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15 agosto 2023

Un cambio necesario


Los músculos se aflojan y la raqueta queda como sostén. Una sonrisa tímida aparece mientras conecta con su grupo de trabajo en las gradas para luego soltar el aire con los ojos cerrados liberando la tensión acumulada. Jannik Sinner, un 'veterano' del circuito que cumplirá veintidós años en unas horas, ganaba su primer Masters1000 en Canadá para la satisfacción y el alivio de todo su entorno. Señalado por la prensa especializada como uno de los líderes del circuito en el corto-mediano plazo, el italiano 'menos italiano' de todos cumplió con las expectativas y se quitó un peso enorme de encima al ganar en Toronto ante el siempre complicado Alex de Miñaur.


Sinner parece haber encontrado la regularidad que se requiere para mantenerse en los puestos de vanguardia del ranking ATP. Al menos semifinalista en tres de los cuatro M1000 disputados y semifinalista de Grand Slam por primera vez en su carrera en Wimbledon, llegaba a Canadá como el octavo tenista del planeta, el mejor puesto de su vida. La catarata de derrotas en rondas iniciales de los candidatos fueron abriendo el cuadro que Jannik aprovechó. Berrettini, Murray (WO), Monfils, Paul y De Miñaur, las víctimas del de San Cándido que no enfrentó a ningún Top10 en su camino al título. Finalista en Miami 2021 y 2023, la tercera definición de Masters1000 fue la vencida.
Nada es producto de la casualidad y el propio jugador lo sabe. En julio de 2022 contrató a Darren Cahill (exentrenador de Andre Agassi, Lleyton Hewitt o Simone Halep) a tiempo completo para complementarse con Simone Vagnozzi, el entrenador que "suplantó" a Ricardo Piatti en el banquillo. El objetivo era dar ese plus mental en las instancias finales de los torneos importantes, algo en lo que estaba fallando a pesar de su corta edad. Su físico y su tenis estaban por encima de su enfoque mental y en un año de trabajo, los resultados están a la vista mejorando casi todos sus números en los últimos doce meses de competencia.


“Las finales siempre son un poco diferentes. Cuando juegas por un trofeo importante, cuando te acostumbras y ordenas tus sentimientos antes del partido y también durante, luego es más fácil mantenerte tranquilo, sobre todo mentalmente. Todo lo que hice hoy se resume del aprendizaje que tuve de las otras finales de Masters1000. Estaba muy concentrado en mi juego, en lo que tenía que hacer, sentía que lo estaba ejecutando de la manera correcta. Por eso estoy tan feliz. Esto es el sueño de todo tenista, ganar un gran torneo. La forma de pensar es importantísima en el deporte, Darren (Cahill) me ha ayudado mucho en ese aspecto”, reflexionaba Jannik Sinner con la madurez de un treintañero.

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Jannik destaca el trabajo con Darren pero no se olvida de Simone: “La mezcla de Darren con Simone es realmente agradable. Simone, técnicamente, sabe mucho en cuanto a tiros, pero mucho, mucho. Darren sabe preparar los momentos importantes, los partidos importantes, ha visto muchos a lo largo de su carrera como entrenador, además de ser un personaje importante. Te da confianza, siempre está relajado, trabajamos muy duro en la cancha. Siempre que me ha ayudo a colocar mejor la bola, además de mejorar el aspecto técnico. Empecé con Darren el año pasado antes de Wimbledon, sobre hierba, donde me enseñó un poco cómo jugar en césped. Hasta ahora todo ha ido bien”.

Daniel Vitale Pizarro

24 mayo 2023

Clayvedev

Era cuestión de tiempo para que Daniil Medvedev se diera cuenta de que la tierra batida no era tan perjudicial para su juego. El ruso, enemigo público del polvo de ladrillo luego de Nick Kyrgios, se "amigó" con la superficie más lenta del mundo para lograr su primer título en Roma sin haber ganado siquiera un partido en sus presentaciones anteriores. Finalista en Barcelona 2019 y con récord negativo en arcilla hasta su llegada a Italia (22-25), Medvedev derrotó a Tsitsipas (5°) y a Rune (7°) para ganar su vigésimo trofeo ATP con la particularidad de que todos son diferentes. Número dos del mundo tras vencer en el Foro Itálico, "The Machine" se suma a la lista de candidatos para Roland Garros y... ¿por qué no?

