2012, inconscientemente le jugó una mala pasada. Campeón de Roland Garros y sin preparación previa para Wimbledon, Novak Djokovic llegó a Inglaterra y se topó en tercera ronda con Sam Querrey. Ese fue su límite. Sorpresa mundial. El tricampeón en el All Englad caía en la primera semana de competencia. El trofeo de los Mosqueteros, que lo ubicó definitivamente entre los más grandes de la historia del deporte, mermaron la intensidad del serbio. Pero fue solo un tropiezo, una derrota que sucedió porque es humano. Toronto comprobó que un tropezón no es caída...

“La derrota en Wimbledon me llenó de motivación, me dio una semana más con mi familia y tiempo de calidad fuera de las pistas. Pensé en otras cosas, recargué baterías y vine aquí (Toronto) lleno de motivación. No podía pedir un mejor inicio de temporada sobre cemento. Espero seguir en la dirección correcta”. Djokovic se sobrepuso al cimbronazo inglés, descansó, cruzó el Altántico y de menor a mayor, estuvo a la altura de las circunstancias: “Empiezo los torneos sintiéndome un poco incómodo en la pista, encontrando el ritmo. Pero al final encuentro el confort necesario, con actitud mental. Los mejores rendimientos fueron en semifinales y finales, no puedo pedir más".

Sin convencer hasta semifinales, Novak pasaba las rondas sin sobresaltos pero con muchas dudas en cuanto a su nivel de juego, incluso llegó a declarar antes de disputar la semifinal ante Monfils que estaba muy lejos de su nivel tenístico. El 6/2 6/3 contundente al francés empezó a despejar las dudas y en la final contra Nishikori lo dejó bien en claro. Atento, rápido, regular y hambriento, aprovechó las desatenciones de su rival y tenaz como siempre, cerró el partido 6/3 7/5 cuando parecía que se complicaba al final del segundo set. “Amo jugar Masters1000. Valoro estos torneos tanto como a los Grand Slams. Seguiré siendo disciplinado, comprometido y concentrado para hacerlo bien”.

En tierra canadiense, el serbio consiguió su 30° Masters1000. En total disputó 90 certámenes de esta categoría desde que es profesional y ganó 293 partidos. Cifras descomunales. Los 30 M1000 lo alejan de su inmediato perseguidor, Rafael Nadal, que cosechó 28 cetros. Más atrás quedaron los 24 de Roger Federer, únicos en ganar 20+ títulos de la serie mil desde 1990. Otra marca superada por "Nole" son los 50 títulos ganados en superficies duras, uno más que Connors y diez menos que Federer, líder. ¡Y eso que no jugaba en cemento desde Miami! A eso también hizo referencia: “Fue suficiente con jugar el primer partido. Antes de eso había practicado durante el día". Humanoide.

Los cuatro Masters de Canadá

Su primer M1000 lo obtuvo en Miami 2007 y ese mismo año también fue campeón del Masters1000 disputado en Canadá, en aquella oportunidad Masters Series de Montreal (año impar). Cuatro años más tarde repitió el título canadiense, refrendado también en 2012. Tres años después de su última coronación en Toronto, volvió a la ciudad NBA y obtuvo el cuarto trofeo en el país del norte americano, misma cantidad que obtuvo en los M1000 de Roma y París. Solo Indian Wells (5) y Miami (6) lo vieron levantar más veces el trofeo de campeón que Canadá. Los 30 se completan con tres Shanghai, dos Madrid y dos Monte Carlo, sin poder ser campeón en Cincinnati (0-4).

Kei Nishikori alcanzó su tercera final en Masters1000 y corrió la misma suerte en todas ellas. Derrotado por Nadal en Madrid 2014 y Djokovic en Miami 2016, en Toronto el rival y el resultado fueron los mismos de Key Biscayne. El japonés disputó su 19° final ATP (8-11) y cuarta de la temporada (1-3). Sexto del ranking mundial, supo ser el número cuatro del mundo (2015) y finalista del US Open en 2014, precisamente cuando obtuvo su última victoria ante Novak Djokovic, contra el que registra un récord negativo en enfrentamientos personales (10-2), cinco de ellos esta temporada, todos para el serbio.

Daniel Vitale Pizarro

06 junio 2016

El puto amo



El día llegó...

