01 diciembre 2014

Poderoso el chiquitín

Los ocho elegidos son...

Cuarta edición del Masters Challenger. Torneo creado en 2011 que se disputa en San Pablo (Brasil) y que reúne a los siete mejores jugadores del circuito Challenger del año, que hayan disputado al menos ocho torneos en la categoría, más un invitado por el país organizador. En 2011 y 2012 el certamen se disputó en cemento indoor y uno de los campeones fue el argentino Guido Pella (2012). Esta temporada, al igual que la 2013, el evento se trasladó a arcilla, más acorde a las aspiraciones locales y tuvo por primera vez a dos argentinos entre los clasificados: Diego Schwartzman y Máximo Gonzalez. Diego, luego de su mejor año como profesional, y Máximo, un exponente del circuito Challenger que volvió al Top100.

Schwartzman ganó cuatro Challengers en 2014, perdió dos finales e ingresó al Top100 por primera vez en su carrera a los 22 años. Gonzalez se adjudicó tres trofeos y cayó en una final, aunque acumula en su carrera 14 coronas, octavo en la historia. "Peque" clasificó a semifinales tras salvar dos match points ante Joao Souza mientras que "Machi" solo ganó un partido en la fase de grupos y quedó eliminado. El argentino sobreviviente debía enfrentar al italiano Simone Bolelli, preclasificado número uno.
Los argentinos presentes en Brasil

Diego derrotó al italiano 7/5 6/4 para acceder a otra final más en su mejor año como profesional y en el partido por el trofeo tenía que enfrentar al invitado y local Guilherme Clezar 331° ATP que venía de disputar el mejor partido del torneo en su victoria 7/6 6/7 7/6 (12) ante Victor Estrella Burgos, luego de salvar tres match points. El preclasificado número dos no tuvo problemas en la final y se coronó por quinta vez en la temporada, en el torneo más importante de su corta carrera. Los 110 puntos conseguidos le permitieron finalizar el año 61° ATP (mejor ranking histórico) y arrancar 2015 sin la necesidad de disputar la clasificación en la primera parte del año. Un lujo.

Schwartzman dijo tras coronarse campeón: "Fue una semana increíble. El torneo fue genial, bien organizado. Estoy muy contento. Desde la primera jornada me las arreglé para jugar un buen nivel de tenis. Me metí en la final con mucha confianza. Clezar estaba un poco nervioso y me aproveché de eso", y agregó sobre su casi eliminación en la zona de grupos: "Cuando Souza sirvió para partido y tuvo un match point, yo ya estaba pensando en mis vacaciones en Buenos Aires. Pero eso sucede en el tenis. Estaba cerca de perder y ahora yo soy el campeón". Sinceridad ante todo.
Platos bien arriba. Schwartzman (campeón) y Clezar (finalista)

Su debut en el tenis profesional fue en 2009 cuando cayó en la primera ronda del Future F5 en Argentina. Su primer punto ATP lo consiguió en el Future Argentina F15 en el mismo año de su debut. Exactamente un año más tarde Diego obtuvo su primer Future en Bolivia. En diciembre de 2012 el bonaerense es campeón del Challenger de Buenos Aires, primer torneo en la categoría que le habilitó combinar algunas clasificaciones de los torneos ATP con el circuito Challenger. Y la primera victoria ATP apareció en el ATP de Buenos Aires ante el brasileño Thomaz Bellucci, en ese momento 38° en el ranking.

Pero esa victoria promisoria no significó un envión anímico para Schwartzman que no pudo seguir con esa racha en el circuito ATP pero si se estabilizó en el circuito Challenger. En 2014 llegó la consolidación en esa categoría. Alcanzó dos finales (Itajai y Porto Alegre) y se consagró en cuatro torneos (Aix-en-Provence, Praga II, Campinas y San Juan), lo que le permitió clasificarse como número dos de cara al Masters de fin de año de la categoría. Y no desaprovechó la oportunidad. En Brasil obtuvo su quinto Challenger del año en siete finales y 48 partidos ganados, nueve menos que Carlos Berlocq, el récord en este escalón del tenis.
Diego y su derecha

Sus 170 centímetros (el jugador más bajo del Top100) no le impiden dominar desde el fondo a sus rivales y suple su falta de potencia con profundidad en sus tiros y una buena cobertura de la cancha gracias a su velocidad de piernas. Parejo con sus golpes de fondo, su saque no es su mejor golpe pero no por eso es su talón de aquiles. Prefiere la arcilla antes que el cemento o el césped por características de juego y resultados obtenidos. Su jugador espejo es David Ferrer y su ídolo tenístico Rafael Nadal. Y digo tenístico porque su ídolo por sobre cualquier deporte es el futbolista Juan Roman Riquelme, por su gran fanatismo por Boca Juniors. En sus tiempos libres en Argentina trata de ir a "La Bombonera" a ver a su amado club.

Daniel Vitale Pizarro