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17 noviembre 2020

El otro canadiense

El final de la temporada regular llegó. Y con ello la clasificación de los ocho mejores tenistas de esta atípica temporada al Masters en Londres. Pero como este año todo fue extraño, el calendario también. Desde el año 2000 que no se disputaba un torneo previo a la Copa de Maestros que no fuera el Masters1000 de París. La pandemia mundial obligó a que los torneos dispuestos a organizar su evento anual cancelado, bajo estrictos protocolos y dependiendo de las restricciones sanitarias de cada país, consensuaran con la ATP para reprogramar el certamen. Ese fue el caso del ATP250 Sofía (Bulgaria). Originalmente en medio de la gira asiática de septiembre-octubre, tuvo que trasladarse a la última semana del anuario 2020.

Como obliga ATP, el torneo cerró su lista de entrada seis semanas antes de su inicio y con varios puestos a decidir para el Torneo de Maestros, el torneo se llenó de nombres de peso. Schwartzman, Monfils, Shapovalov, Bautista Agut, Carreño Busta, Fognini, Khachanov y Raonic se inscribieron por si llegaban a la última semana con posibilidades de clasificación a Londres. Clasificado Rublev en VienaSchwartzman en París, los organizadores vieron como cada día el torneo perdía el interés de los jugadores. De los diecinueve jugadores que habían ingresado al cuadro principal el día del corte, solo cinco disputaron el torneo, devaluando el evento que podría haber sido el mejor ATP250 del año por la emoción de tener a varios Top15 luchando por las últimas plazas para las Finales ATP.

Incluso se dio una curiosidad. Andrey Rublev, uno de los jugadores más en forma de la temporada, el más ganador de 2020 en cantidad de títulos (5) y triunfos (40), estaba inscripto a la clasificación de Sofía ya que no se había anotado a tiempo y las invitaciones ya estaban otorgadas a jugadores locales o promesas. El ruso aseguró su participación en Londres al ganar el ATP500 Viena y automáticamente se bajó del torneo búlgaro, que hubiera tenido el extraño caso de un Top10 disputando la qualy de un ATP250. Pero nada de eso sucedió y a pesar de que el corte clasificatorio pasó del 35° ATP al 100° ATP, los pocos espectadores presentes en el recinto y los televidentes disfrutaron de tenis de gran nivel.

Sin preclasificados en la final, Jannik Sinner y Vasek Pospisil alcanzaron la definición en Bulgaria. Un choque de generaciones y estilos. El italiano, una de las sensaciones de la temporada con apenas diecinueve años, enfrentaba al canadiense de treinta años que está viviendo una nueva etapa en sus más de diez años como profesional luego de superar varias lesiones. La consistencia a altas velocidad y versatilidad de Jannik para jugar al tenis enfrentaban al potente Vasek, enemigo de los peloteos largos que intenta cada vez que puede cerrar los puntos en la red. En un partido muy igualado, prevaleció un Sinner que presionó mejor a Pospisil en los momentos importantes para ganar su primer título ATP.

Campeón del Masters #NextGen en noviembre 2019 y campeón en Sofía en noviembre 2020, parece que el anteúltimo mes del año le sienta muy bien al italiano: "Significa mucho para mí haber sido campeón esta semana porque hay mucho trabajo detrás. Aunque sepa que estoy en un proceso a largo plazo, a veces necesitas obtener alegrías como esta para demostrarte a ti mismo y a los demás que todo el trabajo duro que estás haciendo puede verse reflejado en forma de resultados. Es un paso adelante ganar este torneo pero aun queda mucho por hacer, veremos dónde estoy dentro de unos años. Ahora mismo me encuentro muy feliz".

Del otro lado de la red estaba Vasek Pospisil. El canadiense, producto del Programa de "Tennis Canadá", buscaba su primer trofeo ATP al igual que su rival, a pesar de haber disputado dos finales más en su carrera, la última precisamente este 2020. Cuatro del mundo en dobles en 2015 gracias a sus títulos en Wimbledon 2014 e Indian Wells 2015 junto a Jack Sock, el nacido en Vernon (Canadá) desde Junior se destacó en duplas. Como menor de edad fue campeón del Orange Bowl, finalista del Australian Open, US Open, Eddie Herr y semifinalista de Roland Garros entre 2007 y 2008 en la especialidad, compartiendo pista con Milos Raonic, Grigor Dimitrov, Roman Jebavy o César Ramírez.

