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24 febrero 2020

Doble turno de aces






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La altura promedio del Top10 actual es de 190cm. Cada vez más vemos a jóvenes tenistas con alturas superiores a los 190cm, producto de la velocidad con la que se juega y gracias a las tecnologías que lo permiten. El Top10 es un reflejo de lo que el tenis de hoy requiere: altura, potencia, agresividad y puntos cortos. Está claro que mientras más alto sea un jugador, mayores son las ventajas pero también las desventajas. Lo que gana de potencia lo pierde en movilidad y por ende, el trabajo físico debe ser mucho más cuidadoso ya que el fortalecimiento de los músculos debe ser mayor. En ese contexto, los jugadores por encima de los dos metros no son la norma pero sí que los hay y cuando logran aprovechar ese atributo, se destacan del resto. Reilly Opelka es uno de ellos.
Hasta diciembre 2018, Ivo Karlovic era el jugador más alto de la historia en ser Top100 con 211cm. Semanas antes de que finalizara esa temporada, un norteamericano llamado Reilly Opelka de 211cm fue 99° del mundo. Karlovic ya no estaba solo. Opelka no solo igualó al croata en altura sino que lo reemplazó dentro del Top100 ya que Ivo hoy es 124° ATP, a días de cumplir 41 años de edad. Reilly se adaptó rápido al profesionalismo luego de una exitoso carrera como Junior ITF. Antes de cumplir dieciocho años había sido 4° ITF Junior en 2015, campeón de Wimbledon en individuales (finalista en dobles) y del Eddie Herr. Profesional desde 2015, consiguió su primer Challenger un año después. Su rápida progresión fue frenada en 2017 por una mononucleosis... 







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"Entrenaba y a los 20 minutos estaba asfixiado. No sentía que estuviese recuperado de la mononucleosis hasta hace unos meses, cuando empecé a tener buenos resultados en Challengers. Solo quiero estar sano porque sé de lo que soy capaz. Este año la mononucleosis me ha matado. Realmente haré mi mejor tenis cuando llegue a los 24-25 años. En 2019 voy a llevar a cabo una progresiva transición hacia los torneos ATP", contaba Opelka en 2018 tras ganar su tercer Challenger, en Knoxville (USA). Apenas tres meses después de irrumpir en el Top100, el nacido en St. Joseph (USA) se adelantó a sus pronósticos y fue campeón del ATP250 Nueva York, con victoria incluida en semifinales ante John Isner (9°). 


Sin rastros de la enfermedad que lo aquejó durante varios meses, en julio de 2019 alcanzó el Top50 y en octubre tocó el puesto 31°, el mejor ranking de su carrera. El inicio del 2020 no había sido como esperaba con una sola victoria en sus primeros tres torneos disputados, sin poder defender el título en Nueva York. Pero Estados Unidos le sienta bien y siete días después de salir del Top50, en Delray Beach fue el mejor de la semana consumando dos victorias en un día para obtener otro título en su país. En primer turno del domingo derrotó a Milos Raonic levantando un match point y en segundo turno su victima fue Yoshihito Nishioka conectando veintisiete aces. Seis sets y cuarenta y seis saques directos en una sola jornada para ser campeón por segunda vez en el circuito principal.
"Me encanta jugar en Estados Unidos. Tengo una casa a diez minutos del club, así que hago base acá y estoy muy cómodo. Vivo aquí hace 10 años, así que será un evento que juegue mucho el resto de mi carrera porque planeo quedarme en el sur de Florida. Me encanta jugar en Delray Beach. Las condiciones fueron muy diferentes la semana pasada, en indoor, pero mucho más lentas. Esta cancha es donde quiero jugar, estas son condiciones mucho mejores para mi juego. He jugado bien toda la semana", declaraba el campeón que reside en West Palm Beach desde 2010 y que no tiene planes de mudarse a Michigan, Estado donde nació hace veintidós años, al noreste del país.
Párrafo aparte para los hermanos Bryan. Mike y Bob obtuvieron en Delray Beach su 119° título ATP, en el mismo torneo en donde ganaron hace doce meses, su primer trofeo ATP tras la operación de cadera de Bob. Sexta corona en este certamen a dos meses de cumplir 42 años en la temporada de su retiro como profesionales. Las estadísticas no dejan lugar a dudas sobre su lugar en la historia de este deporte. Su legado permanecerá por generaciones y generaciones. Juntos desde Juniors, no tuvieron éxito en individuales pero en dobles no dejaron de ganar desde que fueron profesionales. Veinte temporadas consecutivas ganando títulos, asombrarán al mundo del tenis hasta el US Open, sitio elegido para decirle adiós al deporte que tanto les dio y al que tanto le han dado.

Daniel Vitale Pizarro

01 abril 2019

"Somos un pack"


