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04 mayo 2021

Turbulencias georgianas


La vida de Nikoloz Basilashvili desde que se dio a conocer en el circuito ATP ha sido un constante sube y baja. De pasar desapercibido en el circuito ITF Junior (59°) a ganar diez Futures y cinco Challengers; de las clasificaciones de los torneos ATP a ganar dos ATP500 en una misma temporada y alcanzar el Top20; de perder quince de los últimos dieciocho partidos ATP a ganar dos ATP250 en medio de una denuncia por violencia de género inconclusa. Podría tratarse de una película pero es la carrera de un tenista nacido en Georgia hace veintinueve años que alterna grandes resultados deportivos con penurias personales y períodos extensos de derrotas profesionales.
El calvario de Basilashvili empezó el veintidós de mayo de 2020 cuando fue denunciado por "violencia domestica por golpear a su exmujer en presencia de un menor", así lo imputó la Fiscalía General de Georgia. Detenido en Tbilisi (capital Georgia), Nikoloz fue puesto en libertad luego de haber pagado una fianza de aproximadamente treinta mil euros, pero el juicio siguió (sigue) su curso. De ser encontrado culpable, el acusado debería cumplir una condena de entre 200 y 400 horas de servicio comunitario o de entre uno a tres años de prisión. El tenista hizo un descargo ante el juez a través de un video y presentó fotos alegando su inocencia y un año después, la justicia mantiene el caso en vilo.
Pandemia de por medio y con un juicio abierto, su vuelta al circuito en agosto 2020 fue pésima: nueve derrotas consecutivas. Pero el ranking protegido y una intensa pretemporada fueron claves para volver a ganar un partido ATP en Antalya (Turquía), alcanzando los cuartos de final del primer torneo del 2021. Las buenas sensaciones se esfumaron rápido perdiendo sus siguientes cuatro primeras rondas pero todo cambiaría en Doha (Catar). El destino quiso que enfrentase a Roger Federer luego de que el suizo se mantuviera al margen del circuito durante más de trece meses producto de una lesión de rodilla. Basilashvili no solo derrotó al suizo salvando un punto de partido sino que se proclamó campeón.


"Si hace una semana me decían sería campeón en Doha, no me lo creía. Siento que he trabajado mucho durante estas últimas semanas para poder conseguir esto. Me he sentido muy bien en la pista desde el primer partido. En este último año he tenido mucho estrés y los resultados no me acompañaban en absoluto, no era capaz de dar el cien por cien en la pista en ningún partido. Esta semana he encontrado una manera de poder lidiar con esto y sacar adelante partidos ante rivales de gran entidad. Ha sido interesante el ver como he mejorado esta semana después de una gran crisis de resultados. Estoy muy feliz de poder ganar este título", se sinceraba el georgiano, dando a entender que lo personal le afectó en lo profesional.


Pero la regularidad nunca ha sido su aliada y su arribo a Munich (Alemania) fue con cinco derrotas y dos victorias tras haber ganado en Doha. Además, en Alemania se conocía otro problema con la justicia por un presunto incumplimiento de un contrato con el empresario Irakli Kacharavaun que le apoyó financieramente en 2017 y que le reclamaba ganancias que rondarían los 1,5 millones de dólares, demanda aceptada por el Tribunal de Justicia de Tbilisi por la que tendrá que declarar ante la justicia. En medio de otro escándalo judicial inconcluso, Basilashvili inició su andadura en el ATP250 Munich. Sangre fría como el invierno de su país, 'Basil' conectó mente, físico y tenis para atropellar a sus rivales con su potencia natural y lograr su segundo título del 2021.


"Parece que las condiciones en Alemania me sientan bien (risas). Este es mi quinto título como tenista y me dará mucha confianza de cara a los próximos torneos", decía un sonriente Basilashvili en la conferencia de prensa postítulo, aludiendo a que tres de sus trofeos los ganó en tierras germanas. Quien supo ser 16° en 2019, fue uno de los mayores beneficiados por el ranking congelado, tan perjudicial para los ascendentes y tan beneficioso para los descendentes. Más acorde su ranking actual (31°) con su presente, el georgiano comienza a justificar el inmerecido Top45 que ostentó durante todo 2020 casi sin ganar partidos ATP. La turbulencia como marca registrada.