En el circuito ATP, su primer gran resultado fue la final del ATP500 en Washington perdida ante Milos Raonic. 25° ATP en 2015 luego de los cuartos de final en Wimbledon y Top10 en dobles, fue el de mejor ranking combinado del Top100 de esa temporada, algo poco habitual en un circuito tan especializado en individuales o dobles. Pero todo lo bueno del bienio 2014-2015 se esfumó en el siguiente par de temporadas. Sin siquiera un cuartos de fina ATP en 2016 y tan solo uno en 2017, su ranking se desplomó y el retorno a los Challengers fue una obligación. Mientras luchaba en los Challengers (2-2 en finales) y se mantenía Top100 en 2018, llegaba lo peor.

Una lesión en la parte baja de su cadera lo obligó a pasar por el quirófano en enero de 2019 para recién poder volver a competir en julio. Recuperado por completo, el regreso al circuito fue fantástico. Pasó del puesto 248° ATP en octubre al 149° en noviembre ganando dos Challengers y siendo fundamental en la final alcanzada con Canadá en la Copa Davis 2019. Pero la progresión no cesó. La temporada 2020 de Pospisil ha sido muy buena: final en Montpellier, campeón en Marsella (dobles), vuelta al Top100 y final en Sofía. Iniciará 2021 como 61° ATP, ranking más que suficiente para evitar las clasificaciones ATP, con el objetivo puesto en levantar su primer título en el circuito principal.
Pero no solo está enfocado en el tenis. Vasek Pospisil siempre se interesó por los derechos de los jugadores, el reparto de dinero y las condiciones en las cuales se disputan los antiguos Futures, hoy ITF World Tennis Tour. Miembro del 'Consejo de Jugadores' en representación de los tenistas entre el puesto 51°-100° desde 2018, tuvo que abandonar su cargo en la ATP luego de secundar a Novak Djokovic en la creación de la PTPA (Professional Tennis Players Association) para mejorar la situación de los jugadores más allá del Top200 que no pueden vivir económicamente del deporte por los gastos que significa viajar por el mundo semana tras semana con un equipo de trabajo.

Daniel Vitale Pizarro

03 noviembre 2020

¿ATP Nursultán?

El coronavirus ha modificado casi por completo la temporada 2020 del circuito ATP. Todo lo ocurrido luego de la fase previa de la Copa Davis a inicios de marzo fue improvisado. A raíz de la cancelación de la mayoría de los torneos ATP programados por la situación sanitaria de cada país organizador, nacieron nuevos certámenes que, pandemia de por medio, se arriesgaron a realizar un evento ATP bajo protocolos Covid_19, con poco o nulo público en las gradas y repartiendo menos dinero a los jugadores ya que los ingresos serían mucho menores. A todo eso se enfrentaron Colonia I y II en Alemania, Cerdeña en Italia y Nursultán en Kazajistán, este último disputado horas atrás.

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#kaztennis Уже на предстоящей неделе в столице пройдёт турнир серии ATP Challenger 🏆🇰🇿 . Матчи будут проходить в Национальном теннисном центре по адресу Туран, 4/2. Вход свободный ✅ . 🇰🇿 В основной сетке турнира выступят 11 наших соотечественников: Андрей Голубев, Александр Недовесов, Дмитрий Попко, Григорий Ломакин, Сагадат Аяп, Достанбек Ташбулатов, Бекзат Усипбеков, Тимур Хабибулин, Тимур Мауленов, Денис Евсеев и Данил Озерной. . Посев турнира возглавит представитель Египта Мохамед Сафват 🇪🇬, занимающий 131-е место в мировом рейтинге АТР. Также в числе основных претендентов: Янник Маден (149) 🇩🇪, Киммер Коппеянс (154) 🇧🇪 и Юрий Родионов (168) 🇦🇹. . Турнирную сетку и расписание на завтрашний игровой день можете посмотреть в наших Stories 📌 _______ #ФедерацияТеннисаКазахстана #теннис #tennis #спорт #sport #ATP #Challenger #NurSultan #НурСултан #Astana #Астана

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El cuarto nuevo ATP250 del calendario se desarrolló en la capital kazaja Astaná, que desde marzo 2019 pasó a llamarse Nursultán, en honor al expresidente Nursultán Nazarbáyev. La segunda capital más fría del mundo, que cambió por tercera vez de nombre en los últimos veinticinco años (Akmola hasta 1998), fue gobernada desde la disolución de la Unión Soviética por un solo presidente durante veintinueve años, Nursultán Nazarbayev, hasta su renuncia sin explicación en 2019 a las edad de 79 años. Su dimisión no fue su desaparición de la política ya que "seguirá siendo el líder del partido gobernante, permanecerá al frente del consejo de seguridad y asumirá el título oficial de Líder de la Nación".