El cinco de junio de dos mil dieciséis será recordado por todos. Quizá no se haya tomado conciencia plena de lo que sucedió en Francia durante el fin de la primavera europea. Desde 1905 que se disputan Australian Open, Roland Garros, Wimbledon y US Open (los cuatro Grand Slams en una temporada), este año fue la cuarta vez que un jugador ganó los cuatro de forma consecutiva. De Inglaterra a Francia, el cuarteto de certámenes en poder de una misma persona: Novak Djokovic. Donald Budge en 1938, Rod Laver en 1962 y 1969, y Novak Djokovic en 2015-2016. Solo TRES tenistas en TODA la historia del tenis. Dale, tuitealo (?)

Junio de 1938. John Donald Budge se proclamaba campeón de Roland Garros y conseguía ser campeón vigente de los cuatro torneos más importantes de aquella época, de manera consecutiva (Wimbledon y US Open 1937, Australian Open y Roland Garros 1938). Fue el primero que lo logró en aquellos años en los que el tenis no era un deporte popular. No conforme con sus resultados, fue campeón en Wimbledon y US Open de 1938, lo que le valió ser el primer jugador ganador del "Grand Slam", algo tan inédito como dificultoso. Hasta el día de hoy, "Don" ostenta el récord de más partidos ganados en Grand Slam seguidos de forma consecutiva (37).

Don Budge y Rod Laver

Septiembre de 1962. Rodney George Laver emulaba a Budge y se convertía en el segundo jugador en ganar el "Grand Slam". Un año después, la estrella del momento decidió hacerse profesional y cobrar por jugar. El tenis no repartía dinero y era un deporte Amateur. Los que cobraban no podían disputar los Grand Slams por lo que Rod Laver (25 años) no pudo participar entre 1963-1967. En 1968 nació la "Era Abierta", que le permitía disputar a cualquier jugador los Grand Slams. Rod (30 años) volvió al circuito y una vez más logró el "Grand Slam" en 1969, como si el tiempo no hubiera pasado. Era el mejor tenista de la historia (aun muchos lo siguen considerando como tal...).

Junio de 2016. Novak Djokovic ganó Roland Garros, completó el "Grand Slam de carrera", lo hizo de manera consecutiva (tercero en la historia) y sigue en carrera para el "Golden Slam" gracias a que este año se disputarán los JJOO en Río de Janeiro. El Golden Slam significa ganar los cuatro Grand Slam en una misma temporada más la medalla de Oro de los JJOO pertinentes, presea que Novak aun no consiguió (Bronce en Beijing 2008). El "Golden Slam" anual solo lo consiguió Steffi Graf en toda la historia del deporte. Andre Agassi y Rafael Nadal ganaron el "Golden Slam de carrera", los cinco títulos distintos pero no en una mismo año calendario. Únicos dos hombres en la historia.

Equipo de trabajo completo

Roland Garros era el título que le faltaba al serbio para definitivamente ingresar en la discusión de los mejores tenistas de la historia. Completar los cuatro Grandes y de manera consecutiva lo colocaron varios peldaños más arriba de lo que estaba. Lo consiguió en su cuarta final en la Philippe Chatrier y su decimosegunda participación en el certamen. A eso hay que sumarle los 65 trofeos ATP (doce de ellos de Grand Slam), el récord de 29 Masters1000, los cinco Masters ganados, las 202 semanas como número uno del mundo, los cuatro años finalizando en esa posición, el récord de puntos ATP (16950), la Copa Davis lograda en 2010, etc., etc., etc.

Así analizó Novak el partido: "Entré en la pista muy bien preparado pero me entraron un poco los nervios y me costó encontrar el ritmo. Eso cambió a partir del segundo set. Cuando me puse 5-2 en el cuarto, comencé a reír, no sé, no sentí mucha presión, pero me tomé las cosas de manera que perdí aquél juego. Con 5-4 y 40-15, dos puntos muy igualados... estaba más cerca que nunca de ganar este título y sentí tensión y excitación. En los últimos intercambios del partido, ni siquiera recuerdo lo que ocurrió. Ha sido como si mi alma saliera de mi cuerpo y me observara golpeando la pelota de derecha a izquierda". Djokovic y una frase final de literatura para explicar como ganó.

Cruzó la red para felicitarlo...