La explosión tenística y mediática de Carlos Alcaraz, la baja sin fecha de regreso de Rafael Nadal y las caídas tempranas de Novak Djokovic en los tres certámenes que disputó le permitieron a Daniil Medvedev transitar por la gira de arcilla sin expectativas ni presión alguna de los medios especializados. Sus malos resultados previos en polvo y sus declaraciones "anti-tierra" lo quitaron del foco de atención de aficionados y especialistas. Pero en Roma fue diferente. "Todavía no me lo creo, no que lo haya ganado, sino el hecho de haber jugado tan bien esta semana", verbalizaba sonriente un campeón tan sorprendido como feliz.

Medvedev explicaba el porqué de su mejora esta semana en la superficie más lenta del planeta: "No me movía lo suficientemente bien, mis golpes no tenían la suficiente profundidad. Creo que el nuevo cordaje me ayuda porque es más suave y la pelota sale más fácil. En Australia no funcionó. Dudaba de mí mismo. Ahora se siente increíble. Sobre el movimiento, es el entrenamiento o las nuevas zapatillas, me siento mejor con ellas. Me las arreglé para tener tiempo, para moverme bien y golpear la bola profunda. Parece fácil, pero es la parte más difícil del tenis. Quieres jugar profundo y fallas. Eso es lo que me pasaba, pero esta semana he conseguido hacer todo lo que tenía en mente”.

Los números del actual número dos del mundo desde que perdiera en el Australian Open son tan buenos que llegará a Roland Garros como el mejor tenista del 2023 con casi mil puntos de diferencia. Por primera vez en su carrera ganó cinco títulos en un temporada y ni siquiera llegamos a junio. La diversidad y cantidad de títulos más el número uno del mundo en 2022 lo colocan entre los mejores tenistas rusos de la historia, sin dudas en el Top3. Muchos récords de Yevgeny Kafelnikov o Marat Safin ya fueron superados por Daniil Medvedev que con veintisiete años se encuentra en un gran momento de forma.

"Siempre creo en mí mismo y en poder ganar los torneos más importantes del mundo. Pero al mismo tiempo, no creía que pudiera ganar un Masters1000 sobre tierra batida porque normalmente odiaba jugar en ella. No me sentía bien y nada funcionaba. Antes de Roma (Madrid y Montecarlo) no me sentí demasiado mal. Pensé: 'OK, sigamos'. Luego, cuando llegué aquí, me sentí muy bien en los entrenamientos y le dije a mi entrenador: 'No sé lo que está pasando, pero me siento de maravilla, así que vamos a ver cómo va'. Estoy muy contento de haberlo logrado y de demostrarme a mí mismo y a todos los demás que soy capaz de hacerlo”, declaraba un sincero Medvedev ante los periodistas.

Daniel Vitale Pizarro

20 octubre 2021

Destapado

Nadie, ni su circulo más intimo, imaginó a principio de temporada el presente de Cameron Norrie en el circuito ATP. Seis finales ATP en diez meses de competencia, dos títulos (uno de ellos de Masters1000) y 16° ATP con posibilidades reales de clasificar al Masters en Turín a falta de cuatro semanas para completar el calendario 2021. Norrie empezó el año Top75 ATP (74°), sin títulos en el circuito principal y con apenas una final en Auckland 2019. Las expectativas eran altas pero ni cercanas a las actuales. Los objetivos a corto plazo cambiaron en un abrir y cerrar de ojos con las Finales ATP a la vuelta de la esquina y con las Finales de Copa Davis en el horizonte.