No solo la capital lleva su nombre: aeropuertos, centros comerciales, calles, plazas, edificios, museos, estaciones de trenes... prácticamente su nombre y apellido (y su foto) están en cada rincón de este enorme y gélido país, el noveno más grande del mundo en extensión. Nazarbayev, el faraón del frío, creó la ciudad a su gusto y placer. Entre 1994-98 construyó Astaná desde cero como una "una urbe de edificios de corte faraónico en los que abundan las pirámides, los conos y estructuras de curiosa geometría". Este carismático personaje, fanático del tenis, siempre intentó impulsar el deporte blanco de alguna u otra manera. Para lograr su cometido, puso como presidente de la Federación de Tenis de Kazajistán a Bulat Utemuratov, el otro hombre clave de esta historia.

Nazarbayev y Utemuratov crearon un plan de desarrollo para promover el tenis en el país. La reestructuración del deporte ontó con una inversión inicial de ochenta y cinco millones de dólares e incluyó la realización del Challenger "President's Cup"; la construcción de doscientas canchas de tenis preparadas para entrenar bajo temperaturas frías extremas (veinticuatro en la sede central en Nursultán más un estadio techado con capacidad para 3860 personas); la contratación de entrenadores y jugadores de otros países para representar a Kazajistán en Copa Davis; y la creación de doce federaciones regionales para detectar y formar a los futuros jugadores kazajos. El programa se llamó "Team Kazajistán".

Bulat Utemuratov, mano derecha de Nazarbayev, no solo es presidente de la Federación de Tenis de Kazajistán sino que desde 2019 fue elegido como uno de los tres vicepresidentes de la Federación Internacional de Tenis gracias a su "visión del negocio, contactos y un supuesto aporte económico al fondo de los juniors de la ITF". Este personaje ostenta una fortuna de más de tres mil millones de dólares según Forbes y todo el que lo conoce, reconoce su fanatismo por el tenis. Filántropo y excéntrico, en 2014 creó la “Fundación Benéfica Bulat Utemuratov” para ayudar a que Kazajistán sea un lugar mejor para vivir, promoviendo la salud, la educación y la cultura.
El extenista y actual entrenador argentino Gabriel Markus, fue contratado por la Federación kazaja en 2012 y así contaba su relación con Bulat: "A las 5 de la mañana me despertaban para que vaya a jugar al tenis con Bulat. Lógicamente las canchas eran cubiertas por las bajas temperaturas que llegaban a los -20° y le abrían el club exclusivamente para él. 5:30 comenzábamos a jugar y media hora más tarde finalizábamos. Él se tomaba un avión hacia la capital Astaná para realizar sus funciones públicas y por la tarde volvía a Almaty para trabajar en la federación. Un hombre incansable con una energía muy especial"
A pesar de la gran inversión para desarrollar el tenis en infraestructura, torneos, exhibiciones y contratación de entrenadores y jugadores, el país no logra tener un referente nacido en suelo kazajo. El único jugador nacido en Kazajistán presente en el Top400 ATP es Denis Yevseyev (27 años) que nunca disputó un partido a nivel ATP por lo que sus principales representantes son Alexander Bublik (49°), Mikhail Kukushkin (87°) y Dmitry Popko (173°), todos nacidos en Rusia, nacionalizados kazajos. La cuenta pendiente del tándem Nursultán-Bulat, a mediano plazo, es lograr que el equipo de Copa Davis esté representado por kazajos de nacimiento.

Daniel Vitale Pizarro

26 octubre 2020

El 'nuevo' Zverev

"Pienso en ese quinto set del US Open todos los días unas veinte o veinticinco veces. Durante las noches también. Y en mis sueños". Así respondía Alexander Zverev apenas llegado a Colonia hace dos semanas ante la pregunta sobre la final del Abierto de los Estados Unidos. El alemán estuvo muy cerca de ganar su primer Grand Slam y no es de extrañar que las imágenes del momento cúlmine en Nueva York se le aparezcan hasta cuando duerme. Pero la vida y el tenis siguen. Recuperado de un resfriado con síntomas similares al coronavirus, "Sascha" aprovechó para volver al ruedo en Alemania, en la ciudad de Colonia, a cuatrocientos kilómetros de su Hamburgo natal.