Bob Bryan (209° ATP) y Roger Federer (125° ATP), profesionales desde 1998, fueron invitados a disputar el cuadro principal del Masters1000 de Miami en 1999. Bryan ganó su partido de primera ronda contra Sargis Sargsian y Federer cayó ante Kenneth Carlsen. Veinte años después, los únicos jugadores que disputaron el torneo en 1999 y 2019 son precisamente Bob Bryan y Roger Federer. Y da la casualidad de que el estadounidense fue campeón en dobles a los 40 años y el suizo en singles a los 37 años. Entonces, ¿casualidad o causalidad? Bob junto a Mike son la pareja más exitosa de la historia de la especialidad y Roger es considerado por muchos el mejor de todos. ¡Causalidad!
Poco se habla, comenta y escribe sobre el circuito de dobles ATP, tan entretenido y espectacular. ATP ha tratado de incentivar a que las mejores raquetas singlistas se vuelquen al dobles al menos en los grandes torneos para generar un atractivo más y cautivar al público que paga una entrada o una suscripción de TV. Sin ventajas en los games y con un tercer set a definirse en un Super tie-break, lograron que aun más tenistas extiendan sus carreras ya que el físico no es el pilar fundamental. Partidos más cortos, resultados inciertos y menos demandantes físicamente, ATP no logra que los Top10 o Top20 se involucren al dobles como sucedía antes de los años 2000.
Una respuesta podría ser lo terriblemente exigente que se ha vuelto el circuito ATP de individuales, físicamente solo para atletas, que viajan todas las semanas a un país diferente y administran sus energías con precisión quirúrgica para no lesionarse y perderse torneos importantes. Otro motivo quizás sea la desubicada cantidad de dinero del singles para los tenistas Top, lo que no incentiva a hacer la diferencia en metálico en duplas; o quizás sea la vergonzosa suma de dólares que entrega el circuito de dobles, cinco veces menor que el individual. Pareciera que el juego más estratégico, de jugar en la red, de peloteos cruzados o manejo de los ángulos no sedujera al público en general.

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En ese contexto de desdén del público hacia la especialidad y por ende de la poca cobertura de los medios de comunicación, una pareja se ha destacado muy por encima que la media durante los últimos veinte años. Ellos son los hermanos Robert Charles Bryan y Michael Carl Bryan, popularmente conocidos como Bob y Mike Bryan, recientes campeones del Masters1000 Miami, a un mes de cumplir 41 años. Juntos lograron la para nada despreciable suma de 118° títulos ATP, desglosados en 16 Grand Slams, 4 Masters Cup, 39 Masters1000, medallas Olímpicas en Juegos consecutivos (Bronce '08 y Oro '12) y los restantes ATP500 y ATP250.
Mike nació dos minutos antes que Bob, el 29 de abril de 1978 en Camarillo, California (USA). Compañeros de dobles desde que tomaron una raqueta, su primer impacto mundial fue ganar el US Open junior 1996. Poco les costó la transición al profesionalismo en dobles pero bastante en singles. Ambos intentaron ser Top100 pero no tuvieron la misma suerte que juntos. En el 2000, Mike fue 246° ATP y Bob 116° ATP. Para el año 2004 ninguno de los hermanos tenía ranking ATP en singles y salvo algún partido de Copa Davis con la serie ya definida, no volvieron a disputar un encuentro profesional solos adentro de una cancha de tenis.
Doce temporadas ganando Grand Slams (a excepción de 2004), 2018 los encontraba sin ser campeones de un Major desde 2014. La pareja atravesó una crisis de confianza e incertidumbre profesional y personal, que los llevó a pensar seriamente en el retiro. Así lo contaba Bob: “La forma en la que competimos durante algunos años no fue muy buena, pero lo más peligroso era que no nos estábamos divirtiendo. Estuvimos a punto de anunciar el retiro tras Australia Open 2017, incluso tenía una declaración escrita para leer en rueda de prensa. Entramos en la sala y de repente Mike me dijo: ‘Espera, esperemos hasta el US Open’. Fue un momento muy difícil para los dos”.
Un año después, Mike se divorciaba de su esposa tras cinco años de matrimonio por no poder compaginar el tenis profesional con su vida privada personal, lo que lo llevó a no hablar durante varios meses con su hermano. Separado, se mudó a la casa de Bob para iniciar la pretemporada 2018. El inicio fue auspicioso si tenemos en cuenta el período 2014-2017: dos títulos y tres finales entre enero y mayo. Cinco meses después, el impedimento de ganar grandes títulos no fue la confianza ni el nivel de los hermanos, sino la cadera maltrecha de Bob, que los obligó a retirarse en medio de un partido por primera vez en más de mil partidos como profesionales.


Bob explicaba como se manifestó la lesión: "Empecé a cojear muy visiblemente durante el entrenamiento. El miércoles ganamos pero me tuve que tomar algunos analgésicos. Ganamos otra vez, me tomé más analgésicos al punto de que, cuando llegamos a la final, no sabía si podíamos jugarla. Pero cuando ganamos el título, la emoción de la victoria te quita el dolor que tienes, así que no pensé en nada. La cojera empeoró. Empecé a hacer abdominales. Estábamos tan confiados que seguimos ganando hasta llegar a la final en Madrid, lo que probablemente fue peor. Al final, podía escuchar lo que pasaba con mi cadera: sólo se escuchaba hueso con hueso. Desgasté hasta el último milímetro de cartílago que tenía, así que cuando impacté con el suelo al bajar del movimiento de saque, me rompí el hueso".
A partir de ahí, el proceso de recuperación, lo más tedioso para un profesional. Tres meses de estudios y tratamientos desembocaron en una cirugía para reemplazar la cadera derecha por una de metal, con el riesgo de no volver a pisar una cancha de tenis. Siete meses desde su último partido, Bob volvió al circuito para ser campeón en Delray Beach y Miami : "Los médicos eran positivos pero la realidad era que mis posibilidades de regresar al circuito eran 50% y 50%. Era un territorio inexplorado. Sería el primero en regresar con un reemplazo de cadera. Honestamente, estoy feliz de poder terminar nuestra carrera juntos, porque como dijo Mike, cuando dejemos el deporte, lo haremos juntos. Somos un pack".

Daniel Vitale Pizarro