Cameron Norrie nació en Johannesburgo (Sudáfrica) en 1995, fue criado en Auckland (Nueva Zelanda) entre 1998-2011 y Londres (Inglaterra) entre 2011-2014. Nacionalizado británico (jugó bajo bandera neozelandesa y luego británica como Junior) porque sus padres nacieron en Escocia (padre) y Gales (madre), cumplida la mayoría de edad decidió combinar sus estudios con el tenis en Estados Unidos en la Universidad Cristiana de Texas (2014-2017) por lo que tuvo que trasladarse a Fort Worth, Texas. Finalizada la carrera universitaria, en 2017 volvió a Londres para afincarse definitivamente en Inglaterra y seguir representando a Gran Bretaña en el deporte.

Norrie fue 10° ITF Junior en 2013 sin grandes resultados en los Grand Slams. Entre 2014-2017 Cameron eligió el sistema universitario estadounidense formando parte de la Universidad Cristiana de Texas (TCU), período en el que alcanzó el N°1 Universitario (2017). En ese periplo, disputó algunos Futures (ganó tres) mientras competía como alumno de la TCU. En junio de 2017, tras terminar sus estudios en Sociología, inició su carrera como tenista profesional al 100%. Campeón de tres Challengers en sus primeros seis meses sin ser estudiante universitario, en 2018 ingresó por primera vez al Top100 para establecerse en la elite del tenis mundial y nunca dejar de avanzar.

Jamás olvidará los años como universitario en Estados Unidos, una experiencia completa en todos los sentidos: "En la Universidad Cristiana de Texas tenemos chance de jugar al tenis y disfrutar la vida. Es muy diferente al circuito ATP. Allí estamos con amigos y competimos en un ambiente muy agradable. El sistema del College es fenomenal, allí conocí a mi actual coach, el argentino Facundo Lugones, que formaba parte del equipo como jugador. La Universidad te permite estudiar, socializar y hacer algo de dinero mientras seguís progresando en el tenis. Lo recomiendo totalmente ya sea en Estados Unidos, Francia o Reino Unido".


Cameron destacó la importancia del argentino Facundo Lugones (compañero-amigo-entrenador) en su equipo de trabajo durante todo este tiempo, un dúo que va más allá del tenis: "Tenemos una gran amistad desde mi etapa en la Universidad, era mi compañero en el equipo de la NCAA y es un apasionado del tenis. Nunca nos cansamos de estar juntos, siempre está dispuesto a escuchar y aprender de los demás y se encarga hasta de los mínimos detalles. Significa mucho estar recorriendo un nuevo camino junto a alguien en quien confío tanto y que me ha acompañado desde mis inicios en este deporte a nivel profesional".


Pasada su etapa como universitario y establecido como Top100, llegó su primera final ATP, casualmente en Auckland, ciudad donde descubrió el tenis entre raquetas de squash de sus padres. Pandemia de por medio en 2020, 'Battle of the Brits' fue un punto de inflexión en su vuelta a las pistas: “Fue muy divertido, se lo agradezco mucho a Jamie (Murray) y a todos los involucrados. Fue algo enorme competir en aquellos partidos, eran duelos de mucha presión donde ninguno quería perder (risas). Salió perfecto, fue un lujo contar con Andy, Kyle, Evans, Jack, Jubby y Broady, pude practicar con ellos y todos querían lo mismo, conseguir buenas prácticas y partidos. Luego quedó demostrado que nos ayudó, especialmente de cara al US Open. Estoy deseando que llegue la próxima edición en diciembre”.
El pollo, como lo apoda Lugones, analizó en frío sus años en el profesionalismo y su idílico presente: "He tenido una progresión bastante constante durante toda mi carrera. Es cierto que me estanqué cierto tiempo entre el 60° y 80° del ranking, pero pasé poco tiempo en el circuito Challenger y mi trabajo constante y muy duro siempre me dio esperanzas de seguir mejorando. Cada temporada he ido incorporando cosas nuevas a mi juego, con gente que se preocupa de todos los detalles y que siente una inusitada pasión por el tenis. Cuando todo eso ocurre, el éxito es más sencillo que llegue. Claro que es una sorpresa ganar Indian Wells, fue una semana increíble. Creo que aún no he asumido lo que logré".
Agradecido, el actual 10° del mundo en la "Carrera a Turín" no se olvida de nadie y cita con nombre y apellido a las personas que lo ayudaron a ser lo que es: “Ha habido un montón de personas que me han ayudado a convertirme en profesional, incluso desde mi etapa anterior en la Universidad. Tuve dos entrenadores muy importantes, Devin Bowen y Dave Roditi, además de Facundo Lugones. Él ha sido el gran líder, muy profesional, el que más me ayudó. Hemos formado una gran asociación. Me acuerdo también de algunas personas en la LTA, como James Trotman, él ha sido como un pequeño mentor. No me quiero olvidar de mi fisioterapeuta Julián y de mi preparador físico Vasek”.

