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06 enero 2014

Jóvenes 32 años



Para un cuadrito

Corría el año 1999. En Lyon, torneo francés hoy extinto disputado sobre una veloz carpeta cubierta, se disputaban los octavos de final entre dos jóvenes promesas del tenis. Uno, Lleyton Hewitt, más realidad que promesa, y otro, Roger Federer, un derroche de talento que le costó unos años confirmar esa opinión generalizada sobre su juego. Ese día, el vencedor fue el australiano y marcó el comienzo de una rivalidad que marcó una época y que aún hoy, quince años después, perdura y deleita a los aficionados del deporte blanco.

La primera semana de competencia oficial de la temporada 2014 dictó que los hoy veteranos de 32 años, tenían que medirse en la final de BrisbaneFederer, actual 6° del mundo, con nuevo entrenador, nueva raqueta y un hijo en camino, frente a Hewitt, 60° del mundo, con varias operaciones complejas en su cuerpo, en su país. El partido fue un vaivén de momentos. Nefasto arranque del ganador de 17 grandes colocaron un 6/1 en su contra en la pizarra. Lleyton jugaba a gusto. El suizo levantó algo su nivel e igualó las cosas, pero en el tercer set, un quiebre tempranero del local puso las cosas en favor del australiano y fue cuestión de batallar y mantener su servicio para levantar su 29° título en 45 finales disputadas. El resultado final fue 6/1 4/6 6/3. Un gladiador que toma confianza para la gran cita que se viene, SU cita: el Australian Open.

Tenaz como pocos en la historia

Nacido en Sydney un 24 de febrero de 1981, Lleyton Glynn Hewitt fue criado en una familia que respiraba deporte. Su padre Glynn, exjugador profesional de fútbol con reglas australianas y su madre Cherilyn, profesora de Educación Física. Hasta los trece años jugó también al fútbol con reglas australianas hasta que se dedicó de lleno al tenis, apenas entrado en la adolescencia. Irrumpió en el profesionalismo muy joven (quince años en el Australian Open) y su maduración fue aún más rápida, convirtiéndose en el número uno del mundo más joven de la historia con veinte años y manteniendo ese puesto por algo más de una temporada completa. 

En esos años (2001 y 2002) logró mucho. Un US Open, en la final a Pete Sampras en 2001, un Wimbledon en 2002 en aquella recordada final ante un joven Nalbandian y dos Masters de fin de año (2000-01). Un total de once títulos en dos años y el número uno del mundo en ambos diciembres. Incluso, un año antes junto a Max Mirnyi fue campeón del US Open en dobles. Fueron tres Grand Slams en tres años, un lujo. Dominó ese par de temporadas con un juego aguerrido, tenaz e inteligente. Se adaptaba al juego de cualquier rival y sacaba provecho encontrándo la grieta en el juego de su contrincante.

Sus dos logros más importantes a nivel individual

Roger Federer, quizás el tenista más grande de todos los tiempos, nombró a Hewitt como uno de los cinco rivales más difíciles que tuvo a lo largo de su carrera, algo que destaca la labor del australiano. Especialista en hierba, puso en problemas al suizo más de una vez. Sin ir más lejos, es uno de cuatro jugadores que le pudo ganar nueve veces a “Su Majestad” junto a NadalDjokovic Murray. Un grupo estrecho y selecto. Frente al de Basilea acortó el historial 9-19, con un saldo de dos victorias y tres derrotas en finales, triunfal en las dos últimas (Halle 2010 y Brisbane 2014).

Además de sus dos coronas de Grand Slam, Lleyton ostenta dos finales más. Una en el Us Open 2004 perdida ante Roger Federer y otra en el Australian Open contra el ruso Marat Safin en 2005. Tomando singles y dobles, Hewitt estuvo presente en una final de Grand Slam por año entre 2000 y 20005, a excepción del 2003. Sus triunfos en los Masters1000 (Ex Masters Series) también serán recordados por todos (bicampeón en Indian Wells 2003-04) y cinco veces finalista en esa categoría. 