Andy Murray también hizo historia. Primer británico en la Era Abierta en llegar a la final de Roland Garros y décimo jugador en la Era Abierta en alcanzar las cuatro finales de Grand Slam. Su baja efectividad en finales de Grand Slam (2-8) no le permite estar entre los mejores de la historia pero sus números están a la altura de grandes campeones. Diez finales de Grand Slam, 19 semifinales y 26 cuartos de final. Número dos del mundo, campeón de Copa Davis y 36 títulos ATP, son algunos números del escocés. Miembro del 'Big4', aunque lejos de Federer, Nadal y Djokovic en la consideración mundial, siempre está presente en la discusión de los torneos importantes.

Molesto por la derrota pero consciente del logro de su rival, Murray elogió sin reparo al campeón: "Estoy orgulloso de ser partícipe de este día, así que felicitaciones Novak, buen trabajo. Lo que conseguiste en los últimos 18 meses es espectacular, ganando los cuatro Grand Slams de forma consecutiva, es un gran logro. Esto es algo muy raro en el tenis, no ha pasado en un largo período de tiempo y pasará mucho tiempo hasta que alguien lo consiga nuevamente”. De gran rendimiento en arcilla en las últimas dos temporadas, Andy pasó de no pisar una final en tierra batida en su carrera a disputar cinco finales y ganar tres de ellas (dos M1000) entre 2015 y 2016. Brillante.

Daniel Vitale Pizarro

16 mayo 2016

Un cumpleaños feliz



Copa y Torta, festejo por duplicado

Recuperado totalmente de su espalda, el 2015 de Andy Murray iba viento en popa. Finalista del Australian Open y Miami y semifinalista en Indian Wells (derrotado por Djokovic en los tres torneos), iniciaba la gira de arcilla y decidió disputar Munich, un torneo menor, y saltearse Monte Carlo. Peleado con la superficie más lenta del circuito, nunca había alcanzado siquiera una final en sus diez años como profesional, hasta llegó a maldecirla: "La arcilla no es una superficie para mí, no he nacido en ella". Pero en Alemania hizo un click. Su preparación fue distinta para esa gira. No en tiempo porque el circuito no lo permite, pero si a conciencia.

7/6 5/7 7/6 al local Philipp Kohlschreiber fue el debut de Murray como campeón en la tierra batida alemana de Munich. Algo había cambiado. Su siguiente torneo era el Masters1000 de Madrid y allí apareció la mejor versión de Andy sobre polvo de ladrillo hasta el momento. Kohlschreiber, Granollers, Raonic (6°), Nishikori (5°) y Nadal (4°) fueron los rivales que dejó en el camino para ser campeón en España. Kei venía de ser campeón en Barcelona y a "Rafa" nunca lo había derrotado en sus siete enfrentamientos previos en la superficie predilecta del español. En dos semanas, el británico le había dado un giro de 360° grados a su carrera en arcilla.

Sus dos conquistas en tierra en 2015

Esa temporada dio otro golpe al vencer a David Ferrer en cuartos de final de Roland Garros y caer una vez más ante Djokovic. Había sido por lejos su mejor temporada sobre la superficie naranja. La gira europea de "clay" 2016 tenía otros destinos. Monte Carlo, Madrid y Roma antes de Roland Garros. Semifinal en Mónaco ante Nadal y final en España con victoria sobre Rafael, desembocaron en Italia, último peldaño antes de París. Goffin en cuartos de final fue el escollo más duro de cara a la final frente a un viejo conocido, Novak Djokovic, el mismo que lo había vencido siete días atrás, en los cuatro partidos previos y en los cinco encuentros en ladrillo. Todo era cuesta arriba.

Pero no todo era negativo para el escocés. "Nole" había disputado un durísimo partido físico y emocional contra Nadal en cuartos de final y una batalla de tres horas en semifinales ante Nishikori que podría haberla perdido. El cansancio físico y mental del serbio, con la vista puesta en Roland Garros, más la frescura de Andrew, sin ceder sets durante toda la semana, equiparaban la final romana y el favorito pasaba a no ser el número uno del mundo. El partido lo dominó siempre Murray. Manejó los quiebres en ambos sets, casi no tuvo problemas con su servicio y cerró los parciales con autoridad, sin titubear. 6/3 6/3 fue el resultado final, todo para el nacido en Dunblane.

El servicio, pilar de su juego esta semana

Primer británico en ganar en Roma, Andy Murray logró su tercer título en arcilla en cuatro finales disputadas en dicha superficie, el día de su 29° cumpleaños. En su carrera acumula 36 trofeos ATP y 19 finales perdidas. Doce de esas coronas las consiguió en la categoría Masters1000, una más que Pete Sampras. Aunque sigue muy lejos, achicó la diferencia ante Djokovic en los enfrentamientos personales a 10-23. Lo curioso es que en finales, los números cambian radicalmente y el serbio se adelanta apenas por dos finales (9-7). La vuelta al número dos del mundo es un hecho, lo que le permitirá evitar a Novak hasta una hipotética final en Roland Garros.