Daniel Vitale Pizarro

18 mayo 2021

El escapista

Rafael Nadal cumplirá treinta y cinco años el tres de junio. ¿Recuerdan cuando los eruditos del deporte vaticinaban que "Rafa" no tendría una carrera larga? Sus incontables lesiones desde que se hizo profesional siendo un adolescente, su intensidad desmesurada, sus rodillas castigadas o su juego defensivo especulativo en los inicios eran los principales argumentos de los 'especialistas' para esgrimir que su éxito a largo plazo era muy poco probable. Campeón de Barcelona y Roma en 2021, dieciséis temporadas después de sus primeros trofeos en esas ciudades, para orgullo de muchos y sorpresa de pocos, Nadal llegará a Roland Garros 2021 por enésima vez como el principal favorito.

Los años pasaron, el español se hizo mayor pero los buenos resultados nunca cesaron. Incluso en sus dos temporadas de dudas y ansiedad (2015-16) logró ganar títulos importantes y mantenerse en el Top10. Y este 2021 no será la excepción. Incluso sin desplegar su mejor versión tenística, rindió de maravillas en los momentos más calientes de los partidos. La final de Barcelona ante Stefanos Tsitsipas levantando un punto para partido; los octavos de final de Roma contra Denis Shapovalov salvando dos match points; y la final en Italia frente a Novak Djokovic son los ejemplos más recientes de su inagotable resistencia mental.

"Tuve suerte en algunos momentos, especialmente en el partido contra Shapovalov. Fui jugando cada vez mejor, encontrando mi ritmo en tierra batida. También es verdad que en los momentos de máxima tensión, elijo luchar y no fallar en cuanto a actitud. Intento no errar con la cabeza aunque si lo haga con la raqueta. Eso es el deporte, luchar aunque las cosas parezcas imposibles. Sólo por ganar un partido al año así, merece la pena todo el esfuerzo. Al final creo que jugué una semana de tenis muy sólida, ganando un título importante en el momento adecuado. Estoy muy feliz", declaraba el mallorquín ante la prensa mundial en el Foro Itálico.

Eludir puntos de partido en contra no es una cuestión puramente de suerte. Es cierto que un mal bote, un toque de red o una ráfaga de viento espontánea justo durante la disputa de un match point puede ser considerado 'mala suerte', pero en líneas generales, remontar un marcador tan adverso es producto de la experiencia, de aguantar y arriesgar, y de mantener la mente fría en situaciones calientes para cambiar el rumbo del partido. Los partidos antes mencionados no son los primeros en los que Nadal atraviesa situaciones límite. En su carrera el español ha ganado dieciséis enfrentamientos en los cuales su rival tenía que ganar un punto más para derrotarlo. De todas esas victorias, seis sirvieron para luego ganar el torneo.

Pero para "Rafa" nunca es suficiente: "Ahora necesito volver a casa y descansar un poco. Me tomaré un par de días libres y luego empezaré a trabajar. Creo que puedo trabajar en un par de cosas que puedo hacer un poco mejor o puedo seguir confirmando que estoy en el camino correcto. Creo que he estado mejorando esta semana, pero necesito seguir con esa mejora, porque cuando mejoras y puedes hacerlo todos los días durante más tiempo, entonces te sientes más confiado y más seguro. Así que solo necesito seguir adelante. Sé lo que necesito trabajar durante las próximas semanas y lo haré de cara a París".