Dominó el césped londinense previo a Wimbledon con el tricampeonato en Queen´s entre 2000 y 2002 para luego conseguirlo una vez más, en 2006. En pasto, su superficie predilecta, acumula hasta hoy siete campeonatos ATPWimbledon 2002, Queen´s 2000-02 y 2006, Hertogenbosch 2001 y Halle 2010. También alcanzó dos finales sobre la superficie verde en Newport 2012-2013. Solo es superado en cantidad de títulos en la historia del césped por jugadores emblema como FedererSamprasConnors McEnroe

Las dos Copa Davis que ganó con Australia, su competencia predilecta

La Copa Davis, su otra gran pasión junto a los Grand Slams, también fue un punto importante en la carrera del “aussie”. Campeón en 1999 y 2003, hasta el día de hoy sigue representando a su país sea para no descender o para intentar avanzar en el grupo mundial. Es el australiano con más victorias en singles en la competición, con un récord de 29-8. Un jugador que nunca le dijo que no a su nación cuando tuvo que representarla en la máxima competición por equipos del circuito. También llegó a la final en 2003 de la Copa Hopman, torneo exhibición mixto que no da puntos ATP y que sirve de preparación para el Abierto de Australia.

El perdedor, Roger Federer, alcanzó al menos una final ATP de manera consecutiva en los últimos quince años (2000-2014). Acumula trece años seguidos levantando al menos un certamen, solo superado por los catorce de Jimmy Connors, un número que alcanzará si consigue al menos un trofeo en este 2014. Roger, que confirmó a Stefan Edberg en su equipo de trabajo al menos por las próximas diez semanas, busca un cambio en su juego que le permita volver a ser competitivo contra los mejores del ranking e incluso dar el batacazo, aunque suene raro hablar de batacazo si se trata de Roger Federer, y conseguir su Grand Slam número 18.


Daniel Vitale Pizarro

09 diciembre 2013

Una "Torre" en medio del "Bosque"


Risas y camaradería en La Plata

“Recibimos con un fuerte aplauso a ¡Juan Manuel Del Potro!”. Así, con el furcio de la presentadora Valeria Archimó en el micrófono, arrancó la noche en el estadio de Gimnasia y Esgrimade La Plata, en el Bosque platense. Juan Martín Del Potro y Lleyton Hewitt entretuvieron a los casi diez mil espectadores durante la hora y veinte minutos que duró el espectáculo que concluyó con el grupo de cumbia versionada “Los Totora”, bajo el ensordecedor y a la vez espectacular concierto de fuegos artificiales que cerraron el día de la mejor manera. La organización en general fue buena. El organizador del evento Guillermo Marin, representante de “Imagen Deportiva”, aprendió de eventos pasados: dejó de lado las estructuras tubulares improvisadas, peligrosas para los espectadores que tan malas experiencias le trajo
Luego de las preguntas de protocolo características antes del comienzo de un partido de exhibición, el australiano exnúmero uno del mundo se acercó a su banco y cautivó a todos los hinchas de Gimnasia y Esgrima de La Plata al ponerse la remera del “Lobo” y jugar varios games con la casaca del equipo de La Plata. Parte de la barra brava del club, presente dentro y fuera en el estadio, vitoreó su nombre en más de una ocasión, valorando la acción del australiano. Con bombos, trompetas y redoblantes se hicieron escuchar durante todo el partido, demostrando una vez más la omnipresencia de las barras en los clubes, no solo en los espectáculos futbolísticos. Lamentable pero real.
El encuentro en sí fue un típico partido de exhibición. Ball boys ingresando a la cancha para disputar puntos con las raquetas de los protagonistas; pelotitas lanzadas a las tribunas; vincha y muñequeras regaladas a los chicos que tuvieron la suerte de pelotear con ellos y remera entregada a los presentes, marcas distintivas de un encuentro diseñado para el entretenimiento más que para el desempeño tenístico. El nivel de juego se corrió a un costado para dejarle espacio al show y a la participación del público, que tiene la oportunidad de ver al menos una vez en su vida, a los mejores jugadores del circuito en su país, algo que por cuestiones de dinero y del calendario ATP, de otra manera no podría disfrutar.

Los protagonistas y los privilegiados al borde de la cancha

Párrafo aparte para la cancha. Montada sobre el césped del estadio, dejó mucho que desear. La carpeta (lenta) construida no solo estaba despareja en todos los sectores, sino que era peligrosa para los jugadores por lo resbaladiza que estaba. En más de una oportunidad los protagonistas no pudieron afirmarse al piso e innumerables veces, la pelotita no picaba de la manera que debía, incomodando el golpe de los protagonistas, dificultando el juego y “ensuciando” el espectáculo con errores involuntarios por la dificultad de los piques irregulares.
Boceto del proyecto final
La recaudación del evento será destinada al fideicomiso creado por el Banco Provincia de Buenos Aires, que servirá para la construcción de la Platea H “Néstor Basile" del estadio "Juan Carmelo Zerillo" y para la remodelación de todo el predio en el cual se disputó el partido.

Daniel Vitale Pizarro para @TenisIberoamericano desde el 'Juan Carmelo Zerillo'