“Nunca pensé tener estos resultados en tierra. Llegué a muchas finales, contra Djokovic, Nadal… y quizás no creí lo suficiente en mis posibilidades. Siempre pensé que la arcilla era mi peor superficie, la más dura, pero el año pasado cuando tuve buenas victorias ante los mejores, me hizo entenderla un poco más. Siempre me habían dicho que la arcilla en realidad debería ser mi mejor superficie, pero me tomó mucho tiempo ganar un poco de confianza. Tuve grandes mejoras en mis movimientos en la superficie, eso ayudó mucho”, se sinceró Andy Murray luego de repasar sus resultados de este último par de temporadas en arcilla.

Atentido por un golpe en el tobillo y una de sus discusiones con los árbitros...

Campeón en 2008, 2011, 2014 y 2015 en Roma, Novak Djokovic alcanzó en Italia su final N°42 de Masters1000, misma cantidad que Nadal y Federer, récord compartido por el Big3, dueño de todos los récords de esta categoría de certámenes. Sin estar enfocado al 100% como nos tiene acostumbrados, las discusiones con los árbitros y los enfados consigo mismo fueron más frecuentes esta semana, aunque pudo evadir sus "inconvenientes" y alcanzar la final por séptima vez en el Foro Itálico. Superó a Andre Agassi en cantidad de finales ATP (91) e iniciará Roland Garros siendo N°1 del mundo por 200 semanas, una marca que solo lograron Federer, Sampras, Lendl y Connors.

"Le deseé feliz cumpleaños y le dije que lo disfrutara con su familia. Sé que su esposa, Kim, y su hija Sophia estaban aquí. Sé como padre lo mucho que significa cuando tu familia está contigo y lo que significa tener al menos un par de días a solas con ellos. Eso es lo que le deseé. Además debo felicitarlo por ser el mejor jugador hoy y durante toda la semana, ha merecido ganar. Por supuesto, no me gusta perder, pero para competir con él en los largos intercambios que tienden a tener nuestros encuentros se requiere una gran cantidad de energía y un mejor rendimiento de mí, lo que no ocurrió". Novak Djokovic, un ejemplo fuera de la pista, un N°1 completo.

Daniel Vitale Pizarro

09 mayo 2016

Un tropezón no fue caída



¿Quién es el N°1?

La planificación en el tenis es clave. El armado de un calendario acorde al juego determina las posibilidades del ranking a futuro, priorizando las grandes citas y el físico. Aplomado en el circuito, para llegar descansado a Roland Garros, Novak Djokovic no disputó el Masters1000 de Madrid en 2014 y 2015. Pero este año la estrategia fue distinta, quizás por haber perdido muy rápido en Monte Carlo (R1 vs Vesely) y no correr el riesgo de disputar pocos partidos en la gira de arcilla. De cualquier manera, el serbio se presentó en la "Caja Mágica" con el antecedente de haber sido campeón en 2011 en su única final disputada en las siete veces que jugó en la capital española.

Apenas un partido había disputado en arcilla en 2016 y su desempeño en Madrid, acrecentado por su derrota en primera ronda en su última presentación (2013), era una incógnita. Encima, su rival en el debut era Borna Coric, en una sección del cuadro que se presentaba como la más complicada. Fiel a su actualidad, despachó a sus rivales de turno sin dejar sets en el camino, pero no sin transpirar y exigirse para derrotarlos. Coric (40°), Bautista Agut (17°), Raonic (10°) y Nishikori (6°) marcaron el rumbo del serbio antes de enfrentarse una vez más ante Andy Murray, el campeón defensor que derrotó a Rafael Nadal por segundo año consecutivo aquí.

Su primer enfrentamiento fue aquí hace 10 años...

Murray, que hasta Madrid 2015 había perdido todas las veces que enfrentó a Nadal en polvo de ladrillo (0-7), rompió el maleficio y la derrotó en la final para triunfar en España ante el mejor de la historia sobre la superficie naranja. En la edición 2016 del Masters1000 de Madrid, llegó con la derrota fresca en semifinales de Monte Carlo y la sensación era de incertidumbre. Una vez más y por segunda consecutiva en la "Caja Mágica", Andy dio el batacazo y venció a Rafael para disputar su segunda final de M1000 en tierra batida, la tercera final ATP en arcilla e invicto en esta instancia (Munich 2015, debut como campeón en la superficie más lenta del circuito).