Diez días después de ganar el premio Laureus al mejor deportista del año 2020, el cuarto que le entrega 'The Laureus World Sports Academy' desde 2006, Nadal consiguió su 88° título ATP, 36° Masters1000 y 10° en Roma, logrando algo único en la Era Abierta, ganar cuatro torneos ATP al menos diez veces: 13 Roland Garros, 12 Barcelona, 11 Monte Carlo y 10 Roma. Las estadísticas de Rafael Nadal Parera en arcilla no tienen parangón, solo comparables con los logrados por tenistas desconocidos para la mayoría de los fanáticos en la Era Amateur. ¿Podrá este año 'escaparse' de París con su 14° Copa de los Mosqueteros?

Daniel Vitale Pizarro

06 abril 2021

Oportunidad aprovechada


Poco a poco, como para que nos vayamos acostumbrando y el golpe no sea tan abrupto, los campeones de los torneos más importantes del mundo empiezan a no ser los mismo de siempre. El paso del tiempo empieza a pasarle factura a Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic, dominadores absolutos de los últimos quince años del profesionalismo. Y por más que sigan vigentes y en los puestos más altos del ranking ATP, comienzan a sentir sobre sus espaldas esos quince/veinte años al más alto nivel. Eso no quiere decir que no ganarán más Grand Slams o Masters1000, solo basta mirar los últimos campeones para refutar esa teoría. Lo que sí es cierto es que tendremos que acostumbrarnos, cada vez más, a ver menos en pista al 'Big3', seleccionando con precisión quirúrgica cada torneo.
Sin Indian Wells en el camino, con la posibilidad de mantener vigentes un cincuenta por ciento de los puntos de ¡Miami 2019! y con la temporada de tierra batida a la vuelta de la esquina, el Miami Open sufrió una catarata de bajas de último momento digna del 2020 pandémico. En ese contexto y sin la presencia de Roger, Rafael y Novak, el cuadro principal se abría a posibles nuevos campeones. Disputar un certamen sabiendo que no se cruzarán con ninguno de ellos en las rondas finales, es un alivio mental gigante para las nuevas generaciones, tan capacitadas física y tenísticamente para vencerlos y a la vez tan respetuosas a la hora de enfrentarlos, sin esa convicción real de que pueden ganarles.

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La presión de ganar sin los mejores de siempre, para los mejores del momento, a veces es mayor que si estuvieran. A la final de Miami 2021 llegaron dos jugadores fuera del Top30, algo que no sucedía en un Masters1000 desde París 2003, 'casualmente' la primera temporada de Roger Federer como campeón de Grand Slam. Una de las sensaciones del circuito, el italiano Jannik Sinner (31°) de diecinueve años se medía frente a su asiduo compañero de dobles, el peligroso polaco Hubert Hurkacz (37°) de veinticuatro años. El que lograra imponer su estilo de juego, se llevaría el título. Todo eso 'a priori', porque una final de tal importancia no se gana solo jugando bien, muchos menos aun siendo para ambos su primera definición de esa magnitud.


La final fue un encuentro opaco, en el cual reinó el nerviosismo y las malas decisiones, producto del famoso miedo a ganar, a veces consciente y muchas veces inconsciente, dependiendo de como cada uno logre sobrellevar la situación. La batalla tenística viró hacia una mental, con oportunidades desperdiciadas por ambos que supo aprovechar mejor Hubert, el nuevo campeón del Masters1000 Miami: “Que Jannik no pudiera cerrar el primer set fue un punto de inflexión, un alivio. También tuvo oportunidades de colocarse 5-5 en el segundo set, estaba en plena remontada, empezó a jugar mejor y yo me puse nervioso. Pero pude volver a subir mi nivel para ganar los puntos importantes”.