Alemania no organizó los torneos de Munich, Stuttgart ni Halle por la pandemia pero sí, post pandemia, pudo albergar en Colonia, dos torneos ATP250 sobre superficie dura bajo techo en semanas consecutivas. El campeón de ambos certámenes fue Alexander Zverev, clasificado al Masters pero con la intención de retomar el ritmo competitivo sobre superficies rápidas tras caer en cuarta ronda de Roland Garros. Nadie hubiera imaginado quince días atrás que el teutón, tras superar una gripe estacional, sin entrenar desde su derrota en París y con molestias en su cadera luego de una semana de competencia, ganaría Colonia I y II. Nada de eso frenó a Alexander.

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Más allá de sus altibajos con el segundo servicio, cometiendo dobles faltas en momentos importantes o sacando a velocidades por debajo de los 150km/h, el nivel de juego de Zverev en 2020 es altísimo. Y los resultados lo demuestran: semifinal del Australian Open, final del US Open y bicampeón en Colonia. Su unión con David Ferrer parece estar dando sus frutos, al menos en la parte mental, ese punto tan crucial en la vida del deportista individual. Su actitud dentro de la pista ha cambiado mucho y la mejora mental la pudimos apreciar durante el Abierto de los Estados Unidos. Ya no vemos al jugador que revienta raquetas contra el suelo, lanza insultos al aire o dialoga de mala manera con su equipo de trabajo.

El 'nuevo' Alexander Zverev es una versión más madura del niño prodigio que irrumpió en el circuito tres temporadas atrás y que parecía que se comía el mundo. Ese carácter explosivo y efusivo pudo canalizarlo internamente y transformarlo en espíritu de lucha. No hace falta apretar el puño en cada punto, darse ánimo continuamente o festejar cada juego como si fuera el último para demostrar que quieres ganar el partido. Cada jugador arma su estrategia mental para rendir mejor dentro de la cancha y Zverev, con la ayuda de Ferrer, ha logrado convertir esas emociones negativas en positivas y los resultados están a la vista de todos.

“Estoy mejorando y creo que seré el mejor de este deporte muy pronto. Hace dos días no sabía ni si podía finalizar el torneo por mis dolores en la cadera y ahora estoy aquí con el título en la mano. Estoy contento de no haberme retirado”, reflexionaba un joven que aspira a todo y que no tiene vergüenza en decirlo en voz alta. El modesto trofeo que recibió en Colonia fue el número trece a nivel ATP en veintiuna finales disputadas con veintitrés años de edad, al menos un trofeo de cada categoría que ofrece el circuito ATP, a falta del Grand Slam con el que sueña desde pequeño y que ahora le provoca pesadillas.

Pero no nos olvidemos de Diego Schwartzman (9°). El nuevo Top10 ATP alcanzó su décima final ATP (3-7) en el mejor momento de su carrera. Ocho del mundo hace dos semanas, el argentino vive un presente de ensueño. Final en Roma, semifinal de Roland Garros y final en Colonia. Virtualmente clasificado al Masters, solo una hazaña de Matteo Berrettini o algún Top20 en París le quitaría la posibilidad de disputar el Torneo de Maestros, cincuenta años después de su edición debut en Tokio 1970 y siete años después del último argentino presente en el torneo de final de temporada (Juan Martín Del Potro 2013).

Daniel Vitale Pizarro

20 octubre 2020

¿Tenis canadiense?

El primer punto ATP, el primer Future, el primer Challenger y el primer ATP. Todos los logros tenísticos que se recuerdan con mayor fuerza o ''cariño" son los primeros de cada nivel. Lo mismo sucede si eso lo trasladamos al amateurismo. En ocasiones, esos pequeños grandes pasos cuesta darlos por lo que uno se queda estancado en esa instancia previa al ansiado triunfo. El canadiense Felix Auger Aliassime viene rompiendo récords de precocidad desde que irrumpió en el circuito internacional y como con todo joven exitoso de un deporte popular, las especulaciones sobre su futuro están a la orden del día en cualquier portal especializado en tenis.
Finalista de Roland Garros Junior, primer partido ganado en Challenger (récord) y Top800 más joven de la Era Abierta, todo con catorce años; campeón del US Open Junior en dobles a los quince años; campeón del US Open Junior, de un Future y de un Challenger a los dieciséis años; Top25 a los dieciocho años y podemos seguir enumerando sus logros como adolescente. El currículum de Auger Aliassime con veinte años está al alcance de muy pocos jugadores en la historia, lo que marca que su futuro será aun mejor. Pero el tenis no es matemáticas. Hay mil factores que inciden en el desempeño de un tenista dentro de una cancha, sobre todo mentales.
Si una persona que no sigue el tenis lee los dos primeros párrafos del artículo y le preguntáramos cuantos títulos ATP cree que acumula el protagonista, la respuesta del lector más conservador sería superior a la realidad. Felix Auger Aliassime alcanzó su sexta final ATP en el ATP250 Colonia (Alemania), un torneo organizado por la pandemia con escaso público, sobre superficie dura bajo techo pero que no parecía tal por la baja velocidad de la bola luego del bote. El campeón fue Alexander Zverev (7°) que no permitió a Auger Aliassime desarrollar el juego que desplegó durante toda la semana. O quizás no se lo permitió el mismo...