Los dos mejores tenistas del mundo chocaban por 32° vez con el historial ampliamente dominado por Djokovic 22-9, 4-0 en arcilla. Y esta no iba a ser la excepción. El serbio volvió a ser el mejor en un certamen ATP, algo que hizo 64 veces a lo largo de su carrera, misma cantidad que Bjorn Borg y Pete Sampras, leyendas del deporte blanco. El título significó el número 29 de Masters1000, récord absoluto desde 1990 cuando se instauró esta categoría. En lo que va de 2016, "Nole" disputó siete torneos, ganó cinco, se retiró en Dubai y perdió en R1 de Monte Carlo. La diferencia de puntos en el ranking con el N°2 es escandalosa. Djokovic 16550 puntos y Federer 7525...

¿La mejor devolución de la historia?

El bicampeón de Madrid describió el partido posvictoria con minuciosidad: "Empecé muy bien, un tenis terrorífico. El segundo set fue más ajustado, con algunos errores no forzados, incluyendo un par de dobles faltas. Él se apoyó en su saque y un primer golpe muy agresivo, hasta que dos horas después el marcador estaba 1-1. En el tercero ambos nos hemos roto los saques hasta que en los últimos juegos volví a rendir a un nivel alto, aunque me costó mucho cerrar el duelo porque sabía que si dejaba que Andy rompiera mi saque, todo se iba a complicar después”.

Rival de Nadal y Djokovic en 55 ocasiones, Andy Murray habló tras el partido sobre las diferencias de enfrentar a uno y otro en los últimos años: “Es totalmente distinto jugar contra 'Rafa' que contra Novak. Djokovic golpea más plano y juega más a las líneas, contra Nadal hay más tiempo para reaccionar”. Su récord contra ambos es negativo: 16 victorias y 40 derrotas, aunque en finales la diferencia disminuye considerablemente, al punto de casi estar emparejados (9-10). Esta caída le permitió a Federer volver al N°2 del mundo a pesar de no haber participado en Madrid y de contar con la misma cantidad de unidades, posición que recuperó por mayor "calidad" de esos puntos.

Madrid, pionero en convocar "ball-girls" modelos. Tiriac rules...

El primer enfrentamiento entre Djokovic y Murray fue precisamente en el Masters1000 de Madrid. En 2006 se encontraron en octavos de final cuando el certamen se disputaba sobre superficie dura bajo techo y la victoria fue para el nacido en Belgrado. Por aquel entonces Novak era el 17° del mundo y Andy el 19° ATP. "Djoker" se refirió a su relación con Andrew: "Diez años después comparto mi carrera con quien guardo una gran amistad y una buenísima relación fuera de la pista. Me gusta mirar atrás para recordar estos momentos. Creo que lo realmente bonito es demostrar nuestra parte más humana dando un mensaje positivo a todos los jugadores jóvenes del tenis”.

Daniel Vitale Pizarro

04 abril 2016

En la cima del mundo



Todo es de Djokovic

Los récords están para romperse. Si alguien logró esas marcas, otro ´alguien´ debería poder superar esos números. Es cuestión de tiempo. A veces pasan décadas y décadas sin ser quebrados por el momento en el cual se establecieron en relación al actual, pero tarde o temprano, quedarán en el olvido. Novak Djokovic, como Rafael Nadal y Roger Federer, son los rompedores de récords de estos años. Líderes de muchas estadísticas históricas, marcaron una época difícil de igualar. Dominadores del circuito desde 2004, hoy le toca al serbio ser el que mira a todos desde lo más alto del ranking con una supremacía pocas veces vista en la historia de este deporte.

En Miami demostró una vez más (sexta en este certamen) que está por encima de todos. Incluso sin descollar, sin plasmar todo su potencial, le alcanzó para llevarse el 28° Masters1000 de su carrera, uno más que Nadal, el "antiguo" récordman de la categoría. No cedió sets y solo tuvo que transpirar en un tiebreak en semifinales ante David Goffin. De menor a mayor, así podemos catalogar el rendimiento de Novak esta temporada en cada torneo que disputó. Dudas en las primeras rondas que sobrepasa para tomar confianza en su juego y no ceder terreno contra sus rivales de turno, sean quienes sean, no discrimina.