Hurkacz no sabe lo que significa perder en el Estado de Florida en 2021. Su récord de 9-0 incluye los títulos de Delray Beach y Miami: “El año pasado pasé mucho tiempo en Florida porque mi entrenador, Craig Boynton, tiene su Academia en Tampa. Estuve aquí casi la mitad del año. Trabajamos bastante duro y creo que estoy acostumbrado a las condiciones. Creo que eso ha sido parte del éxito que tuve en Florida". Su invicto en el sureste norteamericano se extiende a las finales ATP, que a pesar de haber disputado solo tres, siempre terminó con el trofeo en sus manos, como en Winston Salem 2019 en Carolina del Norte, paradójicamente un Estado muy cercano a Florida.

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Gran parte de su éxito se lo debe al experimentado entrenador Craig Boynton, excoach de Jim CourierMardy FishJohn IsnerSam Querrey o Steve Johnson. Antes de la final, Boynton habló con los medios sobre su pupilo: “Cuando uno consigue mantener en la mente las cosas más simples y concentrarte en ellas, es entonces cuando el trabajo comienza a salir bien de verdad. De repente notas cómo llega ese impulso, pero no llega solo, llega con muchas más cosas que te van a ayudar en el día a día. Siempre es necesario tener que sufrir y trabajar duro a través de un par de partidos, solo después de algo así puedes volver a la pista con mucha más confianza y seguridad”.
Como sucede con la mayoría de los jugadores que llegan al Top100 y quieren seguir avanzando, la parte del juego a mejorar es la mental. Romper la barrera del Top50, del Top20 o de ganar un torneo importante, requiere de un comportamiento mental dentro y fuera de la pista diferente al de un Top200 que intenta ganarse la vida tratando de ingresar al Top100, por poner un ejemplo diferente de un grupo de jugadores no tan diferentes... Las prioridades van cambiando según el ranking y a pesar de sonar así de cruel, la realidad de los tenistas se basa en salir lo más pronto posible de los Futures para no perder dinero, tener buenos resultados a nivel Challenger y asentarse en el Top100, estatus que le permitirá viajar por el mundo con todos los privilegios del circuito principal.
Hurkacz entendió su nueva situación de Top50 e hizo lo más difícil, plasmarlo dentro de una pista de tenis. Así lo cuenta su entrenador: “Un par de días antes del comienzo del torneo, me sentí con Hub y hablamos tranquilamente. ‘Simplemente, deja que las cosas pasen. Eso es todo, deja que llegue y que suceda, porque tú ya estás trabajando bien, estás en la dirección correcta’, le dije. Uno no se sienta delante de un microondas y empieza a gritarle, no le puede pedir que vaya más rápido, pues esto es lo mismo. Aquí cada cosa se cocina a su tiempo, las cosas suceden cuando deben suceder”. La tranquilidad que muestra Hubert dentro de la cancha es la misma que le traslada su entrenador desde fuera y los resultados quedaron a la vista de todos.

Daniel Vitale Pizarro

10 noviembre 2020

Festejar pasó de moda

El Masters1000 de París suele ser el escenario ideal de las sorpresas, las victorias inéditas o las hazañas para ingresar al Masters. Por su posición en el calendario, al último torneo de la temporada puntuable para el Torneo de Maestros, los jugadores más regulares no llegan en las mejores condiciones físicas ni mentales por lo exigente que se ha vuelto el circuito ATP. Enfocados en Londres, en muchas ocasiones varios Top10 evitan jugar en Francia para preservarse de cara al certamen más selecto del año. De ahí la lista más aleatoria de campeones de todos los M1000 en los últimos veinte años: Grosjean, Henman, Soderling, Berdych, Ferrer, Sock o Khachanov. Todos ellos ganaron su único título de esta categoría en la capital francesa.