Daniel Vitale Pizarro

06 mayo 2013

Profeta en su tierra


Mercedes Benz en Stuttgart y BMW en Munich

Un juvenil alemán llamado Thomas Mario Haas, se rompió el tobillo derecho en diciembre de 1995 (se operó el 10 de enero de 1996). Recuperado, alcanzó la final del Orange Bowl (perdió vs Zabaleta, si, Mariano, el mismo que vemos en Pura Química) y terminó el año como el "junior" número once del mundo, mientras que "Zabala" era el mejor de todos los menores de edad. Su tobillo izquierdo también se rompió en diciembre de 1996, el que tuvo que operar. Inició sus primeros pasos como profesional con tan solo 18 años y con los dos tobillos "arreglados", algo que no impidió que desarrollara una brillante carrera deportiva, que aun hoy no tiene escrito el final.

Corría el año 1996. Tommy Haas, un ignoto alemán de 18 años, irrumpió en la final del Challenger de Weiden (Alemania) y cayó ante el sueco Tomas Nydahl (futuro 72° del mundo). Un año más tarde, en Lyon (Francia), donde hoy se juega Montepellier, se enfrentó en la final a Fabrice Santoro. El partido marcó el primer éxito del francés a nivel ATP y la primera final para Haas. En semifinales había derrotado a Kafelnikov, en ese entonces 7° del mundo y campeón de Roland Garros un año atrás. El joven alemán de 19 años ya mostraba pinceladas de talento y un exquisito revés a una mano. Tommy Haas empezaba a sonar con fuerza en el ambiente del tenis.

Miami 1997,  Copa Davis 1998 y Australian Open 1999 (SF), en ese orden.

Los franceses en Lyon lo vieron nuevamente en la final en 1998. Esta vez fue derrotado por Alex Corretja, pero Haas ya no era un jugador más dentro del circuito. En Wimbledon venció a Agassi y comenzó a ser considerado por la prensa y sus pares. 1999 fue el año del despegue para el alemán. Primer título profesional en Memphis, semifinalista en Australia y parte importante del equipo de Copa Davis que logró el ascenso al Grupo Mundial. El 2000 lo tuvo como protagonista en los Juegos Olímpicos. A pesar de su problema en la espalda que casi lo deja afuera de la competencia, perdió el partido por la medalla de oro ante Kafelnikov y se tuvo que conformar con la plateada, luego de un maratónico partido (3h 35m).

Su ingreso al Top10 se dio un año después, temporada en la que consiguió su primer y único Masters 1000, en Stuttgart. Además, en 2001 cosechó tres torneos ATP más, el año más fructífero de su carrera. Terminó octavo en la clasificación mundial aunque no disputó la Copa de Maestros porque Ivanisevic, campeón en Wimbledon, se ubicaba dentro del Top20 (Nº12), por ende Tommy asistió como suplente. Semifinal en el Australian Open por segunda vez en su carrera marcaba el comienzo del 2002. Unos meses después alcanzó la final del Masters Series de Roma, llegó a tocar el puesto dos de la ATP y finalizó el año como el número once del mundo, a pesar de haber jugado casi todo el año con molestias en su hombro y su codo derecho.

Sus dos impactos: Medalla de plata en Sidney 2000 y título en el Masters Series de Stuttgart 2001.

En el mejor momento de su carrera, el alemán tuvo que parar todo el 2003 por la operación de su hombro derecho en diciembre de 2002 y luego en julio someterse a una artroscopía en el mismo hombro. Arrancó 2004 sin ranking y su vuelta a la élite sería excepcional. Campeón en Los Ángeles y Houston, cuartos de final del US Open y semifinal en Viena y Estocolmo, lo ubicaron 17º al final de la temporada. El ranking protegido (11°) le permitió disputar los primeros torneos en los que no contaba con ranking oficial.