Seis derrotas en seis finales son las que acumula Felix, la segunda marca histórica negativa de la Era Abierta, una instancia que lo bloquea mentalmente, sea quien sea el rival de turno. Alexander Zverev (7°) en ColoniaStefanos Tsitsipas (6°) en MarsellaGael Monfils (9°) en Rotterdam esta temporada; Matteo Berrettini (30°) en Stuttgart, Benoit Paire (51°) en Lyon y Laslo Djere (90°) en Rio de Janeiro en 2019, los contrincantes que impidieron que el canadiense rompa el hielo. Es cierto que solo en dos finales era el de mejor ranking y que enfrentó a tres Top10, pero lo extraño no son los resultados, sino su nivel en estos partidos: 0-12 en sets.
Alcanzar tres finales ATP por temporada en años consecutivos es un número que muy pocos tenistas pueden ostentar en el bienio 2019-2020. Haber perdido todas no significa fracaso, es una muestra de que a pesar de no ganar su primer título ATP, dejar de intentarlo no es una opción. El nacido en Montreal, seguirá intentando ganar el trofeo que le quite esa presión de debutar como campeón ATP, una carga impuesta por su juventud, proyección, patrocinadores, medios de comunicación y un interminable etcétera que no permiten que el canadiense despliegue su tenis ofensivo y de golpes limpios en los partidos finales, sin temor a equivocaciones producto de los nervios.
El propio jugador es consciente de su presente y a pesar de saber que no es nada fácil llegar al último partido, expresó sus sensaciones tras caer ante Zverev: "La estadística es buena, pero algún día tendré que encontrar la manera de ganar un título. Es difícil de decir. Que vuelva a suceder en una final, es difícil. No juego bien en las finales. No puedo jugar mi tenis. Es difícil de aceptar, así que no tengo mucho que decir. Estoy decepcionado con mi nivel de hoy en general y lo intentaré de nuevo. Intentaré trabajar y encontrar la manera de evitar los nervios".
Hijo de padre togolés (profesor de tenis) y madre canadiense (docente), fue seleccionado junto a otros once proyectos de tenistas para el programa del "Centro Nacional de Entrenamiento" de Montreal, para chicos de entre trece y diecisiete años. La beca incluía entrenamientos, viajes a los torneos y seguir con los estudios a distancia, una inversión por parte de 'Tennis Canadá' de 150 000 dólares anuales por cada alumno. Creado en 2007 y supervisado por el francés Louis Borfiga, director de un programa similar en Francia, el 'Centro Nacional de Entrenamiento' no forma jugadores de tenis, los apoya económicamente y los acompaña en su desarrollo hacia el profesionalismo.
A pesar de las reglas estrictas que 'Tennis Canadá' impone a la hora de sumar jugadores a su programa (crecer bajo su método de enseñanza y sus entrenadores), los casos en los últimos años han dado sus frutos con creces. Milos Raonic (serbio), Vasek Pospisil (padres checos), Denis Shapovalov (israelí), Felix Auger Aliassime (padre togolés), Eugene Bouchard, Leylah Fernandez (madre filipina y padre ecuatoriano), Bianca Andreescu (padres rumanos) son los tenistas más conocidos a nivel mundial que recibieron apoyo de 'Tennis Canadá' en algunas de sus formas (dinero, entrenadores, viajes, etc.) y que curiosamente casi todos ellos o no nacieron en Canadá o tienen padres de otros paises.
La imagen positiva de los deportistas de alto rendimiento y el contagio que puedan generar a los más jóvenes son fundamentales para que un deporte crezca. No vasta solo con dinero. Apostar por el tenis a mediano y largo plazo significa tener una estructura organizada de torneos, apoyo a los jugadores con proyección al profesionalismo, una formación y supervisión constante de los profesores y por último, una difusión del deporte que incentive a los más pequeños a empuñar una raqueta. Este gélido país de Norteamérica ha tomado el modelo francés como base y a su manera, está logrando que cada vez más personas se sientan atraídas por el tenis y no tanto por el hockey sobre hielo. Y los resultados empiezan a verse en el circuito profesional.

Daniel Vitale Pizarro