Djokovic igualó a Agassi con seis coronas en Miami

"Probablemente, disfruto estos dos torneos a la vez más que otros en todo el año. Estoy muy orgulloso de lo que logré en este mes de marzo. Un mes al que siempre me adapto muy bien", afirmaba el campeón, demasiado cómodo durante esta parte de la temporada. "Es muy importante entrar en la historia del tenis. Con suerte, espero poder ganar muchos más, pero el logro más importante es haber conseguido más victorias que Boris (714). Me llamó para hablar sobre eso y estuvimos riéndonos mucho". El serbio declaró con respeto pero no le escapó a la broma para con su coach, al que superó en otro item más. Se olvidó que también sobrepasó a Guillermo Vilas en cantidad de títulos ATP (63).

Número uno sin interrupción desde julio de 2014, sus números sorprenden. Entre 2014, 2015 y 2016, acumula quince derrotas y 172 victorias. Eso se desglosa en 22 títulos ganados, cinco finales perdidas y récord de puntos ATP (16790). En Masters1000 acumula once finales consecutivas, otro récord. Además es el único que logró más de dos veces el doblete Indian Wells-Miami y lo hizo en CUATRO oportunidades. Las 17 finales ATP consecutivas entre 2015-16 solo fueron interrumpidas en Dubai por una molestia ocular que lo obligó a abandonar en cuartos de final. Fuera de eso, su campaña es perfecta. Y lo viene siendo hace un largo rato...

Su primer título (2007) y su primera final perdida (2009)

La primera vez que obtuvo ambos M1000 en fila fue en 2011. Rafael Nadal fue el rival en los dos torneos y las dos veces tuvieron que jugar tres sets. 2014 fue el segundo año que encadenó Indian Wells y Miami. Derrotó a Federer y Nadal respectivamente para igualar a Roger con dos dobletes, algo que solo el suizo había logrado hasta ese momento (2005-06). En 2015 volvió a derrotar a Federer en la final de Indian Wells y Murray fue su rival en Miami, lo que lo convirtió en el primero en conseguir tres veces el dúo de certámenes norteamericanos. Por tercera vez consecutiva y cuarta en su carrera, en 2016 volvió a repetir el doblete para romper todas las estadísticas posibles.

Además de las años en que se coronó en California y Florida en la misma temporada, "Nole" triunfó en otras dos ocasiones en Key Biscayne. Su primer Masters1000 fue precisamente en Miami en 2007 ante el sorpresivo Guillermo Cañas que había de derrotado a Federer en ambos torneos, contra todos los pronósticos. Su otra victoria en Crandon Park fue en 2012 contra Murray, siendo ya el número uno del mundo. También perdió una final en Miami 2009 para completar siete definiciones en el antiguo "quinto Grand Slam". En aquella oportunidad su verdugo fue Andy Murray, que lo despachó en sets corridos.

El momento del trainer a mitad de partido

El finalista Kei Nishikori alcanzó por segunda vez una final de Masters1000 y volvió a tener la misma (mala) suerte. En Madrid 2014 cayó ante Nadal y aquí en Miami 2016 fue vencido por Djokovic. Y al igual que hace dos años, llegó a la definición mermado físicamente, lo que le impidió competir al 100% de sus posibilidades. Pero el japonés le quitó importancia a sus molestas físicas: "No jugué muy bien. Esto no era lo que quería hacer. Mi servicio no estuvo bien y eso es clave ya que él tiene un gran resto. En el segundo set intenté ser más agresivo pero mi derecha tampoco funcionaba. Cometí demasiados errores no forzados. Espero poder hacerlo un poquito mejor la próxima vez".

Para Kei significó su sexta final ATP perdida con un récord positivo de 11-6 en definiciones como profesional. Ante Djokovic sigue con número negativos (2-7), su última victoria fue en la recordada semifinal del US Open 2014. Sexto en el ranking mundial y campeón en Memphis en 2016, el presente del nipón es auspicioso de cara a la gira sobre arcilla en la cual defiende la corona en Barcelona, semifinales en Madrid y cuartos de final en Roma y Roland Garros. La lucha por el quinto puesto del escalafón mundial se librará en el polvo de ladrillo europeo y por el cuarto lugar también, si Wawrinka no refrenda lo hecho en 2015.

Daniel Vitale Pizarro