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Pero el atípico 2020, sin 'Carrera a Londres' por decisión equivocada de la ATP, no fue así. El ranking de veinticuatro meses permitió que los jugadores elijan que torneo disputar y cual no, sin penalizaciones, según sus actuaciones en 2019, dosificando energías y priorizando rendir mejor en sus torneos 'malos' de la temporada anterior. En medio de esta compleja realidad mundial, París organizó un Masters1000 en pleno auge de contagios, sin la presencia de Novak Djokovic (campeón 2019, sin puntos para sumar) pero con siete Top10 y la intriga de saber quien sería el octavo clasificado al torneo de fin de año. 

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La semana inició con ocho jugadores con posibilidades matemáticas de obtener un lugar en la Copa de Maestros, con el argentino Diego Schwartzman como mejor posicionado para quedarse con el último billete a Londres. El principal rival del "Peque" era el italiano Matteo Berrettini, que debería acceder a la final en París para quitarle ese lugar de privilegio. Los otros seis contendientes estaban obligados a ser finalistas o ganar en Francia para tener alguna chance, calculadora en mano, de ingresar al Masters. El italiano perdió rápido y ninguno de los rivales directos de Schwartzman alcanzaron las rondas finales por lo que los cuartos de final del argentino sirvieron para convertirse en el octavo mejor tenista del año.

La temporada de Diego pospandemia está siendo brutal: final de Roma (triunfo ante Nadal), semifinal de Roland Garros (victoria contra Thiem), final en Colonia, Top10 (8°) y clasificación al Masters. Ni en sus mejores sueños hubiese imaginado este presente el bonaerense, sobre todo luego del magro inicio de año para un aspirante al Top10. Noveno argentino Top8 ATP, octavo que disputará las finales ATP y séptimo con más victorias en Grand Slams, Diego Schwartzman apunta a seguir rompiendo marcas para su país. Veintiocho años y en el mejor momento de su carrera, no sería extraño verlo en el Top10 por mucho tiempo, su objetivo principal de cara a la temporada 2021.

Definidos los ocho 'Maestros', el torneo siguió su curso y Daniil Medvedev fue el mejor de la semana. El ruso venció a Alexander Zverev en la final, un contrincante con el que acumulaba un curioso número de enfrentamientos personales. De las siete veces que jugaron entre sí, las únicas dos victorias de Medvedev fueron en las dos finales que disputaron: Shanghai 2019 y París 2020. Sin haberse desarrollado seis Masters1000 en 2020, tres de los últimos seis eventos de mil puntos fueron ganados por Daniil, números que reflejan el presente de este curioso jugador que se destaca por su tenis poco ortodoxo y sus NO festejos cada vez que gana un título, sea de la categoría que fuere.

"Estoy muy contento por salir de París como campeón. Mi nivel de juego a lo largo de la semana ha sido muy alto. Creo que no es fácil para los tenistas jugar contra mí cuando estoy a este nivel. Ha sido un partido muy reñido y tengo que decir que tuve algunas dudas sobre si remontaría o no el partido. Sascha jugó muy bien y se sintió muy sólido con el servicio. Me las arreglé para meterme en el partido después de perder el primer set y finalmente lo conseguí. Ha sido un partido totalmente diferente al que tuve contra él en la final de Shanghái del año pasado, donde en ese partido sí estuve por encima en todo momento", expresaba sus sensaciones tras su octavo trofeo ATP el quinto ruso más laureado de la Era Abierta.

Nuevamente número cuatro del mundo gracias a este certamen, Medvedev será preclasificado número tres en Londres, torneo del que no tuvo buenos resultados pero del que extrajo una gran experiencia: "Mi partido ante Nadal en Londres 2019 fue horrible. Cuando pierdes un partido así (5-1 en el tercer set) solo puedes decir que fue terrible. Me vine abajo mentalmente y Rafa comenzó a creerse que podía darle la vuelta al partido. Si quieres estar en la cima del tenis mundial, no puedes hacer partidos de ese tipo. Desde ese encuentro, he mejorado muchísimo en el aspecto mental. Creo que he progresado mucho, porque incluso cuando algunas veces me entran colapsos, siempre he conseguido escapar. Esa derrota me ha ayudado mucho, sin lugar a dudas".


Daniel Vitale Pizarro