La siguiente temporada fue algo irregular para Haas. No alcanzó ninguna final ATP (cuatro semifinales) y finalizó 45° en el escalafón mundial, incluida la mala suerte de sufrir un esguince de tobillo en Wimbledon luego de pisar una pelota durante el peloteo en la primera ronda. El 2006 lo tuvo nuevamente como protagonista del circuito. Campeón en tres certámenes ATP y dos segundas semanas de Grand Slams (OF Australian Open y CF US Open), se adueñó a fin de año de la posición 11° luego de la semifinal en el Masters 1000 de París, misma ubicación que en 2002.

Una vez más, Tommy empezó el año y accedió a semifinales del Australian Open. Volvió al Top10, posición que no mantuvo durante los doce meses. Terminó 12° del mundo. Tricampeón en Memphis, sin enfrentar puntos de quiebre en 47 juegos, meses después Haas accedió a los cuartos de final del US Open como lo más destacado, al menos en cuartos de final de dos Grand Slam por primera vez en su carrera. Al final del año se tuvo que someter nuevamente a una operación de hombro. Uno de los años más bajos en cuanto a rendimiento fue 2008. Finalizó 82° ATP. Una sinusitis le impidió presentarse ante Federer en cuartos de final en Indian Wells y durante los próximos tres meses, disputó solo dos torneos en arcilla y ganó once partidos hasta el US Open, donde cayó en segunda ronda. Nueva York, fin de la temporada, hora de descansar el hombro derecho.

Lesiones, lesiones y más lesiones. El karma de Tommy Haas a lo largo de su carrera

2009 fue el año del retorno a la élite, al finalizar Top20 por séptima vez en su carrera. Octavos de final en Roland Garros luego de estar dos sets a cero ante Federer (2°); campeón en Halle ante Djokovic (4°) y semifinalista de Wimbledon, tras victoria por segunda vez en dos semanas a Djokovic y derrota como en el polvo parisino ante Federer, también campeón en La Catedral. El veterano alemán seguía dando batalla en el circuito, hasta que en 2010, dos lesiones importantes lo mantuvieron alejado de las canchas más de un año (15 meses), operado en febrero en su cadera y en marzo en el codo derecho.

Sin bajar los brazos, a pesar de sus 33 años, volvió al circuito en Roland Garros (mayo 2011), torneo en el cual pasó la clasificación y perdió en primera ronda. Una vez más en su carrera, no contaba siquiera con 1 punto ATP. Su actuación más destacada fueron los cuartos de final del US Open. Completamente sano, empezó la temporada 2012, en la cual cumpliría 34 años, renovado. Saltó de la posición 205º de enero a la 21º en diciembre. En el medio pasaron las finales de Halle (victoria vs Federer, campeón en Wimbledon), Hamburgo (perdió vs Mónaco) y Washington (perdió vs Dolgopolov) más la victoria 500 ATP en su carrera. No pudo disputar ninguna segunda semana en los Grand Slams. 

Los abrazos con Valentina y Sara, el lado "B" de Tommy.

Pero la aventura de Haas no termina acá. Final en San José 2013, semifinal en Delray Beach y quizá lo más resonante del año, victoria ante Djokovic (1°) en octavos de final de Miami para sucumbir ante Ferrer en semifinales, lo catapultaron al Top15. No contento con eso, Tommy Haas siguió escalando posiciones y en Munich derrotó a su compatriota Philipp Kohlschreiber en la final, levantó el trofeo teutón, título número catorce en veintiséis finales y se ubicó 13° en el ranking ATP, su mejor posición desde el onceavo lugar que mantuvo hasta enero del 2008. Fantástico lo de Thomas Mario.

Sus pasiones: Golf, esquí acuático y los coches rápidos (La ATP le regaló un Fiat 500 al lograr su victoria 500 en el circuito). Es fanático del Bayern Munich y admira a su excolega Boris Becker. Casado con la actriz Sara Foster, tienen una hija llamada Valentina, nacida el 14 de noviembre de 2010. Su hija, que este año cumplirá tres años, es una de las motivaciones por las que este tanque alemán sigue en las pistas, para que su hija puedo verlo jugar profesionalmente y que no tenga que preguntar por su padre como jugador o mirar videos de él.

Como si las lesiones no lo tuvieron a maltraer durante su larga carrera tenística, en Estocolmo 2009 se le diagnosticó el virus H1N1 (Gripe A).

Daniel Vitale Pizarro